katz-las-rebeliones-rurales-en-mc3a9xico-l
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de sus colonias. Los gobernantes de T<strong>en</strong>ochtitlan nunca int<strong>en</strong>taron difundir<br />
su religión <strong>en</strong> toda Mesoamérica. Los españoles, desde el primer día <strong>en</strong> que<br />
desembarcaron <strong>en</strong> México, estaban decididos a convertir a la población al<br />
catolicismo y tuvieron un gran éxito <strong>en</strong> su int<strong>en</strong>to.<br />
A difer<strong>en</strong>cia de los aztecas, la administración colonial española logró<br />
adquirir legitimidad a los ojos de <strong>las</strong> c<strong>las</strong>es inferiores de la sociedad al<br />
proporcionarles cierta protección fr<strong>en</strong>te a la nobleza y sus propios funcionarios.<br />
Al mismo tiempo, hasta fines del siglo XViil, los españoles nunca<br />
tuvieron que hacer fr<strong>en</strong>te al tipo de oposición de c<strong>las</strong>e alta que sufrieron<br />
los aztecas por parte de la nobleza de los pueblos sometidos. En México, a<br />
difer<strong>en</strong>cia de Perú, una parte muy grande de la nobleza indíg<strong>en</strong>a había<br />
muerto durante <strong>las</strong> epidemias y la Conquista, o había sido desplazada por<br />
los españoles y sustituida por nobles de orig<strong>en</strong> p<strong>en</strong>insular. Así, <strong>las</strong> relaciones<br />
<strong>en</strong>tre la c<strong>las</strong>e alta colonial española y mexicana no estuvieron al principio<br />
caracterizadas por el tipo de conflicto étnico que caracteriza a <strong>las</strong> relaciones<br />
de los aztecas con los gobernantes sometidos. Además, hasta fines<br />
del siglo XVIII, la Corona española dio a sus nobles —<strong>en</strong> la práctica, aunque<br />
no <strong>en</strong> la teoría— mucha libertad de acción política y económica.<br />
En conjunto, el patrón que sigu<strong>en</strong> <strong>las</strong> revueltas prehispánicas, especialm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> tiempos de los aztecas, se asemeja mucho más al de los siglos XIX<br />
y XX que <strong>las</strong> convulsiones sociales de la época colonial. Como sus equival<strong>en</strong>tes<br />
de los siglos XIX y XX, <strong>las</strong> revueltas contra los aztecas fueron frecu<strong>en</strong>tes<br />
y de amplio alcance. Los campesinos se aliaban con los caciques regionales.<br />
Las revueltas impugnaban la legitimidad del dominio azteca a la vez<br />
que se oponían a <strong>las</strong> expropiaciones de tierras y <strong>las</strong> exig<strong>en</strong>cias de tributo<br />
por parte de los aztecas.<br />
Durante la mayor parte de la época colonial, hasta el final del siglo XVIII,<br />
se produjeron relativam<strong>en</strong>te pocas sublevaciones <strong>en</strong> <strong>las</strong> áreas c<strong>en</strong>trales de la<br />
Nueva España. Éstas fueron extremadam<strong>en</strong>te limitadas <strong>en</strong> su tamaño y su<br />
alcance, y rara vez impugnaron la legitimidad del dominio español.<br />
En los últimos años de la época colonial, <strong>las</strong> relaciones de España con su<br />
colonia mexicana se deterioraron drásticam<strong>en</strong>te, ya que <strong>las</strong> políticas adoptadas<br />
por la Corona suscitaron un grado de oposición sin preced<strong>en</strong>tes, tanto <strong>en</strong>tre <strong>las</strong><br />
c<strong>las</strong>es inferiores de la sociedad como <strong>en</strong> importantes sectores de su élite. En<br />
los últimos años del dominio azteca se había producido una evolución <strong>en</strong><br />
muchos s<strong>en</strong>tidos similar. Como los aztecas <strong>en</strong> vísperas de la conquista española,<br />
la Corona int<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> sus últimos años aum<strong>en</strong>tar sus ingresos imponi<strong>en</strong>do una<br />
mayor presión financiera sobre sus subditos. Como sus predecesores aztecas,<br />
int<strong>en</strong>tó afirmar su autoridad sobre sus subditos y reducir considerablem<strong>en</strong>te el<br />
grado de autonomía que éstos disfrutaban. Moctezuma trató de imponer su<br />
autoridad <strong>en</strong> la vecina Tcxcoco, que hasta <strong>en</strong>tonces había sido una aliada <strong>en</strong><br />
bu<strong>en</strong>a medida autónoma. Las reformas borbónicas que la Corona española<br />
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puso <strong>en</strong> práctica <strong>en</strong> la segunda mitad del siglo XVIII limitaban la autonomía de<br />
que habían gozado muchas provincias de la Nueva España. En los últimos años<br />
de su dominio, tanto <strong>las</strong> autoridades españo<strong>las</strong> como los gobernantes de<br />
T<strong>en</strong>ochtitlan aum<strong>en</strong>taron significativam<strong>en</strong>te la carga fiscal de sus subditos.<br />
Además de estas medidas, tanto los aztecas como la Corona española parec<strong>en</strong><br />
haberse <strong>en</strong>emistado <strong>en</strong> sus últimos años con amplios sectores de la élite<br />
mexicana al limitar su movilidad asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. Moctezuma decretó que los<br />
guerreros que realizaran hazañas inusitadas <strong>en</strong> la batalla, y que tradicionalm<strong>en</strong>te<br />
podían asc<strong>en</strong>der a los rangos de la c<strong>las</strong>e superior, ya no podrían hacerlo. La<br />
Corona española limitaba el acceso de los criollos mexicanos a los puestos de<br />
poder <strong>en</strong> la Nueva España. Tanto los gobernantes de T<strong>en</strong>ochtitlan como los de<br />
España se habían legitimado con el apoyo religioso. En los últimos años de sus<br />
respectivos imperios, este apoyo flaqueó: <strong>en</strong> el México precolonial, con la<br />
aparición de una nueva religión <strong>en</strong> Texcoco, y <strong>en</strong> la Nueva España, con los<br />
creci<strong>en</strong>tes conflictos con parte de la Iglesia y con la expulsión de los jesuitas.<br />
En ambos casos, los factores demográficos exacerbaron <strong>las</strong> crisis de los respectivos<br />
regím<strong>en</strong>es, aunque no de modo idéntico. El aum<strong>en</strong>to de la población<br />
probablem<strong>en</strong>te se aunó a <strong>las</strong> hambrunas que azotaron México al final de los<br />
tiempos aztecas. En la Nueva España, el crecimi<strong>en</strong>to de la población india, para<br />
la cual no había tierras comunales disponibles, precipitó la rebeldía rural.<br />
Cuando estas crisis internas se combinaron con ataques desde el exterior<br />
— la invasión de México por Cortés y la invasión de España por Napoleón — ,<br />
los dos imperios sucumbieron bajo el peso de una sublevación g<strong>en</strong>eral <strong>en</strong> la<br />
que la población rural desempeñó un papel decisivo.<br />
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