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erm<br />
Orgapo äe su Veperable<br />
Oräep Cercera y (ofraäías<br />
Dirección y Administración:<br />
PP. MERCEDÁRIOS<br />
Silva, 39.—Madrid (12)<br />
15 DE JUNIO DE <strong>1928</strong> NITIM. 6<br />
S IT M A R 10<br />
LA ÚLTIMA ENCÍCLICA DEL PAPA. — LA VISITA DEL INFANTE D. JAIME AL REFORMATORIO<br />
CO VADONGA. — LA COLECTA «ET FAMULOS » , por Fr. Juan González.—FUENTES DE INMORA-<br />
LIDAD, por Fr. Ricardo Delgado.—RECOMENDACIÓN CURIOSA. — PÁGINA MISIONAL.—EL<br />
VENERABLE P. PEDRO NOLASCO SARDO, por Fr. Guillermo Vázquez.—SONDEANDO EL<br />
C AMPO, por Fr. Martín Ortúzar.— HUMILLACIÓN MERECIDA, por G.—REALEZA CRISTIANA,<br />
Por Fr. Fernando Vázquez.—DEBEMOS CONCURRIR A LA EXPOSICIÓN MISIONAL, por Fray<br />
Alberto Barros.—PoruNn, SALVLIM FAC REGEM!, por Fr. L. 13.—CANCIÓN DE PRIMAVERA,<br />
Por Fr. J. Santiago CreSpO. — FERNANDO VII Y EL P. MANUEL MARTÍNEZ, por Fr. Emilio<br />
S ilVa.—FLINDAMENTO DE LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS, por Fr. S. S.—FAVORES DE NUES-<br />
T RA SANTÍSIMA MADRE. — COLECTA PARA LAS MISIONES. —NOTICIAS. — BIBLIOGRAKA. — NE-<br />
CROLOGÍA.<br />
La última encíclica del Papa<br />
Amor y reparación a jesús.<br />
Cumpliendo el deber impuesto a<br />
San Pedro de confirmar en la fe a<br />
sus hermanos, Pío XI, con fecha 10<br />
de mayo, dirige una carta circular a<br />
todos los Prelados de la Iglesia, y<br />
Por ellos a todos los fieles, tratando<br />
de enfervorizarlos en el amor a Jesucristo,<br />
para celebrar con más fruto<br />
la fiesta de su sacratísimo Corazón.<br />
La plenitud de la ley es el amor,<br />
decía San Pablo. Amar a Dios con<br />
todo el corazón, con todo el alma y<br />
con toda la mente es el primero y<br />
Más grande mandamiento, y el segundo<br />
es también de amor al próji-<br />
Ino. Cristo nos mandó permanecer<br />
en su amor y para ello, no contento<br />
COn habernos redimido con su sangre<br />
preciosísima, prometió estar<br />
con nosotros hasta la consumación<br />
de los siglos.<br />
Pero el reino de Cristo padece<br />
violencia, ahora como en los días<br />
de Juan el Bautista. Mientras unos<br />
claman: Venga a nos tu reino, otros<br />
gritan desaforadamente como los<br />
judíos ante Pilatos: No queremos<br />
que éste reine sobre nosotros. Y sin<br />
embargo es preciso que reine hasta<br />
que ponga a sus enemigos por escabel<br />
de sus pies.<br />
Por eso León XIII ordenó la consagración<br />
del mundo todo al Corazón<br />
de Jesús; del mundo todo, aun<br />
del mundo rebelde.<br />
Insistiendo en la misma idea<br />
Pío XI, estableció la fiesta de Cristo-<br />
Rey. «Y haciendo esto, no solamente<br />
poníamos en plena luz el imperio<br />
supremo que Cristo tiene en todas<br />
las cosas, sobre la sociedad civil y
doméstica y sobre cada uno de sus<br />
individuos, sino que suspirábamos<br />
con gozo por el fausto día en que el<br />
mundo entero se someterá de buen<br />
grado al dominio de Cristo-Rey.<br />
Por esto ordenamos entonces que<br />
con motivo de dicha fiesta se renovase<br />
la misma consagración todos<br />
los años, para conseguir con más<br />
certeza y abundancia sus frutos y<br />
unir en el corazón del Rey de Reyes<br />
y Señor de los que dominan, a todos<br />
los pueblos con amor cristiano en la<br />
comunidad de la paz.»<br />
Reparación debida.<br />
--- 226 -<br />
Pero no basta que deseemos amar<br />
servir a Jesucristo. Así como el<br />
individuo para recobrar la gracia,<br />
debe arrepentirse de sus pecados y<br />
satisfacer por ellos, así la sociedad<br />
y el mundo entero están obligados a<br />
satisfacer por los pecados y abominaciones<br />
'presentes y pasadas. Cristo<br />
mismo pide esa reparación, quejándose<br />
amargamente con el Salmista:<br />
Busqué alguien que tomara<br />
parte en mis tristezas y no lo hubo,<br />
quien me consolara y no lo hallé.<br />
Aun ahora desde el cielo, donde<br />
triunfa glorioso, espera esa reparación,<br />
que previó en la tierra a la<br />
vez que veía las innumerables ofensas<br />
que contra El habían de cometerse.<br />
La reparaCión, el desagravio, la<br />
enmienda 'honorable es uno de los<br />
fines principales de la devoción al<br />
Corazón de Jesús, fin revelado por<br />
el Señor a su sierva Margarita María.<br />
Todo el valor de nuestras satisfacciones<br />
depende del mérito de<br />
Cristo, que es propiciación por<br />
nuestros pecados y no sólo por los<br />
nuestros, sino también por los de<br />
todo el mundo.<br />
Sin embargo, el mismo Cristo,<br />
así como quiere que nuestras buenas<br />
obras se junten con las suyas,<br />
así quiere también que nuestras salisfacciopes<br />
se unan a las que El<br />
ofreció al Pedre. Esa reparación se<br />
•ofrece particularmente -,con dos<br />
obras de piedad: la comunión reparadora<br />
y la hora santa, difundidas<br />
ya en toda la Iglesia, y que el Papa<br />
desea se extiendan más y más.<br />
¡Son tantos los crímenes que hay<br />
que reparar! «De todas partes sube<br />
a Nos el clamor de pueblos que gimen;<br />
cuyos príncipes se han confa<br />
bulado contra el Señor y contra su,<br />
Iglesia. Vemos en aquellas naciones<br />
pisoteados los derechos divinos<br />
v humanos, los templos destruidos,<br />
íos religiosos y las sagradas vírgenes<br />
expulsados de sus casas, encarcelados,<br />
hambrientos y afligidoscon<br />
vergonzosas crueldades; miles<br />
de niños y niñas arrancados al seno<br />
de la Madre Iglesia, obligados a renegar<br />
y blasfemar de Cristo y conducidos<br />
a los peores delitos de la<br />
lujuria; todo el pueblo cristiano<br />
amenazado y oprimido, en continuo<br />
peligro de apostasía de la fe y de<br />
muerte la más atroz.<br />
Fácil es reconocer en estos rasgos<br />
los horrores de México, Rusia y<br />
China, aunque sean aplicables también<br />
en parte a otros países. •Pero<br />
no es esto solo ni lo más grave. En<br />
medio del pueblo cristiano abundan<br />
las abominaciones que el Papa señala<br />
con lágrimas: «Y aun es más<br />
triste, venerables hermanos, el espectáculo<br />
de que entre los mismos<br />
fieles, lavados por el bautismo en la'<br />
sangre del cordero inmaculado, y<br />
enriquecidos con la gracia, se en-,<br />
cuentren tantos que, ignorantes de<br />
las cosas divinas, envenenados con<br />
falsas doctrinas, viven una ,vida<br />
llena de vicios, alejados de la casa<br />
del Padre, sin luz de verdadera fe,<br />
sin la esperanza de la felicidad futura,<br />
privados del beneficio y del<br />
aliento que se deriva del ardor de la<br />
caridad; de modo que puede decirse<br />
que están sumergidos realmente<br />
en las tinieblas y sombras de<br />
muerte».<br />
«Además crece entre los fieles el<br />
desprecio de la disciplina eclesiástica<br />
y de las tradiciones heredadas,<br />
COn las cuales se sostiene la vida<br />
cristiana, se regula la sociedad doméstica<br />
y se defiende la santidad<br />
del matrimonio. La educación de la<br />
juventud se descuida o malea por<br />
cuidados excesivamente afeminados,<br />
y hasta se le quita a la Iglesia<br />
la facultad de educar cristianamente<br />
a la juventud. El pudor cristiano,<br />
lastimosamente olvidado en el modo<br />
de vivir y de vestir, sobre todo de<br />
las mujeres; una concupiscencia insaciable<br />
de bienes caducos; un predominio<br />
desenfrenado de los intereses<br />
materiales; una persecución afanosa<br />
del aura popular; un desprecio<br />
de la autoridad legítima y de la palabra<br />
de Dios, con que la fe se destruye<br />
o se pone al borde de la<br />
ruina».<br />
Y a todo esto pone el colmo la<br />
Pereza e indolencia de los que dormitando<br />
como los apóstoles en el<br />
Huerto, abandonan a Cristo, a quien<br />
habían jurado d'efender, o con sacrílega<br />
temeridad se acercan a la<br />
comunión y se pasan al campo<br />
enemigo.<br />
Felizmente podemos aplicar a<br />
nuestra edad lo dicho por el Apóstol;<br />
«Donde abundó el delito sobreabundó<br />
la gracia. En efecto, habiendo<br />
crecido tanto la perversidad de<br />
los hombres, también aumenta maravillosamente<br />
por favor del Espíritu<br />
Santo el número de los fieles de<br />
uno y otro sexo que con ánimo decidido<br />
se esfuerzan por dar satisfacción<br />
al Corazón Divino de tantas<br />
injurias como se le hacen, y hasta<br />
se ofrecen a sí mismos como víctimas),<br />
uniéndose a los sentimientos<br />
de la santísima Virgen, que habiendo<br />
ofrecido a su Hijo al pie de la<br />
Cru z, por la admirable unión que<br />
— 227 —<br />
tuvo con El y por gracia singularísima<br />
vino a ser también Reparadora,<br />
como piadosamente la invoca-<br />
MOS.<br />
Para que todo esto se haga mejor,<br />
el Papa ordena que la fiesta del Sagrado<br />
Corazón se celebre en adelante<br />
con octava todos los años,<br />
para que durante ocho días continuos<br />
tengan presentes los fieles,<br />
todos los dolores y anhelos de Cristo,<br />
y manda que en dicha fiesta se<br />
rece públicamente el siguiente:<br />
Acto de reparación al sacratfsimo<br />
Corazón de Jesús.<br />
¡Jesús dulcísimo cuyo inmenso<br />
amor a los hombres se paga tan ingratamente<br />
con el olvido, el desdén<br />
y el desprecio! Henos aquí postrados<br />
ante vuestros altares; queremos<br />
reparar con particulares manifestaciones<br />
de honor tan indigna frialdad<br />
y las injurias con las cuales en<br />
todas partes es herido por los hombres<br />
vuestro amantísimo Corazón.<br />
Recordando, no obstante, que<br />
también nosotros otras veces nos<br />
hemos manchado con tal indignidad<br />
y experimentando ahora vivísimo<br />
dolor, imploramos ante todo para<br />
nosotros vuestra misericordia, prontos<br />
a reparar con voluntaria expiación,<br />
no sólo los pecados que cometimos<br />
nosotros mismos, sino también<br />
los de aquellos que, errando<br />
alejados del camino de la salud, rehusan<br />
seguiros como Pastor y Guía,<br />
obstinándose en su infidelidad, o<br />
han sacudido el suavísimo yugo de<br />
de vuestra ley pisoteando las promesas<br />
del bautismo.<br />
Y al mismo tiempo que entendemos<br />
expiar todo el cúmulo de tan<br />
deplorables delitos, nos proponemos<br />
reparar cada uno en particular:<br />
la inmodestia y las torpezas de la<br />
vida y del vestido, las insidias tendidas<br />
por la corrupción a las almas<br />
inocentes, la profanación de los días
— 228 —<br />
festivos, las injurias execrables dirigidas<br />
contra Vos y contra vuestros<br />
Santos, los insultos lanzados<br />
contra vuestro Vicario y el orden<br />
sacerdotal, las negligencias y los<br />
horribles sacrilegios con que se profana<br />
el mismo Sacramento del amor<br />
divino, y en fin, las culpas públicas<br />
de las naciones que menosprecian<br />
los derechos y el magisterio de la<br />
Iglesia por Vos fundada.<br />
¡Ojalá que podamos nosotros lavar<br />
con nuestra sangre estas afrentas!<br />
Entretanto, como reparación<br />
del honor divino conculcado, os<br />
presentamos, acompañándola con<br />
las expiaciones de la Virgen vuestra<br />
Madre, de todos los Santos y de<br />
las almas piadosas, aquella satisfac-;<br />
ción que Vos mismo ofrecisteis un<br />
día en la cruz al Padre, y que se renueva<br />
todos los días en los altares.<br />
Os prometemos con todo el corazón<br />
reparar en cuanto esté de nuestra<br />
parte y con el auxilio de vuestra<br />
gracia los pecados cometidos por<br />
nosotros y por los demás; y la indiferencia<br />
a tan grande amor con la<br />
firmeza de la fe, la inocencia de la<br />
vida, la observancia perfecta de la<br />
ley evangélica, especialmente de la<br />
caridad, e impedir además con todas<br />
nuestras fuerzas las injurias<br />
contra Vos, y atraer a cuantos podamos<br />
a vuestro seguimiento.<br />
Aceptad, os rogamos, oh benignísimo<br />
Jesús, por intercesión de la<br />
Santísima Virgen María Reparadora,<br />
este voluntario obsequio de reparación;<br />
y conservadnos fidelísimamente<br />
en vuestra obediencia y<br />
en vuestro servicio hasta la muerte<br />
con el gran don de la perseverancia,<br />
merced al cual podamos todos un<br />
día alcanzar la patria donde Vos<br />
con el Padre y con el Espíritu Santo<br />
vivís y reináis por todos los siglos<br />
de los siglos. Así sea.<br />
eiones para ver de poner guapoe1<br />
Jardín lo más rápidamente posible<br />
Y después de dirigirles alguna pregunta<br />
sobre lo que desearían se les<br />
concediese en ese día, se ha retirado.<br />
Minutos después van saliendo los<br />
Pequeños divididos en grupos con<br />
Un mayorzuelo de confianza al frente<br />
; van provistos de herramientas<br />
Podan unos, plantan nuevas y<br />
vistosas matas en flor otros; bullen<br />
los más con rastros y carretillas,<br />
extendiendo y acarreando arena en<br />
las carreras.<br />
Los muchachos no pueden aguantar<br />
la risa que les produce el inusitado<br />
regocijo y beatitud de los dos<br />
carreros que con sus bueyes van<br />
distribuyendo al por mayor arena<br />
- ¡Y querrá venir un príncipe a<br />
vernos a nosotros?—han dicho los<br />
pequeños del Reformatorio agrupados<br />
en torno del hermano inspector,<br />
cesando un momento de bullir<br />
y rebullir por los jardines.<br />
—¡Claro que querrá!—les ha contestado<br />
él sonriente.<br />
—Pues entonces habrá que poner<br />
muy guapo el jardín.<br />
—1Naturalmente!<br />
—Y ese día nos dejarán más<br />
tiempo jugar al balón.<br />
----¡Ya lo creo!<br />
DE OVIEDO<br />
La visita del Infante Don Jaime al Reformatorio<br />
"Covadonga„<br />
Dos Torres (Córdoba).—Una clase del Colegio de Mercedarias.<br />
--Pero necesita un parche.<br />
—Ya se arreglará. A lo mejor su<br />
Alteza os regala uno.<br />
--¡,Y querría?<br />
—Digo!<br />
-- ¡Qué buenín que debe ser!<br />
La llegada del P. Director del<br />
Reformatorio ha venido a interrumpir<br />
el animado diálogo que sobre<br />
la venida del Infante a ésta sostenían<br />
los pequeños con el hermano<br />
fray Germán. Todos se han descubierto<br />
respetuosamente.<br />
El ha dado las oportunas instrucfosorias,<br />
rastros, escobones, carretillas,<br />
etc., para limpiar las avenidas<br />
y carreteras principales.<br />
Son las diez de la mañana. Luce<br />
el sol y brilla el cielo, sin duda para<br />
desagraviarnos de lo mal que se<br />
Portó en días anteriores.<br />
Hierven los jardines con tanto<br />
menudo trabajador, semejando a<br />
un abejar. El jardinero mayor de<br />
Oviedo, que ha venido con algunos<br />
Operarios para dirigir personalmente<br />
el embellecimiento de este parque,<br />
no se da punto de reposo.<br />
desde lo alto de sus carros. La sidra<br />
los ha puesto, si no del todo en<br />
el paraíso, al menos muy cerca de<br />
sus umbrales.<br />
—Padre—grita uno -- aquí hay<br />
un nido de jilguero; ya líen huevines.<br />
—No le toqueis. ¡Adelante! les ha<br />
dicho el inspector.<br />
Después de comer han proseguido<br />
trabajando todo el dia, no sin<br />
meterle mano ya a algunas frutas,<br />
como p. e. los priscos o abridores<br />
(que aquí llaman piescos) y que to-
davía no exceden el tamaño de<br />
aceitunas, pero que ellos las tienen<br />
por archisazonadas.<br />
Una hora antes de oscurecer se<br />
les ha dado a los pequeños un descanso<br />
en el hermoso prado destinado<br />
al deporte de foot-ball, y cuando<br />
todos creíamos se echarían rendidos<br />
en la hierba, según habían<br />
bregado, aún han tenido energías<br />
para jugar un partido.<br />
—Dios Nuestro Señor se las conserve,<br />
han dicho los padres, haciéndose<br />
cruces.<br />
La llegada.<br />
Decididamente su Alteza nos ha<br />
traído el buen tiempo, porque hoy<br />
también gozamos de espléndido<br />
día; casi hace calor.<br />
El edificio está cubierto de banderas<br />
y colgaduras; hay también<br />
profusión de flores por doquier; los<br />
niños formados en dos filas con el<br />
hermano inspector al frente, esperan<br />
la llegada del Infante saboreando<br />
unos caramelos que de antemano<br />
les envió el Excmo. Sr. Presidente<br />
de la Junta-Patronato de este<br />
Reformatorio, General Zubillaga.<br />
Van llegando automóviles conduciendo<br />
al excelentísimo señor<br />
don Ramón Prieto Pazos, Presidente<br />
del Tribunal de menores y a<br />
los demás señores que lo integran;<br />
saludarnos a D. Isabel de Macua,<br />
distinguida y piadosa dama, vocal<br />
del mismo; a D. Manuel Pumares,<br />
Secretario del Tribunal; al señor<br />
Cura Párroco de San Juan, de<br />
Oviedo; al Médico y Administrador<br />
del Reformatorio, así como a<br />
D. 'Valentín Pastor, Director de la<br />
Normal y Vocal de la Junta.<br />
La fina y deliciosa conversación<br />
— 230 -<br />
de D. Ramón Prieto y de D. Isabel<br />
de Macua, hacen que la espera, un<br />
tanto larga, del Infante, se haga en<br />
el grupo en que, con el P. Director<br />
y otros señores departen, breve y<br />
agradable en extremo.<br />
De improviso el estampido de<br />
unas bombas anuncia la proximidad<br />
de su Alteza y séquito.<br />
Todos se dirigen a la puerta principal<br />
del jardín y en ella, momentos<br />
después, es recibido el augusto<br />
visitante por el R. P. Miguel, Director<br />
del Establecimiento, con la<br />
Comunidad, Presidente del Tribunal<br />
y demás señores arriba mencionados.<br />
Vienen acompañándolo el señor<br />
Obispo de la Diócesis Gobernadores<br />
civil y militar, Alcalde de Oviedo,<br />
Presidentes de la Diputación Y<br />
Audiencia, Gobernador de Valladolid,<br />
Vicario General de la Diócesis,<br />
algunos informadores de la capital<br />
y gran multitud de personalidades<br />
civiles y militares, cuyos nombres<br />
no recordamos en este momento.<br />
Los niños han comenzado a<br />
aplaudir y dar vivas con gran entusiasmo.<br />
Su alteza, acompañado de su<br />
Profesor Sr. Antelo, del P. Director<br />
y demás ilustres señores de su<br />
séquito recorrió una por una las<br />
dependencias del Establecimiento;<br />
al visitar las destinadas a los reformandos<br />
más díscolos, que llamamos<br />
La Peflexión, ha relatado el<br />
Infante al P. Director cómo a él<br />
también, cuando de niño no sabía<br />
la lección, lo encerraban haciéndole<br />
pasar todo el día a pan y<br />
agua.<br />
A la salida del edificio, y en el<br />
paseo principal del jardín, ha sacado<br />
el redactor gráfico, de «Región»<br />
algunas fotos con el Infante, el se<br />
Obispo, la Junta-Patronato del Ref<br />
ormatorio y el P. Director dgl mismo.<br />
Han visitado después la vaqueria;<br />
el Sr.Obispo ha dedicado unos<br />
momentos a conversar con los co-<br />
Prigendos y les ha ofrecido venir<br />
otra vez pronto a verlos y hacerles<br />
el regalo del rosco de Pascua. Su<br />
Alteza /es ha hecho el obsequio de<br />
dos soberbios balones de reglamento-<br />
al enterarse que tenían algo<br />
estropeado el propio. Los pequeños,<br />
al enterarse de este rasgo generoso<br />
de su Alteza y ver que se<br />
marchaba, han prorrumpido de nuevo<br />
en vivas y aplausos al Infante<br />
Y entre ellos, después de saludar y<br />
der la enhorabuena al P. Director<br />
Y Comunidad por el buen estado y<br />
No se ocultaron a nuestros católicos<br />
Monarcas los grandes bienes<br />
que reportarían para sí, para su<br />
real familia y para su pueblo, patrocinando<br />
a una Orden religiosa.<br />
Jesucristo dijo que en donde quiera<br />
que se reunan dos o tres en su<br />
nombre, que allí está El en medio de<br />
ellos,- y todo lo que pidieren al Eterno<br />
Padre en su nombre, que les sería<br />
concedido. Cuando la súplica no<br />
es hecha por uno o dos en particular,<br />
Sino por una entidad religiosa,<br />
,37 mucho más cuando es hecha en<br />
nombre de toda la Iglesia, el éxito<br />
-es indubitable.<br />
— 231 —<br />
La Colecta "Et Famulos„<br />
orden del Establecimiento, han subido<br />
al automóvil en compañía del<br />
Sr. Alcalde y se ha alejado, en<br />
tanto arreciaban los aplausos y<br />
vivas de los niños y del público.<br />
Conste aquí también nuestra entusiasta<br />
felicitación para el excelentísimo<br />
Sr. Presidente de la Junta<br />
de Patronato de este Reformatorio,<br />
D. Prancisco de Zubillaga, con<br />
quien toda Asturias- está en deuda<br />
por la constancia, el desinterés y<br />
alteza de miras con que aquí ha<br />
fundado, sostiene y alienta esta modernísima<br />
y utilísima institución.<br />
A los parabienes que recibió también<br />
del Infante don Jaime y demás<br />
ilustres personalidades, queremos<br />
sumai• el-humildísimo nuestro.<br />
M.<br />
Mayo, <strong>1928</strong>.<br />
¡Cuántas bendiciones del cielo<br />
descienden cada día sobre la persona<br />
del Rey, merced a la Oración<br />
que rezan por tres veces, en el Santo<br />
Sacrificio de la Misa, todos los<br />
sacerdotes de España, en la cual<br />
oración se hace especial mención<br />
del Monarca y de sus obligaciones.<br />
Dicha Colecta, puesta en romance,<br />
es como sigue: (Guarda, Señor,<br />
de toda adversidad a tus siervos,<br />
nuestro Papa Pío, a nuestro Obispo<br />
N. y a nuestro Rey Alfonso, a la<br />
Reina y al Príncipe con toda la Real<br />
familia, al pueblo que le está confiado<br />
y a su ejército...
Fue aprobada esta Colecta por la<br />
Santidad de Pío V y confirmada pocos<br />
arios después por Gregorio XIII;<br />
pero sólo se rezaba en necesidades<br />
apremiantes. Los Mercedarios, siempre<br />
muy afectos a la familia real, interesándose<br />
vivamente por el bienestar<br />
de la misma, y para corresponder<br />
a la benevolencia que el Rey<br />
usaba con ellos, alcanzaron de la<br />
Santa Sede que la expresada Oración<br />
pudiese ser dicha en todas las<br />
Misas, así privadas como cantadas,<br />
por todos los sacerdotes de España,<br />
seculares y regulares. He aquí el<br />
Decreto de concesión:<br />
«Para la Orden de Nuestra Señora<br />
de la Merced.<br />
Sobre la Colecta ET FAMULOS<br />
La Sagrada Congregación de Ritos,<br />
siendo ponente el Emmo. Cardenal<br />
Rasponi, ante la súplica del<br />
— 252 —<br />
Padre Fr. Francisco de San Marcos,<br />
Procurador General de los descalzos<br />
de la Orden de Nuestra Señora<br />
de la Merced, Redención de cautivos,<br />
en nombre de toda la dicha<br />
Orden, tanto calzada como descalza,<br />
aprobó la dicha colecta, según<br />
el ejemplar adjunto y concedió que<br />
pudiera ser dicha en toda España<br />
por todos los sacerdotes, tanto seculares<br />
como regulares, tanto en<br />
las misas cantadas como en las privadas,<br />
después de las oraciones<br />
señaladas en el Misal, según la concesión<br />
de Pío V y de Gregorio XIII,<br />
de santa memoria, y qu% así se pueda<br />
imprimir.-13 de Juiio de 1675.<br />
V. Cardenal Carpineo.—Barbadino<br />
Casale, Secretario de la Sagrada<br />
Congregación (1)».<br />
FR. JUA-151-61YNZA1EZ<br />
(1 -I<br />
(1) Bullarium Ord. de Merced; p . 362.<br />
-- 235 —<br />
genes dejan fuertemente grabadas<br />
en la imaginación! Y ¿qué diremos<br />
de las tinieblas del «cine»...? .•(,?ué<br />
lecciones de moralidad, de arte, qué<br />
honesto solaz se pueden esperar de<br />
esos «cines» donde medio minuto<br />
antes de dar la luz suenan los timbres...?<br />
Si no me expreso más claro, culpad<br />
a las tinieblas que se extienden<br />
Por los ámbitos del salón; esas son<br />
las culpables de mi lacónico decir<br />
sobre los estragos morales y sociales<br />
que produce en la juventud conque<br />
ni vosotras, ni vuestras hijas,<br />
ni los papás, ni sus hijos, pueden ni<br />
deben ir al «cine», cuando el asunto<br />
de la película no sea decente, o, por<br />
lo menos, indiferente, si es que hoy<br />
cabe alguna película indiferente en<br />
materia de Religión y de Moral.<br />
Los bailes modernos.—La moral,<br />
la buena educación, las sanas y tradicionales<br />
costumbres, el arte y la<br />
estética rechazan los bailes modernos<br />
por ser los proveedores de las<br />
grandes corrupciones. «En cuanto<br />
a los bailes exóticos y bárbaros—<br />
Egea de los° Caballeros (Zaragoza).—Clase de labores del Colegio de Mercedarias.<br />
Fuentes de inmoralidad<br />
El c cine » .—Otra de las fuentes de<br />
inmoralidad es el « cine», que se lleva<br />
el 70 por 100 de las personas durante<br />
gran parte de las noches del ario.<br />
Su baratura le pone al alcance de<br />
todas las familias.<br />
La inconsciencia de nuestra sociedad<br />
abre las compuertas que contenían<br />
las aguas cenagosas de la<br />
grosería, y ésta invade hasta los<br />
recintos más reservados, los corazones<br />
juveniles guardados antes<br />
como tesoro inestimable. Una 'de<br />
las compuertas en mal hora levantadas<br />
es el «cine».<br />
Las mal llamadas películas sentímentales<br />
han desarrollado, ante los<br />
absortos ojos de nuestras juventudes,<br />
unas escenas fastuosas de palacios,<br />
de ricos tapices, en donde<br />
dramas de amor y de adulterio tienen<br />
su acción y en donde se ven<br />
posturas de una lujuria desenfrenada,<br />
a la que pone fin el beso torturador<br />
del clásico final de toda película.<br />
El «cine> es la pendiente fatal<br />
por donde se precipitan las sociedades<br />
modernas en el vergonzoso<br />
caos de todas las degradaciones.<br />
¡Qué películas se exhiben en la generalidad<br />
de los cines! ¡Qué imá-<br />
temporánea este malhechor que<br />
hiere en las tinieblas y mata a los<br />
J óvenes por la espalda.<br />
El «cine», generalmente hablando,<br />
es la escuela del robo, la escuela<br />
de la impureza, la escuela de la<br />
in fidelidad, la escuela del adulterio,<br />
el aprendizaje de toda clase de<br />
vicios.<br />
Hace días me preguntaba una<br />
Madre cristiana si podría llevar sus<br />
hijos al «cine». Lo que conteste a<br />
esta buena madre, se lo digo aquí a<br />
todas las madres. Con vosotras,<br />
madres abnegadas y fidelísimas,<br />
con vosotras, pueden ir, si dan palabra<br />
(sobre todo las hijas) de estar<br />
en el . cine» con vosotras y volver<br />
del 'cine» con vosotras. Ad viértoos,<br />
dice el inmortal Pontífice Benedicto<br />
XV— los unos peores que los<br />
otros, hoy de moda en el gran mundo<br />
elegante, no podría darse medio<br />
más adecuado para acabar con<br />
todos los restos de pudor.» Después<br />
de los crueles sufrimientos, de las<br />
amaruras sin cuento que ha experimentado<br />
la sociedad en la gran<br />
guerra, no parece sino que, para<br />
acallar los ayes de dolor que se<br />
escapaban de los pechos humanos,<br />
ha sentido la humanidad un anhelo<br />
irresistible hacia la diversión, lo,<br />
cual aumentó la popularidad de los<br />
bailes exóticos e inmorales, para<br />
ahogar en ellos tan ingrato recuerdo;<br />
pero se olvida que debajo de la<br />
sociedad que goza y se divierte con
orgías voluptuosas, que matan las<br />
almas y envenenan los corazones,<br />
se roba, se asesina, se almacena la<br />
dinamita y se trabaja sin descanso<br />
en perfeccionar los fusiles para acabar<br />
con esa sociedad enfermiza y<br />
agónica.<br />
Hoy en los salones de nuestra<br />
sociedad, en los hoteles, casinos , y<br />
aun en los centros de recreo, la<br />
danza ocupa un lugar preponderante.<br />
Los movimientos, las posturas,<br />
los meneos y la manera de<br />
cogerse que esos bailes imponen a<br />
las parejas, no pueden ser más voluptuosos,<br />
más inmorales, más perturbadores.<br />
Claro es que me refiero<br />
a los bailes hoy de moda: el «onestep<br />
» , el «boston», el «fox-trot», el<br />
«blue», el «shimmy», el «charlestón»<br />
y la última novedad norteamericana<br />
el « black bottom ». A esto<br />
añádanse los trajes -- si trajes se<br />
pueden llamar — que llevan ellas;<br />
que comienzan más tarde y terminan<br />
más temprano...<br />
— Ay, señora! — dice el gráfico<br />
Selg-as a una mamá - ¡si supiera en<br />
qué actitud he visto a Emilia!<br />
— Cómo?- pregunta la madre.<br />
—Señora, un caballero la apretaba<br />
fuertemente una mano y con la<br />
otra ceñía estrechamente su talle.<br />
—¡Imposible!<br />
—Sí, señora, sí, y las caras casi<br />
juntas y los cuerpos casi juntos.<br />
—No, no puede ser; quiero verlo.<br />
La señora es conducida al salón<br />
de baile y encuentra a su hija bailando<br />
con un caballero.<br />
—e:No ve usted, señora?<br />
- ¡Vaya, qué cosas tiene usted...!<br />
Y sigue diciendo Selgas: de tal<br />
manera que en el baile la mano no<br />
es manó, la cara no es cara, el cuerpo<br />
no es cuerpo, el talle no es talle<br />
y la carne no es carne. ¡Qué moral<br />
tan curiosa...!<br />
El lujo y las modas.—El lujo—ha<br />
dicho un gran pensador- -es el traje<br />
— 2M —<br />
de camino de los pueblos que se<br />
van. Las naciones son como las mujeres:<br />
mientras más viejas y más<br />
feas, necesitan más tocador y más<br />
afeites. Las sociedades modernas,<br />
en las ansias supremas de aumentar<br />
indefinidamente los goces materiales,<br />
viendo que la Naturaleza<br />
no puede dárselos, apelan al lujo<br />
deslumbrador y fastuoso, a cuyo fin<br />
aumentan el trabajo, aumentan las<br />
necesidades, agravan la miseria,<br />
despiertan la envidia y multiplican<br />
los museos de las más bajas pasiones,<br />
pues el lujo no es más que un<br />
tributo pagado a los siete pecados<br />
capitales.<br />
El orgullo se pavonea por los<br />
salones, teatros, calles y plazas y<br />
¡ay!, hasta en los templos del Señor,<br />
y con los ricos y costosos vestidos<br />
se creen superiores a todos y<br />
a todas. La codicia aumenta el trabajo<br />
de los obreros y obreras con el<br />
fin de que produzca más oro, aun<br />
cuando se mueran o enfermen, para<br />
derrochar en prodigalidades, en voluptuosas<br />
y brutales orgías, para<br />
vivir como el Hijo pródigo, de que<br />
nos habla el Evangelio. La lujuria<br />
paga fuertes cantidades a las profesionales,<br />
que después arroja a los<br />
muladares y que la sociedad expulsa.<br />
de su seno como miembros corrompidos.<br />
La envidia lleva a cometer<br />
locuras que se pagan muy caras,<br />
para convertirse en escandalosas<br />
ruinas. La cólera hace crugir los<br />
dientes de aquella parte de la sociedad<br />
que no puede rivalizar con la<br />
otra más rica y tomar parte en los<br />
festines de la vida. La molicie enerva<br />
y mancilla los corazones, mata<br />
las nobles y sublimes aspiraciones,<br />
agosta en flor a nuestras hermosas<br />
juventudes, atrofia las inteligencias<br />
y es fuente de todos los vicios.<br />
Las mujeres de nuestros días, las<br />
que se someten a la ley tirana de la<br />
moda, andan por salones y calles<br />
exhibiendo desnudeces provocativas,<br />
con modales tan desenvueltos,<br />
COn taiito descoco, con tanta falta<br />
de recato y de pudor que están causando<br />
daños inmensos en las almas,<br />
haciendo marchitar flores de inocencia<br />
y siendo motivo de que<br />
muchos corazones se revuelquen<br />
en el fango de todas las degra<br />
daciones más inmundas en los<br />
albores de la vida.<br />
La ilustre escritora Paterson,<br />
en una conferencia que dió en el<br />
Club de Toronto - Canadá— afir-<br />
MÓ francamente: «Si se viese a<br />
Un hombre vestido en la forma en<br />
lile van ciertas mujeres, sería<br />
inmediatamente detenido por indecoroso<br />
e inmoral y conducido<br />
a la cárcel. Tantos matrimonios<br />
deshechos por la frivolidad de la<br />
Mujer esclava de la moda y cuya<br />
P sicología es un tejido de capri-<br />
,chos y de monerías insufribles,<br />
nacen que se aparten del vínculo<br />
sagrado, base de la sociedad y<br />
de la moralidad, una multitud de<br />
:Jóvenes viriles y sensatos que<br />
serían excelentes padres de familia.<br />
Gran parte de las muchachas<br />
de hoy son mercancía averiada<br />
cuya exposición se repite<br />
en plazas públicas y todo el mundo<br />
la contempla, pero nadie<br />
quiere hacerse con ella...»<br />
Yo no me atreviera a estam-<br />
Par en las cuartillas semejante<br />
Calificativo, pero como es de una<br />
Mujer, y doctora, lo estampo, y<br />
Para ella será la crítica que des-<br />
Pierte.<br />
Ei masculinismo feminista. — No<br />
mudamos en colocar entre las fuentes<br />
de la inmoralidad de nuestra<br />
Poca el masculinisrno de ciertas<br />
leninistas que es símbolo de decadencia<br />
para muchos pueblos y de<br />
atales ruinas para muchas almas.<br />
tlaY que decir toda la verdad. La<br />
Mujer .suprarrealista , de hoy, de<br />
pelo y falda cortos, de talle estrecho,<br />
la mujer que juega, fuma, bebe<br />
y que no se escandaliza de nada, es<br />
de tristes y dolorosas consecuencias<br />
para la humanidad. El laicismo<br />
contemporáneo quiere que la<br />
Dos Torres (Córdoba).—Ros ario , Maria y Conchita<br />
Maduao Gil, fervorosas misioneras del Colegio de<br />
Mercedarias.<br />
mujer se parezca al hombre, no en<br />
las virtudes, pero sí en los vicios.<br />
A esta clase de mujeres se les llama<br />
«personas bien » , y a las que poseen<br />
los dos modernos vicios más dominantes<br />
en el gran mundo, se les<br />
califica de «elegantes».<br />
He aquí cómo describe una ilustre<br />
escritora a las que beben. «Toda<br />
señora «elegante » toma un aperitivo,<br />
y en la «taberna» de moda con-
— 256 — — 237 —<br />
vida a sus amigas; pues porque en<br />
la puerta se lea «bar» en vez de<br />
«vinos » , no por eso deja de ser<br />
aquello una especie de taberna.<br />
Antes la mujer no entraba en la<br />
taberna más que para sacar al marido—tratándose<br />
de cocheros y de<br />
mozos de cordel e impedir que se<br />
emborrachase y se gastase el jornal<br />
de: la semana. Hoy día es la señora<br />
la ,que llega en automóvil a la taberna<br />
llevando al marido o al hijo a<br />
que prueben el nuevo aperitivo, y<br />
al amigo lo cita allí también para<br />
charlar un rato... Con razón dijö<br />
cierto albañil al pasar por delante<br />
de un «bar» y ver allí una fila de<br />
autos a las doce y media de la mañana:<br />
Los ricos también van a la<br />
taberna, pero la llaman 'bar».<br />
Hoy día los médicos están alarmädos<br />
ante los estragos que esos<br />
dos vicios dominadores de la mujer<br />
esitán causando a la humanidad.<br />
Espanta lo que será la próxima<br />
generación ,-14y los males físicos y<br />
morales que llevará en la sangre.<br />
La bebida, los alcaloides y el tabaco<br />
pueden ser la ruina del género<br />
humano. La mujer con sus virtudes<br />
y su vida ordenada era la gran reserva<br />
de energías, la esperanza de<br />
las generaciones venideras, pero<br />
ahora tal esperanza se disipa.<br />
El profesor Mr. Channcey Barber,<br />
de Nueva York, de clara que, según<br />
las estadísticas, el 60 por 100 de los<br />
niños nacidos de madres fumadoras<br />
mueren antes de los dos arios, sobre<br />
:2,4k<br />
te)--<br />
todo si la madre sigue fumando<br />
durante el período de lactancia.<br />
Los males que corroen y gangrenan<br />
la sociedad moderna cuentan<br />
con los poderosos vehículos de corrupción<br />
que dejamos apuntados.<br />
Por esos respiraderos sube hoy «el<br />
humo del pozo infernal» en frase<br />
del Apocalipsis. « El árbol del manzanillo<br />
extiende sus ramas de sombra<br />
mortífera sobre todas las catego<br />
, ías sociales.»<br />
Conclusión. — Ante la ola invasora<br />
de inmoralidad no cabe dudar<br />
acerca del camino que debemos<br />
tomar. « ¡Ay de mil—exclamaba el<br />
viejo Matatías rasgando sus vestiduras—,<br />
que no he muerto porque<br />
debía de ver el envilecimiento de<br />
este pueblo y la deshonra de esta<br />
ciudad. Los paganos todo lo han<br />
contaminado: nuestra inocencia,<br />
nuestra belleza, nuestra virtud y<br />
nuestra gloria. Que todos inclinen<br />
la cabeza bajo el yugo de esta tiranía<br />
impura, que traicionen a la fe<br />
de sus padres, ¡yo y mis hijos y mis<br />
hermanos preferimos morir!...› Y<br />
levantando después aún más la voz<br />
ante el escándalo, exclamó de nuevo<br />
con un formidable acento: «El<br />
que ame nuestra ley, salga de aquí:<br />
y sígame.»<br />
Verdaderamente para conservar<br />
el corazón inmaculado en medio del<br />
fango de la inmoralidad contemporánea,<br />
es necesario el heroísmo del<br />
padre de los Macabeos.<br />
FR. R. DELGADO CAPEANS<br />
Una recomendación curiosa<br />
Lo es sin duda la siguiente dirigida<br />
al Rey de Granada por Jaime II<br />
de Aragón en 1300 para que diera<br />
facilidades a los mercedarios que<br />
iban a redimir cautivos:<br />
«Al muyt noble e honrado don<br />
Mahomet Aboadille, Abenaçar e<br />
Amir Amuzlemin Rey de Granada,<br />
don Jaime por la gracia de Dios<br />
Rey de Aragon, de Mayorcas, de<br />
Valencia et de Murcia, Conde de<br />
Barcelona, et de la santa Esgleya<br />
de Roma Senyalero et Capitan General,<br />
saut como a amigo para quien<br />
queriamos toda honra et buenaventura.<br />
Rey. Como los freyres de la Or-<br />
Página Misional<br />
PUERTO RICO<br />
Muy Rvdo. š amado Padre: Gracias<br />
a Dios hemos salido sin quebranto<br />
mayor de la Cuaresma y<br />
Podemos descansar algo, ya que el<br />
Calor este ario parece que no se<br />
adelanta.<br />
La Semana Santa en Puerto Rico<br />
s muy notable. Como la gente vive<br />
en su mayoría en los campos y a 30<br />
Y 40 kilómetros de la parroquia no<br />
Puede venir a la Iglesia en todo el<br />
año. El Jueves y Viernes Santo, en<br />
cambio, no falta ninguno que tenga<br />
una chispa de catolicismo. «Padre,<br />
Yo soy muy católico y no falto ninglin<br />
ario a la misa el Viernes Santo»,<br />
me decía un hombre hace pocos<br />
días. Se refería al sermón de las<br />
siete palabras, por el que hay verdadera<br />
pasión en toda la Isla. Sea<br />
bueno o malo el predicador, lo<br />
den de Santa Eulalia de Barcelona<br />
entiendan entrar en la vuestra tierra<br />
para reemir los cautivos christianos<br />
que hi son, rogamos que guando<br />
los dichos freyres entraran por la<br />
dita redempcion, que no los mandedes<br />
embargar en vuestra tierra,<br />
ni en los vuestros lugares, ni a lurs<br />
coses, y que en ir y tornar vayan<br />
salvos et seguros; et gradecervoslo<br />
hemos muyto.<br />
Dada en Lérida en 15 días andados<br />
del mes de Mayo en el año de<br />
Nuestro Señor 1300» (1).<br />
(1) Ribera: Patronato, pág. 564.<br />
aguantan a pie firme tres horas estrujándose<br />
en medio de un calor<br />
asfixiante.<br />
El P. Martín, muy mejorado de<br />
salud, y después de unos ejercicios<br />
en San juan, en el Sagrado Corazón,<br />
predicó toda la Semana Santa<br />
en Coamo. Lo solicitaron casi todos<br />
los pueblos importantes de la Isla y<br />
con tal concurrencia que algunos<br />
días hubo de predicar en la Plaza.<br />
(Todas las ciudades de Puerto<br />
Rico tienen indefectiblemente una<br />
bonitísima plaza en medio de la<br />
población y en el centro de la plaza<br />
la iglesia.)<br />
El P. Isidoro pasó unos días regentando<br />
la parroquia de Maricao<br />
por hallarse el P. Gargallo operado<br />
dos veces seguidas de hernia en la<br />
Clínica española de Mayagüez, y el<br />
P. Bienvenido con nosotros aquí en
Ponce para curarse de la garganta<br />
y pronunciar unas conferen<br />
cias en la Escuela Superior.<br />
Yo prediqué como pude la Semana<br />
Santa en Caguas, Quizá el pueblo<br />
más católico de la Isla. El Viernes<br />
después del sermón de las siete<br />
palabras se organizó la procesión, la<br />
mejor sin duda que se hace en Puerto<br />
Rico. No exagero si digo que asistían<br />
— 238 —<br />
Palma de Mallorca. —Bandera de los Jueves Eucarísticos<br />
y hermoso copón regalado a la iglesia de la<br />
Merced.<br />
a ella de 15.000 a 20.000 personas con<br />
un orden admirable. Niñas católicas,<br />
colegios, Hijas de María, Damas<br />
Catequistas, Asociación de<br />
Lourdes, socios católicos en diez<br />
secciones con otras tantas banderas,<br />
Caballeros de Colón, Isabelinas<br />
(la orden de caballeros de Colón<br />
adaptada a las señoras) etcétera,<br />
etc. Faltaban los pasos de la<br />
Pasión para creerme que estaba en<br />
Sevilla. También tuve ocasión de<br />
saludar a varios españoles allí residentes<br />
desde el tiempo de España,<br />
entre otros al Gran Caballero de<br />
Colón que es de Burgos y varios<br />
comerciantes de Galicia.<br />
El domingo de Pascua no nos fue<br />
posible pasarlo juntos. El P. Isidoro<br />
en la « María Luisa>, donde tenemos<br />
una numerosa catequesis de<br />
Obaros de todas las Haciendas vecinas.<br />
Se vuelven locos porque los<br />
saquen en una fotografía. El Padre<br />
Martín predicó en Ponce y yo dos<br />
misas cantadas y un sermón en<br />
la Playa.<br />
Ayer llegué de acompañar al<br />
señor Obispo, que fué a inaugurar<br />
una capilla a Moca, 130 kilómetros<br />
de Ponce y en el extremo<br />
Sur-Este de la Isla.<br />
El paisaje por esta parte es bellísimo<br />
y con una vegetación<br />
asombrosa y variadísima; tan<br />
pronto nos internamos en frondoso<br />
cafetal como en una finca<br />
de cata, de tabaco o de algodón;<br />
abunda mucho la palmera de coco,<br />
el plátano, almendro, palo<br />
de pan, mangos, aguacate, etcétera,<br />
etc.<br />
En los altos de San Sebastián<br />
y dominando un inmenso valle<br />
sembrado de casitas de madera,<br />
encontramos una capilla dedicada<br />
a Santa Teresita, que me<br />
causó una emoción muy grata y<br />
me hizo recordar vivamente la<br />
célebre Virgen de la Roca en<br />
Bayona, tendiendo sus brazos sobre<br />
el Atlántico.<br />
El recibimiento fué todo lo brillante<br />
que aquella pobre gente pudo<br />
y supo hacer. Un kilómetro antes<br />
de llegar nos paran el auto para<br />
decirnos que esperásemos que<br />
aún no se habían reunido los músicos.<br />
Muy pronto se reunió un gentío<br />
inmenso en la carretera, en su<br />
mayor parte niños de aspecto muy<br />
pobre y casi todos de color. Yo estaba<br />
mirando cuando aparecía le<br />
célebre música hasta que oigo a ml<br />
lado una mala charanga compuesta<br />
de cinco músicos y cuatro instrumentos.<br />
Uno sujetaba el tambor.<br />
Momentos antes de llegar a la<br />
capilla, un negro deteniendo la comitiva<br />
se nos cuadra delante para<br />
endilgarnos un discurso de bienvenida.<br />
Por mucha seriedad que<br />
quise aparentar' no me fue posible<br />
contener la risa. Era el modelo<br />
más perfecto del alcalde Berrocal,<br />
de la comedia de Tirso.<br />
Acto seguido la bendición,<br />
la misa, sermón y<br />
banquete a toda gala sin<br />
faltar el célebre lechón portorriqueño.<br />
Todo lo ridículo<br />
que se quiera pero no faltaba<br />
buena voluntad y motivos<br />
para reir. Lo serio vino<br />
después. Había unos 600<br />
para confirmar y como la<br />
capilla era pequeña debían<br />
entrar por tandas. Todos<br />
quieren ser los primeros y<br />
se aprietan, se estrujan, se<br />
desesperan y hacen imposible<br />
todo trabajo. Cuando<br />
conseguimos cerrar las<br />
puertas, entran y salen por<br />
las ventanas y, en fin, no<br />
hay quien haga bueno de<br />
ellos. Gracias a un fuerte<br />
aguacero que dispersó a<br />
muchos y gracias sobre<br />
todo a la paciencia y amabilidad del<br />
Sr. Obispo pudimos salir de allí con<br />
vida.<br />
Por la noche regresamos para<br />
dormir a Aguadilla con los Padres<br />
Agustinos.<br />
Aguadilla es el punto donde desembarcó<br />
por primera vez Colón en<br />
esta Isla, y los Caballeros de Colón<br />
de toda América le van a levantar<br />
un grandioso munumento. Con una<br />
cuestación de 5 centavos cada uno,<br />
reunieron 40.000 dólares.<br />
* *<br />
Al día siguiente volvimos a Ponce<br />
sin el menor tropiezo.<br />
— 239 —<br />
Cuando el Sr. Obispo con su habitual<br />
cara de sonrisa y de bondad<br />
bendice a estas gentes, es curioso<br />
ver cómo ellas, creyéndose en el<br />
deber de corresponder, lo bendicen<br />
a él en la misma forma.<br />
FR. E. PÉREZ<br />
PIAUHY<br />
Saó Raimundo Nonato, 13 de abril<br />
de <strong>1928</strong>.<br />
Dos Torres (Córdoba).—María Eduarda y Angelita Naz, entusiastas<br />
alumnas del Colegio de Mercedarias.<br />
Muy amada en Cristo R. Madre Comendadora<br />
de Alarcón.<br />
¡Dios Nuestro Señor y Nuestra<br />
Santísima Madre les paguen tanto<br />
bien como hacen a estas abandonadas<br />
gentes! Todos los objetos del<br />
culto, propaganda, limosnas y sobre<br />
todo las obras de piedad que<br />
por esta Prelatura ofrecen, son objeto<br />
especial de agradecimiento y<br />
alabanzas muy justas de parte de<br />
todos los PP. y del pueblo.<br />
Créanme, no las engañe con adulaciones,<br />
si las di go con toda<br />
verdad que * hasta las parroquias<br />
y obispados limítrofes admiran y
aprecian todo lo que llega a esta<br />
tierra de las antiguas naciones que<br />
dominarcn por aquí.<br />
Por mi parte les digo que no tengo<br />
ni fuerzas para escribir, ni a mi<br />
madre que fuera viva. El paludismo<br />
me visita varias veces al ario; el<br />
tracoma me tuvo ciego casi dos meses,<br />
efecto de unos mosquitos que en<br />
ciertas épocas no dejan ni descubrir<br />
el cáliz en la misa. Cada año tengo<br />
que recorrer más de doscientas le<br />
•guas, es decir, mil cuatrocientas en<br />
seis arios que llevo aquí, y contando<br />
dos viajes a la capital federal, más<br />
de cinco mil leguas.<br />
Bauticé más de cinco mil niño<br />
bendije más de mil matrimonios.<br />
Del Sacramento de la Penitencia y<br />
Comunión sólo por cálculos puedo<br />
dar informe, es decir, de veinte a<br />
treinta diarias dan aproximadamente<br />
la cifra de setenta mil en los seis<br />
arios de mi pobre acción en esta<br />
abrasada tierra.<br />
La llegada a ésta del Prelado con<br />
los otros PP., fue un acontecimiento<br />
para este país; pero su salida<br />
forzosa al poco tiempo fue de efecto<br />
desesperador. Se fueron dos religio«<br />
sos con él y quedaron conmigo tres.<br />
Todos trabajan mucho, pues vienen<br />
llenos de vida y salud. ¡Quiera<br />
Nuestro Señor conservársela por<br />
muchos arios!<br />
El P. Mariano estuvo este ario a<br />
la muerte, con todos los Sacramentos<br />
que le administró un Párroco<br />
extraño, distante unas setenta leguas.<br />
El no quiere volver a España<br />
ni descansar en ninguna parte. Hasta<br />
esta fecha no sé nada de él. Fue"<br />
nombrado Administrador Apostólico,<br />
según telegrama del Sr. Nuncio<br />
dirigido a mí, para que se lo participase<br />
a él. Así quedamos hasta<br />
Dios sabe cuando.<br />
Escribí al P. Guillermo, creyendo<br />
era Comendador de Poyo todavía, y<br />
no tuve contestación. Los coristas<br />
— 240 —<br />
de Poyo me escribieron mandándome<br />
postales, pero no recibí los específicos<br />
para disecar animales. Recibí<br />
carta de las Mercedarias de Zaragoza,<br />
que me llenó de júbilo; ya<br />
contesté.<br />
Escribí a Roma hace tiempo y no<br />
he recibido respuesta; en cambio<br />
una carta de Poyo, de agosto, llegó<br />
por telegrafía sin hilos en el breve<br />
espacio de... seis meses, o sea a primeros<br />
de este marzo.<br />
En Río de Janeiro visité a las<br />
Mercedarias de Paquetá y me dijeron<br />
que estaban muy bien, y a la<br />
verdad ese sitio es un vergel extremado.<br />
Compré varias imágenes para las<br />
Capillas que estoy construyendo.<br />
Recibí del Gobierno otra cantidad,<br />
due estoy empleando en la construcción<br />
del pobrísimo futuro seminario.<br />
Pronto terminaré una parte de<br />
él, donde caben unos sesenta niños;<br />
está próximo a la Capilla de Nuestr<br />
a Santísima Madre.<br />
Lo que falta ahora es la clientela<br />
que estudie y la docente.., y las ruedas<br />
para que ande el carro. Estos<br />
problemas espero que Nuestro Señor<br />
los resolverá mejor que los hombres,<br />
para que no falten operarios<br />
e . su viña. De toda la Prelatura<br />
esta Parroquia es la mejor, por estar<br />
más cerca del mar, para conseguir<br />
las cosas necesarias para la<br />
vida.<br />
Ya tenemos automóvil, cosa nunca<br />
vista por estas gentes, hasta el<br />
extremo de creer que era movido<br />
por el diablo y que los ojos eran las<br />
lamparillas; a pesar que yo quería<br />
pagarle la subida de cinco minutos,<br />
dijo un hombre que priuiero quería<br />
llevar un tiro antes que meterse en<br />
el diablo (esto un hombre sabihondo).<br />
Respecto del gramófono, decía<br />
otro, que apostaba un par de bueyes<br />
a que el cantor era un espíritu<br />
del diablo o de hombre. Aquí la<br />
- 241 —<br />
creencia en el espiritismo está muy<br />
arraigada, pero advierto a los que<br />
esto lean que los espíritus de esta<br />
tierra no desempeñan la bella arte<br />
de la música en gramófono, y sí<br />
Sólo en birimbaus, rabecos e caxamblis,<br />
instrumentos de la banda de<br />
música de Nabuconodosor.<br />
Es perder el tiempo hacerles creer<br />
en la telegrafía sin hilos. Hace poco<br />
tiempo cayó una granizada que<br />
ellos no conocían, y de tamaño grande;<br />
fue tal el miedo que se abrazaron<br />
a los cuadros de los santos creyendo<br />
que llegaba el último día, y<br />
eran inútiles mis explicaciones, pero<br />
al ver que yo refrescaba la boca<br />
con el granizo, hicieron lo mismo y<br />
lo guardaron en botellas, como si<br />
fuese agua de Lourdes.<br />
Aquí preguntan qué les dan de<br />
comer a las niñas del colegio, que<br />
en las revistas de fin de curso vienen<br />
muy gruesas. Vuestras Reverendas<br />
tienen la palabra...<br />
Compré dos cocinas a gasolina<br />
Para el Seminario; excuso decir, que<br />
quedaron con la boca abierta al ver<br />
que se hacía café en cinco minutos,<br />
Y esto sin esconder el depósito de la<br />
gasolina, que si lo escondo indudablemente<br />
el fuego pasaría por soplo<br />
diabólico. ri<br />
Vaya un parrafico de cobras. Co-<br />
Menzando a rezar el Rosario en el<br />
presbiterio se cayó del tejado una<br />
serpiente negra a mis pies, y a pesar<br />
de que es inofensiva, por ser de<br />
noche, toda la gente huyó en preci-<br />
Pitada fuga. Comulgando una devota,<br />
subió por sus pies una jararaca,<br />
que es de las más venenosas.<br />
Murieron cinco personas el año<br />
Pasado de cobra, y aunque los mordidos<br />
son muchos, no todos mueren,<br />
O<br />
por ser poca la inyección o por<br />
tener los dientes inoculadores rotos,<br />
Por la lucha con otros animales, y<br />
en este caso la mordedura con los<br />
otros dientes es relativamente inofensiva;<br />
la cobra más grande que he<br />
visto era de la familia sucuriú y tenía<br />
31 cuartas, pesaba 170 kilos, tragaba<br />
cinco cerdos de cinco meses,<br />
y delante de mí tragó una serpiente<br />
boa de tres metros, entablándose<br />
antes una lucha terrible. Pienso llevar<br />
a esa, si me dejan volver, una<br />
serpiente sucuriti que tengo encargadti,<br />
una tortuga que ya tengo,<br />
araraca y otros pájaros bz,-nitísimos.<br />
Tengo varios objetos para esa,<br />
pero es imposible desde esta desorganizada<br />
tierra enviar nada.<br />
Si se envían como muestras sin<br />
valor, llegan menos. Las revistas,<br />
algunas no llegan, y cuando llegan<br />
es estropeadas; periódicos, no llega<br />
ninguno; pasé medio ario sin saber<br />
el cambio del personal de Castilla,<br />
y los compañeros que tengo de Chile<br />
y del Perú, no reciben nada; de<br />
manera que así puede uno estar satisfecho<br />
como aquellos ermitaños<br />
antiguos que preguntaban qué novedades<br />
había por el mundo.<br />
Así les pregunto yo a V. R., que<br />
me escriban y con todos los detalles<br />
y periódicos; les aseguro que paso<br />
sin comer por leer la correspondencia,<br />
y si me llaman no escucho o no<br />
contesto.<br />
Las cartillas aún no llegaron en<br />
la mitad de abril, y así que el rezo<br />
no va a estilo monacal, sino a estilo<br />
de... como se puede.<br />
Termino esta especie de carta o<br />
folleto, que tal vez les sirva para<br />
probar la paciencia.<br />
Perdonen mi atraso en escribir,<br />
que si bien es cierto, soy un poco<br />
perezoso, sin embargo hay otras<br />
cosas que no escribo por no parecerme<br />
a Jeremías y que me quitan<br />
toda gana de comunicarme con persona<br />
ninguna de este mundo<br />
Muy R. Madre, de todo corazón<br />
la pido que esas buenas religiosas<br />
y los ángeles del colegio no nos<br />
abandonen en sus obras piadosas
— 242 — - 243 —<br />
para con Nuestra Santa Madre y<br />
ante el altar del Sacramento de<br />
amor. Así lo espera vuestro criado<br />
attento amigo e fica de tudas . voces<br />
muito obrigado.<br />
FR. FRANCISCO FREIRÍA<br />
Santoral rnercedario<br />
venerable P. Pedro<br />
Nolasco Sardo<br />
15 de junio de 1606.<br />
La vida de este venerable, escrita<br />
por el reverendísimo Guimerán,<br />
después Obispo de Jaca, y dedicada<br />
a su amigo el Beato Juan de Ribera,<br />
es una verdadera joya literaria y<br />
bibliográfica. Vargas y Téllez en<br />
sus crónicas respectivas la aprovecharon<br />
ampliamente, pero apenas<br />
dan idea de su belleza moral y<br />
artística. Menos podré yo aspirar a<br />
ello.<br />
El P. Nolasco Sardo es un modelo<br />
bellísimo para la juventud mercedada,<br />
pues muerto a los treinta y<br />
dos años, casi no dejó los libros de<br />
las manos y fue el encanto de sus<br />
compañeros, por su mansedumbre,<br />
pureza y obediencia.<br />
Nació en una villa del Arzobispado<br />
de Cagliari en Cerdeña llamada<br />
Gergei (1), cabeza entonces del marquesado<br />
de Terranova, y fue bautizado<br />
el 15 de febrero de 1574 en la<br />
parroquial de los Santos Vito y Modesto,<br />
con el nombre de Juan. Sus pa-<br />
(1) No encuentro este nombre en los diccionairos<br />
y atlas modernos. Quizá sea Gen-ei.<br />
dres Cesello Perra y María Gazulla,<br />
labradores honrados y piadosos, le<br />
educaronicon esmero y sus virtudes<br />
y buen natural le aventajaron pronto<br />
sobre sus hermanos, mereciendo<br />
ser mejorado entre ellos.<br />
Aprendió las primeras letras en<br />
su pueblo y para cursar estudios<br />
mayores se dirigió a Caller, donde<br />
vistió el hábito de la Merced en el<br />
célebre santuario de Bonaria. Si<br />
antes era fervoroso, lo fue desde entonces<br />
mucho más, aunque el por<br />
su humildad pensaba y decía lo<br />
contrario. Con el hábito mudó el<br />
nombre, tornando el de Pedro Nolasco,<br />
nuestro fundador.<br />
No mucho después de su profesión<br />
en 1598 le enviaron los superiores a<br />
Valencia, para continuar sus estudios,<br />
pues los conventos de Cerdeña<br />
formaban una sola provincia mercedaria<br />
con los demás de la corona<br />
de Aragón. Era nuestro venerable<br />
corista todavía y no hubiera recibido<br />
las órdenes sagradas si no fuera<br />
obligado por la obediencia.<br />
En el viaje por mar padeció muchos<br />
trabajos, pero de todos le libró<br />
Dios con la invocación del nombre<br />
de Jesús, de que era devotísimo. No<br />
se le caía de los labios la invocación:<br />
¡Oh mi Jesús!<br />
«Era—dice su biógrafo y superior<br />
Guimerán—hombre bien entendido,<br />
discreto y muy capaz de cualquier<br />
razón y concepto. Penetraba<br />
bien las cosas y las ajustaba y las<br />
pesaba bien con la razón y discurso<br />
natural. Verdad sea que para echar<br />
de ver esto en él era menester tratarle<br />
y conferir con él cosas de ingenio,<br />
porque su silencio perpetuo,<br />
su ajenamiento de todo lo de fuera<br />
de sí, no le dejaban conocer sino<br />
muy de cerca.<br />
En las letras era harto ap rove-<br />
LA INSIGNE, Y<br />
EXEMPLAR VI DA, Y M VE RT E<br />
delYenerhle padre., y Sierno de Dios Fray<br />
Pedro Nolaf.o,Religiofo de la Orden de<br />
nuca ra Seora dea Merced,Redenlp.cion<br />
de cantinas.<br />
Por enZeuerendyYmo P. Al,. Fr.'Philippe de<br />
Giìmeran, MaeJ10 General ole li dicba<br />
Religion.<br />
M Illterirs.yExcellentifs.Seilpr don Tun de Ribe4<br />
bra, Patriarcha de Antionia ,y Arçobifpo de<br />
Valeneia, eze ,<br />
s,<br />
--? NTPT PETTN'S<br />
110 LAs g o<br />
impretra en Valencia., en cara. de luan Cleyroflonao<br />
Garriz,juntó al molino de Ko telbez 61 o.<br />
chado y sabía las verdades resueltas<br />
de la Teología, huyendo de las<br />
disputas para dedicarse todo a la<br />
moral, que había de ejercitar en el<br />
Confesionario, a que le destinó la<br />
obediencia. Admiraron los examinadores<br />
del arzobispado no menos<br />
su prudencia que sus virtudes, prometiéndose<br />
grandes bienes de su<br />
ministerio.<br />
En los ocho arios que vivió en Valencia<br />
se captó el amor de todos con<br />
su conducta, que el P. Guimerán<br />
describe con hermosos rasgos: «Vi<br />
mosle siempre de un tenor, con
compostura de siervo de Dios, muy<br />
dueño de sus pasiones, como quien<br />
las tenía vencidas o muy ajustadas<br />
a la ley de razón y de Dios».<br />
Había tomado por norma la Escala<br />
de San Juan 'Clímaco, libro suyo<br />
predilecto que guardaba como preciosa<br />
joya, y llegó a copiarlo en sí<br />
mismo con la gracia de Dios.<br />
«Era a maravilla manso, benigno,<br />
quieto, sosegado, apacible, con una<br />
paz amable a todos, que con sólo<br />
verle conciliaba crédito de su entereza<br />
y santidad; y es de manera que<br />
nunca le habemos visto ni advertido<br />
un súbito movimiento de ira ni<br />
de indignación con nadie, ni ninguna<br />
cólera ni señal de ella en el rostro,<br />
ni en movimiento ni palabra;<br />
siempre con aquel compás de su<br />
quietud y figura habitual.»<br />
Todo este sosiego lo mantenía el<br />
siervo de Dios a despecho de graves<br />
tentaciones y tormentas interiores,<br />
de las cuales triunfaba con el<br />
recuerdo de la Pasión del Señor,<br />
que alguna vez se le apareció atado<br />
a la columna:de los azotes.<br />
Era muy cariñoso con todos, pero<br />
sin amistad 'particular con nadie<br />
si no es con los más humildes por su<br />
estado, y con los enfermos a quienes<br />
prodigaba consuelos. Tenía particular<br />
gracia para disponerlos a<br />
bien morir, para lo cual era muy<br />
buscado. Los pocos años que se dedicó<br />
al confesionario hizo gran fruto<br />
en las almas, sobre todo en las<br />
atormentadas por los escrúpulos.<br />
Huía de toda murmuración disculpando<br />
con caridad a los que eran<br />
víctimas de ella.<br />
— 244 —<br />
«La verdadera obediencia — de<br />
cía—no se niega a nada que el prelado<br />
manda; todo lo hace, todo lo<br />
pone por obra, no alega flaqueza,<br />
no dice que no lo podrá hacer, por<br />
gran trabajo que sea; porque al que<br />
por la obediencia se esfuerza a hacer<br />
cosas dificultosas, Dios trabaja<br />
con él y le da fuerzas... Testigo soy<br />
de vista y lo es toda esta comunidad<br />
cuán flaco sujeto era el suyo,<br />
débil, sin carnes, sin color, de poco<br />
vigor natural en el cuerpo, enfermizo;<br />
bastaban para esto sus grandes<br />
rigores y penitencias; y sin embargo<br />
desto, un hombre flaco ningunas<br />
obediencias, por de trabajo corporal<br />
que fuesen y de cansancio, dejó<br />
de hacer con muy buen rostro y<br />
muy grande simplicidad.»<br />
Todas estas virtudes se sustentaban<br />
con el alimento divino de la<br />
oración que era su ocupación constante.<br />
Frecuentísimo era en él, como<br />
en otros religiosos fervorosos, quedarse<br />
en el coro después de los maitines<br />
de media noche hasta la mañana.<br />
Tuvo gran devoción a la Santísima<br />
Virgen, de la que recibió extraordinarios<br />
favores en vida y en<br />
muerte.<br />
« Fué amador de la verdad sobremanera,<br />
y aborrecía la mentira,<br />
cual es ordinario en todos los justos.<br />
Consagröle Dios con este carácter<br />
de santos, que es la verdad,<br />
en todas sus palabras y negocios<br />
como se ve en Dios, a quien dice<br />
David: El principio de vuestras palabras<br />
es la verdad.<br />
Tuvo don de profecía, como<br />
Sondeando el campo<br />
«Gil ideali femminili... sul moschetto».<br />
El amor a la patria es una obligación<br />
religiosa que forma parte<br />
del cuarto precepto del Decálogo,<br />
amén de sentimiento natural muy<br />
hermoso.<br />
Hay cierta moda de no mostrar<br />
entusiasmo por cosa alguna de la<br />
tierra. ¡Tan altos se ven algunos!<br />
Recuerdo que el otro ario se enojó<br />
— 245 —<br />
muestra lo sucedido con un caballero<br />
llamado don Juan Bautista Catalán,<br />
hermano de la beata mercedaria<br />
sor Isabel Juana, cuya vida<br />
escribió Téllez. Asistió a este caballero<br />
en una gravísima enfermedad<br />
Y estando ya desahuciado y recibido<br />
los Sacramentos le aseguró que<br />
Pronto se pondría bueno, como en<br />
efecto sucedió. Y habiendo los dos<br />
hermanos hablado grandes loores<br />
de su confesor el P. Nolasco, éste,<br />
que estaba muy lejos, les reprendió<br />
diciendo que no se fiasen de las<br />
apariencias.<br />
Conocía también los corazones y<br />
manifestó a algunas personas sus<br />
secretos para obtener la enmienda,<br />
Como la obtuvo de un religioso que<br />
Pensaba dejar el hábito.<br />
Cayó enfermo a fines de mayo de<br />
1606 y aunque todos confiaban de su<br />
salud, él se preparó con gran fervor<br />
para dejar este mundo, escribiendo<br />
a algunos amigos que encomendaran<br />
su alma, pues muy pronto<br />
pasaría de esta vida. Pidió al<br />
prelado le mandara recibir por obediencia<br />
la muerte, para ser obediente<br />
hasta el último instante, y<br />
después de recibir con gran fervor<br />
los últimos sacramentos, entre divinos<br />
consuelos y tiernas jaculatorias<br />
entregó su alma al Criador el 15 de<br />
junio a la seis de la tarde.<br />
Su confesada doña Leonor de<br />
Borja y Loyola, en quien la nobleza<br />
competía con la virtud, hizo sacar<br />
su retrato poniendo en él una cruz<br />
con resplandores y estrellas, por la<br />
que vió el siervo de Dios pocos días<br />
antes de su feliz tránsito.<br />
Enterráronle con gran concurso<br />
de gentes que acudían a tocar en su<br />
cuerpo objetos piadosos. El obispo<br />
de Marruecos don Tomás de Espinosa,<br />
que censuró la obrita del<br />
P. Guimerán, hace un grande elogio<br />
del siervo de Dios, a quien había<br />
conocido.<br />
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ<br />
mucho un famoso novelista inglés,<br />
porque le habían llamado patriota.<br />
A los tales los dejaremos solos, porque<br />
son pocos y degenerados. Vamos<br />
a considerar ahora el otro extremo<br />
vicioso, menos repugnante<br />
con todo que el anterior; es la exageración<br />
de la idea y el sentimiento<br />
nacional que pone en grave compromiso<br />
la vida espiritual de muchas<br />
conciencias. Es un fenómeno<br />
1n_
— 246 —<br />
— 247 —<br />
muy europeo, por desgracia. Hay<br />
una tendencia muy marcada de<br />
apreciar a la nación como una cosa<br />
absoluta, cuyo fin está en sí misma<br />
y no fuera de ella.<br />
Para Bismarck el argumento supremo<br />
que decidiría todas las cuestiones<br />
era saber que Prusia estaba<br />
interesada (1).<br />
No caben dos absolutos en el mundo;<br />
por eso pronto nos habríamos<br />
de ver todos vasallos de cualquier<br />
Napoleón redivivo, si el hecho dependiera<br />
de ciertas voluntades y no<br />
hubiese más barreras que las morales.<br />
El imperialismo no es más que<br />
la proyección del nacionalismo.<br />
Este predominio del sentimiento<br />
nacional sobre el religioso se manifiesta<br />
de muchas maneras. Suele haber<br />
una sensibilidad muy aguda para<br />
el delito político; se necesita, en<br />
cambio, un umbral mucho mayor<br />
para percibir el delito religioso que<br />
es, con frecuencia, de consecuencias<br />
más funestas para la sociedad<br />
misma política.<br />
La observación vulgar y corriente<br />
da derecho a esta afirmación; no<br />
necesitamos revolver y comparar<br />
los diversos derechos penales que<br />
añadirían una prueba desproporcionada<br />
a la tesis.<br />
Los mismos que no cesan de vocear<br />
contra leyendas piadosas, no<br />
sienten vergüenza de ninguna clase<br />
al poner en circulación las más burdas<br />
mentiras, porque estas mentiras<br />
(1) La frase original tiene fuerza especial: Wo<br />
Preussens Macht in Frage kommt, kenne Ich kein<br />
Gesetz.<br />
sirven para defender a la patria.<br />
Hace algunos años hubo un periodista<br />
que expresaba esta idea: Poco<br />
debe importar salvación o condenación<br />
a quien trabaja por el en gran<br />
decimiento de la patria.<br />
Desconocía que la perfección espiritual<br />
del individuo es el fin supremo<br />
de todas las sociedades, de<br />
la Iglesia y del Estado.<br />
No hablemos de aquellos que quisieran<br />
nacionalizar la devoción, de<br />
los que tienen algo que decir contra<br />
las peregrinaciones a Lourdes, porque<br />
Lourdes está en Francia. Y los<br />
tales quieren ser tan católicos como<br />
el Padre Santo por lo menos.<br />
Mucho más claras que en los países<br />
protestantes se ven en Italia y<br />
Francia, las dos tendencias que se<br />
excluyen mutuamente; la tendencia<br />
que coloca lo nacional en la cima<br />
de todas las cosas y la tendencia<br />
que pone lo religioso en el vértice<br />
del mundo.<br />
La humanidad cristiana siempre<br />
rindió tributo a las palabras del<br />
Papa San Celestino a Teodosio el<br />
menor: «La causa de la fe ha de<br />
valer más en vosotros que la del<br />
reino».<br />
La llamada educación nacional<br />
acumula enorme cantidad de pasiones<br />
y de peligros consiguientes, y<br />
especialmente aquel plan completo<br />
que tiende a un verdadero monopolio<br />
de la educación juvenil, no sólo<br />
física, sino moral y espiritual, que<br />
dice el Papa, refiriéndose a Italia.<br />
Vamos a dar una muestra de lo<br />
último. El muy reverendo Padre<br />
Miguel López me envía de Roma<br />
"un ejemplar del Osservatore, llamándome<br />
la atención sobre un suelto<br />
que lleva por título la frase italiana<br />
que encabeza las presentes<br />
líneas: «Los ideales femeninos sobre<br />
el fusil,. Se refiere al Concurso<br />
atlético femenino celebrado en el<br />
Stadio Nazionale de Roma en los<br />
días 4, 5 y 6 de mayo último. Asistieron<br />
varios miles de niñas desde<br />
trece hasta dieciocho arios, que<br />
constituyen la vanguardia femenina<br />
del partido fascista y practicaron<br />
entre otros ejercicios los de tiro<br />
de fusil.<br />
Sobre la existencia de las amazonas<br />
antiguas se ha discutido mucho,<br />
pero sobre las amazonas italianas<br />
del siglo XX no habrá controversia<br />
posible en los siglos futuros.<br />
El Santo Padre ha censurado<br />
este hecho con energía muy<br />
apostólica. Sorl curiosos los ocho<br />
mandamientos que han de observar<br />
las amazonas de Italia y que han<br />
Sido redactados por Augusto Turati:<br />
« Cumplir los deberes propios de<br />
hija, hermana, estudiante y amiga<br />
con bondad y alegría, aunque a<br />
veces resulte molesto el deber—servir<br />
a la patria como a una mamá<br />
Más grande, la mamá de todos los<br />
buenos italianos—. Amar al Duce<br />
que ha hecho a la patria más grande<br />
y fuerte. Obedecer con gozo a<br />
los superiores. Tener el valor de<br />
()ponerse al que aconseja el mal y<br />
se burla de la honestidad. Educar<br />
el propio cuerpo para vencer los<br />
esfuerzos físicos y educar el alma<br />
para no temer el dolor. Huir de la<br />
estúpida vanidad; amar, empero,<br />
las cosas bellas. Amar el trabajo,<br />
que es vida y armonía,.<br />
Si los historiadores futuros no<br />
disponen de otro índice cronológico<br />
de la Europa actual que este documento<br />
de los ocho mandamientos,<br />
seguro que nos colocan con veintiún<br />
siglos de retraso, o sea, en los<br />
tiempos de moda del estoicismo;<br />
la palabra trabajo, del último precepto,<br />
les daría algo que pensar,<br />
pero si por un azar, en lugar de<br />
trabajo aparece qfficium, todos reconocerán<br />
unánimes la mano de<br />
Cicer<br />
n.<br />
Alguien pudiera ver contradicción<br />
entre lo que decimos y la benevolencia<br />
que el Duce ha demostrado<br />
al catolicismo, la guerra que ha<br />
hecho al masonismo y el socialismo.<br />
Yo no dudo de la sinceridad con<br />
que Mussolini admira a la Iglesia;<br />
pero a Mussolini le sobra talento<br />
para reconocer que la Fe es el supremo<br />
baluarte de la familia, propiedad<br />
y autoridad, y que el racionalismo,<br />
el materialismo y positivismo<br />
no sólo en los libros, sino experimentalmente<br />
en la vida de todos<br />
los días han fracasado de la manera<br />
más solemne. Para obrar como<br />
obra Mussolini, sólo se necesita la<br />
virtud del oportunismo.<br />
Todo afecto humano parece más<br />
fuerte en la medida que se contrae<br />
en si mismo y, sin embargo, es un<br />
error. El especialismo cerrado compromete<br />
la vida intelectual y el<br />
exclusivismo afectivo agota la vida<br />
de los afectos.
— 248 —<br />
— 249 —<br />
Tal afecto es un tubo ' soldado por mi desgracia, sino porque veía claambos<br />
extremos; parece fuerte por- ro que no todo era egoísmo en la<br />
que estalla, y no se observa que el vida, que había una zona nobilísima<br />
estallido es señal de su próxima de- en la vida humana, donde se pracfunción.<br />
Mirad el afecto que ocultan ticaba el amor por el amor, el amor<br />
Grecia, Cartago y Roma; el más por sí mismo, sin que entre en la<br />
estable de los tres imperios dura motivación, ni ei dolor, ni la alegría.<br />
unos pocos siglos. ¿Por qué ha ocurrido<br />
Y aunque la gran masa humana<br />
así? Porque en lo meramente sea muy imperfecta e incapaz de<br />
humano no halla uno estímulo bastante<br />
ciertas filigranas, ri.o es soberana-<br />
eficaz para redimirle de su mente educativo hacerle saber que<br />
egoísmo, y cuando las gentes se en el fondo de las cosas reina la pudan<br />
cuenta de que todo se resuelve reza, la nobleza en un grado<br />
en egoísmo, la curva de la inesti-<br />
deca- mable?<br />
dencia se convierte en una<br />
La Iglesia Católica es la<br />
pendiente<br />
rápida y enjabonada,<br />
madre fecunda de las asociaciones<br />
robustas, porque sabe infundir este<br />
El afecto necesita elevarse sobre sentido de santidad, que es el mejor<br />
todo lo humano, alimentarse de las soporte y estímulo de la vida social.<br />
alturas, como esas fuentes puras, Ved, por ejemplo, a la Francia de<br />
suaves, pero eternas que se forman Carlomagno, que después de doce<br />
con la asistencia de las altas ver- siglos de existencia, muestra este<br />
tientes,<br />
vigor inmenso de sus santos y apo-<br />
En la vida sólo queda una fuente logistas del día; por el momento no<br />
de pureza y energía inagotable: el está bien reflejado este vigor en la<br />
amor de Dios. Recuerdo que sentí vida política de la nación, pero conuna<br />
alegría notable la vez primera fío que el hecho tendrá lugar dentro<br />
que leí estas pälabras de San Fran- de muy pocos lustros.<br />
cisco de Sales en su « Práctica del Hay quienes creen que una idea<br />
amor de Dios»: « Quisiera (el que es una idea sola; un sentimiento, un<br />
ama) el infierno con la voluntad solo sentimiento, pero una idea<br />
más que el cielo sin ella, y aun an- modifica las demás ideas, y un<br />
tepusiera sen-<br />
el infierno al cielo si su- timiento<br />
piese transforma los demás senti-<br />
que en aquel había un poco mientos.<br />
más del beneplácito de Dios que en<br />
éste; de suerte que si por un imposible<br />
supiese que su condenación<br />
era algo más agradable a Dios que<br />
su salvación, dejaría la salvación<br />
para correr a su condenación».<br />
Mi alegría era, no porque me<br />
viese en tan sublimes alturas por<br />
Un color provoca sus colores<br />
complementarios en un plano iluminado;<br />
así nuestras ideas y sentimientos<br />
van provocando a través de<br />
nuestra vida ideas y sentimientos<br />
complementarios que se enriquecen<br />
mutuamente con nueva claridad y<br />
vida.<br />
Por eso conviene predicar siempre<br />
por doquiera sentimientos grandes<br />
y levantados y no los pequeños<br />
Y limitados.<br />
FR. MARTIN ORTUZAR<br />
Humillación merecida<br />
Viajábamos por la línea de Valladolid<br />
a Ariza al anochecer de una<br />
tarde primaveral, Los viajeros éramos<br />
pocos y no muy habladores.<br />
Unos leían, otros contemplaban el<br />
Paisaje de la ribera del Duero, recordando<br />
los grandes hechos de armas<br />
grabados en las ruinas de Calatafíazor,<br />
San Esteban de Gormaz...<br />
Otros pensaban en sus negocios.<br />
Pero en un empalme subió a nuestro<br />
departamento un viajero con<br />
abundante paquetería. El mismo<br />
nos explicó que era mecánico y llevaba<br />
material de su profesión. Era<br />
un verdadero lince en cuestión de<br />
maquinaria.<br />
Una vez le llevaron una máquina<br />
eléctrica a la que no habían podido<br />
curar en Zaragoza, donde las fabrican,<br />
y él la había arreglado al momento.<br />
Las máquinas de escribir,<br />
Por complicadas que fuesen, las entendía<br />
como si hablaran. De las de<br />
coser, ¡no se diga!<br />
Y así nos fue ponderando sus habilidades<br />
más de una hora. Unos<br />
viajeros le oían con indiferencia,<br />
otros con algo de aburrimiento. Pero<br />
con el calor de la conversación el<br />
héroe no advirtió que llegaba a su<br />
Pueblo.<br />
Cuando el jefe de estación daba<br />
la salida al tren, el mecánico empezó<br />
a forcejear con la puerta, pero<br />
ésta no cedía.<br />
En tal apuro uno de los viajeros,<br />
amoscado por la jactancia del hablador,<br />
se lanzó a la ventanilla gritando:<br />
¡Jefe, jefe! ¡Pare usted, hombre,<br />
pare usted el tren!<br />
---Qué pasa?<br />
—¡Que llevamos aquí un gran mecánico<br />
que no sabe abrir una puerta!<br />
Ayudado por uno de nosotros el<br />
aludido pudo abrir la portezuela y<br />
lanzarse al andén, mientras los demás<br />
compañeros echaban tras él<br />
sus paquetes.<br />
La compasión que nos inspiraba<br />
su simpleza no nos impidió reir durante<br />
largo rato.<br />
G.<br />
Realeza cristiana =-<br />
Beati ames (Reges) qui<br />
con fidunt in eo (Deo).<br />
(Ps. II).<br />
Este pequeño artículo, que se<br />
suma fervorosamente a los dedicados<br />
aquí a nuestro amado y católico<br />
Rey, tiene por base una idea muy<br />
sencilla: la imitación de Cristo.<br />
Cuando dirigimos nuestras exhortaciones<br />
a un estado social cualquiera:<br />
matrimonio, celibato, sacerdocio,<br />
vida regular; si queremos encauzar<br />
sus energías morales (que<br />
toda criatura las encierra, y muy<br />
grandes, pues son destellos divinos)<br />
por una senda recta y luminosa, le<br />
ponemos por término seguro lo que<br />
pudiéramos denominar (aunque sea
novedad la expresión, no la idea):<br />
Cristo-Faro.<br />
Este Faro divino, como luz esencial<br />
que es, tiene las propiedades<br />
que encierra toda luz, propiedades<br />
a que añadiremos el adjetivo trans<br />
cendentes, pues a todo se extienden,<br />
y, sin perder sus cualidades iluminativas<br />
y térmicas, realza sobre el<br />
fondo indefinido de la Humanidad<br />
el colorido propio de cada criatura,<br />
siempre que no se interpongan velos<br />
no transparentes, pues en ese caso<br />
se acromatiza. Si teniendo esto en<br />
cuenta, fuese posible, quitado todo<br />
estorbo a la iluminación, dirigir los<br />
rayos sin espejos intermediarios,<br />
que sólo los reflejan de una manera<br />
muy tenue, a los objetos directamente,<br />
cada uno de ellos puesto en<br />
marcha llegaría al puerto en cuestión,<br />
siempre que un error voluntario<br />
y muy propio no le desviase de<br />
la ruta.<br />
El lector comprende que queremos<br />
poner a la humanidad en frente<br />
de Cristo-Faro, que desde la orilla<br />
del océano por donde navegamos y<br />
á la que pretendemos arribar, derrama<br />
haces de luz, cuando como<br />
Cristo-Rey, cuando como Cristo-<br />
Súbdito; a veces como Cristo-Virgen,<br />
otras como Cristo-Esposo (1);<br />
(1) Supongo que a una persona de mediano<br />
entendimiento no le servirá de tropiezo la expresión<br />
Cristo-Esposo, aun tomado en el sentido que<br />
aquí Vinicamente pretendo; es decir, como modelo<br />
del estado matrimonial. Una exposición al pueblo,<br />
bien hecha, de las operaciones divinas y su relación<br />
con las humanas, pues somos creados (téngase<br />
en cuenta) a imagen y semejanza de Dios, elevaría<br />
mucho el nivel cristiano de la sociedad y<br />
haría desaparecer los conceptos tan deprimentes<br />
que hay y los mismos interesados tienen) de ciertos<br />
estados y oficios. C onvendría, por lo mismo,<br />
que se ocupasen más de esto los moralistas y<br />
también los autores de dogmáticas.<br />
— 250 —<br />
de suerte que, todos pueden ascender<br />
al vértice de la perfección en su<br />
propio estado, si se dejan iluminar,<br />
si se dejan cromatizar, digámoslo<br />
así, por los haces de luz característicos<br />
que sobre ellos caen. Henos<br />
aquí pretendiendo justificar en breves<br />
frases la idea básica de estas<br />
lineas, pues por lo sencilla pudiera<br />
parecer demasiado vulgar. Sostenemos,<br />
por el contrario, que es fundamento<br />
y centro de toda la economía<br />
social cristiana, tanto más firme<br />
e inconmovible cuanto más directas<br />
sean sus relaciones en el origen de<br />
toda fortaleza.<br />
Surge por sí misma, al llegar<br />
aquí, una pregunta: ,Quién llevará,<br />
pues, decorosamente el nombre de<br />
Rey, Soberano, Regidor de pueblos,<br />
partiendo de la hipótesis de que<br />
esos pueblos se informen en las leyes,<br />
en los principios del Evangelio<br />
de Cristo?... No rehuso la respuesta,<br />
aun a cambio de que, por su sencillez<br />
inesperada, haga sonreir de<br />
lástima a algún superhombre.<br />
Un Rey (y con esto concretamos<br />
en orden a nuestro objeto) será, tanto<br />
más digno de su título en cuanto<br />
se deje informar, no por las máximas<br />
de tal o cual estadista, siempre<br />
muy particularistas y limitadas por<br />
muchos factores que acompañan y<br />
se adhieren a toda concepción humana;<br />
ni dirigiendo exclusivamente<br />
sus miradas a tal o cual antepasado,<br />
siquiera sea muy digno de loa<br />
para las generaciones que le vieron<br />
y le han seguido, sino pura y simplemente<br />
cuando, viéndose en frente<br />
de un hecho de transcendencia<br />
(Y cuál no lo será en,orden a sus<br />
súbditos?), no se finge un código<br />
aparte que le excuse de la ley eterna,<br />
antes bien dirige su pensamiento<br />
a Cristo Rey (así: con su frente<br />
despejada y sus ojos que no traducen<br />
la más mínima aceptación de<br />
Personas) y serenamente se pregunta:<br />
¿qué haría Cristo en mi lu •<br />
¡ Pregunta sencilla, pero sublime,<br />
Pero profunda! Y cuando dirijo la<br />
Mirada al Rey santo, al Rey prudente,<br />
parece la veo revolotear ante<br />
sus ojos, posarse y besarlos en sus<br />
limpias frentes y enamorarlos tan<br />
Profundamente que todo lo ven sólo<br />
Por la luz de ella, todo lo llevan a<br />
cabo animados por su calor. :Que<br />
algunas veces el fracaso material<br />
corona esta confianza?... ¡No importa!<br />
Los Reyes también son hombres, y<br />
en los planes de la providencia respecto<br />
a cada uno. dé ellos no entra<br />
casi nunca una serie ininterrumpida<br />
de éxitos de la materia en el tiempo.<br />
Cada hombre, cada Rey, debiera<br />
apropiarse, por la parte que le to<br />
que, la frase sublime de Cristo ante<br />
Pilatos: «Mi reino (premio, éxito,<br />
etcétera) no es de este mundo». No<br />
es un pedazo de terreno, nO1 és el<br />
oro, sino el triunfo de la justicia<br />
que tiene su galardón en ultratumba.<br />
Las mentes divinizadas, los corazones<br />
incorruptibles, lo son en virtud<br />
de éstas, al parecer, sencillísimas<br />
prácticas. Sencillez que, por<br />
otra parte, sublima al hombre y<br />
— 251 —<br />
cuya omisión le baja al nivel del.<br />
irracional (1).<br />
• Llegando a este punto pudiera.<br />
octirrírsele a alguien una interpelación.<br />
—¡Conforme con lo dicho! Esas<br />
son normas muy generales. Sería<br />
usted capaz de darnos un código<br />
regio cristiano q u e puntualizase<br />
más, como lo tienen otras clases?<br />
—Código de normas generales de<br />
buen gobierno no conozco más .que<br />
el expuesto. A lo que usted se refiere<br />
podríamos llamarle mejor resoluciones<br />
de casos particulares. Si usted<br />
dese. a con esto . que se repita una.<br />
vez más el caso de príncipes cris'<br />
tianos, reglas de buen gobierno, et<br />
cétera, que antaño salieron a luz, he<br />
de manifestarle que más de una vez.<br />
me han hecho sonreir maliciosamente,<br />
al ver su caluroso empeño,<br />
en enderezar repúblicas torcidas y<br />
fabricar príncipes cabales, a pesar<br />
de coincidir con ellos en ideas fundamentales<br />
--,1No han sido, pues, de ningún<br />
(I) Insisto en que estas ideas son sencillas,<br />
sin dejar de tener su complejidad. Por inirárselas<br />
en demasía bajo el primer aspecto (tanto al pragmatismo<br />
anglosajón como a la metafísica alemana<br />
les gusta multiplicar los entes sin necesidad hasta<br />
el grado del embrolla, sólo que deprimiéndolas<br />
hasta la categoría de simplonas, por eso son tan<br />
desechadas y reidas con benevolencia. Aquellos<br />
que se apasionan por el procedimieuto analítico<br />
prefieren ir por partes; será para no indigestarse<br />
de metafísica. Sólo que, al cabo de escribir milla,<br />
res de volúmenes, reunir por docenas las conferencias<br />
de paz y de desarme, multiplicar Congresos<br />
pedagógicos, feministas, ligas contra la inmoralidad,<br />
etc., etc., vienen a decirnos con la pose<br />
de un doctor ultrarrenano, que lo que hace falta.<br />
es ingerir grandes dosis de religión en los corazones<br />
infantiles, decencia y recogimiento en /a mujer,<br />
integridad a toda prueba en la inversión de<br />
los recursos del estado, administración de justicia<br />
sin miramientos ni Sobornos, etc. ¡Para ese<br />
viaje ..! Verdad es, con todo, que la mayoría de<br />
los hombres segrega mucha saliva, y hay que buscarle<br />
alguna válvula de salida por causa de la buena<br />
digestión.<br />
(„y-t A tz
provecho esos tratados en romance?<br />
—De bastante poco. Hay que<br />
advertir, ante todo, que en toda<br />
buena pedagogía debiera tenerse<br />
en cuenta que hay siempre cerebros<br />
incapaces, y esto es, por desdicha,<br />
un defecto que con nada se suple.<br />
Si exigimos a los Reyes que confronten<br />
sus acciones con la conducta<br />
de Cristo, nosotros, los súbditos,<br />
debiéramos pedir mucho a Dios que<br />
nos concediese príncipes con gran<br />
.dosis de sentido común, que fué lo<br />
que Salomón pidió sobre todo. Y no<br />
olvidemos que Dios da a cada pueblo<br />
los gobernantes que se merece,<br />
•en otros términos, los que humildemente<br />
le piden. ¡Cuánto se descuida<br />
la fervorosa oración por las necesidades<br />
públicas! 1\To os parece, queridos<br />
lectores, un objeto dip.;nísimo<br />
de nuestras súplicas?<br />
¡Cuántas veces pensando en nuestro<br />
católico Rey veo realizado lo<br />
dicho, por las súplicas y desvelos de<br />
su venerable madre-reina! Ese comtemplar<br />
impasible exteriormente esa<br />
riada de partidos que unos a otros<br />
se arrebataban el mando, y tener<br />
paciencia y serenidad para esperar<br />
la solución del tiempo, que es infalible,<br />
sin pronunciarse por sus no<br />
bles sentimientos, que en su corazón<br />
debían rugir por saltar, para no<br />
sumir a la nación en el caos, lo considero<br />
de seso soberano y de peso<br />
pocas veces igualado. En verdad<br />
que Dios le ha concedido las dotes<br />
de la realeza cristiana.<br />
Y creo también que ha sido el<br />
— 252 —<br />
premio más halagüeño que en esta<br />
vida podía el Altísimo Rey de Reyes<br />
otorgarle, por la valentía con<br />
que siempre ha profesado y a manera<br />
de aguerrido campeón defendido<br />
su santa religión contra el<br />
avance ateo; por la inmensa gloria<br />
que le ha proporcionado consagrando<br />
la nación española en día venturoso<br />
y para siempre memorable<br />
(que evocaba al conquistador de Sevilla),<br />
al Rey inmortal de los siglos,<br />
al Corazón de Jesús. España no dirá<br />
más: Tú reinarás, sino en posesión<br />
de lo que anheló, cantará: Tú reinas<br />
ya...<br />
Y aunque la prensa impía ensucie,<br />
que es lo que sabe hacer, con<br />
blasfemias el suelo español, vociferando<br />
con ronquidos estentóreos<br />
que aquí el catolicismo pasó de<br />
moda, que es, sí, un colosal torso,<br />
recuerdo de centurias pasadas, pero<br />
sin vida; el español levantará muy<br />
alto su cabeza y gritará recia y<br />
armoniosamente con su Rey, mostrando<br />
que aún tiene vida exuberante:<br />
Christus vincit, Christus regnat,<br />
Christus imperat: ¡Cristo es vencedor,<br />
Cristo es nuestro Rey, Cristo<br />
es soberano!..<br />
Por esto te pedimos, ¡oh Cristo,<br />
que reinas en España por Alfonso!,<br />
que le salves, que le conserves, que<br />
le llenes de vida, que le hagas dichoso<br />
en la tierra y que nunca sea<br />
víctima de las asechanzas de sus<br />
enemigos.<br />
FR. FERNANDO VAZQUEZ<br />
— 254 ---<br />
— 255 —<br />
de puercos) y también gran apóstol, ce- tre los indios, a fin de aprender sus<br />
loso misionero, abogado y defensor de diversas lenguas con propósito de<br />
los indios, que esto y aquello ha sido no abandonarlos hasta convertirlos a<br />
nuestro P. Olmedo. Las primicias de su la fe de Cristo. Con infatigable activi -<br />
acción misionera en Méjico, a falta de dad y constancia vivió entre ellos tnás<br />
un Hornero, nos las refiere un soldado, de treinta y siete arios y predicó el<br />
Bernal Díaz del Castillo, con estas pa- Evangelio en varias provincias del<br />
labras, que bien vale la pena las repro- Perú de los Charcas, del Distrito de<br />
duzcamos aquí, ya que ellas podrían Lima y del Cuzco, de Santa Cruz de la<br />
aplicarse a todos los rnercedarios que Sierra, de Tucumán y del Río de la<br />
evangelizaron el Nuevo Mundo (1). «Y Plata, «y según su propia declaración»,<br />
dijo misa el P. Fray Bartolomé de 01- fué uno de los primeros que se ocupamedo,<br />
y estaban todos los caciques y ron en las doctrinas que hubo en los<br />
principales delante y púsose nombre a reinos del Perú; aprendió la lengua<br />
aquel pueblo Santa María de la Victo- general y fué el primero que dió orden<br />
ria.., y el mismo fraile, con nuestra cómo se habrían de doctrinar los inlengua<br />
Aguilar, predicó a las veinte in- dios (1).<br />
dias muchas buenas cosas de nuestra Como el P. Diego de Porres en Perú<br />
santa fe y que no creyesen en los ido- el P. Marcos de Ardon se dedicó a con -<br />
los que de antes creían, que eran ma- vertir y evangelizar a los indios de<br />
los y no eran dioses, ni más les sacriti- Guatemala, Chiapa y Honduras, intercasen,<br />
que los traían engañados, e ado- nándose en lo más abrupto de las sierasen<br />
a Nuestro Señor Jesucristo, e rras de Gueguetenango, y Xacalteluego<br />
se bautizaron e se puso doña Ma- nango.<br />
rina a aquella india y señora que alli El P. Antonio Bravo, conocedor de la<br />
nos dieron.., y estas fueron las prime- lengua mamey de los naturales, escriras<br />
cristianas que hubo en la Nueva Es- biö un catecismo para mejor enseriar<br />
paria...»<br />
la doctrina cristiana a los indios.<br />
Afortunadamente, misioneros del fus- El P. Nicolás del Valle, verdadero<br />
te del P. •<br />
Olmedo, se encuentran por apóstol de Honduras, de quien decía el<br />
centenares en nuestra Orden. No es Gobernador de Nicaragua y Costa<br />
posible ni siquiera hacer una lista de Rica, «que el P. Nicolás del Valle en<br />
sus nombres, que excedería los límites los quince arios que está en estas par<br />
de<br />
estas líneas. Sólo citaremos al- tes (de Honduras) como lengua que es<br />
gunos, y entre ellos al P. Diego de de los naturales, siempre se ha esme-<br />
Forres, evangelizador en el Perú, cuya rado en la predicación evangélica e<br />
actividad misionera es sólo compara- administración de los Sacramentos e<br />
ble con la de San Francisco Javier. Los instrucción de nuestra santa fe católica<br />
indios por él convertidos y bautizados y en descubrir y quitar muchos ídolos<br />
llegan a ochenta mil y las iglesias edi que en gran cantidad había entre los<br />
ficaclas fueron doscientas. Con un bre- naturales de dichas provincias y en enviarlo<br />
y un crucijo marchó a vivir en<br />
seriar toda música y flautas a los indios<br />
(1) « Hernán Cortés y el P. Olmedo», por el (1) P. Pedro Nolasco Pérez. «Raza Española»,<br />
P. Guillermo Vázquez en «Raza Española», núme- núm. 25, enero 1921 y « Apostolado de los Mercedaro<br />
12. Diciembre 1919.<br />
nos entre los indios de América».<br />
Para servicio y culto divino y leer y<br />
escribir, teniendo escuelas públicas<br />
Para ellos en los dichos pueblos; que lo<br />
sabe por vista de ojos porque lo vió visitando<br />
la dicha provincia de Hondura<br />
s»<br />
Y así en Panamá evangelizó el Padre<br />
Melchor Hernández, a cuyo cargo estuvo<br />
la misión de Chiriqui. El P. Cevallos<br />
convirtió la Gobernación de Veragua<br />
y los indios de la Montaña y Yuri.<br />
Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia,<br />
las hoy veinte naciones hispanoamericanas<br />
tuvieron a los Mercedahos<br />
Por sus primeros misioneros y son<br />
continuadores de su obra los que traba<br />
Jan en Piauhy, Jipijapa y en Puerto<br />
Rico, corno las Mercedarias en Wuhú<br />
Y Carolinas.<br />
Con razón, pues, se extrañarían los<br />
visitantes españoles y americanos si en<br />
la citada Exposición Misional de Barcelona<br />
no figurase la Orden de la Merced<br />
de tanto abolengo misional en esa<br />
« manifestación altamente educadora<br />
desde el punto de vista de la divulgación<br />
católica».<br />
Nuestro R vdrrfo; P. Maestro General<br />
'Fr. Juan del C. Garrido, atento y diligentísimo<br />
para realizar y proteger todo<br />
lo que se dirija a promover el bien de<br />
la Orden y ensalzar su buen nombre<br />
dando a conocer sus pasadas glorias,<br />
acaba de dirigirse a todos los Religiosos<br />
y Religiosas de la Orden en vibrante<br />
alocución exhortándonos, urgiéndonos<br />
para «que acudamos a las llamadas<br />
del progreso y demos las seriales de<br />
vitalidad que otras Ordenes están dando<br />
con exuberancia» y «nos animemos<br />
a concurrir a este glorioso certamen<br />
Para servicio de Dios, gloria de Nuestra<br />
Santísima Madre y honra de nuestra<br />
Orden».<br />
Para ayudar a la realización de la<br />
proyectada Exposición en lo que se<br />
refiere a nuestra Orden, nuestro Reverendísimo<br />
P. General ha tenido a bien<br />
designar al que suscribe. Para el desempeño<br />
de tan honroso encargo confío,<br />
más que en las propias cualidades, en<br />
el celo de todos nuestros hermanos que<br />
tendrán especial empeño en cooperar<br />
al mejor resultado de la Exposición Misional<br />
en la forma que se indica en las<br />
instrucciones que se ponen a continuación.<br />
FR. ALBERTO BARROS<br />
Roma, 27 de abril de <strong>1928</strong>.<br />
Instrucciones.<br />
Nuestro Rvdmo. P. Maestro General,<br />
con fecha 8 de julio de 1927, escribió al<br />
Excmo. Sr. Obispo de Barcelona en<br />
estos términos: «Acepto con íntima<br />
complacencia la honrosa invitación, y<br />
adoptaré las medidas conducentes a dar<br />
forma real a la parte que nuestra Orden<br />
aportará a dicho proyecto sobre las<br />
bases y normas que por orden vuestra<br />
señoría ilustrísima han sido consignadas<br />
en la invitación circular...'<br />
* * *<br />
Con fecha 1.° de enero del corriente,<br />
nuestro reverendísimo Padre se dirigió<br />
a toda la Orden exhortando a todos<br />
los Religiosos y Religiosas a que cooperen<br />
al mejor éxito de la Exposición<br />
en lo que se refiere a nuestra Orden y<br />
especialmente a los superiores los intima<br />
a que envíen los objetos a dicha<br />
Exposición a tenor de las instrucciones<br />
que se dan a continuación.<br />
* * *<br />
Se ruega a todos los Superiores de la<br />
Orden fijen su atención en estas instrucciones<br />
en las que se señalan los
— 256 —<br />
— 257 —<br />
objetos que s2, han de enviar a la Exposición.<br />
* * *<br />
Asimismo a los directores de las revistas<br />
o publicaciones que se relacionen<br />
con la Orden la publicación de todo<br />
lo que se refiere a esta Exposición Misional.<br />
* * *<br />
¡Importantísimo! Que no haya Convento<br />
o casa de Religiosos o Religiosas<br />
nuestros que no envíen algún objeto;<br />
la lista que se les ofrece es bien amplia;<br />
lo dice y quiere nuestro Reverendísimo<br />
Padre General «¡Por el servicio<br />
de Dios, gloria de Nuestra Santísima<br />
Madre y honra de nuestra Orden!<br />
Lo que ha de contener la Exposición.<br />
1. 0 Tendrá la Exposición objetos de<br />
carácter científico e instructivo bajo<br />
los aspectos geográfico y etnográfico.<br />
a) Geografía, Física y Política. (Mapas,<br />
vistas, panoramas, dibujos indígenas).<br />
Minerales ([nuestras de las principales<br />
especies y variedades). Vegetales<br />
(preparados en seco sobre papel<br />
o tela). Animales (fósiles, reptiles, pájaros,<br />
insectos, coleópteros, mariposas).<br />
b) Etnografía. —La población. Tipos<br />
característicos de la raza (fotografías,<br />
dibujos). Vestidos o trajes (de los<br />
jefes del pueblo). Costumbres, aderezos,<br />
viviendas y muebles (modelos y<br />
dibujos). Alimentos (muestras de pan<br />
y demás). Industria. Agricultura. Caza.<br />
Pesca. Navegación. Guerra. Música.<br />
Danzas. Banderas. Estandartes.<br />
Religión, culto. Literatura.<br />
2.° Una descripción e idea viva de<br />
las Misiones. Figurarán en la Exposición,<br />
como la parte más interesante:<br />
a) El mapa geográfico, visible a<br />
cierta distancia.<br />
N Las obras, artículos, libros o escritos<br />
de los misioneros sobre la historia,<br />
las tradiciones, leyendas, religión,<br />
etnografía, lengua de la región.<br />
c) Obras de religión cristiana, como<br />
catecismos, doctrinas, vidas de santos,<br />
libros litúrgicos, etc., publicados en las<br />
misiones.<br />
d) Cultos y solemnidades litúrgicas,<br />
ritos especiales.<br />
e) Modelos, fotografías y diseños de<br />
la vida religiosa; a saber: de los santuarios,<br />
iglesias y capillas, en plena<br />
vida religiosa, o sea con los fieles. Celebración<br />
de funciones litúrgicas particulares,<br />
como un Matrimonio cristiano,<br />
primeras comuniones, procesiones,<br />
peregrinaciones, etc.<br />
f) Obras de caridad, de educación,<br />
de instrucción, a saber: hospitales, dispensarios,<br />
orfelinatos, escuelas de todo<br />
género, igualmente tornadas en plena<br />
vida. Asimismo, las obras o productos<br />
de dichos orfelinatos, oficinas, imprentas...<br />
g) Estadísticas, como gráficos, diseños,<br />
número exacto de cristianos, catecútnenos<br />
paganos, musulmanes, herejes,<br />
número de bautismos, confesiones,<br />
comuniones, matrimonios, número de<br />
iglesias. capillas.<br />
h) Historia: como biografías, tablas,<br />
retratos de mártires y santos.<br />
i) Colaboración indígena; a saber:<br />
el clero del país, pequeño y mayor; catequistas,<br />
maestros, bautizadores, hermanos<br />
indígenas...<br />
j) Fotografía en tamaño grande del<br />
Superior de la Misión (Obispo, Vicario.<br />
o Prefecto apostólico). Idem de todos<br />
los Misioneros. Idem de las Hermanas.<br />
k) Serían de desear cilindros fonográficos<br />
para presentar la lengua de<br />
los indígenas, como Pater, Ave, Credo,<br />
cánticos.<br />
1) Y si es posible, reproducción en<br />
'cinta cinematográfica de las solemnidades<br />
o ceremonias religiosas y otros<br />
espectáculos interesantes.<br />
Embalaje de los objetos.<br />
1. Los objetos finos, de adornos delicados,<br />
envuélvanse en materia blanda<br />
Y colóquense en una caja. Debe procurarse<br />
no colocar en una misma caja<br />
Objetos delicados con objetos de mucho<br />
Peso.<br />
2 - Si los objetos son frágiles (porcelana,<br />
escultura fina, cincelado delicado<br />
, etc,), después de envolverlos en<br />
Materia blanda y colocarlos en cajitas<br />
especiales, se embalarán en una caja<br />
grande y sólida.<br />
3. Si existen libros o artículos bien<br />
escritos acerca de un pueblo, raza o<br />
tribu, deberá indicarse el nombre del<br />
autor, título de la obra, lugar y ario de<br />
SU publicación y en qué página se trata<br />
del asunto de referencia. Se suplica enarecidamente<br />
el envío de las obras etnográficas<br />
de los Misioneros, por lo<br />
menos un ejemplar de cada obra.<br />
4. Los libros importantes para la<br />
Rxposición de Misiones, son los siguientes:<br />
a) Libros escritos por los Misione<br />
ros sobre cualquier materia.<br />
N Libros escritos por los Misioneros<br />
, que tratan de las Misiones bajo<br />
Cualquier aspecto.<br />
c) Libros escritos por no Misioneros,<br />
Pero que tratan de las Misiones.<br />
Cuanto más exactas sean las explicaciones<br />
que se den de los objetos, tanto<br />
mayor será el valor de la colección.<br />
Una colección pequeña, pero bien escogida<br />
y clasificada, con todas las ex-<br />
Plicaciones necesarias, tendrá más valor<br />
e importancia que otra mas abundante,<br />
si carece de ellas.<br />
Envio de las Cajas de objetos destinados<br />
a la Exposición Misional.<br />
1. La dirección de las cajas de los<br />
objetos para la Exposición de Misiones,<br />
será la siguiente:<br />
EXPOSICION DE BARCELONA<br />
Palacio de las Misiones.<br />
Barcelona (España).<br />
Explicaciones que deben darse a<br />
los objetos.<br />
1. Se harán tres listas exactas de<br />
todos los objetos, teniendo cada objeto<br />
el número correspondiente al de la lista<br />
escrito con claridad.<br />
El remitente deberá quedarse con<br />
una lista, otra la enviará al Sr. Secretario<br />
de la Comisión Ejecutiva de la<br />
Exposición Misional, Palacio Episcopal,<br />
Barcelona, la tercera al R. P. Delegado<br />
en la Exposición.<br />
Sería muy conveniente que en cada<br />
caja se incluyese una lista de los objetos<br />
contenidos en la misma.<br />
2. En la lista se darán las breves explicaciones<br />
siguientes: a) Nombre indígena<br />
y español del objeto. b) Para qué<br />
sirve y cómo se usa. c) Lugar de su<br />
procedencia y extensión de su uso en la<br />
región. d) Dónde se fabrica. e) Si su<br />
uso es general o raro y sus diversos<br />
empleos.<br />
3. Póngase cuidado especial en fijar<br />
bien en el objeto su número correspondiente<br />
al de la lista; sería conveniente<br />
escribirlo con pintura o tinta indeleble.<br />
Si la etiqueta se ata al objeto, procúrese<br />
que sea de cartón o papel fuerte y<br />
que no se desate.<br />
4. Las listas deben estar escritas a<br />
máquina, si es posible, o en escritura<br />
fácilmente legible.
- 258 —<br />
— 259 —<br />
Nota muy importante.<br />
1. Aunque la fecha de apertura de<br />
la Exposición será en abril de 1929, no<br />
obstante sería de desear que las cajas<br />
de objetos a ella destinadas estuviesen<br />
en Barcelona a fines del presente ario<br />
de <strong>1928</strong>, porque los meses que precederán<br />
inmediatamente a la apertura, deberán<br />
dedicarse a la colocación de los<br />
mismos objetos en sus respectivos pa<br />
bel iones.<br />
* * *<br />
La Compañía Trasatlántica Española<br />
otorga franquicia completa a las cajas<br />
destinadas a la Exposición.<br />
* * *<br />
2. Todas las cajas o bultos deberán<br />
tener en el lado de la dirección una tarjeta<br />
clavada que indique su procedencia.<br />
3. Enumerados convenientemente<br />
los objetos deberán embalarse en 13<br />
forma siguiente: Caja núm. 1 (que p uede<br />
contener X objetos), se irán colocando<br />
los objetos en la caja, comenzando<br />
por el objeto núm. 1, núm. 2, etc., sin alterar<br />
el orden con que están enumera'<br />
dos en la lista. Caja núm. 2. Si en 13<br />
primera caja se colocaron 20 objetos,<br />
en la segunda se colocará el objeto 21,<br />
etcétera. Con esto se facilitará el trabajo<br />
y se evitarán molestas confu siones.<br />
Nota final.<br />
Conforme se vayan recibiendo los<br />
objetos destinados a la Exposición, se<br />
dará cuenta de ello en todas las revise<br />
tas de la Orden, haciendo constar la<br />
procedencia y el nombre o nombres de<br />
los que los envían.<br />
Canción de primavera<br />
De nuevo las atalayas<br />
anuncian la primavera,<br />
que ya llega a nuestras playas<br />
cargada de flores gayas<br />
que cubrirán la pradera.<br />
El mar antes agitado,<br />
semeja ahora una cuna<br />
cuyo vaivén compasado<br />
cual con materno cuidado,<br />
plácida guarda la luna.<br />
Y las barcas medio hundidas<br />
entre las blancas arenas<br />
salen al mar atrevidas,<br />
reparadas las antenas<br />
. y las velas ya cosidas.<br />
Primavera, primavera...<br />
la de noches rumorosas...<br />
canta el grillo en la pradera<br />
y el mozo al dejar la era<br />
tras labores fatigosas.<br />
Y entre los robustos pinos<br />
jilgueros enamorados<br />
modulan sus dulces trinos<br />
y los arroyos vecinos<br />
responden a sus cuidados.<br />
Y el río de aguas ligeras<br />
que entre montes y praderas<br />
hace su curso cantando<br />
y, a la par, suavizando<br />
las peñas de las riberas.<br />
¡Domine, salvum fac Regem!<br />
Cada vez que un suceso destacado<br />
en la vida de la nación impresiona<br />
nuestro espíritu, bien por lo que<br />
tenga de halagüeño y significativo<br />
en orden al progreso de la misma,<br />
bien por lo que en sí encierre de<br />
aleccionador severo en orden a sus<br />
vicios y defectos, instintivamente<br />
volvemos la mirada al Palacio de<br />
Oriente, de donde vemos irradiar<br />
luz esplendorosa y alientos vivifica.<br />
dores, suficientes a infundir optimismos<br />
sanos y ansias de colaborar con<br />
fe en el engrandecimiento racial de<br />
nuestro pueblo.<br />
Entonces a nuestra vista se ensanchan<br />
los horizontes del área de<br />
trabajo encomendado a nuestro genio,<br />
y vemos proyectarse en los di-<br />
versos sectores, siluetas bien defirli"<br />
das de su obra vivificadora.<br />
Es un símbolo para España el<br />
Palacio de Oriente, dominando lleno<br />
de majestad y severa bellez a el<br />
Campo del Moro. El soberano dign°<br />
de habitar la augusta mansión, re"<br />
fieja en su mirada penetrante y cal-1-<br />
tivadora los incendios de una aurora<br />
que aprisa anuncian la presencia<br />
de aquel sol que tanto tiempo flunli"<br />
rió la bandera de España, y que luego<br />
se ocultó tras del ocaso, sin dtic13<br />
para bañar ahora de nuevo con nue"<br />
va luz y peregrina belleza la sangre<br />
y el oro, símbolos de nuestra raza.<br />
¡Señor, salva al Rey! Con esto te<br />
pido que salves a España.<br />
FR. L. 113.<br />
Ya en el matutino albor<br />
antes que abandone el lecho<br />
percibo el canto de amor<br />
con que el pájaro cantor<br />
sabe conmover mi pecho.<br />
Mientras la luz que ya dora<br />
del monte el pico postrero<br />
se posa acariciadora<br />
en mi frente soñadora<br />
dándome el beso primero.<br />
Es figura evocadora<br />
de la fresca labradora<br />
que risueña tararea<br />
una canción que enamora<br />
mientras cumple su tarea.<br />
¡Noches de Mayo serenas<br />
y de suaves resplandores,<br />
'noches de rumores llenas<br />
en que hablan los ruiseñores<br />
mil historias de sus penas...!<br />
FR. J. SANTIAGO CRESPO
— 260 — — 261 —<br />
Fernando VII y el Padre Manuel Martínez<br />
No hace muchos días que un periódico<br />
de la Corte saludaba con<br />
agrado la aparición de algunos trabajos<br />
sobre el siglo XIX y hacia<br />
notar a este propósito la necesidad<br />
de una revisión crítica y serena de<br />
su historia. Es que la historia es<br />
présbita y sólo a relativa distancia<br />
puede ver y juzgar los hechos con<br />
mesura y equidad.<br />
« Brillantísima, dice el P. Goyena<br />
(1), es la historia del R. P. Fray<br />
Manuel Martínez, martillo de los<br />
afrancesados.., azote de los constitucionales,<br />
a los que desenmascaró<br />
y fustigó en folletos y artículos de<br />
periódicos, autor del plan de estudios<br />
de 1824, llamado de Calomar-<br />
{le, y blanco de las iras de liberales<br />
y jansenizantes, como v. gr.,- del<br />
rijoso e irascible don Joaquín Lorenzo<br />
de Villanueva. Sus méritos le<br />
llevaron a ser consejero de la Inquisición,<br />
predicador regio, secretario<br />
con voto en la junta de Ministros<br />
para el plan de estudios y Obispo<br />
de Málaga.»<br />
Sin embargo, los historiadores<br />
del siglo pasado, en su mayor parte<br />
liberales, le denigraron grandemente.<br />
Hoy conocernos su historia y su<br />
nombre ha sido rehabilitado. El académico<br />
de la gallega Presbítero don<br />
Valentín Villanueva ha elegido su<br />
vida por tema para el trabajo de<br />
ingreso en aquella Corporación; y<br />
.ahora prepara una biografía completa;<br />
hace unos dos arios hemos es-<br />
(1) «Razón y Fe>, vol. 54, pág. 152.<br />
tudiado en el Boletín de la Orden<br />
sus famosos planes de estudios; y en<br />
el número de agosto del pasado ario<br />
en esta misma revista, el P. G. Vá z<br />
-quez diónos un resumen muy completo<br />
de la azarosa vida del P. Martínez.<br />
A la entrada del ejército nap o<br />
-leónico en España, el P. Martínez<br />
hallábase en Madrid, e inmediatamente<br />
dió a conocer su amor a la<br />
patria y odio a los afrancesados.<br />
Trasládase luego a Valladolid, Y<br />
allí le asedian los traidores a la patria,<br />
le lisonjean y prometen altos<br />
puestos si se pasa a su bando; pero<br />
de nada tenía menos que de ambi'<br />
cioso y cobarde el mercedario, ni&<br />
gase rotundamente a toda transacción<br />
y comienza con nuevos bríos<br />
su gloriosa campaña contra el gobierno<br />
de Bonaparte. Iniciase por<br />
esta cansa su persecución, proh l<br />
-benle predicar, pero viendo que esto<br />
no era suficiente contra tan fuerte<br />
enemigo, traman su muerte.<br />
Oigamos al propio P. Martínez<br />
contarnos su liberación. «Errante<br />
anduve, dice, mes y medio por Castilla,<br />
y estaba refugiado en una aldehuela,<br />
cuando Boyer, el monstruo<br />
Boyer, dijo: con ese fraile quisiera<br />
yo hablar dos horas, y luego degollarle...<br />
y así me vine a Galicia a<br />
fines de diciembre; y el rumbo que<br />
tomé para hacer fortuna fué refugiarme<br />
en la casa de mi pobre Y<br />
anciano padre» (1). Galicia ya em<br />
(1) «El Militar Enfrailado por la liberalidad del<br />
tonces había sido libertada de franceses<br />
por obra de sus campesinos y<br />
de los héroes de Puente Sampayo.<br />
Es curioso que el P. Martínez, antiliberal<br />
y enemigo acérrimo de la<br />
Constitución gaditana, tuviera que<br />
hacer el panegírico de ella. En la<br />
Biblioteca Nacional, unido con otros<br />
opúsculos, se halla el discurso (1)<br />
Pronunciado por él para jurar la<br />
Constitución en Valladolid el 13 de<br />
septiembre de 1812.<br />
La aversión del P; Martínez y de<br />
otros a las Cortes de Cádiz, era entonces<br />
menor de lo que fué después,<br />
Y los ejércitos napoleónicos, aunque<br />
batidos semanas antes en los Arapiles,<br />
estaban a pocas leguas de Vall<br />
adolid imponiendo a todos la necesidad<br />
de unirse contra el enemigo<br />
alrededor de la Asamblea gaditana,<br />
centro de la resistencia patriótica.<br />
Sin embargo, en ese mismo ser<br />
rrión demuestra el mercedario sus<br />
Prevenciones contra el flamante código,<br />
y apenas subido al púlpito la-<br />
Sr. D. Valentin Foronda, y el Fraile Militar por la<br />
gracia de Dios y del Rey. Respuesta a la carta de<br />
aquel señor, inserta en el suplemento al ciudadano<br />
Por la Constitución del domingo 9 de Mayo de 1813,<br />
qu e se publicó el 11, se vendió a 10 quartos y gratis<br />
Para los suscriptores. 32 páginas en 4.°. Colofón,<br />
Coruña 30 de Mayo de 1813. En la oficina del Exacto<br />
Correo.<br />
(1) Discurso que en la solemnidad de jurarse<br />
la Constitución política de la Monarquía española<br />
Por el clero, pueblo y todas las autoridades de la<br />
ciudad de Valladolid, en la Santa Iglesia Catedral,<br />
en manos del Sr. Comandante General del sexto<br />
exército D. José Maria Santocildes, pronunció por<br />
encargo del Ilmo. Sr. Obispo D. Vicente Soto Valcaree<br />
en 13 de Septiembre de 1812, El Maestro<br />
Fray Manuel Martínez, Mercedario calzado, Catedrático<br />
de Teología en la Real Universidad. Madrid.<br />
Imprenta de Repullés, 1812. En 16.°, 32 páginas.<br />
(Signatura U-11.378).<br />
menta que no sea el Obispo quien<br />
dirija la palabra al pueblo y promete<br />
que «no respirarán mis labios<br />
otros sentimientos que los que<br />
V. S. I. se ha dignado inspirarme».<br />
Alaba a las Cortes, pero mucho más<br />
a los ejércitos y a Wellington. La<br />
oración es de factura sencilla y falta<br />
de entusiasmos; sin embargo (dice<br />
el autor en El Militar Enfrailado)<br />
se imprimió tres veces en pocos<br />
días y sirvió para dar noticia del<br />
código a los castellanos, pues no<br />
había ejemplares de él ni el predicador<br />
lo pudo encontrar para elogiarlo.<br />
En 1813, además de publicar El<br />
Militar Enfrailado, colaboró con el<br />
P. Agustín de Castro, Jerónimo, en<br />
(La Atalaya de la Mancha), periódico<br />
antiliberal que veía la luz en<br />
Madrid, y subsistió con diversas<br />
formas hasta 1815 (1).<br />
Sus diatribas contra los afrancesados<br />
han sido juzgadas con severidad<br />
achacándolas a ensañamiento<br />
con los vencidos, sin tener en cuen<br />
ta que cuando la discusión se entabló<br />
los traidores eran todavía dueños<br />
de España, y cuando no pudieron<br />
disparar metralla, continuaron<br />
arrojando cieno sobre los patriotas<br />
y principalmente sobre los frailes.<br />
(1) Hay una colección en 6 tomos en la Biblioteca<br />
Nacional. En el tomo V página 1784 hay un<br />
suplemento muy curioso con el discurso pronunciado<br />
por el mercedario en la audiencia concedida<br />
por el Rey a una Comisión del Ayuntamiento de<br />
Santiago, formada por el Marqués de Camarasa y<br />
Condes de Maceda y de Vigo. Hace una calurosa<br />
defensa de Galicia, arremetiendo contra las proclamas<br />
denigrantes de Quintana y pide se restablezca<br />
la Compañia de Jesús.
— ZOZ<br />
— 2ba<br />
Tengo a la vista los «Nuevos documentos<br />
para continuar la historia<br />
de algunos famosos traidores refugiados<br />
en Francia. Respuesta de<br />
Fray Manuel Martínez, Mercenario<br />
calzado a la carta que desde Mompeller<br />
le escribió el Ilmo. Sr. Santander<br />
(1). En la contestación lamenta<br />
que el famoso ex misionero<br />
se declare parte en un pleito al que<br />
nadie le llamaba, pues sus tiros se<br />
dirigían exclusivamente contra los<br />
que al otro lado de los Pirineos continuaban<br />
infamando a España y a<br />
su Gobierno.<br />
«Provocado como todo buen español<br />
por los insolentes y sediciosos<br />
escritos de los señores refugiados,<br />
escribí el papel «Los Famosos Traidores),<br />
etc.; ni un solo rasgo tiré<br />
.contra los prelados y demás eclesiásticos<br />
refugiados, aunque sabía<br />
de ellos anecdotitas preciosas... La<br />
España se escandalizará, no lo dudo,<br />
pero siempre se dirá para honor<br />
de nuestra Iglesia que en los cinco<br />
arios de persecución sólo hubo un<br />
Obispo en propiedad, y dos o tres<br />
in partibus, que fueran refractarios<br />
y prevaricadores. En cuanto a la<br />
religión capuchina, que a ley de<br />
buen mercenario venero y amo con<br />
toda mi alma, no se mancillará su<br />
gloria inmarcesible porque el Padre<br />
'Santander se haya extraviado.<br />
Cuando S. I. evangelizaba el reinado<br />
de José y napoleonizaba en sus<br />
sermones... entonces miles de capu-<br />
(1) Madrid. En la imprenta real. Afio de 1915.<br />
En 4.° de 180 páginas, con un apéndice de 66 nu-<br />
Ineradas aparte. (Academia de la Historia.)<br />
chinos con la espada y con la pluma<br />
y con la palabra lidiaban gloriosamente<br />
en defensa del Rey, de la Religión<br />
y de la Patria, y entonces<br />
escribía el P. Vélez.»<br />
No bien cicatrizadas aún las heridas<br />
de la lucha contra los franceses,<br />
otra no menos cruel se desata dentro<br />
de la nación. « En los cuatro arios<br />
de la dominación francesa, no he<br />
leído en los papeles de ellos, decía<br />
el P. Martínez en El Militar Enfrailado,<br />
tantas villanías e infamias<br />
contra el Sacerdocio, tantos errores<br />
y blasfemias como se estampan en<br />
los nuestros » (1). Referíase a las<br />
Cortes de Cádiz del ario 12 de orientación<br />
francamente heterodoxa y<br />
antitradicion al. En la heterodoxia<br />
de las Cortes y no en ningún resorte<br />
político, se halla la razón de por<br />
qué la mayor parte del Clero fué<br />
hostil a ellas.<br />
Con nuevos bríos sale también a<br />
la lid el P. Martínez, y otra vez jura<br />
luchar hasta vencer o morir en la<br />
demanda. Con esta ocasión, dice el<br />
P. Vázquez, su nombre hízose terrible<br />
como el del filósofo Rancio.<br />
Vuelto el ario 14 Fernando VII a<br />
la Corte, agradecido a los servicios<br />
del P. Martínez, nómbrale predicador<br />
de Su Majestad, Consejero de la<br />
Suprema Inquisición, del Consejo y<br />
Cámara, etc., y de tal modo el Rey<br />
le apreciaba, que le confió la difícil<br />
misión de redactar una Memoria en<br />
defensa de nuestro dominio colonial<br />
(1) Sobre la orientación y heterodoxia de las<br />
Cortes de Cádiz, vid. Menéndez Pelayo, Heterodo<br />
-xos, lib. VII, cap. II.<br />
'que circuló por todas las Cortes de<br />
1-iropa, dice Buelga y Solís (1), para<br />
gloria inmarcesible del Gobierno<br />
de Su Majestad».<br />
En la victoria y terrible reacción<br />
de los liberales del ario 20, el Padre<br />
Mar tínez y por él todos los mercedarios,<br />
fueron los primeros objetos<br />
de<br />
sus iras. Calumniaron, con el fin<br />
cle luego asesinarlo, al P. Tejada,<br />
Comendador de Madrid y luego Ceneral<br />
de la Orden; el P. Martínez<br />
fr ustró sus intentos. Pero de tal<br />
Modo estaban poseídos de animosidad<br />
contra los mercedarios, que<br />
eran, a la verdad, sus más temibles<br />
enemigos, que intentaron extinguir<br />
toda la Orden. Al P. Martínez, que<br />
fue quien les atajó en todo, lograron<br />
Por fin desterrado a Segovia con<br />
una orden verbal del Secretario de<br />
Gracia y Justicia (no estaba entonces<br />
autorizado el ostracismo). Vióse<br />
con esto obligado a cruzar a pie el<br />
Guadarrama cubierto de nieve, lo<br />
que le produjo una enfermedad que<br />
nunca bien curada, había a la postre<br />
de llevarle en poco tiempo al<br />
sepulcro. En Segovia publicó secretamente<br />
un periódico satírico que<br />
4guraba impreso en Valladolid. El<br />
Inismo en «El Restaurador», alude<br />
%chas veces a la « Defensa cristiana<br />
de la novísima Constitución<br />
(le España».<br />
Separado de su cargo el secretario<br />
que le había desterrado, volvióse<br />
a.<br />
y allí permaneció hasta el<br />
ario 22, viviendo públicamente y<br />
(1 ) Nota 12, de la Oración Fúnebre del P. Mar-<br />
"nez , por... Madrid. Aguado 1829, pág. 33.<br />
« predicando en presencia de su amado<br />
Rey y Real familia». Arrecio la<br />
tempestad en junio de dicho ario, y<br />
el P. Martínez fué desterrado a Sevilla,<br />
pero burló este golpe condenándose<br />
durante nueve meses a un<br />
encierro sólo conocido por un amigo<br />
y viéndose en mil estrecheces para<br />
comer, hasta tener que vender algunos<br />
de sus libros,<br />
Vueltos por fin en el ario 23 los<br />
realistas al Poder, comenzó una reacción<br />
por parte de éstos tan vio-,<br />
lenta como tres arios antes había<br />
sido la de los liberales.<br />
Estando el Rey todavía prisionero<br />
de los liberales en Cádiz, la Regencia<br />
encargó al P. Martínez la publicación<br />
de «El Restaurador», para<br />
rebatir las ideas revolucionarias. El<br />
primer número apareció en 1.° de<br />
julio de 1823 y el último a fines de<br />
enero de 1824. Una nota manuscrita<br />
en la colección existente en la Biblioteca<br />
Nacional, nos revela los<br />
nombres de los redactores, que<br />
eran: «el P. Maestro Fray Manuel<br />
Martínez, mercenario calzado, hoy<br />
Obispo de Málaga; P. Fray Manuel<br />
Gómez de Negrete, lector de San<br />
Francisco; D. Bernardo Hernández<br />
de Alba, Canónigo de Tuy, hoy<br />
Deán de dicha iglesia; D. Gregorio<br />
Martín de Ui da, Canónigo y Catedrático<br />
de Valladolid; D. Serapio<br />
Serrano, hoy Arcediano de Trasancos<br />
en Mondoñedo; D. Felipe Lesmes<br />
Zafrilla, que falleció, Lectoral<br />
de Cuenca.»<br />
Furibundo, llama el liberal dOn<br />
Modesto Lafuente al director de «El
Restaurador», y como modelo de su<br />
lenguaje atrevido, cópianos el siguiente<br />
párrafo: «Desde que el Rey<br />
ha salido de Cádiz, han entrado ya<br />
en aquella plaza 480 bribones y bribonas<br />
de la negrería. Antes había<br />
cerca de mil; no se puede andar por<br />
aquella ciudad porque no se ve más<br />
que esa canalla» (1). Este lenguaje<br />
violen to explicase perfectamente<br />
teniendo en cuenta la exaltación de<br />
los ánimos en aquella epoca (obsérvese<br />
si no el lenguaje de Bartolomé<br />
Gallardo y otros de las Cortes de<br />
Cádiz) (2) y sobre todo la serie de<br />
persecuciones y ultrajes de que por<br />
parte de los liberales había sido objeto.<br />
Esto contrasta por otra parte<br />
vivamente con su amabilidad y singulares<br />
dotes de carácter que todos<br />
sus contemporáneos en él reconocían.<br />
Pero no estaba satisfecho todavía<br />
(1) Historia de España. Parte III, libro XI, capitulo<br />
XVIII.<br />
(2) Vid. Menéndez Pelayo. Heterodoxos, libro<br />
VII, cap. II.<br />
Es este uno de los dogmas que<br />
menos interés despiertan en la mayoría<br />
de los fieles, quizá por la ignorancia<br />
de su contenido; y, sin embargo,<br />
tiene una importancia enorme<br />
en la vida espiritual de la colectividad,<br />
y en la de cada uno de los<br />
que formamos ese compacto, que es<br />
— 264 ---<br />
el celo del monarca con la publicación<br />
de aquel periódico. Quería curar<br />
el mal en sus propias raíces;<br />
veía la necesidad de poner un « re<br />
-medio clásico radical y capaz no<br />
sólo de curar y preservar las generaciones<br />
presentes, sino también las<br />
venideras, por medio de la educación<br />
e instrucción sólidamente monárquicas<br />
y cristianas». También<br />
en esto sirvió a la Patria el P. Mar<br />
tínez, que en brevísimo plazo redactó<br />
el famoso Plan de Estudios;<br />
publicado en 1824 por el Ministro<br />
Calomarde.<br />
Agradecido Fernando VII a tan<br />
relevantes servicios, quiso recompensarlos,<br />
cosa que descompone a<br />
Modesto Lafuente, pues no podía<br />
sufrir que a tal fraile se le pusiera<br />
una mitra en la cabeza. Consagrado<br />
Obispo de Málaga en 1825, acabó<br />
sus días en Ecija en 1827 «contento<br />
de morir (decía él) en una casa de<br />
mi Orden, cerca del altar de mi dulce<br />
Madre».<br />
FR, EMILIO SILVA<br />
Fundamento de la Comunión de los<br />
Santos<br />
el cuerpo místico de Cristo, la Iglesia.<br />
No se trata de una piadosa<br />
creencia más o menos ingeniosa<br />
acomodaticia, ni de un sistema mecánico<br />
en el que una recíproca co<br />
municación externa de los méritos,<br />
justifique a los hombres sin cooperación<br />
moral, no; es un dogma, es<br />
- 265 —<br />
una verdad tan incontrovertible y<br />
rev elada, como la Trinidad, la Encar<br />
nación, la Redención, etc. Su conocimiento<br />
y su práctica, ¡cuántos<br />
consuelos pueden traer a los corazones<br />
de los hombres!<br />
Además de sociedad extern a,<br />
constituida por elementos también<br />
externos (identidad de doctrina, Sacramentos,<br />
Jerarquía, etc.), es la<br />
Iglesia una sociedad mística, cuyos<br />
Miembros en admirable consorcio<br />
de caridad, se comunican con la<br />
Santísima Trinidad, con Cristo<br />
nuestro Señor, cabeza invisible de<br />
este cuerpo, con los Santos, finalmente<br />
los fieles todos entre sí. Es<br />
esta savia divina la que vivifica todas<br />
las ramas de este árbol místico,<br />
qu e no dejará de correr por ellas<br />
Mientras no se las separe de él.<br />
En el Evangelio se manifiesta un<br />
interés muy marcado de Jesucristo<br />
Señor nuestro, en dejar bien definida<br />
esta doctrina, en sus Apóstoles,<br />
Pues había de ser el lazo que viniera<br />
a unir a todos sus discípulos, corno<br />
si fueran miembros de una misma<br />
familia, más aún, miembros de<br />
Un mismo cuerpo, en el que no puede<br />
darse el caso de que sufra o padezca<br />
uno de ellos, sin que padezcan<br />
a su vez los demás.<br />
Qué comparaciones más bellas e<br />
ingeniosas propone Jesús para inculcarnos<br />
esta verdad tan funda-<br />
Mental! «Yo soy la vid, vosotros<br />
2°iS los sarmientos; el que está unido<br />
a la vid, dará mucho fruto; si no<br />
estuviéreis unidos a mí, no podréis<br />
fructificar; si alguno no permaneeiere<br />
en mí, será arrojado al fuego<br />
y arderá» (Joan. XV - 1 - 2). Luego<br />
todo el que está unido a Cristo, vive<br />
de Cristo. Ahora bien: ¿Qué unión<br />
es esta? Principalmente la de caridad,<br />
como lo prueban aquellas<br />
palabras de Jesús después de la última<br />
cena: «Que todos (estos discí.<br />
pulos) sean una misma cosa, y que<br />
como tú, ¡Oh Padre!, estás en mí y<br />
yo en tí, así sean ellos una misma<br />
cosa en nosotros, para que crea el<br />
mundo que tú me has enviado»<br />
(loan. XVII 21).<br />
Pero dirá alguno: Bien está eso,<br />
por la relación que existe entre la<br />
criatura y el Creador; pero, ¿por<br />
qué he de tener yo participación en<br />
los bienes de mis semejantes? :4',2ué<br />
es lo que me une a ellos? Nadie mejor<br />
que San Pablo podría responder<br />
a estas preguntas, con su admirable<br />
doctrina sobre el cuerpo místico<br />
de Cristo, tan hermosamente desarrollada<br />
en varias de sus Epístolas.<br />
Transcribiré nada más que unos<br />
cuantos versículos para muestra.<br />
«...Porque así como en un solo cuerpo<br />
tenemos muchos miembros, mas no<br />
todos los miembros tienen el mismo<br />
oficio, así nosotros, aunque seamos<br />
muchos, formamos en Cristo un<br />
solo cuerpo, siendo todos recíprocamente<br />
miembros los unos de • los<br />
otros » (Rom. X11-4-5). (Así como el<br />
cuerpo es uno y tiene muchos miembros<br />
y todos los miembros con ser<br />
muchos son un solo cuerpo, así también<br />
en Cristo... todos hemos participado<br />
de un mismo espíritu.., con<br />
caridad en todo vayamos creciendo
en Cristo que es nuestra cabeza 'y<br />
de quien todo el cuerpo trabado y<br />
'conexo entre sí, recibe por todos<br />
los vasos y conductos de comunicación,<br />
según la medida correspondiente<br />
a cada miembro, el aumento<br />
propio del cuerpo, para su perfección<br />
mediante la caridad» (Ephes.<br />
IV-16). « Ciertamente que nadie jamás,<br />
aborreció a su propia carne,<br />
sino que la sustenta y la cuida, así<br />
,como también Cristo a 14 Iglesia;<br />
porque nosotros somos miembros de<br />
su cuerpo, de su carne y de sus<br />
huesos» (Id. 29 30).<br />
No puede darse mayor claridad y<br />
precisión. ¿Qué comparación puede<br />
explicar ,mejor la unión espiritual<br />
de los cristianos, que la que existe<br />
•entre los miembros físicos que integran<br />
el cuerpo del hombre? El bien<br />
de que goza un miembro, ¿no re-<br />
Favores de Nuestra Santísima<br />
Madre y de la Beata Mariana.<br />
Gracias te doy, Madre mía, por<br />
el favor que me hiciste de que mi<br />
hermano se pusiera bien, sin dejarle<br />
la enfermedad consecuencia ninguna.<br />
Te ruego lo sigas mejorando<br />
por completo.<br />
(Ferrol).<br />
UNA TERCIARIA<br />
— 266 — –,- 267<br />
clunda en el de todo-el cúerpo? , si'<br />
padece un iniembtio, ¿acaso no se<br />
comliadecen los demás? Pues ni más<br />
ni menos, esto somos los cristianos;<br />
miembros de un cuerpo vivo, _dirigidos<br />
por una sapientísima cabeza,<br />
invisible pero real, nutridos por un<br />
mismo elemento espiritual, pero<br />
con diversas funciones, según el lugar<br />
que ocupemos. , De esta manera,<br />
¡qué hermosa resulta la unión de<br />
los fieles cristianos! Tratemos sierrlpre,<br />
en cuanto esté de nuestra pa:<br />
te, de proporcionar algún bien a<br />
este cuerpo, con el fiel cumplimiento<br />
de la„funcie integral que Dios<br />
nos ha encomendado.<br />
Ved, pues, si tiene razón de exis'<br />
tir y si contiene verdaderas realidades<br />
el dogma altamente consolador<br />
llamado la Comunión de los San'<br />
tos.<br />
FR. S. S.<br />
Colecta para las misiones<br />
Los Padres MerCedarios de Ma'<br />
drid haii recibido ðe los Talleres de<br />
la Inmaculada y Visita Domiciliaria<br />
de Santa Rita, para las misiones<br />
del (Piahuy» (Brasil), las prendas<br />
siguientes:<br />
Casullas 11<br />
Cíngulos.. • • 0000000 1.4<br />
Copones 3<br />
Cálices -<br />
3<br />
Paños de hombros. 3<br />
Cortinilla de Sagrario<br />
Bolsas Porta-Viático 3<br />
Cubre- copones 3<br />
Purificadores 3<br />
Lavabos 15<br />
Juegos de Corporales 15<br />
Amitos 10<br />
Sabanillas 10<br />
Roquetes 10<br />
Albas 11<br />
De la Visita Domiciliaria de la<br />
Merced: Una pieza de tela para sabanillas<br />
y dos hermosas casullas<br />
confeccionadas con delicado gusto.<br />
¡Dios se lo premie!<br />
LIMOSNAS<br />
De un Excmo. Prelado, por<br />
la Buena Prensa para LA<br />
MERCED<br />
Dos Torres (Córdoba). Las<br />
niñas Rosario, María y<br />
Conchita Madueño Gil<br />
María Eduarda Moreno y<br />
Angelina Naz...<br />
Madrid. Srta. Carmen García<br />
Palacios<br />
Angelita Cumplido<br />
María Redondo<br />
Carmen Cuervo<br />
Pilar Redondo.<br />
María Luisa Ramos<br />
,Carmen R. Ros<br />
Mercedes Quesada<br />
Mercedarias de Góngora . .<br />
= 268 —<br />
tuto, que han dado gracias a Dios y a<br />
la Santísima Virgen de la Merced por<br />
todos los beneficios hasta ahora recibidos.<br />
Las misas de comunión y las solemnes,<br />
celebradas a las ocho y a las once,<br />
respectivamente, fueron amenizadas<br />
por la música y cantos que dirigió<br />
acertadamente el nutrido y afinado<br />
coro de religiosas, que más de una vez<br />
emocionaron a los concurrentes. La<br />
Misa de Comunión y la reserva del<br />
último día la celebró el Emmo. Señor<br />
Cardenal Arzobispo, Dr. D. Vicente<br />
Casanova. Las otras dos Misas de Comunión<br />
las dijeron el P. Fermín L.<br />
Armendáriz, del Inmaculado Corazón<br />
de María, y el Sr. Arcediano doctor<br />
don José Sánchez Quiero.<br />
Las cantadas las celebraron el Reverendísimo<br />
P. Inocencio López Santamaría,<br />
ex General de la Merced, que con el<br />
P. Alberto Barros, ex procurador General,<br />
vinieron de Madrid, y los ilustrísimo<br />
Sres. D. Luis Dóriga, Deán de la<br />
Metropolitana y D. Jesús Mérida, Provisor<br />
y Vicario General del Arzobispado.<br />
Los sermones fueron hermosísimas<br />
piezas oratorias llenas de enseñanzas,<br />
y los oradores, como si se hubieran<br />
puesto de acuerdo, desarrollaron un<br />
plan interesantísimo. Por la mañana<br />
predicaron los mencionados Sres. Sánchez<br />
Quero y P. Armendáriz y un Padre<br />
de la Compañía de Jesús. El primero,<br />
al hablar de la Providencia de Dios<br />
en el Instituto de Mercedarias estuvo<br />
felicísimo, recordando las vicisitudes<br />
de su origen y las pruebas porque hubo<br />
de pasar, esperando días más felices.<br />
El P. Jesuita, glosando las palabras de<br />
los Cantares, expuso en una hermosísima<br />
lección sacra las cualidades de la<br />
verdadera esposa, para merecer el<br />
amor del Esposo divino; y el P. Armendáriz<br />
nos habló, como él sabe hacen1 o,<br />
de la caridad, fundamento y razón formal<br />
del Instituto .<br />
Por las tardes predicaron el referido<br />
P. Armendáriz, el Rvdino. P. Inocencio<br />
López, de la Merced, y el muy ilustre<br />
señor Magistral, D. Modesto Iriarte. El<br />
P. Armendáriz habló de las obras de<br />
caridad del Instituto de una manera<br />
grandilocuente; el P. Inocencio, tomando<br />
por tema las palabras de San Pablo:<br />
«Donde está el espíritu de Dios, allí<br />
está la libertad», probó elocuentemente<br />
que las Mercedarias de la Caridad continúan<br />
la obra de redención siete veces<br />
secular de la Merced; y el Sr. Magistral<br />
cerró con llave de oro esta serie de<br />
discursos con una idea original como<br />
suya, aplicando a las Mercedarias<br />
aquello del salmo: «Como retoños de<br />
olivas en derredor de tu mesa», pues<br />
como el aceite alumbra, cura y alimenta,<br />
así ellas enserian, curan y edifican.<br />
El «Te Deum, fué la última nota de<br />
gratitud al Señor y la clave con que se<br />
cerraron las fiestas, que serán de miliperecedero<br />
recuerdo para los que a<br />
ellas asistimos y de estímulo para las<br />
Hermanas Mercedarias, para no decaer<br />
de su fervor, antes crecer de día en día.<br />
A ellas y a quienes las ayudaron, felicitamos<br />
de corazón. Merecen plácemes<br />
especialmente la M. General y su Colasejo<br />
y la Comunidad de Granada, el<br />
confesor Sr. Sánchez Quero y el señor<br />
Morente, Capellán de la misma.<br />
Al día siguiente, 16, se celebró 11'1<br />
solemne funeral por el alma del ilustr í<br />
-simo Sr. Dr. D. Juan Nepornuceno<br />
grí, fundador del Instituto, cantando la<br />
Capilla de la Catedral la Misa de Pe"<br />
rosi.<br />
MADRI<br />
Convento de Alarcón.—Sin interruP -<br />
ción sucédense en esta iglesia las fiestas<br />
magníficas. El 13 de Mayo celebraron<br />
en ella la comunión general de su<br />
Colegio los Hermanos Maristas, acercändose<br />
a la sagrada Mesa más de 500<br />
'lirios, de los cuales unos 50 recibían<br />
Por vez primera en sus corazones a<br />
Jesús. Comulgaron también muchas<br />
Personas mayores. La música y el<br />
adorno de la iglesia eran dignos de la<br />
solemnidad.<br />
El 17, fiesta de la Ascensión, hicieron<br />
también su comunión las niñas del Colegio<br />
de Mercedarias, preparadas por<br />
el P. Enrique García. Comulgaban por<br />
vez primera unas 30 y en total unas<br />
200. Su compostura y devoción conmovieron<br />
a muchas personas. Los cantos<br />
Y todo lo demás indicaba el esmero con<br />
que nuestras religiosas educan a sus<br />
niñas.<br />
Convento de San Fernando. —El 30<br />
de Mayo, fiesta de su titular, celebraron<br />
su comunión general las niñas del<br />
Colegio, previos ejercicios que dirigió<br />
el P. E. García. En todo se ve la mano<br />
bondadosa del Señor que transforma<br />
aquel barrio populoso, un tiempo tan<br />
abandonado, en ameno vergel donde<br />
toda delicadeza espiritual y social tie<br />
ne su asiento. ¡Bendiga el Señor a las<br />
que con tanto cariño y abnegación cultivan<br />
su viña!<br />
- 269 —<br />
Fiesta Misional.—En la Residencia<br />
de los PP. Agustinos de la calle de Columela<br />
se celebró durante varios días<br />
la exposición de objetos que las señoras<br />
de los talleres de la Inmaculada y<br />
Visita domiciliaria de Santa Rita envian<br />
a las Misiones agustinianas, capuchinas<br />
y mercedarias. Los visitantes<br />
fueron numerosísimos, admirando todos<br />
cómo, después de atender a otras<br />
Muchas necesidades, pudieron las señoras<br />
adquirir tantos cálices y copones<br />
y confeccionar por sí mismas tantas<br />
albas, casullas, corporales y demás ornamentos<br />
que constituirán sin duda el<br />
encanto de los pueblos sencillos a quienes<br />
se dedican, pues entusiasmaron a<br />
las damas de Madrid. El último día<br />
asistieron a la clausura de la exposición<br />
las Infantas doña Paz y doña Luisa,<br />
que unieron sus felicitaciones a las<br />
de toda la concurrencia. En nombre de<br />
todos nuestros Misioneros y de toda la<br />
Orden, felicitamos cordialmente a las<br />
señoras por el éxito de su obra, pidiendo<br />
a Jesús mil bendiciones para cuantas<br />
tienen parte en ella y muy especialmente<br />
para la señora doña María Amparo<br />
Alvarez de Blas, tan laboriosa y<br />
entusiasta de las Misiones Mercedarias.<br />
En otra sección de esta Revista encontrarán<br />
los lectores la parte que a nuestras<br />
Misiones cupo de los objetos reunidos.<br />
HERENCIA<br />
Con mucha asistencia se celebró el<br />
triduo en honor de la Beata Mariana de<br />
Jesús.<br />
Predicó el primer día el R. P. Comendador,<br />
y los dos últimos, cantó las<br />
glorias de la Beata el P. Ricardo Delgado,<br />
Provincial de Valencia.<br />
El día 8 tuvo fiesta extraordinaria la<br />
Asociación de Madres Cristianas, por<br />
ser el primer aniversario de su inaugu<br />
ración. Celebró la misa de comunión el<br />
R. P. Manuel Cereijo, Provincial de<br />
Castilla, que vino a practicar la Visita<br />
en compañía de su secretario.<br />
Por la tarde predicó el P. Comendador,<br />
que en elocuentes períodos recordó<br />
el día en que con asistencia del Reverendísimo<br />
Obispo-Prior, se inauguró<br />
solemnemente tan piadosa obra, y animó<br />
a las socias a continuar en su noble<br />
empeño.
— 270 — — 271 —<br />
El P. Comendador dió ejercicios en<br />
el Puerto de San Juan, como preparación<br />
al cumplimiento pascual. Todos<br />
los días fué asistido en su ímproba<br />
tarea por las Marías de aquel Sagrario,<br />
que desplegaron una admirable<br />
acción apostólica.<br />
La noche antes de la comunión hubo<br />
confesiones hasta las dos de la madrugada.<br />
En la comunión de los niños se<br />
acercaron a la sagrada Mesa unos 200,<br />
y la comunión de la gente mayor fué<br />
también numerosa.<br />
Con motivo tan grato, una fervorosa<br />
María regaló un copón de gran valor<br />
para aquel sagrario, y otra una cubierta,<br />
delicadamente bordada por la señorita<br />
Aurelia Puebla.<br />
PALMA DE MALLORCA<br />
De memorable puede calificarse para<br />
los anales del catolicismo mallorquín<br />
la peregrinación Eucarística que «Los<br />
Jueves» estab!ecidos en nuestra iglesia<br />
de la Merced han realizado el 17 del<br />
pasado al santuario de Nuestra Señora<br />
de Lluch, organizada por el R. P. Elías<br />
Buj, Superior de la Residencia y el<br />
P. Eleuterio Menchaca. Reunidos en<br />
La Merced a 19s seis de la mañana los<br />
500 peregrinos, y después de cantar<br />
una salve a la Redentora de Cautivos,<br />
ocuparon los auto-cars y numerosos<br />
autos particulares, emprendieron la<br />
marcha en medio de cánticos religiosos<br />
y de los aplausos del numeroso pueblo<br />
que los despedía. A las nueve hacían<br />
la entrada en el santuario y después de<br />
cantar una salve por la escalonia del<br />
mismo, expuesto S. D. M. empezó la<br />
misa que celebró el R. P. Domingo<br />
Aimeryc, en la que se acercaron a<br />
recibir el Pan de los Angeles la totalidad<br />
de los peregrinos. A las cuatro de<br />
la tarde, acompañados por una banda,<br />
comenzó el rezo del rosario por la mon<br />
taña, y al final, el P. Superior pronunció<br />
una elocuente plática que emocionó<br />
los ánimos y arrancó furtivas lágrimas<br />
de aquellos enamorados de la Eucari s<br />
-tía y de María. A las seis se celebró la<br />
hora Santa, en la que el M. I. Sr. Doctor<br />
D. Enrique Ibáñez Rizo, Capellán<br />
de honor de la Real Capilla y Chantre<br />
de esta S. I. C. B., pronunció una inspiradísima<br />
alocución que enardeció y e n<br />
-tusiasmó al numeroso auditorio. Terminaron<br />
estos cultos con un «Te Deum,<br />
y besa-manos a la Santísima Virgen.<br />
A las diez de la noche hacían la entrada<br />
en la iglesia de la Merced, de regreso,<br />
en medio de una inmensa multitud<br />
que los esperaba y aclamaba; el P. Superior<br />
dió la bendición con el Santísi<br />
peregri-monación con la bendición papal y la<br />
y finalizando tan solemne<br />
salve.<br />
A las numerosas felicitaciones que<br />
recibió el P. Superior por el brillante<br />
éxito, unimos nuestra sincera enhorabuena.<br />
LUQUE (Córdoba).<br />
Durante los días 8, 9 y 10 de mayo,<br />
las Hermanas Mercedarias de la Caridad<br />
de esta villa, celebraron solemtnsimamente<br />
las bodas de oro de la fundación<br />
de su Instituto.<br />
Dedicaron a su Patrona un triduo<br />
con misa cantada por las niñas de su<br />
colegio los tres días y ejercicios vespertinos<br />
con sermones a cargo de los<br />
hermanos gemelos señores licenciados<br />
don Manuel y don Francisco Bioque<br />
Moreno, Párroco y Coadjutor de esta<br />
villa.<br />
Se veía a las Hermanas Mercedarias<br />
rebosantes de entusiasmo y satisfa c-<br />
ción; lo decía el exquisito gusto con<br />
que habían adornado el altar de Nuestra<br />
Señora de la • Merced; lo decía la<br />
inu sitada animación que prestaba ajas<br />
c alles el incesante bullir de sus colegi<br />
alas con uniforme; lo decía la campanita<br />
de su iglesia en sus prolongados y<br />
acele radísimos repiques, ' y lo decían<br />
105 'grupos compactos de fieles, que<br />
ate ndiendo al llamamiento de la vocinglera<br />
campanita, y respondienly al<br />
car iñoso afecto que aquí se profesa a,<br />
las Hermanas; iban en dirección de su<br />
iglesita, que a los pocos instantes se<br />
v eía atestada.<br />
Como digno epílogo de tan solemnes<br />
fie stas, una procesión infantil, integrada<br />
por los niños y niñas de las escuelas<br />
nac ionales con sus maestros y maest<br />
ras a la cabeza, y en la que figuraban<br />
ta mbién las nirias-,del colegio de las<br />
Rertnan g s, ' paseó á la Virgen de las<br />
Mer cedes por las calles de la villa, por<br />
el r ecorrido de las grandes proceSio<br />
'les, y entonando en masa cánticos alusi<br />
vos a nuestra querida Madre, termin<br />
ando con un «Te Deum».<br />
eras,<br />
Bibliografía<br />
21 Catecismo de los niños explicado<br />
en parábolas y comparaciones, por<br />
Pr . Manuel Sancho, Mercedario.<br />
Rugenio Subiranä. 'Barcelona,<br />
1927. Tres vohltrienes de 19 X 12.<br />
Rn tela, 24 pesetas.<br />
1s 2 1 laborioso y docto P. Sancho<br />
dua e rlf'12 4UeCid0 su bibliografía y la<br />
42 la Iglesia con otra obra utilísima<br />
Para los catequistas, que son los<br />
grandes misioneros de tierra cristiana.<br />
Reune esta obra cuantas preguntas<br />
figuran en_ el, catecismo del<br />
Papa y en otros usuales, con algunas<br />
más que faltan en todos elles.<br />
Previa una sencilla explicación de<br />
las respuestas, pone luego un ejemplo<br />
que las esclarezca y fije en la<br />
imaginación infantil, o un símil tomado<br />
de la naturaleza y de las artes<br />
que están más a la vista de los ni-,<br />
fios.<br />
En esto quizá estriba la mayor, dificultad<br />
del libro; les tan diferente<br />
el ambiente en que -viven- los niñas<br />
de pueblo y los de las grandes ciudades!<br />
Claro es que la ventaja está<br />
en favor de los primeros. Aunque<br />
parezca inverosímil, los niños de<br />
pueblo han visto y observado más<br />
que los de ciudad. Yo los tengo de,<br />
estos ya mayorcitos én mi catequesis<br />
que no han visto un grano de<br />
trigo, ni un pesebre (como hosea<br />
de Navidad), ni un cerezo, ni tienen<br />
idea de lo que es un molino ni un<br />
horno... Los símiles están, sin embargo,<br />
bien escogidos e interesarán<br />
a la mayor parte de los pequeños. Y<br />
si alguno no los entiende, pedirá<br />
una ligera explicación, que también<br />
será caridad proporcionarle, extendiendo<br />
un poco sus nociones.<br />
Un copioso índice _al fin del tercer<br />
torno facilita el hallazgo de cualquier<br />
materia en un momento dado.<br />
Himno de la Bandera de los Jueves<br />
--Eucarísticos, a solo y .coro unísono<br />
y órgano, por don Patricio Beneyto,<br />
Presbítero (Barón de Petrés,<br />
3, Valencia).<br />
No podemos menos de recomen.
- 272 —<br />
dar a nuestros lectores esta nueva<br />
obra del celebrado maestro, que<br />
viene a embalsamar con el depurado<br />
arte característico en su autor<br />
el celestial ambiente de los Jueves<br />
Eucarísticos, institución que todavía<br />
cuenta con poca música, especialmente<br />
escrita para sus funciones.<br />
Es esta una obrita que, tanto por<br />
su letra (del P. Isaac Toribios,<br />
O. S. B.), como por su música, rebosa<br />
entusiasmo y fervor, afecto<br />
que espero ha de fomentar muy e ficazmente<br />
en las almas de los asociados<br />
de aquellos centros que quieran<br />
darle cabida en su repertorio.<br />
Nuestra muy cumplida enhorabuena<br />
a ambos autores.<br />
FR. TOSE MIGUELEZ<br />
Necrología<br />
En El Ferrol la Excma. Sra. Dbria<br />
Ignacia Suances de Boado, Terciaria<br />
Mercedaria, muy afecta a nuestra<br />
Orden desde la fundación en<br />
aquella ciudad, constante suscriptora<br />
de LA MERCED, dada a obras de<br />
celo y caridad, dama muy apreciada<br />
en la sociedad por sus virtudes, y<br />
muy querida en su hogar cristiano<br />
en los cincuenta y cinco años que<br />
lo dirigió como esposa y madre<br />
amantísima. Al Excmo. Sr. D. Leopoldo<br />
Boado, vicealmirante, a sus<br />
hijos y familia nuestro pésame.<br />
En Bilbao, confortado con los<br />
Santos Sacramentos y la bendición<br />
apostólica, el 17 de Mayo, el prestigioso<br />
caballero D. Fidel Echevarría<br />
y Barroeta, gran católico, a<br />
quien el Señor premió con la muerte<br />
de los justos, dando un admirable<br />
ejemplo de resignación y despre n-<br />
dimiento de las cosas de la tierra.<br />
Nuestro más sentido pésame a sus<br />
hermanos, en especial a D. justa,<br />
nuestra suscriptora.<br />
En Cristosende (Orense), nuestro<br />
querido amigo y suscriptor D. Domingo<br />
Prieto el 13 de Mayo. A su<br />
hermano Fray José Manuel y familia<br />
nuestro pésame.<br />
En Alhama (Granada), el 8 de<br />
Abril, D. a Concepción Giménez Y<br />
Giménez, nuestra suscriptora, a cu"<br />
yos deudos acompañamos en su<br />
dolor.<br />
Pedimos a los lectores de LA MUR--<br />
CED una oración por los finados.<br />
n•••••<br />
CON LAS DEBIDAS LICENCIAS<br />
Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.