09.05.2015 Views

6(1928) - OdeMIH

6(1928) - OdeMIH

6(1928) - OdeMIH

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

erm<br />

Orgapo äe su Veperable<br />

Oräep Cercera y (ofraäías<br />

Dirección y Administración:<br />

PP. MERCEDÁRIOS<br />

Silva, 39.—Madrid (12)<br />

15 DE JUNIO DE <strong>1928</strong> NITIM. 6<br />

S IT M A R 10<br />

LA ÚLTIMA ENCÍCLICA DEL PAPA. — LA VISITA DEL INFANTE D. JAIME AL REFORMATORIO<br />

CO VADONGA. — LA COLECTA «ET FAMULOS » , por Fr. Juan González.—FUENTES DE INMORA-<br />

LIDAD, por Fr. Ricardo Delgado.—RECOMENDACIÓN CURIOSA. — PÁGINA MISIONAL.—EL<br />

VENERABLE P. PEDRO NOLASCO SARDO, por Fr. Guillermo Vázquez.—SONDEANDO EL<br />

C AMPO, por Fr. Martín Ortúzar.— HUMILLACIÓN MERECIDA, por G.—REALEZA CRISTIANA,<br />

Por Fr. Fernando Vázquez.—DEBEMOS CONCURRIR A LA EXPOSICIÓN MISIONAL, por Fray<br />

Alberto Barros.—PoruNn, SALVLIM FAC REGEM!, por Fr. L. 13.—CANCIÓN DE PRIMAVERA,<br />

Por Fr. J. Santiago CreSpO. — FERNANDO VII Y EL P. MANUEL MARTÍNEZ, por Fr. Emilio<br />

S ilVa.—FLINDAMENTO DE LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS, por Fr. S. S.—FAVORES DE NUES-<br />

T RA SANTÍSIMA MADRE. — COLECTA PARA LAS MISIONES. —NOTICIAS. — BIBLIOGRAKA. — NE-<br />

CROLOGÍA.<br />

La última encíclica del Papa<br />

Amor y reparación a jesús.<br />

Cumpliendo el deber impuesto a<br />

San Pedro de confirmar en la fe a<br />

sus hermanos, Pío XI, con fecha 10<br />

de mayo, dirige una carta circular a<br />

todos los Prelados de la Iglesia, y<br />

Por ellos a todos los fieles, tratando<br />

de enfervorizarlos en el amor a Jesucristo,<br />

para celebrar con más fruto<br />

la fiesta de su sacratísimo Corazón.<br />

La plenitud de la ley es el amor,<br />

decía San Pablo. Amar a Dios con<br />

todo el corazón, con todo el alma y<br />

con toda la mente es el primero y<br />

Más grande mandamiento, y el segundo<br />

es también de amor al próji-<br />

Ino. Cristo nos mandó permanecer<br />

en su amor y para ello, no contento<br />

COn habernos redimido con su sangre<br />

preciosísima, prometió estar<br />

con nosotros hasta la consumación<br />

de los siglos.<br />

Pero el reino de Cristo padece<br />

violencia, ahora como en los días<br />

de Juan el Bautista. Mientras unos<br />

claman: Venga a nos tu reino, otros<br />

gritan desaforadamente como los<br />

judíos ante Pilatos: No queremos<br />

que éste reine sobre nosotros. Y sin<br />

embargo es preciso que reine hasta<br />

que ponga a sus enemigos por escabel<br />

de sus pies.<br />

Por eso León XIII ordenó la consagración<br />

del mundo todo al Corazón<br />

de Jesús; del mundo todo, aun<br />

del mundo rebelde.<br />

Insistiendo en la misma idea<br />

Pío XI, estableció la fiesta de Cristo-<br />

Rey. «Y haciendo esto, no solamente<br />

poníamos en plena luz el imperio<br />

supremo que Cristo tiene en todas<br />

las cosas, sobre la sociedad civil y


doméstica y sobre cada uno de sus<br />

individuos, sino que suspirábamos<br />

con gozo por el fausto día en que el<br />

mundo entero se someterá de buen<br />

grado al dominio de Cristo-Rey.<br />

Por esto ordenamos entonces que<br />

con motivo de dicha fiesta se renovase<br />

la misma consagración todos<br />

los años, para conseguir con más<br />

certeza y abundancia sus frutos y<br />

unir en el corazón del Rey de Reyes<br />

y Señor de los que dominan, a todos<br />

los pueblos con amor cristiano en la<br />

comunidad de la paz.»<br />

Reparación debida.<br />

--- 226 -<br />

Pero no basta que deseemos amar<br />

servir a Jesucristo. Así como el<br />

individuo para recobrar la gracia,<br />

debe arrepentirse de sus pecados y<br />

satisfacer por ellos, así la sociedad<br />

y el mundo entero están obligados a<br />

satisfacer por los pecados y abominaciones<br />

'presentes y pasadas. Cristo<br />

mismo pide esa reparación, quejándose<br />

amargamente con el Salmista:<br />

Busqué alguien que tomara<br />

parte en mis tristezas y no lo hubo,<br />

quien me consolara y no lo hallé.<br />

Aun ahora desde el cielo, donde<br />

triunfa glorioso, espera esa reparación,<br />

que previó en la tierra a la<br />

vez que veía las innumerables ofensas<br />

que contra El habían de cometerse.<br />

La reparaCión, el desagravio, la<br />

enmienda 'honorable es uno de los<br />

fines principales de la devoción al<br />

Corazón de Jesús, fin revelado por<br />

el Señor a su sierva Margarita María.<br />

Todo el valor de nuestras satisfacciones<br />

depende del mérito de<br />

Cristo, que es propiciación por<br />

nuestros pecados y no sólo por los<br />

nuestros, sino también por los de<br />

todo el mundo.<br />

Sin embargo, el mismo Cristo,<br />

así como quiere que nuestras buenas<br />

obras se junten con las suyas,<br />

así quiere también que nuestras salisfacciopes<br />

se unan a las que El<br />

ofreció al Pedre. Esa reparación se<br />

•ofrece particularmente -,con dos<br />

obras de piedad: la comunión reparadora<br />

y la hora santa, difundidas<br />

ya en toda la Iglesia, y que el Papa<br />

desea se extiendan más y más.<br />

¡Son tantos los crímenes que hay<br />

que reparar! «De todas partes sube<br />

a Nos el clamor de pueblos que gimen;<br />

cuyos príncipes se han confa<br />

bulado contra el Señor y contra su,<br />

Iglesia. Vemos en aquellas naciones<br />

pisoteados los derechos divinos<br />

v humanos, los templos destruidos,<br />

íos religiosos y las sagradas vírgenes<br />

expulsados de sus casas, encarcelados,<br />

hambrientos y afligidoscon<br />

vergonzosas crueldades; miles<br />

de niños y niñas arrancados al seno<br />

de la Madre Iglesia, obligados a renegar<br />

y blasfemar de Cristo y conducidos<br />

a los peores delitos de la<br />

lujuria; todo el pueblo cristiano<br />

amenazado y oprimido, en continuo<br />

peligro de apostasía de la fe y de<br />

muerte la más atroz.<br />

Fácil es reconocer en estos rasgos<br />

los horrores de México, Rusia y<br />

China, aunque sean aplicables también<br />

en parte a otros países. •Pero<br />

no es esto solo ni lo más grave. En<br />

medio del pueblo cristiano abundan<br />

las abominaciones que el Papa señala<br />

con lágrimas: «Y aun es más<br />

triste, venerables hermanos, el espectáculo<br />

de que entre los mismos<br />

fieles, lavados por el bautismo en la'<br />

sangre del cordero inmaculado, y<br />

enriquecidos con la gracia, se en-,<br />

cuentren tantos que, ignorantes de<br />

las cosas divinas, envenenados con<br />

falsas doctrinas, viven una ,vida<br />

llena de vicios, alejados de la casa<br />

del Padre, sin luz de verdadera fe,<br />

sin la esperanza de la felicidad futura,<br />

privados del beneficio y del<br />

aliento que se deriva del ardor de la<br />

caridad; de modo que puede decirse<br />

que están sumergidos realmente<br />

en las tinieblas y sombras de<br />

muerte».<br />

«Además crece entre los fieles el<br />

desprecio de la disciplina eclesiástica<br />

y de las tradiciones heredadas,<br />

COn las cuales se sostiene la vida<br />

cristiana, se regula la sociedad doméstica<br />

y se defiende la santidad<br />

del matrimonio. La educación de la<br />

juventud se descuida o malea por<br />

cuidados excesivamente afeminados,<br />

y hasta se le quita a la Iglesia<br />

la facultad de educar cristianamente<br />

a la juventud. El pudor cristiano,<br />

lastimosamente olvidado en el modo<br />

de vivir y de vestir, sobre todo de<br />

las mujeres; una concupiscencia insaciable<br />

de bienes caducos; un predominio<br />

desenfrenado de los intereses<br />

materiales; una persecución afanosa<br />

del aura popular; un desprecio<br />

de la autoridad legítima y de la palabra<br />

de Dios, con que la fe se destruye<br />

o se pone al borde de la<br />

ruina».<br />

Y a todo esto pone el colmo la<br />

Pereza e indolencia de los que dormitando<br />

como los apóstoles en el<br />

Huerto, abandonan a Cristo, a quien<br />

habían jurado d'efender, o con sacrílega<br />

temeridad se acercan a la<br />

comunión y se pasan al campo<br />

enemigo.<br />

Felizmente podemos aplicar a<br />

nuestra edad lo dicho por el Apóstol;<br />

«Donde abundó el delito sobreabundó<br />

la gracia. En efecto, habiendo<br />

crecido tanto la perversidad de<br />

los hombres, también aumenta maravillosamente<br />

por favor del Espíritu<br />

Santo el número de los fieles de<br />

uno y otro sexo que con ánimo decidido<br />

se esfuerzan por dar satisfacción<br />

al Corazón Divino de tantas<br />

injurias como se le hacen, y hasta<br />

se ofrecen a sí mismos como víctimas),<br />

uniéndose a los sentimientos<br />

de la santísima Virgen, que habiendo<br />

ofrecido a su Hijo al pie de la<br />

Cru z, por la admirable unión que<br />

— 227 —<br />

tuvo con El y por gracia singularísima<br />

vino a ser también Reparadora,<br />

como piadosamente la invoca-<br />

MOS.<br />

Para que todo esto se haga mejor,<br />

el Papa ordena que la fiesta del Sagrado<br />

Corazón se celebre en adelante<br />

con octava todos los años,<br />

para que durante ocho días continuos<br />

tengan presentes los fieles,<br />

todos los dolores y anhelos de Cristo,<br />

y manda que en dicha fiesta se<br />

rece públicamente el siguiente:<br />

Acto de reparación al sacratfsimo<br />

Corazón de Jesús.<br />

¡Jesús dulcísimo cuyo inmenso<br />

amor a los hombres se paga tan ingratamente<br />

con el olvido, el desdén<br />

y el desprecio! Henos aquí postrados<br />

ante vuestros altares; queremos<br />

reparar con particulares manifestaciones<br />

de honor tan indigna frialdad<br />

y las injurias con las cuales en<br />

todas partes es herido por los hombres<br />

vuestro amantísimo Corazón.<br />

Recordando, no obstante, que<br />

también nosotros otras veces nos<br />

hemos manchado con tal indignidad<br />

y experimentando ahora vivísimo<br />

dolor, imploramos ante todo para<br />

nosotros vuestra misericordia, prontos<br />

a reparar con voluntaria expiación,<br />

no sólo los pecados que cometimos<br />

nosotros mismos, sino también<br />

los de aquellos que, errando<br />

alejados del camino de la salud, rehusan<br />

seguiros como Pastor y Guía,<br />

obstinándose en su infidelidad, o<br />

han sacudido el suavísimo yugo de<br />

de vuestra ley pisoteando las promesas<br />

del bautismo.<br />

Y al mismo tiempo que entendemos<br />

expiar todo el cúmulo de tan<br />

deplorables delitos, nos proponemos<br />

reparar cada uno en particular:<br />

la inmodestia y las torpezas de la<br />

vida y del vestido, las insidias tendidas<br />

por la corrupción a las almas<br />

inocentes, la profanación de los días


— 228 —<br />

festivos, las injurias execrables dirigidas<br />

contra Vos y contra vuestros<br />

Santos, los insultos lanzados<br />

contra vuestro Vicario y el orden<br />

sacerdotal, las negligencias y los<br />

horribles sacrilegios con que se profana<br />

el mismo Sacramento del amor<br />

divino, y en fin, las culpas públicas<br />

de las naciones que menosprecian<br />

los derechos y el magisterio de la<br />

Iglesia por Vos fundada.<br />

¡Ojalá que podamos nosotros lavar<br />

con nuestra sangre estas afrentas!<br />

Entretanto, como reparación<br />

del honor divino conculcado, os<br />

presentamos, acompañándola con<br />

las expiaciones de la Virgen vuestra<br />

Madre, de todos los Santos y de<br />

las almas piadosas, aquella satisfac-;<br />

ción que Vos mismo ofrecisteis un<br />

día en la cruz al Padre, y que se renueva<br />

todos los días en los altares.<br />

Os prometemos con todo el corazón<br />

reparar en cuanto esté de nuestra<br />

parte y con el auxilio de vuestra<br />

gracia los pecados cometidos por<br />

nosotros y por los demás; y la indiferencia<br />

a tan grande amor con la<br />

firmeza de la fe, la inocencia de la<br />

vida, la observancia perfecta de la<br />

ley evangélica, especialmente de la<br />

caridad, e impedir además con todas<br />

nuestras fuerzas las injurias<br />

contra Vos, y atraer a cuantos podamos<br />

a vuestro seguimiento.<br />

Aceptad, os rogamos, oh benignísimo<br />

Jesús, por intercesión de la<br />

Santísima Virgen María Reparadora,<br />

este voluntario obsequio de reparación;<br />

y conservadnos fidelísimamente<br />

en vuestra obediencia y<br />

en vuestro servicio hasta la muerte<br />

con el gran don de la perseverancia,<br />

merced al cual podamos todos un<br />

día alcanzar la patria donde Vos<br />

con el Padre y con el Espíritu Santo<br />

vivís y reináis por todos los siglos<br />

de los siglos. Así sea.<br />

eiones para ver de poner guapoe1<br />

Jardín lo más rápidamente posible<br />

Y después de dirigirles alguna pregunta<br />

sobre lo que desearían se les<br />

concediese en ese día, se ha retirado.<br />

Minutos después van saliendo los<br />

Pequeños divididos en grupos con<br />

Un mayorzuelo de confianza al frente<br />

; van provistos de herramientas<br />

Podan unos, plantan nuevas y<br />

vistosas matas en flor otros; bullen<br />

los más con rastros y carretillas,<br />

extendiendo y acarreando arena en<br />

las carreras.<br />

Los muchachos no pueden aguantar<br />

la risa que les produce el inusitado<br />

regocijo y beatitud de los dos<br />

carreros que con sus bueyes van<br />

distribuyendo al por mayor arena<br />

- ¡Y querrá venir un príncipe a<br />

vernos a nosotros?—han dicho los<br />

pequeños del Reformatorio agrupados<br />

en torno del hermano inspector,<br />

cesando un momento de bullir<br />

y rebullir por los jardines.<br />

—¡Claro que querrá!—les ha contestado<br />

él sonriente.<br />

—Pues entonces habrá que poner<br />

muy guapo el jardín.<br />

—1Naturalmente!<br />

—Y ese día nos dejarán más<br />

tiempo jugar al balón.<br />

----¡Ya lo creo!<br />

DE OVIEDO<br />

La visita del Infante Don Jaime al Reformatorio<br />

"Covadonga„<br />

Dos Torres (Córdoba).—Una clase del Colegio de Mercedarias.<br />

--Pero necesita un parche.<br />

—Ya se arreglará. A lo mejor su<br />

Alteza os regala uno.<br />

--¡,Y querría?<br />

—Digo!<br />

-- ¡Qué buenín que debe ser!<br />

La llegada del P. Director del<br />

Reformatorio ha venido a interrumpir<br />

el animado diálogo que sobre<br />

la venida del Infante a ésta sostenían<br />

los pequeños con el hermano<br />

fray Germán. Todos se han descubierto<br />

respetuosamente.<br />

El ha dado las oportunas instrucfosorias,<br />

rastros, escobones, carretillas,<br />

etc., para limpiar las avenidas<br />

y carreteras principales.<br />

Son las diez de la mañana. Luce<br />

el sol y brilla el cielo, sin duda para<br />

desagraviarnos de lo mal que se<br />

Portó en días anteriores.<br />

Hierven los jardines con tanto<br />

menudo trabajador, semejando a<br />

un abejar. El jardinero mayor de<br />

Oviedo, que ha venido con algunos<br />

Operarios para dirigir personalmente<br />

el embellecimiento de este parque,<br />

no se da punto de reposo.<br />

desde lo alto de sus carros. La sidra<br />

los ha puesto, si no del todo en<br />

el paraíso, al menos muy cerca de<br />

sus umbrales.<br />

—Padre—grita uno -- aquí hay<br />

un nido de jilguero; ya líen huevines.<br />

—No le toqueis. ¡Adelante! les ha<br />

dicho el inspector.<br />

Después de comer han proseguido<br />

trabajando todo el dia, no sin<br />

meterle mano ya a algunas frutas,<br />

como p. e. los priscos o abridores<br />

(que aquí llaman piescos) y que to-


davía no exceden el tamaño de<br />

aceitunas, pero que ellos las tienen<br />

por archisazonadas.<br />

Una hora antes de oscurecer se<br />

les ha dado a los pequeños un descanso<br />

en el hermoso prado destinado<br />

al deporte de foot-ball, y cuando<br />

todos creíamos se echarían rendidos<br />

en la hierba, según habían<br />

bregado, aún han tenido energías<br />

para jugar un partido.<br />

—Dios Nuestro Señor se las conserve,<br />

han dicho los padres, haciéndose<br />

cruces.<br />

La llegada.<br />

Decididamente su Alteza nos ha<br />

traído el buen tiempo, porque hoy<br />

también gozamos de espléndido<br />

día; casi hace calor.<br />

El edificio está cubierto de banderas<br />

y colgaduras; hay también<br />

profusión de flores por doquier; los<br />

niños formados en dos filas con el<br />

hermano inspector al frente, esperan<br />

la llegada del Infante saboreando<br />

unos caramelos que de antemano<br />

les envió el Excmo. Sr. Presidente<br />

de la Junta-Patronato de este<br />

Reformatorio, General Zubillaga.<br />

Van llegando automóviles conduciendo<br />

al excelentísimo señor<br />

don Ramón Prieto Pazos, Presidente<br />

del Tribunal de menores y a<br />

los demás señores que lo integran;<br />

saludarnos a D. Isabel de Macua,<br />

distinguida y piadosa dama, vocal<br />

del mismo; a D. Manuel Pumares,<br />

Secretario del Tribunal; al señor<br />

Cura Párroco de San Juan, de<br />

Oviedo; al Médico y Administrador<br />

del Reformatorio, así como a<br />

D. 'Valentín Pastor, Director de la<br />

Normal y Vocal de la Junta.<br />

La fina y deliciosa conversación<br />

— 230 -<br />

de D. Ramón Prieto y de D. Isabel<br />

de Macua, hacen que la espera, un<br />

tanto larga, del Infante, se haga en<br />

el grupo en que, con el P. Director<br />

y otros señores departen, breve y<br />

agradable en extremo.<br />

De improviso el estampido de<br />

unas bombas anuncia la proximidad<br />

de su Alteza y séquito.<br />

Todos se dirigen a la puerta principal<br />

del jardín y en ella, momentos<br />

después, es recibido el augusto<br />

visitante por el R. P. Miguel, Director<br />

del Establecimiento, con la<br />

Comunidad, Presidente del Tribunal<br />

y demás señores arriba mencionados.<br />

Vienen acompañándolo el señor<br />

Obispo de la Diócesis Gobernadores<br />

civil y militar, Alcalde de Oviedo,<br />

Presidentes de la Diputación Y<br />

Audiencia, Gobernador de Valladolid,<br />

Vicario General de la Diócesis,<br />

algunos informadores de la capital<br />

y gran multitud de personalidades<br />

civiles y militares, cuyos nombres<br />

no recordamos en este momento.<br />

Los niños han comenzado a<br />

aplaudir y dar vivas con gran entusiasmo.<br />

Su alteza, acompañado de su<br />

Profesor Sr. Antelo, del P. Director<br />

y demás ilustres señores de su<br />

séquito recorrió una por una las<br />

dependencias del Establecimiento;<br />

al visitar las destinadas a los reformandos<br />

más díscolos, que llamamos<br />

La Peflexión, ha relatado el<br />

Infante al P. Director cómo a él<br />

también, cuando de niño no sabía<br />

la lección, lo encerraban haciéndole<br />

pasar todo el día a pan y<br />

agua.<br />

A la salida del edificio, y en el<br />

paseo principal del jardín, ha sacado<br />

el redactor gráfico, de «Región»<br />

algunas fotos con el Infante, el se<br />

Obispo, la Junta-Patronato del Ref<br />

ormatorio y el P. Director dgl mismo.<br />

Han visitado después la vaqueria;<br />

el Sr.Obispo ha dedicado unos<br />

momentos a conversar con los co-<br />

Prigendos y les ha ofrecido venir<br />

otra vez pronto a verlos y hacerles<br />

el regalo del rosco de Pascua. Su<br />

Alteza /es ha hecho el obsequio de<br />

dos soberbios balones de reglamento-<br />

al enterarse que tenían algo<br />

estropeado el propio. Los pequeños,<br />

al enterarse de este rasgo generoso<br />

de su Alteza y ver que se<br />

marchaba, han prorrumpido de nuevo<br />

en vivas y aplausos al Infante<br />

Y entre ellos, después de saludar y<br />

der la enhorabuena al P. Director<br />

Y Comunidad por el buen estado y<br />

No se ocultaron a nuestros católicos<br />

Monarcas los grandes bienes<br />

que reportarían para sí, para su<br />

real familia y para su pueblo, patrocinando<br />

a una Orden religiosa.<br />

Jesucristo dijo que en donde quiera<br />

que se reunan dos o tres en su<br />

nombre, que allí está El en medio de<br />

ellos,- y todo lo que pidieren al Eterno<br />

Padre en su nombre, que les sería<br />

concedido. Cuando la súplica no<br />

es hecha por uno o dos en particular,<br />

Sino por una entidad religiosa,<br />

,37 mucho más cuando es hecha en<br />

nombre de toda la Iglesia, el éxito<br />

-es indubitable.<br />

— 231 —<br />

La Colecta "Et Famulos„<br />

orden del Establecimiento, han subido<br />

al automóvil en compañía del<br />

Sr. Alcalde y se ha alejado, en<br />

tanto arreciaban los aplausos y<br />

vivas de los niños y del público.<br />

Conste aquí también nuestra entusiasta<br />

felicitación para el excelentísimo<br />

Sr. Presidente de la Junta<br />

de Patronato de este Reformatorio,<br />

D. Prancisco de Zubillaga, con<br />

quien toda Asturias- está en deuda<br />

por la constancia, el desinterés y<br />

alteza de miras con que aquí ha<br />

fundado, sostiene y alienta esta modernísima<br />

y utilísima institución.<br />

A los parabienes que recibió también<br />

del Infante don Jaime y demás<br />

ilustres personalidades, queremos<br />

sumai• el-humildísimo nuestro.<br />

M.<br />

Mayo, <strong>1928</strong>.<br />

¡Cuántas bendiciones del cielo<br />

descienden cada día sobre la persona<br />

del Rey, merced a la Oración<br />

que rezan por tres veces, en el Santo<br />

Sacrificio de la Misa, todos los<br />

sacerdotes de España, en la cual<br />

oración se hace especial mención<br />

del Monarca y de sus obligaciones.<br />

Dicha Colecta, puesta en romance,<br />

es como sigue: (Guarda, Señor,<br />

de toda adversidad a tus siervos,<br />

nuestro Papa Pío, a nuestro Obispo<br />

N. y a nuestro Rey Alfonso, a la<br />

Reina y al Príncipe con toda la Real<br />

familia, al pueblo que le está confiado<br />

y a su ejército...


Fue aprobada esta Colecta por la<br />

Santidad de Pío V y confirmada pocos<br />

arios después por Gregorio XIII;<br />

pero sólo se rezaba en necesidades<br />

apremiantes. Los Mercedarios, siempre<br />

muy afectos a la familia real, interesándose<br />

vivamente por el bienestar<br />

de la misma, y para corresponder<br />

a la benevolencia que el Rey<br />

usaba con ellos, alcanzaron de la<br />

Santa Sede que la expresada Oración<br />

pudiese ser dicha en todas las<br />

Misas, así privadas como cantadas,<br />

por todos los sacerdotes de España,<br />

seculares y regulares. He aquí el<br />

Decreto de concesión:<br />

«Para la Orden de Nuestra Señora<br />

de la Merced.<br />

Sobre la Colecta ET FAMULOS<br />

La Sagrada Congregación de Ritos,<br />

siendo ponente el Emmo. Cardenal<br />

Rasponi, ante la súplica del<br />

— 252 —<br />

Padre Fr. Francisco de San Marcos,<br />

Procurador General de los descalzos<br />

de la Orden de Nuestra Señora<br />

de la Merced, Redención de cautivos,<br />

en nombre de toda la dicha<br />

Orden, tanto calzada como descalza,<br />

aprobó la dicha colecta, según<br />

el ejemplar adjunto y concedió que<br />

pudiera ser dicha en toda España<br />

por todos los sacerdotes, tanto seculares<br />

como regulares, tanto en<br />

las misas cantadas como en las privadas,<br />

después de las oraciones<br />

señaladas en el Misal, según la concesión<br />

de Pío V y de Gregorio XIII,<br />

de santa memoria, y qu% así se pueda<br />

imprimir.-13 de Juiio de 1675.<br />

V. Cardenal Carpineo.—Barbadino<br />

Casale, Secretario de la Sagrada<br />

Congregación (1)».<br />

FR. JUA-151-61YNZA1EZ<br />

(1 -I<br />

(1) Bullarium Ord. de Merced; p . 362.<br />

-- 235 —<br />

genes dejan fuertemente grabadas<br />

en la imaginación! Y ¿qué diremos<br />

de las tinieblas del «cine»...? .•(,?ué<br />

lecciones de moralidad, de arte, qué<br />

honesto solaz se pueden esperar de<br />

esos «cines» donde medio minuto<br />

antes de dar la luz suenan los timbres...?<br />

Si no me expreso más claro, culpad<br />

a las tinieblas que se extienden<br />

Por los ámbitos del salón; esas son<br />

las culpables de mi lacónico decir<br />

sobre los estragos morales y sociales<br />

que produce en la juventud conque<br />

ni vosotras, ni vuestras hijas,<br />

ni los papás, ni sus hijos, pueden ni<br />

deben ir al «cine», cuando el asunto<br />

de la película no sea decente, o, por<br />

lo menos, indiferente, si es que hoy<br />

cabe alguna película indiferente en<br />

materia de Religión y de Moral.<br />

Los bailes modernos.—La moral,<br />

la buena educación, las sanas y tradicionales<br />

costumbres, el arte y la<br />

estética rechazan los bailes modernos<br />

por ser los proveedores de las<br />

grandes corrupciones. «En cuanto<br />

a los bailes exóticos y bárbaros—<br />

Egea de los° Caballeros (Zaragoza).—Clase de labores del Colegio de Mercedarias.<br />

Fuentes de inmoralidad<br />

El c cine » .—Otra de las fuentes de<br />

inmoralidad es el « cine», que se lleva<br />

el 70 por 100 de las personas durante<br />

gran parte de las noches del ario.<br />

Su baratura le pone al alcance de<br />

todas las familias.<br />

La inconsciencia de nuestra sociedad<br />

abre las compuertas que contenían<br />

las aguas cenagosas de la<br />

grosería, y ésta invade hasta los<br />

recintos más reservados, los corazones<br />

juveniles guardados antes<br />

como tesoro inestimable. Una 'de<br />

las compuertas en mal hora levantadas<br />

es el «cine».<br />

Las mal llamadas películas sentímentales<br />

han desarrollado, ante los<br />

absortos ojos de nuestras juventudes,<br />

unas escenas fastuosas de palacios,<br />

de ricos tapices, en donde<br />

dramas de amor y de adulterio tienen<br />

su acción y en donde se ven<br />

posturas de una lujuria desenfrenada,<br />

a la que pone fin el beso torturador<br />

del clásico final de toda película.<br />

El «cine> es la pendiente fatal<br />

por donde se precipitan las sociedades<br />

modernas en el vergonzoso<br />

caos de todas las degradaciones.<br />

¡Qué películas se exhiben en la generalidad<br />

de los cines! ¡Qué imá-<br />

temporánea este malhechor que<br />

hiere en las tinieblas y mata a los<br />

J óvenes por la espalda.<br />

El «cine», generalmente hablando,<br />

es la escuela del robo, la escuela<br />

de la impureza, la escuela de la<br />

in fidelidad, la escuela del adulterio,<br />

el aprendizaje de toda clase de<br />

vicios.<br />

Hace días me preguntaba una<br />

Madre cristiana si podría llevar sus<br />

hijos al «cine». Lo que conteste a<br />

esta buena madre, se lo digo aquí a<br />

todas las madres. Con vosotras,<br />

madres abnegadas y fidelísimas,<br />

con vosotras, pueden ir, si dan palabra<br />

(sobre todo las hijas) de estar<br />

en el . cine» con vosotras y volver<br />

del 'cine» con vosotras. Ad viértoos,<br />

dice el inmortal Pontífice Benedicto<br />

XV— los unos peores que los<br />

otros, hoy de moda en el gran mundo<br />

elegante, no podría darse medio<br />

más adecuado para acabar con<br />

todos los restos de pudor.» Después<br />

de los crueles sufrimientos, de las<br />

amaruras sin cuento que ha experimentado<br />

la sociedad en la gran<br />

guerra, no parece sino que, para<br />

acallar los ayes de dolor que se<br />

escapaban de los pechos humanos,<br />

ha sentido la humanidad un anhelo<br />

irresistible hacia la diversión, lo,<br />

cual aumentó la popularidad de los<br />

bailes exóticos e inmorales, para<br />

ahogar en ellos tan ingrato recuerdo;<br />

pero se olvida que debajo de la<br />

sociedad que goza y se divierte con


orgías voluptuosas, que matan las<br />

almas y envenenan los corazones,<br />

se roba, se asesina, se almacena la<br />

dinamita y se trabaja sin descanso<br />

en perfeccionar los fusiles para acabar<br />

con esa sociedad enfermiza y<br />

agónica.<br />

Hoy en los salones de nuestra<br />

sociedad, en los hoteles, casinos , y<br />

aun en los centros de recreo, la<br />

danza ocupa un lugar preponderante.<br />

Los movimientos, las posturas,<br />

los meneos y la manera de<br />

cogerse que esos bailes imponen a<br />

las parejas, no pueden ser más voluptuosos,<br />

más inmorales, más perturbadores.<br />

Claro es que me refiero<br />

a los bailes hoy de moda: el «onestep<br />

» , el «boston», el «fox-trot», el<br />

«blue», el «shimmy», el «charlestón»<br />

y la última novedad norteamericana<br />

el « black bottom ». A esto<br />

añádanse los trajes -- si trajes se<br />

pueden llamar — que llevan ellas;<br />

que comienzan más tarde y terminan<br />

más temprano...<br />

— Ay, señora! — dice el gráfico<br />

Selg-as a una mamá - ¡si supiera en<br />

qué actitud he visto a Emilia!<br />

— Cómo?- pregunta la madre.<br />

—Señora, un caballero la apretaba<br />

fuertemente una mano y con la<br />

otra ceñía estrechamente su talle.<br />

—¡Imposible!<br />

—Sí, señora, sí, y las caras casi<br />

juntas y los cuerpos casi juntos.<br />

—No, no puede ser; quiero verlo.<br />

La señora es conducida al salón<br />

de baile y encuentra a su hija bailando<br />

con un caballero.<br />

—e:No ve usted, señora?<br />

- ¡Vaya, qué cosas tiene usted...!<br />

Y sigue diciendo Selgas: de tal<br />

manera que en el baile la mano no<br />

es manó, la cara no es cara, el cuerpo<br />

no es cuerpo, el talle no es talle<br />

y la carne no es carne. ¡Qué moral<br />

tan curiosa...!<br />

El lujo y las modas.—El lujo—ha<br />

dicho un gran pensador- -es el traje<br />

— 2M —<br />

de camino de los pueblos que se<br />

van. Las naciones son como las mujeres:<br />

mientras más viejas y más<br />

feas, necesitan más tocador y más<br />

afeites. Las sociedades modernas,<br />

en las ansias supremas de aumentar<br />

indefinidamente los goces materiales,<br />

viendo que la Naturaleza<br />

no puede dárselos, apelan al lujo<br />

deslumbrador y fastuoso, a cuyo fin<br />

aumentan el trabajo, aumentan las<br />

necesidades, agravan la miseria,<br />

despiertan la envidia y multiplican<br />

los museos de las más bajas pasiones,<br />

pues el lujo no es más que un<br />

tributo pagado a los siete pecados<br />

capitales.<br />

El orgullo se pavonea por los<br />

salones, teatros, calles y plazas y<br />

¡ay!, hasta en los templos del Señor,<br />

y con los ricos y costosos vestidos<br />

se creen superiores a todos y<br />

a todas. La codicia aumenta el trabajo<br />

de los obreros y obreras con el<br />

fin de que produzca más oro, aun<br />

cuando se mueran o enfermen, para<br />

derrochar en prodigalidades, en voluptuosas<br />

y brutales orgías, para<br />

vivir como el Hijo pródigo, de que<br />

nos habla el Evangelio. La lujuria<br />

paga fuertes cantidades a las profesionales,<br />

que después arroja a los<br />

muladares y que la sociedad expulsa.<br />

de su seno como miembros corrompidos.<br />

La envidia lleva a cometer<br />

locuras que se pagan muy caras,<br />

para convertirse en escandalosas<br />

ruinas. La cólera hace crugir los<br />

dientes de aquella parte de la sociedad<br />

que no puede rivalizar con la<br />

otra más rica y tomar parte en los<br />

festines de la vida. La molicie enerva<br />

y mancilla los corazones, mata<br />

las nobles y sublimes aspiraciones,<br />

agosta en flor a nuestras hermosas<br />

juventudes, atrofia las inteligencias<br />

y es fuente de todos los vicios.<br />

Las mujeres de nuestros días, las<br />

que se someten a la ley tirana de la<br />

moda, andan por salones y calles<br />

exhibiendo desnudeces provocativas,<br />

con modales tan desenvueltos,<br />

COn taiito descoco, con tanta falta<br />

de recato y de pudor que están causando<br />

daños inmensos en las almas,<br />

haciendo marchitar flores de inocencia<br />

y siendo motivo de que<br />

muchos corazones se revuelquen<br />

en el fango de todas las degra<br />

daciones más inmundas en los<br />

albores de la vida.<br />

La ilustre escritora Paterson,<br />

en una conferencia que dió en el<br />

Club de Toronto - Canadá— afir-<br />

MÓ francamente: «Si se viese a<br />

Un hombre vestido en la forma en<br />

lile van ciertas mujeres, sería<br />

inmediatamente detenido por indecoroso<br />

e inmoral y conducido<br />

a la cárcel. Tantos matrimonios<br />

deshechos por la frivolidad de la<br />

Mujer esclava de la moda y cuya<br />

P sicología es un tejido de capri-<br />

,chos y de monerías insufribles,<br />

nacen que se aparten del vínculo<br />

sagrado, base de la sociedad y<br />

de la moralidad, una multitud de<br />

:Jóvenes viriles y sensatos que<br />

serían excelentes padres de familia.<br />

Gran parte de las muchachas<br />

de hoy son mercancía averiada<br />

cuya exposición se repite<br />

en plazas públicas y todo el mundo<br />

la contempla, pero nadie<br />

quiere hacerse con ella...»<br />

Yo no me atreviera a estam-<br />

Par en las cuartillas semejante<br />

Calificativo, pero como es de una<br />

Mujer, y doctora, lo estampo, y<br />

Para ella será la crítica que des-<br />

Pierte.<br />

Ei masculinismo feminista. — No<br />

mudamos en colocar entre las fuentes<br />

de la inmoralidad de nuestra<br />

Poca el masculinisrno de ciertas<br />

leninistas que es símbolo de decadencia<br />

para muchos pueblos y de<br />

atales ruinas para muchas almas.<br />

tlaY que decir toda la verdad. La<br />

Mujer .suprarrealista , de hoy, de<br />

pelo y falda cortos, de talle estrecho,<br />

la mujer que juega, fuma, bebe<br />

y que no se escandaliza de nada, es<br />

de tristes y dolorosas consecuencias<br />

para la humanidad. El laicismo<br />

contemporáneo quiere que la<br />

Dos Torres (Córdoba).—Ros ario , Maria y Conchita<br />

Maduao Gil, fervorosas misioneras del Colegio de<br />

Mercedarias.<br />

mujer se parezca al hombre, no en<br />

las virtudes, pero sí en los vicios.<br />

A esta clase de mujeres se les llama<br />

«personas bien » , y a las que poseen<br />

los dos modernos vicios más dominantes<br />

en el gran mundo, se les<br />

califica de «elegantes».<br />

He aquí cómo describe una ilustre<br />

escritora a las que beben. «Toda<br />

señora «elegante » toma un aperitivo,<br />

y en la «taberna» de moda con-


— 256 — — 237 —<br />

vida a sus amigas; pues porque en<br />

la puerta se lea «bar» en vez de<br />

«vinos » , no por eso deja de ser<br />

aquello una especie de taberna.<br />

Antes la mujer no entraba en la<br />

taberna más que para sacar al marido—tratándose<br />

de cocheros y de<br />

mozos de cordel e impedir que se<br />

emborrachase y se gastase el jornal<br />

de: la semana. Hoy día es la señora<br />

la ,que llega en automóvil a la taberna<br />

llevando al marido o al hijo a<br />

que prueben el nuevo aperitivo, y<br />

al amigo lo cita allí también para<br />

charlar un rato... Con razón dijö<br />

cierto albañil al pasar por delante<br />

de un «bar» y ver allí una fila de<br />

autos a las doce y media de la mañana:<br />

Los ricos también van a la<br />

taberna, pero la llaman 'bar».<br />

Hoy día los médicos están alarmädos<br />

ante los estragos que esos<br />

dos vicios dominadores de la mujer<br />

esitán causando a la humanidad.<br />

Espanta lo que será la próxima<br />

generación ,-14y los males físicos y<br />

morales que llevará en la sangre.<br />

La bebida, los alcaloides y el tabaco<br />

pueden ser la ruina del género<br />

humano. La mujer con sus virtudes<br />

y su vida ordenada era la gran reserva<br />

de energías, la esperanza de<br />

las generaciones venideras, pero<br />

ahora tal esperanza se disipa.<br />

El profesor Mr. Channcey Barber,<br />

de Nueva York, de clara que, según<br />

las estadísticas, el 60 por 100 de los<br />

niños nacidos de madres fumadoras<br />

mueren antes de los dos arios, sobre<br />

:2,4k<br />

te)--<br />

todo si la madre sigue fumando<br />

durante el período de lactancia.<br />

Los males que corroen y gangrenan<br />

la sociedad moderna cuentan<br />

con los poderosos vehículos de corrupción<br />

que dejamos apuntados.<br />

Por esos respiraderos sube hoy «el<br />

humo del pozo infernal» en frase<br />

del Apocalipsis. « El árbol del manzanillo<br />

extiende sus ramas de sombra<br />

mortífera sobre todas las catego<br />

, ías sociales.»<br />

Conclusión. — Ante la ola invasora<br />

de inmoralidad no cabe dudar<br />

acerca del camino que debemos<br />

tomar. « ¡Ay de mil—exclamaba el<br />

viejo Matatías rasgando sus vestiduras—,<br />

que no he muerto porque<br />

debía de ver el envilecimiento de<br />

este pueblo y la deshonra de esta<br />

ciudad. Los paganos todo lo han<br />

contaminado: nuestra inocencia,<br />

nuestra belleza, nuestra virtud y<br />

nuestra gloria. Que todos inclinen<br />

la cabeza bajo el yugo de esta tiranía<br />

impura, que traicionen a la fe<br />

de sus padres, ¡yo y mis hijos y mis<br />

hermanos preferimos morir!...› Y<br />

levantando después aún más la voz<br />

ante el escándalo, exclamó de nuevo<br />

con un formidable acento: «El<br />

que ame nuestra ley, salga de aquí:<br />

y sígame.»<br />

Verdaderamente para conservar<br />

el corazón inmaculado en medio del<br />

fango de la inmoralidad contemporánea,<br />

es necesario el heroísmo del<br />

padre de los Macabeos.<br />

FR. R. DELGADO CAPEANS<br />

Una recomendación curiosa<br />

Lo es sin duda la siguiente dirigida<br />

al Rey de Granada por Jaime II<br />

de Aragón en 1300 para que diera<br />

facilidades a los mercedarios que<br />

iban a redimir cautivos:<br />

«Al muyt noble e honrado don<br />

Mahomet Aboadille, Abenaçar e<br />

Amir Amuzlemin Rey de Granada,<br />

don Jaime por la gracia de Dios<br />

Rey de Aragon, de Mayorcas, de<br />

Valencia et de Murcia, Conde de<br />

Barcelona, et de la santa Esgleya<br />

de Roma Senyalero et Capitan General,<br />

saut como a amigo para quien<br />

queriamos toda honra et buenaventura.<br />

Rey. Como los freyres de la Or-<br />

Página Misional<br />

PUERTO RICO<br />

Muy Rvdo. š amado Padre: Gracias<br />

a Dios hemos salido sin quebranto<br />

mayor de la Cuaresma y<br />

Podemos descansar algo, ya que el<br />

Calor este ario parece que no se<br />

adelanta.<br />

La Semana Santa en Puerto Rico<br />

s muy notable. Como la gente vive<br />

en su mayoría en los campos y a 30<br />

Y 40 kilómetros de la parroquia no<br />

Puede venir a la Iglesia en todo el<br />

año. El Jueves y Viernes Santo, en<br />

cambio, no falta ninguno que tenga<br />

una chispa de catolicismo. «Padre,<br />

Yo soy muy católico y no falto ninglin<br />

ario a la misa el Viernes Santo»,<br />

me decía un hombre hace pocos<br />

días. Se refería al sermón de las<br />

siete palabras, por el que hay verdadera<br />

pasión en toda la Isla. Sea<br />

bueno o malo el predicador, lo<br />

den de Santa Eulalia de Barcelona<br />

entiendan entrar en la vuestra tierra<br />

para reemir los cautivos christianos<br />

que hi son, rogamos que guando<br />

los dichos freyres entraran por la<br />

dita redempcion, que no los mandedes<br />

embargar en vuestra tierra,<br />

ni en los vuestros lugares, ni a lurs<br />

coses, y que en ir y tornar vayan<br />

salvos et seguros; et gradecervoslo<br />

hemos muyto.<br />

Dada en Lérida en 15 días andados<br />

del mes de Mayo en el año de<br />

Nuestro Señor 1300» (1).<br />

(1) Ribera: Patronato, pág. 564.<br />

aguantan a pie firme tres horas estrujándose<br />

en medio de un calor<br />

asfixiante.<br />

El P. Martín, muy mejorado de<br />

salud, y después de unos ejercicios<br />

en San juan, en el Sagrado Corazón,<br />

predicó toda la Semana Santa<br />

en Coamo. Lo solicitaron casi todos<br />

los pueblos importantes de la Isla y<br />

con tal concurrencia que algunos<br />

días hubo de predicar en la Plaza.<br />

(Todas las ciudades de Puerto<br />

Rico tienen indefectiblemente una<br />

bonitísima plaza en medio de la<br />

población y en el centro de la plaza<br />

la iglesia.)<br />

El P. Isidoro pasó unos días regentando<br />

la parroquia de Maricao<br />

por hallarse el P. Gargallo operado<br />

dos veces seguidas de hernia en la<br />

Clínica española de Mayagüez, y el<br />

P. Bienvenido con nosotros aquí en


Ponce para curarse de la garganta<br />

y pronunciar unas conferen<br />

cias en la Escuela Superior.<br />

Yo prediqué como pude la Semana<br />

Santa en Caguas, Quizá el pueblo<br />

más católico de la Isla. El Viernes<br />

después del sermón de las siete<br />

palabras se organizó la procesión, la<br />

mejor sin duda que se hace en Puerto<br />

Rico. No exagero si digo que asistían<br />

— 238 —<br />

Palma de Mallorca. —Bandera de los Jueves Eucarísticos<br />

y hermoso copón regalado a la iglesia de la<br />

Merced.<br />

a ella de 15.000 a 20.000 personas con<br />

un orden admirable. Niñas católicas,<br />

colegios, Hijas de María, Damas<br />

Catequistas, Asociación de<br />

Lourdes, socios católicos en diez<br />

secciones con otras tantas banderas,<br />

Caballeros de Colón, Isabelinas<br />

(la orden de caballeros de Colón<br />

adaptada a las señoras) etcétera,<br />

etc. Faltaban los pasos de la<br />

Pasión para creerme que estaba en<br />

Sevilla. También tuve ocasión de<br />

saludar a varios españoles allí residentes<br />

desde el tiempo de España,<br />

entre otros al Gran Caballero de<br />

Colón que es de Burgos y varios<br />

comerciantes de Galicia.<br />

El domingo de Pascua no nos fue<br />

posible pasarlo juntos. El P. Isidoro<br />

en la « María Luisa>, donde tenemos<br />

una numerosa catequesis de<br />

Obaros de todas las Haciendas vecinas.<br />

Se vuelven locos porque los<br />

saquen en una fotografía. El Padre<br />

Martín predicó en Ponce y yo dos<br />

misas cantadas y un sermón en<br />

la Playa.<br />

Ayer llegué de acompañar al<br />

señor Obispo, que fué a inaugurar<br />

una capilla a Moca, 130 kilómetros<br />

de Ponce y en el extremo<br />

Sur-Este de la Isla.<br />

El paisaje por esta parte es bellísimo<br />

y con una vegetación<br />

asombrosa y variadísima; tan<br />

pronto nos internamos en frondoso<br />

cafetal como en una finca<br />

de cata, de tabaco o de algodón;<br />

abunda mucho la palmera de coco,<br />

el plátano, almendro, palo<br />

de pan, mangos, aguacate, etcétera,<br />

etc.<br />

En los altos de San Sebastián<br />

y dominando un inmenso valle<br />

sembrado de casitas de madera,<br />

encontramos una capilla dedicada<br />

a Santa Teresita, que me<br />

causó una emoción muy grata y<br />

me hizo recordar vivamente la<br />

célebre Virgen de la Roca en<br />

Bayona, tendiendo sus brazos sobre<br />

el Atlántico.<br />

El recibimiento fué todo lo brillante<br />

que aquella pobre gente pudo<br />

y supo hacer. Un kilómetro antes<br />

de llegar nos paran el auto para<br />

decirnos que esperásemos que<br />

aún no se habían reunido los músicos.<br />

Muy pronto se reunió un gentío<br />

inmenso en la carretera, en su<br />

mayor parte niños de aspecto muy<br />

pobre y casi todos de color. Yo estaba<br />

mirando cuando aparecía le<br />

célebre música hasta que oigo a ml<br />

lado una mala charanga compuesta<br />

de cinco músicos y cuatro instrumentos.<br />

Uno sujetaba el tambor.<br />

Momentos antes de llegar a la<br />

capilla, un negro deteniendo la comitiva<br />

se nos cuadra delante para<br />

endilgarnos un discurso de bienvenida.<br />

Por mucha seriedad que<br />

quise aparentar' no me fue posible<br />

contener la risa. Era el modelo<br />

más perfecto del alcalde Berrocal,<br />

de la comedia de Tirso.<br />

Acto seguido la bendición,<br />

la misa, sermón y<br />

banquete a toda gala sin<br />

faltar el célebre lechón portorriqueño.<br />

Todo lo ridículo<br />

que se quiera pero no faltaba<br />

buena voluntad y motivos<br />

para reir. Lo serio vino<br />

después. Había unos 600<br />

para confirmar y como la<br />

capilla era pequeña debían<br />

entrar por tandas. Todos<br />

quieren ser los primeros y<br />

se aprietan, se estrujan, se<br />

desesperan y hacen imposible<br />

todo trabajo. Cuando<br />

conseguimos cerrar las<br />

puertas, entran y salen por<br />

las ventanas y, en fin, no<br />

hay quien haga bueno de<br />

ellos. Gracias a un fuerte<br />

aguacero que dispersó a<br />

muchos y gracias sobre<br />

todo a la paciencia y amabilidad del<br />

Sr. Obispo pudimos salir de allí con<br />

vida.<br />

Por la noche regresamos para<br />

dormir a Aguadilla con los Padres<br />

Agustinos.<br />

Aguadilla es el punto donde desembarcó<br />

por primera vez Colón en<br />

esta Isla, y los Caballeros de Colón<br />

de toda América le van a levantar<br />

un grandioso munumento. Con una<br />

cuestación de 5 centavos cada uno,<br />

reunieron 40.000 dólares.<br />

* *<br />

Al día siguiente volvimos a Ponce<br />

sin el menor tropiezo.<br />

— 239 —<br />

Cuando el Sr. Obispo con su habitual<br />

cara de sonrisa y de bondad<br />

bendice a estas gentes, es curioso<br />

ver cómo ellas, creyéndose en el<br />

deber de corresponder, lo bendicen<br />

a él en la misma forma.<br />

FR. E. PÉREZ<br />

PIAUHY<br />

Saó Raimundo Nonato, 13 de abril<br />

de <strong>1928</strong>.<br />

Dos Torres (Córdoba).—María Eduarda y Angelita Naz, entusiastas<br />

alumnas del Colegio de Mercedarias.<br />

Muy amada en Cristo R. Madre Comendadora<br />

de Alarcón.<br />

¡Dios Nuestro Señor y Nuestra<br />

Santísima Madre les paguen tanto<br />

bien como hacen a estas abandonadas<br />

gentes! Todos los objetos del<br />

culto, propaganda, limosnas y sobre<br />

todo las obras de piedad que<br />

por esta Prelatura ofrecen, son objeto<br />

especial de agradecimiento y<br />

alabanzas muy justas de parte de<br />

todos los PP. y del pueblo.<br />

Créanme, no las engañe con adulaciones,<br />

si las di go con toda<br />

verdad que * hasta las parroquias<br />

y obispados limítrofes admiran y


aprecian todo lo que llega a esta<br />

tierra de las antiguas naciones que<br />

dominarcn por aquí.<br />

Por mi parte les digo que no tengo<br />

ni fuerzas para escribir, ni a mi<br />

madre que fuera viva. El paludismo<br />

me visita varias veces al ario; el<br />

tracoma me tuvo ciego casi dos meses,<br />

efecto de unos mosquitos que en<br />

ciertas épocas no dejan ni descubrir<br />

el cáliz en la misa. Cada año tengo<br />

que recorrer más de doscientas le<br />

•guas, es decir, mil cuatrocientas en<br />

seis arios que llevo aquí, y contando<br />

dos viajes a la capital federal, más<br />

de cinco mil leguas.<br />

Bauticé más de cinco mil niño<br />

bendije más de mil matrimonios.<br />

Del Sacramento de la Penitencia y<br />

Comunión sólo por cálculos puedo<br />

dar informe, es decir, de veinte a<br />

treinta diarias dan aproximadamente<br />

la cifra de setenta mil en los seis<br />

arios de mi pobre acción en esta<br />

abrasada tierra.<br />

La llegada a ésta del Prelado con<br />

los otros PP., fue un acontecimiento<br />

para este país; pero su salida<br />

forzosa al poco tiempo fue de efecto<br />

desesperador. Se fueron dos religio«<br />

sos con él y quedaron conmigo tres.<br />

Todos trabajan mucho, pues vienen<br />

llenos de vida y salud. ¡Quiera<br />

Nuestro Señor conservársela por<br />

muchos arios!<br />

El P. Mariano estuvo este ario a<br />

la muerte, con todos los Sacramentos<br />

que le administró un Párroco<br />

extraño, distante unas setenta leguas.<br />

El no quiere volver a España<br />

ni descansar en ninguna parte. Hasta<br />

esta fecha no sé nada de él. Fue"<br />

nombrado Administrador Apostólico,<br />

según telegrama del Sr. Nuncio<br />

dirigido a mí, para que se lo participase<br />

a él. Así quedamos hasta<br />

Dios sabe cuando.<br />

Escribí al P. Guillermo, creyendo<br />

era Comendador de Poyo todavía, y<br />

no tuve contestación. Los coristas<br />

— 240 —<br />

de Poyo me escribieron mandándome<br />

postales, pero no recibí los específicos<br />

para disecar animales. Recibí<br />

carta de las Mercedarias de Zaragoza,<br />

que me llenó de júbilo; ya<br />

contesté.<br />

Escribí a Roma hace tiempo y no<br />

he recibido respuesta; en cambio<br />

una carta de Poyo, de agosto, llegó<br />

por telegrafía sin hilos en el breve<br />

espacio de... seis meses, o sea a primeros<br />

de este marzo.<br />

En Río de Janeiro visité a las<br />

Mercedarias de Paquetá y me dijeron<br />

que estaban muy bien, y a la<br />

verdad ese sitio es un vergel extremado.<br />

Compré varias imágenes para las<br />

Capillas que estoy construyendo.<br />

Recibí del Gobierno otra cantidad,<br />

due estoy empleando en la construcción<br />

del pobrísimo futuro seminario.<br />

Pronto terminaré una parte de<br />

él, donde caben unos sesenta niños;<br />

está próximo a la Capilla de Nuestr<br />

a Santísima Madre.<br />

Lo que falta ahora es la clientela<br />

que estudie y la docente.., y las ruedas<br />

para que ande el carro. Estos<br />

problemas espero que Nuestro Señor<br />

los resolverá mejor que los hombres,<br />

para que no falten operarios<br />

e . su viña. De toda la Prelatura<br />

esta Parroquia es la mejor, por estar<br />

más cerca del mar, para conseguir<br />

las cosas necesarias para la<br />

vida.<br />

Ya tenemos automóvil, cosa nunca<br />

vista por estas gentes, hasta el<br />

extremo de creer que era movido<br />

por el diablo y que los ojos eran las<br />

lamparillas; a pesar que yo quería<br />

pagarle la subida de cinco minutos,<br />

dijo un hombre que priuiero quería<br />

llevar un tiro antes que meterse en<br />

el diablo (esto un hombre sabihondo).<br />

Respecto del gramófono, decía<br />

otro, que apostaba un par de bueyes<br />

a que el cantor era un espíritu<br />

del diablo o de hombre. Aquí la<br />

- 241 —<br />

creencia en el espiritismo está muy<br />

arraigada, pero advierto a los que<br />

esto lean que los espíritus de esta<br />

tierra no desempeñan la bella arte<br />

de la música en gramófono, y sí<br />

Sólo en birimbaus, rabecos e caxamblis,<br />

instrumentos de la banda de<br />

música de Nabuconodosor.<br />

Es perder el tiempo hacerles creer<br />

en la telegrafía sin hilos. Hace poco<br />

tiempo cayó una granizada que<br />

ellos no conocían, y de tamaño grande;<br />

fue tal el miedo que se abrazaron<br />

a los cuadros de los santos creyendo<br />

que llegaba el último día, y<br />

eran inútiles mis explicaciones, pero<br />

al ver que yo refrescaba la boca<br />

con el granizo, hicieron lo mismo y<br />

lo guardaron en botellas, como si<br />

fuese agua de Lourdes.<br />

Aquí preguntan qué les dan de<br />

comer a las niñas del colegio, que<br />

en las revistas de fin de curso vienen<br />

muy gruesas. Vuestras Reverendas<br />

tienen la palabra...<br />

Compré dos cocinas a gasolina<br />

Para el Seminario; excuso decir, que<br />

quedaron con la boca abierta al ver<br />

que se hacía café en cinco minutos,<br />

Y esto sin esconder el depósito de la<br />

gasolina, que si lo escondo indudablemente<br />

el fuego pasaría por soplo<br />

diabólico. ri<br />

Vaya un parrafico de cobras. Co-<br />

Menzando a rezar el Rosario en el<br />

presbiterio se cayó del tejado una<br />

serpiente negra a mis pies, y a pesar<br />

de que es inofensiva, por ser de<br />

noche, toda la gente huyó en preci-<br />

Pitada fuga. Comulgando una devota,<br />

subió por sus pies una jararaca,<br />

que es de las más venenosas.<br />

Murieron cinco personas el año<br />

Pasado de cobra, y aunque los mordidos<br />

son muchos, no todos mueren,<br />

O<br />

por ser poca la inyección o por<br />

tener los dientes inoculadores rotos,<br />

Por la lucha con otros animales, y<br />

en este caso la mordedura con los<br />

otros dientes es relativamente inofensiva;<br />

la cobra más grande que he<br />

visto era de la familia sucuriú y tenía<br />

31 cuartas, pesaba 170 kilos, tragaba<br />

cinco cerdos de cinco meses,<br />

y delante de mí tragó una serpiente<br />

boa de tres metros, entablándose<br />

antes una lucha terrible. Pienso llevar<br />

a esa, si me dejan volver, una<br />

serpiente sucuriti que tengo encargadti,<br />

una tortuga que ya tengo,<br />

araraca y otros pájaros bz,-nitísimos.<br />

Tengo varios objetos para esa,<br />

pero es imposible desde esta desorganizada<br />

tierra enviar nada.<br />

Si se envían como muestras sin<br />

valor, llegan menos. Las revistas,<br />

algunas no llegan, y cuando llegan<br />

es estropeadas; periódicos, no llega<br />

ninguno; pasé medio ario sin saber<br />

el cambio del personal de Castilla,<br />

y los compañeros que tengo de Chile<br />

y del Perú, no reciben nada; de<br />

manera que así puede uno estar satisfecho<br />

como aquellos ermitaños<br />

antiguos que preguntaban qué novedades<br />

había por el mundo.<br />

Así les pregunto yo a V. R., que<br />

me escriban y con todos los detalles<br />

y periódicos; les aseguro que paso<br />

sin comer por leer la correspondencia,<br />

y si me llaman no escucho o no<br />

contesto.<br />

Las cartillas aún no llegaron en<br />

la mitad de abril, y así que el rezo<br />

no va a estilo monacal, sino a estilo<br />

de... como se puede.<br />

Termino esta especie de carta o<br />

folleto, que tal vez les sirva para<br />

probar la paciencia.<br />

Perdonen mi atraso en escribir,<br />

que si bien es cierto, soy un poco<br />

perezoso, sin embargo hay otras<br />

cosas que no escribo por no parecerme<br />

a Jeremías y que me quitan<br />

toda gana de comunicarme con persona<br />

ninguna de este mundo<br />

Muy R. Madre, de todo corazón<br />

la pido que esas buenas religiosas<br />

y los ángeles del colegio no nos<br />

abandonen en sus obras piadosas


— 242 — - 243 —<br />

para con Nuestra Santa Madre y<br />

ante el altar del Sacramento de<br />

amor. Así lo espera vuestro criado<br />

attento amigo e fica de tudas . voces<br />

muito obrigado.<br />

FR. FRANCISCO FREIRÍA<br />

Santoral rnercedario<br />

venerable P. Pedro<br />

Nolasco Sardo<br />

15 de junio de 1606.<br />

La vida de este venerable, escrita<br />

por el reverendísimo Guimerán,<br />

después Obispo de Jaca, y dedicada<br />

a su amigo el Beato Juan de Ribera,<br />

es una verdadera joya literaria y<br />

bibliográfica. Vargas y Téllez en<br />

sus crónicas respectivas la aprovecharon<br />

ampliamente, pero apenas<br />

dan idea de su belleza moral y<br />

artística. Menos podré yo aspirar a<br />

ello.<br />

El P. Nolasco Sardo es un modelo<br />

bellísimo para la juventud mercedada,<br />

pues muerto a los treinta y<br />

dos años, casi no dejó los libros de<br />

las manos y fue el encanto de sus<br />

compañeros, por su mansedumbre,<br />

pureza y obediencia.<br />

Nació en una villa del Arzobispado<br />

de Cagliari en Cerdeña llamada<br />

Gergei (1), cabeza entonces del marquesado<br />

de Terranova, y fue bautizado<br />

el 15 de febrero de 1574 en la<br />

parroquial de los Santos Vito y Modesto,<br />

con el nombre de Juan. Sus pa-<br />

(1) No encuentro este nombre en los diccionairos<br />

y atlas modernos. Quizá sea Gen-ei.<br />

dres Cesello Perra y María Gazulla,<br />

labradores honrados y piadosos, le<br />

educaronicon esmero y sus virtudes<br />

y buen natural le aventajaron pronto<br />

sobre sus hermanos, mereciendo<br />

ser mejorado entre ellos.<br />

Aprendió las primeras letras en<br />

su pueblo y para cursar estudios<br />

mayores se dirigió a Caller, donde<br />

vistió el hábito de la Merced en el<br />

célebre santuario de Bonaria. Si<br />

antes era fervoroso, lo fue desde entonces<br />

mucho más, aunque el por<br />

su humildad pensaba y decía lo<br />

contrario. Con el hábito mudó el<br />

nombre, tornando el de Pedro Nolasco,<br />

nuestro fundador.<br />

No mucho después de su profesión<br />

en 1598 le enviaron los superiores a<br />

Valencia, para continuar sus estudios,<br />

pues los conventos de Cerdeña<br />

formaban una sola provincia mercedaria<br />

con los demás de la corona<br />

de Aragón. Era nuestro venerable<br />

corista todavía y no hubiera recibido<br />

las órdenes sagradas si no fuera<br />

obligado por la obediencia.<br />

En el viaje por mar padeció muchos<br />

trabajos, pero de todos le libró<br />

Dios con la invocación del nombre<br />

de Jesús, de que era devotísimo. No<br />

se le caía de los labios la invocación:<br />

¡Oh mi Jesús!<br />

«Era—dice su biógrafo y superior<br />

Guimerán—hombre bien entendido,<br />

discreto y muy capaz de cualquier<br />

razón y concepto. Penetraba<br />

bien las cosas y las ajustaba y las<br />

pesaba bien con la razón y discurso<br />

natural. Verdad sea que para echar<br />

de ver esto en él era menester tratarle<br />

y conferir con él cosas de ingenio,<br />

porque su silencio perpetuo,<br />

su ajenamiento de todo lo de fuera<br />

de sí, no le dejaban conocer sino<br />

muy de cerca.<br />

En las letras era harto ap rove-<br />

LA INSIGNE, Y<br />

EXEMPLAR VI DA, Y M VE RT E<br />

delYenerhle padre., y Sierno de Dios Fray<br />

Pedro Nolaf.o,Religiofo de la Orden de<br />

nuca ra Seora dea Merced,Redenlp.cion<br />

de cantinas.<br />

Por enZeuerendyYmo P. Al,. Fr.'Philippe de<br />

Giìmeran, MaeJ10 General ole li dicba<br />

Religion.<br />

M Illterirs.yExcellentifs.Seilpr don Tun de Ribe4<br />

bra, Patriarcha de Antionia ,y Arçobifpo de<br />

Valeneia, eze ,<br />

s,<br />

--? NTPT PETTN'S<br />

110 LAs g o<br />

impretra en Valencia., en cara. de luan Cleyroflonao<br />

Garriz,juntó al molino de Ko telbez 61 o.<br />

chado y sabía las verdades resueltas<br />

de la Teología, huyendo de las<br />

disputas para dedicarse todo a la<br />

moral, que había de ejercitar en el<br />

Confesionario, a que le destinó la<br />

obediencia. Admiraron los examinadores<br />

del arzobispado no menos<br />

su prudencia que sus virtudes, prometiéndose<br />

grandes bienes de su<br />

ministerio.<br />

En los ocho arios que vivió en Valencia<br />

se captó el amor de todos con<br />

su conducta, que el P. Guimerán<br />

describe con hermosos rasgos: «Vi<br />

mosle siempre de un tenor, con


compostura de siervo de Dios, muy<br />

dueño de sus pasiones, como quien<br />

las tenía vencidas o muy ajustadas<br />

a la ley de razón y de Dios».<br />

Había tomado por norma la Escala<br />

de San Juan 'Clímaco, libro suyo<br />

predilecto que guardaba como preciosa<br />

joya, y llegó a copiarlo en sí<br />

mismo con la gracia de Dios.<br />

«Era a maravilla manso, benigno,<br />

quieto, sosegado, apacible, con una<br />

paz amable a todos, que con sólo<br />

verle conciliaba crédito de su entereza<br />

y santidad; y es de manera que<br />

nunca le habemos visto ni advertido<br />

un súbito movimiento de ira ni<br />

de indignación con nadie, ni ninguna<br />

cólera ni señal de ella en el rostro,<br />

ni en movimiento ni palabra;<br />

siempre con aquel compás de su<br />

quietud y figura habitual.»<br />

Todo este sosiego lo mantenía el<br />

siervo de Dios a despecho de graves<br />

tentaciones y tormentas interiores,<br />

de las cuales triunfaba con el<br />

recuerdo de la Pasión del Señor,<br />

que alguna vez se le apareció atado<br />

a la columna:de los azotes.<br />

Era muy cariñoso con todos, pero<br />

sin amistad 'particular con nadie<br />

si no es con los más humildes por su<br />

estado, y con los enfermos a quienes<br />

prodigaba consuelos. Tenía particular<br />

gracia para disponerlos a<br />

bien morir, para lo cual era muy<br />

buscado. Los pocos años que se dedicó<br />

al confesionario hizo gran fruto<br />

en las almas, sobre todo en las<br />

atormentadas por los escrúpulos.<br />

Huía de toda murmuración disculpando<br />

con caridad a los que eran<br />

víctimas de ella.<br />

— 244 —<br />

«La verdadera obediencia — de<br />

cía—no se niega a nada que el prelado<br />

manda; todo lo hace, todo lo<br />

pone por obra, no alega flaqueza,<br />

no dice que no lo podrá hacer, por<br />

gran trabajo que sea; porque al que<br />

por la obediencia se esfuerza a hacer<br />

cosas dificultosas, Dios trabaja<br />

con él y le da fuerzas... Testigo soy<br />

de vista y lo es toda esta comunidad<br />

cuán flaco sujeto era el suyo,<br />

débil, sin carnes, sin color, de poco<br />

vigor natural en el cuerpo, enfermizo;<br />

bastaban para esto sus grandes<br />

rigores y penitencias; y sin embargo<br />

desto, un hombre flaco ningunas<br />

obediencias, por de trabajo corporal<br />

que fuesen y de cansancio, dejó<br />

de hacer con muy buen rostro y<br />

muy grande simplicidad.»<br />

Todas estas virtudes se sustentaban<br />

con el alimento divino de la<br />

oración que era su ocupación constante.<br />

Frecuentísimo era en él, como<br />

en otros religiosos fervorosos, quedarse<br />

en el coro después de los maitines<br />

de media noche hasta la mañana.<br />

Tuvo gran devoción a la Santísima<br />

Virgen, de la que recibió extraordinarios<br />

favores en vida y en<br />

muerte.<br />

« Fué amador de la verdad sobremanera,<br />

y aborrecía la mentira,<br />

cual es ordinario en todos los justos.<br />

Consagröle Dios con este carácter<br />

de santos, que es la verdad,<br />

en todas sus palabras y negocios<br />

como se ve en Dios, a quien dice<br />

David: El principio de vuestras palabras<br />

es la verdad.<br />

Tuvo don de profecía, como<br />

Sondeando el campo<br />

«Gil ideali femminili... sul moschetto».<br />

El amor a la patria es una obligación<br />

religiosa que forma parte<br />

del cuarto precepto del Decálogo,<br />

amén de sentimiento natural muy<br />

hermoso.<br />

Hay cierta moda de no mostrar<br />

entusiasmo por cosa alguna de la<br />

tierra. ¡Tan altos se ven algunos!<br />

Recuerdo que el otro ario se enojó<br />

— 245 —<br />

muestra lo sucedido con un caballero<br />

llamado don Juan Bautista Catalán,<br />

hermano de la beata mercedaria<br />

sor Isabel Juana, cuya vida<br />

escribió Téllez. Asistió a este caballero<br />

en una gravísima enfermedad<br />

Y estando ya desahuciado y recibido<br />

los Sacramentos le aseguró que<br />

Pronto se pondría bueno, como en<br />

efecto sucedió. Y habiendo los dos<br />

hermanos hablado grandes loores<br />

de su confesor el P. Nolasco, éste,<br />

que estaba muy lejos, les reprendió<br />

diciendo que no se fiasen de las<br />

apariencias.<br />

Conocía también los corazones y<br />

manifestó a algunas personas sus<br />

secretos para obtener la enmienda,<br />

Como la obtuvo de un religioso que<br />

Pensaba dejar el hábito.<br />

Cayó enfermo a fines de mayo de<br />

1606 y aunque todos confiaban de su<br />

salud, él se preparó con gran fervor<br />

para dejar este mundo, escribiendo<br />

a algunos amigos que encomendaran<br />

su alma, pues muy pronto<br />

pasaría de esta vida. Pidió al<br />

prelado le mandara recibir por obediencia<br />

la muerte, para ser obediente<br />

hasta el último instante, y<br />

después de recibir con gran fervor<br />

los últimos sacramentos, entre divinos<br />

consuelos y tiernas jaculatorias<br />

entregó su alma al Criador el 15 de<br />

junio a la seis de la tarde.<br />

Su confesada doña Leonor de<br />

Borja y Loyola, en quien la nobleza<br />

competía con la virtud, hizo sacar<br />

su retrato poniendo en él una cruz<br />

con resplandores y estrellas, por la<br />

que vió el siervo de Dios pocos días<br />

antes de su feliz tránsito.<br />

Enterráronle con gran concurso<br />

de gentes que acudían a tocar en su<br />

cuerpo objetos piadosos. El obispo<br />

de Marruecos don Tomás de Espinosa,<br />

que censuró la obrita del<br />

P. Guimerán, hace un grande elogio<br />

del siervo de Dios, a quien había<br />

conocido.<br />

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ<br />

mucho un famoso novelista inglés,<br />

porque le habían llamado patriota.<br />

A los tales los dejaremos solos, porque<br />

son pocos y degenerados. Vamos<br />

a considerar ahora el otro extremo<br />

vicioso, menos repugnante<br />

con todo que el anterior; es la exageración<br />

de la idea y el sentimiento<br />

nacional que pone en grave compromiso<br />

la vida espiritual de muchas<br />

conciencias. Es un fenómeno<br />

1n_


— 246 —<br />

— 247 —<br />

muy europeo, por desgracia. Hay<br />

una tendencia muy marcada de<br />

apreciar a la nación como una cosa<br />

absoluta, cuyo fin está en sí misma<br />

y no fuera de ella.<br />

Para Bismarck el argumento supremo<br />

que decidiría todas las cuestiones<br />

era saber que Prusia estaba<br />

interesada (1).<br />

No caben dos absolutos en el mundo;<br />

por eso pronto nos habríamos<br />

de ver todos vasallos de cualquier<br />

Napoleón redivivo, si el hecho dependiera<br />

de ciertas voluntades y no<br />

hubiese más barreras que las morales.<br />

El imperialismo no es más que<br />

la proyección del nacionalismo.<br />

Este predominio del sentimiento<br />

nacional sobre el religioso se manifiesta<br />

de muchas maneras. Suele haber<br />

una sensibilidad muy aguda para<br />

el delito político; se necesita, en<br />

cambio, un umbral mucho mayor<br />

para percibir el delito religioso que<br />

es, con frecuencia, de consecuencias<br />

más funestas para la sociedad<br />

misma política.<br />

La observación vulgar y corriente<br />

da derecho a esta afirmación; no<br />

necesitamos revolver y comparar<br />

los diversos derechos penales que<br />

añadirían una prueba desproporcionada<br />

a la tesis.<br />

Los mismos que no cesan de vocear<br />

contra leyendas piadosas, no<br />

sienten vergüenza de ninguna clase<br />

al poner en circulación las más burdas<br />

mentiras, porque estas mentiras<br />

(1) La frase original tiene fuerza especial: Wo<br />

Preussens Macht in Frage kommt, kenne Ich kein<br />

Gesetz.<br />

sirven para defender a la patria.<br />

Hace algunos años hubo un periodista<br />

que expresaba esta idea: Poco<br />

debe importar salvación o condenación<br />

a quien trabaja por el en gran<br />

decimiento de la patria.<br />

Desconocía que la perfección espiritual<br />

del individuo es el fin supremo<br />

de todas las sociedades, de<br />

la Iglesia y del Estado.<br />

No hablemos de aquellos que quisieran<br />

nacionalizar la devoción, de<br />

los que tienen algo que decir contra<br />

las peregrinaciones a Lourdes, porque<br />

Lourdes está en Francia. Y los<br />

tales quieren ser tan católicos como<br />

el Padre Santo por lo menos.<br />

Mucho más claras que en los países<br />

protestantes se ven en Italia y<br />

Francia, las dos tendencias que se<br />

excluyen mutuamente; la tendencia<br />

que coloca lo nacional en la cima<br />

de todas las cosas y la tendencia<br />

que pone lo religioso en el vértice<br />

del mundo.<br />

La humanidad cristiana siempre<br />

rindió tributo a las palabras del<br />

Papa San Celestino a Teodosio el<br />

menor: «La causa de la fe ha de<br />

valer más en vosotros que la del<br />

reino».<br />

La llamada educación nacional<br />

acumula enorme cantidad de pasiones<br />

y de peligros consiguientes, y<br />

especialmente aquel plan completo<br />

que tiende a un verdadero monopolio<br />

de la educación juvenil, no sólo<br />

física, sino moral y espiritual, que<br />

dice el Papa, refiriéndose a Italia.<br />

Vamos a dar una muestra de lo<br />

último. El muy reverendo Padre<br />

Miguel López me envía de Roma<br />

"un ejemplar del Osservatore, llamándome<br />

la atención sobre un suelto<br />

que lleva por título la frase italiana<br />

que encabeza las presentes<br />

líneas: «Los ideales femeninos sobre<br />

el fusil,. Se refiere al Concurso<br />

atlético femenino celebrado en el<br />

Stadio Nazionale de Roma en los<br />

días 4, 5 y 6 de mayo último. Asistieron<br />

varios miles de niñas desde<br />

trece hasta dieciocho arios, que<br />

constituyen la vanguardia femenina<br />

del partido fascista y practicaron<br />

entre otros ejercicios los de tiro<br />

de fusil.<br />

Sobre la existencia de las amazonas<br />

antiguas se ha discutido mucho,<br />

pero sobre las amazonas italianas<br />

del siglo XX no habrá controversia<br />

posible en los siglos futuros.<br />

El Santo Padre ha censurado<br />

este hecho con energía muy<br />

apostólica. Sorl curiosos los ocho<br />

mandamientos que han de observar<br />

las amazonas de Italia y que han<br />

Sido redactados por Augusto Turati:<br />

« Cumplir los deberes propios de<br />

hija, hermana, estudiante y amiga<br />

con bondad y alegría, aunque a<br />

veces resulte molesto el deber—servir<br />

a la patria como a una mamá<br />

Más grande, la mamá de todos los<br />

buenos italianos—. Amar al Duce<br />

que ha hecho a la patria más grande<br />

y fuerte. Obedecer con gozo a<br />

los superiores. Tener el valor de<br />

()ponerse al que aconseja el mal y<br />

se burla de la honestidad. Educar<br />

el propio cuerpo para vencer los<br />

esfuerzos físicos y educar el alma<br />

para no temer el dolor. Huir de la<br />

estúpida vanidad; amar, empero,<br />

las cosas bellas. Amar el trabajo,<br />

que es vida y armonía,.<br />

Si los historiadores futuros no<br />

disponen de otro índice cronológico<br />

de la Europa actual que este documento<br />

de los ocho mandamientos,<br />

seguro que nos colocan con veintiún<br />

siglos de retraso, o sea, en los<br />

tiempos de moda del estoicismo;<br />

la palabra trabajo, del último precepto,<br />

les daría algo que pensar,<br />

pero si por un azar, en lugar de<br />

trabajo aparece qfficium, todos reconocerán<br />

unánimes la mano de<br />

Cicer<br />

n.<br />

Alguien pudiera ver contradicción<br />

entre lo que decimos y la benevolencia<br />

que el Duce ha demostrado<br />

al catolicismo, la guerra que ha<br />

hecho al masonismo y el socialismo.<br />

Yo no dudo de la sinceridad con<br />

que Mussolini admira a la Iglesia;<br />

pero a Mussolini le sobra talento<br />

para reconocer que la Fe es el supremo<br />

baluarte de la familia, propiedad<br />

y autoridad, y que el racionalismo,<br />

el materialismo y positivismo<br />

no sólo en los libros, sino experimentalmente<br />

en la vida de todos<br />

los días han fracasado de la manera<br />

más solemne. Para obrar como<br />

obra Mussolini, sólo se necesita la<br />

virtud del oportunismo.<br />

Todo afecto humano parece más<br />

fuerte en la medida que se contrae<br />

en si mismo y, sin embargo, es un<br />

error. El especialismo cerrado compromete<br />

la vida intelectual y el<br />

exclusivismo afectivo agota la vida<br />

de los afectos.


— 248 —<br />

— 249 —<br />

Tal afecto es un tubo ' soldado por mi desgracia, sino porque veía claambos<br />

extremos; parece fuerte por- ro que no todo era egoísmo en la<br />

que estalla, y no se observa que el vida, que había una zona nobilísima<br />

estallido es señal de su próxima de- en la vida humana, donde se pracfunción.<br />

Mirad el afecto que ocultan ticaba el amor por el amor, el amor<br />

Grecia, Cartago y Roma; el más por sí mismo, sin que entre en la<br />

estable de los tres imperios dura motivación, ni ei dolor, ni la alegría.<br />

unos pocos siglos. ¿Por qué ha ocurrido<br />

Y aunque la gran masa humana<br />

así? Porque en lo meramente sea muy imperfecta e incapaz de<br />

humano no halla uno estímulo bastante<br />

ciertas filigranas, ri.o es soberana-<br />

eficaz para redimirle de su mente educativo hacerle saber que<br />

egoísmo, y cuando las gentes se en el fondo de las cosas reina la pudan<br />

cuenta de que todo se resuelve reza, la nobleza en un grado<br />

en egoísmo, la curva de la inesti-<br />

deca- mable?<br />

dencia se convierte en una<br />

La Iglesia Católica es la<br />

pendiente<br />

rápida y enjabonada,<br />

madre fecunda de las asociaciones<br />

robustas, porque sabe infundir este<br />

El afecto necesita elevarse sobre sentido de santidad, que es el mejor<br />

todo lo humano, alimentarse de las soporte y estímulo de la vida social.<br />

alturas, como esas fuentes puras, Ved, por ejemplo, a la Francia de<br />

suaves, pero eternas que se forman Carlomagno, que después de doce<br />

con la asistencia de las altas ver- siglos de existencia, muestra este<br />

tientes,<br />

vigor inmenso de sus santos y apo-<br />

En la vida sólo queda una fuente logistas del día; por el momento no<br />

de pureza y energía inagotable: el está bien reflejado este vigor en la<br />

amor de Dios. Recuerdo que sentí vida política de la nación, pero conuna<br />

alegría notable la vez primera fío que el hecho tendrá lugar dentro<br />

que leí estas pälabras de San Fran- de muy pocos lustros.<br />

cisco de Sales en su « Práctica del Hay quienes creen que una idea<br />

amor de Dios»: « Quisiera (el que es una idea sola; un sentimiento, un<br />

ama) el infierno con la voluntad solo sentimiento, pero una idea<br />

más que el cielo sin ella, y aun an- modifica las demás ideas, y un<br />

tepusiera sen-<br />

el infierno al cielo si su- timiento<br />

piese transforma los demás senti-<br />

que en aquel había un poco mientos.<br />

más del beneplácito de Dios que en<br />

éste; de suerte que si por un imposible<br />

supiese que su condenación<br />

era algo más agradable a Dios que<br />

su salvación, dejaría la salvación<br />

para correr a su condenación».<br />

Mi alegría era, no porque me<br />

viese en tan sublimes alturas por<br />

Un color provoca sus colores<br />

complementarios en un plano iluminado;<br />

así nuestras ideas y sentimientos<br />

van provocando a través de<br />

nuestra vida ideas y sentimientos<br />

complementarios que se enriquecen<br />

mutuamente con nueva claridad y<br />

vida.<br />

Por eso conviene predicar siempre<br />

por doquiera sentimientos grandes<br />

y levantados y no los pequeños<br />

Y limitados.<br />

FR. MARTIN ORTUZAR<br />

Humillación merecida<br />

Viajábamos por la línea de Valladolid<br />

a Ariza al anochecer de una<br />

tarde primaveral, Los viajeros éramos<br />

pocos y no muy habladores.<br />

Unos leían, otros contemplaban el<br />

Paisaje de la ribera del Duero, recordando<br />

los grandes hechos de armas<br />

grabados en las ruinas de Calatafíazor,<br />

San Esteban de Gormaz...<br />

Otros pensaban en sus negocios.<br />

Pero en un empalme subió a nuestro<br />

departamento un viajero con<br />

abundante paquetería. El mismo<br />

nos explicó que era mecánico y llevaba<br />

material de su profesión. Era<br />

un verdadero lince en cuestión de<br />

maquinaria.<br />

Una vez le llevaron una máquina<br />

eléctrica a la que no habían podido<br />

curar en Zaragoza, donde las fabrican,<br />

y él la había arreglado al momento.<br />

Las máquinas de escribir,<br />

Por complicadas que fuesen, las entendía<br />

como si hablaran. De las de<br />

coser, ¡no se diga!<br />

Y así nos fue ponderando sus habilidades<br />

más de una hora. Unos<br />

viajeros le oían con indiferencia,<br />

otros con algo de aburrimiento. Pero<br />

con el calor de la conversación el<br />

héroe no advirtió que llegaba a su<br />

Pueblo.<br />

Cuando el jefe de estación daba<br />

la salida al tren, el mecánico empezó<br />

a forcejear con la puerta, pero<br />

ésta no cedía.<br />

En tal apuro uno de los viajeros,<br />

amoscado por la jactancia del hablador,<br />

se lanzó a la ventanilla gritando:<br />

¡Jefe, jefe! ¡Pare usted, hombre,<br />

pare usted el tren!<br />

---Qué pasa?<br />

—¡Que llevamos aquí un gran mecánico<br />

que no sabe abrir una puerta!<br />

Ayudado por uno de nosotros el<br />

aludido pudo abrir la portezuela y<br />

lanzarse al andén, mientras los demás<br />

compañeros echaban tras él<br />

sus paquetes.<br />

La compasión que nos inspiraba<br />

su simpleza no nos impidió reir durante<br />

largo rato.<br />

G.<br />

Realeza cristiana =-<br />

Beati ames (Reges) qui<br />

con fidunt in eo (Deo).<br />

(Ps. II).<br />

Este pequeño artículo, que se<br />

suma fervorosamente a los dedicados<br />

aquí a nuestro amado y católico<br />

Rey, tiene por base una idea muy<br />

sencilla: la imitación de Cristo.<br />

Cuando dirigimos nuestras exhortaciones<br />

a un estado social cualquiera:<br />

matrimonio, celibato, sacerdocio,<br />

vida regular; si queremos encauzar<br />

sus energías morales (que<br />

toda criatura las encierra, y muy<br />

grandes, pues son destellos divinos)<br />

por una senda recta y luminosa, le<br />

ponemos por término seguro lo que<br />

pudiéramos denominar (aunque sea


novedad la expresión, no la idea):<br />

Cristo-Faro.<br />

Este Faro divino, como luz esencial<br />

que es, tiene las propiedades<br />

que encierra toda luz, propiedades<br />

a que añadiremos el adjetivo trans<br />

cendentes, pues a todo se extienden,<br />

y, sin perder sus cualidades iluminativas<br />

y térmicas, realza sobre el<br />

fondo indefinido de la Humanidad<br />

el colorido propio de cada criatura,<br />

siempre que no se interpongan velos<br />

no transparentes, pues en ese caso<br />

se acromatiza. Si teniendo esto en<br />

cuenta, fuese posible, quitado todo<br />

estorbo a la iluminación, dirigir los<br />

rayos sin espejos intermediarios,<br />

que sólo los reflejan de una manera<br />

muy tenue, a los objetos directamente,<br />

cada uno de ellos puesto en<br />

marcha llegaría al puerto en cuestión,<br />

siempre que un error voluntario<br />

y muy propio no le desviase de<br />

la ruta.<br />

El lector comprende que queremos<br />

poner a la humanidad en frente<br />

de Cristo-Faro, que desde la orilla<br />

del océano por donde navegamos y<br />

á la que pretendemos arribar, derrama<br />

haces de luz, cuando como<br />

Cristo-Rey, cuando como Cristo-<br />

Súbdito; a veces como Cristo-Virgen,<br />

otras como Cristo-Esposo (1);<br />

(1) Supongo que a una persona de mediano<br />

entendimiento no le servirá de tropiezo la expresión<br />

Cristo-Esposo, aun tomado en el sentido que<br />

aquí Vinicamente pretendo; es decir, como modelo<br />

del estado matrimonial. Una exposición al pueblo,<br />

bien hecha, de las operaciones divinas y su relación<br />

con las humanas, pues somos creados (téngase<br />

en cuenta) a imagen y semejanza de Dios, elevaría<br />

mucho el nivel cristiano de la sociedad y<br />

haría desaparecer los conceptos tan deprimentes<br />

que hay y los mismos interesados tienen) de ciertos<br />

estados y oficios. C onvendría, por lo mismo,<br />

que se ocupasen más de esto los moralistas y<br />

también los autores de dogmáticas.<br />

— 250 —<br />

de suerte que, todos pueden ascender<br />

al vértice de la perfección en su<br />

propio estado, si se dejan iluminar,<br />

si se dejan cromatizar, digámoslo<br />

así, por los haces de luz característicos<br />

que sobre ellos caen. Henos<br />

aquí pretendiendo justificar en breves<br />

frases la idea básica de estas<br />

lineas, pues por lo sencilla pudiera<br />

parecer demasiado vulgar. Sostenemos,<br />

por el contrario, que es fundamento<br />

y centro de toda la economía<br />

social cristiana, tanto más firme<br />

e inconmovible cuanto más directas<br />

sean sus relaciones en el origen de<br />

toda fortaleza.<br />

Surge por sí misma, al llegar<br />

aquí, una pregunta: ,Quién llevará,<br />

pues, decorosamente el nombre de<br />

Rey, Soberano, Regidor de pueblos,<br />

partiendo de la hipótesis de que<br />

esos pueblos se informen en las leyes,<br />

en los principios del Evangelio<br />

de Cristo?... No rehuso la respuesta,<br />

aun a cambio de que, por su sencillez<br />

inesperada, haga sonreir de<br />

lástima a algún superhombre.<br />

Un Rey (y con esto concretamos<br />

en orden a nuestro objeto) será, tanto<br />

más digno de su título en cuanto<br />

se deje informar, no por las máximas<br />

de tal o cual estadista, siempre<br />

muy particularistas y limitadas por<br />

muchos factores que acompañan y<br />

se adhieren a toda concepción humana;<br />

ni dirigiendo exclusivamente<br />

sus miradas a tal o cual antepasado,<br />

siquiera sea muy digno de loa<br />

para las generaciones que le vieron<br />

y le han seguido, sino pura y simplemente<br />

cuando, viéndose en frente<br />

de un hecho de transcendencia<br />

(Y cuál no lo será en,orden a sus<br />

súbditos?), no se finge un código<br />

aparte que le excuse de la ley eterna,<br />

antes bien dirige su pensamiento<br />

a Cristo Rey (así: con su frente<br />

despejada y sus ojos que no traducen<br />

la más mínima aceptación de<br />

Personas) y serenamente se pregunta:<br />

¿qué haría Cristo en mi lu •<br />

¡ Pregunta sencilla, pero sublime,<br />

Pero profunda! Y cuando dirijo la<br />

Mirada al Rey santo, al Rey prudente,<br />

parece la veo revolotear ante<br />

sus ojos, posarse y besarlos en sus<br />

limpias frentes y enamorarlos tan<br />

Profundamente que todo lo ven sólo<br />

Por la luz de ella, todo lo llevan a<br />

cabo animados por su calor. :Que<br />

algunas veces el fracaso material<br />

corona esta confianza?... ¡No importa!<br />

Los Reyes también son hombres, y<br />

en los planes de la providencia respecto<br />

a cada uno. dé ellos no entra<br />

casi nunca una serie ininterrumpida<br />

de éxitos de la materia en el tiempo.<br />

Cada hombre, cada Rey, debiera<br />

apropiarse, por la parte que le to<br />

que, la frase sublime de Cristo ante<br />

Pilatos: «Mi reino (premio, éxito,<br />

etcétera) no es de este mundo». No<br />

es un pedazo de terreno, nO1 és el<br />

oro, sino el triunfo de la justicia<br />

que tiene su galardón en ultratumba.<br />

Las mentes divinizadas, los corazones<br />

incorruptibles, lo son en virtud<br />

de éstas, al parecer, sencillísimas<br />

prácticas. Sencillez que, por<br />

otra parte, sublima al hombre y<br />

— 251 —<br />

cuya omisión le baja al nivel del.<br />

irracional (1).<br />

• Llegando a este punto pudiera.<br />

octirrírsele a alguien una interpelación.<br />

—¡Conforme con lo dicho! Esas<br />

son normas muy generales. Sería<br />

usted capaz de darnos un código<br />

regio cristiano q u e puntualizase<br />

más, como lo tienen otras clases?<br />

—Código de normas generales de<br />

buen gobierno no conozco más .que<br />

el expuesto. A lo que usted se refiere<br />

podríamos llamarle mejor resoluciones<br />

de casos particulares. Si usted<br />

dese. a con esto . que se repita una.<br />

vez más el caso de príncipes cris'<br />

tianos, reglas de buen gobierno, et<br />

cétera, que antaño salieron a luz, he<br />

de manifestarle que más de una vez.<br />

me han hecho sonreir maliciosamente,<br />

al ver su caluroso empeño,<br />

en enderezar repúblicas torcidas y<br />

fabricar príncipes cabales, a pesar<br />

de coincidir con ellos en ideas fundamentales<br />

--,1No han sido, pues, de ningún<br />

(I) Insisto en que estas ideas son sencillas,<br />

sin dejar de tener su complejidad. Por inirárselas<br />

en demasía bajo el primer aspecto (tanto al pragmatismo<br />

anglosajón como a la metafísica alemana<br />

les gusta multiplicar los entes sin necesidad hasta<br />

el grado del embrolla, sólo que deprimiéndolas<br />

hasta la categoría de simplonas, por eso son tan<br />

desechadas y reidas con benevolencia. Aquellos<br />

que se apasionan por el procedimieuto analítico<br />

prefieren ir por partes; será para no indigestarse<br />

de metafísica. Sólo que, al cabo de escribir milla,<br />

res de volúmenes, reunir por docenas las conferencias<br />

de paz y de desarme, multiplicar Congresos<br />

pedagógicos, feministas, ligas contra la inmoralidad,<br />

etc., etc., vienen a decirnos con la pose<br />

de un doctor ultrarrenano, que lo que hace falta.<br />

es ingerir grandes dosis de religión en los corazones<br />

infantiles, decencia y recogimiento en /a mujer,<br />

integridad a toda prueba en la inversión de<br />

los recursos del estado, administración de justicia<br />

sin miramientos ni Sobornos, etc. ¡Para ese<br />

viaje ..! Verdad es, con todo, que la mayoría de<br />

los hombres segrega mucha saliva, y hay que buscarle<br />

alguna válvula de salida por causa de la buena<br />

digestión.<br />

(„y-t A tz


provecho esos tratados en romance?<br />

—De bastante poco. Hay que<br />

advertir, ante todo, que en toda<br />

buena pedagogía debiera tenerse<br />

en cuenta que hay siempre cerebros<br />

incapaces, y esto es, por desdicha,<br />

un defecto que con nada se suple.<br />

Si exigimos a los Reyes que confronten<br />

sus acciones con la conducta<br />

de Cristo, nosotros, los súbditos,<br />

debiéramos pedir mucho a Dios que<br />

nos concediese príncipes con gran<br />

.dosis de sentido común, que fué lo<br />

que Salomón pidió sobre todo. Y no<br />

olvidemos que Dios da a cada pueblo<br />

los gobernantes que se merece,<br />

•en otros términos, los que humildemente<br />

le piden. ¡Cuánto se descuida<br />

la fervorosa oración por las necesidades<br />

públicas! 1\To os parece, queridos<br />

lectores, un objeto dip.;nísimo<br />

de nuestras súplicas?<br />

¡Cuántas veces pensando en nuestro<br />

católico Rey veo realizado lo<br />

dicho, por las súplicas y desvelos de<br />

su venerable madre-reina! Ese comtemplar<br />

impasible exteriormente esa<br />

riada de partidos que unos a otros<br />

se arrebataban el mando, y tener<br />

paciencia y serenidad para esperar<br />

la solución del tiempo, que es infalible,<br />

sin pronunciarse por sus no<br />

bles sentimientos, que en su corazón<br />

debían rugir por saltar, para no<br />

sumir a la nación en el caos, lo considero<br />

de seso soberano y de peso<br />

pocas veces igualado. En verdad<br />

que Dios le ha concedido las dotes<br />

de la realeza cristiana.<br />

Y creo también que ha sido el<br />

— 252 —<br />

premio más halagüeño que en esta<br />

vida podía el Altísimo Rey de Reyes<br />

otorgarle, por la valentía con<br />

que siempre ha profesado y a manera<br />

de aguerrido campeón defendido<br />

su santa religión contra el<br />

avance ateo; por la inmensa gloria<br />

que le ha proporcionado consagrando<br />

la nación española en día venturoso<br />

y para siempre memorable<br />

(que evocaba al conquistador de Sevilla),<br />

al Rey inmortal de los siglos,<br />

al Corazón de Jesús. España no dirá<br />

más: Tú reinarás, sino en posesión<br />

de lo que anheló, cantará: Tú reinas<br />

ya...<br />

Y aunque la prensa impía ensucie,<br />

que es lo que sabe hacer, con<br />

blasfemias el suelo español, vociferando<br />

con ronquidos estentóreos<br />

que aquí el catolicismo pasó de<br />

moda, que es, sí, un colosal torso,<br />

recuerdo de centurias pasadas, pero<br />

sin vida; el español levantará muy<br />

alto su cabeza y gritará recia y<br />

armoniosamente con su Rey, mostrando<br />

que aún tiene vida exuberante:<br />

Christus vincit, Christus regnat,<br />

Christus imperat: ¡Cristo es vencedor,<br />

Cristo es nuestro Rey, Cristo<br />

es soberano!..<br />

Por esto te pedimos, ¡oh Cristo,<br />

que reinas en España por Alfonso!,<br />

que le salves, que le conserves, que<br />

le llenes de vida, que le hagas dichoso<br />

en la tierra y que nunca sea<br />

víctima de las asechanzas de sus<br />

enemigos.<br />

FR. FERNANDO VAZQUEZ<br />


— 254 ---<br />

— 255 —<br />

de puercos) y también gran apóstol, ce- tre los indios, a fin de aprender sus<br />

loso misionero, abogado y defensor de diversas lenguas con propósito de<br />

los indios, que esto y aquello ha sido no abandonarlos hasta convertirlos a<br />

nuestro P. Olmedo. Las primicias de su la fe de Cristo. Con infatigable activi -<br />

acción misionera en Méjico, a falta de dad y constancia vivió entre ellos tnás<br />

un Hornero, nos las refiere un soldado, de treinta y siete arios y predicó el<br />

Bernal Díaz del Castillo, con estas pa- Evangelio en varias provincias del<br />

labras, que bien vale la pena las repro- Perú de los Charcas, del Distrito de<br />

duzcamos aquí, ya que ellas podrían Lima y del Cuzco, de Santa Cruz de la<br />

aplicarse a todos los rnercedarios que Sierra, de Tucumán y del Río de la<br />

evangelizaron el Nuevo Mundo (1). «Y Plata, «y según su propia declaración»,<br />

dijo misa el P. Fray Bartolomé de 01- fué uno de los primeros que se ocupamedo,<br />

y estaban todos los caciques y ron en las doctrinas que hubo en los<br />

principales delante y púsose nombre a reinos del Perú; aprendió la lengua<br />

aquel pueblo Santa María de la Victo- general y fué el primero que dió orden<br />

ria.., y el mismo fraile, con nuestra cómo se habrían de doctrinar los inlengua<br />

Aguilar, predicó a las veinte in- dios (1).<br />

dias muchas buenas cosas de nuestra Como el P. Diego de Porres en Perú<br />

santa fe y que no creyesen en los ido- el P. Marcos de Ardon se dedicó a con -<br />

los que de antes creían, que eran ma- vertir y evangelizar a los indios de<br />

los y no eran dioses, ni más les sacriti- Guatemala, Chiapa y Honduras, intercasen,<br />

que los traían engañados, e ado- nándose en lo más abrupto de las sierasen<br />

a Nuestro Señor Jesucristo, e rras de Gueguetenango, y Xacalteluego<br />

se bautizaron e se puso doña Ma- nango.<br />

rina a aquella india y señora que alli El P. Antonio Bravo, conocedor de la<br />

nos dieron.., y estas fueron las prime- lengua mamey de los naturales, escriras<br />

cristianas que hubo en la Nueva Es- biö un catecismo para mejor enseriar<br />

paria...»<br />

la doctrina cristiana a los indios.<br />

Afortunadamente, misioneros del fus- El P. Nicolás del Valle, verdadero<br />

te del P. •<br />

Olmedo, se encuentran por apóstol de Honduras, de quien decía el<br />

centenares en nuestra Orden. No es Gobernador de Nicaragua y Costa<br />

posible ni siquiera hacer una lista de Rica, «que el P. Nicolás del Valle en<br />

sus nombres, que excedería los límites los quince arios que está en estas par<br />

de<br />

estas líneas. Sólo citaremos al- tes (de Honduras) como lengua que es<br />

gunos, y entre ellos al P. Diego de de los naturales, siempre se ha esme-<br />

Forres, evangelizador en el Perú, cuya rado en la predicación evangélica e<br />

actividad misionera es sólo compara- administración de los Sacramentos e<br />

ble con la de San Francisco Javier. Los instrucción de nuestra santa fe católica<br />

indios por él convertidos y bautizados y en descubrir y quitar muchos ídolos<br />

llegan a ochenta mil y las iglesias edi que en gran cantidad había entre los<br />

ficaclas fueron doscientas. Con un bre- naturales de dichas provincias y en enviarlo<br />

y un crucijo marchó a vivir en<br />

seriar toda música y flautas a los indios<br />

(1) « Hernán Cortés y el P. Olmedo», por el (1) P. Pedro Nolasco Pérez. «Raza Española»,<br />

P. Guillermo Vázquez en «Raza Española», núme- núm. 25, enero 1921 y « Apostolado de los Mercedaro<br />

12. Diciembre 1919.<br />

nos entre los indios de América».<br />

Para servicio y culto divino y leer y<br />

escribir, teniendo escuelas públicas<br />

Para ellos en los dichos pueblos; que lo<br />

sabe por vista de ojos porque lo vió visitando<br />

la dicha provincia de Hondura<br />

s»<br />

Y así en Panamá evangelizó el Padre<br />

Melchor Hernández, a cuyo cargo estuvo<br />

la misión de Chiriqui. El P. Cevallos<br />

convirtió la Gobernación de Veragua<br />

y los indios de la Montaña y Yuri.<br />

Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia,<br />

las hoy veinte naciones hispanoamericanas<br />

tuvieron a los Mercedahos<br />

Por sus primeros misioneros y son<br />

continuadores de su obra los que traba<br />

Jan en Piauhy, Jipijapa y en Puerto<br />

Rico, corno las Mercedarias en Wuhú<br />

Y Carolinas.<br />

Con razón, pues, se extrañarían los<br />

visitantes españoles y americanos si en<br />

la citada Exposición Misional de Barcelona<br />

no figurase la Orden de la Merced<br />

de tanto abolengo misional en esa<br />

« manifestación altamente educadora<br />

desde el punto de vista de la divulgación<br />

católica».<br />

Nuestro R vdrrfo; P. Maestro General<br />

'Fr. Juan del C. Garrido, atento y diligentísimo<br />

para realizar y proteger todo<br />

lo que se dirija a promover el bien de<br />

la Orden y ensalzar su buen nombre<br />

dando a conocer sus pasadas glorias,<br />

acaba de dirigirse a todos los Religiosos<br />

y Religiosas de la Orden en vibrante<br />

alocución exhortándonos, urgiéndonos<br />

para «que acudamos a las llamadas<br />

del progreso y demos las seriales de<br />

vitalidad que otras Ordenes están dando<br />

con exuberancia» y «nos animemos<br />

a concurrir a este glorioso certamen<br />

Para servicio de Dios, gloria de Nuestra<br />

Santísima Madre y honra de nuestra<br />

Orden».<br />

Para ayudar a la realización de la<br />

proyectada Exposición en lo que se<br />

refiere a nuestra Orden, nuestro Reverendísimo<br />

P. General ha tenido a bien<br />

designar al que suscribe. Para el desempeño<br />

de tan honroso encargo confío,<br />

más que en las propias cualidades, en<br />

el celo de todos nuestros hermanos que<br />

tendrán especial empeño en cooperar<br />

al mejor resultado de la Exposición Misional<br />

en la forma que se indica en las<br />

instrucciones que se ponen a continuación.<br />

FR. ALBERTO BARROS<br />

Roma, 27 de abril de <strong>1928</strong>.<br />

Instrucciones.<br />

Nuestro Rvdmo. P. Maestro General,<br />

con fecha 8 de julio de 1927, escribió al<br />

Excmo. Sr. Obispo de Barcelona en<br />

estos términos: «Acepto con íntima<br />

complacencia la honrosa invitación, y<br />

adoptaré las medidas conducentes a dar<br />

forma real a la parte que nuestra Orden<br />

aportará a dicho proyecto sobre las<br />

bases y normas que por orden vuestra<br />

señoría ilustrísima han sido consignadas<br />

en la invitación circular...'<br />

* * *<br />

Con fecha 1.° de enero del corriente,<br />

nuestro reverendísimo Padre se dirigió<br />

a toda la Orden exhortando a todos<br />

los Religiosos y Religiosas a que cooperen<br />

al mejor éxito de la Exposición<br />

en lo que se refiere a nuestra Orden y<br />

especialmente a los superiores los intima<br />

a que envíen los objetos a dicha<br />

Exposición a tenor de las instrucciones<br />

que se dan a continuación.<br />

* * *<br />

Se ruega a todos los Superiores de la<br />

Orden fijen su atención en estas instrucciones<br />

en las que se señalan los


— 256 —<br />

— 257 —<br />

objetos que s2, han de enviar a la Exposición.<br />

* * *<br />

Asimismo a los directores de las revistas<br />

o publicaciones que se relacionen<br />

con la Orden la publicación de todo<br />

lo que se refiere a esta Exposición Misional.<br />

* * *<br />

¡Importantísimo! Que no haya Convento<br />

o casa de Religiosos o Religiosas<br />

nuestros que no envíen algún objeto;<br />

la lista que se les ofrece es bien amplia;<br />

lo dice y quiere nuestro Reverendísimo<br />

Padre General «¡Por el servicio<br />

de Dios, gloria de Nuestra Santísima<br />

Madre y honra de nuestra Orden!<br />

Lo que ha de contener la Exposición.<br />

1. 0 Tendrá la Exposición objetos de<br />

carácter científico e instructivo bajo<br />

los aspectos geográfico y etnográfico.<br />

a) Geografía, Física y Política. (Mapas,<br />

vistas, panoramas, dibujos indígenas).<br />

Minerales ([nuestras de las principales<br />

especies y variedades). Vegetales<br />

(preparados en seco sobre papel<br />

o tela). Animales (fósiles, reptiles, pájaros,<br />

insectos, coleópteros, mariposas).<br />

b) Etnografía. —La población. Tipos<br />

característicos de la raza (fotografías,<br />

dibujos). Vestidos o trajes (de los<br />

jefes del pueblo). Costumbres, aderezos,<br />

viviendas y muebles (modelos y<br />

dibujos). Alimentos (muestras de pan<br />

y demás). Industria. Agricultura. Caza.<br />

Pesca. Navegación. Guerra. Música.<br />

Danzas. Banderas. Estandartes.<br />

Religión, culto. Literatura.<br />

2.° Una descripción e idea viva de<br />

las Misiones. Figurarán en la Exposición,<br />

como la parte más interesante:<br />

a) El mapa geográfico, visible a<br />

cierta distancia.<br />

N Las obras, artículos, libros o escritos<br />

de los misioneros sobre la historia,<br />

las tradiciones, leyendas, religión,<br />

etnografía, lengua de la región.<br />

c) Obras de religión cristiana, como<br />

catecismos, doctrinas, vidas de santos,<br />

libros litúrgicos, etc., publicados en las<br />

misiones.<br />

d) Cultos y solemnidades litúrgicas,<br />

ritos especiales.<br />

e) Modelos, fotografías y diseños de<br />

la vida religiosa; a saber: de los santuarios,<br />

iglesias y capillas, en plena<br />

vida religiosa, o sea con los fieles. Celebración<br />

de funciones litúrgicas particulares,<br />

como un Matrimonio cristiano,<br />

primeras comuniones, procesiones,<br />

peregrinaciones, etc.<br />

f) Obras de caridad, de educación,<br />

de instrucción, a saber: hospitales, dispensarios,<br />

orfelinatos, escuelas de todo<br />

género, igualmente tornadas en plena<br />

vida. Asimismo, las obras o productos<br />

de dichos orfelinatos, oficinas, imprentas...<br />

g) Estadísticas, como gráficos, diseños,<br />

número exacto de cristianos, catecútnenos<br />

paganos, musulmanes, herejes,<br />

número de bautismos, confesiones,<br />

comuniones, matrimonios, número de<br />

iglesias. capillas.<br />

h) Historia: como biografías, tablas,<br />

retratos de mártires y santos.<br />

i) Colaboración indígena; a saber:<br />

el clero del país, pequeño y mayor; catequistas,<br />

maestros, bautizadores, hermanos<br />

indígenas...<br />

j) Fotografía en tamaño grande del<br />

Superior de la Misión (Obispo, Vicario.<br />

o Prefecto apostólico). Idem de todos<br />

los Misioneros. Idem de las Hermanas.<br />

k) Serían de desear cilindros fonográficos<br />

para presentar la lengua de<br />

los indígenas, como Pater, Ave, Credo,<br />

cánticos.<br />

1) Y si es posible, reproducción en<br />

'cinta cinematográfica de las solemnidades<br />

o ceremonias religiosas y otros<br />

espectáculos interesantes.<br />

Embalaje de los objetos.<br />

1. Los objetos finos, de adornos delicados,<br />

envuélvanse en materia blanda<br />

Y colóquense en una caja. Debe procurarse<br />

no colocar en una misma caja<br />

Objetos delicados con objetos de mucho<br />

Peso.<br />

2 - Si los objetos son frágiles (porcelana,<br />

escultura fina, cincelado delicado<br />

, etc,), después de envolverlos en<br />

Materia blanda y colocarlos en cajitas<br />

especiales, se embalarán en una caja<br />

grande y sólida.<br />

3. Si existen libros o artículos bien<br />

escritos acerca de un pueblo, raza o<br />

tribu, deberá indicarse el nombre del<br />

autor, título de la obra, lugar y ario de<br />

SU publicación y en qué página se trata<br />

del asunto de referencia. Se suplica enarecidamente<br />

el envío de las obras etnográficas<br />

de los Misioneros, por lo<br />

menos un ejemplar de cada obra.<br />

4. Los libros importantes para la<br />

Rxposición de Misiones, son los siguientes:<br />

a) Libros escritos por los Misione<br />

ros sobre cualquier materia.<br />

N Libros escritos por los Misioneros<br />

, que tratan de las Misiones bajo<br />

Cualquier aspecto.<br />

c) Libros escritos por no Misioneros,<br />

Pero que tratan de las Misiones.<br />

Cuanto más exactas sean las explicaciones<br />

que se den de los objetos, tanto<br />

mayor será el valor de la colección.<br />

Una colección pequeña, pero bien escogida<br />

y clasificada, con todas las ex-<br />

Plicaciones necesarias, tendrá más valor<br />

e importancia que otra mas abundante,<br />

si carece de ellas.<br />

Envio de las Cajas de objetos destinados<br />

a la Exposición Misional.<br />

1. La dirección de las cajas de los<br />

objetos para la Exposición de Misiones,<br />

será la siguiente:<br />

EXPOSICION DE BARCELONA<br />

Palacio de las Misiones.<br />

Barcelona (España).<br />

Explicaciones que deben darse a<br />

los objetos.<br />

1. Se harán tres listas exactas de<br />

todos los objetos, teniendo cada objeto<br />

el número correspondiente al de la lista<br />

escrito con claridad.<br />

El remitente deberá quedarse con<br />

una lista, otra la enviará al Sr. Secretario<br />

de la Comisión Ejecutiva de la<br />

Exposición Misional, Palacio Episcopal,<br />

Barcelona, la tercera al R. P. Delegado<br />

en la Exposición.<br />

Sería muy conveniente que en cada<br />

caja se incluyese una lista de los objetos<br />

contenidos en la misma.<br />

2. En la lista se darán las breves explicaciones<br />

siguientes: a) Nombre indígena<br />

y español del objeto. b) Para qué<br />

sirve y cómo se usa. c) Lugar de su<br />

procedencia y extensión de su uso en la<br />

región. d) Dónde se fabrica. e) Si su<br />

uso es general o raro y sus diversos<br />

empleos.<br />

3. Póngase cuidado especial en fijar<br />

bien en el objeto su número correspondiente<br />

al de la lista; sería conveniente<br />

escribirlo con pintura o tinta indeleble.<br />

Si la etiqueta se ata al objeto, procúrese<br />

que sea de cartón o papel fuerte y<br />

que no se desate.<br />

4. Las listas deben estar escritas a<br />

máquina, si es posible, o en escritura<br />

fácilmente legible.


- 258 —<br />

— 259 —<br />

Nota muy importante.<br />

1. Aunque la fecha de apertura de<br />

la Exposición será en abril de 1929, no<br />

obstante sería de desear que las cajas<br />

de objetos a ella destinadas estuviesen<br />

en Barcelona a fines del presente ario<br />

de <strong>1928</strong>, porque los meses que precederán<br />

inmediatamente a la apertura, deberán<br />

dedicarse a la colocación de los<br />

mismos objetos en sus respectivos pa<br />

bel iones.<br />

* * *<br />

La Compañía Trasatlántica Española<br />

otorga franquicia completa a las cajas<br />

destinadas a la Exposición.<br />

* * *<br />

2. Todas las cajas o bultos deberán<br />

tener en el lado de la dirección una tarjeta<br />

clavada que indique su procedencia.<br />

3. Enumerados convenientemente<br />

los objetos deberán embalarse en 13<br />

forma siguiente: Caja núm. 1 (que p uede<br />

contener X objetos), se irán colocando<br />

los objetos en la caja, comenzando<br />

por el objeto núm. 1, núm. 2, etc., sin alterar<br />

el orden con que están enumera'<br />

dos en la lista. Caja núm. 2. Si en 13<br />

primera caja se colocaron 20 objetos,<br />

en la segunda se colocará el objeto 21,<br />

etcétera. Con esto se facilitará el trabajo<br />

y se evitarán molestas confu siones.<br />

Nota final.<br />

Conforme se vayan recibiendo los<br />

objetos destinados a la Exposición, se<br />

dará cuenta de ello en todas las revise<br />

tas de la Orden, haciendo constar la<br />

procedencia y el nombre o nombres de<br />

los que los envían.<br />

Canción de primavera<br />

De nuevo las atalayas<br />

anuncian la primavera,<br />

que ya llega a nuestras playas<br />

cargada de flores gayas<br />

que cubrirán la pradera.<br />

El mar antes agitado,<br />

semeja ahora una cuna<br />

cuyo vaivén compasado<br />

cual con materno cuidado,<br />

plácida guarda la luna.<br />

Y las barcas medio hundidas<br />

entre las blancas arenas<br />

salen al mar atrevidas,<br />

reparadas las antenas<br />

. y las velas ya cosidas.<br />

Primavera, primavera...<br />

la de noches rumorosas...<br />

canta el grillo en la pradera<br />

y el mozo al dejar la era<br />

tras labores fatigosas.<br />

Y entre los robustos pinos<br />

jilgueros enamorados<br />

modulan sus dulces trinos<br />

y los arroyos vecinos<br />

responden a sus cuidados.<br />

Y el río de aguas ligeras<br />

que entre montes y praderas<br />

hace su curso cantando<br />

y, a la par, suavizando<br />

las peñas de las riberas.<br />

¡Domine, salvum fac Regem!<br />

Cada vez que un suceso destacado<br />

en la vida de la nación impresiona<br />

nuestro espíritu, bien por lo que<br />

tenga de halagüeño y significativo<br />

en orden al progreso de la misma,<br />

bien por lo que en sí encierre de<br />

aleccionador severo en orden a sus<br />

vicios y defectos, instintivamente<br />

volvemos la mirada al Palacio de<br />

Oriente, de donde vemos irradiar<br />

luz esplendorosa y alientos vivifica.<br />

dores, suficientes a infundir optimismos<br />

sanos y ansias de colaborar con<br />

fe en el engrandecimiento racial de<br />

nuestro pueblo.<br />

Entonces a nuestra vista se ensanchan<br />

los horizontes del área de<br />

trabajo encomendado a nuestro genio,<br />

y vemos proyectarse en los di-<br />

versos sectores, siluetas bien defirli"<br />

das de su obra vivificadora.<br />

Es un símbolo para España el<br />

Palacio de Oriente, dominando lleno<br />

de majestad y severa bellez a el<br />

Campo del Moro. El soberano dign°<br />

de habitar la augusta mansión, re"<br />

fieja en su mirada penetrante y cal-1-<br />

tivadora los incendios de una aurora<br />

que aprisa anuncian la presencia<br />

de aquel sol que tanto tiempo flunli"<br />

rió la bandera de España, y que luego<br />

se ocultó tras del ocaso, sin dtic13<br />

para bañar ahora de nuevo con nue"<br />

va luz y peregrina belleza la sangre<br />

y el oro, símbolos de nuestra raza.<br />

¡Señor, salva al Rey! Con esto te<br />

pido que salves a España.<br />

FR. L. 113.<br />

Ya en el matutino albor<br />

antes que abandone el lecho<br />

percibo el canto de amor<br />

con que el pájaro cantor<br />

sabe conmover mi pecho.<br />

Mientras la luz que ya dora<br />

del monte el pico postrero<br />

se posa acariciadora<br />

en mi frente soñadora<br />

dándome el beso primero.<br />

Es figura evocadora<br />

de la fresca labradora<br />

que risueña tararea<br />

una canción que enamora<br />

mientras cumple su tarea.<br />

¡Noches de Mayo serenas<br />

y de suaves resplandores,<br />

'noches de rumores llenas<br />

en que hablan los ruiseñores<br />

mil historias de sus penas...!<br />

FR. J. SANTIAGO CRESPO


— 260 — — 261 —<br />

Fernando VII y el Padre Manuel Martínez<br />

No hace muchos días que un periódico<br />

de la Corte saludaba con<br />

agrado la aparición de algunos trabajos<br />

sobre el siglo XIX y hacia<br />

notar a este propósito la necesidad<br />

de una revisión crítica y serena de<br />

su historia. Es que la historia es<br />

présbita y sólo a relativa distancia<br />

puede ver y juzgar los hechos con<br />

mesura y equidad.<br />

« Brillantísima, dice el P. Goyena<br />

(1), es la historia del R. P. Fray<br />

Manuel Martínez, martillo de los<br />

afrancesados.., azote de los constitucionales,<br />

a los que desenmascaró<br />

y fustigó en folletos y artículos de<br />

periódicos, autor del plan de estudios<br />

de 1824, llamado de Calomar-<br />

{le, y blanco de las iras de liberales<br />

y jansenizantes, como v. gr.,- del<br />

rijoso e irascible don Joaquín Lorenzo<br />

de Villanueva. Sus méritos le<br />

llevaron a ser consejero de la Inquisición,<br />

predicador regio, secretario<br />

con voto en la junta de Ministros<br />

para el plan de estudios y Obispo<br />

de Málaga.»<br />

Sin embargo, los historiadores<br />

del siglo pasado, en su mayor parte<br />

liberales, le denigraron grandemente.<br />

Hoy conocernos su historia y su<br />

nombre ha sido rehabilitado. El académico<br />

de la gallega Presbítero don<br />

Valentín Villanueva ha elegido su<br />

vida por tema para el trabajo de<br />

ingreso en aquella Corporación; y<br />

.ahora prepara una biografía completa;<br />

hace unos dos arios hemos es-<br />

(1) «Razón y Fe>, vol. 54, pág. 152.<br />

tudiado en el Boletín de la Orden<br />

sus famosos planes de estudios; y en<br />

el número de agosto del pasado ario<br />

en esta misma revista, el P. G. Vá z<br />

-quez diónos un resumen muy completo<br />

de la azarosa vida del P. Martínez.<br />

A la entrada del ejército nap o<br />

-leónico en España, el P. Martínez<br />

hallábase en Madrid, e inmediatamente<br />

dió a conocer su amor a la<br />

patria y odio a los afrancesados.<br />

Trasládase luego a Valladolid, Y<br />

allí le asedian los traidores a la patria,<br />

le lisonjean y prometen altos<br />

puestos si se pasa a su bando; pero<br />

de nada tenía menos que de ambi'<br />

cioso y cobarde el mercedario, ni&<br />

gase rotundamente a toda transacción<br />

y comienza con nuevos bríos<br />

su gloriosa campaña contra el gobierno<br />

de Bonaparte. Iniciase por<br />

esta cansa su persecución, proh l<br />

-benle predicar, pero viendo que esto<br />

no era suficiente contra tan fuerte<br />

enemigo, traman su muerte.<br />

Oigamos al propio P. Martínez<br />

contarnos su liberación. «Errante<br />

anduve, dice, mes y medio por Castilla,<br />

y estaba refugiado en una aldehuela,<br />

cuando Boyer, el monstruo<br />

Boyer, dijo: con ese fraile quisiera<br />

yo hablar dos horas, y luego degollarle...<br />

y así me vine a Galicia a<br />

fines de diciembre; y el rumbo que<br />

tomé para hacer fortuna fué refugiarme<br />

en la casa de mi pobre Y<br />

anciano padre» (1). Galicia ya em<br />

(1) «El Militar Enfrailado por la liberalidad del<br />

tonces había sido libertada de franceses<br />

por obra de sus campesinos y<br />

de los héroes de Puente Sampayo.<br />

Es curioso que el P. Martínez, antiliberal<br />

y enemigo acérrimo de la<br />

Constitución gaditana, tuviera que<br />

hacer el panegírico de ella. En la<br />

Biblioteca Nacional, unido con otros<br />

opúsculos, se halla el discurso (1)<br />

Pronunciado por él para jurar la<br />

Constitución en Valladolid el 13 de<br />

septiembre de 1812.<br />

La aversión del P; Martínez y de<br />

otros a las Cortes de Cádiz, era entonces<br />

menor de lo que fué después,<br />

Y los ejércitos napoleónicos, aunque<br />

batidos semanas antes en los Arapiles,<br />

estaban a pocas leguas de Vall<br />

adolid imponiendo a todos la necesidad<br />

de unirse contra el enemigo<br />

alrededor de la Asamblea gaditana,<br />

centro de la resistencia patriótica.<br />

Sin embargo, en ese mismo ser<br />

rrión demuestra el mercedario sus<br />

Prevenciones contra el flamante código,<br />

y apenas subido al púlpito la-<br />

Sr. D. Valentin Foronda, y el Fraile Militar por la<br />

gracia de Dios y del Rey. Respuesta a la carta de<br />

aquel señor, inserta en el suplemento al ciudadano<br />

Por la Constitución del domingo 9 de Mayo de 1813,<br />

qu e se publicó el 11, se vendió a 10 quartos y gratis<br />

Para los suscriptores. 32 páginas en 4.°. Colofón,<br />

Coruña 30 de Mayo de 1813. En la oficina del Exacto<br />

Correo.<br />

(1) Discurso que en la solemnidad de jurarse<br />

la Constitución política de la Monarquía española<br />

Por el clero, pueblo y todas las autoridades de la<br />

ciudad de Valladolid, en la Santa Iglesia Catedral,<br />

en manos del Sr. Comandante General del sexto<br />

exército D. José Maria Santocildes, pronunció por<br />

encargo del Ilmo. Sr. Obispo D. Vicente Soto Valcaree<br />

en 13 de Septiembre de 1812, El Maestro<br />

Fray Manuel Martínez, Mercedario calzado, Catedrático<br />

de Teología en la Real Universidad. Madrid.<br />

Imprenta de Repullés, 1812. En 16.°, 32 páginas.<br />

(Signatura U-11.378).<br />

menta que no sea el Obispo quien<br />

dirija la palabra al pueblo y promete<br />

que «no respirarán mis labios<br />

otros sentimientos que los que<br />

V. S. I. se ha dignado inspirarme».<br />

Alaba a las Cortes, pero mucho más<br />

a los ejércitos y a Wellington. La<br />

oración es de factura sencilla y falta<br />

de entusiasmos; sin embargo (dice<br />

el autor en El Militar Enfrailado)<br />

se imprimió tres veces en pocos<br />

días y sirvió para dar noticia del<br />

código a los castellanos, pues no<br />

había ejemplares de él ni el predicador<br />

lo pudo encontrar para elogiarlo.<br />

En 1813, además de publicar El<br />

Militar Enfrailado, colaboró con el<br />

P. Agustín de Castro, Jerónimo, en<br />

(La Atalaya de la Mancha), periódico<br />

antiliberal que veía la luz en<br />

Madrid, y subsistió con diversas<br />

formas hasta 1815 (1).<br />

Sus diatribas contra los afrancesados<br />

han sido juzgadas con severidad<br />

achacándolas a ensañamiento<br />

con los vencidos, sin tener en cuen<br />

ta que cuando la discusión se entabló<br />

los traidores eran todavía dueños<br />

de España, y cuando no pudieron<br />

disparar metralla, continuaron<br />

arrojando cieno sobre los patriotas<br />

y principalmente sobre los frailes.<br />

(1) Hay una colección en 6 tomos en la Biblioteca<br />

Nacional. En el tomo V página 1784 hay un<br />

suplemento muy curioso con el discurso pronunciado<br />

por el mercedario en la audiencia concedida<br />

por el Rey a una Comisión del Ayuntamiento de<br />

Santiago, formada por el Marqués de Camarasa y<br />

Condes de Maceda y de Vigo. Hace una calurosa<br />

defensa de Galicia, arremetiendo contra las proclamas<br />

denigrantes de Quintana y pide se restablezca<br />

la Compañia de Jesús.


— ZOZ<br />

— 2ba<br />

Tengo a la vista los «Nuevos documentos<br />

para continuar la historia<br />

de algunos famosos traidores refugiados<br />

en Francia. Respuesta de<br />

Fray Manuel Martínez, Mercenario<br />

calzado a la carta que desde Mompeller<br />

le escribió el Ilmo. Sr. Santander<br />

(1). En la contestación lamenta<br />

que el famoso ex misionero<br />

se declare parte en un pleito al que<br />

nadie le llamaba, pues sus tiros se<br />

dirigían exclusivamente contra los<br />

que al otro lado de los Pirineos continuaban<br />

infamando a España y a<br />

su Gobierno.<br />

«Provocado como todo buen español<br />

por los insolentes y sediciosos<br />

escritos de los señores refugiados,<br />

escribí el papel «Los Famosos Traidores),<br />

etc.; ni un solo rasgo tiré<br />

.contra los prelados y demás eclesiásticos<br />

refugiados, aunque sabía<br />

de ellos anecdotitas preciosas... La<br />

España se escandalizará, no lo dudo,<br />

pero siempre se dirá para honor<br />

de nuestra Iglesia que en los cinco<br />

arios de persecución sólo hubo un<br />

Obispo en propiedad, y dos o tres<br />

in partibus, que fueran refractarios<br />

y prevaricadores. En cuanto a la<br />

religión capuchina, que a ley de<br />

buen mercenario venero y amo con<br />

toda mi alma, no se mancillará su<br />

gloria inmarcesible porque el Padre<br />

'Santander se haya extraviado.<br />

Cuando S. I. evangelizaba el reinado<br />

de José y napoleonizaba en sus<br />

sermones... entonces miles de capu-<br />

(1) Madrid. En la imprenta real. Afio de 1915.<br />

En 4.° de 180 páginas, con un apéndice de 66 nu-<br />

Ineradas aparte. (Academia de la Historia.)<br />

chinos con la espada y con la pluma<br />

y con la palabra lidiaban gloriosamente<br />

en defensa del Rey, de la Religión<br />

y de la Patria, y entonces<br />

escribía el P. Vélez.»<br />

No bien cicatrizadas aún las heridas<br />

de la lucha contra los franceses,<br />

otra no menos cruel se desata dentro<br />

de la nación. « En los cuatro arios<br />

de la dominación francesa, no he<br />

leído en los papeles de ellos, decía<br />

el P. Martínez en El Militar Enfrailado,<br />

tantas villanías e infamias<br />

contra el Sacerdocio, tantos errores<br />

y blasfemias como se estampan en<br />

los nuestros » (1). Referíase a las<br />

Cortes de Cádiz del ario 12 de orientación<br />

francamente heterodoxa y<br />

antitradicion al. En la heterodoxia<br />

de las Cortes y no en ningún resorte<br />

político, se halla la razón de por<br />

qué la mayor parte del Clero fué<br />

hostil a ellas.<br />

Con nuevos bríos sale también a<br />

la lid el P. Martínez, y otra vez jura<br />

luchar hasta vencer o morir en la<br />

demanda. Con esta ocasión, dice el<br />

P. Vázquez, su nombre hízose terrible<br />

como el del filósofo Rancio.<br />

Vuelto el ario 14 Fernando VII a<br />

la Corte, agradecido a los servicios<br />

del P. Martínez, nómbrale predicador<br />

de Su Majestad, Consejero de la<br />

Suprema Inquisición, del Consejo y<br />

Cámara, etc., y de tal modo el Rey<br />

le apreciaba, que le confió la difícil<br />

misión de redactar una Memoria en<br />

defensa de nuestro dominio colonial<br />

(1) Sobre la orientación y heterodoxia de las<br />

Cortes de Cádiz, vid. Menéndez Pelayo, Heterodo<br />

-xos, lib. VII, cap. II.<br />

'que circuló por todas las Cortes de<br />

1-iropa, dice Buelga y Solís (1), para<br />

gloria inmarcesible del Gobierno<br />

de Su Majestad».<br />

En la victoria y terrible reacción<br />

de los liberales del ario 20, el Padre<br />

Mar tínez y por él todos los mercedarios,<br />

fueron los primeros objetos<br />

de<br />

sus iras. Calumniaron, con el fin<br />

cle luego asesinarlo, al P. Tejada,<br />

Comendador de Madrid y luego Ceneral<br />

de la Orden; el P. Martínez<br />

fr ustró sus intentos. Pero de tal<br />

Modo estaban poseídos de animosidad<br />

contra los mercedarios, que<br />

eran, a la verdad, sus más temibles<br />

enemigos, que intentaron extinguir<br />

toda la Orden. Al P. Martínez, que<br />

fue quien les atajó en todo, lograron<br />

Por fin desterrado a Segovia con<br />

una orden verbal del Secretario de<br />

Gracia y Justicia (no estaba entonces<br />

autorizado el ostracismo). Vióse<br />

con esto obligado a cruzar a pie el<br />

Guadarrama cubierto de nieve, lo<br />

que le produjo una enfermedad que<br />

nunca bien curada, había a la postre<br />

de llevarle en poco tiempo al<br />

sepulcro. En Segovia publicó secretamente<br />

un periódico satírico que<br />

4guraba impreso en Valladolid. El<br />

Inismo en «El Restaurador», alude<br />

%chas veces a la « Defensa cristiana<br />

de la novísima Constitución<br />

(le España».<br />

Separado de su cargo el secretario<br />

que le había desterrado, volvióse<br />

a.<br />

y allí permaneció hasta el<br />

ario 22, viviendo públicamente y<br />

(1 ) Nota 12, de la Oración Fúnebre del P. Mar-<br />

"nez , por... Madrid. Aguado 1829, pág. 33.<br />

« predicando en presencia de su amado<br />

Rey y Real familia». Arrecio la<br />

tempestad en junio de dicho ario, y<br />

el P. Martínez fué desterrado a Sevilla,<br />

pero burló este golpe condenándose<br />

durante nueve meses a un<br />

encierro sólo conocido por un amigo<br />

y viéndose en mil estrecheces para<br />

comer, hasta tener que vender algunos<br />

de sus libros,<br />

Vueltos por fin en el ario 23 los<br />

realistas al Poder, comenzó una reacción<br />

por parte de éstos tan vio-,<br />

lenta como tres arios antes había<br />

sido la de los liberales.<br />

Estando el Rey todavía prisionero<br />

de los liberales en Cádiz, la Regencia<br />

encargó al P. Martínez la publicación<br />

de «El Restaurador», para<br />

rebatir las ideas revolucionarias. El<br />

primer número apareció en 1.° de<br />

julio de 1823 y el último a fines de<br />

enero de 1824. Una nota manuscrita<br />

en la colección existente en la Biblioteca<br />

Nacional, nos revela los<br />

nombres de los redactores, que<br />

eran: «el P. Maestro Fray Manuel<br />

Martínez, mercenario calzado, hoy<br />

Obispo de Málaga; P. Fray Manuel<br />

Gómez de Negrete, lector de San<br />

Francisco; D. Bernardo Hernández<br />

de Alba, Canónigo de Tuy, hoy<br />

Deán de dicha iglesia; D. Gregorio<br />

Martín de Ui da, Canónigo y Catedrático<br />

de Valladolid; D. Serapio<br />

Serrano, hoy Arcediano de Trasancos<br />

en Mondoñedo; D. Felipe Lesmes<br />

Zafrilla, que falleció, Lectoral<br />

de Cuenca.»<br />

Furibundo, llama el liberal dOn<br />

Modesto Lafuente al director de «El


Restaurador», y como modelo de su<br />

lenguaje atrevido, cópianos el siguiente<br />

párrafo: «Desde que el Rey<br />

ha salido de Cádiz, han entrado ya<br />

en aquella plaza 480 bribones y bribonas<br />

de la negrería. Antes había<br />

cerca de mil; no se puede andar por<br />

aquella ciudad porque no se ve más<br />

que esa canalla» (1). Este lenguaje<br />

violen to explicase perfectamente<br />

teniendo en cuenta la exaltación de<br />

los ánimos en aquella epoca (obsérvese<br />

si no el lenguaje de Bartolomé<br />

Gallardo y otros de las Cortes de<br />

Cádiz) (2) y sobre todo la serie de<br />

persecuciones y ultrajes de que por<br />

parte de los liberales había sido objeto.<br />

Esto contrasta por otra parte<br />

vivamente con su amabilidad y singulares<br />

dotes de carácter que todos<br />

sus contemporáneos en él reconocían.<br />

Pero no estaba satisfecho todavía<br />

(1) Historia de España. Parte III, libro XI, capitulo<br />

XVIII.<br />

(2) Vid. Menéndez Pelayo. Heterodoxos, libro<br />

VII, cap. II.<br />

Es este uno de los dogmas que<br />

menos interés despiertan en la mayoría<br />

de los fieles, quizá por la ignorancia<br />

de su contenido; y, sin embargo,<br />

tiene una importancia enorme<br />

en la vida espiritual de la colectividad,<br />

y en la de cada uno de los<br />

que formamos ese compacto, que es<br />

— 264 ---<br />

el celo del monarca con la publicación<br />

de aquel periódico. Quería curar<br />

el mal en sus propias raíces;<br />

veía la necesidad de poner un « re<br />

-medio clásico radical y capaz no<br />

sólo de curar y preservar las generaciones<br />

presentes, sino también las<br />

venideras, por medio de la educación<br />

e instrucción sólidamente monárquicas<br />

y cristianas». También<br />

en esto sirvió a la Patria el P. Mar<br />

tínez, que en brevísimo plazo redactó<br />

el famoso Plan de Estudios;<br />

publicado en 1824 por el Ministro<br />

Calomarde.<br />

Agradecido Fernando VII a tan<br />

relevantes servicios, quiso recompensarlos,<br />

cosa que descompone a<br />

Modesto Lafuente, pues no podía<br />

sufrir que a tal fraile se le pusiera<br />

una mitra en la cabeza. Consagrado<br />

Obispo de Málaga en 1825, acabó<br />

sus días en Ecija en 1827 «contento<br />

de morir (decía él) en una casa de<br />

mi Orden, cerca del altar de mi dulce<br />

Madre».<br />

FR, EMILIO SILVA<br />

Fundamento de la Comunión de los<br />

Santos<br />

el cuerpo místico de Cristo, la Iglesia.<br />

No se trata de una piadosa<br />

creencia más o menos ingeniosa<br />

acomodaticia, ni de un sistema mecánico<br />

en el que una recíproca co<br />

municación externa de los méritos,<br />

justifique a los hombres sin cooperación<br />

moral, no; es un dogma, es<br />

- 265 —<br />

una verdad tan incontrovertible y<br />

rev elada, como la Trinidad, la Encar<br />

nación, la Redención, etc. Su conocimiento<br />

y su práctica, ¡cuántos<br />

consuelos pueden traer a los corazones<br />

de los hombres!<br />

Además de sociedad extern a,<br />

constituida por elementos también<br />

externos (identidad de doctrina, Sacramentos,<br />

Jerarquía, etc.), es la<br />

Iglesia una sociedad mística, cuyos<br />

Miembros en admirable consorcio<br />

de caridad, se comunican con la<br />

Santísima Trinidad, con Cristo<br />

nuestro Señor, cabeza invisible de<br />

este cuerpo, con los Santos, finalmente<br />

los fieles todos entre sí. Es<br />

esta savia divina la que vivifica todas<br />

las ramas de este árbol místico,<br />

qu e no dejará de correr por ellas<br />

Mientras no se las separe de él.<br />

En el Evangelio se manifiesta un<br />

interés muy marcado de Jesucristo<br />

Señor nuestro, en dejar bien definida<br />

esta doctrina, en sus Apóstoles,<br />

Pues había de ser el lazo que viniera<br />

a unir a todos sus discípulos, corno<br />

si fueran miembros de una misma<br />

familia, más aún, miembros de<br />

Un mismo cuerpo, en el que no puede<br />

darse el caso de que sufra o padezca<br />

uno de ellos, sin que padezcan<br />

a su vez los demás.<br />

Qué comparaciones más bellas e<br />

ingeniosas propone Jesús para inculcarnos<br />

esta verdad tan funda-<br />

Mental! «Yo soy la vid, vosotros<br />

2°iS los sarmientos; el que está unido<br />

a la vid, dará mucho fruto; si no<br />

estuviéreis unidos a mí, no podréis<br />

fructificar; si alguno no permaneeiere<br />

en mí, será arrojado al fuego<br />

y arderá» (Joan. XV - 1 - 2). Luego<br />

todo el que está unido a Cristo, vive<br />

de Cristo. Ahora bien: ¿Qué unión<br />

es esta? Principalmente la de caridad,<br />

como lo prueban aquellas<br />

palabras de Jesús después de la última<br />

cena: «Que todos (estos discí.<br />

pulos) sean una misma cosa, y que<br />

como tú, ¡Oh Padre!, estás en mí y<br />

yo en tí, así sean ellos una misma<br />

cosa en nosotros, para que crea el<br />

mundo que tú me has enviado»<br />

(loan. XVII 21).<br />

Pero dirá alguno: Bien está eso,<br />

por la relación que existe entre la<br />

criatura y el Creador; pero, ¿por<br />

qué he de tener yo participación en<br />

los bienes de mis semejantes? :4',2ué<br />

es lo que me une a ellos? Nadie mejor<br />

que San Pablo podría responder<br />

a estas preguntas, con su admirable<br />

doctrina sobre el cuerpo místico<br />

de Cristo, tan hermosamente desarrollada<br />

en varias de sus Epístolas.<br />

Transcribiré nada más que unos<br />

cuantos versículos para muestra.<br />

«...Porque así como en un solo cuerpo<br />

tenemos muchos miembros, mas no<br />

todos los miembros tienen el mismo<br />

oficio, así nosotros, aunque seamos<br />

muchos, formamos en Cristo un<br />

solo cuerpo, siendo todos recíprocamente<br />

miembros los unos de • los<br />

otros » (Rom. X11-4-5). (Así como el<br />

cuerpo es uno y tiene muchos miembros<br />

y todos los miembros con ser<br />

muchos son un solo cuerpo, así también<br />

en Cristo... todos hemos participado<br />

de un mismo espíritu.., con<br />

caridad en todo vayamos creciendo


en Cristo que es nuestra cabeza 'y<br />

de quien todo el cuerpo trabado y<br />

'conexo entre sí, recibe por todos<br />

los vasos y conductos de comunicación,<br />

según la medida correspondiente<br />

a cada miembro, el aumento<br />

propio del cuerpo, para su perfección<br />

mediante la caridad» (Ephes.<br />

IV-16). « Ciertamente que nadie jamás,<br />

aborreció a su propia carne,<br />

sino que la sustenta y la cuida, así<br />

,como también Cristo a 14 Iglesia;<br />

porque nosotros somos miembros de<br />

su cuerpo, de su carne y de sus<br />

huesos» (Id. 29 30).<br />

No puede darse mayor claridad y<br />

precisión. ¿Qué comparación puede<br />

explicar ,mejor la unión espiritual<br />

de los cristianos, que la que existe<br />

•entre los miembros físicos que integran<br />

el cuerpo del hombre? El bien<br />

de que goza un miembro, ¿no re-<br />

Favores de Nuestra Santísima<br />

Madre y de la Beata Mariana.<br />

Gracias te doy, Madre mía, por<br />

el favor que me hiciste de que mi<br />

hermano se pusiera bien, sin dejarle<br />

la enfermedad consecuencia ninguna.<br />

Te ruego lo sigas mejorando<br />

por completo.<br />

(Ferrol).<br />

UNA TERCIARIA<br />

— 266 — –,- 267<br />

clunda en el de todo-el cúerpo? , si'<br />

padece un iniembtio, ¿acaso no se<br />

comliadecen los demás? Pues ni más<br />

ni menos, esto somos los cristianos;<br />

miembros de un cuerpo vivo, _dirigidos<br />

por una sapientísima cabeza,<br />

invisible pero real, nutridos por un<br />

mismo elemento espiritual, pero<br />

con diversas funciones, según el lugar<br />

que ocupemos. , De esta manera,<br />

¡qué hermosa resulta la unión de<br />

los fieles cristianos! Tratemos sierrlpre,<br />

en cuanto esté de nuestra pa:<br />

te, de proporcionar algún bien a<br />

este cuerpo, con el fiel cumplimiento<br />

de la„funcie integral que Dios<br />

nos ha encomendado.<br />

Ved, pues, si tiene razón de exis'<br />

tir y si contiene verdaderas realidades<br />

el dogma altamente consolador<br />

llamado la Comunión de los San'<br />

tos.<br />

FR. S. S.<br />

Colecta para las misiones<br />

Los Padres MerCedarios de Ma'<br />

drid haii recibido ðe los Talleres de<br />

la Inmaculada y Visita Domiciliaria<br />

de Santa Rita, para las misiones<br />

del (Piahuy» (Brasil), las prendas<br />

siguientes:<br />

Casullas 11<br />

Cíngulos.. • • 0000000 1.4<br />

Copones 3<br />

Cálices -<br />

3<br />

Paños de hombros. 3<br />

Cortinilla de Sagrario<br />

Bolsas Porta-Viático 3<br />

Cubre- copones 3<br />

Purificadores 3<br />

Lavabos 15<br />

Juegos de Corporales 15<br />

Amitos 10<br />

Sabanillas 10<br />

Roquetes 10<br />

Albas 11<br />

De la Visita Domiciliaria de la<br />

Merced: Una pieza de tela para sabanillas<br />

y dos hermosas casullas<br />

confeccionadas con delicado gusto.<br />

¡Dios se lo premie!<br />

LIMOSNAS<br />

De un Excmo. Prelado, por<br />

la Buena Prensa para LA<br />

MERCED<br />

Dos Torres (Córdoba). Las<br />

niñas Rosario, María y<br />

Conchita Madueño Gil<br />

María Eduarda Moreno y<br />

Angelina Naz...<br />

Madrid. Srta. Carmen García<br />

Palacios<br />

Angelita Cumplido<br />

María Redondo<br />

Carmen Cuervo<br />

Pilar Redondo.<br />

María Luisa Ramos<br />

,Carmen R. Ros<br />

Mercedes Quesada<br />

Mercedarias de Góngora . .<br />


= 268 —<br />

tuto, que han dado gracias a Dios y a<br />

la Santísima Virgen de la Merced por<br />

todos los beneficios hasta ahora recibidos.<br />

Las misas de comunión y las solemnes,<br />

celebradas a las ocho y a las once,<br />

respectivamente, fueron amenizadas<br />

por la música y cantos que dirigió<br />

acertadamente el nutrido y afinado<br />

coro de religiosas, que más de una vez<br />

emocionaron a los concurrentes. La<br />

Misa de Comunión y la reserva del<br />

último día la celebró el Emmo. Señor<br />

Cardenal Arzobispo, Dr. D. Vicente<br />

Casanova. Las otras dos Misas de Comunión<br />

las dijeron el P. Fermín L.<br />

Armendáriz, del Inmaculado Corazón<br />

de María, y el Sr. Arcediano doctor<br />

don José Sánchez Quiero.<br />

Las cantadas las celebraron el Reverendísimo<br />

P. Inocencio López Santamaría,<br />

ex General de la Merced, que con el<br />

P. Alberto Barros, ex procurador General,<br />

vinieron de Madrid, y los ilustrísimo<br />

Sres. D. Luis Dóriga, Deán de la<br />

Metropolitana y D. Jesús Mérida, Provisor<br />

y Vicario General del Arzobispado.<br />

Los sermones fueron hermosísimas<br />

piezas oratorias llenas de enseñanzas,<br />

y los oradores, como si se hubieran<br />

puesto de acuerdo, desarrollaron un<br />

plan interesantísimo. Por la mañana<br />

predicaron los mencionados Sres. Sánchez<br />

Quero y P. Armendáriz y un Padre<br />

de la Compañía de Jesús. El primero,<br />

al hablar de la Providencia de Dios<br />

en el Instituto de Mercedarias estuvo<br />

felicísimo, recordando las vicisitudes<br />

de su origen y las pruebas porque hubo<br />

de pasar, esperando días más felices.<br />

El P. Jesuita, glosando las palabras de<br />

los Cantares, expuso en una hermosísima<br />

lección sacra las cualidades de la<br />

verdadera esposa, para merecer el<br />

amor del Esposo divino; y el P. Armendáriz<br />

nos habló, como él sabe hacen1 o,<br />

de la caridad, fundamento y razón formal<br />

del Instituto .<br />

Por las tardes predicaron el referido<br />

P. Armendáriz, el Rvdino. P. Inocencio<br />

López, de la Merced, y el muy ilustre<br />

señor Magistral, D. Modesto Iriarte. El<br />

P. Armendáriz habló de las obras de<br />

caridad del Instituto de una manera<br />

grandilocuente; el P. Inocencio, tomando<br />

por tema las palabras de San Pablo:<br />

«Donde está el espíritu de Dios, allí<br />

está la libertad», probó elocuentemente<br />

que las Mercedarias de la Caridad continúan<br />

la obra de redención siete veces<br />

secular de la Merced; y el Sr. Magistral<br />

cerró con llave de oro esta serie de<br />

discursos con una idea original como<br />

suya, aplicando a las Mercedarias<br />

aquello del salmo: «Como retoños de<br />

olivas en derredor de tu mesa», pues<br />

como el aceite alumbra, cura y alimenta,<br />

así ellas enserian, curan y edifican.<br />

El «Te Deum, fué la última nota de<br />

gratitud al Señor y la clave con que se<br />

cerraron las fiestas, que serán de miliperecedero<br />

recuerdo para los que a<br />

ellas asistimos y de estímulo para las<br />

Hermanas Mercedarias, para no decaer<br />

de su fervor, antes crecer de día en día.<br />

A ellas y a quienes las ayudaron, felicitamos<br />

de corazón. Merecen plácemes<br />

especialmente la M. General y su Colasejo<br />

y la Comunidad de Granada, el<br />

confesor Sr. Sánchez Quero y el señor<br />

Morente, Capellán de la misma.<br />

Al día siguiente, 16, se celebró 11'1<br />

solemne funeral por el alma del ilustr í<br />

-simo Sr. Dr. D. Juan Nepornuceno<br />

grí, fundador del Instituto, cantando la<br />

Capilla de la Catedral la Misa de Pe"<br />

rosi.<br />

MADRI<br />

Convento de Alarcón.—Sin interruP -<br />

ción sucédense en esta iglesia las fiestas<br />

magníficas. El 13 de Mayo celebraron<br />

en ella la comunión general de su<br />

Colegio los Hermanos Maristas, acercändose<br />

a la sagrada Mesa más de 500<br />

'lirios, de los cuales unos 50 recibían<br />

Por vez primera en sus corazones a<br />

Jesús. Comulgaron también muchas<br />

Personas mayores. La música y el<br />

adorno de la iglesia eran dignos de la<br />

solemnidad.<br />

El 17, fiesta de la Ascensión, hicieron<br />

también su comunión las niñas del Colegio<br />

de Mercedarias, preparadas por<br />

el P. Enrique García. Comulgaban por<br />

vez primera unas 30 y en total unas<br />

200. Su compostura y devoción conmovieron<br />

a muchas personas. Los cantos<br />

Y todo lo demás indicaba el esmero con<br />

que nuestras religiosas educan a sus<br />

niñas.<br />

Convento de San Fernando. —El 30<br />

de Mayo, fiesta de su titular, celebraron<br />

su comunión general las niñas del<br />

Colegio, previos ejercicios que dirigió<br />

el P. E. García. En todo se ve la mano<br />

bondadosa del Señor que transforma<br />

aquel barrio populoso, un tiempo tan<br />

abandonado, en ameno vergel donde<br />

toda delicadeza espiritual y social tie<br />

ne su asiento. ¡Bendiga el Señor a las<br />

que con tanto cariño y abnegación cultivan<br />

su viña!<br />

- 269 —<br />

Fiesta Misional.—En la Residencia<br />

de los PP. Agustinos de la calle de Columela<br />

se celebró durante varios días<br />

la exposición de objetos que las señoras<br />

de los talleres de la Inmaculada y<br />

Visita domiciliaria de Santa Rita envian<br />

a las Misiones agustinianas, capuchinas<br />

y mercedarias. Los visitantes<br />

fueron numerosísimos, admirando todos<br />

cómo, después de atender a otras<br />

Muchas necesidades, pudieron las señoras<br />

adquirir tantos cálices y copones<br />

y confeccionar por sí mismas tantas<br />

albas, casullas, corporales y demás ornamentos<br />

que constituirán sin duda el<br />

encanto de los pueblos sencillos a quienes<br />

se dedican, pues entusiasmaron a<br />

las damas de Madrid. El último día<br />

asistieron a la clausura de la exposición<br />

las Infantas doña Paz y doña Luisa,<br />

que unieron sus felicitaciones a las<br />

de toda la concurrencia. En nombre de<br />

todos nuestros Misioneros y de toda la<br />

Orden, felicitamos cordialmente a las<br />

señoras por el éxito de su obra, pidiendo<br />

a Jesús mil bendiciones para cuantas<br />

tienen parte en ella y muy especialmente<br />

para la señora doña María Amparo<br />

Alvarez de Blas, tan laboriosa y<br />

entusiasta de las Misiones Mercedarias.<br />

En otra sección de esta Revista encontrarán<br />

los lectores la parte que a nuestras<br />

Misiones cupo de los objetos reunidos.<br />

HERENCIA<br />

Con mucha asistencia se celebró el<br />

triduo en honor de la Beata Mariana de<br />

Jesús.<br />

Predicó el primer día el R. P. Comendador,<br />

y los dos últimos, cantó las<br />

glorias de la Beata el P. Ricardo Delgado,<br />

Provincial de Valencia.<br />

El día 8 tuvo fiesta extraordinaria la<br />

Asociación de Madres Cristianas, por<br />

ser el primer aniversario de su inaugu<br />

ración. Celebró la misa de comunión el<br />

R. P. Manuel Cereijo, Provincial de<br />

Castilla, que vino a practicar la Visita<br />

en compañía de su secretario.<br />

Por la tarde predicó el P. Comendador,<br />

que en elocuentes períodos recordó<br />

el día en que con asistencia del Reverendísimo<br />

Obispo-Prior, se inauguró<br />

solemnemente tan piadosa obra, y animó<br />

a las socias a continuar en su noble<br />

empeño.


— 270 — — 271 —<br />

El P. Comendador dió ejercicios en<br />

el Puerto de San Juan, como preparación<br />

al cumplimiento pascual. Todos<br />

los días fué asistido en su ímproba<br />

tarea por las Marías de aquel Sagrario,<br />

que desplegaron una admirable<br />

acción apostólica.<br />

La noche antes de la comunión hubo<br />

confesiones hasta las dos de la madrugada.<br />

En la comunión de los niños se<br />

acercaron a la sagrada Mesa unos 200,<br />

y la comunión de la gente mayor fué<br />

también numerosa.<br />

Con motivo tan grato, una fervorosa<br />

María regaló un copón de gran valor<br />

para aquel sagrario, y otra una cubierta,<br />

delicadamente bordada por la señorita<br />

Aurelia Puebla.<br />

PALMA DE MALLORCA<br />

De memorable puede calificarse para<br />

los anales del catolicismo mallorquín<br />

la peregrinación Eucarística que «Los<br />

Jueves» estab!ecidos en nuestra iglesia<br />

de la Merced han realizado el 17 del<br />

pasado al santuario de Nuestra Señora<br />

de Lluch, organizada por el R. P. Elías<br />

Buj, Superior de la Residencia y el<br />

P. Eleuterio Menchaca. Reunidos en<br />

La Merced a 19s seis de la mañana los<br />

500 peregrinos, y después de cantar<br />

una salve a la Redentora de Cautivos,<br />

ocuparon los auto-cars y numerosos<br />

autos particulares, emprendieron la<br />

marcha en medio de cánticos religiosos<br />

y de los aplausos del numeroso pueblo<br />

que los despedía. A las nueve hacían<br />

la entrada en el santuario y después de<br />

cantar una salve por la escalonia del<br />

mismo, expuesto S. D. M. empezó la<br />

misa que celebró el R. P. Domingo<br />

Aimeryc, en la que se acercaron a<br />

recibir el Pan de los Angeles la totalidad<br />

de los peregrinos. A las cuatro de<br />

la tarde, acompañados por una banda,<br />

comenzó el rezo del rosario por la mon<br />

taña, y al final, el P. Superior pronunció<br />

una elocuente plática que emocionó<br />

los ánimos y arrancó furtivas lágrimas<br />

de aquellos enamorados de la Eucari s<br />

-tía y de María. A las seis se celebró la<br />

hora Santa, en la que el M. I. Sr. Doctor<br />

D. Enrique Ibáñez Rizo, Capellán<br />

de honor de la Real Capilla y Chantre<br />

de esta S. I. C. B., pronunció una inspiradísima<br />

alocución que enardeció y e n<br />

-tusiasmó al numeroso auditorio. Terminaron<br />

estos cultos con un «Te Deum,<br />

y besa-manos a la Santísima Virgen.<br />

A las diez de la noche hacían la entrada<br />

en la iglesia de la Merced, de regreso,<br />

en medio de una inmensa multitud<br />

que los esperaba y aclamaba; el P. Superior<br />

dió la bendición con el Santísi<br />

peregri-monación con la bendición papal y la<br />

y finalizando tan solemne<br />

salve.<br />

A las numerosas felicitaciones que<br />

recibió el P. Superior por el brillante<br />

éxito, unimos nuestra sincera enhorabuena.<br />

LUQUE (Córdoba).<br />

Durante los días 8, 9 y 10 de mayo,<br />

las Hermanas Mercedarias de la Caridad<br />

de esta villa, celebraron solemtnsimamente<br />

las bodas de oro de la fundación<br />

de su Instituto.<br />

Dedicaron a su Patrona un triduo<br />

con misa cantada por las niñas de su<br />

colegio los tres días y ejercicios vespertinos<br />

con sermones a cargo de los<br />

hermanos gemelos señores licenciados<br />

don Manuel y don Francisco Bioque<br />

Moreno, Párroco y Coadjutor de esta<br />

villa.<br />

Se veía a las Hermanas Mercedarias<br />

rebosantes de entusiasmo y satisfa c-<br />

ción; lo decía el exquisito gusto con<br />

que habían adornado el altar de Nuestra<br />

Señora de la • Merced; lo decía la<br />

inu sitada animación que prestaba ajas<br />

c alles el incesante bullir de sus colegi<br />

alas con uniforme; lo decía la campanita<br />

de su iglesia en sus prolongados y<br />

acele radísimos repiques, ' y lo decían<br />

105 'grupos compactos de fieles, que<br />

ate ndiendo al llamamiento de la vocinglera<br />

campanita, y respondienly al<br />

car iñoso afecto que aquí se profesa a,<br />

las Hermanas; iban en dirección de su<br />

iglesita, que a los pocos instantes se<br />

v eía atestada.<br />

Como digno epílogo de tan solemnes<br />

fie stas, una procesión infantil, integrada<br />

por los niños y niñas de las escuelas<br />

nac ionales con sus maestros y maest<br />

ras a la cabeza, y en la que figuraban<br />

ta mbién las nirias-,del colegio de las<br />

Rertnan g s, ' paseó á la Virgen de las<br />

Mer cedes por las calles de la villa, por<br />

el r ecorrido de las grandes proceSio<br />

'les, y entonando en masa cánticos alusi<br />

vos a nuestra querida Madre, termin<br />

ando con un «Te Deum».<br />

eras,<br />

Bibliografía<br />

21 Catecismo de los niños explicado<br />

en parábolas y comparaciones, por<br />

Pr . Manuel Sancho, Mercedario.<br />

Rugenio Subiranä. 'Barcelona,<br />

1927. Tres vohltrienes de 19 X 12.<br />

Rn tela, 24 pesetas.<br />

1s 2 1 laborioso y docto P. Sancho<br />

dua e rlf'12 4UeCid0 su bibliografía y la<br />

42 la Iglesia con otra obra utilísima<br />

Para los catequistas, que son los<br />

grandes misioneros de tierra cristiana.<br />

Reune esta obra cuantas preguntas<br />

figuran en_ el, catecismo del<br />

Papa y en otros usuales, con algunas<br />

más que faltan en todos elles.<br />

Previa una sencilla explicación de<br />

las respuestas, pone luego un ejemplo<br />

que las esclarezca y fije en la<br />

imaginación infantil, o un símil tomado<br />

de la naturaleza y de las artes<br />

que están más a la vista de los ni-,<br />

fios.<br />

En esto quizá estriba la mayor, dificultad<br />

del libro; les tan diferente<br />

el ambiente en que -viven- los niñas<br />

de pueblo y los de las grandes ciudades!<br />

Claro es que la ventaja está<br />

en favor de los primeros. Aunque<br />

parezca inverosímil, los niños de<br />

pueblo han visto y observado más<br />

que los de ciudad. Yo los tengo de,<br />

estos ya mayorcitos én mi catequesis<br />

que no han visto un grano de<br />

trigo, ni un pesebre (como hosea<br />

de Navidad), ni un cerezo, ni tienen<br />

idea de lo que es un molino ni un<br />

horno... Los símiles están, sin embargo,<br />

bien escogidos e interesarán<br />

a la mayor parte de los pequeños. Y<br />

si alguno no los entiende, pedirá<br />

una ligera explicación, que también<br />

será caridad proporcionarle, extendiendo<br />

un poco sus nociones.<br />

Un copioso índice _al fin del tercer<br />

torno facilita el hallazgo de cualquier<br />

materia en un momento dado.<br />

Himno de la Bandera de los Jueves<br />

--Eucarísticos, a solo y .coro unísono<br />

y órgano, por don Patricio Beneyto,<br />

Presbítero (Barón de Petrés,<br />

3, Valencia).<br />

No podemos menos de recomen.


- 272 —<br />

dar a nuestros lectores esta nueva<br />

obra del celebrado maestro, que<br />

viene a embalsamar con el depurado<br />

arte característico en su autor<br />

el celestial ambiente de los Jueves<br />

Eucarísticos, institución que todavía<br />

cuenta con poca música, especialmente<br />

escrita para sus funciones.<br />

Es esta una obrita que, tanto por<br />

su letra (del P. Isaac Toribios,<br />

O. S. B.), como por su música, rebosa<br />

entusiasmo y fervor, afecto<br />

que espero ha de fomentar muy e ficazmente<br />

en las almas de los asociados<br />

de aquellos centros que quieran<br />

darle cabida en su repertorio.<br />

Nuestra muy cumplida enhorabuena<br />

a ambos autores.<br />

FR. TOSE MIGUELEZ<br />

Necrología<br />

En El Ferrol la Excma. Sra. Dbria<br />

Ignacia Suances de Boado, Terciaria<br />

Mercedaria, muy afecta a nuestra<br />

Orden desde la fundación en<br />

aquella ciudad, constante suscriptora<br />

de LA MERCED, dada a obras de<br />

celo y caridad, dama muy apreciada<br />

en la sociedad por sus virtudes, y<br />

muy querida en su hogar cristiano<br />

en los cincuenta y cinco años que<br />

lo dirigió como esposa y madre<br />

amantísima. Al Excmo. Sr. D. Leopoldo<br />

Boado, vicealmirante, a sus<br />

hijos y familia nuestro pésame.<br />

En Bilbao, confortado con los<br />

Santos Sacramentos y la bendición<br />

apostólica, el 17 de Mayo, el prestigioso<br />

caballero D. Fidel Echevarría<br />

y Barroeta, gran católico, a<br />

quien el Señor premió con la muerte<br />

de los justos, dando un admirable<br />

ejemplo de resignación y despre n-<br />

dimiento de las cosas de la tierra.<br />

Nuestro más sentido pésame a sus<br />

hermanos, en especial a D. justa,<br />

nuestra suscriptora.<br />

En Cristosende (Orense), nuestro<br />

querido amigo y suscriptor D. Domingo<br />

Prieto el 13 de Mayo. A su<br />

hermano Fray José Manuel y familia<br />

nuestro pésame.<br />

En Alhama (Granada), el 8 de<br />

Abril, D. a Concepción Giménez Y<br />

Giménez, nuestra suscriptora, a cu"<br />

yos deudos acompañamos en su<br />

dolor.<br />

Pedimos a los lectores de LA MUR--<br />

CED una oración por los finados.<br />

n•••••<br />

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS<br />

Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!