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MA DK ID<br />
15 DE ENERO<br />
-DI 1934 -<br />
trab<br />
Piadosisima Madre de la Merced, rogad por nosotros.<br />
1300 días de indulgencia cada vez.)
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414 aftpgilmacenes<br />
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Revista mensual ilustrada. Organo de la Venerable 56<br />
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15 DE ENERO DE 1934 - NUM. 1<br />
S IT M A I% 10<br />
Dos DOCUMENTOS INÉDITOS DE SAN PEDRO, por Fr. Guillermo Vázquez.—ESCENAS DE<br />
BELÉN, por D. Eladio Alonso, Presbítero. —AÑo SANTO: LAS CINCO BEATIFICACIONES DE<br />
1933, por Fr. J. C.—LA ORDEN TERCERA DE LA MERCED: LOS NOVICIOS, SU INSTITUCIÓN, por<br />
Fr. Juan G. Castro.—EL SAGRADO VIÁTICO, por Fr. Ricardo Delgado.—EL ILUSTRÍSIMO<br />
P. JUAN ZENGOTITA BENGOA, OBISPO DE PUERTO RICO, por Fr. Guillermo Vázquez.—<br />
PÁGINA MISIONAL: NOTICIAS DEL PIAUHY. — EL TUCUMÁN: NUEVA FUNDACIÓN. — RADIOGRA-<br />
MAS, por Liján.—NOTICIAS.—NECROLOGÍA.—DE ADMINISTRACIÓN. •<br />
nn••••nnn••n•<br />
DOS DOCUMENTOS INe<br />
DE SAN PEDRO NÖL<br />
Produce siempre emoción el hallazgo<br />
de nuevos documentos en que<br />
figura algún personaje de remotas<br />
edades, sobre todo cuando el personaje<br />
es un Santo que dejó profunda<br />
huella en el mundo y halló nuevos<br />
medios de servir a Dios y hacer bien<br />
al prójimo.<br />
Revolviendo los pergaminos de la<br />
Merced acumulados en el Archivo<br />
Histórico Nacional, tuve la suerte de<br />
hallar entre los procedentes del convento<br />
de Palma de Mallorca dos documentos<br />
de Nuestro Santo Padre<br />
correspondientes a los años 1237 y<br />
1245, relativos a la fundación de<br />
aquella importante casa, una de las<br />
primeras de la Orden.<br />
Dicen así las principales cláusulas<br />
del primero, fiel<br />
latín:<br />
«Sea a todos<br />
Tomás de Cuadres y<br />
no forzados sino espon ente,<br />
por nosotros y por todos los nuestros<br />
presentes y futuros, vendemos en<br />
franco alodio a vos Fray Pedro Nolasco,<br />
mayoral de todas las casas de<br />
la limosna de los cautivos, y a Fray<br />
Juan de Laers lugarteniente vuestro<br />
en Mallorca, y a todos los frailes de<br />
la misma casa, presentes y futuros,<br />
para siempre, unos corrales que babemos<br />
y tenemos en la ciudad de<br />
Mallorca en franco alodio (1) y que<br />
lindan de un lado con propiedad de<br />
(1) En dominio libre o perfecto.
Narciso de Tortosa y con posesión<br />
vuestra, y por los otros tres lados<br />
con vías públicas... Fue otorgado<br />
este documento en la ciudad de Mallorca<br />
el día.., de los idus de abril,<br />
año del Señor, mil doscientos treinta<br />
y siete...»<br />
Con esta adquisición se redondeaba<br />
el solar de nuestra casa de Palma,<br />
fundada a raíz de la conquista, que<br />
fué el último día del año 1228, y que<br />
desde ahora tendría fachada a tres<br />
nuevas calles. Parece evidente que<br />
en la fecha del otorgamiento estaba<br />
presente allí San Pedro Nolasco,<br />
aunque no estampará su firma en el<br />
pergamino, cosa entonces frecuente.<br />
Superior de la casa era Fray Juan<br />
de Laers, que figura ya allí cuatro<br />
años antes y'continuel aún por largo<br />
tiempo. Es uno de nuestros primeros<br />
religiosos y de los mas importantes,<br />
verdadero fundador del convento de<br />
Palma al frente del cual aparece todavía<br />
en 1251, según documento de<br />
Tortosa ya publicado por mí. Era<br />
lego entonces, y no hay motivo para<br />
creer que cambiara de estado más<br />
tarde.<br />
El segundo pergamino es de 1245<br />
y en él figura también Fray Juan de<br />
Laers, en ausencia de Fray Pedro<br />
Nolasco, a quien representaba el comendador<br />
de Palma:<br />
«Sea a todos manifiesto como yo<br />
Buenmancebo de Montagut por mí y<br />
por todos los míos con ánimo gratuito<br />
y voluntad espontánea doy y<br />
concedo al Señor Dios y a la limosna<br />
de los cautivos y a los frailes de<br />
la misma limosna, tanto presentes<br />
como futuros, en poder de vos Fray<br />
Juan de Leers, lugarteniente de Fray<br />
Pedro Nolasco en la casa de la misma<br />
limosna establecida en la ciudad<br />
de Mallorca, un cierto huerto, donde<br />
fueron tres casas de los sarracenos,<br />
y que perteneció en otro tiempo a<br />
Martín de Cervera; el cual huerto tú<br />
el dicho Fray Juan y Pedro de Aleover,<br />
albaceas del dicho Martín de<br />
Cervera me vendisteis a mí por escritura.<br />
Y linda el dicho huerto por<br />
tres lados con calles y por el cuarto<br />
lado con huerto de... (roto). Fecha en<br />
Mallorca en las calendas de abril,<br />
ario del Señor 1245» (1).<br />
Este pergamino es original también<br />
y por él consta que en 1. 0 de abril de<br />
1245 era todavía comendador de Palma<br />
Fray Juan de Lz..iers o Leers (que<br />
en la distinción de a y e nunca estuvieron<br />
fuertes los catalanes) y que<br />
vivía y gobernaba la Orden San Pedro<br />
Nolasco. El terreno ahora cedido<br />
a Fray Juan parece se destinaba a la<br />
limosna de los cautivos y no al servicio<br />
particular de la Orden, como el<br />
primero.<br />
Algunos se figuran que en los siglos<br />
pasados todo era fácil y hacedero<br />
y que los conventos surgían de<br />
tierra como por ensalmo. Los documentos<br />
de San Pedro Nolasco demuestran<br />
que todas sus fundaciones<br />
fueron laboriosas y humildes y que la<br />
limosna de los cautivos se reunía<br />
también con grandes sacrificios de<br />
los redentores y del pueblo cristiano,<br />
que vivía generalmente en gran pobreza.<br />
(1) A. H. N. de Madrid: Baleares, Mercedarios<br />
de Palma, leg. 54.<br />
Otro documento inédito<br />
C omo los anteriores y<br />
gu ardado con ellos contiene<br />
un privilegio del rey<br />
don Jaime en 11 de enero<br />
de 1250, a Fray Guillén de<br />
Bas , segundo general de<br />
la Orden, a la que otorga<br />
m uchos favores y toma<br />
baj o su protección su resi<br />
dencia o conventillo<br />
(habitaclum 5/ve conventic<br />
lum), expresión que parece<br />
i ntencionada y bastante<br />
expresiva.<br />
Con haber conocido<br />
ti empos mejores, eran también<br />
modestísimas las<br />
fun daciones de Santa Teresa,<br />
a pesar de los grandes<br />
elogios que les tributa.<br />
La casa de Soria, que fué,<br />
4<br />
según ella, la más espléndida<br />
de cuantas fundó,<br />
subsiste todavía y la ocu-<br />
Pa hoy casi entera el ca-<br />
Pellán del convento. Nuestro<br />
Fray Pedro Carrillo<br />
d ecía por entonces que las<br />
O bras de las casas se<br />
hacían muchas veces matando a<br />
J.( cccz: bitta:;acvora,A, InZsTurktoittat,<br />
alteran) S' Pe t \!4 c4) ()rdinis B. Matür dc<br />
itodltoeis, ztcl vet.aal, er ttatteraleni<br />
t-ttratti: ttiteratil, qatort Lile orabat<br />
ttit,t .ietts a t<br />
11 ..! pr;urt-..-n)atis Orditti,Betrc'<br />
Conventt i. 1 4-c 4 pretiosZora. anriquitatis irion<br />
•!nr.a. conservat; ac Pt rund tra (-lit 40Vd.d cluctus, et<br />
autbontico Scri2to intrirtte,,<br />
obcctuo vcrieratur.<br />
—<br />
Nuestro Padre San Pedro Nolasco,<br />
los más felices de la Historia:de:España!<br />
frailes de hambre. ¡Y eran los días<br />
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ<br />
El Papa con nosotros<br />
Tened por cierto que el Padre Común (el Papa), se halla presente de pen-<br />
8amiento y corazón entre vosotros, todo el tiempo que esta prueba durare,<br />
Pa rticipando de vuestros trabajos, cuitas y dolores, dispuesto a advertiros,<br />
e exbortaros, a consolaros.<br />
E. CARD. PACELLI
Escenas de 113e1ft<br />
Y recostóle en un pesebre,<br />
porque no hubo para<br />
ellos lugar en el mesón,<br />
(S. Lucas, c. 2.°, v. 7.0)<br />
La tranquila aldea de Belén se ve<br />
momentáneamente invadida por israelitas<br />
que de diversos puntos de Palestina<br />
han venido para inscribirse en el<br />
Censo, conforme al edicto del emperador<br />
romano. Sus calles angostas, habitualmente<br />
desiertas, reciben la animación<br />
y algazara de las caravanas forasteras.<br />
Los recién llegados muéstranse<br />
alegres y divertidos. Aunque el Motivo<br />
de su viaje, prueba inequívoca de la<br />
sumisión de su pueblo a un poder extranjero,<br />
fuera causa de humillación y<br />
tristeza, sonríe en ellos la esperanza<br />
cierta en un libertador inmediato.<br />
Con el mismo objeto de empadronarse<br />
en Belén acaba de llegar un matrimonio<br />
procedente de Nazaret. Hombre<br />
y mujer vienen fatigados de un<br />
largo caminar por senderos duros, tortuosos,<br />
ascendentes. Su presencia en<br />
la aldea provoca la curiosidad de los<br />
dem o s forasteros que pronto tratan de<br />
acercarse a los nuevos viajeros y aun<br />
se atreven a dirigirles algunas preguntas<br />
con esa confianza que da la confraternidad<br />
de ciudadanos de un mismo<br />
país, de una misma patria. El es un<br />
hombre ya maduro, no viejo, de trazas<br />
correctas y patriarcales. Ella, una mujer<br />
esbelta, recatada, sencilla, con la<br />
mirada fija en algo abstracto que apenas<br />
le permite prestar atención a los<br />
contornos. Cabalgando ha llegado, y<br />
ahora se apea de su cabalgadura, estira<br />
y asea un poco sus vestidos, mientras<br />
su marido se sacude como puede<br />
el polvo del calzado. Y cumplido este<br />
LL<br />
aseo rudimental, siguen avanzando por<br />
las callejuelas del pueblo en busca de<br />
albergue y descanso. Por informes diversos<br />
acaban de saber que, pese a la<br />
hospitalidad proverbial de los palestinenses,<br />
no podrán alojarse en ninguna<br />
casa particular: todas están llenas de<br />
forasteros que llegaron antes. Pero...<br />
en el pueblo hay un Khan. No tiene el<br />
Khan ni siquiera la categoría de una<br />
modesta posada, ausentes de él las condiciones<br />
más elementales de comodidad<br />
y acogimiento; mas, no habiendo<br />
otro sitio, y dispuestos como están a<br />
enfrentarse con las circunstancias más<br />
hostiles, hacia el Khan se dirigen los<br />
nuevos viajeros. Tiembla la mano del<br />
atribulado esposo al llamar a la puerta<br />
de este inhospital mesón, temiendo,<br />
más que por sí mismo, por su adorable<br />
esposa, no encontrar tampoco aquí un<br />
lugar para recogerse. La mesonera,<br />
una mujer que, bajo las toscas maneras<br />
y su descuidado atavío, esconde acaso<br />
un buen coraz ,5n, acude solícita a la<br />
llamada; y, después de haber escuchado<br />
la súplica sencilla, escueta, humilde<br />
de los esposos, se dispone a darles la<br />
obligada respuesta: (El mesón está repleto.<br />
Es imposible. Lo siento. No cabe<br />
ni una persona más».<br />
¡Ah!, señora dueña del Khan, no des •<br />
pache usted a estos viajeros tan de<br />
prisa. Medite un poco. Reflexione antes<br />
de despedirles, antes de que se vayan.<br />
Yo no les conozco; no sé quiénes son<br />
ni me consta otro detalle sobre sus personas<br />
sino que han venido desde Nazaret<br />
para empadronarse, como los demás<br />
viajeros, en esta localidad, de donde<br />
son oriundos. Verdad es que esto<br />
dice muy poco; pero no importa, seño-<br />
ra. Reflexione. No se precipite.¿Acaso<br />
usted no sabe lo que nadie ignora...?<br />
Es posible que no hayan llegado a sus<br />
Oídos noticias que son del dominio público?<br />
En la calle, en las Sinagogas, en<br />
las domésticas tertulias invernales, en<br />
las cocinas, en todas partes, no se habla<br />
de otra cosa. El júbilo ha vuelto al cor<br />
azón del pueblo, porque las semanas<br />
de Daniel dicen todos que han terminado<br />
ya. Y aquel «mañana» profético,<br />
c argado de tan felices augurios y prometedoras<br />
esperanzas, pero que parecía<br />
no tener poniente ni fin, ha desemb<br />
ocado en este dichoso momento actual.<br />
Cualquier día, cualquiera hora,<br />
alumbrará al Deseado de Israel. Señora,<br />
todos los momentos son ahora emocionantes.<br />
Y la prudencia aconseja estar<br />
atentos y no poner dificultades a<br />
las veredas que el Señor haya podido<br />
elegir. Si el Khan está lleno, será necesario<br />
estrecharse; será necesario que<br />
otros huéspedes lo desalojen; será necesario,<br />
en último extremo, que usted<br />
misma ceda su lugar. Advierta que es<br />
Belén, precisamente Belén, donde el<br />
Mesías ha de tener su cuna. Lo dijo<br />
Miqueas que jamás supo engañar. ¡Ah!,<br />
Si Yo fuera de este pueblo dichoso, espiaría<br />
los días y las noches, observaría<br />
la s personas y los acontecimientos,<br />
todo aquelJo que me infundiese una<br />
sospecha, que permitiese una conjetura<br />
para que, a la llegada del Príncipe,<br />
tuviera éste, abierto por mi mano, un<br />
camino de rosas. Y usted ni se fija siquiera<br />
en esta joven doncella y esposa.<br />
ve usted algo excepcional en toda<br />
su persona? Admirable su recato y humildad,<br />
la pureza que brilla en su semblante,<br />
lo divino inconfundible que se<br />
transparenta a través de este bello<br />
conjunto humano. Mírela de hito en<br />
hito. ¡Parece la misma virgen-madre<br />
que vaticinó Isaías! Yo nada sé, nada<br />
- 5 -<br />
afirmo ni aseguro. Pero todas estas<br />
circunstancias, señora dueña del Khan,<br />
llenan mi alma de felices presentimientos.<br />
Reflexione, señora, reflexione, antes<br />
de despedir a estos galileos.<br />
* * *<br />
Poco tiempo había transcurrido. Pastorcitos<br />
de los alrededores de Belén,<br />
avisados por ángeles, acuden alborozados<br />
a contemplar el magno acontecimiento.<br />
Y la noticia se difunde a todas<br />
partes. En una gruta ha nacido un niño.<br />
Por cuna, un pesebre. Los espíritus angélicos<br />
se han puesto en conmoción de<br />
gozo en torno al Recién-Nacido. Un<br />
halo de celestiales resplandores le circundan.<br />
José y María le cuidan, le adoran<br />
y le besan. Y de todas partes llega<br />
gente ansiosa de ver y contemplar al<br />
Divino Infante.<br />
En las primeras horas de la noche<br />
de uno de estos días venturosos, por la<br />
senda de la gruta plateada de luna,<br />
caminaba una mujer, llevando unas<br />
tórtolas y otros presentes para los via<br />
jeros galileos. Era la dueña del Khan.<br />
No era esta la primera vez que se dirigía<br />
hacia la gruta de sus amores contenta,<br />
pero al mismo tiempo llorosa,<br />
apesadumbrada, dolida su alma por<br />
un mal momento de irreflexión.<br />
* * *<br />
Ya dijo el Profeta : Desolada está<br />
toda la tierra porque no hay nadie que<br />
reflexione en su corazón. Muchas veces,<br />
en el curso de nuestra vida cristiana,<br />
llama a nuestras puertas con<br />
voces inauditas, con gemidos inenarrables<br />
la gracia divina. He aquí que estoy<br />
a la puerta de tu corazón y llamo,<br />
dice el Señor (1). Su voz reviste diversas<br />
formas y variados sonidos. Una<br />
lectura espiritual que nos parece adusta,<br />
un vivo ejemplo de nuestros pró-<br />
(1) Apocalipsis, 3-20.
limos, un grave peligro a tiempo advertido,<br />
un castigo, una contrariedad,<br />
una de , gracia son a veces los divinos<br />
acentos de esa voz. ¡Y no reflexionamos!<br />
¡Y no abrirnos! Es quizá que<br />
nuestro corazón se halla conventido en<br />
un Khan lleno de huéspedes innobles.<br />
En él los malos afectos, las pasiones<br />
desordenadas, la caravana de los vicios<br />
y bastardos sentimientos. Reflexionad,<br />
señores dueños del Khan. Será necesario<br />
desalojar todo eso para que sepamos<br />
reconocer la voz divina de la gracia,<br />
y no tengamos que lamenurrnos<br />
después con el cristianísimo poeta:<br />
Qué tengo yo que mi amistad procuras?<br />
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,<br />
que a ini puerta, cubierto de rocío,<br />
pasas las noches del invierno a obscuras?<br />
Oh cuánto fueron mis entrañas duras,<br />
pues no te abrí<br />
ELADIO ALONSO<br />
EL Cristianismo, a lo largo de la Historia, ha sufrido<br />
dos pruebas.- la prueba de la persecución y la<br />
prueba del triunfo. De la primera salió brillant/si<br />
mamente: vivió en las Catacumbas, tuvo mártires,<br />
reafirmó su fe, purificó el ambiente y se impuso en<br />
la misma corona del imperio romano. De la segunda,<br />
acaso no ha salido con tanta gloria. Cuando<br />
Constantino puso la Cruz en el Capitolio, declaró<br />
el cristianismo religión oficial; los cristianos, no<br />
por virtud de la doctrina, que siempre fué excelsa,<br />
sino por su desidia, tuvieron sus coqueteos con el<br />
triunfo y con el plácido bienestar del vencedor; no<br />
supieron aprovecharse de la doctrina del Salvador<br />
como cuando encerrados en las Catacumbas bebieron<br />
todo el cáliz de amargura de la persecución.<br />
NICOLÁS BERDIAEFF<br />
000-0GVGGV-0.000...ZGGGG...000.00VDVDV-..000-..ZVZG-000G<br />
AÑO SANTO<br />
®000.eenne...000.0.sseee...000.0esemen.000000-esese-ooee<br />
Las cinco beatificaciones del año 1933<br />
Se celebraron las funciones de<br />
e stas beatificaciones en la Basílica<br />
Vaticana: el 30 de abril, la de la Beata<br />
María de Santa Eufrasia Pelletier;<br />
el 7 de mayo, la de la Beata Vicenta<br />
Gerosa; el 14, la de la Beata Gemma<br />
Galgani; el 21, la del Beato José María<br />
Pignatelli, y el 28, la de la Beata<br />
Catalina Laboure, a la que asistieron<br />
mil Hermanas de la Caridad y cuatro<br />
mil trescientas Hijas de María con una<br />
representación también numerosa y<br />
lucida de PP. Paules.<br />
La Beata María de Santa Eufrasia<br />
Pelletier, fundadora de las Hermanas<br />
del Buen Pastor<br />
1796-1868<br />
Fortaleza y buena gracia<br />
su vestido.<br />
Reirá hasta el día postrero.<br />
Su boca abrió en sabiduría,<br />
y la ley de piedad en su<br />
lengua.<br />
(Prov. XXVI, 2526).<br />
Fechas de su vida.—Nació en Francia<br />
en la parroquia de San Filiberto<br />
de Noirmontier el 31 de julio de 1796.<br />
A causa de la revolución francesa<br />
tuvo que ser bautizada en casa. Se le<br />
Pusieron los nombres de Rosa Virgi -<br />
nia, que a! entrar en religión cambió<br />
Por el de María de Santa Eufrasia. Se<br />
educó en Tours. Apenas cumplidos<br />
los diecisiete años, muerta su amadísima<br />
madre, entró en la Orden de<br />
Nuestra Señora de la Caridad, fundada<br />
por San Juan Eudes. Destinada a<br />
la fundación de la Casa de Angers<br />
hjzo de ella el año de 1831 el principio<br />
del Instituto de las Hermanas del<br />
Buen Pastor, que cuenta hoy con más<br />
de trescientas casas, en las que trabajan<br />
en los ministerios de este Instituto<br />
más de nueve mil religiosas. A<br />
los setenta y dos años murió llena<br />
de merecimientos el 24 de abril de<br />
1868.<br />
Semblanza.—Temperamento ardiente,<br />
corazón compasivo, fiel imitadora<br />
de los óptimos ejemplos de sus<br />
padres. Imperturbable en sus designios,<br />
prudente y suave en los modos,<br />
fuerte en las dificultades sin inclinarse<br />
ni a la derecha de la temeridad y pertinencia,<br />
ni a la izquierda del miedo y<br />
cobardía. ¡Cuántas luchas sostuvo,<br />
cuántas contradicciones sufrió, cuántas<br />
escaseces pasó, cuántos sinsabo<br />
res gustó, hasta conformarse con Jesucristo<br />
Pastor de las almas, durante<br />
treinta años, en la fundación, extensión<br />
y perfeccionamiento de su Instituto!<br />
Fidelísima imitadora del Buen Pastor,<br />
Jesucristo, se consagró con sus<br />
religiosas a la preservación de las<br />
jóvenes en peligro, a la reducción de<br />
las mujeres descarriadas, a la educa-
— 8 --- 9<br />
ción cristiana de las reducidas, salvando<br />
así innumerables almas.<br />
Los milagros con que Dios acreditó<br />
la santidad de ésta su sierva, quedan<br />
reseñados en el número de noviembre<br />
de LA MERCED.<br />
La Beata Vicenta Gerosa, cofundadora<br />
de la Congregación de las<br />
Hermanas de la Caridad de la<br />
Niña María<br />
1784-1847<br />
No ;ne he preciado de saber<br />
entre vosotros otra cosa, sino<br />
a Jesucristo, y Este crucificado.<br />
(I Cor. II, 2).<br />
Fechas de su vida.— «Esta flor nobilísima)<br />
de la bella Italia, nació el 29<br />
de octubre de 1784 en el pueblecito de<br />
Luere, diócesis de Brescia.<br />
En el bautismo le pusieron los nombres<br />
de María Catalina Francisca,<br />
que en la religión cambió por el de<br />
Vicenta. Sus padres, de honradas y<br />
piadosas costumbres, fueron curtidores.<br />
Desde los veintiocho años, libre ya<br />
de cuidados familiares, 1814, unida<br />
por santo convenio con la Beata Bartolomea<br />
Capitanio, se consagró a la<br />
educación de las niñas y al cuidado<br />
de los enfermos.<br />
Muerta su hermana, fundó con la<br />
Beata Bartolomea el Instituto de las<br />
Hermanas de la Caridad, llamadas<br />
después de la Niña María. En noviembre<br />
de 1832, a los cuarenta y<br />
ocho años de edad, hizo los votos de<br />
castidad, pobreza, obediencia y caridad<br />
para con los prójimos. Muerta la<br />
Beata Bartolomea a los ocho meses<br />
de la profesión, tuvo que hacerse cargo<br />
del naciente Instituto, que a su<br />
muerte constaba de cuarenta casas.<br />
Falleció el 28 de junio de 1847.<br />
Semblanza.—Casi analfabeta, pero<br />
dotada de gran talento y de ingenio<br />
vivo, de juicio certero, de destreza<br />
para los negocios, fue primero la hacendosa<br />
administradora de la hacienda<br />
paterna, y después, la providencial<br />
promovedora de su Instituto.<br />
Rechazó las bodas propuestas por<br />
sus padres, que en las clases modestas,<br />
como sabemos, es una solución<br />
para el porvenir. Inmaculadamente<br />
pura, encantadoratnente sencilla, austerísima<br />
penitente, aun bajo la patria<br />
potestad, empezó a socorrer a los pobres,<br />
visitar a los enfermos, educar a<br />
las niñas y a las jóvenes y entretenerlas<br />
los días de fiesta para apartarlas<br />
de espectáculos y compañías peligrosas,<br />
preludiando así lo que había de<br />
ser su vocación y de su Instituto.<br />
En unión con la Beata Bartolomea,<br />
fundó en 1814 una asociación de niñas,<br />
a quienes reunía para los ejercicios<br />
de piedad en una capilla por ella<br />
restaurada, levantó un hospital en su<br />
pueblo natal, dotólo de lo necesario y<br />
abriölo para los enfermos pobres el<br />
ario 1826.<br />
Dió perpetuidad y fecundidad a su<br />
obra, que se extendió por toda la tierra,<br />
fundando el Instituto con su profesión<br />
religiosa.<br />
La nota característica de esta santa<br />
fue la humildad y el amor a Jesús<br />
crucificado. Se holgó de ser desconocida<br />
y tenida en nada. No sufría<br />
que la llamasen Superiora, siéndolo<br />
y tan excelente; quiso se la designase<br />
con el nombre de la antigua. Toda su<br />
c iencia y todos sus afectos los cifró<br />
en el Crucifijo. Acostumbraba a decir:<br />
El que no conoce el Crucifijo, nada<br />
sabe; el que lo conoce, todo lo sabe.<br />
Los milagros de su beatificación los<br />
referimos en el número de noviembre<br />
de LA MERCED.<br />
Beato José María Pignatelli<br />
1737-1811<br />
La Sabiduría condujo al<br />
justo, fugitivo de la ira fraterna,<br />
por senderos seguros y<br />
mostróle el reino de Dios;<br />
didle la ciencia de los santos,<br />
honróle en sus trabajos.<br />
(Sabiduría, X, 10).<br />
Fechas de su vida.—Nació el 1737<br />
en Zaragoza de nobilísima y cristianísima<br />
familia. Muerta su madre cuando<br />
no tenía aún cinco años, fue llevado<br />
a Nápoles, donde vivía una hermana<br />
suya, que le educó cristianamente.<br />
A los doce volvió a España<br />
Por pedirlo el cuidado de su salud.<br />
Tomó la sotana de la Compañía en<br />
Tarragona a los quince años, profesó<br />
a los diecisiete; estudió Humanidades<br />
Y Filosofía en Manresa y Calatayud,<br />
respectivamente; la Teología en Zaragoza,<br />
donde cantó misa el día de<br />
San Juan Evangelista, 27 de diciembre<br />
del 1762. A pesar de la poca salud<br />
que siempre tuvo, además de la clase<br />
de Gramática que le confiaron, se<br />
dedicó con todo ardor a los ministerios<br />
sacerdotales.<br />
Rehusando el privilegio ofrecido, al<br />
ser disuelta en España la Compañía<br />
de jesús por Carlos III, el año 1767,<br />
marchó al destierro con sus hermanos<br />
religiosos, siendo su providencia en<br />
la trabajosa navegación, en la incierta<br />
peregrinación por Italia hasta que logró<br />
reunirlos, deshechos por los sufrimientos<br />
y diezmados por la muerte,<br />
en Ferrara.<br />
Suprimida la Compañía de Jesús<br />
por Clemente XIV y reducido al estado<br />
de sacerdote secular y privado del<br />
ejercicio del ministerio sacerdotal, dió<br />
insignes ejemplos de virtud en Bolonia,<br />
donde se consagró por entero al<br />
estudio, reunió libros interesantísimos<br />
y frecuentó el público y celebérrimo<br />
Ateneo de aquella ciudad. Supo<br />
consolar a sus hermanos en tan dura<br />
prueba y sostener su esperanza, y<br />
¡cosa admirable! conciliar un rendimiento<br />
devotísimo a la Santa Sede<br />
con un amor ferientísimo a la Compañía,<br />
de la que vino a ser el segundo<br />
Padre, restaurándola «según su prístina<br />
y genuina traza».<br />
Murió de hemotisis el 15 de noviembre<br />
de 1811, en Roma, dejando restaurada<br />
su querida Compañía.<br />
Semblanza.—Un gran jesuíta. Fuerte<br />
en la persecución, que fue el ambiente<br />
de casi toda su vida; hijo obedientísimo<br />
de la Santa Sede hasta el<br />
heroísmo; consolador generosísimo<br />
y filial de Pío VI en su viaje al destierro;<br />
hijo fidelísimo de la Compañía,<br />
de la cual fue el «trigo mortificado por<br />
la persecución y multiplicado en la<br />
restauración»; trabajador infatigable,<br />
y que tendió a su santificación por<br />
medio de honras y deshonras, de<br />
infamias y de buena fama.
— 10 —<br />
— 11 —<br />
Los milagros con que Dios le honró<br />
y que jurídicamente fueron aprobados<br />
para su beatificación, quedan<br />
mencionados en LA MERCED de novietnbre.<br />
Beata Gemma Galgani<br />
1878-1903<br />
Lejos de mi gloriarme, sino<br />
es en la cruz de Nuestro Señor<br />
Jesucristo; por el cual el<br />
inundo está para mi crucificado,<br />
y yo lo estoy para el mundo.<br />
(Ad Gal. VI, 14).<br />
Fechas de su vida.—Nació el 12 de<br />
marzo de 1878. Tuvo la suerte de tener<br />
una madre piadosísima. Reveses de<br />
fortuna redujeron a la miseria a sus<br />
buenos padres, que murieron prematuramente.<br />
Hasta los quince años se<br />
educó con las religiosas de Santa<br />
Zita. Fué la primera de las alumnas<br />
en aplicación y conducta. El premio<br />
que pedía a su profesora por su comportamiento<br />
era que le hablase, por lo<br />
menos durante una hora, de la Pasión<br />
del Señor, en cuya conversación la<br />
discípula y la maestra se deshacían<br />
en lágrimas. El cuidado de su salud<br />
la obligó a dejar el colegio, y en Casa<br />
fué la educadora de sus hermanos.<br />
La enfermedad y los sufrimientos<br />
de espíritu, fueron su hijuela durante<br />
la vida. Dejó la casa de su tía, en que<br />
se le proponía, seguramente corno<br />
providencia de su vida, el estado del<br />
matrimonio, y corno hija fue recibida<br />
por la piadosa familia Giannini. No<br />
pudo realizar sus deseos de ser religiosa<br />
pasionista, pero tuvo en grado<br />
heroico el espíritu de su fundador San<br />
Pablo de la Cruz, siendo una imagen<br />
viva su espíritu y su cuerpo por la<br />
compasión de Jesucristo paciente.<br />
Sabido es de nuestros lectores cómo<br />
en esta Virgencita de Luca se reprodujeron<br />
los sufrimientos de la Pasión.<br />
La Santa Sede, prudentemente cautelosa,<br />
hizo caso omiso de estos admirables<br />
fenómenos y se ciñó en esta<br />
causa, corno en las demás, a la sola<br />
calificación de heroicas las virtudes<br />
de esta Sierva de Dios y a la aprobación<br />
de los milagros con que Dios la<br />
honró, que quedan reseñados en LA<br />
MERCED de noviembre pasado.<br />
Más por incendios del amor divino<br />
que por la violencia de la enfermedad,<br />
murió esta felicísima criatura el 11 de<br />
abril de 1903, Sábado de Gloria.<br />
Semblanza.--Su corta vida, de<br />
veinticinco años, fué la de un lirio<br />
blanquísimo, por su pureza émula de<br />
los ángeles; la de una rosa, por sus<br />
muchos sufrimientos de cuerpo y de<br />
espíritu, y sobre todo por la reproducción<br />
de la Pasión de Cristo; la de<br />
una rosa fragante, por el buen olor de<br />
Cristo que dió a sus prójimos; la de<br />
un holocausto perenne, consumido<br />
por el fuego del amor de Dios. No<br />
tuvo ni el esplendor ni el estruendo<br />
de obras gloriosas; oculta, como el<br />
corazón en el pecho, contribuyó eficazmente<br />
a la edificación del Cuerpo<br />
místico de Nuestro Señor Jesucristo.<br />
Puede decirse de ella lo que Santa<br />
Teresita dijo de sí: que su vocación<br />
fué el amor, y que por lo mismo pertenece<br />
como miembro al Corazón de<br />
la Santa Iglesia.<br />
Beata Catalina- Labouré, Hermana<br />
de la Caridad<br />
1806-1876<br />
Vuestra vida está escondida<br />
con Cristo en Dios.<br />
(Col. III, 3).<br />
Fechas de su vida.—Nació en Fainles<br />
Moutiers (Francia). Perdió a su<br />
madre a los nueve años.<br />
Siendo casi una niña estuvo al frente<br />
de su familia, no perdonándose<br />
molestias y ocupándose en trabajos<br />
muy duros.<br />
No logró, hasta los veinticinco<br />
años, permiso de su padre para entrar<br />
en el Instituto de las 11 1-1. de la Caridad.<br />
En el noviciado, año 1830, fué honrada<br />
con las apariciones de la Santísima<br />
Virgen, julio, y después, sobre<br />
todo, el 27 de noviembre, que la mandó<br />
hiciese acuñar una medalla, la que<br />
t odos conocemos con el sobrenombre<br />
de Milagrosa.<br />
« ¡Admirable es la propagación de<br />
esta medalla! Por ella obró Dios desde<br />
entonces innumerables prodigios,<br />
y continúa obrándolos», dice Pío XI.<br />
Por medio de su confesor cumplió el<br />
encargo de la Virgen María, y aunque<br />
se decía que la agraciada con las<br />
apariciones era una Hermana de la<br />
Caridad, mantuvo en secreto este<br />
favor durante su vida, unos cuarenta<br />
Y seis años.<br />
Murió en París el 31 de diciembre<br />
de 1876, en la casa donde pasó casi<br />
toda su vida sirviendo a los pobres<br />
ancianos.<br />
Semblanza.—Dios fué el blanco de<br />
todos sus pensamientos, afectos y<br />
obras. Devoción ardentísima a Nuestro<br />
Señor Jesucristo y a la Eucaristía,<br />
amor filial a la Santísima Virgen. Caridad<br />
tiernísima para con los ancianos,<br />
a cuyo cuidado le destinó la obediencia,<br />
paciencia inquebrantable, ad -<br />
mirable igualdad de ánimo, pobreza<br />
hasta el extremo de que, al ocurrir su<br />
muerte, las Hermanas no encontraron<br />
cosa personal que repartirse como<br />
recuerdo. Pero sobre todo su vida,<br />
oculta bajo el celemín de una humildad<br />
profundísima, no sólo ignorada<br />
del mundo, como tantas personas religiosas,<br />
sino hasta inadvertida a sus<br />
mismas Hermanas, porque toda «su<br />
hermosura ' era interior; hasta después<br />
de su muerte no se supo que<br />
había sido ella la de las admirables<br />
apariciones de la Santísima Virgen y<br />
del encargo de acuñar la Medalla Milagrosa,<br />
que fué uno de los estímulos<br />
más poderosos de devoción a la Inmaculada<br />
Concepción, para cuya definición<br />
dogmática fué como la preparación,<br />
como Lourdes fue la apoteosis,<br />
-<br />
De las muchas gracias concedidas<br />
por Dios Nuestro Señor, por intercesión<br />
de esta Sierva suya, quedan relatados<br />
en esta revista los dos estupendos<br />
milagros de instantánea y<br />
perfecta curación de peritonitis purulenta<br />
y de mal de Pott cervical.<br />
FR. J. C.
ee<br />
e<br />
LA ORDEN TERCERA SECULAR<br />
DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED<br />
III<br />
Sus miembros: los Novicios; su<br />
institución<br />
El aspirante se hace novicio por la<br />
toma de hábito. De esto sólo hablaremos<br />
en este artículo.<br />
Toma del hábito terciario. Bendicenlo<br />
y dánlo válidamente: en toda la<br />
Iglesia los Padres Maestro General y<br />
Procurador General; en los términos<br />
de su jurisdicción los Provinciales, y<br />
en sus casas e iglesias los Padres Comendadores.<br />
Cualquier sacerdote: en toda la Iglesia,<br />
con delegación del P. Maestro General<br />
o del Procurador General, con<br />
delegación de los Provinciales en los<br />
territorios de sus Provincias, con delegación<br />
de los Comendadores en las<br />
iglesias de sus conventos «en casos particulares<br />
y con causa razonable» (Artículo<br />
3.° de las Constituciones de la<br />
Tercera Orden).<br />
Con la vestición del hábito dada por<br />
alguno de los dichos queda el que los<br />
recibe incorporado a la Tercera Orden,<br />
y sin otro requisito «puede gozar sus<br />
derechos, privilegios, indulgencias y<br />
otras gracias espirituales» (Art. 6.° de<br />
las mencionadas Constituciones).<br />
Pero para ser incorporado a un sodalicio,<br />
centro o hermandad, como la del<br />
Ferrol, Madrid, Ponce, etc., y disfrutar<br />
de los derechos, indulgencias y<br />
bienes peculiares, se necesita, además<br />
de la vestición del hábito, el consentimiento<br />
del Consejo del respectivo Centro,<br />
sodalicio o hermandad (Art. 10),<br />
ee<br />
la inscripción del nombre en el libro de<br />
la hermandad y el cumplimiento de<br />
las prescripciones de los estatutos (Artículo<br />
6.°).<br />
Según esta distinción de adscripción<br />
a la Tercera Orden en general e incorporación<br />
a un centro o hermandad determinados,<br />
me parece que para pasar<br />
de un centro de la Tercera Orden a<br />
otro de la misma, por ejemplo del de<br />
Ferrol al de Madrid, no se necesitan<br />
otros requisitos que el consentimiento<br />
del Consejo del centro que admite y la<br />
inscripción del pretendiente en el libro<br />
respectivo, previo, naturalmente, el<br />
certificado por quien pueda darlo, de<br />
que recibieron el hábito e hicieron la<br />
profesión de terciario.<br />
El Moderador o Director de un Centro,<br />
por el mero hecho de serlo legítimamente<br />
con el debido nombramiento,<br />
puede bendecir y dar el hábito a los<br />
candidatos de su centro y subdelegar<br />
para lo mismo con las limitaciones que<br />
los Comendadores en sus casas (Artículo<br />
3.°).<br />
Debe preceder a la toma de hábito<br />
de Terciario—la .naturaleza del acto<br />
lo exige—una instrucción, por lo menos<br />
elemental y sumaria, de lo que es<br />
la Tercera Orden y del espíritu peculiar<br />
que informa la nuestra; que es saber<br />
lo que pretenden ser al vestir el<br />
hábito. Por eso se exigen para terciario<br />
no sólo los arios de la. discreción, sino<br />
catorce arios, edad de mayor discreción<br />
y madurez, y plena responsabilidad<br />
canónica (Art. 4.°, d).<br />
— 13 —<br />
(e4 Convenientísimo y provechosísimo<br />
sería, además, que a la entrada en la<br />
Orden Tercera precediesen unos días<br />
de ejercicios espirituales, especialmente<br />
dirigidos a este fin de abrazar con<br />
el mayor conocimiento y fervor este<br />
como cierto género y modo de vida<br />
religiosa.<br />
Los sodalicios, o centros de la Tercera<br />
Orden para las vesticiánes de hábito<br />
Y profesiones debieran tener señalado<br />
dentro del ario el tiempo más a propósito<br />
por desocupado y recogido. Con<br />
esto se simplificaría, unificaría e intensificaría<br />
la labor de formación espiritual<br />
de los Maestros de Novicios si han<br />
de serlo más que de nombre. No se<br />
librarían, con todo, de prestar aten-<br />
particular y hasta personal a los<br />
novicios menos capaces y a los mejor<br />
deioötliad<br />
No es tiempo bueno, por cierto, el<br />
de la novena de Nuestra Santísima<br />
Madre, cuanto más solemne más ocasionada<br />
a distracciones y cuya predicación<br />
no suele ser la mejor, ni siquiera<br />
buena, para disponer a los aspirantes<br />
para el hábito, y a los novicios<br />
Para la profesión.<br />
Mejor es, en los paises donde cae en<br />
en invierno, la fiesta de nuestro Santo<br />
Padre; porque en este tiempo está en<br />
toda su actividad la vida de piedad, y<br />
muy fácil y provechosamente puede<br />
orientarse la predicación de la novena<br />
O triduo a este objeto.<br />
Magnifica ocasión y buena coyuntura<br />
es la de ejercicios o aun misiones, a<br />
los cuales pueden añadirse, o en los<br />
cuales pueden intercalarse instrucciones<br />
propias para los que hayan de ton-lar<br />
el hábito o hacer la profesión.<br />
Pero lo mejor y más oportuno serían<br />
ejercicios especiales para eso; y esto<br />
deben procurar los centros bien organizados.<br />
Es eficaz ese medio para elevar<br />
el grado de vida espiritual del<br />
centro, y puede ser y lo será en casos<br />
para algunos, principio de una vida<br />
santa.<br />
Las otras maneras de dar hábitos y<br />
recibir profesiones no dejan huella<br />
perceptible en la vida espiritual de los<br />
candidatos, lo cual es frustrar el fin de<br />
la Tercera Orden y aun el de una simple<br />
cofradía.<br />
En la toma de hábito, que es la que<br />
ahora nos ocupa, hay la parte esencial,<br />
bendición e imposición del escapulario,<br />
y la parte puramente ritual.<br />
Esta es también muy importante,<br />
porque con sus ceremonias, palabras y<br />
oraciones ilustran el entendimiento y<br />
encienden el afecto. Esta parte la tienen<br />
los sacramentos y disponen al<br />
alma para mejor recibirlos. No son sacramentos<br />
la vestición y profesión del<br />
hábito, pero están dispuestos a modo<br />
de sacramentos.<br />
Llama San Agustín manjar delicado<br />
a los ritos y ceremonias que entonces<br />
precedían al bautismo, como exorcismos,<br />
oraciones, cánticos espirituales,<br />
insuflaciones, cilicio, inclinaciones, etcétera.<br />
De piedra ha de ser quien no<br />
se sienta conmovido con la ceremonia<br />
del bautismo de personas adultas.<br />
Un buen Director dispondrá cuidadosamente<br />
la parte ritual de la toma de<br />
hábito como el buen predicador prepara<br />
diligentemente y caldea en la<br />
oración lo que ha de predicar.<br />
Es la misma la fórmula de entrega<br />
de hábito, se canta también el Veni
Creator Spiritus con los versículos y<br />
oraciones que le siguen, en la vestición<br />
de un novicio para la Primera Orden y<br />
Orden Tercera.<br />
No hay para el que entra en la Tercera<br />
Orden las preguntas y respuestas<br />
que para el que entra en la Primera,<br />
ni le dice el celebrante: «Desnúdete<br />
Dios del hombre viejo con todos sus<br />
resabios», ni al imponerle el escapulario<br />
le dice tampoco: «Vístate Dios del<br />
hombre nuevo que ha sido creado según<br />
Dios en justicia, santidad y verdad»,<br />
ni, concluida la ceremonia, en<br />
serial de amor se le admite al abrazo<br />
de hermano.<br />
En cambio a la vestición del hábito<br />
precede en la del hermano tercero la<br />
bendición del hábito que no tiene el<br />
del que entra religioso, y al fin se le<br />
da al novicio terciario una ternísima<br />
bendición.<br />
Como se ve, falta en la vestición del<br />
terciario la parte ceremonial, tan instructiva<br />
y emocionante, y con la pretensión<br />
de que otro la mejore, si sabe,<br />
doy con la traducción de todas las<br />
oraciones, ésta que es la misma de los<br />
novicios religiosos, excluyendo lo que<br />
sólo tendría lugar si se diese el hábito<br />
entero, como se daba a ciertas personas<br />
en otros tiempos, y aun puede llegar<br />
a darse si mejoran las circunstancias<br />
de la vida pública.<br />
Vestición del hábito de novicio tercero<br />
de la Merced. Reunidos todos los<br />
Hermanos terceros en la sala o lugar<br />
destinado para sus capítulos (1), y si<br />
- 14 — — 15 —<br />
(1) Las Constituciones de Raimundo Albert<br />
prescribían que el hábito se diese en el<br />
capítulo y de allí se fuese en procesión canno<br />
la tienen, en la iglesia ante el altar<br />
de la Tercera Orden, el Maestro y la.<br />
Maestra presentan en medio del capitulo<br />
a los candidatos y candidatas del<br />
hábito. Pregúntales el que ha de darles<br />
el hábito, Superior Mayor, Comendador<br />
o Moderador: g Qué pedís? Contestan<br />
los candidatos: La misericordia<br />
de Dios y la compañia de vuestra Tercera<br />
Orden<br />
Los manda sentar y brevemente les<br />
expone la naturaleza de la Tercera<br />
Orden y las disposiciones requeridas<br />
para abrazarla válidamente y con provecho.<br />
De nuevo les pregunta: ¡Perseverai.s.<br />
en vuestros deseos? A lo que contestan:<br />
Quiero abrazar el servicio de Dios y ser<br />
constituido hijo de la Santísima Virgen<br />
María.<br />
Al acabar estas palabras se pone en<br />
pie el celebrante con todos los hermanos,<br />
y se arrodillan donde están los<br />
candidatos.<br />
El celebrante dice en latín: Et Señor<br />
que empezó lo perfeccione. Y sin más,<br />
poniéndose el roquete y la estola, procede<br />
a la bendición de- los escapularios,<br />
contestando toda la Hermandad,.<br />
diciendo:<br />
y. Nuestra ayuda en el nombre del<br />
Señor<br />
I. Que hizo el cielo y la tierra<br />
31". Muéstranos, Señor, tu misericordia<br />
tando el Veni Creator Spiritus a la iglesia,<br />
donde se concluía la ceremonia. El Ceremonial<br />
del Rvdmo. P. Valenzuela supone que<br />
puede darse el hábito en la sala capitular, y<br />
organizarse o no la procesión a la iglesia,.<br />
págs. 700 y 701.<br />
A. Y danos tu salud<br />
ir. Señor, escucha nuestra oración<br />
A. Y nuestro clamor llegue hasta Tí<br />
Y. El Señor sea con vosotros<br />
A. Y con tu espíritu<br />
OREMOS<br />
Señor Jesucristo, que te has dignado<br />
vestirte de nuestra mortalidad, pedimos<br />
a la abundancia de tu inmensa lar<br />
-gueza que te dignes bendecir este hábito<br />
que los Santos Padres mandaron llevar<br />
como profesión y señal de inocencia y<br />
santidad, de modo que el que lo use,<br />
merezca vestirse de Ti, que vives y reinas<br />
por los siglos de los siglos. Amén.<br />
La oración, como todo lo demás, se<br />
dirá en el género y número que convenga,<br />
según lo pida la diversidad de<br />
los casos.<br />
Inmediatamente impone uno a uno<br />
los escapularios, diciendo al mismo<br />
tiempo: Yo con la autoridad de nuestro<br />
Señor Jesucristo, y con la autoridad de<br />
los Apóstoles • Pedro y Pablo, y con la<br />
que me encomendó la Orden, te doy el<br />
hábito de los Novicios de nuestra Tercera<br />
Orden. A. Amén.<br />
Concluidas las imposiciones, entona<br />
el Veni C'reator Spiritus, cuya primera<br />
estrofa cantan de rodillas, y concluida,<br />
se levantan y en procesión marchan<br />
los hermanos terceros según la menor<br />
antigüedad en la Orden y se dirigen al<br />
altar de la Tercera Orden, precedidos<br />
de la Cruz, y presididos por el celebrante<br />
que llevara a su derecha a los<br />
novicios. Llegados al altar se arrodillan<br />
todos, haciéndolo el celebrante en<br />
la grada y los novicios detrás de él, y<br />
concluido el canto del himno, continúa<br />
el celebrante:<br />
y. Envía tu espíritu y todo será<br />
creado<br />
I.<br />
v.<br />
r.<br />
Y cambiarás la faz de la tierra<br />
Salva, Señor, a tu siervo<br />
Oh Dios mío, pues espera en Tí<br />
El Señor sea con vosotros<br />
Y con tu espíritu<br />
OREMOS<br />
Oh Dios, que con la ilustración del<br />
Espíritu Santo habeis enseñado a los<br />
fieles, concédenos conocer en el mismo<br />
Espíritu lo recto y gozar siempre de su<br />
consolación.<br />
Alarga, Señor, la diestra de tu celestial<br />
auxilio a tu siervo que renuncia<br />
al mundo, para que te busque con<br />
todo corazón y alcance lo que dignamente<br />
te pide. Por Cristo nuestro Señor.<br />
13r. Amén.<br />
OREMOS<br />
Atiende, Señor, a nuestras súplicas<br />
y a este tu siervo a piel?, en tu nombre<br />
impusimos el hábito de los Novicios de<br />
nuestra Tercera Orden, bendícelo de<br />
suerte que por tu largueza merezca vivir<br />
devotamente en la Iglesia y alcanzar la<br />
vida eterna. g. Amén.<br />
Rocía con agua bendita al novicio,<br />
diciendo: Me lavarás, Señor, con hisopo<br />
y seré limpio; me lavarás y quedaré<br />
más blanco que la nieve.<br />
Luego le da la 'bendición, diciendo:<br />
Por la intercesión piísima de la Beatísima<br />
Virgen María, Madre de la Misericordia<br />
y de la Merced y Redentora<br />
de los Cautivos, baje sobre tí copiosa<br />
bendición del cielo, de modo que seas
endito desde ahora y por siempre con<br />
la bendición de Dios Todopoderoso, Padre<br />
e Hijo e y Espíritu Santo. Amén.<br />
Concluído todo esto, pueden abrazar<br />
las nuevas novicias a las hermanas terceras<br />
y los novicios a los hermanos en<br />
señal de amor y unión fraternal, y<br />
darse todos mutuamente la enhorabuena.<br />
— 1 6 —<br />
Allí, mismo, y tal vez mejor en la<br />
sala capitular, y en su defecto en la<br />
sacristía, se inscribirán en el libro de<br />
la Tercera Orden los nombres y apellidos<br />
de los nuevos novicios. Será el medio<br />
de evitar omisiones que, como queda<br />
dicho, privan de los beneficios peculiares<br />
de los centros a que se incorporan.<br />
FR. JUAN G. CASTRO<br />
COMENTARIO al articulo 3 de la Constitución:<br />
«El Estado español no tiene religión oficial»<br />
Si para cualquier pueblo es, sobre impia, absurda la<br />
pretensión de querer excluir de la vida pública a Dios<br />
Creador y próvido Gobernador de la misma sociedad,<br />
de un modo particular repugna tal exclusión de<br />
Dios y de la iglesia de la vida de la Nación Española,<br />
en la cual la Iglesia tuvo siempre y merecidamente<br />
la parte más importante y más<br />
benéficamente activa en las leyes, en las escuelas<br />
y en todas las instituciones privadas y<br />
públicas.<br />
(Pío XI, en la Encíclica a los Españoles<br />
de 3 de junio de 1933.)<br />
El Sagrado Viático<br />
Una ecuación sublime<br />
Al afirmar que el amor es el esposo<br />
de la muerte, necesariamente se nos<br />
presenta esta sublime ecuación: «Sólo<br />
aquellos que saben amar, saben morir;<br />
Sólo aquellos que saben morir, saben<br />
amar». Porque sólo el amor tiene dere<br />
cho a pedir o a ofrecer el saci ificio de<br />
la vida.<br />
Repasad, si queréis, las páginas de<br />
la historia de todos aquellos que han<br />
muerto por el amor, y encontraréis uno<br />
solo que ha escalado las altas cumbres<br />
de lo soberanamente sublime, el non<br />
Plus ultra del amor, y cuya muerte ha<br />
Sido la más heroicamente bella, la más<br />
hermosamente grandiosa; ¡Miradle,<br />
está en la cima del Calvario! Drama<br />
divino en que Dios es la víctima que se<br />
inmola por el hombre culpable, y en<br />
que el hombre es el victimario del D:os<br />
que lo salva amando y muriendo. ¡Misterio<br />
de amor y de muerte!<br />
El Apóstol San Juan, experto conocedor<br />
del amor, nos d la razón de esto<br />
cuando exclama: «Ya tenemos la medida<br />
del amor de Dios, porque Ció su<br />
Vida por nosotros» (1). Este mismo<br />
evangelista había un día oído de los<br />
divinos labios del Salvador formular<br />
esta ley del amor: «Nadie tiene más<br />
grande amor que el que sacrifica su<br />
vida por los que ama» (2).<br />
Y para que la humanidad tuviese un<br />
conocimiento claro de esta ley y com-<br />
Prendiese siempre que la muerte de<br />
Cristo no era más que un acto de amor,<br />
sellando con su sangre los desposorios<br />
del amor y de la muerte, Jesús ha repetido<br />
muchas veces »que nadie le quitaba<br />
la vida, que El espontáneamente<br />
la daba; que tenía libertad para darla<br />
y poder para volver a tenerla» (1), para<br />
que así supiesen los hombres que si<br />
moría era por amor.<br />
De aquí que, celebrados en el Calvario<br />
estos desposorios del amor y de la<br />
muerte, todas las grandes almas han<br />
ido a los sacratísimos pies del Crucifijo<br />
a beber la embriaguez del amor y ¡ay!<br />
que también allí tienen que beber la<br />
embriaguez de la muerte. Y entonces<br />
sucede que cuanto más han amado,<br />
más han deseado la muerte. Toda la<br />
vida de estas almas no es más que un<br />
armonioso cántico, triste, si queréis,<br />
pero dulce, tierno, pleno de jubilosa<br />
alegría, cuyas últimas palabras, cuyos<br />
últimos balbuceos es una urgente llamada<br />
a la muerte: Vozi cito, Domine<br />
Jesu, veni (2).<br />
;1\lo empiezas a comprender, amado<br />
lector, cómo el sacramento del amor<br />
es el sacramento Ce la muerte? Los<br />
mártires comulgaban antes de morir,<br />
a fin de divinizar la muerte por el<br />
amor, como si el martirio no fuese más<br />
que la comunión en la muerte.<br />
La Eucaristía es Pan de vida porque<br />
es Pan de la muerte<br />
El ambiente que -envuelve a Jesús en<br />
la noche última de su vida, es un ambiente<br />
de muerte; pero sobreponiéndose<br />
a la profunda turbación que se había<br />
apoderado de su espíritu, toma en sus<br />
(1) S. Juan, III, 16. (1) S. Juan, X, 8.<br />
(2) S. Juan, XV, 13. (2) Apoc. XXII, O.
.79<br />
— 18 — — 19 —<br />
manos lo que va a constituir el Sacramento<br />
de la vida y de la muerte, y<br />
brota de sus divinas manos el Sacramento<br />
del amor de los amores de un<br />
Dios.<br />
El único pensamiento que dominaba<br />
en Jesús en la última Cena que celebra<br />
con sus amados discípulos, es el pensamiento<br />
del amor y de la muerte. «Con<br />
deseo vehemente — dijo el celestial<br />
Maestro con la mirada puesta en el<br />
Cordero pascual—he deseado comer<br />
con vosotros esta Pascua antes de padecer».<br />
Sin duda, al decir Cristo «esta<br />
Pascua», se referiría a su divina persona,<br />
manifestando así su amoroso designio<br />
de ponerse ya «como muerto en<br />
el «Pan vivo» que iba a convertirse en<br />
sus manos.<br />
Interpretando Bossuet estas palabras<br />
del Salvador del mundo, escribe: «Yo<br />
he comido con vosotros otras Pascuas,<br />
y otras antes que con vosotros lo hiciera.<br />
Pero esta es mi Pascua. Yo soy el<br />
Cordero de Dios que mañana seré ya<br />
muerto. Anticipándome a la muerte<br />
real, porque dentro de dos horas el torbellino<br />
de las humanas pasiones ya me<br />
habrá arrebatado el sosiego de vuestra<br />
compañía, yo muero ya ahora en representación<br />
de la muerte de mañana,<br />
poniendo sobre esta mesa mi Cuerpo,<br />
místicamente separado de mi sangre.<br />
Queda cumplido el deseo de que me<br />
abrasaba de que comieräis conmigo mi<br />
Pascua. Sólo me resta dar en los tormentos<br />
de la Cruz esta vida que os doy<br />
ahora en el deliquio de mi amor, «Y<br />
como si quisiera Jesús juntar en una<br />
las dos ofrendas, la de la Cena y la del<br />
Calvario, le dice al discípulo traidor:<br />
«Lo que has de hacer, hazlo pron<br />
to» (1).<br />
Todo el misterio de la vida natural<br />
(1) S. Juan, 13, 27.<br />
se encierra en la muerte de Jesús, dice<br />
el doctor Gomá, como todos los tesoros<br />
de la muerte de Jesús se encierran en<br />
la Eucaristía. La Eucaristía es sacramento<br />
de vida, porque es un misterio<br />
conmemorativo de la muerte de Jesucristo.<br />
¡Oh, Sacramento de la vida y de la<br />
muerte!—prosigue el doctor Gomá—.<br />
De la vida, porque en realidad la dáis:<br />
de la muerte, porque sois de ella la representación<br />
perpetua, y del fondo misterioso<br />
de la muerte derivais la corriente<br />
de la vida divina que por el<br />
mundo difundís.<br />
Lo que necesita el moribundo<br />
Todas las «cosas» del fin de la vida<br />
son siempre sombrías, tristes y aterradoras;<br />
las postreras escenas de la última<br />
enfermedad, a pesar de los dulces<br />
consuelos de la fe, están envueltas en<br />
un manto de melancolía, de honda inquietud<br />
y de angustias desgarradoras;<br />
sin embargo, en medio de las tinieblas<br />
de la aproximación de la muerte, aparece<br />
un rayo de luz y de esperanza, un<br />
jirón del cielo y la dulce promesa de los<br />
inefables goces y esplendores eternos.<br />
Veamos la aparición del amor en la<br />
muerte, a Jesús, la Comunión del que<br />
va a morir.<br />
Está ya purificado por el poder de la<br />
absolución sacramental; se han disipado<br />
ya las vanidades del mundo que tanto<br />
lo fascinaron y que tantas veces lo<br />
apartaron de Dios. ¡Qué falta, pues, a<br />
ese cristiano que va a morir? ¿Qué le<br />
f -lta? ¡Ah! Le faltan alas para volar,<br />
por estar rotas las ligaduras que lo<br />
retienen. Le falta amor, puesto que<br />
muere. Le falta el dulcísimo ósculo<br />
Eucarístico, le falta Dios, le falta celebrar<br />
los divinos desposorios del amor<br />
y de la muerte, el Sagrado Viático; lo<br />
que necesita el que va a morir son<br />
aquellas delicias de las almas santas,<br />
aquellos goces que presentía Víctor<br />
Hugo, cuando asaltándole el pensamiento<br />
de la muerte, escribía: «¡Oh!<br />
que vayan entonces a buscar al joven<br />
vicario o al viejo cura, que estará en<br />
el rincón de su chimenea rezando su<br />
breviario, y que le digan: Hay un hombre<br />
que va a morir, y es preciso que<br />
vayáis a consolarle... Que le acompañen<br />
entonces a mí, que me metan entre<br />
sus brazos, a sus rodillas. Llorará él,<br />
lloraremos ambos, y él será elocuente<br />
Y Yo recibiré consuelo; y mi corazón<br />
se vaciará en el suyo, y él recibirá mi<br />
alma y yo recibiré a su Dios».<br />
¡Ah! ¡Qué dulce debe de ser para el<br />
que va a morir recibir la visita personal<br />
de Dios en aquellos momentos en<br />
que la ciencia, los t-n,is exquisitos cuidados,<br />
los más caros afectos de los<br />
seres queridos y amados, son impotentes<br />
para darle la salud y prolongar la<br />
vida! ¡Qué fortaleza tan recia, qué valor<br />
tan inmenso recibirá el moribundo<br />
al alimentarse con el «Pan vivo bajado<br />
del cielo» en medio de la lucha tremenda<br />
de un cuerpo vivo y de un alma<br />
inmortal que forcejean para separarse!<br />
¡Qué consoladora esperanza recibirá el<br />
enfermo próximo a partir para la eternidad<br />
al recibir a Jesucristo en la Hostia<br />
de Salud en los precisos momentos<br />
en que el enigma de la vida futura va<br />
a descifrarse para siempre!<br />
¡Oh amor infinito de mi Dios, no me<br />
abandones en esos angustiosos momentos,<br />
haz que reciba tu visita personal y<br />
sea para mí «prenda de la gloria futura»!<br />
El sacerdote viene<br />
¡Oh, qué grande y soberanamente<br />
bello se nos presenta el sacerdote llevando<br />
en sus manos el Sagrado Viá.-<br />
tico al enfermo, para darle fortaleza<br />
en la suma debilidad; consuelo en el<br />
desamparo, y la esperanza, cuando<br />
nada hay que esperar en el mundo!<br />
¡Cuán inmensa es la misericordia de<br />
Jesucristo que va en busca del que va<br />
a morir, para darle la vida, la verdadera<br />
vida eterna! ¡Cuánto amor! El<br />
pincel de Perret ha inmortalizado en<br />
el arte la conducci n del Sagrado Viático,<br />
cuando pinta en el lienzo al sacerdote<br />
en medio de la nieve, azotado por<br />
los ventisqueros, sin otra compañía<br />
que un sencillo y rústico aldeano, tiritando<br />
de frío, que apenas puede sostener<br />
el farol donde arden dos agónicas<br />
luces; el de Saint Germier, en donde el<br />
Ministro del Señor lleva la Hostia de<br />
Salud a un moribundo en medio de un<br />
deshecho temporal, rompiendo por entre<br />
huracanados vientos y desafiando<br />
la lluvia y el rayo que cruza siniestro<br />
por el espacio; el de Juan Martínez,<br />
existente en el Museo Municipal de<br />
San Sebastián, que titula el Viático a<br />
bordo, donde el transatlántico es envuelto<br />
en montañas de espuma, que la<br />
tempestad levanta, donde las olas juegan<br />
con él, y como queriendo devorarlo,<br />
y allí está el sacerdote ostentando<br />
en sus manos a Aquel que un día calmó<br />
los vientos agitados del Mar de Tiberfades<br />
y hoy va a llevar la paz, la tranquilidad<br />
y la dulce calma a un corazón<br />
que va a dejar de latir dentro de breves<br />
momentos y a calmar las inquietudes,<br />
las zozobras y las tempestades de<br />
una conciencia ansiosa de arribar a las<br />
eternas playas de la gloria; el de Da<br />
niel Urrabieta Vierge, en que el sacerdote<br />
atraviesa floridos campos y escala<br />
una alta montaña, donde en una choza<br />
que en ella se esconde está un moribundo<br />
a quien Jesús, pleno de amor y<br />
misericordia, va a su encuentro a darle<br />
el ósculo eucarístico.
- 20 - - 21 --<br />
Dulce encuentro. —Jesús y el moribundo.<br />
Ved al sacerdote en pie al lado del<br />
lecho del moribundo. Escuchad las fecundas<br />
palabras que van a salir de sus<br />
labios y que caerán sobre el cristiano<br />
enfermo como un rocío celestial. «Jesucristo,<br />
vuestro salvador, hermano mío,<br />
viene a visitaros en vuestra enfermedad:<br />
se baja hasta veniros a bu-car en<br />
esta cama de dolor, a fin de consolaros<br />
en vuestras penas. Si estáis bien dispuesto,<br />
seréis incorporado con Él.<br />
Y estando El con vos, ¿quién será contra<br />
vos?» ¡Ah! ¡Cómo sentirá el espíritu<br />
del enfermo dilatarse sus senos y aumentar<br />
su fortaleza con tan consoladoras<br />
palabras en la tremenda lucha con<br />
su cuerpo y con las cosas de acá abajo<br />
de la tierra! ¡Dios mío, dirá con él, Tú<br />
eres mi refugio, mi auxilio y ayuda,<br />
mi sostén y fortaleza, ya no tengo que<br />
temer ningún mal, porque Tú estás a<br />
mi lado y dentro de breves momentos<br />
voy a incorporarme contigo. El sacerdote<br />
prosigue: «Ya podréis decir con el<br />
profeta : Oid, Señor, aun cuando yo<br />
viese reunido y armado contra mí todo<br />
cuanto el mundo tiene de halagüeño, y<br />
todo cuanto el infierno de terrible, mi<br />
corazón no será vencido, po que vos<br />
estáis conmigo. Yo no os pido, ni pediré<br />
en toda mi vida, otra cosa que el que<br />
me concedáis habitar con VO3 en vuestra<br />
santa Casa por toda una eternidad»<br />
(1).<br />
El moribundo ya nada tiene que temer:<br />
está dispuesto a sostener la última<br />
y decisiva batalla y a triunfar de<br />
la muerte para hallar la vida.<br />
Ahora, considerad la grandiosidad<br />
de este solemne momento. El sacerdote,<br />
teniendo levantada en su mano de-<br />
(1) Parvus Codex.<br />
recha la Hostia Santa, le dice al enfermo:<br />
«He aquí a vuestro Dios, tan alto<br />
y poderoso como está en los cielos. ¿Lo<br />
creéis vos así?» — «Si creo», contesta el<br />
enfermo. Cree en la presencia real de<br />
Jesucristo, Rey, Señor, principio y fin<br />
de todas las cosas. Cree que es el Dios<br />
vivo que viene a robustecerle la vida<br />
del alma, precisamente cuando le amenaza<br />
la muerte. En los momentos que<br />
va a abandonar los más caros afectos,<br />
que forman parte de nuestra naturaleza,<br />
viene Jesús en la Hostia Santa a<br />
llenar los senos del alma del enfermo<br />
de delicias insospechadas; es el Vita<br />
vitarum, la Vida de las vidas, que<br />
viene a transfundir en nosotros su vida<br />
divina y a decirnos que tras la muerte<br />
está la vida eterna.<br />
«¿Creéis, continúa el sacerdote, que<br />
esto que ahora tengo en mis manos es<br />
el verdadero Cuerpo de Nuestro Señor<br />
Jesucristo?» — Sí creo», responde el<br />
paciente. «Esta carne es la carne de<br />
una víctima, es la carne que muere,<br />
la carne entregada y enclavada en la<br />
Cruz. Esta sangre no es la sangre que<br />
lleva en sí misma el dulce ardor de la<br />
amistad y los efluvios de un ardor común,<br />
propio de un corazón embriagado<br />
de juventud y de vida; es la sangre de<br />
un mártir de amor, es la sangre de<br />
nuestro padre, de nuestro hermano, de<br />
nuestro amigo que muere, la sangre<br />
del Cordero que se sacrifica». «¿Creéis,<br />
vuelve a preguntar el sacerdote, que<br />
este Dios es vida para los que dignamente<br />
le reciben?» —«Sí creo», contesta<br />
el enfermo profundamente emocionado.<br />
¡Oh! Este Pan es el Pan de los<br />
que mueren, puesto que es el Pan de la<br />
vida. El que quiera vivir eternamente<br />
debe comerlo. Jesús hizo de su triunfo<br />
sobre la muerte un Pan, que llamó<br />
«Pan de vida » ; hizo de la dulce alegría<br />
de su triunfo el vino que hace gerrnihar<br />
la vida de sus elegidos: dadles,<br />
Pues, dadles ese Pan y ese vino a los<br />
que van a morir. «Su muerte será una<br />
resurrección etern a y una inmortal<br />
victoria».<br />
«¿Creéis en Jesús, sigue el sacerdote,<br />
Rijo único de Dios, que nació y padeció?<br />
¿Creéis en la Iglesia Católica y queréis<br />
vivir y morir en su fe? ¿Creéis en<br />
la vida eterna?» —«Sí creo», dice el enfermo.<br />
Y después de una dulcísima<br />
evocación de la l¡ncarnación, Redención,<br />
Resurrección, de la vida futura,<br />
el sacerdote lleva a los agonizantes labios<br />
del paciente el Crucifijo en donde<br />
imprime un ardoroso beso cl .-2 amor,<br />
diciendo: «Adorárr oste Cr sto, y bende<br />
eimoste, que por tu santa Cruz redimiste<br />
al mundo: Señor, redimid mi<br />
alma». Entonces el sacerdote dice solemnemente:<br />
«Hermano, hermana, recibid<br />
el Viático del Cuerpo de Nuestro<br />
Señor Jesucristo que guarde vuestra<br />
alma para la vida eterna: Así sea.»<br />
¡Oh! ¡Qué felicidad tan grande, qué<br />
delicia mayor puede sentir el hombre<br />
de fe que morir abrazado con su Dios<br />
para gustar de los eternos goces! El<br />
Sagrado Viático es un abrazo deliciosísimo<br />
del hombre que muere con el<br />
Dios que vive. ¡Oh, tú, moribundo! La<br />
carne de Nuestro Señor Jesucristo, con<br />
la que acabas de alimentarte, es una<br />
carne resucitada, y esta carne resucitada<br />
no muere ya más! Cuando los seres<br />
queridos regresen del cementerio<br />
de dejarte debajo de la fría losa del<br />
sepulcro, y digan que acaban de enterrar<br />
a un muerto, ¡se engañan!<br />
P. DELGADO CAPEÄNS, O. M.<br />
Poyo, enero de 1934.<br />
Situación de los Religiosos en España<br />
A las Congregaciones Religiosas se las trata con esta<br />
ley nefasta de un modo inhumano... $e las sujeta a tantos<br />
y tales inventarios, registros e inspecciones, que revisten<br />
formas molestas y opresivas de fiscalización y hasta, después<br />
de haberlas privado del derecho de enseñanza, y de<br />
ejercitar toda clase de actividad con que puedan honestamente<br />
sustentarse, se las somete a leyes tributarias, en la<br />
seguridad de que no podrán soportar el pago de los im<br />
puestos: nueva manera solapada de hacerles imposible la<br />
existencia.<br />
pío XI
(0)0000% 0.0000cb0<br />
Q . 0.0000000000000000000000000.00ns000000000000ou<br />
O O<br />
O<br />
o o .0 o o<br />
O O<br />
e:) o O o<br />
seminaristas y ordenados de menores,<br />
a los que dió para ello licencia el<br />
Obispo. H a e<br />
echó anclas el día 17 en la<br />
playar v deY<br />
los Cangrejos, a dos leguas<br />
de la capital, logrando hacer el desembarco,<br />
aunque con graves pérdio<br />
3 oo<br />
A go0A,%.. g („1.,<br />
O<br />
Merceddrios Ilustres e<br />
%<br />
Nació el P. Zengotita en Bérriz<br />
(Vizcaya), el 13 de septiembre de 1731,<br />
de padres muy honrados y cristianos.<br />
A los diecisiete años tomó el hábito de<br />
la Merced ene! convento de Burceña,<br />
adonde le siguieron luego sus dos hermanos<br />
Domingo y Pedro, que desem<br />
peñaron altos cargos en la Orden y<br />
fueron Maestros en Teología.<br />
Dos de sus hermanas fueron también<br />
mercedarias y gobernaron los<br />
conventos de Bérriz y Guernica. En<br />
el siglo quedaron otros siete hermanos<br />
y hermanas de los que existe numerosa<br />
y cristiana descendencia y en<br />
ella se conserva vivo el recuerdo del<br />
Obispo.<br />
Una vez profeso Fr. Juan, en sepfiembre<br />
de 1749, fué enviado a estudiar<br />
Filosofía en Toledo y Teología<br />
en Alcalá. Ya sacerdote obtuvo cátedras<br />
en la Orden y enseñó en Logroño,<br />
Alcalá y Segovia. Dedicóse también<br />
a la predicación y en 1766 imprimió<br />
en Madrid un panegírico de San<br />
Ignacio.<br />
En 1773 pasó a México como secretario<br />
del Visitador P. Estanislao Falero,<br />
encargado de reducir los conventos<br />
y ponerlos en buena observancia<br />
como se había hecho en España (1).<br />
El éxito coronó sus esfuerzos y las<br />
(1) Pérez: Religiosos de la Merced que pasaron<br />
a, América... 378.<br />
o oo00000000000Jearn0000000000n00000n . Ori<br />
OO. O .000 n-•,<br />
• O O O O<br />
LI°0 O V.00000000000000,10000000000000000000000000000000o000.00000000000000000000.000,./<br />
°°000°°°<br />
El Ilmo. P. Juan Zengotita Bengoa t en 1802<br />
goocPc?...0<br />
0,00000,0<br />
S 2<br />
autoridades no tuvieron más que elogios<br />
para los visitadores.<br />
El P. Zengotita hizo después solo<br />
la visita en las Antillas. que el Rey<br />
le encomendó en sustitución del Padre<br />
Cuadrado. Quedan muchas cartas de<br />
los prelados que demuestran el agrado<br />
con que recibieron al nuevo visitador<br />
y el acierto de éste en Cuba y<br />
Santo Domingo (1).<br />
No olvidó tampoco el P. Zengotita<br />
su convento de Burceña al que entregó<br />
de los ahorros de sus viajes y<br />
predicación ocho mil pesos, con las<br />
debidas licencias (2).<br />
Vuelto a España, la Orden le hizo<br />
su cronista y definidor general por<br />
Castilla. En 1794 vacó la silla de<br />
Puerto Rico por renuncia de don<br />
Francisco de la Cuerda y en su lugar<br />
fué nombrado el P. Zengotita. Consagróle<br />
en Madrid el 8 de noviembre<br />
el Arzobispo de Toledo, Cardenal<br />
Lorenzana, y ocho días más tarde<br />
emprendió el viaje a su sede.<br />
Probablemente pasó por Bérriz,<br />
donde, a juzgar por los muebles típicos<br />
que en él figuran, debió hacerse<br />
el retrato que conserva la familia y<br />
está fechado en 1795.<br />
El 23 de febrero del año siguiente<br />
(1) Bibl. NI.: Ms. 2.706-7.<br />
(2) Documentos de Burceña en las Mercedarias<br />
de Marquina.<br />
salió de Ferrol en la urca «Santa Rita»<br />
Y el 30 de marzo arribó felizmente a<br />
Puerto Rico (1). A pesar de las molestias<br />
del viaje y de sus sesenta y cinco<br />
años, el 23 de mayo comenzó<br />
la visita por el<br />
Partido de Toa Baja.<br />
Una indisposición le<br />
Obligó a regresar a la<br />
capital, donde le esperaban<br />
inmensos trabajos.<br />
El 8 de octubre de<br />
1796, en virtud del tra<br />
lado de San Ildefonso,<br />
España declaró la guerra<br />
a la Gran Bretaña y<br />
Poco después el almirante<br />
Harvey se apoderaba<br />
de nuestra isla de<br />
la Trinidad. Animado<br />
con este triunfo se dis -<br />
Puso a atacar a Puerto<br />
Pico. No había allí dinero<br />
ni casi guarnición,<br />
Pero el Obispo suplió<br />
todas estas faltas.<br />
Entregó los fondos<br />
de la Iglesia e inició<br />
una suscripción con<br />
diez mil reales. Creciendo<br />
los apuros entregó<br />
toda su plata sin<br />
reservarse ni el pectoral,<br />
animando a todos<br />
los habitantes a hacer lo mismo.<br />
En la primera quincena de abril de<br />
1797 se tuvo noticia de que el enemigo<br />
Se acercaba con 65 buques y 15.000<br />
(1) Pérez: Obispos de la Merced en América...<br />
P4g. 522.<br />
25 --<br />
hombres de dotación, a los que el<br />
gobernador sólo podía oponer 500<br />
soldados veteranos y hasta 1.300 alls<br />
tados atropelladamente e incluidos los<br />
El Ilrno. P. Juan Zengotita y Bengoa.<br />
(Cuadro que conserva la familia en Bérriz.)
— 24 — — 25 —<br />
das. Comenzó luego a cavar trincheras,<br />
a pesar del fuego mortífero de<br />
nuestra artillería. El Obispo dió sabias<br />
órdenes para alentar a la población,<br />
recorriendo él mismo los lugares<br />
de más peligro y asegurando a<br />
sus fieles que no los abandonaría<br />
hasta la muerte. Las granadas estallaron<br />
varias veces a sus pies sin<br />
hacerle daño, según él mismo informó<br />
a Carlos IV (1).<br />
En los cinco primeros días los sitiadores<br />
no hicieron más que perder<br />
gente, pero el 25 lograron adelantar<br />
hasta el punto llamado Miraflores; los<br />
nuestros consiguieron retirar la pólvora<br />
y demás pertrechos que allí<br />
tenían merced al apoyo de unas baterías<br />
flotantes.<br />
Desde Miraflores el enemigo abrió<br />
terrible fuego de artillería sobre la<br />
plaza, que fue contestado valientemente<br />
por los sitiados. Tres días y<br />
tres noches duró el bombardeo, al<br />
cabo de los cuales Harvey, convencido<br />
de la inutilidad de sus esfuerzos,<br />
optó por retirar de Miraflores la artillería<br />
y todas sus fuerzas.<br />
Seguía entre tanto bombardeando<br />
los castillos de San Jerónimo y San<br />
Antonio con objeto de facilitar el paso<br />
al puente y penetrar en la ciudad, pero<br />
todo fué en vano.<br />
Ya los sitiadores comenzaban a desmayar<br />
cuando el 3 de mayo fueron<br />
atacados a retaguardia por 1.000 hombres<br />
reclutados en la isla (que permanecía<br />
libre) y que aparecieron por<br />
Martín Peña, batiéndose con un es-<br />
(1) Pérez: ob. cit. 526.<br />
fuerzo y bizarría que no podía esperarse<br />
de su deficiente instrucción.<br />
Harvey levantó precipitadamente el<br />
sitio, abandonando víveres, municiones<br />
y pertrechos. Notada la retirada<br />
cargaron sobre él los nuestros, ocasionándole<br />
muchas bajas<br />
Los sitiados cantaron un solemne<br />
Te Deum y alabaron el patriotismo<br />
del Obispo.<br />
Al cabo de veinte meses el enemigo<br />
quiso probar fortuna nuevamente, disponiendo<br />
otro desembarco en Aguadilla<br />
el 26 de diciembre de 1798. La<br />
guarnición era escasísima, mandada<br />
por el brigadier don Benito Pérez,<br />
mas por fortuna estaba allí de visita<br />
el Obispo, que enardeció con su palabra<br />
a la población toda.<br />
Armáronse los vecinos; el Obispo<br />
recorría los puntos de más peligro<br />
cuidando a los heridos y animando a<br />
los sanos. Por su orden el cura de<br />
Aguadilla acudió con 260 hombres y<br />
el de la Aguada envió con otro pelotón<br />
a su coadjutor don Gregorio Ortiz.<br />
Pocas horas después el enemigo<br />
tuvo que volverse por donde había<br />
venido. Esta defensa paralizó las<br />
fuerzas de los ingleses contra las de<br />
más colonias americanas en aquella<br />
temporada.<br />
El brigadier Pérez hace honrosa<br />
mención del Obispo en el parte de<br />
aquella acción. En cambio el Gobernador<br />
de la Isla, don Ramón de Castro,<br />
lo hizo sufrir bastante con sus<br />
melindres y puntillos.<br />
Las cartas del P. Zengotita muestran<br />
que ni esto, ni los demás trabajos<br />
habían disminuido sus energías<br />
para el bien espiritual y temporal de<br />
la Isla, de cuyo estado hace una descripción<br />
muy curiosa (I).<br />
Mejoró las iglesias parroquiales,<br />
que eran sólo 38, procurando levantar<br />
otras filiales, ya que el Real Patronato<br />
no permitía aumentar las parroquias.<br />
Organizó el hospital de Caridad<br />
en San Juan y levantó otro en<br />
San Germán.<br />
Había sólo 89 presbíteros seculares<br />
Y 36 religiosos para una población de<br />
1 41.000 almas. Hoy pasan de millón y<br />
m edio los habitantes. Las comunidades<br />
de dominicos y franciscanos daban<br />
enseñanza de Gramática y Moral,<br />
Pero el Obispo solicitó se trasladara<br />
allí la Universidad que había en la<br />
isla de Santo Domingo, abandonada<br />
Por España, y el establecimiento de<br />
un seminario conciliar. El por su<br />
Parte procuró fundar escuelas prima<br />
rias, aunque el resultado no corres-<br />
Pondió a sus esfuerzos.<br />
Escribió también al rey pidiendo la<br />
abolición de las trabas impuestas al<br />
comercio, causa verdadera del atraso<br />
de la agricultura, que ya entonces se<br />
reducía al cultivo del café y de la<br />
caña de azúcar.<br />
Tenía de I os portorriqueños una<br />
idea muy favorable, pues escribía en<br />
1 799: «Generalmente los naturales de<br />
e sta isla son todos muy leales y muy<br />
fieles vasallos de vuestra Majestad,<br />
como lo han acreditado en muchas<br />
ocasiones; son así mismo muy amantes<br />
de su patria, y capaces de sacrificar<br />
todos sus bienes y exponer sus<br />
(1) Pérez: Ob. cit. 528-550.<br />
vidas por su defensa, de que han dado<br />
buena prueba en la gloriosa victoria<br />
que acaban de conseguir en el<br />
sitio puesto a su capital por la nación<br />
británica; y son últimamente inclinados<br />
a la guerra, a la navegación y a<br />
toda empresa atrevida, que requiere<br />
mucho espíritu, intrepidez y valentía»<br />
(1).<br />
Ocupado en sus apostólicos afanes<br />
le sorprendió la muerte en 1. 0 de noviembre<br />
de 1802, a los setenta y un<br />
años de edad; mandóse enterrar en la<br />
capilla de San Pedro Nolasco, que él<br />
mismo había edificado en la Catedral,<br />
muy mejorada también por sus desvelos.<br />
Hanse publicado varias biografías<br />
suyas y el Ayuntamiento de Bérriz<br />
tiene inscrito en su fachada el nombre<br />
de este su hijo ilustre.<br />
Su hermano el maestro Fr. Domingo,<br />
fué Comendador de Madrid de 1795<br />
a 1801 y contribuyó con grandes sumas<br />
de plata a la guerra con la República<br />
francesa en 1796; falleció en Madrid<br />
en octubre de 1804. El otro Maestro,<br />
Fr. Pedro Zengotita, murió también<br />
en Madrid en agosto de 1827 (2).<br />
Viven actualmente en buena vejez<br />
nietos de los hermanos seglares del<br />
Obispo, que conservan fresca su memoria<br />
y son una prueba de cuánto contribuye<br />
la religión cristiana a la salud<br />
de los pueblos.<br />
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ<br />
(1) Pérez: Ob. cit. 544.<br />
(2) Boletín de la Orden, de 1931, págs. 524-5
poo0o0o000000000 00000000 0000000000000000 000000000000000. 0000000000000000000000000Onoo000 o oo0000000000000 O<br />
.°00<br />
Página Misional<br />
0.0()<br />
°0000 000°'<br />
O<br />
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00000ou000000000 o.u.ouooca0000uoo 0000n000000000000000000000000000 000 00 00 O 0000000000000000 0000000000000000 o<br />
Sao Raymundo Nonnato, 22 de noviembre<br />
de 1933.<br />
R. P. Director de LA MERCED.<br />
Madrid.<br />
Mi muy recordado y querido Padre:<br />
Hace ya días que vengo con deseos de<br />
escribirle, pero por falta material de<br />
tiempo, a causa del aumento de ocupaciones<br />
y clases, no he podido. Vayan<br />
hoy estas líneas, que quiero sirvan<br />
ante todo de felicitación a V. P. y los<br />
demás elegidos en el último Capítulo,<br />
deseándoles acierto y éxito en su cometido,<br />
y que les sirva para su propia<br />
santificación y bien de la Provincia.<br />
Nosotros seguimos bien, gracias a<br />
Dios, y lo mismo los otros Padres de<br />
las otras parroquias. El P. Jerónimo<br />
hace un mes que está haciendo la Visita<br />
Pastoral por el Sr. Obispo de Barra,<br />
y pienso que volverá por la Purísima:<br />
Está a más de noventa leguas de aquí,<br />
en las márgenes del río «San Francisco»,<br />
pues aquella diócesis está formada<br />
de feligresías que están a derecha e<br />
izquierda de este río-coloso.<br />
Le decía en mi anterior que en septiembre<br />
tendría lugar en Bahía el «Primer<br />
Congreso Eucarístico Nacional<br />
Brasileiro». Efectivamente, se celebró<br />
del 3 al 10 con extraordinaria solemnidad,<br />
constituyendo un acontecimiento<br />
de una importancia grande en el orden<br />
religioso y, seguramente, influirá también<br />
en otros órdenes. Todo allí fué<br />
grande y solemne; la recepción del<br />
Eminentísimo Sr. Cardenal, D. Sebastián<br />
Lerne, Legado de Su Santidad; la<br />
del Excmo. Sr. Nuncio, D. Luis Mazzela,<br />
Arzobispo de Cesárea de Mauritania;<br />
la procesión del Santísimo aquella<br />
noche desde la isla «ITAPARICA»<br />
hasta la Catedral, donde quedó el Señor<br />
expuesto hasta la hora de la Bendición<br />
solemne del día 10, en la Plaza de la<br />
Concepción da Pria; la inauguración<br />
solemne del Congreso en el Campo da<br />
Grava, o Stadium, lugar de deportes,<br />
y las memorables sesiones públicas y<br />
privadas que tanto interés despertaron<br />
en el público y, por fin, los solemnes<br />
pontificales del día 4 y del 10, éste<br />
último celebrado en la Iglesia Abacial<br />
del Monasterio de San Benito, por causa<br />
de la lluvia que se presentó aquel<br />
día.<br />
Es poco menos que imposible querer<br />
trasladar al papel todas las impresiones<br />
recibidas en aquéllos. El entusiasmo<br />
de la multitud que todos los días por<br />
la noche se reunía en dicho Stadium o<br />
Campo da Grava, era delirante al escuchar<br />
a los grandilocuentes oradores,<br />
llegados de los diferentes puntos del<br />
Brasil y escogidos en las distintas Archidiócesis<br />
del país, pues cada día<br />
estaba el Congreso bajo los auspicios<br />
de alguna de las diecisiete Metrópolis<br />
eclesiásticas que hoy tenemos. A más<br />
de los Excmos. Sres. Arzobispos y sacerdotes<br />
que hablaban todas las noches,<br />
se revelaron oradores seglares de<br />
verdadero mérito, que mostraron que<br />
no es vana la esperanza de los Obispos<br />
en un futuro consolador para este grande<br />
país.<br />
Las comuniones que se administraron<br />
en el Campo Grande, plaza de<br />
enormes proporciones, donde todos los<br />
días a las siete celebraban a la vez<br />
cuatro Obispos, fueron numerosísimas;<br />
Ya se contaban más de 21.000 el día 9,<br />
en que yo tuve la felicidad de celebrar<br />
una de ellas, a la vez que el Sr. Obispo<br />
de Terezina, de este Estado del Piauhy;<br />
del Sr. Obispo de Grajahú, en J'arando,<br />
Y el secretario general del Congreso,<br />
Mons. Adalberto de Assis CurvAllo.<br />
Como era sábado, la Comunión era<br />
Para las Congregaciones Marianas e<br />
Rijas de María, se distribuyeron muchas<br />
sagradas Formas, calculo que no<br />
menos de mil, según declararon los<br />
ayudantes de las Misas.<br />
Las Horas Santas, que tenían lugar<br />
todos los días a las cinco de la tarde,<br />
estuvieron devotísimas y concurridísimas.<br />
Todos los días predicaba un orador<br />
notable, y el viernes, 8, reservada<br />
al Clero, y que dirigió con grande unción<br />
el Excmo. Sr. Obispo de Guaxupé<br />
(Minas Geraes), estuvo admirable. A<br />
ella asistieron, a más de los fieles que<br />
llenaban la iglesia, y muchos Obispos<br />
y sacerdotes, el Sr. Nuncio y el señor<br />
Arzobispo-Primado de Bahía, D. Augusto<br />
Alvaro de Silva.<br />
A más del Emmo. Sr. Cardenal Legado,<br />
Nuncio de Su Santidad y Arzobispo<br />
Diocesano, tomamos parte en el<br />
Congreso 43 Obispos, muchísimos sacerdotes,<br />
peregrinos venidos de diferente<br />
puntos del Brasil, representaciones<br />
oficiales de muchos Estados; y fué<br />
más significativo aún y más solemne<br />
el acto por haber tornado parte activa<br />
--- 27 —<br />
en dicho Congreso, asistiendo personalmente<br />
a todos sus actos, el mismo,<br />
Interventor Federal, Excmo. Sr. Juracy<br />
Magalhaes, su Cuarto civil y militar,<br />
que comulgaron todos el jueves,.<br />
día 7, con gran edificación, y por haber<br />
estado representado también dos.<br />
ministros del Gobierno en nombre de<br />
éste.<br />
Pero lo más solemne y que merece<br />
párrafo aparte, fué la procesión final<br />
del día 10, solemnisima, devota y concurrida,<br />
que duró desde las tres de la<br />
tarde hasta las ocho de la noche, presenciada<br />
por toda la ciudad de Bahía,<br />
calculándose el número de personas<br />
que en ella tomaron parte en 300.000,<br />
y que fue,' una magnífica manifestación<br />
de fe, una verdadera apoteosis final,<br />
que dejará recuerdo imperecedero en.<br />
todos los que tuvimos la dicha de asistir<br />
y tomar parte en ella. ¡Bendito sea<br />
el Señor que allí recibió, en ininterrumpidas<br />
manifestaciones de estusiasmo<br />
y de devoción franca y sincera,.<br />
los homenajes que aquí en la tierra.<br />
podemos darle los hombres, y todo el<br />
afecto del corazón de un pueblo, formado<br />
a la sombra de la Cruz, y educado<br />
en el amor a la Eucaristía, que.<br />
Fray Enrique de Coimbra trajo a esta.<br />
tierra el día 10 de mayo de 1500 con la,<br />
Misa solemne que celebró, en presencia<br />
del conquistador Pedro Alvarez,<br />
Cabral y de otros ilustres portugueses,<br />
al desembarcar en Porto-Seguro, tierra<br />
de Santa Cruz.<br />
Muchas veces en aquellos días elevé.<br />
mis pobres súplicas al Señor en favor<br />
de esa Patria querida, donde el Señor<br />
ha sido tan ultrajado, y en favor de<br />
tantos hermanos católicos que - sufren
— 28 —<br />
la más odiosa de las tiranías, y también caso de formar en ella más número de<br />
,en favor de los desgraciados, que son hombres que de ordinario, prueba de<br />
la causa de tales desmanes, inspira- la devoción que se tiene a la Santa de<br />
dos por las sectas! las Misiones.<br />
Se me olvidaba decir que el Centro<br />
de las Conferencias de San Vicente de<br />
Estábamos de regreso en ésta el Pa- Paulo, establecidas en julio el día 19,<br />
.dre Angel, que me acompañaba, y yo, fiesta del mismo Santo, y en conmemoel<br />
día 20 de septiembre; aún asistimos ración del Centenario de la fundación<br />
a, la terminación de Novena de Nues- de las mismas en París por el gran<br />
•ra Santísima Madre, que como el pon- Ozanän, están dando excelentes resultifical<br />
del 24 y la procesión de la tarde, tados, que tengo que agradecer al Seestuvieron<br />
bien concurridos, lo mismo ñor primero, que es quien inspiró esta<br />
que la traída y vuelta de la Santa Ima- obra benéfica, y a los señores de aquí,<br />
.gen a su Capilla de la «Aldea», que se prestaron apenas les manifesté<br />
El día 30, a fin de bautizar y confir- el objeto de las mismas. Debo hacer<br />
mar a algunos niños de varias familias constar que tiene parte en esta misma<br />
.que viven detrás de la sierra, llamada obra, y no pequeña, nuestro común<br />
« CURUMATA», que forma el límite amigo el Sr. Carabia, de esa capital,<br />
Norte de esta parroquia, y Prelacía pues su interesante libro «Primer Ceri -<br />
por esta parte, con San Juan del Piau- tenario de la Sociedad de San Vicente<br />
by, y diócesis de Terezina, fuí con el de Paúl o Breve compendio histórico»,<br />
Padre Angel a Varcea Grande, seis publicado con tanta oportunidad y<br />
leguas de aquí, poco más de una hora acierto este mismo ario, inc sirvió muen<br />
auto, y allí celebramos al día si- cho para poder establecer con más funguiente,<br />
confesando buen número de damento lo que hace tiempo venía mepersonas,<br />
y dejando ya arreglados a ditando a fin de atender a las milltilos<br />
niños que no habían podido ser ples necesidades y situación critica de<br />
traídos, cuando la desobriga este ario, tanto pobre, especialmente en estos<br />
Regresamos el día 1.° de octubre, por años de crisis aguda.<br />
la tarde, con el Sr. Prefecto, que nos Quiero terminar esta comunicación<br />
había acompañado. con otra cosa, que es mi obsesión cons-<br />
La novena de Santa Teresita del tante desde que llegué a esta Prelacía.<br />
Niño Jesús, terminó el día 8 con un Es el asunto de la terminación de la<br />
'Triduo solemne, en que pude exponer estrada a BuenJesús. Ya creo le dije<br />
.en los tres días las tres principales en otra de mis anteriores que se había<br />
vixtudes: Humildad, pureza y santo terminado el trozo de aquí a Caracol,<br />
abandono en las manos de Dios, de la 92 kilómetros; pues bien, el día 12 del<br />
7Santita, y que forman en ella y en pasado fui con el P. Angel, que guía<br />
todas las almas santas, la INFANCIA el auto,. y el Sr. Prefecto, a ver la sie-<br />
ESPIRITUAL. La procesión fué mag- rra llamada « CONFUSSOES», que está<br />
nífica y muy concurrida, dándose el más allá de Caracol, cinco leguas, y<br />
despuéS de dormir en el mismo Caracol<br />
en nuestra casa, salimos al día siguiente<br />
por la tarde, llegando a aquel<br />
lugar mucho antes de la puesta del sol.<br />
Pudimos presenciar el magnífico espectáculo<br />
de dicha sierra, formada, al<br />
Parecer, por una gran correra petrificada,<br />
que aparece desde la parte más<br />
alta de acá como un inmenso teatro,<br />
Pues cierra por el Norte y por el Sur,<br />
Ofreciéndose a la vista el valle extensfsimo,<br />
cerrado a su vez por otra sierra<br />
altísima, que oculta otra aldea de la<br />
Parroquia de San Raymundo, para<br />
donde iba también en visita el Padre<br />
Jerónimo, que se nos unió en Jurema,<br />
antes de Caracol, el día anterior, y que<br />
se llama las Guaribas, límite ya con la<br />
Parroquia de Buen Jesús. .<br />
El paso por las famosas «confusiones»<br />
es sumamente difícil, e íbamos<br />
Para ver sobre el terreno lo que podemos<br />
hacer. Pasan a toda hora los animales<br />
cargados y la gente, aunque con<br />
Mucho trabajo, y es posible que sin<br />
auxilio de ingenieros, que cobrarían<br />
mucho, se pueda trazar una carretera<br />
Por la misma piedra, por otra parte<br />
muy blanda, como de composición<br />
arenosa. Será cuestión de tiempo y de<br />
— 29 —<br />
paciencia, si nos ayudan con algún<br />
recurso. Pasamos la noche en la aldea.<br />
de Sobrado, que está ya en caída de<br />
la misma Sierra, al otro lado, en la<br />
casa de nuestro conocido Sr. Manuel,<br />
uno de los más cristianos que tiene la<br />
parroquia, como toda su familia, visitada<br />
todos los arios por el Párroco en<br />
la desobriga. Hay mucho interés por<br />
parte del mismo comercio de San Ray-.<br />
mundo por construir la estrada en<br />
cuestión, y confío que vamos a salvar.<br />
las CONFUSSIONES, si Dios quiere, y<br />
las autoridades nos ayudan.<br />
Nada más por hoy porque el correo<br />
va a salir. Ténganos presentes en sus<br />
oraciones, pues al ver cómo van muriendo<br />
los conocidos (acabo de leer en<br />
LA MERCED de septiembre la muerte<br />
del P. Ferrer, Francisco), podernos ser<br />
también llamados por el Señor, cuando.<br />
menos pensemos. Que entre tanto podamos<br />
hacer algo útil por estos lugares..<br />
Recuerdos y saludos a todos los d e .<br />
casa y amigos y mande a su afectísima<br />
s. y h. que le abraza y bendice,<br />
FR. INOCENCIO, OBISPO-<br />
PRELADO DEL BUEN JESÚS<br />
DE GURGUEIA
,0°..000000000..000000000000p000000000000000000000o<br />
.00.00000000°00.000000000000000000000000000000000g<br />
3 rl I TUCU<br />
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2<br />
. 0 .0 00000000 0 .0000000000000000000000000000000000o<br />
'..0000000000.00.000000000000000000000000000c0000.2<br />
Nueva fundación del Convento de la<br />
Merced, erección de la parroquia de<br />
San Pedro Nolasco y entrega de la<br />
misma a la Orden<br />
«En la ciudad de San Miguel de Tu-<br />
-cumán, a diez y nueve días de agosto<br />
-de mil novecientos treinta y tres, a las<br />
16 horas, con asistencia del Excelentísimo<br />
y Rvdmo. Sr. Obispo de Tucumán<br />
y dcl M. R. P. Provincial; del<br />
R. P. Comendador de la Merced de<br />
Santiago del Estero, Fr. Horacio B.<br />
Moyano; del R. P. Fr. Alfredo López<br />
'Caballero, delegado del R. P. Vice<br />
Provincial de la Vice Provincia Mer-<br />
.cedaria de «Nuestra Señora de Santa<br />
María de Buenos Aires», Fr. José H.<br />
Márquez; de los RR. PP. Mercedarios<br />
Fr. Eudoxio de J. Palacio, Fr Guillermo<br />
A. Simbrón, Fr. Juan V. de la<br />
:Vega y Fr. Pedro P. Escalante; del<br />
.Vicario General del Obispado„Vonse-<br />
:ñor Abraham Aráoz; de Delegados de<br />
las comunidades religiosas de Franciscanos,<br />
Dominicanos, Lourdistals,<br />
Salesianos y Redentoristas; de miembros<br />
del clero secular y de numeroso<br />
pueblo, previa lectura de los documentos<br />
de la- Santa Sede Apostólica, del<br />
Excmo. y Rvdmo. Padre Maestro General<br />
de la Merced y del Excmo. y Reverendísimo<br />
Obispo de Tucumán, que<br />
-dan testimonios necesarios para efectuar<br />
la fundación de un convento de<br />
la Merced en la ciudad de Tucumán,<br />
el M. R. P. Provincial bendice el local<br />
-del nuevo convento, según el Ritual de<br />
la Merced, y el Excmo. y Rvdmo. Se<br />
.ñor Obispo Monseñor Barrere bendice<br />
-el templo anexo. Acto continuo, el Muy<br />
R. P. Provincial Fr. Vicente Fernández<br />
declara canónicamente erigido el<br />
000<br />
000<br />
o000000000000000dr000000000000000000.00000000000..0<br />
g..00 00000000 p00000000000000000000. .00000000.<br />
IVIA<br />
0,20 0 0 000000 000 000000 000 000000000 0 000 0000 00 0 o<br />
g000000000000000000000000000000000.00.00000000.00.<br />
nuevo convento de la Merced de Tucumán,<br />
bajo la advocación y titulo del<br />
glorioso fundador de la Orden Mercedaria<br />
San Pedro Nolasco, y nombra<br />
primer Superior y Comendador del<br />
nzismo, con todos los derechos y privilegios<br />
que le acuerdan los cánones y<br />
nuestras sagradas Constituciones, al<br />
R. P. Fr. Eudoxio de J. Palacio, a<br />
quien rinden obediencia públicamente<br />
los conventuales del nuevo convento<br />
RR. PP. Simbrón, De la Vega y Escalante.<br />
En seguida, su E. Rma. Monseñor<br />
Barrere manda leer el acto de la erección<br />
canónica de la nueva parroquia<br />
de «San Pedro Nolasco» que, con las<br />
debidas licencias de la Santa Sede y<br />
del Rmo. General de la Merced, confía<br />
y entrega a la Orden Mercedaria, «ad<br />
nutum Sanctae Sedis pleno jure». Acto<br />
continuo, su E. Rma. hace leer el nombramiento<br />
de párroco de la nueva parroquia<br />
de «San Pedro Nolasco» conferido<br />
al R. P. Fr. Eudoxio de Jesús<br />
Palacio, propuesto con anterioridad<br />
por el M. R. P. Provincial Fernández,<br />
y lo pone en posesión de su nuevo oficio<br />
de Párroco.<br />
Su E. Rma, pronuncia en seguida<br />
una importante y apropiada alocución,<br />
y le sigue en el uso de la palabra<br />
el nuevo párroco R. P. Fr. Eudoxio de<br />
J. Palacio, pronunciando un elocuente<br />
y oportuno discurso. Todo terminó<br />
con el Te Deum en acción de gracias.<br />
Fr. Vicente Fernández, Provincial.—<br />
Fr. Eudoxio de J. Palacio, Comendador.--<br />
Fr. Guillermo A. Simbrön.- Fray<br />
Juan V. de la Vega. —Fr. .Pedro Pascual<br />
Escalante.,<br />
(Acta de la nueva fundación).<br />
Circular del Excmo. Sr. Obispo Diocesano<br />
de Tucumán, Mons. Doctor<br />
Agustín Barrere<br />
Al Clero Secular y Regular, Cornunidades<br />
religiosas y fieles, con motivo<br />
del regreso a la Diócesis de los Reverendos<br />
PP. Mercedarios.<br />
- 51 —<br />
Hoy háse colmado un ardiente anhelo<br />
de nuestro corazón de Pastor: la<br />
toma de posesión por los RR. PP. Mercedarios<br />
de la nueva parroquia de San<br />
Pedro Nolasco que, por auto de 17 de<br />
Julio ppdo., hemos erigido en el extremo<br />
sud, Departamento de la Capital.<br />
Tiempo ha que lo anhelábamos, en<br />
mérito de las necesidades espirituales<br />
de la numerosa población diseminada<br />
en aquel extenso territorio y tan alejada<br />
de la sede provisoria de la parroquia<br />
del Sagrado Corazón, a cuya jurisdicción<br />
pertenecía.<br />
Suplicábamos encarecidamente al<br />
Señor de la mies, removiera los obst<br />
áculos y allanara las dificultades, para<br />
que pronto vinieran los operarios que<br />
habían solicitado el favor y aceptado<br />
la responsabilidad de fecundar, con su<br />
celo apostólico, aquel campo privado<br />
casi por completo durante largos afros,<br />
de todo cultivo espiritual.<br />
Gracias sean dadas a su infinita misericordia.<br />
De hoy en adelante deja de<br />
ser una dolorosa realidad para sus moradores<br />
la lamentación del Profeta:<br />
« Pedían pan los hijos y no había quien<br />
se lo repartiera» (Thren. IV-4).<br />
Previa la profesicn de fe y prestado<br />
el juramento antimodernista, ante Nos,<br />
'en el oratorio de la casa episcopal, el<br />
R. P. Fr. Eudoxio de Jesús Palacio,<br />
Superior de la Comunidad, ha asumido<br />
la cura de almas de aquella dilatada<br />
feligresía, después de leerse en la Ca-<br />
Pilla provisoria de Villa Alem, el auto<br />
de erección de la parroquia de San Pedro<br />
Nolasco y el decreto que le reconoce<br />
a él corno primer Vicario parroquial<br />
y a sus tres compañeros como<br />
Cooperadores, con todos los derechos y<br />
obligaciones que los Sagrados Cánones<br />
les confieren y reconocen.<br />
Hemos querido, Nos mismos, ponerle<br />
en posesión del nuevo Curato y subrayar<br />
con breves palabras la importancia<br />
del hecho y las esperanzas que él Nos<br />
hace abrigar para la renovación espiritual<br />
y moral de aque1la porción de<br />
nuestra grey.<br />
Los RR. PP. Mercedarios regresan,<br />
con nuestra aprobaci.,` n, a la provincia<br />
de Tucumán, donde, en unión con los<br />
hijos de San Ignacio de Loyola, de<br />
Santo Domingo de Guzmán y del Patriarca<br />
de Asís, trabajaron con tanto<br />
celo, durante más de dos siglos, fecundando<br />
este campo del Padre de familias,<br />
en que, a su llegada, sólo crecían<br />
abrojos y espinas de la más crasa idolatría.<br />
Regresan a ella a los cien arios de<br />
haberse visto obligados, por la escasez<br />
creciente de personal, a abandonar su<br />
convento e iglesia, sita en aquel entonces<br />
sobre la calle Rivadavia, donde se<br />
veneraba la imagen de su excelsa Pa<br />
trona, Nuestra Señora de las Mercedes,<br />
la hoy Virgen Generala, prez de este<br />
pueblo y de la nación entera.<br />
Basta la mención escueta de estos<br />
hechos históricos para justificar la importancia<br />
del acontecimiento y la emoción<br />
con que Pastor, Clero, Comunidades<br />
religiosas y fieles de esta Diócesis<br />
han de celebrarlo.<br />
Hecho muy auspicioso en el orden<br />
espiritual es la fundación de una nueva<br />
parroquia. ¿No es ésta fuente exuberante<br />
de vida para las almas, que surge<br />
en un lugar desprovisto de los medios<br />
necesarios para procurarla, conservarla<br />
y fomentarla? Allí se enseña y pre-
dica la doctrina revelada por nuestro<br />
divino Salvador, «sin cuya fe es imposible<br />
agradar a Dios y salvarse». Allí<br />
se celebra en forma permanente el Santo<br />
Sacrificio de la Misa, manantial inagotable<br />
de los tesoros de la Redención;<br />
allí se conserva la santa reserva,<br />
día y noche; se distribuye la comunión<br />
a cuantos se acercan a la Sagrada<br />
Mesa; allí se administran los demás sacramentos<br />
a quienes los solicitan; allí<br />
se adora a la Santísima Trinidad, principio<br />
y fin de nuestra existencia; a Jesucristo,<br />
Hijo único del Padre, autor de<br />
nuestro rescate; allí se honra a su Madre<br />
y nuestra, María Santísima, y los<br />
demás santos; allí se promueven las<br />
obras y asociaciones que la Santa Iglesia<br />
manda o bendice para el acrecentamiento<br />
de la vida cristiana; allí, ahora,<br />
como en su centro obligado, nace, crece<br />
y da muchos frutos la Accinó Católica,<br />
instituida por S. S. Pío XI, nuestro glorioso<br />
y amado Pontífice, como la mas<br />
eficaz colaboración del clero parroquial.<br />
Si tal es la importancia de la parroquia;<br />
si tan copiosos son los beneficios<br />
que trae, doquiera ella se erija, ¡cuántos<br />
mayores no serán aquélla y éstos<br />
en nuestro país donde, a veces las urbanas,<br />
pero casi siempre las rurales son<br />
vastas como diócesis del viejo mundo,<br />
y a cargo de un sacerdote!<br />
La nueva parroquia de San Pedro<br />
Nolasco no desmerece en nada de las<br />
demás de nuestra Diócesis en cuanto a<br />
las necesidades espirituales que viene<br />
a remediar ni a los bienes que a sus<br />
habitantes ha de proporcionar. Antes<br />
bien, nace pletórica de *promesas que<br />
pronto serán realidades para éstos; por<br />
el número de sacerdotes • que juntos<br />
asumen, ante la Iglesia y ante Dios, la<br />
responsabilidad de transformar espiritualmente<br />
aquellos barrios y por la<br />
— 32 —<br />
cohesión y empuje que da a su celo la<br />
obediencia religiosa.<br />
Pero Nos place subrayar brevemente<br />
el significado especial del acontecimiento<br />
que para vosotros comentamos,<br />
amados hijos en el Señor: el regreso,<br />
después de un siglo de ausencia, de<br />
estos beneméritos religiosos a una tierra<br />
que sus hermanos evangelizaron<br />
de consuno con otros muchos a quienes<br />
el amor de tantas almas que redimir<br />
de la esclavitud del demonio trajo a<br />
este continente con Colón y después de<br />
el.<br />
Lo sabéis: entre las Ordenes que enviaron<br />
misioneros para predicar la fe a<br />
los indígenas americanos, la de Nuestra<br />
Señora de la Merced tenía señalado<br />
su puesto en primera fila. ¿No fué ella<br />
instituida a principios del siglo XIII por<br />
San Pedro Nolasco, por inspiración de<br />
la misma Reina del Cielo, con el fin especial<br />
de rescatar a los cristianos, prisioneros<br />
y esclavos de los moros, libertándolos<br />
del más duro de los cautive•<br />
nos, y más aún preservándolos de caer<br />
en el peor de los males: la apostasía<br />
que tantas víctimas hacía entre aquellos<br />
desgraciados?<br />
Habían transcurrido más de dos siglos<br />
de empeñosa labor en tan santo<br />
como urgente ministerio, cuando el genio<br />
y tenacidad de Colón abrieron al<br />
celo misional de las Ordenes religiosas<br />
un nuevo y dilatado campo: el inmenso<br />
Continente Americano.<br />
En él había un sinnúmero de almas,<br />
hechura de Dios ellas también, y con<br />
iguales derechos que todas a gozar de<br />
los beneficios de la Redención. Sumidas<br />
en la noche de todos los errores, no<br />
rendían culto sino a falsas divinidades.<br />
Ni siquiera un altar había, como otrora<br />
en Atenas, en honor del Dios desconocido.<br />
El demonio reinaba sólo aquí y<br />
nadie ponía en tela de juicio su soberarda.<br />
Su vastísimo e ignorado imperio,<br />
ro deado de mares inmensos, parecía a<br />
cu bierto de todo asalto de parte de su<br />
en emigo mortal: la civilización cristiana.<br />
Una vez más fallaron sus cálculos.<br />
El 12 de octubre de 1492, al pisar Colón<br />
Y sus compañeros tierra americana y<br />
Plantar en ella la primera cruz, inic<br />
iaban la guerra sin cuartel que tras<br />
siglos de lucha tenaz derribó su imperio.<br />
Hoy en día, con pocas excepciones,<br />
C risto reina en toda su extensión. Muchos<br />
son los operarios que han contrib<br />
uido al triunfo con su labor y a veces<br />
con su sangre. Los RR. PP. Mercedarios<br />
sentaron plaza entre los más ardientes<br />
y anotaron en su haber la rede<br />
nción espiritual de legiones de al-<br />
Lilas, presa hasta entonces del más<br />
tir ánico de los amos: Satanás.<br />
Lo pregonan no sólo los Anales de la<br />
O rden, sino la historia verídica de la<br />
civ ilización americana. El principal<br />
Campo de su apostolado fué el antiguo<br />
imperio de los Incas y lo que fue el<br />
Virreynato del Perú. Baste recordar<br />
las hazañas de Fray Diego de Torres<br />
Y de sus compañeros de labor compendiadas<br />
por él en el Memorial que pres<br />
entó a Felipe II. Ellas se cifran en<br />
más de 80.000 bautismos de indios; más<br />
de 30.000 casamientos y unas 200 iglesia<br />
s edificadas, amén de los pueblos<br />
que fundara; lo que mucho facilitaba<br />
la evangelización de sus moradores.<br />
Todo ello en un cuarto de siglo.<br />
En aquellos arios que son los de la<br />
doble fundación de esta ciudad de San<br />
Miguel de Tucumán, iniciaban sus<br />
hermanos aquí y en el territorio que<br />
es hoy la provincia del mismo nombre,<br />
U<br />
n ministerio igualmente fecundo. Debia<br />
durar dos centurias y media.<br />
De él queremos anotar solamente la<br />
— 33 —<br />
valiosa contribución aportada al fomento<br />
de la vida cristiana de sus habitantes<br />
por dos devociones fundamentales:<br />
a la pasión y muerte de nuestro<br />
Divino Redentor en la venerada efigie<br />
del Señor de la Salud y a la Santísima<br />
Virgen, en la de Nuestra Señora de la<br />
Merced, más cara aún a este pueblo,<br />
desde la batalla del Campo de las Carreras,<br />
y a la que el inmortal Belgrano<br />
proclamó Generala del Ejército Argentino,<br />
en reconocimiento por su señalada<br />
intervención en aquel triunfo.<br />
Ambas pasaron de la antigua iglesia<br />
de los PP. Mercedarios a la actual,<br />
cuya construcción habían iniciado. Son<br />
ellas las joyas de mayor precio para la<br />
piedad fucurnana que, en 1912, solicitó<br />
de la Santa Sede y consiguió, por intermedio<br />
del primer Obispo de la Diócesis<br />
y del Gobierno civil, la solemne coronación<br />
de la segunda.<br />
Hace un siglo más o menos, un conjunto<br />
de circunstancias obligó a los Padres<br />
a reducir once Conventos que, a<br />
principios del siglo pasado, tenían en<br />
lo que es hoy la República Argentina,<br />
y redujo a unos treinta religiosos los<br />
doscientos que en ellos moraban.<br />
Una de las víctimas fué el de Tucumán.<br />
Extinguióse hacia el ario 1834. El<br />
último fraile, R. P. Juan Felipe Reto,<br />
«santo varón», que pasó los últimos<br />
arios de su vida en el seno de su familia<br />
natural, murió el 23 de agosto de<br />
1845 y fué sepultado en la Iglesia de<br />
San Francisco.<br />
Llevaba en su tumba un largo pasado<br />
de glor 7a conquistada por su familia<br />
religiosa en las lides del Señor; también<br />
muchas esperanzas tronchadas en<br />
flor para el arraigo y fomento de la vida<br />
cristiana entre los hijos de esta provincia<br />
y de tantos forasteros extranjeros<br />
a quienes atrae la fertilidad de su<br />
suelo y la belleza de sus montañas.
— 34 --<br />
RADIOGRAMAS<br />
Toca ahora a sus hermanos en religión,<br />
cuya nostalgia conociamos y<br />
cuyas ardientes aspiraciones nos apresuramos<br />
a colmar, franqueándoles<br />
muy de corazón las puertas de nuestra<br />
Diócesis, apenas hechos cargo de ella;<br />
tócales, decimos, recoger de entrada<br />
aquellas esperanzas y convertirlas<br />
prontamente bajo la bandera de su beatísimo<br />
Padre, San Pedro Nolasco, en<br />
santas realidades para gloria de Dios,<br />
honra de la Santísima Virgen de la<br />
Merced y salvación de las almas en el<br />
nuevo campo de apostolado que acabamos<br />
de confiar a su celo.<br />
En vuestro nombre, sacerdotes del<br />
clero secular y regular, comunidades<br />
o<br />
o o o<br />
'00' O ''.0. 000 0.'' '00' o ''.0 0o0o 0.' '00 o<br />
'...000000° pp .00000GO. pp o0o0.00o<br />
0.000.0.00.0000o0.00.00......00000,20Ago(yroogo.00.30.27gogo0.0..000>rgog:o......o:g<br />
INJUSTICIA CON EL CLERO<br />
El Clero ha sido ya privado de sus asignaciones con un acto<br />
totalmente contrario a la índole generosa del caballeresco pueblo<br />
español, y con el cual se viola un compromiso adquirido con pacto<br />
concordatorio, y se vulnera aún la más estricta justicia, porque el<br />
Estado que habla fijado las asignaciones, no lo había hecho por<br />
concesión gratuita, sino a titulo de indemnización por bienes usurpados<br />
a la Iglesia.<br />
o<br />
religiosas y fieles, y en el nuestro,<br />
damos a los RR. PP. Mercedarios la<br />
más cordial bienvenida a su regreso a<br />
Tucumán, tras una ausencia centenaria,<br />
y hacemos fervientes votos por el<br />
éxito de su nueva misión; la pronta<br />
iniciación de las obras de su nuevo<br />
Convento y de su futura Iglesia y la<br />
feliz terminación de ambos.<br />
Dada en Tucumán, a días 19 de agosto<br />
del ario del Señor 1933, XIX Centenario<br />
de la Redención.<br />
t AGUSTIN<br />
Obispo de Tucumán.<br />
«Revista Mercedaria», Córdoba-Argentina.<br />
Núm. 57-1933.<br />
o o o o<br />
O . 0. 0 go ocg 0. 00S 20.° . 0 0 S.° 0 0 2.° .0<br />
o<br />
o o o o<br />
USTA curttosA.—En la iglesia donde<br />
Oí la misa del gallo, después de cantada<br />
ésta, el celebrante dijo rezadas las<br />
dos restantes; en cambio mi hermana<br />
fué a otra iglesia donde hubo una sola<br />
misa, la cantada, y no dieron comunión,<br />
con lo que vino no poco contrar<br />
iada. ¿A qué es debido este distinto<br />
Proceder?<br />
Por derecho canónico sólo se permite<br />
la celebración de una sola misa<br />
en la media noche de Navidad, y no<br />
en todas las iglesias, sino sólo en las<br />
conventuales y parroquiales. (Canon<br />
821, § 2).<br />
Para celebrar las dos restantes, como<br />
dice sucedió en la iglesia a donde usted<br />
fué, hace falta indulto apostólico.<br />
(Ibid.)<br />
En los oratorios de las casas religiosas<br />
de piedad o beneficencia, donde<br />
h ay habitualmente reservado, o en<br />
SUS iglesias, según recta interpretación,<br />
ce rradas las puertas, aunque se admitan<br />
a determinadas personas extrañas,<br />
Pueden decirse las tres' misas y darse<br />
la comunión. (Canon citado, § 3).<br />
La expresión del permiso 'de dar la<br />
comunión en este último caso indujo—<br />
Y no sin fundamento, porque antes el<br />
Privilegio o derecho de decir misa a<br />
Inedia noche no incluía el de distribuir<br />
en ella la comunión—a muchos a creer<br />
que no podía darse la comunión en las<br />
m isas celebradas a puertas abiertas.<br />
lioy, después de la sentencia benigna<br />
de la Comisión de interpretación del<br />
Códice, puede tenerse por principio<br />
que, permitida la misa, se permite<br />
también la distribución de la comunión<br />
a los que asistan a ella, lo cual<br />
está muy conforme con los Cáno-nes<br />
846, § 1, y 867, § 4.<br />
Según esto, la iglesia en la que usted<br />
asistió a la misa del gallo y dijeron las<br />
tres, tendría privilegio apostólico para<br />
el1o, y la iglesia en la que la oyó su<br />
hermana, no tendría dicho privilegio,<br />
o Si lo tenía, el sacerdote no quiso<br />
usar de él, o no podría por tener comprometida<br />
la hora para las otras dos.<br />
Si no dió la comunión sería, o porque<br />
nadie se acercó o por estrecha interpretación<br />
del derecho -u olvido de la<br />
mencionada resolución de la Comisión<br />
del Códice.<br />
.• ¿Cuándo unas aguas son milagrosas?<br />
Aunque parezca paradójico: cuando<br />
no tengan nada de milagrosas, es decir,<br />
no tienen ninguna cualidad proporcionada<br />
a los efutos que producen;<br />
por lo cual hay que admitir la intervención<br />
extraordinaria de Dios en las<br />
curaciones de las tales aguas.<br />
Así se llama milagrosa el agua de<br />
Lourdes, porque siendo una agua un<br />
poco mejor o un poco peor que otra<br />
agua cualquiera, la Virgen María hace<br />
por ella lo que el agua no puede hacer<br />
de ninguna manera.<br />
¿Cuál es el mejor tiempo para comulgar,<br />
antes o después, o en la misa?<br />
El tiempo más oportuno es en la<br />
misa, después del sacerdote. «Desea el<br />
Santo Sínodo que los que asisten a la<br />
misa comulguen en ella, no sólo espiritual,<br />
sino también sacramentalmente<br />
para conseguir frutos más copiosos<br />
de este santísimo sacrificio». (Concilio<br />
Tridentino, sesión XXII, cap. VI). Así<br />
se hace en las casas de formación de<br />
esta provincia.<br />
Y debiera comulgarse con partículas<br />
consagradas en la misma misa para<br />
ser partícipes del mismo sacrificio, porque<br />
sin duda que cada misa es un sacrificio,<br />
cuya parte integrante, por lo<br />
menos, es la comunión. Así tengo entendido<br />
lo hacen aquí una Comunidad<br />
de monjas, en cuya misa conventual se<br />
consagran cada día las partículas para<br />
las que cada día y en la misa comulgan.<br />
Pertenecen a una Orden eminentemente<br />
litúrgica. 'Todavía en Catedrales<br />
y Colegiatas se consagran en cada<br />
misa partículas para los que en ella<br />
expresaron deseos de comulgar.<br />
UJÁN
NOTICIAS K<br />
FERROL<br />
El dia 23, sábado, se tuvo en nuestra<br />
iglesia una solemne Misa cantada en acción<br />
de gracias a Nuestra Santísima Madre,<br />
por no haber tenido que lamentar<br />
desgracia alguna personal en el reciente<br />
atentado de que nuestra Comunidad fué<br />
víctima durante la pasada huelga. Comulgaron<br />
todos los niños de nuestro colegio y<br />
numerosos terciarios.<br />
Tenemos también que hacer constar<br />
nuestro profundo agradecimiento a las<br />
personas que, sin distinción de clases,<br />
acudieron a nuestra Residencia minutos<br />
después de la terrible explosión a ofrecérsenos<br />
y a protestar indignados del bárbaro<br />
atentado de que fuimos objeto.<br />
—Muy solemne resultó la novena a la<br />
Inmaculada Concepción.<br />
Todos los días predicó en ella un Padre<br />
de esta Comunidad.<br />
—Con gran concurrencia de público se<br />
inauguró el primer domingo del mes un<br />
ciclo de conferencias populares sobre Religión,<br />
que continuarán durante todo el<br />
curso del ario 1933-34 una o dos veces por<br />
semana. Están a cargo del R. P. Fermin<br />
Alvaro, O. M.<br />
—El dia de Nochebuena, a las cuatro<br />
de la tarde, se celebró en el salón de actos<br />
de nuestro Colegio, el reparto de premios<br />
a las alumnas de las Escuelas Dominicales.<br />
Versos y música, villancicos al Niño<br />
Jesús, cantos regionales con vistosos trajes,<br />
diálogos, monólogos, palabras finales<br />
del director; aplausos, y por fin, reparto<br />
de un cartucho repleto de golosinas. El<br />
escenario, muy bien adornado. Nuestro<br />
parabién a la señorita Presidenta y a<br />
las directoras y catequistas de las escuelas.<br />
r -<br />
—También tuvieron sus premios los<br />
golfillos de nuestra Catequesis. (No se admiten<br />
en ella sino los niños mas abandonados).<br />
Según nos informan, se prepara<br />
una gran fiesta para ellos el dia de Nuestro<br />
Santo Padre.<br />
—Continúa con gran solemnidad el octavario<br />
del Niño Jesús. Todos los días hay<br />
una breve instrucción al pueblo.<br />
PERU<br />
Capítulo Provincial. —En el celebrado<br />
en Lima, desde el día 1 al 15 del pasado<br />
mes de julio, fueron elegidos: Provincial,<br />
el M. R. P. Armando Bonifaz; Definidores,<br />
los RR. PP. Costa Cavero, Alberto<br />
Escaler y Pedro Cárdenas. Comendadores:<br />
de Lima, R. P. Francisco Málaga; del<br />
Cuzco, R. P. Fermín Luna; de Huacho,<br />
R. P. Zacarías l'adán. Maestro de novicios:<br />
de Lima, R. P. Alberto Escaler; del<br />
Cuzco, R. P. Angel Tronco; Maestro de<br />
coristas, R. P. Antenor Huambo; de postulantes,<br />
R. P. Ramón Amado. Diputado<br />
al Capitulo General, R. P. Feliciano Arteaga;<br />
Secretario Provincial, R. P. Antenor<br />
Huambo.<br />
R. P. Juan Costa y Cavero. —Leemos<br />
en el diario «La Crónica», de Lima, del<br />
sábado 30 de septiembre del presente año,<br />
en la sesión de la Cámara, lo siguiente:<br />
«En seguida se procedió a la elección de<br />
Obispo para la -Diócesis de Puno, con el<br />
siguiente resultado: votaron 87 representantes;<br />
mayoría absoluta, 44 votos.<br />
Dr. Juan Costa y Cavero, 32 votos.<br />
Dr. Salvador Herrera, 51 idem.<br />
Dr. Augusto Gálvez, 1 ídem.<br />
Viciados, 3.<br />
Se proclamó al elegido para el Obispado<br />
de Puno, Monseñor Salvador Herrera.»<br />
El P. Costa es actualmente Superior del<br />
Convento Mercedario de Lima.<br />
MELIPILLA<br />
-En la Casa de Noviciado de la provincia<br />
Mercedaria, ubicada en este departamento,<br />
el 12 del presente emitieron la profesión<br />
de votos simples los siguientes religiosos<br />
de coro: Fray Mariano de Jesús Pefia<br />
y Lillo Varas, Fray Bartolomé Segundo<br />
González Perialoza, Fray José Mercedes<br />
Beltrán Belträn y Fray Miguel Luis Ramírez<br />
Urbano.<br />
A todos ellos les deseamos abundantes<br />
gracias celestiales.<br />
PUERTO RICO<br />
- 37 —<br />
El Congreso Eucarístico de Ponce.<br />
(Especial para LA MERCED).—La isla bella<br />
de Puerto Rico siempre católica, nominalmente<br />
siempre católica; pero en arios pasados<br />
muy pobre en verdadero espíritu<br />
cristiano.<br />
Se ha notado un saludable resurgimiento,<br />
y se debe, nadie lo duda, el tal resurgimiento<br />
a los «Jueves Eucarísticos»; porque<br />
solamente los «Jueves» con su interna<br />
vitalidad pueden producir hechos tan culminantes<br />
de vida católica.<br />
Inicialmente se contó con 12.000 juevistas,<br />
pertenecientes a los 60 Centros que<br />
hay en la isla de Borinquen. Con 12.000<br />
amantes de la Eucaristía ya se podia celebrar<br />
un Congreso. Fueron mas grandes<br />
las aspiraciones, y el éxito obtenido las<br />
Propasó.<br />
La organización del Congreso, hecha<br />
Por nuestro Padre J. R. Orjales, secretario<br />
general del mismo, fué formidable, y<br />
se puede afirmar sin titubeos que el Congreso<br />
Eucarístico de Ponce marcará la<br />
Pauta a seguir en otros de la misma índole.<br />
El Excmo. Obispo Willinger puso al servicio<br />
del Congreso su amor, entendimiento<br />
y voluntad, secundado por los Reverendos<br />
Padres Noell y Aguilera, Vicario<br />
general de la Diócesis y Canciller, respectivamente.<br />
Durante el mes de septiembre se celebraron<br />
meetings de afirmación católica<br />
en pro del Congreso en todas las parroquias,<br />
desfilando por la tribuna prestigiosos<br />
caballeros de toda la Isla.<br />
En el mes de octubre, convenciones en<br />
Mayagüez, Utuado, Coamo y Guayama,<br />
en las que se trataron todos los temas de<br />
actual importancia para la vida católica<br />
en Puerto Rico.<br />
Los días 26, 27 y 28 convenciones en<br />
Ponce.<br />
El dia 29, fiesta de Cristo Rey, clausura<br />
apoteósica del Congreso.<br />
Las comuniones en este día hay que<br />
contarlas por millares. En todas las parroquias<br />
de la diócesis, misas de comunión<br />
general. En la Catedral, en Ponce, en<br />
una sola misa comulgaron 2.000 hombres.<br />
A las diez, misa pontifical, celebrada<br />
por el Excmo Obispo, a la que asisten<br />
15.000 fieles.<br />
Por la tarde Ponce estaba invadido de<br />
peregrinos. A . las tres y media, el Excelentísimo<br />
Byrne, Obispo de San Juan, Delegado<br />
Pontificio ad casum, abre la sesión<br />
clausural ante 50.000 congresistas.<br />
El Sr. Martínez Alvarez, abogado, pronuncia<br />
un profundo, brillante y elocuente<br />
discurso en nombre de Puerto Rico.<br />
Y después el desfile, el ingente desfile<br />
según este orden:<br />
1.° Abre marcha una sección de policía<br />
montada.<br />
2.° Entrada de Jesús en Jerusalén<br />
(grupo a pie).<br />
3.° Niños.<br />
4.° Niñas.<br />
5.° Banda del Asilo de Huérfanos de<br />
Ponce.<br />
6.° Carroza de la Primera Comunión.<br />
7. 0 Parroquias de Anjuntas, Aguada,<br />
Aguadilla, Aibonito, Añasco, Arroyo, Ba-
anquitas, Cal» Rojo, Camilo, Guánica,<br />
Ensenada, Guayama y Guayanilla.<br />
8.° Carroza con el Sacrificio de Abra-<br />
-ham.<br />
. 9.° Parroquias de Jayuya, Juana Diaz,<br />
Lajae, Marica°, Las Marias, Mayagüez,<br />
-Maunabo, Moca, Rincón, Patillas, Peñuelas,<br />
Sábana :Grande.<br />
10. Banda de la Correccional de Mayagüez.<br />
11. • Parroquias de San Germán, Salinas,<br />
San Sebastián, Santa Isabel, Utuado,<br />
Yauco, San Juan y demás pileiblos<br />
de la diócesis del , Norte.<br />
12. Grupo a pie con el Arca de la<br />
Alianza, etc.<br />
13. Parroquias de Ponce, Playa, Santa<br />
Teresita, Milagrosa, Merced y Catedral..<br />
14. Banda municipal de Mayag,iiez.<br />
15. Hermanos de San Juan Evangelista<br />
(Cheos).<br />
16.: Carroza con el «Buen Pastor».<br />
.17. Hermanos del Sa,ntisimo.<br />
, 18. Banda de la Beneficencia de San<br />
Juan. . .<br />
19. Caballeros católicos de la Isla.<br />
20. Carroza de San Tarsicio (primer<br />
mártir de la Eucaristía).<br />
.21. Caballeros católicos de Ponce.<br />
22. Banda de la Guardia ,Nacional.<br />
23. Holy:Name,,Caballeros de Colón y<br />
Adoración Nocturna.<br />
24. Carroza con la Cena.<br />
25. Clero:.<br />
26. Cruz de la Catedral y acólitos.<br />
27. Carroza con el: Santísimo.<br />
28. Banda municipal de Ponce..<br />
El Congreso, Eucarístico fué un éxito<br />
rotundo. Muchas fueron las personas que<br />
cooperaron directamente; pero repetimos<br />
que sin el Excmo. Obispo Willinger, sin<br />
los «Jueves Eucarísticos» y sin la formidable<br />
organización del P. Orjales, no se hu-<br />
.biera celebrado un Cengreso en Ponce.<br />
J. GONZÁLEZ<br />
— 58 —<br />
DE SARRIA<br />
Diciembre.— «¡Pobrifíos!» As i exclamaría<br />
«na nosa fala» un benemérito religioso<br />
nuestro si viera a estos jóvenes entre<br />
las heladas y las nieves con que el cielo<br />
regaló en abundancia durante casi todos<br />
los días del mes que hoy acaba, a los habitantes<br />
de Sarria. Los postulantes se defendieron<br />
bien, gastando a los zapatos dos<br />
pares de medias suelas; no asi a, los novicios,<br />
a quienes la gravedad del hábito<br />
impide puedan moverse con la ligereza<br />
que desearan en estos casos. Puede ser<br />
que en Verín - donde a estas fechas esperaban<br />
encontrarse—fuere ' más llevadero<br />
el rigor del invierno, sin que •yo quiera<br />
afirmar con esto que las tierras orensanas<br />
pequen de calientes.<br />
Las fiestas clásicas y más alegres del<br />
ario son las «Navidades». Los del mundo<br />
fruecanla por las de Carnaval, donde sólo<br />
logran un goce ficticio y engañador, como<br />
ficticia y engañadora es la Máscara en<br />
que durante esos días se encubren. ¡Estas<br />
alegrías que vienen , y se marchan tan<br />
pronto dejando una huella de... carne,<br />
mejor fuera nunca llegaran!<br />
Para los niños estas fiestas decembrinas<br />
tienen un atractivo particular, porque la<br />
mayor parte de los actos que se celebran<br />
giran en torno del Niño-Dios hecho hombre.<br />
, La Misa del Gallo, el establo de Belén,<br />
los villancicos, la entrada de ario<br />
nuevo, etc., todo es propio para sostener<br />
e impresionar vivamente el espíritu de los<br />
pequeños. Hasta hoy nos han entretenido<br />
dia si y día no, con representaciones escénicas<br />
de escaso valor literario, en su mayor<br />
parte. Para el dia 4 de enero figura<br />
en el programa el «Molino de Guadalajara»,<br />
Zorrilla; mañana los novicios representarán<br />
el «Colmenero Divino», hermoso<br />
auto sacramental de nuestro hermano de<br />
hábito el 'inmortal Tirso-de Molina. Así<br />
pasamos las Navidades alegrándonos en el<br />
Señor los religiosos de este Convento de<br />
Sarria.<br />
31-XII-33.<br />
FR. J. M. VALLEJO<br />
Mercedario<br />
NECROLOGIA<br />
Sra. D.. Vicenta Zorrilla.<br />
El día 12 de noviembre falleció, en<br />
Madrid, D. a Vicenta Zorrilla Hernando,<br />
celadora activísima de nuestra Venerable<br />
Orden Tercera. Fué una de<br />
esas almas que Dios escoge para su<br />
apostolado de acción. Infatigable y<br />
Celosa de la gloria del Altísimo, dedicaba<br />
casi todo el día y aun parte de<br />
la noche a ejercicios de piedad visitando,<br />
con frecuencia, los enfermos y<br />
asociados.<br />
Desde los primeros días de nuestro<br />
est ablecimiento en la iglesia de la Buena<br />
Dicha, fué constante en esta labor.<br />
De Nuestra Santísima Madre habrá<br />
recibido el premio de su sincero amor<br />
Inercedario.<br />
Acompañamos en su dolor a D. a.Julia,<br />
su hermana, con quien compartió<br />
la tarea de apostolado y rogamos una<br />
oración a nuestros lectores.-<br />
— Cristianamente, como había vivido,<br />
falleció en Madrid, el •día 21 de<br />
noviembre, D. Luis Asín Palacios. Con<br />
la virtud y el trabajo supo formar in<br />
hogar modelo. Vivía de lleno para los<br />
suyos. Muchas fueron sus virtudes y<br />
principalmente la caridad. El «dad y<br />
se os dará,» del Evangelio tuvo en él<br />
aplicación perfecta.<br />
Fué fervorosísimo terciario de nuestra<br />
Venerable Orden Tercera y Caballero<br />
del Pilar. Huelga decir cuán devoto<br />
era de la Santísima Virgen. •<br />
Murió con la tranquilidad de 1-Os<br />
justos, después de haber recibido, con<br />
fervor, los Santos Sacramentos.<br />
A su viuda D. Petra Vidaurreta e<br />
hijos, nuestro sentido pésame y a nues-<br />
D. Luis Asir' Palacios.
-- 40 --<br />
tros lectores una oración por su descanso<br />
eterno.<br />
—En Bérriz (Vizcaya), el señor don<br />
Andrés Alberdi, falleció cristianamente.<br />
A nuestro buen amigo D. Felipe<br />
Alberdi, nuestra condolencia.<br />
—En Bérriz (Vizcaya), el 25 de diciembre,<br />
a las tres de la tarde, el Señor<br />
llamó para Sí a la M. Presentación<br />
Areitio, religiosa de Coro, edad sesenta<br />
años y treinta y ocho de religión.<br />
Fué una de las tres religiosas que el<br />
año 1925 como Maestra de Novicias<br />
vino a reforzar el convento de Madres<br />
Mercedarias >de San Fernando de Madrid<br />
donde dejó sentir la influencia de<br />
sus virtudes en la edificación de la Comunidad<br />
y en la formación de las novicias.<br />
A la Comunidad de Bérriz nuestro<br />
pésame y también enhorabuena,<br />
porque, rectamente pensando, tienen<br />
una intercesora más en el cielo.<br />
DE A DMINISTRACION<br />
Rogamos a los suscriptores que no<br />
hayan abonado aún la anualidad correspondiente,<br />
lo hagan lo antes que<br />
puedan, por giro postal o por sellos de<br />
correo incluidos en carta.<br />
Al hacernos un giro sírvanse darnos<br />
aviso del mismo, para abonárselo en<br />
cuenta a quien corresponda.<br />
Cuando algún suscriptor cambie de<br />
residencia o domicilio, debe pasarnos<br />
aviso, para reformar la dirección.<br />
Les agradeceremos mucho nos avisen<br />
cuando noten algún error en esta<br />
Administración, o cuando les falte algún<br />
número de la revista. Con ello nos<br />
prestarán un buen servicio.<br />
Los giros deben dirigirse al Administrador<br />
de LA MERCED. —Silva, 25,<br />
moderno.—Madrid.<br />
A todo suscriptor que nos mande el<br />
importe de seis nuevas suscripciones o<br />
más, le mandaremos gratuitamente la<br />
revista durante todo el año 1934.<br />
Nos encargamos de servir estampas<br />
de los' santos de la Orden de la Merced,<br />
escapularios y devocionario completo<br />
con todas las devociones mercedarias a<br />
quienes lo deseen. Las estampas las hay<br />
desde 2 pesetas ciento. El devocionario<br />
de 704 páginas, a dos tintas, con cintas<br />
y papel finísimo, a 5,50 pesetas. Sobre<br />
este precio, concedemos un 10 por 100<br />
de descuento, quedando, por tanto, en<br />
4,95 pesetas cada devocionario.<br />
Tenemos también placas, en varios<br />
modelos, propias para regalos y obsequios,<br />
desde 4 a 10 pesetas. Todas con<br />
la imagen de la Virgen de la Merced.<br />
CON LAS DEBIDAS LICENCIAS<br />
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