05.06.2015 Views

El Decameron.indd - nocookie.net

El Decameron.indd - nocookie.net

El Decameron.indd - nocookie.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> Decamerón<br />

porque seguro que si no hubiese venido habríamos perdido hoy a nuestro<br />

niño.<br />

Cuando el estúpido santurrón oyó esto, todo se pasmó, y dijo:<br />

–¿Cómo?<br />

–Oh, marido mío –dijo la mujer–, le vino antes de improviso un desmayo<br />

que me creí que estaba muerto, y no sabía qué hacerme ni qué decirme,<br />

si no llega a aparecer entonces fray Rinaldo nuestro compadre y, cogiéndolo<br />

en brazos, dijo: «Comadre, esto son lombrices que tiene en el cuerpo<br />

que se le están acercando al corazón y lo matarían con seguridad; pero no<br />

temáis, que yo las conjuraré y las haré morir a todas y antes de que yo me<br />

vaya de aquí veréis al niño tan sano como nunca lo habéis visto». Y porque<br />

te necesitábamos para decir ciertas oraciones y la criada no pudo encontrarte<br />

se las mandó decir a su compañero en el lugar más alto de la casa,<br />

y él y yo nos entramos aquí dentro; y porque nadie más que la madre del<br />

niño puede estar presente a tal servicio, para que otros no nos molestasen<br />

aquí nos encerramos; y ahora lo tiene él en brazos, y creo que no espera<br />

sino a que su compañero haya terminado de decir las oraciones, y estará<br />

terminando, porque el niño ya ha vuelto en sí del todo. <strong>El</strong> santurrón, creyendo<br />

estas cosas, tanto el cariño por su hijo lo conmovió que no se le vino<br />

a la cabeza el engaño urdido por la mujer, sino que dando un gran suspiro<br />

dijo: –Quiero ir a verle.<br />

Dijo la mujer:<br />

–No vayas, que estropearías lo que se ha hecho; espérate, quiero ve si<br />

puedes entrar y te llamaré. Fray Rinaldo, que todo había oído y se había<br />

vestido a toda prisa y había cogido al niño en brazos, cuando hubo dispuesto<br />

las cosas a su modo llamó:<br />

–Comadre, ¿no es el compadre a quien oigo ahí?<br />

Repuso el santurrón:<br />

–Señor, sí.<br />

–Pues –dijo fray Rinaldo–, venid aquí.<br />

<strong>El</strong> santurrón allá fue y fray Rinaldo le dijo:<br />

–Tomad a vuestro hijo, salvado por la gracia de Dios, cuando he creído<br />

poco ha, que no lo veríais vivo al anochecer; y bien haríais en hacer poner<br />

una figura de cera de su tamaño a la gloria de Dios delante de la estatua<br />

del señor San Ambrosio, por los méritos del cual Dios os ha hecho esta<br />

gracia. <strong>El</strong> niño, al ver a su padre, corrió hacia él y le hizo fiestas como hacen<br />

391<br />

LibrosEnRed

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!