R estaurantes
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sociedad<br />
podríamos definir a un triunfador como aquél que no sólo<br />
tiene talento, sino que además atravesó las etapas evolutivas<br />
cuando llegó el momento del cambio. Pagó los costos,<br />
corrió los riesgos, defendió sus cambios, se jugó por ellos y<br />
tuvo éxito. Por eso no alcanza la capacidad, o la buena<br />
suerte, sino también quién paga los costos, quién corre con<br />
los riesgos, quién puede percibir que una etapa se está<br />
acabando y empieza una nueva y hay que moverse del lugar<br />
donde uno estaba instrumentando nuevas modalidades, probando<br />
conductas diferentes y corriendo riesgos.<br />
Quisiera aquí incorporar algunas reflexiones freudianas que<br />
pueden aportar claridad a estos pensamientos. Sigmund Freud<br />
pensaba que la vida tenía sentido mientras hubiera deseos.<br />
Los deseos son la fuerza motivacional. Quien no desea nada,<br />
su vida ya no tiene razón, se deprime, enferma y muere.<br />
Freud dividía los deseos en dos grandes columnas, decía:<br />
“Por hambre o por amor”, o sea que la supervivencia y la<br />
afectividad son los dos grandes motores del deseo.<br />
Después de muchos años de práctica profesional, esos términos<br />
para mí siguen siendo vigentes y lo veo y lo confirmo<br />
todos los días en mi práctica profesional. Sin embargo, le<br />
haría una pequeña modificación al concepto freudiano “por<br />
hambre o por amor”, ya que yo diría en mi opinión que<br />
“primero por hambre, después por amor”. Con esto quiero<br />
decir que en primera instancia el deseo que se impone en la<br />
vida adulta es el deseo de supervivencia, es el “hambre”.<br />
Una persona primero se tiene que formar, tiene que “comer”.<br />
Primero está la supervivencia, primero hay que desarrollar<br />
los recursos básicos y cuando uno evolucionó por<br />
sobre la etapa del hambre, recién accede a la posibilidad del<br />
amor. Hablar de amor es mucho más que querer a alguien o<br />
gustar de alguien. Se puede tener enamoramientos,<br />
“metejones”, uno puede conocer a una persona y gustarle<br />
mucho, pero amar es una dimensión trascendente que sólo<br />
alcanzan aquellos que han evolucionado por sobre lo básico,<br />
lo elemental. Y tal amor no necesariamente es entre<br />
personas, puede ser a cosas, actividades, etc. Entonces hay<br />
mucha gente que aún habiendo evolucionado mucho en su<br />
faz “hambre” o sea, profesionales exitosos, personas que<br />
siempre PUNTA / Invierno 2011