COMUNIDAD JESENIA

incluya también esos diferentes ángulos de observación, los cuales la ortodoxia
perdió de vista. Y ello a pesar de que, en los primeros siglos de su existencia, haya
caminado al lado del Gnosticismo y asimilado, igualmente, muchos elementos
doctrinales de las antiguas religiones de la cuenca del Mediterráneo y entre sus
bases doctrinales figure, por ejemplo, el neoplatonismo, en el que se hallan
presentes influencias filosóficas griegas, orientales e incluso judías.
La conferencia “Gnosticismo, Teosofismo y Espiritismo” quiere presentar
una reacción del Gnosticismo frente al pansofismo teosófico y espírita, no con una
intención de repudio o de llevar a cabo una apología semejante a la de los
ortodoxos quienes consideran herético y nefasto todo lo que huye a su
comprensión y objetivos. Dicha reacción, por el contrario, consiste en demostrar
que el Gnosticismo posee en sus fundamentos una propuesta pansófica muy
amplia, la cual penetra en la esencia de las antiguas religiones sin perder de vista
las enseñanzas esotéricas cristianas fundamentales.
El Teosofismo, nacido de los esfuerzos de Madame Blavatsky, no puede ser
visto de forma superficial, sobre todo cuando, al investigar su surgimiento,
durante las últimas décadas del siglo XIX, se constata que de él nació la magnífica
obra de George Mead, la cual incluye una traducción y apreciación del Evangelio
Gnóstico de la Pistis Sophia.
El Espiritismo, campo que recorrió Blavatsky y que sin duda marcó su
trayectoria, trajo para el Occidente cristalizado por la ortodoxia cristiana, las
enseñanzas del karma y la reencarnación, enseñanzas que son comunes también al
Budismo, al Hinduismo, así como al Judaísmo, principalmente el cabalístico.
Sin embargo hay una parte de la historia del Espiritismo del tipo kardecista,
de origen francés, que no es muy conocida en el Brasil por la mayoría de los
investigadores del esoterismo: además de Kardec, esta corriente doctrinaria fue
desarrollada también por Jean-Baptiste Roustaing, nacido en Burdeos, ciudad del
sur de la Francia.
Autor de una obra denominada Los Cuatro Evangelios, fruto de
intermediación mediúmnica, Jean-Baptiste Roustaing abrió un espacio a la
influencia gnóstica en el Espiritismo la cual no se halla presente en el aspecto
literario y doctrinal de la obra de Kardec y que muchas veces lo contradice.
El denominado Rustenismo (o Roustanguismo), nombre atribuido a esta
corriente de doctrinas espíritas, tiende de forma clara hacia el docetismo gnóstico
y se cruza en muchos puntos con la doctrina gnóstica cátara.
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