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GUIA PARA OPERADORES QUE TRABAJAN EN ORIENTACION
Y FORMACION DE JOVENES EMPRENDEDORES
MANUAL DE ORIENTACION VOCACIONAL
Documento elaborado Dino M. Linares S.
Julio 2010
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INDICE
INTRODUCCION
LAS COMPETENCIAS EMPRESARIALES DE LOS JÓVENES
¿QUÉ COMPETENCIAS DEBEN TENER LAS PERSONAS QUE FORMAN Y ORIENTAN A JOVENES
EMPRENDEDORES?
INICATIVAS PARA ESTIMULAR EL ESPIRITU EMPRENDEDOR Y LA FORMACION
EMPRENDEDORA
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INTRODUCCION
Esta guía está dirigida básicamente a personas que trabajan orientando y formando a
jóvenes cuyas edades fluctúan entre los 14 y 24 años principalmente. Si bien se orienta
básicamente a jóvenes que realizan estudios, bien puede ser utilizada también dentro de
una lógica de educación no formal, por ejemplo con adolescentes que realizan labores
independientes y precarias y que por necesidades económicas se han visto obligados a dejar
los estudios formales.
Como bien sabemos muchos de los jóvenes quieren hacer empresa e incluso, una buena
parte de ellos ya se están dedicando a los negocios, sobre todo los “menos jóvenes”.
Estamos hablando de personas que están culminando sus estudios secundarios o de
bachillerato o estudiando en institutos tecnológicos, centros educativos ocupacionales y, en
general, cualquier tipo de formación técnica.
Sabemos bien que sus posibilidades de inserción laboral son bastante reducidas y que, en
teoría, la formación adquirida les permitirá hallar un empleo. Sin embargo, no es un secreto
para ninguno de nosotros que los empleos no abundan, y que cada vez más jóvenes se
dedican a trabajos eventuales y precarios, oficios independientes o negocios propios
generalmente de comercio. En ese contexto, la formación que se les brinda evidencia cada
día más su desfase e inadecuación con el mundo real.
Para jóvenes de bajos ingresos esta es una cruda realidad: pocos siguen estudios superiores;
de quienes lo hacen pocos los terminan; muchos de los que terminan no se desempeñan en
lo que estudian; lo concreto es que la mayoría de jóvenes, si bien las tasas de escolaridad
básica han aumentado en la región latinoamericana, carece de una formación que le permita
desenvolverse en la vida diaria.
Esta guía ha sido diseñada con la finalidad de que sea una herramienta práctica de consulta
permanente. Sus contenidos han sido elaborados teniendo como premisa el “ponerse en el
lugar de”, es decir reflexionando constantemente en la realidad que tanto orientadores
como jóvenes enfrentan cotidianamente. No es un manual de corte exclusivamente
académico, lo que no significa que no se haya elaborado con el mayor rigor posible. El
objetivo esencial es el de producir un documento accesible que invite y motive al lector.
El primer capítulo aborda el tema de las competencias empresariales, es decir, la relación
entre aptitudes, actitudes y valores, necesaria para crear y gestionar en forma competente
un negocio. Si bien la literatura sobre el tema de las competencias laborales es abundante,
lo es menos en el terreno de las competencias empresariales. Analizaremos diferentes
modelos teóricos de referencia al respecto, tomando en cuenta que el centro de la acción
docente es el joven emprendedor.
El segundo capítulo se centra en las competencias requeridas por las personas que forman y
orientan a jóvenes emprendedores. A imagen de estos últimos, los docentes u orientadores
que pretenden obtener resultados positivos con públicos tan particulares como el de los
jóvenes emprendedores, deben ser capaces de poner en práctica un conjunto de
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capacidades. En muchos casos es una tarea difícil, por cuanto pone en tela de juicio la
formación docente convencional, acrítica, vertical y poco flexible. La realidad cotidiana de
los emprendedores exige del docente una gran capacidad de adaptación a entornos
cambiantes, de administrar la incertidumbre, de reaccionar creativamente a la
heterogeneidad de los públicos, etc.
El tercer capítulo pretende proponer una serie de iniciativas que promuevan la formación de
emprendedores en los centros educativos, por ser el espacio de actuación preferencial de
docentes y orientadores. Estas no se centran exclusivamente en el dictado de clases, por el
contrario, buscan multiplicar los espacios de aprendizaje de las competencias empresariales,
creando un entorno propicio para la formación de emprendedores. De alguna manera el
principio de base es que esto no será posible mientras las estructuras de la educación formal
no sean también emprendedoras, es decir, establezcan nexos con la comunidad empresarial
local, involucren a los diferentes actores sociales en el proceso educativo, incentiven en los
alumnos el aprendizaje de una cultura emprendedora, etc.
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LAS COMPETENCIAS EMPRESARIALES DE LOS JOVENES
1. ¿DE QUE DEPENDE TENER ÉXITO EMPRESARIAL?
En el contexto actual cientos de miles de jóvenes desean formar sus propios negocios o
dedicarse al trabajo independiente. La realidad del empleo y los intereses de los jóvenes
están cambiando dramáticamente en todo el mundo. Podemos ver en este fenómeno una
oportunidad o una amenaza, lo concreto es que la cantidad de jóvenes que se dediquen a
trabajos independientes o negocios propios irá en aumento. Como orientadores debemos
por lo tanto conocer quiénes son, qué expectativas tienen, cómo se forman en ellos las
capacidades necesarias para desempeñarse con suficiencia y éxito en el mundo empresarial.
Ahora bien, no todos serán empresarios, es más, no todos quieren serlo y, de aquellos que lo
serán es probable que sólo una parte se desempeñe con éxito. Tendrán que competir con
otros empresarios y en ese momento se pondrá a prueba la calidad de la enseñanza, formal
o no, que recibieron. Con esto queremos señalar que LAS COMPETENCIAS EMPRESARIALES
SE APRENDEN. Si bien existen condicionantes del entorno que facilitan el que algunas
personas puedan, en teoría, ser mejores empresarios, es clave comprender que se trata de
un HECHO SOCIAL. Es decir, LOS EMPRESARIOS SE HACEN.
Por otro lado, una de las mayores dificultades para los orientadores es justamente el poder
adaptarse a las peculiaridades de los emprendedores e identificar tempranamente en ellos
el potencial emprendedor para, en función de ello, diseñar y aplicar estrategias formativas.
Repito, EL EMPRESARIO SE HACE, es decir, SE APRENDE A SER EMPRESARIO. En este capítulo
vamos a examinar diversos aspectos relacionados con lo que los jóvenes deben aprender
para ser emprendedores y, si lo desean, empresarios.
Es necesario tener bien claro una serie de conceptos y modelos teóricos fundamentales que
tratan de responder a preguntas básicas: ¿De qué depende tener éxito en los negocios?
¿Quiénes pueden ser empresarios exitosos? ¿Cómo aprenden a ser empresarios los jóvenes
emprendedores? ¿Se puede identificar el potencial empresarial en los jóvenes, así no hayan
creado empresa aún?
Empecemos por el espinoso tema del éxito empresarial. En el caso específico del éxito, es
muy común hallar cientos y hasta miles de publicaciones que permanentemente nos venden
la idea de que el éxito empresarial es accesible a todos. En ese sentido, los norteamericanos
están sin duda a la cabeza, al menos en la literatura disponible: Desde Bill Gates hasta
Rockefeller, pasando por Disney, Iaccoca, y recientemente los jóvenes creadores de Google
o Facebook.
Pero ellos son la punta del iceberg, la cúspide de una pirámide cuya ancha base está repleta
de cientos de miles de casos de empresarios que crearon pequeñas iniciativas. Muchas de
estas simplemente se extinguieron rápidamente. En consecuencia, lo conveniente es tener
un enfoque completo, objetivo y desapasionado de lo que significa tener éxito en los
negocios, más allá incluso de tal o cual tema empresarial a la moda, o de tal o cual
empresario a la moda.
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El éxito empresarial es, además, un concepto que en ciertos lugares puede ser muy distinto a
otros. Una pequeña panadería puede ser una historia de éxito en un barrio pobre pero no
necesariamente en un moderno complejo comercial citadino. En concreto, valdría la pena
relativizar lo que consideramos éxito, teniendo en cuenta que nuestro público objetivo
reside en barriadas, favelas, villas-miseria o cualquier otra aglomeración de gente de
menores ingresos.
No queremos decir tampoco que ellos no tienen derecho a soñar o fijarse como un objetivo
el ser grandes empresarios formales socialmente reconocidos. Al contrario, cuidadosamente
utilizadas, las historias de personas que surgen de abajo para conquistar mercados más
amplios y exigentes, pueden tener un efecto positivo en la formación de jóvenes
emprendedores.
Por lo tanto, examinemos en primer lugar cuáles son las causas o razones que explican el
que a algunos les vaya bien en los negocios y a otros no. En el cuadro siguiente podemos
apreciar un modelo utilizado como referencia por diversos organismos – incluyendo la
UNION EUROPEA – y cuya autoría pertenece a la Universidad de Durham en Inglaterra:
ELEMENTOS PRINCIPALES DEL DESARROLLO
FRUCTUOSO DE UNA PEQUEÑA EMPRESA NUEVA
ELEMENTOS BASICOS DEL EXITO
MOTIVACION Y DETERMINACION
De la persona o grupo de personas reflejadas en el apoyo de la familia, socios y existencia
de resultados de intentos anteriores. Reflejadas igualmente en los objetivos de las
personas
IDEAS Y MERCADO
Reflejado en la viabilidad de la idea si se puede demostrar que funciona, las necesidades
que satisface. En qué medida es mejor que las demás. Quién será el cliente y cuántos hay.
Qué competencia hay.
RECURSOS
Recursos físicos disponibles y necesarios (locales, edificio, material, mano de obra).
Recursos financieros disponibles y necesarios.
CAPACIDAD
De las personas, su familia y de las demás personas interesadas. Resultados anteriores
(empleo, conocimientos y aptitudes) y su relación con la empresa. Aptitudes técnicas y de
dirección
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El éxito, de acuerdo con este enfoque, es el resultado de la combinación de cuatro conjuntos
de elementos: Motivación y determinación, ideas y mercado, recursos y, finalmente,
capacidad. Es obvio que el éxito no es entonces un don especial o el producto de la
genialidad de una persona. Existen factores del entorno condicionantes en estrecha relación
con el emprendedor y sus potencialidades de hacer empresa. Es más, el eje es el
emprendedor ya que es él quien desarrolla las capacidades para identificar las
oportunidades que el mercado ofrece, y se provee de los recursos necesarios para
emprender.
Esto no significa minimizar el rol del entorno y exagerar la importancia del emprendedor,
como si finalmente el tener éxito obedeciera a razones puramente subjetivas. Un mercado
en recesión o una clientela de bajo poder adquisitivo pueden constituir barreras
importantes. Aún así, la motivación, determinación y capacidad de los emprendedores son
fundamentales para superar períodos de crisis, conquistar nuevos mercados, etc.
Son cientos los modelos que tratan de explicar el éxito, y en la mayoría de ellos vamos a
encontrar los mismos elementos. Tal es el caso de los factores del éxito según el investigador
canadiense Richard-Marc Lacasse, los que quedan graficados del siguiente modo:
VISION DE FUTURO
INTUICION Y CREATIVIDAD
CONFIANZA EN SÍ MISMO
SABER-HACER Y COMPETENCIAS
RELACIONES INTERPERSONALES
La visión de futuro se pone en evidencia en la capacidad que el emprendedor tiene de
anticiparse a las tendencias en el consumo y en los negocios. Los múltiples inventos y
adelantos tecnológicos, sobre todo en los últimos años con las tecnologías de información y
comunicación, tienen tras de sí en la mayor parte de casos a hombres y mujeres visionarios.
Lo interesante es resaltar no solo a aquellos que inundan la literatura de procedencia
foránea sino destacar a los emprendedores nacionales y hasta locales. Son miles los casos de
pequeños inversionistas que, sin necesidad de inventar nuevas cosas, han descubierto y
comercializado nuevos procesos, nuevos productos o nuevos servicios antes inexistentes,
incluso con varios años de anticipación al común de las personas.
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El segundo factor se refiere a la capacidad de identificar en esas tendencias de negocios,
oportunidades reales de hacer empresa. No todos los productos nuevos son exitosos, e
incluso buena parte de los inventos o nuevos procesos nunca llegan a ser colocados en el
mercado, simplemente porque en el actual estado de la tecnología son muy onerosos, o
porque no coinciden con las demandas concretas del mercado, es decir, lo que los
consumidores están dispuestos a comprar.
La confianza en sí mismo parece obvia pero es un rasgo que se aprende y que no todos lo
han adquirido adecuadamente. El saber-hacer y las competencias nos remiten directamente
al tema de las capacidades y la experiencia. En el fondo son una suma de conocimientos y
prácticas cuya coherencia con la idea de negocio resultan claves para el éxito futuro de la
nueva empresa. En el caso de los jóvenes este es un aspecto bastante delicado, porque si
hay algo que tienen que adquirir es precisamente la experiencia y los conocimientos
adecuados. En las líneas siguientes veremos algunas ideas al respecto.
Finalmente, las relaciones interpersonales representan el factor que cierra el círculo virtuoso
del éxito. Pueden haber jóvenes emprendedores con los 4 factores precedentes bastante
desarrollados, sin embargo, sin una buena red de apoyo es probable que enfrenten mayores
dificultades en sus nuevos negocios.
Por otro lado, según Lacasse, estos 5 factores están relacionados entre sí y deben estar
equilibradamente distribuidos. Un exceso o falta en alguno de ellos puede no ser bueno para
el negocio nuevo. A manera de ejemplo: un exceso de competencia en temas técnicos puede
originar un descuido en aspectos de gestión y de relación con el mercado (demasiado
centrado en el producto); un exceso de confianza en sí mismo puede ser sinónimo de
soberbia y de incapacidad de saber escuchar; la falta de una visión de futuro puede verse
reflejada en la creación de negocios sin mayor perspectiva de crecimiento en el mediano
plazo.
En todo caso, ambos modelos pueden ser usados en los cursos de motivación empresarial,
espíritu empresarial o creación y administración de nuevos negocios. La idea es confrontar a
los jóvenes con las razones que explican el éxito y hacerles tomar conciencia que el tener
éxito en los negocios depende en buena parte de ellos mismos, que se puede aprender a ser
empresario, que está en sus manos la posibilidad de ser empresarios. En ese sentido es útil
referirnos a la autopercepción que tienen los jóvenes con relación a la actividad empresarial,
lo que examinaremos en el capítulo siguiente
2. ¿CÓMO SE VEN A SÍ MISMOS LOS JOVENES EMPRENDEDORES?
Es interesante analizar las auto percepciones de los jóvenes, ya que esto nos proporciona
información valiosa para nuestros objetivos formativos. Para ello, nosotros recurrimos a
dinámicas de autoevaluación de fortalezas y debilidades realizadas con grupos de jóvenes
emprendedores, dos de los factores que junto a las oportunidades y amenazas, constituyen
el pilar del planeamiento estratégico. En nuestro caso el análisis introspectivo de fortalezas y
debilidades facilita el que los jóvenes se sitúen con relación a la creación de empresas. A
continuación reseñamos en un cuadro una síntesis obtenida de jóvenes de estratos medios y
medios bajos, a modo de ejemplo:
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FORTALEZAS
· Persistente, perseverante
· Antecedentes familiares favorables
· Estudios y conocimientos
· Seguridad, confianza en sí mismo
· Actitud favorable al cambio y a asumir retos
· Responsable
· Creativo
· Experiencia
· Espíritu emprendedor
· Deseo de superación e independencia
· Innovador
· Asumir riesgos
· Pocos recursos
· Inseguridad, temor al riesgo
· Falta de experiencia
· Miedo al fracaso
· Voluble, inestable
· No tener idea del negocio
· Poco conocimiento del negocio
. Terco
DEBILIDADES
Es común en este tipo de ejercicios el que las personas identifiquen mayor número de
fortalezas que debilidades. Es normal que tendamos a ver lo que nos hace sentir bien antes
que lo que nos desagrada, y obviamente los jóvenes no son ajenos a esto. Por otro lado, es
fácil constatar que algunas fortalezas se encuentran también en la columna de las
debilidades, por la sencilla razón que se trata de una síntesis de varias decenas de casos.
En lo que concierne a las fortalezas hallamos elementos ya señalados previamente en los
modelos teóricos. Sin embargo, para fines formativos y de orientación es más rico explorar
el campo de las debilidades, ya que resulta ser una admisión explícita de parte del joven de
lo que le falta adquirir. No es sencillo para un joven consagrarse a un ejercicio de esta
naturaleza ya que se pone en relieve aspectos personales que pueden reforzar inseguridades
en lugar de superarlas.
Por esta razón es imprescindible enseñarles a los jóvenes no sólo a tener la capacidad de ver
sus propias falencias sino a desarrollar las estrategias adecuadas para convertir esas
debilidades en fortalezas. Si admitimos el supuesto según el cual los empresarios se hacen
podemos en consecuencia plantear derroteros claros para el desarrollo personal de los
jóvenes, específicamente en lo relativo a las competencias empresariales.
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Si hacemos un rápido examen de las debilidades mencionadas, podemos apreciar
claramente que en todos los casos pueden ser convertidas en fortalezas. Se pueden adquirir
los recursos si desde una temprana edad se estimula el hábito del ahorro así como la
capacidad de establecer redes de apoyo en base a una sólida imagen personal de seriedad y
eficiencia. Asimismo, se puede adquirir experiencia trazándose metas claras de aprendizaje y
prácticas pre-profesionales, se puede superar el miedo al fracaso reforzando la autoestima,
se puede reducir el natural temor al riesgo con mayor información y orientación, etc. En
síntesis, se puede aprender a ser empresario.
Si se concentraran solo en las fortalezas, se trataría de un mero discurso de auto-alabanza
que en poco ayudaría a trazar una estrategia consistente de inserción en el mercado laboral
vía la creación del negocio propio. Es más, en nuestros países con frecuencia tenemos el mal
hábito de no ver nuestros propios errores o falencias y solemos brindar discursos
complacientes frente a la mediocridad o la ineficiencia. Felizmente, los jóvenes están en
pleno proceso formativo y son lo suficientemente dúctiles y permeables como para adquirir
buenos hábitos.
3. ¿QUÉ NECESITAN SABER-HACER LOS JOVENES EMPRENDEDORES?
Ahora bien, los factores del éxito deben ser conocidos y utilizados con fines formativos
prácticos. Del mismo modo, es crucial que los jóvenes conozcan y comprendan lo que hace
un empresario. Muchas veces tienen una visión idílica del mismo – ganar mucho dinero con
poco esfuerzo – o, a la inversa, una percepción distorsionada – gente inescrupulosa
motivada por un lucro desmedido - que corresponde a un cierto tipo de empresarios.
Dicho de otro modo, así como es importante saber qué características se deben aprender
para ser exitoso en los negocios, igualmente lo es conocer qué es lo que hace un empresario,
es decir qué actividades concretas desarrolla. En ese sentido, hemos reproducido un gráfico
que resume las principales actividades realizadas por los empresarios. Esta información fue
obtenida en el Perú por SASE-IPAE a través de la entrevista directa realizada a cerca de un
millar de propietarios-conductores de negocios. Por lo tanto, revela la importancia que estos
asignan a las distintas funciones empresariales
LAS FUNCIONES EMPRESARIALES Y SUS APRENDIZAJES
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Con toda nitidez se puede apreciar que las más importantes son: Vender, liderar y organizar,
las que en conjunto suman el 68% de todas las respuestas obtenidas en la muestra
mencionada. Muy por detrás aparecen las de producir, planificar o manejar las finanzas. No
es que no sean importantes, sino que hay otras que lo son más.
Esta información nos parece de suma importancia y por varias razones. En primer lugar, la
venta y la dirección del negocio nos remiten directamente a aspectos de gestión o
administración. Ambas ponen en evidencia elementos ya señalados como la capacidad de
establecer relaciones interpersonales y de relación con el mercado. La función de producción
sólo es mencionada por 11% de los encuestados.
En segundo lugar, una pregunta esencial que surge ante estos datos es: ¿Lo que estamos
enseñando y las pautas que están recibiendo en la orientación les permitirá a los jóvenes no
solo crear un negocio sino fundamentalmente gestionarlo con eficiencia? No basta por lo
tanto enseñarles un oficio o un proceso productivo, por exigente que este sea en cuanto a
calidad. Es fundamental la enseñanza de la gestión empresarial.
En tercer lugar, lo paradójico es que la venta y la organización dentro de la empresa, son dos
funciones que por lo común no encuentran correlato en la educación formal. En otras
palabras, pocos enseñan las habilidades, conocimientos o conceptos, destrezas y, en
términos más amplios, las competencias relacionadas con estas áreas fundamentales de la
empresa.
En cuarto lugar, hay un elemento que, si bien resulta obvio, es generalmente soslayado
cuando de formación y orientación de emprendedores y empresarios se trata. En efecto, tal
como están descritas, daría la impresión de que se trata de funciones aisladas y/o
efectuadas por personas diferentes. Esto es cierto en el caso de las grandes empresas, en
donde el propietario delega la mayor parte de responsabilidades operativas en gerentes y
personal subordinado. ¿Y qué sucede con las micro y pequeñas empresas que cuentan con
menos de 5 trabajadores? ¿Y con los negocios nuevos que en el inicio son en su mayoría
unipersonales?
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Sabemos que en todo el mundo más del 90% de los negocios son micro y pequeñas
empresas. Esto significa en buen romance, que quienes crean y dirigen esos negocios
desempeñan simultáneamente la mayor parte e incluso la totalidad de las funciones:
venden, producen, lideran, financian, administran, etc. ¿Están preparados los jóvenes
emprendedores para enfrentar esta realidad?
Como pueden apreciar, el centro mismo de nuestra actividad como orientadores está en el
tapete. Si el hecho de ser empresario se aprende, si existen ciertas características personales
relacionadas con el éxito en los negocios y, si finalmente, la actividad empresarial se
concentra en funciones de venta y dirección aunque dentro de la polivalencia de actividades,
nos preguntamos qué estamos haciendo para lograr que el proceso de aprendizaje
empresarial sea eficaz.
Lamentablemente, los emprendedores no reciben una formación y una orientación
adecuadas, por lo general son muy parciales o deficientes, circunscritas a aspectos
productivos, y hemos visto ya que no se trata sólo de producir. En ese sentido, a
continuación podrán observar lo que en principio los jóvenes deberían saber-hacer
expresado en competencias generales. Esta es una propuesta esbozada en la misma
investigación realizada por SASE-IPAE. Si bien existen múltiples modelos a los cuales
podemos remitirnos, nos parece importante resaltar la de estas consultoras por cuanto es
un esfuerzo por interpretar la realidad de nuestros países.
LAS COMPETENCIAS GENERALES
LO QUE DEBEN SABER HACER
• Posee incitativa y capacidad para tomar decisiones en situaciones normales o de
riesgo, y asume permanentemente nuevos desafíos empresariales
• Tiene capacidad de comunicación fluida y empática, lo que optimiza el servicio al
cliente, la satisfacción del personal y las buenas relaciones con los proveedores
• Resuelve problemas, busca permanentemente soluciones creativas, tiene vocación
por la innovación, el cambio y la mejora continua en todos los ámbitos de la empresa
• Actúa en función de valores, comprometiendo las voluntades de colaboradores,
clientes y proveedores, y generando una cultura empresarial propia
4. ¿CÓMO APRENDEN LOS JOVENES EMPRENDEDORES?
Menuda tarea la de formar y orientar emprendedores. Sin embargo, quienes orientamos no
somos tampoco una suerte de super-profesionales con conocimientos profundos en
múltiples especialidades. Somos seres de carne y hueso con sesgo frecuentemente
orientado hacia el desarrollo personal y la pedagogía. Si bien nadie nos exige ser
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administradores de empresas o empresarios consumados para poder enseñar y orientar a
jóvenes emprendedores, sí es importante desarrollar una visión multidisciplinaria y sobre
todo una actitud abierta y una importante capacidad de ponernos en el lugar de los jóvenes
emprendedores.
Esto lo veremos en el capítulo siguiente cuando abordemos las competencias que deberían
poseer los docentes y orientadores para formar emprendedores. En todo caso queríamos
señalar estos aspectos porque finalmente el contexto de aprendizaje del emprendedor no se
limita al estrecho marco de las cuatro paredes de un salón de clase. En el esquema siguiente
podemos apreciar las distintas fuentes a través de las cuales el emprendedor aprende su
profesión:
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CONTEXTO DE APRENDIZAJE DEL EMPRENDEDOR
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Lo que queremos evidenciar es que el emprendedor sustenta gran parte de su aprendizaje
en fuentes no convencionales. Más que en cualquier otra ocupación, se trata de un
aprendizaje experiencial y relacional. Aprender sobre todo por ensayo y error en contacto
con clientes, proveedores, competidores y en general con toda persona, empresa,
institución, situación o circunstancia relacionada con los negocios.
No es casual por lo tanto que gran parte de los empresarios sean empíricos, es decir
aprendieron lo que saben hacer en un trabajo anterior, un pasatiempo o una actividad
familiar. Asimismo, es frecuente que los empresarios no se caractericen por tener una
trayectoria académica intachable. Al contrario, por lo común son personas inquietas que
difícilmente ven satisfechas sus expectativas de realización personal en un curso
convencional donde cercenan la creatividad o la posibilidad de expresarse a través de
actividades generadoras de ingresos. Además, existen docentes y orientadores que poco
ayudan a generar un entorno de aprendizaje favorable para este tipo de personas, con
mayor razón si se dejan llevar por el autoritarismo, la enseñanza unidireccional tradicional,
el temor a romper con la rutina o los convencionalismos, etc.
5. ¿COMO EVALUAR EL POTENCIAL EMPRESARIAL CON FINES FORMATIVOS?
Para quienes realizan labores de orientación es fundamental poder identificar en los jóvenes
su potencial empresarial, no sólo al inicio de un año académico sino desde la más temprana
edad. Las finalidades de tal práctica son múltiples pero, tal como se ha venido insistiendo en
esta guía, podemos decir que el objetivo es que quienes orientan estén en capacidad de
informar, orientar, formar, asesorar y acompañar a los emprendedores en su aventura
empresarial. No se trata sólo de impartir tal o cual concepto de gestión o determinada
técnica de producción.
Un primer elemento de identificación del potencial es la segmentación del público-objetivo,
es decir cómo clasificamos a nuestros beneficiarios en base a sus posibilidades de hacer
negocio. No es una tarea sencilla y la responsabilidad es muy grande ya que de nuestro
diagnóstico certero dependerá buena parte de las decisiones que cada joven tome en el
tema empresarial. No se trata tampoco de discriminar, segregar o establecer grupos
contrapuestos (por un lado los emprendedores y por otro los no-emprendedores). La idea es
desarrollar estrategias diferenciadas que permitan estimular las actitudes y aptitudes
emprendedoras de todos los jóvenes, siendo conscientes que algunos están más cerca de
formar un negocio y/o tienen, en teoría, más posibilidades que otros. Los que están al otro
extremo requerirán de la debida atención ya que probablemente provienen de medios poco
proclives a crear empresas.
Para efectos de una segmentación concreta, lo habitual es referirse a variables como el
grado de instrucción, el nivel socio-económico, el sexo, el distrito de residencia. Todo eso es
importante, sin embargo poco nos dice sobre lo cercano o lejano que está el joven de crear
un negocio. De acuerdo a nuestra experiencia, consideramos que una de las variables más
importantes para hacer una macro-segmentación es la posición frente al evento
empresarial.
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En los programas de apoyo a las PYMES es corriente que se hable de la antigüedad de la
empresa, del sector económico o variables similares. Sin embargo, la inmensa mayoría de
estas iniciativas está dirigida a negocios en funcionamiento de un año de antigüedad como
mínimo y conducidos por empresarios relativa o ampliamente experimentados. Nosotros
consideramos que debe tomarse en cuenta también a los que recién han creado un negocio,
están a punto de hacerlo o simplemente están madurando su vocación empresarial.
La idea de establecer criterios de segmentación se sustenta en las necesidades de formación
y orientación diferenciadas de cada sub-grupo de jóvenes. En efecto, no es lo mismo tener
una idea ya definida en fase de implementación como negocio que pensar en crear un
negocio en un futuro mediato. Pregunte usted en un aula de 40 alumnos en promedio
cuántos corresponden a las categorías mencionadas y se encontrará con sorpresas. Incluso
en cursos con adolescentes hallará jóvenes que están más cerca de crear un negocio que
otros.
Con la finalidad de afinar criterios proponemos la siguiente clasificación para jóvenes que
tengan entre 15 y 30 años:
• Ya está en la ejecución de sus planes
• Ha tomado la decisión y tiene ya definido cuáles son los pasos que debe seguir
• Ya tiene una idea clara del tipo de negocio, está averiguando cómo hacerlo
• Ha tomado la decisión de crear un negocio, aún no sabe muy bien qué hacer ni
cómo
• Aún no toma la decisión de crear un negocio
Como verán, un nivel sigue al anterior en el camino a la creación del negocio propio.
Podríamos haber clasificado al público objetivo entre quienes tienen un negocio y quienes
piensan poner uno. Esto es totalmente válido si nuestra especialidad es informar sobre
cuestiones generales de formación de empresas. Sin embargo, si nuestra tarea es orientar y
formar emprendedores, sobre todo mientras más se acerquen a la vida adulta, mayor es la
necesidad de definir con precisión la situación de cada joven con respecto a crear una
empresa.
Mientras más se pone “de moda” el tema de creación de empresas, más son los jóvenes que
expresan su deseo de dedicarse a la actividad empresarial. Sin embargo, del dicho al hecho
hay mucho trecho como reza el refrán. La experiencia de promoción y formación de
emprendedores nos plantea la necesidad de segmentar con minuciosidad el público
consumidor de nuestros servicios, con la finalidad de satisfacer mejor las necesidades
específicas de cada joven.
Por otro lado, de acuerdo a la experiencia acumulada por diversos organismos que
promueven la creación de empresas en la región quisiéramos presentar un conjunto de 10
factores que se encuentran fuertemente correlacionados con el éxito. Como lo hemos
manifestado anteriormente, el éxito empresarial es un hecho social y, en consecuencia,
tiene una relación muy estrecha con el entorno cultural, la mentalidad imperante o la
percepción que la población de referencia tiene del éxito.
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LOS 10 FACTORES SEÑALADOS EN LA PRÁCTICA INTERACTÚAN Y SE ENTRELAZAN
FUERTEMENTE. ASIMISMO, CARECEN DE SENTIDO ANALIZADOS FUERA DE LA IDEA DE
NEGOCIO O ACTIVIDAD ECONÓMICA A LA QUE SE DEDICA EL JOVEN. ES DECIR, NO BASTA
TENER UNA FUERTE MOTIVACION DE LOGRO O SÓLIDAS REDES DE APOYO, YA QUE ES
PROBABLE QUE EL CAPITAL DISPONIBLE NO SEA SUFICIENTE O LA EXPERIENCIA LABORAL
SEA MUY INCIPIENTE FRENTE A DETERMINADA IDEA DE NEGOCIO.
ESTOS FACTORES TIENEN SENTIDO RELACIONADOS CON UNA IDEA DE NEGOCIO
ESPECIFICA. ASI COMO NO HAY IDEAS DE NEGOCIO EN ABSTRACTO, TAMPOCO HAY
EMPRENDEDORES EN ABSTRACTO QUE POR SUS SOLAS CARACTERISTICAS PERSONALES
PUEDAN TENER ÉXITO.
FACTORES CORRELACIONADOS CON EL EXITO EMPRESARIAL EN JOVENES
Antecedentes familiares
Redes de apoyo
Preparación y planificación de la inserción en el mercado
Experiencia laboral
Coherencia persona / idea de negocio
Recursos disponibles
Capacidad de ahorro
Proyecto de vida
Hábitos y valores
Motivación
DESCRIPCIÓN
• Presencia de familiares directos vinculados a la actividad empresarial o de trabajo
independiente y con los cuales los jóvenes hayan tenido y/o tengan contacto
• Proveedores y clientes potenciales, líderes de opinión y personas que toman
decisiones vinculadas a los negocios.
• Grado de elaboración y preparación de la idea de negocio. Esto no implica
necesariamente una investigación de mercado o un perfil de proyecto
académicamente intachables, mas sí un sólido conocimiento de las oportunidades y
riesgos que conlleva el negocio elegido.
• Tanto el tiempo como el tipo de experiencia laboral (formal o informal, dependiente
y/o independiente), previa a la formación del negocio.
• Para el primer y segundo negocio por lo menos que una persona crea es un aspecto
crucial el que haya coherencia entre lo que se plantea como idea y las aptitudes,
actitudes o expectativas del emprendedor. Esto se refiere no sólo a dinero en efectivo
– así este no sea cuantitativamente muy significativo en la mayoría de casos sino
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también a la posibilidad de acceder a equipos, maquinarias, locales, etc. Se expresa en
el capital que el joven ha sido capaz de acumular
• La trascendencia que el proyecto empresarial adquiere en la vida del joven – opción de
vida - así como los medios y la consistencia de las estrategias para lograr su proyecto.
• Las prácticas concretas en las que el joven demuestre disciplina, capacidad de trabajo,
responsabilidad, deseo de superación y capacidad de ahorro. Estas reflejan los valores
que subyacen a los comportamientos de los jóvenes.
• Deseo de autonomía e independencia, motivación de logro.
Ahora bien, para los orientadores interesados en utilizar estos criterios les recomendamos
tenerlos como referencia para el análisis de casos concretos. A medida que vayan
elaborando una base de datos de sus alumnos podrán ir estableciendo la ponderación ideal
de estos factores ya que esta es variable dependiendo de cada realidad.
6. ¿CÓMO APOYAR A LOS JOVENES EMPRENDEDORES? PERCEPCIONES DE LOS PROPIOS
JOVENES.
La empatía, es decir esa capacidad de “ponerse en el lugar del otro” es una cualidad
indispensable sobre todo en lo que a jóvenes emprendedores se refiere. Con esa finalidad a
continuación reseñamos diferentes percepciones de jóvenes emprendedores de la región
latinoamericana sobre las formas o mecanismos que mejor se adaptarían a la promoción de
los emprendimientos juveniles.
Hemos preferido mantener en su formulación original los planteamientos de los jóvenes, ya
que si bien podemos no estar de acuerdo con todo lo que manifiestan, lo importante es
saber, en primer lugar, escucharlos. Se presenta la información de acuerdo a los siguientes
temas:
• Asesoría y orientación para jóvenes
• Factores del éxito
• Financiamiento para jóvenes creadores de empresas
• Formación para jóvenes emprendedores
• Oportunidades de negocio
• Programa de desarrollo de jóvenes emprendedores
Particular interés reviste en nuestra opinión la sección sobre los factores del éxito que de
algún modo insiste en el tema de la auto percepción de las fortalezas y debilidades. Por otro
lado, la sección sobre oportunidades de negocio no deja de ser una visión interesante ya que
permite apreciar ese “olfato de negocios” desarrollado por los jóvenes como parte del
contexto de aprendizaje ya mencionado líneas arriba.
En cualquiera de los casos, un elemento importante de subrayar es la capacidad de los
jóvenes de observar su entorno y de identificar los problemas que enfrentan a diario. Esto
no se limita a cuestiones muy “concretas” o directamente relacionadas con su quehacer
18

empresarial. No nos sorprende – aunque sí podría suceder esto con personas que no
trabajan con jóvenes – la lucidez y capacidad para plantear soluciones.
Algunas pueden ser interpretadas como demandas y hasta reinvidicaciones, pero en todos
los casos ponen en evidencia la capacidad de los jóvenes emprendedores para pensar y
analizar críticamente la realidad. Esperemos que esto ayude a derribar mitos y prejuicios en
torno a ellos y a una supuesta visión puramente pragmática y utilitaria de las cosas.
- ASESORÍA Y ORIENTACIÓN PARA JÓVENES
¿Qué información requerimos?
1. Gestión empresarial.
2. Costos.
3. Estudio del mercado.
4. Préstamos.
5. Formalización de empresas.
6. Marketing.
7. Publicidad.
¿Qué problemas hemos podido observar?
1. Percepción negativa del asesor.
2. Información teórica
3. Alto costo.
4. Poca oferta de asesores.
¿Cuáles son las causas probables de estos problemas?
1. No hay oferta especializada de servicios.
2. Carencia de información para la creación de empresas.
3. Conflicto de expectativas respecto del asesor.
4. Uso de asesores sólo por obligaciones legales y/o tributarias.
Soluciones posibles:
1. Implementar puntos de atención en asesoría especializada en diferentes áreas
geográficas.
2. Formar redes de apoyo para intercambio de servicios (derivar usuarios).
3. Fomentar la formación de asesores para pequeñas empresas.
4. Falta de herramientas adecuadas para el trabajo de jóvenes creadores.
- FACTORES DEL ÉXITO
¿Cuáles son los Factores del éxito?
1. Lograr metas
2. Vencer obstáculos
3. Desarrollarse constantemente (proyectarse hacia el futuro)
4. Trabajar en función a las exigencias del mercado
5. Sentirse realizado en el trabajo
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6. Crear una buena imagen de la empresa
7. Ser competitivo y creativo para obtener utilidades
¿Cuáles son los obstáculos para lograr el éxito?
• Empirismo
• Recesión económica
• Personal inadecuado
• Competencia
• Dejadez
• Derrota
• Incapacidad
• Restricciones en crédito
• No saber administrar por falta de preparación
• No valorar su trabajo.
• No tener convicción en lo que se hace.
• No tener ética.
• Tratar mal al cliente
• No tener ideas
• Mala materia prima
• Bajo precio de los competidores
• Mal servicio al cliente
¿Qué es el éxito?
• El éxito se logra sobre la base del trabajo personal, enfrentando los obstáculos que
presenta el medio, con empeño, constancia y ética.
• El conocer las necesidades y exigencias del mercado, nos llevará a alcanzar el éxito
perdurable convirtiéndonos así en gestores de nuestro propio ÉXITO.
¿Qué problemas hemos observado?
• Los jóvenes no podemos cumplir con los requisitos que exigen las entidades
que prestan dinero (Garantías, Historial, Formalización, etc.).
• La gente tiene poca credibilidad en las ideas de los jóvenes.
• Nos faltan relaciones para conseguir financiamiento.
¿Cuáles son las causas probables de esos problemas?
• Costos de formalización son altos al inicio.
• Falta de costumbre o temor al préstamo.
• Como jóvenes, recién nos iniciamos en actividades comerciales.
• No hemos buscado conscientemente redes de apoyo a nuestro favor.
• No existen leyes que favorezcan créditos a jóvenes.
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¿Cuáles son las alternativas de solución posibles?:
• Cambio de actitud de los jóvenes hacia la responsabilidad y los valores.
• Informarse mejor sobre mecanismos legales para aligerar la carga tributaria al
inicio.
• Solicitar pequeños créditos hasta vencer el temor.
• Ingresar al sistema financiero mediante apertura de cuenta corriente personal
para registrar los movimientos del negocio con el fin de lograr en el corto
plazo créditos esperados.
• Trabajar y ahorrar más.
• Pedir al estado que dicte normas que permitan el acceso de jóvenes al
crédito.
- FINANCIAMIENTO PARA JÓVENES CREADORES DE EMPRESA
¿Qué problemas hemos identificado?
• Desconocimiento de instituciones de bajo costo.
• Costo alto de ingreso a entidades educativas.
• Carencia de información para empresarios.
• Conocimiento empírico de los empresarios no coincide con academicismo.
• Falta de docentes con experiencia práctica.
• Formación superior sólo para formar empresas grandes.
¿Cuáles son las probables causas de estos problemas?
• Identificación errada con el rol “empresario”.
• Falta de medio de información adecuado.
• Hábito no adecuado de búsqueda de información.
• Sistema educativo inadecuado, poco sustento en la realidad, poco práctico.
• Falta de recursos de los jóvenes.
• Falta de infraestructura y equipamiento adecuado.
• No existe una visión del concepto “educación para la empresa”.
¿Cuáles son las alternativas de solución posibles?
• Colocar puntos de información en zonas de mayor concentración de jóvenes
emprendedores.
• Agrupar la información para negocios en una misma entidad que los difunda.
• Identificar a los jóvenes que quieran hacer empresa.
• Cursos por especialidad en negocio.
• La municipalidad debe fomentar cursos locales, premiar con contratos.
• Crear un fondo municipal de estudio para jóvenes empresarios.
• Dar incentivos específicos para jóvenes empresarios.
• Reformas educativas en todos los niveles el 60% formación práctica.
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FORMACIÓN PARA JÓVENES EMPRENDEDORES
¿Qué problemas hemos detectado?
1. Falta de identificación y difusión de las Oportunidades de Negocio.
2. Saturación de mercado dificulta las Oportunidades de Negocio por productos
importados.
3. Falta de fondos de riesgo (líneas de crédito) para la implementación de las ideas
de negocio con condiciones adecuadas.
4. Falta de fomentos e incentivos (concursos, exoneraciones tributarias) para
aprovechar las Oportunidades de Negocio.
5. Falta de capacitación y asesoramiento para hacer realidad Oportunidades de
Negocio.
6. Falta de difusión y desarrollo de tecnologías apropiadas de acuerdo a la realidad
de la zona.
7. Mucho conformismo, dependencia y pasividad para buscar Oportunidades de
Negocio.
8. Falta de investigación de nuevas Oportunidades de Negocio a partir de las
potencialidades de las diferentes zonas.
9. Falta de programas de motivación del espíritu emprendedor para estudiantes y
docentes de instituciones educativas.
10. Falta de información estadística accesible y de calidad sobre tendencia del
mercado.
11. Falta de apoyo descentralizado para hacer realidad las Oportunidades de
Negocio.
¿Cuáles son las causas probables de estos problemas?
1. Falta de instituciones especializadas.
2. Liberación del mercado inadecuado sin proteger a sectores claves.
3. Las instituciones bancarias no quieren financiar negocios por su alto riesgo.
4. Falta de sensibilización sobre la importancia del fomento de negocios.
5. Falta de programas especializados.
6. Desinterés de las instituciones que deben investigar y desarrollar tecnologías
apropiadas (universidades).
7. Condicionamiento cultural del sistema educativo y social.
8. La currícula del estado no orienta hacia una actitud emprendedora.
9. Docentes desactualizados y desarticulados de la realidad económica.
10. Falta de difusión sobre éxitos empresariales y de empresarios educadores.
11. Falta de desarrollo de sistemas apropiados públicos y privados.
12. Carencia de política de estado realmente descentralista
¿Cuáles son las alternativas de solución posibles?
1. Crear instituciones especializadas.
2. Protección de sectores estratégicos con plazos definidos y apoyo para mejorar la
competitividad empresarial.
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3. Creación de líneas de crédito públicas y privadas para financiamiento de nuevos
negocios.
4. Esfuerzo en conjunto del estado y el sector privado para el fomento e incentivo
de Nuevas Oportunidades.
5. Programas de fomento a la investigación e innovaciones aplicadas a la zona.
6. Incorporación a la currícula educativa.
PROGRAMA DE DESARROLLO DE JÓVENES EMPRENDEDORES
¿Qué problemas hemos identificado?
1. Programa de motivación empresarial.
2. Los gobiernos central y local no toman interés en la micro y pequeña empresa.
3. Falta de capacitación y asesoramiento.
4. Ausencia de financiamiento para jóvenes.
5. Falta de información de programa empresarial.
6. Amnistía tributaria y local para las empresas nuevas.
¿Cuáles son las causas probables de estos problemas?
1. Desinterés del gobierno central y local.
2. Centralización.
3. Paradigmas creados por colegios y universidades.
4. Ni las instituciones financieras ni las instituciones públicas creen en los
proyectos de los jóvenes.
5. El gobierno central y local, hasta la fecha, han visto a la micro empresa sólo con
ojos de aportadores de impuestos.
¿Cuáles son las alternativas de solución posibles?
1. Centros de formación juvenil de líderes empresarios.
2. Descentralización, delegar poder.
3. Cambios de una nueva metodología educativa.
4. Crear ONG’s, gremios, en todos los departamentos que financien los proyectos
de los jóvenes.
5. Difusión en los medios de comunicación.
6. Crear nuevas leyes de amnistía tributaria para nuevas micro empresas.
23

¿QUÉ COMPETENCIAS DEBEN TENER LAS PERSONAS QUE FORMAN Y ORIENTAN A
JOVENES EMPRENDEDORES?
Hagamos previamente, una reflexión sobre lo inadecuado del enfoque tradicional de
educación formal a-crítica y poco emprendedora, que lejos de estimular la adquisición de
competencias empresariales, termina muchas veces por desanimar y frustrar a jóvenes
empresarios potenciales. Para ello hemos seleccionado un testimonio que nos parece
sumamente aleccionador:
“A uno de los estudiantes nuestros, la profesora lo describía como un vago. Esta
persona se sentaba atrás, no hacía nada, simplemente se sentaba y lo que sucedía
era que de golpe esta persona se involucró en el grado doce con el curso
empresarial y la profesora decía: ‘tengo a este tipo otra vez’. A este muchacho al
principio no le gustó el curso, pero a medida que participaba empezó a ser
responsable y estar a cargo de su propia educación y de lo que estaba haciendo.
Todos tenían que iniciar un negocio como parte del curso, y él empezó con un
negocio de limpieza y la profesora le dijo: ‘¿Cómo va su negocio de limpieza?’. Este
tipo de negocio lo iniciaban la mayoría de los estudiantes y lo cerraban en tres
semanas. Esta persona empezó su negocio de limpieza en salones de exhibición de
automóviles. De pronto se dieron cuenta que en matemáticas estaba mejorando,
porque empezó a trabajar en finanzas, su idioma empezó a mejorar porque tenía
que escribir cartas a sus clientes para explicarles qué hacía.
Después empezó un negocio un poco más grande, empezó su negocio de limpieza
de nuevo y al final del año el profesor recibió un reporte que decía que este
estudiante se convirtió en uno de los mejores estudiantes y había ganado 50,000
U$ ese año con su negocio: era más que lo que ganaba su profesor. En este
momento, él ha comprado una compañía que tiene empleados propios.
CURTIS, Christopher: “Desarrollo curricular para la educación empresarial” in Actas
del Congreso de Espíritu Empresarial del ICESI. 1989
Quien transmite este testimonio pone en evidencia el desfase existente entre la enseñanza
formalmente concebida y practicada y las necesidades reales de formación y orientación del
empresario en potencia. El profesor tuvo que adaptar su visión de la educación y su método
pedagógico a la realidad del joven estudiante. Las repercusiones para el joven en términos
personales – inserción laboral positiva, crecimiento personal – y, por qué no decirlo, para la
sociedad en su conjunto – creación de empleo, generación de tributos – son evidentes.
En el capítulo precedente pusimos el acento en cuestiones claves relacionadas con la
formación de emprendedores: el empresario se hace y aprende por experiencia e
interacción principalmente. Las preguntas que nos hacemos al respecto como formadores y
orientadores son: ¿qué competencias debemos tener, adquirir o desarrollar para ser eficaces
en nuestra labor con jóvenes emprendedores? ¿Cuáles son las principales barreras o
24

limitaciones que frecuentemente se encuentran para una formación y orientación adecuada
con este tipo de público?
Se plantea en realidad una situación un tanto paradójica, porque si bien reconocemos el
papel crucial del docente y del orientador en la formación de competencias emprendedoras,
debemos ser honestos en reiterar que lo esencial de la actividad empresarial aparentemente
no se adquiriría en el salón de clase ni en el espacio que se le asigna a un orientador
vocacional por ejemplo, sino a través de la experiencia y la relación interpersonal..
Debemos reconocer que cada vez es más importante el número de docentes y de
orientadores que se interesan por tratar estos temas. Muchos de ellos trabajan en
condiciones lamentables, lo cual enaltece aún más su esfuerzo. En todo caso, desearíamos
que esta guía aporte elementos para el análisis y la acción en la formación de jóvenes
emprendedores. Es por ello que proporcionamos a continuación, un modelo que permite
comprender mejor las competencias que el docente y orientador debe adquirir y/o
desarrollar para estimular en los jóvenes la creación de empresas:
SISTEMA DE DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS DEL DOCENTE PARA ESTIMULAR
EMPRESAS EN FASE DE CREACION
• CAPACIDAD DE SELECCIONAR Y CONTRATAR ESPECIALISTAS EN FUNCION A LAS
NECESIDADES
• CAPACIDAD DE IDENTIFICAR LAS TAREAS Y NECESIDADES DE FORMACION PARA
EMPRESAS EN FASE DE CREACIÓN
• CAPACIDAD DE INCREMENTAR LA MOTIVACION Y COMPROMISO DE LOS
PARTICIPANTES
• CAPACIDAD DE RELACIONAR LAS EMPRESAS EN FASE DE CREACION CON
ORGANISMOS EXTERNOS PERTINENTES
• CAPACIDAD DE SEGMENTAR EL MERCADO DE LA FORMACION PARA EMPRESAS EN
FASE DE CREACIÓN
• CAPACIDAD DE ELABORAR PROGRAMAS DE DIVERSAS DURACIONES
Este esquema, desarrollado por ALAN GIBB, plantea 5 competencias que todo formador y
orientador debería tener cuando de estimular la creación de empresas se trata. Se aprecia
nítidamente que, a excepción de la de “incrementar motivación y compromiso de
participantes”, todas las demás no implican necesariamente el impartir clases. Es decir, un
formador y orientador de emprendedores no debería limitarse a dictar conceptos de gestión
empresarial. Su labor es en realidad más compleja.
En efecto, a imagen del emprendedor, el docente y el orientador deben ser también un
emprendedor. No estamos diciendo que debe ser un empresario necesariamente, mas sí
25

tener la capacidad de relacionarse, tomar la iniciativa, innovar, etc. Debe asimismo tener un
buen conocimiento del mercado, principalmente de su público-objetivo. Generalmente, los
docentes y los orientadores se olvidan que los alumnos son también los clientes.
Dentro de un enfoque limitado de la actividad docente y del orientador tiene sentido afirmar
lo que la mayoría supone, es decir, que su rol se restringe a su labor de dictar clases o de
aplicar tal o cual test psicológico. Dentro de ésa lógica es obvio que el impacto de la
educación formal y de la labor de orientación vocacional en la formación de competencias
empresariales se perciba como muy reducido. Es más, hemos tenido la oportunidad de
escuchar a prestigiosos académicos, sobre todo universitarios, sostener que no es el rol del
centro educativo y del docente u orientador formar empresarios.
Nosotros discrepamos de este enfoque. En realidad el rol del docente y del orientador es
clave, y debe ser sobre todo un facilitador, es decir una persona con la suficiente habilidad
para proporcionar a los beneficiarios contactos potenciales y recursos informativos o
pedagógicos relacionados con la creación de empresas. No debemos exagerar tampoco sus
posibilidades reales de influencia, pero sí debe estar en capacidad de enseñarle a los jóvenes
a aprender a emprender.
En todo caso, este rol del docente y orientador emprendedor es mucho más importante en
entornos de pobreza. Imaginémonos a los centros educativos situados en las zonas de mayor
pobreza de nuestros países y nos daremos cuenta del rol crucial de estos profesionales. En
esas localidades los referentes institucionales prácticamente no existen y los jóvenes se
hallan con frecuencia expuestos a entornos de alto riesgo. Las oportunidades de empleo
escasean y cientos de miles de jóvenes se “inventan” su propio empleo creando su propio
puesto de trabajo, generalmente desprovistos de información y de una formación adecuada
para hacerlo.
¿Somos los docentes y los orientadores responsables del futuro de los jóvenes? En nuestra
opinión sí, responsabilidad que lógicamente compartimos y no asumimos con exclusividad.
Si esto es así, es en gran parte nuestra responsabilidad informar, orientar, formar y
acompañar a los jóvenes que forman sus propios negocios. Es un error pensar que solo la
lógica del mercado se encargará de expulsar a los ineficientes. Cuando sabemos que la
mayoría de negocios de jóvenes – cuya tasa de mortalidad, dicho sea de paso, es muy
superior al promedio de empresas - dejan de funcionar por falta de información, formación o
asesoría adecuadas, nos daremos cuenta de la trascendencia de la labor docente y
orientadora.
Reiteramos, la tarea de formar emprendedores no se limita a las cuatro paredes de un aula o
de una oficina de orientación vocacional. Requerimos docentes y orientadores
emprendedores que sepan interpretar las necesidades de los jóvenes y que con creatividad,
audacia y perseverancia sepan superar las limitaciones imperantes en los sistemas
educativos de nuestros países.
Sin ánimo de ser redundante queda en evidencia una vez más la amplitud de la labor
docente y orientadora: identificar necesidades de los clientes (alumnos, existentes o
potenciales), organizar y llevar a cabo los programas, evaluar, y, lo que nos parece muy
26

importante, difundir los programas. No pretendemos que los docentes y los orientadores
desarrollen todas estas competencias de buenas a primeras. Es un esquema ideal al cual se
debería llegar. Sin embargo, cabría preguntarse cuáles de todas estas poseemos ya y,
principalmente, cuáles nos faltan aún adquirir.
Por regla general, repito, nos limitamos al diseño de los cursos y a impartir clases en el caso
de los docentes, y a dar pequeñas charlas vocacionales y aplicar test en el caso de los
orientadores. Como se puede apreciar, debemos ir más allá de esta reducida visión. En el
fondo, este cuadro de competencias genéricas de GIBB y la Universidad de DURHAM,
plantean con toda nitidez la necesidad de que el docente y el orientador desarrollen un
ENFOQUE DE MERCADO. Es decir, deben ser capaces de conocer a sus clientes, identificar y
satisfacer sus necesidades de formación, organizar y “marquetear” los programas, etc.
Sabemos bien que la sola mención de la palabra MERCADO puede erizar la piel de muchos
docentes, orientadores, autoridades y hasta dirigentes magisteriales. El sentido que le
queremos dar no implica necesariamente una cuestión económica que nos lleve a afirmar
que sólo los cursos o formaciones “rentables” son viables, aunque con legítimo derecho
puede, si lo desea, utilizarlo de ese modo un docente, un orientador o un centro educativo.
El enfoque de mercado en este caso se refiere a la necesidad de conocer a fondo a nuestro
público objetivo y diseñar “productos” formativos y de orientación que se adapten a sus
necesidades y que en consecuencia proporcionen herramientas que les sean prácticas y
útiles para la actividad empresarial.
Si la analogía es válida, sucede lo mismo entre un docente centrado en su curso o un
orientador centrado en su test con un empresario centrado en su producto. Pueden tener
cualidades intrínsecas innegables – solidez pedagógica o validez interna por un lado o
atributos de calidad envidiables por el otro – pero ¿se adecuan acaso al público? ¿Los
clientes y consumidores verán en ellos una posibilidad real de satisfacer sus necesidades? Tal
vez las altas tasas de deserción puedan ser un indicador de que hay un desfase entre lo que
nosotros creemos que debemos enseñar u orientar y lo que los jóvenes emprendedores
necesitan para desempeñarse en el mundo de los negocios.
27

INICIATIVAS PARA ESTIMULAR EL ESPIRITU EMPRENDEDOR Y LA FORMACION
EMPRENDEDORA
El siguiente es un listado descriptivo que sugiere diversas iniciativas con fines de formación y
orientación para jóvenes emprendedores. Se basan en experiencias prácticas llevadas a cabo
por diversas organizaciones tanto en el Perú como en el extranjero, y pueden ser de fácil
aplicación por orientadores y pedagogos. La idea central es que tanto el docente como el
orientador desarrollen acciones con fuerte vinculación con la práctica y el entorno
circundante. El Centro Educativo puede ser un espacio ideal para estas actividades pero
también otros espacios públicos que orientadores o funcionarios del sector Trabajo, por
ejemplo, pueden utilizar y acondicionar para promover un mayor acercamiento entre los
jóvenes y el emprendimiento.
OBJETIVO
LA SEMANA DE LA CREACIÓN DE EMPRESAS
Sensibilizar a toda la población del Centro Educativo – Director, docentes,
administrativos, alumnos y también padres de familia – así como a la localidad en la
que está situado en el tema de creación de negocios.
DESCRIPCION
La semana de la creación de empresas es una acción que comprende varias actividades
en la cual se involucran todos los estamentos del centro educativo e inclusive los
padres de familia y comunidad en general a lo largo de una semana. De algún modo se
asemejan a las ferias de ciencia y tecnología o a las semanas de la educación técnica,
con la diferencia sustancial que el eje es la creación de negocios con jóvenes
especialmente. Es por ello que sugerimos que, utilizando el local del CE, se realicen
actividades que expresen realizaciones concretas y prácticas o en las que, en todo
caso, se propicie un espacio de debate en torno al tema. Es por lo tanto una iniciativa
abierta al público y de clara proyección a la comunidad. Estas actividades pueden ser:
• Feria de exhibición y venta de productos y servicios de jóvenes emprendedores:
Los jóvenes estudiantes del CE que ya tengan sus propios negocios y aquellos que
han desarrollado proyectos productivos como parte de la formación impartida en el
CE. Esto genera un efecto demostrativo importante y además contribuye a que los
jóvenes emprendedores perciban que el sistema educativo formal es un espacio en
el que pueden realizar su vocación emprendedora. El objetivo no es sólo de venta,
para lo cual además hay que acondicionar los espacios idóneos como el patio
central del CE por ejemplo, sino de poner en contacto a emprendedores con la
comunidad en general.
• Feria de presentación de instituciones y empresas: Se trata de invitar a Bancos,
financieras, empresas asentadas en la localidad y/o padres de familia que posean
empresas. Esto ayuda a establecer lazos y contactos entre estas entidades y el CE.
28

Ambos aprenden a conocerse mutuamente y a derribar prejuicios o ideas preconcebidas.
Asimismo contribuye a que el CE se posicione en la comunidad – es
decir sea percibido – como un ente vivo en permanente adaptación a los cambios
del entorno. Muchas veces las autoridades educativas y los docentes mantienen
aislado al CE de la realidad circundante, casi como para evitar supuestas
“contaminaciones” o injerencias del exterior. Una Feria como la que proponemos,
como parte de la SEMANA DE LA CREACION DE EMPRESAS, derriba estas falsas
creencias.
• Coloquio sobre la creación de negocios con jóvenes emprendedores: Un coloquio
es un excelente mecanismo para propiciar un debate en el CE sobre el tema de la
creación de empresas. ¿Cuáles deberían ser las preguntas claves que animen este
coloquio? Estas son en realidad muy sencillas: ¿Cómo se puede apoyar la creación
de empresas de jóvenes estudiantes desde el Centro Educativo? ¿Cuáles son los
contenidos de un curso de gestión empresarial dirigido a jóvenes emprendedores?
¿Cómo desarrollar planes de estudios que incentiven el espíritu empresarial en el
Centro Educativo? ¿Cuáles son las competencias empresariales y qué necesitan
saber y hacer los docentes y profesionales del sector educación para educar a sus
alumnos en esa orientación? Este coloquio debería contar con la presentación de
ponencias o exposiciones a cargo de especialistas y empresarios.
• Rueda de Negocios: Este es un mecanismo bastante sencillo de promover el
intercambio de bienes y servicios entre ofertantes y demandantes. Por lo general se
utiliza dentro de una feria comercial para optimizar las reuniones de negocios y las
transacciones comerciales entre empresas. Para el caso del CE se trata simplemente
de retomar la idea básica y, a lo largo de un mediodía o un día entero, confeccionar
una agenda de reuniones entre los diferentes expositores de las ferias descritas
anteriormente. Para ello se hace previamente una relación con las reuniones
solicitadas para luego establecer los horarios respectivos. Las reuniones pueden
tener una duración promedio de media hora y facilitan el contacto directo entre,
por ejemplo, un joven empresario de confecciones y un padre de familia propietario
de un negocio que provee de insumos para la confección. Puede ser también entre
un docente interesado en desarrollar un proyecto productivo en el CE y una
empresa dispuesta a colaborar brindando prácticas a los alumnos.
DURACION
Como bien dice el título de esta actividad, la duración es de una semana. En esta se
alternan las diferentes actividades propuestas. Ahora bien, lo ideal es hacerla a inicios
del año escolar como parte del lanzamiento de las mismas. Esta actividad puede servir
como marco rector para las otras actividades de promoción del espíritu empresarial en
el CE. Sin embargo, hay consideraciones prácticas que no deben dejarse de lado. Como
parte de la semana es vender, lo ideal es que coincida por lo tanto con un fin de mes o
una temporada de compras. Asimismo, si se pretende promover la participación de
jóvenes que hayan desarrollado proyectos productivos del CE tendría que hacerse a
final de año. En todo caso, lo importante es organizar la actividad con la debida
29

anticipación y tener claro en qué medida se encuadra dentro de los objetivos
institucionales del CE.
RECOMENDACIONES
Es probable que al leer estas líneas muchos docentes y orientadores se interroguen,
con justa razón además, por cuestiones muy concretas que dificultarían llevar a cabo
esta SEMANA DE LA CREACION DE EMPRESAS. Nos imaginamos igualmente que
muchos pueden percibirla como una actividad complicada y por lo tanto asumirla
como una pesada carga. Si bien demanda bastante trabajo y esfuerzo, no es en sí una
actividad complicada. Más bien permite que los docentes y orientadores desarrollen
una característica esencial de los emprendedores cual es la de establecer relaciones,
contactos y construir una red de apoyo. Vemos en todo caso algunas de esas
limitaciones:
• Limitaciones económicas: Si bien es cierto las ferias en particular demandan una
cierta infraestructura y la difusión del evento de medios adecuados, no
necesariamente se requieren grandes recursos como para hacerlas realidad. En
efecto, una feria requiere de mesas en las cuales exhibir productos y un patio donde
instalarse. Los expositores, sobre todo los jóvenes, deben organizarse para hacerse
responsables de la decoración y presentación de los stands – no olvidemos que ellos
van a vender y obtener una ganancia – así como de parte de la seguridad mientras
dure el evento. A las empresas e instituciones se les puede solicitar una
contribución económica a cambio de un espacio, aunque frecuentemente estas
cuentan con sus carpas y toldos de exhibición propios. En todo caso, este tipo de
actividades son muy bien vistas por empresas privadas que por lo general están
llanas a colaborar con eventos que promuevan el espíritu empresarial. No
olvidemos que un CE promedio puede tener entre 500 y 1000 alumnos. Si sumamos
a ellos los padres de familia y la población circundante, fácilmente se puede
asegurar un flujo de 4 a 5 mil personas durante la semana, cifra que es atractiva
para cualquier empresa comercial.
• Limitaciones administrativas: El acondicionar stands o invitar a gente externa al CE,
así como suspender las clases durante una semana, son sólo algunos ejemplos que
naturalmente pueden plantear dificultades sobre todo de carácter administrativo,
llámese autorizaciones u otros. Cada docente u orientador y cada CE son
conscientes de las limitaciones que en ese sentido enfrenta y en función de ellas
debe programar las características de la semana. Felizmente el sistema educativo
formal es cada vez más permeable a este tipo de iniciativas. En todo caso, creemos
que no deben dejar de hacerse. Si, por ejemplo, es difícil exponer al CE a controles y
fiscalizaciones del Estado en materia tributaria por el hecho de auspiciar la venta de
productos – no olvidemos que probablemente muchos de los jóvenes
emprendedores en estratos de menores ingresos son aún informales – se limita la
Feria exclusivamente a la exhibición. En ese sentido es bueno recordar que en las
ferias no solo se vende sino que se establecen contactos para ventas futuras. Por
otro lado, se puede optar por hacer un evento más centrado en los estudiantes y
padres de familia, lo cual tampoco invalida la iniciativa propuesta.
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Falta de participación: Puede haber un cierto temor de parte de docentes
organizadores por la respuesta tanto del alumnado como de las empresas y la
comunidad en general. A imagen del empresario que recién empieza y no sabe si
venderá, el docente u orientador, sobre todo cuando se inicia en estos temas, teme
por el éxito de su convocatoria. “¿Vendrá la gente?”. Y por supuesto que sí. Tal vez
puede suceder que no asistan mares incontenibles de personas pero por lo menos
el mercado cautivo del colegio – alumnos, padres de familia y población de las
zonas circundantes – de algún modo u otro sí participará.
Finalmente, es importante que la SEMANA DE LA CREACION DE EMPRESAS no se
confunda con otras actividades como las destinadas exclusivamente a generar ingresos
para los CE o promover objetivos diferentes (clausura del año escolar por ejemplo).
Debe ser una semana con identidad propia en donde todo apunte a poner en relieve la
importancia y necesidad de fomentar un espíritu empresarial y la creación de
empresas. Lo ideal sería por lo tanto que culmine con actos públicos – clausura del
colegio, premiación al mejor proyecto de los jóvenes, etc. – que “marquen” el evento y
queden como huellas indelebles.
OBJETIVOS
PROYECTOS PRODUCTIVOS
· Iniciar a los jóvenes en la puesta en marcha de una iniciativa generadora de ingresos
· Favorecer el aprendizaje a través de la práctica de los conceptos de creación y
gestión de negocios aprendidos en el aula.
DESCRIPCION
Esta es en realidad una actividad bastante difundida de acuerdo a lo que hemos
podido observar en numerosos centros educativos (CE). Puede adquirir diversas
formas como por ejemplo: biohuertos creados por alumnos como parte de un módulo
laboral, simulación de un negocio nuevo en el que participan varios alumnos –
“accionistas” – con roles definidos, etc. En general, cualquier actividad que permita a
los alumnos entrar en contacto con el ciclo de la producción y la venta, pasando por el
necesario contacto con el mercado, es positiva para la formación de actitudes y
aptitudes favorables a la creación de negocios. Un ejemplo clásico es la constitución de
grupos al interior del aula dentro de una especialidad productiva – confecciones,
soldadura, etc. – y el posterior desarrollo de un proyecto productivo.
RECOMENDACIONES
Recomendamos desarrollar proyectos productivos no centrados exclusivamente en el
aprendizaje de un oficio o especialidad técnica, sino en el ciclo completo de la
producción y comercialización. La iniciativa podría tener mejores resultados en jóvenes
adolescentes e incluso en púberes – que desconocen en su mayoría lo que significa
producir y vender – más que en jóvenes adultos. No olvidemos que en estratos de
31

menores ingresos la edad promedio de inicio en los negocios es los 18-19 años, y en
ese caso lo que requieren es más que nada una orientación práctica en la gestión,
sobre todo comercial, de sus negocios.
El proyecto productivo, repito, puede ser una actividad que ocupe buena parte del año
académico y lo recomendable es que ayude a desarrollar en los jóvenes el hábito de
trabajo en equipo, razón por la cual se aconseja desarrollarla en grupos. En este caso,
no es aconsejable imponer determinadas ideas de negocios ni formar grupos
artificialmente. Son necesarias algunas sesiones previas para sensibilizar a los alumnos
y a la vez ir detectando alternativas posibles de inversión y afinidades entre las
personas, de modo que la elección de las ideas de negocio y los grupos se formen
naturalmente.
Existen obviamente restricciones, como por ejemplo en el tema de las especialidades
técnicas. Es probable que un CE solo tenga equipos de electricidad y sus alumnos sean
formados en carreras afines. En todo caso, nuestra propuesta va más por el lado de
generar actividades como parte consustancial del curso de gestión. Es decir, si les
enseñamos a elaborar un perfil de inversión, es imprescindible acompañar el esfuerzo
teórico con una práctica concreta. En ese sentido lo interesante es no restringir las
posibilidades de negocios al tema productivo. Es más, en ciertas zonas
económicamente deprimidas, las oportunidades más accesibles para personas que no
tienen ningún conocimiento ni experiencia en la creación de negocios, son las
actividades comerciales.
En todo caso, es bueno reiterar que el proyecto productivo no implica circunscribirse al
aprendizaje de un oficio. Tan importante como eso es aprender a crear y gestionar
nuevos negocios, por pequeños y efímeros que estos sean. Los jóvenes experimentan
de este modo un contacto directo con el mercado así como la transformación de
materias primas y venta de productos o servicios. Ese “aprender-haciendo” es
fundamental y enseña a los alumnos, entre otras cosas, lo que significa administrar
recursos o gestionar la incertidumbre, elementos que forman parte de la vida diaria de
los empresarios.
Puede haber obviamente limitaciones de tipo económico por ejemplo para realizar
estas acciones (compra de materiales, equipos, etc). Esto exige del docente u
orienrador una mayor capacidad de adaptación y no rechazar en consecuencia ninguna
idea de negocio, que no infrinja lógicamente las normas. Asimismo, en el caso de
contar con maquinarias y equipos, estas es una excelente oportunidad de utilizarlos
para promover iniciativas empresariales. En muchos CE las máquinas solo se utilizan en
horarios de clase cuando bien podrían estar al servicio de jóvenes emprendedores,
como una suerte de incubadora de empresas. Entendemos que absurdas disposiciones
administrativas con frecuencia obstaculizan este objetivo, pero depende también de la
habilidad de los directores y/o docentes de hallar espacios de negociación y
“flexibilización” de las normas, lo que no significa transgredirlas.
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TESTIMONIOS DE EMPRESARIOS
OBJETIVO
• Incentivar a los jóvenes a crear negocios mostrándoles iniciativas reales y concretas
de hacer empresa.
• Desarrollar en los jóvenes imágenes o estereotipos sobre lo que hace y lo que
significa ser un empresario.
DESCRIPCION
Se trata de invitar a un empresario para que comparta su experiencia de vida con los
jóvenes. Como parte de un curso laboral, de introducción a los negocios o de gestión
empresarial o como parte de una labor de orientación vocacional, esta iniciativa es de
suma importancia ya que permite a los jóvenes entrar en contacto con una persona de
carne y hueso. La visita al aula puede durar una hora y media en promedio y sugerimos
utilizar las siguientes pautas para estimular el intercambio de ideas entre el
empresario y los alumnos:
GUIA DE REFERENCIA PARA ENTREVISTAR EMPRESARIOS
¿A QUIEN SE PUEDE ENTREVISTAR?
El empresario debe ser propietario – aunque pueda compartir la propiedad con
otros inversionistas – pero sobre todo debe participar directamente en la gestión
del negocio. No interesa tanto si se trata de una micro, pequeña, mediana o gran
empresa, todo depende del público al que se esté dirigiendo y de la accesibilidad
a los potenciales invitados.
La siguiente es una guía de referencia para realizar la presentación del
testimonio del empresario
1. SOBRE EL EMPRESARIO
a. Datos generales
Edad, Sexo, grado de instrucción, nombre de la empresa
b. Preguntas diversas:
• ¿Podría narrarme su historia personal? ¿Cómo empezó a ser empresario?
• ¿En su familia hay empresarios? ¿Influyeron en su decisión de ser
empresario?
• ¿Hace cuánto tiempo formó esta empresa?
• ¿Cómo se le ocurrió esta idea de negocio?
• ¿Cómo obtuvo los capitales y recursos necesarios para iniciar su empresa?
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• ¿Por qué se hizo empresario?
• ¿Dónde y cuándo aprendió lo que hace ahora?
• ¿Cuáles fueron las dificultades más importantes que tuvo que afrontar
durante los dos primeros años de su negocio? ¿Cómo logró superarlas?
• ¿Considera usted que las relaciones y contactos son importantes para
iniciar un negocio? ¿En el rubro en el que usted se encuentra, qué tipo de
contactos son los más recomendables?
• ¿Qué cree usted que se necesita para tener éxito en los negocios?
• ¿Hace uso de tecnologías de información? ¿Cuáles?
• ¿Qué posibilidades de crear empresas cree usted que tienen los egresados
de ciencias y artes de la comunicación?
2. SOBRE LA EMPRESA
• ¿En qué consiste el negocio que usted tiene (describirlo)?
• ¿De qué manera se distingue o diferencia de otras empresas?
• ¿Qué fortalezas debe tener un negocio como el suyo para ser exitoso?
• ¿Cuánto se necesita para iniciar un negocio como el suyo? ¿En qué se
necesita invertir básicamente?
• ¿Cómo clasificaría su empresa: micro, pequeña, mediana o grande?
• ¿Cuántos trabajadores laboran en su empresa?
• ¿Qué labores específicas realiza en la empresa?
• ¿Tiene usted un organigrama? ¿Cómo se organiza?
• ¿Cuál es su sistema de ventas?
• ¿Cómo ve las perspectivas actuales del mercado específico en el que se
desenvuelve?
• ¿Qué alternativas de negocios diferentes al suyo ve en el rubro al que se
dedica?
Esta guía de referencia insiste no solo en el tema de gestión de la empresa sino
básicamente en la empresa vista desde la historia de vida de quien la creó. Como lo
hemos manifestado ya, en la inmensa mayoría de negocios nuevos la biografía del
empresario es inseparable de la historia de la empresa que crea.
Debemos hacer recordar igualmente que en estratos de menores ingresos,
frecuentemente se tiene una idea distorsionada del empresario y de lo que significa
hacer empresa. Existe bastante desinformación y prejuicios lamentablemente muy
arraigados en ciertos casos. En ese aspecto, lo importante es que el docente invite a un
empresario de la localidad, alguien que pueda ser percibido como del mismo entorno
y/o procedencia por los estudiantes. Un empresario de mayor prestigio puede también
ser de utilidad, pero su experiencia vital puede ser muy distante de la de cualquier
joven que enfrenta duras carencias materiales en su vida diaria.
Con frecuencia se cree que el empresario exitoso es el que posee una gran empresa y
vive en zonas residenciales y se menosprecia al pequeño empresario que con mucho
esfuerzo y asumiendo grandes riesgos logró crear y sostener un negocio. Al presentar a
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empresarios de pequeña o mediana empresa de extracción popular, se está
contribuyendo a que los jóvenes puedan identificarse con él y comprendan en toda su
dimensión lo que significa el éxito. La experiencia en el tema nos señala que se trata de
una situación sumamente enriquecedora, tanto para los alumnos como para el propio
empresario.
RECOMENDACIONES
• Disponibilidad de tiempo de los empresarios: es cierto, se trata de personas
ocupadas y que además creen que los jóvenes no sabrán aprovechar de su
experiencia e historia de vida. Los horarios de los CE, por lo común tan estrictos y
muchas veces rígidos, son muy diferentes a los de los empresarios. Tratemos por lo
tanto de adaptarnos al ritmo de los empresarios y programemos con antelación en
base a la disponibilidad horaria de los empresarios. No son personas renuentes a
colaborar si se les explica el objetivo de la actividad. Muy por el contrario, suelen
ser muy colaboradores y la experiencia sirve para involucrarlo también en la red de
apoyo al colegio. Tarde o temprano este empresario dará prácticas a jóvenes del CE,
apoyará con aportes específicos, participará en las ferias organizadas por el CE, etc.
• ¿Puede considerarse la presencia de un empresario como un buen soporte
académico? La interrogante es hasta cierto punto válida. En efecto, las trayectorias
de los empresarios ponen en evidencia que muchos de ellos no han destacado
como alumnos modelo en las aulas. Es muy común que los empresarios hayan
tenido una escolaridad trunca y hasta no necesariamente guarden un recuerdo
positivo de su paso por las aulas. Recordemos que la mayor parte de ellos se
dedican a especialidades que no aprendieron en el sistema educativo formal –
aprendieron en la práctica – y muchos de ellos debieron dejar los estudios por
razones económicas y dedicarse a los negocios para generarse un ingreso.
Aún con todos lo elementos mencionados consideramos que la presencia de un
empresario es igualmente válida. Los jóvenes requieren contrastar permanentemente
con la realidad la validez de lo aprendido en las aulas, y el empresario pone en
evidencia modalidades de aprendizaje básicamente relacionales que son muy
importantes para los estudiantes. Asimismo, en entornos de pobreza, los jóvenes
carecen de modelos de referencia empresariales a partir de los cuales construir sus
propias orientaciones profesionales. Se les bombardea con información sobre estudios
superiores, sin advertirles, dicho sea de paso, sobre las posibilidades reales de logro, y
paralelamente brilla por su ausencia cualquier información relacionada con la
profesión de empresario. El testimonio de un empresario puede ser en ese sentido
muy enriquecedor.
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OBJETIVO
CONCURSO PARA JÓVENES EMPRENDEDORES Y CREADORES DE NEGOCIOS
• Incentivar el desarrollo de ideas de negocio
• Estimular la creatividad de los estudiantes y una actitud favorable a la competencia
teniendo como eje la identificación de ideas de negocios
• Sensibilizar a la opinión pública sobre el tema de los jóvenes creadores de negocios
• Identificar a creadores de negocios y apoyarlos en la formación de sus empresas.
DESCRIPCION
Consideramos que esta iniciativa es muy importante y permite movilizar a personas e
instituciones en pro del objetivo mayor, cual es la promoción de la creación de
negocios y a través de ellos la generación de empleo. Sin embargo, un concurso puede
tener propósitos muy diversos y por lo tanto, antes de realizarlo, es conveniente fijar
con claridad los objetivos que se están buscando así como los medios de los que se
dispone. En líneas generales, los concursos se caracterizan por convocar a una lid
abierta a jóvenes interesados en desarrollar ideas de negocios. Se definen ciertas
reglas de juego y luego se selecciona a los ganadores para finalmente entregarles los
premios.
Es conveniente poner en marcha un concurso un poco más ambicioso que pueda
cumplir, obviamente en medida de lo posible, con los objetivos señalados líneas arriba.
Eso sí, hay que tener mucho cuidado en no generar falsas expectativas. Con frecuencia
las personas se dejan llevar por la emoción y creen que basta con plantear en el papel
ideas innovadoras. La realidad es bastante más compleja. Para ello recomendamos los
siguientes pasos:
1. Conformar un equipo responsable: difícilmente una sola persona puede llevar a
cabo una tarea tan ambiciosa. Lo ideal es que al menos 3 docentes, orientadores y
autoridades se hagan cargo del concurso, es más, es clave que los directores de los
CE se involucren también en la realización de la actividad.
2. Definir los objetivos: Si no se tiene experiencia en el tema, lo ideal es limitarse a
realizar una convocatoria más restringida – por ejemplo en los últimos años de
formación – y premiar a un número reducido de candidatos – 10 por ejemplo – a los
cuales podamos brindar un acompañamiento en la creación de sus negocios. En el
otro extremo, es absolutamente válido querer apoyar la creación efectiva de
negocios. Esto es muy útil como efecto demostrativo, sin embargo, requiere de un
esfuerzo de largo aliento y de una cierta experiencia en el mundo de los negocios. Si
no es así, lo mejor es ir avanzando gradualmente.
3. Definir el público-objetivo: no todos los jóvenes se encuentran en la misma
situación ni todos desean ser empresarios. Un concurso puede suscitar el interés,
sin embargo, de todos ellos. El entusiasmo desbordante de los jóvenes puede hacer
que perdamos de vista la heterogeneidad del público-objetivo. Es muy distinto
convocar a jóvenes que ni siquiera han definido la idea de negocio así tengan una
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gran motivación de emprender, que convocar a jóvenes con negocios ya en marcha
o que de algún modo participan ya en la gestión del negocio familiar.
4. Fijar las reglas de juego: es clave determinar con toda la precisión del caso los
alcances del concurso, esto es, lo relacionado a los premios, el financiamiento si es
que se obtienen los recursos, el aporte de los jóvenes, la propiedad intelectual de
las ideas, los requisitos para participar, etc.
5. Hacer un inventario de los medios disponibles y una estrategia clara para cubrir
los déficits existentes: en efecto, buena parte del éxito de un concurso radica en la
capacidad que tengan los docentes de establecer alianzas, convenios o relaciones
con especialistas, instituciones o empresas dispuestas a apoyar la iniciativa.
Estamos hablando, por ejemplo, de apoyo en personal calificado, dinero para los
premios, fondos para préstamos o empresarios dispuestos a integrar el jurado
calificador. Esto no debe amilanar a los docentes y orientadores emprendedores, al
contrario, debe servirles para desarrollar sus propias competencias emprendedoras.
6. Llevar registros: Es importante que se elabore un mínimo de registros ya sea de
participantes, ideas de negocios, instituciones cooperantes, etc. Todo esto sirve
para llevar una suerte de “medición” año tras año de los logros alcanzados.
Asimismo, permite tener información más exacta del alcance real de la iniciativa.
7. Definir las fases del proceso: Las que sugerimos comprenden la convocatoria,
inscripción, capacitación y asesoría para elaborar el Plan de Negocios, calificación de
los proyectos, selección, entrega de premios, asesoría y capacitación para la
creación de los negocios y, finalmente, vinculación de los ganadores con
instituciones especializadas para consolidar los nuevos negocios. En otras palabras
se trata de un proceso que va desde el diseño del evento hasta la consolidación de
los nuevos negocios.
DURACION
Lo recomendable es que un concurso no dure menos de 3 ni más de 7 meses en su fase
previa y hasta 12 meses adicionales para el acompañamiento de las nuevas iniciativas.
Debe dárseles a los jóvenes el tiempo suficiente para desarrollar sus ideas de negocios.
Esta actividad debería incluso incorporarse en el calendario anual del CE.
RECOMENDACIONES (Haciendo hincapié en las situaciones posibles)
Ahora bien, es evidente que una iniciativa de este tipo puede originar diversos
problemas de orden logístico, administrativo u otros. Veamos algunas
recomendaciones al respecto:
• Cuidado con las expectativas: se ha mencionado ya este aspecto con el cual se debe
ser muy precavido. Los jóvenes creen en lo que hacemos y debemos estar a la altura
de las expectativas que generamos. Los mensajes deben ser claros, particularmente
en lo que concierne a los premios y a las posibilidades de crear efectivamente los
negocios. No olvidemos que es un concurso y que por lo tanto no todos van a ganar,
en consecuencia es importante conversar permanentemente con los jóvenes para
ayudarlos a administrar situaciones de estrés o frustraciones potenciales. Asimismo,
se debe ser muy claro con los ganadores que, si quieren ser empresarios, es porque
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están dispuestos a asumir riesgos y eso implica, entre otras cosas, que no esperen
recibir dádivas, subvenciones o cuestiones por el estilo, y que más bien de ellos
depende esencialmente el que los negocios se lleven a cabo.
• ¿Premiar ideas o apoyar proyectos?: al respecto hemos podido notar que existe una
fuerte tentación por hacer concursos de ideas, de preferencia muy innovadoras
pero absolutamente irrealizables en la práctica. Se puede premiar solo ideas, pero
el concurso debe ser lo suficientemente explícito al respecto, de lo contrario los
jóvenes van a suponer que los proyectos se llevarán a la práctica tal como están
planteados y con financiamiento de terceros. Esto no es real, sobre todo en
entornos de pobreza. Planteamos más bien incentivar la creación de negocios en la
realidad, así se trate de muy pequeñas iniciativas y ello requiere de una serie de
pasos ya explicitados.
• Empezar gradualmente: Como se ha detallado ya, lo importante es avanzar
gradualmente en función a la madurez que el CE desarrolle en el tema y cómo los
orientadores se inserten en él. Finalmente lo que interesa es que esta iniciativa se
instituya como una actividad permanente.
• El eje no es el financiamiento: insistimos en esta idea particularmente en lo referido
a la generación de falsas expectativas. No es bajo ningún punto de vista
conveniente, así se hayan conseguido los recursos, financiar nuevas iniciativas de
jóvenes sin experiencia, sin contacto real con el mercado y sin una participación
importante en asumir los riesgos de la nueva empresa (estamos hablando también
del aporte propio). Se corre un gran riesgo si se lanza un concurso con esas
características, ya que lo más probable es que los jóvenes no estén en condiciones
de reembolsar el préstamo o hagan un uso inadecuado del premio ganado. Esto
generaría desencantos y frustraciones, el desánimo cundiría en el CE y con ello se
afectaría seriamente cualquier intento futuro de promover el espíritu empresarial.
Nosotros recomendamos concentrarse en ofrecer a los jóvenes capacitación y
asesoría, tanto antes como después de formado el negocio, así como un apoyo
efectivo en comercialización. De acuerdo a nuestras investigaciones, incluso en
estratos de menores ingresos, los jóvenes inician sus negocios con capitales propios,
por reducidos que estos sean, asumiendo en consecuencia el riesgo principal.
• Rodearse de red de apoyo, sobre todo si se quiere apoyar a nuevas iniciativas: Una
vez más resulta clave saber rodearse de instituciones, empresas y personalidades
que puedan, desde distintas ópticas, apoyar este proceso. Pueden ser empresarios
de la localidad que participen en el jurado calificador, instituciones que brinden
asesoría especializada en la fase de acompañamiento o personalidades que apoyen
obteniendo auspicios para el concurso. En todo caso, es igualmente importante
formalizar, en medida de lo posible, todos los apoyos ofrecidos. Repetimos, las
personas y las empresas se contagian del entusiasmo de los jóvenes y caen en la
tentación de ofrecer apoyos o ayudas que luego les será difícil de asumir en la
realidad.
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