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La Meteorología y los medios de comunicación social - Divulgameteo

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este contexto, nos habríamos <strong>de</strong> referir a <strong>los</strong> refranes meteorológicos. Nuestro queridocompañero, recientemente <strong>de</strong>saparecido, José Sánchez Egea, <strong>de</strong>jó un precioso trabajosobre la paremiología meteorológica.Para muchos, el nacimiento <strong>de</strong> la <strong>Meteorología</strong>, como una ciencia racionalbasada en la física <strong>de</strong> la atmósfera, parte <strong>de</strong> la invención <strong>de</strong>l barómetro por Torricelli en1643. <strong>La</strong>s observaciones meteorológicas son aparatos científicos se inician, por tanto,en el siglo XVII. <strong>La</strong>s técnicas <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> las informaciones meteorológicas lleganbastante más tar<strong>de</strong>, podríamos <strong>de</strong>cir que sig<strong>los</strong> <strong>de</strong>spués, y no sería inexacto asociarlascon la aparición <strong>de</strong>l telégrafo eléctrico.Fue el almirante inglés Fitz Roy, a mediados <strong>de</strong>l siglo pasado, una <strong>de</strong> lasprimeras personas que utilizó el telégrafo para agrupar mensajes meteorológicos <strong>de</strong>diversos puntos, y que se comunicaban a <strong>los</strong> marinos mediante un sistema <strong>de</strong> señalesópticas, que i<strong>de</strong>ó el propio Fitz Roy. En el Weather Book, publicado en 1854, seexamina una terminología a<strong>de</strong>cuada para publicar predicciones y cómo conseguir queéstas sean fiables. A la persona que preparaba la predicción se le dice que empleepalabras que indiquen el grado posible <strong>de</strong> variación y la cantidad <strong>de</strong> lluvia o <strong>de</strong> nieve, lafuerza prevista <strong>de</strong>l viento y su correspondiente dirección; asimismo, se indicaba en elcitado libro que en las predicciones no <strong>de</strong>be rehuirse la repetición insistente, inclusoaunque día tras día y para un lugar tras otro se diga siempre lo mismo. Incluso serecordaba que si nada ocurre <strong>de</strong> particular tiene mucho valor <strong>de</strong>cir expresamente: “Nohace mal tiempo.”<strong>La</strong>s técnicas y <strong>los</strong> conocimientos en materia <strong>de</strong> predicción han ido progresandocon rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Fitz Roy, pero cuando se trata <strong>de</strong> comunicar lainformación sobre la predicción meteorológica al público en general, también hoy esnecesario reflexionar cuidadosamente, como hacía Fitz Roy, acerca <strong>de</strong> <strong>los</strong> intereses einclinaciones <strong>de</strong> quien la recibe leyéndola, oyéndola o viéndola en imágenes.<strong>La</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo, arte y ciencia<strong>La</strong> predicción, que en principio se consi<strong>de</strong>ró un arte, ha tenido en <strong>los</strong> últimos<strong>de</strong>cenios una proporción creciente <strong>de</strong> componente científica. Por otra parte, a medidaque se han ido perfeccionando las comunicaciones, <strong>los</strong> meteorólogos <strong>de</strong> todo el mundohan aprovechado la oportunidad <strong>de</strong> reunir más y más información, elaborarla yproporcionar mejores predicciones al público. En este aspecto, ha sido <strong>de</strong>cisiva lacoordinación <strong>de</strong> un servicio mundial <strong>de</strong> comunicaciones, realizada por la OrganizaciónMeteorológica Mundial, <strong>de</strong> modo que <strong>los</strong> datos meteorológicos <strong>de</strong> cada país setransmiten varias veces al día al mundo entero. Este intercambio operativo internacional<strong>de</strong> datos meteorológicos, que se inició en condiciones muy precarias, ha ido creciendopaulatinamente. Hoy en día, las observaciones <strong>de</strong> unas 7.000 estaciones terrestres y <strong>de</strong>500 buques en el mar, se encuentran a disposición <strong>de</strong> <strong>los</strong> meteorólogos <strong>de</strong>l mundoentero en un plazo <strong>de</strong> unas dos horas y media a partir <strong>de</strong>l momento <strong>de</strong> la observación.En este intercambio participan todos <strong>los</strong> países sin excepción. Des<strong>de</strong> el <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong>1960, estas observaciones se complementan mediante la información recibidadirectamente <strong>de</strong> <strong>los</strong> satélites meteorológicos que giran en el espacio.2


Buena parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> progresos realizados en la precisión <strong>de</strong> las predicciones <strong>de</strong>ltiempo son <strong>de</strong>bidas, en gran medida, a la pronta disponibilidad <strong>de</strong> información <strong>de</strong> todoel globo, y también a la capacidad <strong>de</strong> la informática para absorberla y procesarla a granvelocidad, lo que ha posibilitado la aplicación <strong>de</strong> mo<strong>de</strong><strong>los</strong> matemáticos al estudio <strong>de</strong> <strong>los</strong>procesos atmosféricos.Cómo hacer llegar la información al públicoA medida que se han ido perfeccionando las predicciones, las previsiones se hanvuelto más pormenorizadas y han abarcado plazos cada vez mayores. <strong>La</strong> cantidad <strong>de</strong>información que <strong>los</strong> meteorólogos han tratado <strong>de</strong> comunicar al público ha planteadoalgunos problemas. En primer lugar, se ha registrado una ten<strong>de</strong>ncia a dar tal cantidad <strong>de</strong>información, que diríase a veces que la gente no llega a distinguir el bosque <strong>de</strong> <strong>los</strong>árboles. <strong>La</strong> simple previsión como se formulaba el siglo pasado, al <strong>de</strong>cir “mañanalloverá”, con frecuencia se ha convertido en un complicado conjunto <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mayor o menor lluvia, con <strong>de</strong>talles según diversos factores. Así pues, como preveía FitzRoy, ha sido necesario imponer una cierta disciplina en materia <strong>de</strong> predicción, por locual el meteorólogo ha tenido que hacerse más experto en <strong>comunicación</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>serlo en <strong>Meteorología</strong>.En segundo lugar está la falta <strong>de</strong> espacio en <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong>. Hayperiódicos que <strong>de</strong>dican amplias secciones para predicciones e informaciones completas.Otros, resumen o reducen, a veces con las prisas que acompañan frecuentemente lastareas <strong>de</strong> composición y confección en <strong>los</strong> diarios, y esas prisas no son,<strong>de</strong>safortunadamente, una garantía <strong>de</strong> la preservación <strong>de</strong>l contenido esencial <strong>de</strong> lasinformaciones y pronósticos. Al meteorólogo autor <strong>de</strong> tales pronósticos, rara vez lecomplace totalmente el resultado, y se ve obligado a aceptarlo como un mal menor yuna exigencia <strong>de</strong> las circunstancias.Un tercer aspecto a consi<strong>de</strong>rar, y que ha evolucionado <strong>de</strong>cisivamente, ha sido larelación meteorólogo y usuario. Tiempo atrás, muchas personas interesadas por una uotra razón en conocer y compren<strong>de</strong>r el tiempo, se ponían en contacto verbal o telefónicocon el meteorólogo, para quien a menudo resultaba incluso gratificante contestar apreguntas concretas sobre el estado y la evolución <strong>de</strong>l tiempo. Esto resultabaparticularmente frecuente en las predicciones <strong>de</strong>stinadas a la aviación, y también en lasorientadas a la navegación marítima y agricultura. Sin embargo, en <strong>los</strong> últimos años elreconocimiento por parte <strong>de</strong>l público <strong>de</strong> la utilidad <strong>de</strong> las predicciones meteorológicas,ha superado la capacidad <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> <strong>los</strong> servicios meteorológicos, en lo que serefiere al acceso directo <strong>de</strong>l usuario al meteorólogo. Ha sido preciso recurrir a otrosprocedimientos para aten<strong>de</strong>r a la <strong>de</strong>manda, y esto ha habido que realizarlo teniendo encuenta las necesida<strong>de</strong>s específicas <strong>de</strong> cada tipo <strong>de</strong> usuario. Con todo, no pue<strong>de</strong> serevitado, en buen número <strong>de</strong> <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong> predicción al público, el que un particularacceda al meteorólogo cuando expresa un calificado interés en su consulta. A vecesresulta que tal consulta es un tanto trivial o <strong>de</strong> un carácter muy particularizado; otrasveces en cambio, quizá las menos, tiene entidad suficiente para retener la atención y eltiempo <strong>de</strong>l meteorólogo, que por lo regular, y al menos en nuestro Instituto Nacional <strong>de</strong><strong>Meteorología</strong>, normalmente atien<strong>de</strong> a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>l solicitante. Cierto que ello <strong>de</strong>beríase lo excepcional, y para aten<strong>de</strong>r a las masivas necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> usuarios, ha sidopreciso arbitrar <strong>medios</strong> especializados, tales como oficinas meteorológicas en <strong>los</strong>3


aeropuertos y las emisiones radiadas para la navegación marítima, que incluyenboletines informativos y mapas meteorológicos transmitidos por radiofacsímil. Para <strong>los</strong>transportes terrestres y las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la agricultura, se han habilitado sistemas <strong>de</strong>información por radio y teléfono con boletines continuamente actualizados y, másrecientemente, con vi<strong>de</strong>otextos que pue<strong>de</strong>n ser recibidos en pantalla por usuariosabonados al sistema. En la República Fe<strong>de</strong>ral Alemana se ha establecido un serviciotelefónico con informaciones grabadas; el número <strong>de</strong> llamadas anuales pasó <strong>de</strong> 167.000en 1978 a más <strong>de</strong> ocho millones en 1987.En cualquier caso se pue<strong>de</strong> afirmar que a medida que han aparecido serviciosespecializados, se ha hecho precisa una tipificación en la forma <strong>de</strong> elaborar y presentar<strong>los</strong> productos meteorológicos. Así, la comunidad aeronáutica requiere una informaciónmuy concreta, en forma especificada según las normas y métodos recomendados porOACI (Organización <strong>de</strong> Aviación Civil Internacional), concisa, unívoca y sin prosainnecesaria. En cambio, el hombre <strong>de</strong> la calle requiere, por lo regular, otro tipo <strong>de</strong>información; se precisa <strong>de</strong> alguna manera estimular su atención para atraerla hacia lomás sustantivo, podrá ser algo repetitiva y tendrán alto grado <strong>de</strong> significaciónpormenores tales como las referencias a la sensación <strong>de</strong> calor, <strong>de</strong> humedad o <strong>de</strong> fresco.Una temperatura <strong>de</strong> 24 grados con un 100 por 100 <strong>de</strong> humedad pue<strong>de</strong> ser másinsoportable que una <strong>de</strong> casi 40 grados con sequedad absoluta un viento leve. Todasestas matizaciones pue<strong>de</strong>n ser esenciales en el servicio al público.Probablemente aumentará el interés por la predicción meteorológica si gracias aella se consigue incrementar gradualmente el conocimiento y la comprensión <strong>de</strong> la<strong>Meteorología</strong> en general. Al mismo tiempo, el valor y la utilidad <strong>de</strong> la predicción seránmucho mayores si quien la recibe apren<strong>de</strong> a conocer las razones en que se basan lasexpresiones <strong>de</strong> confianza en las predicciones y las razones por las cuales, por ejemplo,se dice que las lluvias serán generales o dispersas.En <strong>los</strong> últimos <strong>de</strong>cenios, en la técnica <strong>de</strong> transmisión <strong>de</strong> la informaciónmeteorológica ha tenido entrada un factor <strong>de</strong>cisivo: la imagen, y la posibilidad <strong>de</strong> sutransmisión a distancia. De ahí la enorme importancia <strong>de</strong> la televisión en la difusión <strong>de</strong>la información meteorológica. Por ello, no sólo el entendimiento, sino también lacredibilidad <strong>de</strong> una predicción aumentan enormemente cuando se pue<strong>de</strong> presentar unavista real <strong>de</strong> la atmósfera terrestre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el espacio. El espectador relaciona así su propiaexperiencia <strong>de</strong>l tiempo que hace, y <strong>de</strong>l tiempo previsto en la predicción, con lo queobserva en la imagen proporcionada por el satélite. Así se vera inclinado a aceptar quelas nubes cumuliformes dispersas significan realmente una variabilidad espacial <strong>de</strong> laprecipitación, y acertará a interpretar expresiones como “chubascos dispersos”, “nubes yclaros” y otras análogas.Los servicios <strong>de</strong>stinados al público en generalUn importante factor en la evolución <strong>de</strong> <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong> predicciónmeteorológica para el público en general, ha sido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, la evolución <strong>de</strong> <strong>los</strong>propios <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong>. A su vez, <strong>los</strong> responsables <strong>de</strong> la prensa, la radio y latelevisión han pasado a consi<strong>de</strong>rar predicciones meteorológicas como parte integrante<strong>de</strong> las noticias y <strong>de</strong>l servicio informativo que proporcionan. Hoy consi<strong>de</strong>ran que lapredicción meteorológica es una información <strong>de</strong> gran interés para una nutrida audiencia.4


Sin embargo, “el matrimonio entre predicción meteorológica y <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong><strong>comunicación</strong> nunca ha sido especialmente feliz, aunque siempre se haya reconocido laimportancia <strong>de</strong> continuar juntos”. A <strong>los</strong> <strong>medios</strong> les ha interesado sobre todo el estilo <strong>de</strong>la presentación y sus efectos. Al meteorólogo y al predictor local, en cambio, les hainteresado el contenido y la precisión. Estas puntualizaciones no son nuestras; proce<strong>de</strong>n<strong>de</strong> las Organización Meteorológica Mundial.No preten<strong>de</strong>mos con ello entrar en lo que pudiéramos llamar discusiones <strong>de</strong>familia. Lo que es verda<strong>de</strong>ramente importante y pudiera ser la i<strong>de</strong>a central <strong>de</strong> lareflexión <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> hoy, es que la información meteorológica, las predicciones, tienenque ser realmente útiles e interesantes para el <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong> las mismas, conin<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que resulten gratas o no a su oídos. <strong>La</strong>s informaciones meteorológicassólo pue<strong>de</strong>n tener connotaciones meteorológicas, y no <strong>de</strong> otro tipo.Los servicios meteorológicos y <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong> examinadosa escala mundialAcerca <strong>de</strong> este amplísimo tema, podríamos sintetizar estos comentarios:Aunque en muchos países africanos se emite información meteorológica portelevisión diariamente, el uso regular <strong>de</strong> este medio con tal fin todavía no estáampliamente extendido. Algunos países utilizan la televisión en caso <strong>de</strong> fenómenosmeteorológicos extremos que amenazan propieda<strong>de</strong>s y la vida <strong>de</strong> las personas. <strong>La</strong>sequía africana ha constituido un tema <strong>de</strong> gran interés durante el último <strong>de</strong>cenio, ymuchas publicaciones locales y nacionales han <strong>de</strong>dicado un consi<strong>de</strong>rable espacio a estefenómeno.En Asia merece citarse el caso <strong>de</strong> Hong Kong, don<strong>de</strong> proporcionan extensosboletines que abarcan casi toda Asia oriental y área <strong>de</strong> Filipinas; todos <strong>los</strong> canales <strong>de</strong>televisión retransmiten un informa meteorológico durante sus programas <strong>de</strong> tar<strong>de</strong>, conpredicciones locales e internacionales. En la India, la predicción correspondiente a todoel país se comunica cuatro veces al día. En el Japón existen más <strong>de</strong> 100 estaciones <strong>de</strong>televisión, cada una <strong>de</strong> las cuales retransmite más <strong>de</strong> 20 programas meteorológicos aldía. Es usual que el meteorólogo sea entrevistado, y el diálogo con lo presentadores sealterna con la presentación gráfica <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong>l tiempo. En Tailandia, el ServicioMeteorológico tiene previsto establecer ca<strong>de</strong>nas propias <strong>de</strong> radio para informar alpúblico; en este país, en la época <strong>de</strong>l monzón húmedo, hay una gran <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>información meteorológica y también hidrológica.En Canadá tienen por norma utilizar todo lo posible <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong>para difundir la información meteorológica, que se proporciona gratuitamente. Loscentros y las oficinas meteorológicas informan por teléfono a <strong>los</strong> corresponsales locales.Con frecuencia se presentan notas <strong>de</strong> prensa y boletines sobre <strong>los</strong> principales fenómenosmeteorológicos. De cuando en cuando, ciertos funcionarios meteorológicos seentrevistan por la radio o la televisión.En <strong>los</strong> Estados Unidos <strong>de</strong> América se utiliza la radio, la televisión y la prensapara difundir información meteorológica. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS)transmite directamente a <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus oficinas <strong>de</strong> predicción,5


por medio <strong>de</strong>l Servicio Telegráfico Meteorológico <strong>de</strong>l la Administración Nacional <strong>de</strong>lOcéano y la Atmósfera (NOAA) (NWWS) y <strong>de</strong> la Radio Meteorológica <strong>de</strong> la NOAA,que llega aproximadamente al 90 por 100 <strong>de</strong> la población estadouni<strong>de</strong>nse. El ServicioMeteorológico distribuye las predicciones y <strong>los</strong> avisos a todos <strong>los</strong> abonados que <strong>de</strong>seenrecibir tal información. <strong>La</strong> mayoría <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong> han firmadoacuerdos con el NWS por <strong>los</strong> que se comprometen a no modificar <strong>los</strong> avisos oficiales.A<strong>de</strong>más, el NWS constituye parte integrante <strong>de</strong>l sistema nacional <strong>de</strong> radiodifusión <strong>de</strong>emergencia, por medio <strong>de</strong>l cual las emisoras <strong>de</strong> cada comunidad local, actuandocolectivamente, garantizan una rápida información al público acerca <strong>de</strong> <strong>los</strong> avisos sobrepeligros meteorológicos. El Servicio Meteorológico y <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong>mantienen estrechas relaciones, robustecidas, por ejemplo, mediante la participación <strong>de</strong>meteorólogos en las reuniones <strong>de</strong> diversas organizaciones <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong><strong>comunicación</strong>, por <strong>los</strong> cursil<strong>los</strong> <strong>de</strong> trabajos prácticos sobre huracanes y condicionesmeteorológicas peligrosas, la conferencia anual sobre meteorología radiofónica, y unaconferencia <strong>de</strong> prensa anual en la que se proporciona información acerca <strong>de</strong> lasprevisiones sobre la temperatura y la precipitación durante <strong>los</strong> 90 días <strong>de</strong> invierno en <strong>los</strong>Estados Unidos. A<strong>de</strong>más, un funcionario <strong>de</strong> asuntos públicos sirve <strong>de</strong> enlace entre elNWS y <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong> para el suministro <strong>de</strong> noticias.En Europa, en general, la prensa publica extensos boletines basados en lainformación <strong>de</strong> <strong>los</strong> servicios meteorológicos. En Alemania, <strong>los</strong> periódicos pagan uncanon, en función <strong>de</strong> la tirada; en otros países hay diferentes fórmulas <strong>de</strong> cooperación.<strong>La</strong> televisión es, sin duda, el medio popular <strong>de</strong> presentación <strong>de</strong> la información ylas predicciones meteorológicas, tanto para el público en general como para <strong>los</strong> usuariosque realizan activida<strong>de</strong>s especialmente sensibles al tiempo. En lo relativo al tipo <strong>de</strong>información presentada, ésta abarca gran variedad <strong>de</strong> tipos, tales como la situaciónmeteorológica actual, predicciones válidas para 24 y 48 horas y previsiones a más largoplazo. En Suecia se presenta dos veces por semana, <strong>los</strong> lunes y jueves, una predicciónválida para cinco días. En el Reino Unido la televisión nacional retransmitecontinuamente información a interva<strong>los</strong> que van <strong>de</strong> 30 minutos a una hora <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las 6 alas 17 horas, aparte <strong>de</strong> tres emisiones principales a partir <strong>de</strong> esa hora. Es muy frecuentela presencia <strong>de</strong> un meteorólogo profesional.En Austria, Bélgica, Finlandia, Reino Unido, República Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Alemania,Suecia, Suiza y Yugoslavia se utiliza el teletexto para distribuir informaciónmeteorológica. En algunos países las predicciones y la información meteorológica seemiten en más <strong>de</strong> un idioma. EN Suiza se realizan emisiones diarias en alemán, francése italiano.En general, en la información por televisión se combinan tres elementos:fotografías enviadas por satélite con o sin información superpuesta, mapas sinópticos ygráficos compuestos, incluidos mapas esquemáticos. <strong>La</strong> televisión japonesa es unprodigio <strong>de</strong> gráficos, dibujos y efectos <strong>de</strong> gran vistosidad.El tipo <strong>de</strong> presentación <strong>de</strong> cualquier tipo <strong>de</strong> información <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en granmedida <strong>de</strong>l estilo personal <strong>de</strong>l presentador o <strong>de</strong>l redactor <strong>de</strong> la información, bien entelevisión, en radio, o en prensa. Justo es hacer una breve referencia al pionero enEspaña <strong>de</strong> la información en la prensa diaria, José María Lorente, excepcional científicoy divulgador, y también a Mariano Medina, quien en forma muy sencilla familiarizó al6


Hay una serie <strong>de</strong> rasgos que configuran con sus características muy especiales alsiglo XVIII. Para muchos, a dicho siglo le cuadra el nombre <strong>de</strong> “Siglo <strong>de</strong> las Luces”,quizá por que su aspecto más singular respecto a otros períodos anteriores fue el interéspor el conocimiento <strong>de</strong> la Naturaleza, y también <strong>de</strong>l hombre. Se crean las aca<strong>de</strong>miasreales, el arte vive una nueva época llena <strong>de</strong> pujanza; el neoclasicismo es quizá el granacontecimiento <strong>de</strong>l siglo.A Car<strong>los</strong> III le correspon<strong>de</strong> la tarea <strong>de</strong> introducir en España estas nuevas i<strong>de</strong>as.No cabe duda <strong>de</strong> que en campo <strong>de</strong> las artes el impulso fue fantástico, y habría quepensar que otro tanto sucedió en el área <strong>de</strong> las ciencias, en particular las cienciasnaturales. En el siglo XVIII, tanto en la metrópoli como en América, hay gran<strong>de</strong>sfiguras españolas <strong>de</strong> las ciencias, y finalizado ya el siglo se dispone <strong>de</strong>l ObservatorioAstronómico, obra <strong>de</strong>l genial Juan <strong>de</strong> Villanueva.No <strong>de</strong>be extrañar en este ambiente el interés y apoyo <strong>de</strong>cisivo prestado porEspaña a la medición <strong>de</strong>l arco meridiano, y <strong>de</strong>l papel jugado por Jorge Juan. <strong>La</strong>concepción <strong>de</strong>l sistema métrico <strong>de</strong>cimal es quizá la obra que mejor refleja elpensamiento científico <strong>de</strong> <strong>los</strong> tiempos <strong>de</strong>l neoclasicismo. Vuelve a preocupar, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>las i<strong>de</strong>as estéticas <strong>de</strong> la época, la medida, la norma, la métrica <strong>de</strong> las cosas, y todo elloen un marco en que prevalece el interés por <strong>de</strong>scubrir la razón <strong>de</strong> <strong>los</strong> fenómenosnaturales, el porqué <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong>l mundo físico. Es natural que con esta preocupaciónpor la medida surgiera la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> crear un sistema <strong>de</strong> medidas, que a<strong>de</strong>más estuvierarelacionado precisamente con una constante <strong>de</strong> la naturaleza. Pudiéramos por tantoafirmar que así como en el campo <strong>de</strong> la ciencia la concepción <strong>de</strong>l barroco es el cálculodiferencial, en el neoclásico es el Sistema Métrico Decimal.Esta afición por la medida <strong>de</strong> las cosas tuvo que conducir al progreso <strong>de</strong> lasciencias experimentales y, como no, a la creación <strong>de</strong> observatorios meteorológicos. <strong>La</strong>atmósfera es mucho más asequible para la observación que <strong>los</strong> cuerpos celestes, y por lomismo, <strong>los</strong> termómetros, barómetros, etc., más baratos que <strong>los</strong> telescopios. Hay quesuponer, por tanto, que a lo largo <strong>de</strong>l siglo XVIII se realizaron en España muchasobservaciones meteorológicas cuyos registros originales han <strong>de</strong>saparecido.Sin dudar <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> tales observaciones, nos hemos <strong>de</strong>dicado a labúsqueda <strong>de</strong> las mismas y fruto <strong>de</strong> estas pesquisas llegamos a dos conclusiones: <strong>los</strong>registros originales fueron <strong>de</strong>struidos, en su mayor parte, en el saqueo <strong>de</strong>l Observatorio,por <strong>los</strong> franceses, en la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. El hecho es relatado por MesoneroRomanos, quien expresó su asombro por la cantidad <strong>de</strong> papeles que fueron <strong>de</strong>struidos ydispersados. Uno sólo, con observaciones <strong>de</strong> 1803, fue salvado y se conserva como unareliquia en el Observatorio Astronómico <strong>de</strong> Madrid.<strong>La</strong> segunda conclusión es que, aparte <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Navarrete, seinician observaciones meteorológicas en el último cuarto <strong>de</strong>l siglo XVIII, las cuales sepublicaban en la prensa diaria o mensual. Buena parte <strong>de</strong> dichas observaciones hemospodido recuperarlas gracias a la prensa.8


Observaciones meteorológicas en Madrid en el siglo XVIII<strong>La</strong>s primeras observaciones sistemáticas <strong>de</strong> que hay noticia las realizó, comohemos indicado, Francisco Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Navarrete en 1737. Seis años antes, segúnMesonero Romanos, y cinco según Ponz, se había creado le Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong>Medicina. Pue<strong>de</strong> darse casi por seguro que Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Navarrete realizó talesobservaciones en dicha Real Aca<strong>de</strong>mia; no han podido ser localizadas, <strong>de</strong>bido quizá aaquella sentencia popular que dice que “tres mudanzas equivalen a un incendio”. Pocasinstituciones han tenido tantas mudanzas como la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Medicina: laantigua Facultad <strong>de</strong> Medicina <strong>de</strong> San Car<strong>los</strong>; anteriormente, a principios <strong>de</strong>l presentesiglo, en el número 6 <strong>de</strong> la calle Mayor, antes en el hospital <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong>l BuenSuceso, en la calle Cedaceros numero 13.Resulta interesante resaltar el hecho <strong>de</strong> que posiblemente las primerasobservaciones meteorológicas fueron realizadas con la finalidad <strong>de</strong> ser útiles en elcampo <strong>de</strong> la medicina, aparte <strong>de</strong> su aplicación en la agricultura y la navegaciónmarítima.Los datos más antiguos que hemos recuperado han sido a través <strong>de</strong> lapublicación mensual Memorial Literario, Instructivo y Curioso <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Madrid;datan <strong>de</strong> 1784. Por entonces, esta publicación era mensual y compilaba datos diarios <strong>de</strong>Madrid relativos al viento, lectura barométrica y temperatura; en cuanto a la hora <strong>de</strong>observación “…cuando no se expresa es <strong>de</strong> siete a ocho <strong>de</strong> la mañana”. También incluíaen la casilla “tiempos” el estado atmosférico; a saber, nubosidad, hidrometeoros y otrosfenómenos significativos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> efeméri<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la luna. También se hacía unresumen <strong>de</strong> lo que había sido el mes, con claras referencias a lo que pudieran incidir lascondiciones meteorológicas en la salud pública.En julio <strong>de</strong> 1786 se inicia en Madrid una publicación diaria: Diario curioso,erudito, económico y comercial. Es posiblemente la publicación diaria <strong>de</strong> índoleinformativa más antigua <strong>de</strong> las que han tenido una pervivencia significativa.A partir <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong>l Diario curioso, erudito, económico y comercial,aparece, por tanto, en dos publicaciones diferentes la información meteorológica; poruna parte, en dicho diario y, por otra, en cuadros mensuales <strong>de</strong>l Memorial Literario,Instructivo y Curioso <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Madrid. Hemos comprobado la coherencia entreunas y otras y, efectivamente, concuerdan unas y otras observaciones, salvo ocasionalesy pequeñas diferencias, sin duda <strong>de</strong>bido al ajuste <strong>de</strong> hora, ya que mientras en el diario seestablecía taxativamente las siete <strong>de</strong> la mañana, en el Memorial se indicaba entre lassiete y las ocho horas. El Diario erudito cambia <strong>de</strong> nombre en años sucesivos. El 1 <strong>de</strong>enero <strong>de</strong> 1795 es reemplazado por el Diario <strong>de</strong> Madrid. Por su parte, el Memorialliterario cambió <strong>de</strong> <strong>de</strong>nominación; pasó a <strong>de</strong>nominarse Memorial literario o Bibliotecaperiódica <strong>de</strong> ciencias, literatura y arte. Por fin <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> publicarse en 1808. En algunosperíodos anteriores se <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> publicar <strong>los</strong> datos meteorológicos.Una cuestión importante sería averiguar en qué punto exactamente se realizaronlas observaciones; es <strong>de</strong>cir, cuál era el lugar <strong>de</strong> ubicación <strong>de</strong> <strong>los</strong> aparatos. Hemosindicado nuestra opinión <strong>de</strong> que el lugar don<strong>de</strong> se realizaron las <strong>de</strong>saparecidasobservaciones <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Navarrete era la propia Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Medicina. Quedaun período, hasta el último cuarto <strong>de</strong> siglo, <strong>de</strong>l cual, aun cuando sospechamos se9


ealizaron algún tipo <strong>de</strong> observaciones meteorológicas, no hay noticia <strong>de</strong> ellas hasta laaparición <strong>de</strong> dichas observaciones en el Memorial literario, a partir <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1784.Hay, sin embargo, una referencia alusiva a que las observaciones se venían realizando<strong>de</strong>s<strong>de</strong> muchos años antes. En efecto, al comentar las observaciones relativas al mes <strong>de</strong>julio <strong>de</strong> 1784 leemos lo siguiente:“Según nuestras observaciones, en <strong>los</strong> meses <strong>de</strong> julio soplanregularmente <strong>los</strong> vientos australes <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte, principalmente el O y SO. Sonraras las nubes y tempesta<strong>de</strong>s, pero frecuentes la serenidad y <strong>los</strong> calores,principalmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 1775. El calor <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong> doce a una <strong>de</strong>l día,según el termómetro, al 35…”Queda claro, por tanto, que las observaciones no encontradas todavía, <strong>de</strong>beríanexten<strong>de</strong>rse a bastantes años antes <strong>de</strong> 1775.No tenemos duda acerca <strong>de</strong> que, entre 1784 y 1808, las observaciones serealizaron en el cerro <strong>de</strong> San Blas, en el lugar don<strong>de</strong> Villanueva edificó el ObservatorioAstronómico. Consi<strong>de</strong>ramos suficiente prueba para tal afirmación la noticia aparecidaen la sección “Madrid” <strong>de</strong> la publicación <strong>La</strong>s series más largas <strong>de</strong> observacionespluviométricas <strong>de</strong> la Península Ibérica. Se dice lo siguiente:“<strong>La</strong>s observaciones pluviométricas, que ya se realizaban a fines <strong>de</strong>l sigloXVIII en lo que actualmente es Observatorio Astronómico, se empren<strong>de</strong>n <strong>de</strong>nuevo en 1841…”A partir <strong>de</strong> 1800 se abre una serie <strong>de</strong> lagunas en las observacionesmeteorológicas <strong>de</strong> Madrid. El Observatorio es <strong>de</strong>struido durante la guerra y <strong>de</strong>saparecen<strong>los</strong> registros, como hemos indicado.Estimamos que hacia 1819, más o menos, se reanudaron las observacionesmeteorológicas. <strong>La</strong> más antigua que hemos encontrado aparece en un curioso periódico<strong>de</strong>nominado El eco <strong>de</strong> Padilla, que comenzó a publicarse en 1821; es probable que enotros periódicos <strong>de</strong> las mismas fechas también apareciera algún tipo <strong>de</strong> observación.El lunes 2 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1833 aparece un diario <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> que curiosamentese llama El tiempo. Es <strong>de</strong> formato doble con relación al Memorial literario y Diario <strong>de</strong>Madrid. <strong>La</strong> tirada se realizó en la Imprenta Vergés, en la calle <strong>de</strong> la Greda. Gracias aestas publicaciones hemos podido conocer el lugar en que se reanudaron lasobservaciones meteorológicas en Madrid tras la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia: el RealConservatorio <strong>de</strong> Artes. Se encontraba en la calle <strong>de</strong>l Turco, la actual calle <strong>de</strong>l Marqués<strong>de</strong> Cubas, y muy próximo a la calle <strong>de</strong> la Greda, don<strong>de</strong> se imprimía El tiempo.Observaciones meteorológicas en BarcelonaEl Diario <strong>de</strong> Barcelona, consi<strong>de</strong>rado el <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> la prensa diaria española,durante tiempo mantuvo en solitario las observaciones meteorológicas iniciadas duranteel siglo XVIII.10


En la tantas veces repetida publicación <strong>de</strong>l Servicio Meteorológico Nacional <strong>La</strong>sseries más largas <strong>de</strong> observaciones pluviométricas en la Península Ibérica, para nada sealu<strong>de</strong> a observaciones realizadas en Barcelona antes <strong>de</strong> 1858; incluso en el prólogo dice:“De Barcelona, se han perdido totalmente las efectuadas por Salvá.”Gracias a la prensa escrita, no se han perdido totalmente las observacionesefectuadas por Salvá en Barcelona. En el Memorial literario, instructivo y curioso, apartir <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1786, se comenzaron a publicar tablas mensuales conobservaciones diarias <strong>de</strong> Barcelona; la primera, por tanto, correspondió al mes <strong>de</strong> agosto<strong>de</strong> 1786. No pue<strong>de</strong> abrigarse la menor duda <strong>de</strong> que las observaciones <strong>de</strong> Barcelonafueron realizadas por Salvá. En efecto, en el mismo Diario erudito correspondiente a1786, po<strong>de</strong>mos leer esta nota:“El doctor don Francisco Salvá y Campillo ha mudado la hora <strong>de</strong> hacerla observación <strong>de</strong> la mañana…”Merece la pena <strong>de</strong>stacar la personalidad <strong>de</strong> Francisco Salvá y Campillo; nació en1751 en Barcelona y murió en 1828. Fue físico, médico, investigador e inventor. Ganóvarios concursos internacionales, uno <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Medicina <strong>de</strong> París sobre elcultivo <strong>de</strong>l cáñamo y otro sobre <strong>los</strong> estudios <strong>de</strong> la viruela y la acción <strong>de</strong> <strong>los</strong> purgantes.Inventó aparatos <strong>de</strong> física, una especie <strong>de</strong> instrumento telegráfico, e investigó diversosaspectos <strong>de</strong> la <strong>Meteorología</strong>. También se preocupó por la medida <strong>de</strong> la radiaciónmediante lo que <strong>de</strong>nominaba “calor <strong>de</strong>l sol a las dos <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>”. Estos testimonios <strong>de</strong>Salvá se han podido conservar gracias a su publicación en el Memorial literario.En la misma publicación recogemos una importante aproximación a las leyesfísicas <strong>de</strong> las <strong>de</strong>presiones atmosféricas y su circulación, que no serían <strong>de</strong>scubiertas hastael siglo XIX. En efecto, Salvá hace este comentario en relación con las observaciones <strong>de</strong>Cádiz:“El cotejo <strong>de</strong> las tablas meteorológicas <strong>de</strong> Cádiz… y las mías <strong>de</strong>muestraque <strong>los</strong> mayores ascensos y <strong>de</strong>scensos <strong>de</strong> nuestros barómetros en algunos meseshan coincidido en un mismo día, así como suce<strong>de</strong> en otras partes distantes, y enel mismo cotejo hace ver también que en el tiempo <strong>de</strong> mayor elevación <strong>de</strong> mibarómetro, el <strong>de</strong> Cádiz suele estar a más <strong>de</strong> 28 pulgadas, y que baja <strong>de</strong> éstas enel tiempo que la columna mercurial <strong>de</strong>l mío está en la menor elevación; estoconfirma pues lo que <strong>de</strong>jo insinuado arriba <strong>de</strong> que el influjo <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> lasoscilaciones barométricas se extien<strong>de</strong> a gran distancia…”Esto último es un antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la <strong>Meteorología</strong> sinóptica al intuir, en elesquema atmosférico, <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> presión.Durante unos dieciséis años, <strong>los</strong> datos <strong>de</strong> Salvá aparecieron en forma diaria en elDiario <strong>de</strong> Barcelona y también en forma <strong>de</strong> tabla o estadillo mensual en el Memorialliterario. Fueron realizadas con rigor; se interrumpieron en junio <strong>de</strong> 1808 <strong>de</strong>bido a laguerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, para reanudarse al final <strong>de</strong> la misma, en 1815. Después, laserie continuó sin interrupciones, aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Salvá, en 1828. Por estarazón consi<strong>de</strong>ramos esta serie como la más importante <strong>de</strong> las antiguas series <strong>de</strong> datos. Elque haya podido llegar hasta nuestros días se <strong>de</strong>be, repetimos, al hecho <strong>de</strong> haber sidopublicados <strong>los</strong> datos en el Diario <strong>de</strong> Barcelona.11


Observaciones meteorológicas en Cádiz<strong>La</strong>s observaciones meteorológicas en Cádiz comenzaron al publicarse en elMemorial literario en mayo <strong>de</strong> 1876. Incluían para cada día datos <strong>de</strong> viento, medidastermométricas y barométricas y estado <strong>de</strong>l tiempo. También añadían información sobreel “Fluxo y refluxo <strong>de</strong>l mar”; es <strong>de</strong>cir, información sobre mareas, aparte <strong>de</strong> las fases <strong>de</strong>la luna. <strong>La</strong>s horas <strong>de</strong> observación eran las doce <strong>de</strong>l día.Podría pensarse que la iniciativa en la realización <strong>de</strong> tales observaciones pudierahaber corrido a cargo <strong>de</strong> la Marina. Tal cosa no es segura. Parece que las inició sonGerónimo Sánchez <strong>de</strong> Buitrago, tal vez promovidas por el Colegio <strong>de</strong> Cirugía. Cuandoya en el siglo XIX se crea la Aca<strong>de</strong>mia Médico-Quirúrgica Española, diferente <strong>de</strong> la <strong>de</strong>Medicina, se establece una sección <strong>de</strong> Ciencias Físico-Químicas.Por tanto, Madrid juntamente con Barcelona y Cádiz fueron <strong>los</strong> tres puntos enque se iniciaron en forma continuada observaciones meteorológicas con aparatos.Otras informaciones recuperadasGracias a la prensa también conocemos datos interesantísimos, como el hecho <strong>de</strong>que existan talleres en España don<strong>de</strong> se fabricaba instrumental incluido barómetros; unacontroversia en la prensa nacional acerca <strong>de</strong> las ventajas <strong>de</strong>l método Luc, y otras variasreferencias que, aparte <strong>de</strong>l interés científico, contribuyen a rehabilitar la <strong>Meteorología</strong>española ante la Historia.En septiembre <strong>de</strong> 1787, Salvá escribe un largo artículo <strong>de</strong>fendiendo a la cienciaespañola en el Memorial literario. Entresacamos algunos párrafos:“… Si el enciclopedista francés, autor <strong>de</strong> aquella insolente pregunta:¿Qué se <strong>de</strong>be a la España…? Si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> este razonamiento el atrevidoMasson hubiera preguntado ¿qué se <strong>de</strong>be a la España en este asunto?, habríamucho con que satisfacer a su pregunta. Si hubiese añadido que la Aca<strong>de</strong>miaMeteorológico Palatina se lamenta <strong>de</strong> haber procurado inútilmente, por dosveces, el establecer en nuestro reino sus instrumentos, y que se le remitieran lasobservaciones que se hicieran con el<strong>los</strong>, ¿no habría hecho creer a varios, quesomos unos indolentes, ignorantes, perezosos, y todo lo <strong>de</strong>más con que sueleinsultarnos? Ante la publicación <strong>de</strong>l Memorial Literario, ¿cómo se habríamanifestado un testimonio auténtico <strong>de</strong> que la verda<strong>de</strong>ra causa <strong>de</strong> habersemalogrado las expresadas solicitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aquella Aca<strong>de</strong>mia, fue el haber erradoella el camino que escogió para representar sus <strong>de</strong>seos? Después <strong>de</strong> haberseinsertado en dicho periódico “diarios” meteorológicos <strong>de</strong> tres partes distintas<strong>de</strong>l reino, tenemos a la mano un documento irrefragable <strong>de</strong> que este estudio noes enteramente <strong>de</strong>sconocido entre nosotros…”No hace falta insistir en la importancia <strong>de</strong> <strong>los</strong> datos recuperados, que nospermiten alargar en casi un siglo nuestros registros climatológicos, aparte <strong>de</strong>lvalor reivindicativo histórico. Cuando Gibraltar inicia sus observaciones12


pluviométricas, hacía medio siglo que comenzaron en Madrid y llevaban veinteaños publicándose en la prensa.Otro valor <strong>de</strong> las noticias <strong>de</strong> prensaAparte <strong>de</strong>l interés histórico-climatológico <strong>de</strong> las observaciones recuperadas, hayotro hecho que es justo reconocer a la prensa diaria: sus informaciones, sobre todopretéritas, sobre catástrofes meteorológicas. Unos datos que particularmente interesan alclimatólogo son, por una parte, <strong>los</strong> valores extremos <strong>de</strong> <strong>los</strong> parámetros meteorológicos,tales como las mayores rachas <strong>de</strong> viento, <strong>los</strong> máximos valores pluviométricos o las másintensas olas <strong>de</strong> frío o períodos <strong>de</strong> sequía, por citar algunos ejemp<strong>los</strong>. Y otro dato <strong>de</strong>excepcional interés es el período <strong>de</strong> retorno; es <strong>de</strong>cir, el tiempo transcurrido entre dosfenómenos extraordinarios comparables. Esto último es relativamente asequible <strong>de</strong>lograr con las informaciones <strong>de</strong> prensa. Lo primero es más complejo, pero siempre <strong>de</strong>betenerse en cuenta este hecho innegable: es extraordinariamente improbable que, en elpunto <strong>de</strong> máxima intensidad <strong>de</strong> viento o <strong>de</strong> precipitación, se encuentre un sensor que loregistre. <strong>La</strong> estimación <strong>de</strong> <strong>los</strong> valores máximos muchas veces <strong>de</strong>be hacerse porevaluación <strong>de</strong> <strong>los</strong> sucesos ocurridos, y en ello las informaciones gráficas o relatadas porla prensa tienen un innegable valor. Por no cansar al lector, no presentamos casosconcretos, cuya recopilación es copiosísima.Sea en resumen ésta la ocasión en que el Instituto Nacional <strong>de</strong> <strong>Meteorología</strong>agra<strong>de</strong>ce a la Prensa su papel, tanto en la reconstrucción <strong>de</strong> las series históricas como enla recopilación <strong>de</strong> sucesos meteorológicos <strong>de</strong> carácter extraordinario.Por lo que respecta a dichas series, la sola posibilidad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r alargarlas unpoco más <strong>de</strong> un siglo a dos, resulta <strong>de</strong>l máximo interés científico; las oscilaciones <strong>de</strong>lclima no están todavía estudiadas, entre otras razones por que <strong>los</strong> posibles períodos <strong>de</strong>tales pulsaciones muy posiblemente exce<strong>de</strong>n o resultan <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> magnitudcomparable a un siglo. Por otra parte, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> períodos climatológicos másinteresantes <strong>de</strong> nuestra era es precisamente el final <strong>de</strong>l siglo XVIII y <strong>los</strong> comienzos <strong>de</strong>lXIX, durante <strong>los</strong> cuáles el primer especialista <strong>de</strong>l tema, el inglés <strong>La</strong>mb, cree que seprodujo una <strong>de</strong> las oscilaciones más acusadas <strong>de</strong> <strong>los</strong> últimos sig<strong>los</strong>. Sin ir más lejos, laOMM tiene convocado un simposium para estudiar “El año sin verano”, que fue el <strong>de</strong>1816. Nuestras escasas referencias al mismo son unas notas <strong>de</strong> prensa recopiladas enSantan<strong>de</strong>r por Carmen Gozalo principalmente.<strong>Meteorología</strong>, síntesis <strong>de</strong> tecnología y cienciaNo quisiera <strong>de</strong>jar pasar la oportunidad que ofrece esta jornada <strong>de</strong> convivenciacordial entre el mundo <strong>de</strong> la <strong>Meteorología</strong> y <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong>, sin haceralgunas reflexiones acerca <strong>de</strong> algo que hoy pudiera ser muy provechoso para que la<strong>Meteorología</strong> sepa centrar su actuación en la actual coyuntura.El Instituto Nacional <strong>de</strong> <strong>Meteorología</strong>, en su papel <strong>de</strong> servidor <strong>de</strong> la socieda<strong>de</strong>spañola, vertebra sus activida<strong>de</strong>s a través <strong>de</strong> un proyecto técnico y otro proyectocientífico. Técnica y ciencia, hermanas con facetas paralelas a veces y encontradas enotras. <strong>La</strong> técnica es el brazo po<strong>de</strong>roso <strong>de</strong> las ciencias atmosféricas, y sin <strong>los</strong> progresos13


técnicos sabríamos hoy poco más que hace un par <strong>de</strong> sig<strong>los</strong>. A la vez, la ciencia es lapunta <strong>de</strong> lanza <strong>de</strong> la técnica. Los premios Nobel se han concedido a científicos cuyos<strong>de</strong>scubrimientos han proporcionado pasos <strong>de</strong> gigante a la técnica.Ciencia y técnica tienen lenguajes distintos. En la tecnología es posible estaafirmación: este problema está técnicamente resuelto. El científico nunca, o casi nunca,dirá: este problema está científicamente resuelto. A veces, esto hace per<strong>de</strong>r la pacienciaal tecnólogo, que llegará a <strong>de</strong>cir que “un científico es un hombre que sistemáticamentese busca problemas, existan o no”.<strong>La</strong> aplicación <strong>de</strong> técnicas conocidas lleva a unos resultados esperados <strong>de</strong>antemano. Una tecnología aplicada a<strong>de</strong>cuadamente posibilita el logro <strong>de</strong> unos objetivosconcretos. Si no se logran, o se aplicó mal la tecnología o hay que revisarla; para elloestá comúnmente aceptada la expresión “fallo técnico”. El fallo científico es algo con loque se <strong>de</strong>be contar en cualquier momento. <strong>La</strong>s ciencias, y nada digamos <strong>de</strong> lasatmosféricas, han crecido y se han <strong>de</strong>sarrollado paso a paso, con errores enmendados,con repetidos ensayos y actos <strong>de</strong> humildad por parte <strong>de</strong>l científico, que cada día tieneque crear algo que <strong>de</strong>sconocía la víspera.<strong>La</strong> técnica cumple con exactitud cuando comprobada suficientemente para<strong>de</strong>terminados casos, se aplica a otros idénticos. Aparece la duda cuando las condicionesya no son idénticas. Es el gran dilema, en otro or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong>l médico que sabe quemás que enfermeda<strong>de</strong>s hay enfermos, y en rigor nunca hay dos casos clínicosexactamente iguales.El tema lo traemos a cuento por su plena aplicación a las situacionesmeteorológicas; es sabido que no existen dos absolutamente idénticas. Por ello, una sala<strong>de</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo, bien sea en la se<strong>de</strong> central <strong>de</strong>l Instituto Nacional <strong>de</strong><strong>Meteorología</strong>, o <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus centros zonales, o cualquier oficina <strong>de</strong> predicción <strong>de</strong>lmundo, es un laboratorio don<strong>de</strong> se juntan, a la vez, la técnica y la ciencia, y sólo en lamedida en que ésta progresa es aplicable aquélla.Todo esto parecerá una sutileza. El público, ante el fallo <strong>de</strong> un pronóstico,probablemente no alcanzará a diferenciar si el fallo ha sido técnico o se ha producidopor insuficientes conocimientos científicos. Quizá esta diferencia sí esté en condiciones<strong>de</strong> apreciarla un periodista responsable y preparado, y enten<strong>de</strong>mos podría entrar en supapel orientar en estos aspectos. No sería lógico en país alguno que, cada vez quefalleciera un paciente <strong>de</strong> cáncer, se pidiera la <strong>de</strong>stitución <strong>de</strong>l director <strong>de</strong> Instituto <strong>de</strong>Oncología u organismo equivalente.Cuando se produce el fallo en un pronóstico lo fácil sería aludir a incompetenciao carencia <strong>de</strong> <strong>medios</strong>; probablemente no es ni lo uno ni lo otro.El INM no está sobrado <strong>de</strong> <strong>medios</strong> y tampoco falto <strong>de</strong> <strong>los</strong> absolutamenteprecisos. Nos encontramos inmersos en la revolución tecnológica <strong>de</strong> <strong>los</strong> años 80 ytratamos <strong>de</strong> seguir el paso que marcan <strong>los</strong> tiempos. <strong>La</strong> ciencia no entien<strong>de</strong> el lenguaje <strong>de</strong>las prisas, y hay muchos procesos que están lejos <strong>de</strong> conocerse. Ahí están, entre otros,fenómenos tales como la oscilación austral, <strong>de</strong> tanta inci<strong>de</strong>ncia en <strong>los</strong> fenómenosmundiales extraordinarios, o la fotoquímica <strong>de</strong> la capa <strong>de</strong> ozono. Estos hechos no14


tienen, hoy por hoy, explicaciones satisfactorias para <strong>los</strong> primeros científicos <strong>de</strong>lmundo.Los meteorólogos no pi<strong>de</strong>n sino ser tratados, en el campo científico, como enotros sectores <strong>de</strong> la ciencia. Más aún, el error <strong>de</strong>l meteorólogo se evi<strong>de</strong>ncia enseguida ypor cualquier persona; no así el error <strong>de</strong>l economista, <strong>de</strong>l planificador o aun <strong>de</strong>lestadista, cuyas equivocaciones, si llegan a <strong>de</strong>tectarse, pue<strong>de</strong> haber transcurrido unageneración. En cambio, todo profesional <strong>de</strong> la predicción <strong>de</strong>l tiempo es consciente <strong>de</strong> sutremenda vulnerabilidad, <strong>de</strong> su trabajo a pecho <strong>de</strong>scubierto, sin protección artificiosa <strong>de</strong>clase alguna.Hay, finalmente, otro aspecto en el cual <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong> <strong>social</strong>pue<strong>de</strong>n prestar una favorable ayuda a la comunidad científica. El trabajo <strong>de</strong> dichacomunidad requiere un ambiente <strong>de</strong> sosiego que propicie la creatividad científica. Hoydía; sin embargo, hay <strong>de</strong>masiado alboroto. Nuestra sociedad es bulliciosa y el bulliciollega a <strong>los</strong> pasil<strong>los</strong>, a <strong>los</strong> mismos laboratorios. Hay a<strong>de</strong>más problemas administrativos,burocráticos y <strong>de</strong> otro tipo que están continuamente presentes en vestíbu<strong>los</strong>, corredoresy aún en salas <strong>de</strong> investigación. Esto no es bueno en términos generales. No tratamos <strong>de</strong>pedir una torre <strong>de</strong> marfil para cada científico, ni una atmósfera aséptica e insensible atodo lo que suce<strong>de</strong>. Pero no cabe duda que cuanto contribuya a una menor crispación ymayor relajación en <strong>los</strong> ambientes científicos, a <strong>los</strong> que no es ajena la <strong>Meteorología</strong>,servirá a un mayor progreso <strong>de</strong> la ciencia en general y <strong>de</strong> la <strong>Meteorología</strong> en particular.Recientemente, en un serial <strong>de</strong> televisión se presentaba una biografía <strong>de</strong> undiscutidísimo monarca eslavo. En una escena aparece dialogando con el rey <strong>de</strong>Inglaterra, y el protagonista, que tiene un incontenible afán <strong>de</strong> saber, solicita visitar alsabio Isaac Newton. Ante la sorpresa <strong>de</strong>l eslavo, el soberano inglés duda si pue<strong>de</strong> o nopropiciar la visita, por que consi<strong>de</strong>ra que uno <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>beres es velar por el sosiego y lapaz <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l gran científico.<strong>La</strong> anécdota no pue<strong>de</strong> ser más ejemplar e ilustrativa; cierto que estamos muylejos <strong>de</strong> compararnos, ni por asomo, con <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s maestros <strong>de</strong> la física, pero tambiénse envidia ese ambiente don<strong>de</strong> lo sustantivo, el trabajo <strong>de</strong>l científico y su ambiente,merece tal aprecio y consi<strong>de</strong>ración. Tal vez estuviera al alcance <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong><strong>comunicación</strong> <strong>social</strong>, que tienen la misión <strong>de</strong> informar fi<strong>de</strong>dignamente al pueblo, enquien resi<strong>de</strong> la soberanía, transmitir este anhelo. Sería un gran servicio prestado a la<strong>Meteorología</strong>. Otro más entre <strong>los</strong> muchos que hemos tratado <strong>de</strong> exponer, con mayor omenor acierto, en esta exposición.Sólo nos resta agra<strong>de</strong>cer nuevamente a todos <strong>los</strong> <strong>medios</strong> <strong>de</strong> <strong>comunicación</strong> <strong>social</strong>,sin excepción, el interés creciente e indudable que prestan a <strong>los</strong> temas meteorológicos,su inquietud divulgadora y afán <strong>de</strong> servicio en el aspecto <strong>de</strong> información al público en elámbito <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong>l ambiente atmosférico.15

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