REVISTA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓNSegunda Etapa / Año 2008 / Vol 1/ Nº 32. Valencia, Julio -Diciembre.temas tratados y la estructura que se le dé a la obra. No hay que caer en loque parece un simplismo reduccionista como el <strong>de</strong> Middleton Murria (1975),cuando, <strong>de</strong>finiendo el concepto <strong>de</strong> estilo asienta que: “Estilo es una cualidad<strong>de</strong> lenguaje que comunica con precisión emociones o pensamientos o unsistema <strong>de</strong> emociones o pensamientos, peculiares al autor” (p.71). Pero, síse pue<strong>de</strong> sostener, junto con Onetti, en el prólogo <strong>de</strong> El juguete rabioso,al que las historias <strong>de</strong> Arlt están contadas con las palabras <strong>de</strong>El hombre común, el pequeño y pequeñísimo burgués <strong>de</strong> las calles<strong>de</strong> Buenos Aires, el oficinista, el dueño <strong>de</strong> un negocio raído, el enormeporcentaje <strong>de</strong> amargos y <strong>de</strong>screídos (que) podían leer sus propiospensamientos, tristezas, sus ilusiones pálidas, adivinadas y dichas en sulenguaje <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> días. (op.cit. p.8).Arlt ha hecho así suya la experiencia, no sólo suya, sino la <strong>de</strong> suscoetáneos, sin per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista que, como anota Fischer: “Expresar laexperiencia subjetiva en un lenguaje subjetivo hasta el punto <strong>de</strong> quetodas las convenciones que<strong>de</strong>n <strong>de</strong>struidas y toda comunicación con elprójimo se vuelva imposible, es contrario a la función <strong>de</strong> la poesía” (p.35),y no únicamente <strong>de</strong> la poesía sino también <strong>de</strong> la narrativa, habría queagregar.Por eso, la objetividad <strong>de</strong> la escritura <strong>de</strong> Arlt, así como otros <strong>de</strong> <strong>los</strong>rasgos <strong>de</strong> su estilo -el cual, según Onetti, es con mucha frecuencia enemigo<strong>de</strong>clarado <strong>de</strong> la gramática- no son un peso, un obstáculo o una vergüenzapara captar y disfrutar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la trama. Quizás <strong>los</strong> únicos tropiezosy retardos pueda sufrir<strong>los</strong> un lector no familiarizado con el lunfardo, enaquel<strong>los</strong> pasajes don<strong>de</strong> no tome el sentido <strong>de</strong> lo dicho, por el contexto mismo.El lenguaje, siempre, continuará siendo eficaz para recoger y transmitir loque <strong>Roberto</strong> Arlt, injustamente ignorado por muchos estudiosos y críticos,quiso <strong>de</strong>jar como constancia <strong>de</strong> haber pasado por la vida.Referencias bibliográficasAraujo, O. (1988). Narrativa venezolana contemporánea. Caracas: MonteÁvila.Arlt. R. (1979). El juguete rabioso. Barcelona, España: Bruguera. (versiónoriginal 1926)245
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