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Aula sobre Trasplantes de Órganos Sólidos - Roche Trasplantes

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<strong>Aula</strong> <strong>sobre</strong><strong>Trasplantes</strong><strong>de</strong> <strong>Órganos</strong><strong>Sólidos</strong>Rechazo crónicoCon la colaboración <strong>de</strong> A T O S 22 <strong>Aula</strong> <strong>sobre</strong> <strong>Trasplantes</strong> <strong>de</strong> <strong>Órganos</strong> <strong>Sólidos</strong> - Rechazo crónico DRUG


<strong>Aula</strong> <strong>sobre</strong><strong>Trasplantes</strong><strong>de</strong> <strong>Órganos</strong><strong>Sólidos</strong>Rechazo crónicoA T O S 2


DRUGEdificio Vértice Antonio López, 249 - 1º28041 - MADRIDD.L.ISBN: 84-95033-69-8©2002 DRUG FARMA S.L.Reservados todos los <strong>de</strong>rechos. Ninguna parte <strong>de</strong> esta publicación pue<strong>de</strong> ser reproducida sin el permiso escrito <strong>de</strong>l titular <strong>de</strong>l Copyright.Esta publicación se ha realizado con la colaboración <strong>de</strong> <strong>Roche</strong> Farma.


EditorialEn los últimos años hemos asistido a un cambio importanteen el campo <strong>de</strong> la inmunosupresión. La incorporación<strong>de</strong> nuevos inumosupresores ha permitido mejorarlas tasas <strong>de</strong> superviviencia y la calidad <strong>de</strong> vida en todoslos pacientes con trasplantes <strong>de</strong> órganos solidos. No obstante,la comunidad científica tiene todavía gran<strong>de</strong>s retosen la investigación <strong>de</strong> inmunosupresores más seguros yeficaces con objeto <strong>de</strong> incrementar la supervivencia <strong>de</strong> losinjertos. Una <strong>de</strong> las causas que limita esta expectativa <strong>de</strong>vida es el rechazo crónico. Esta terminología es variadasegún sea al órgano al que nos refiramos: enfermedad vascular<strong>de</strong>l injerto en el corazón, nefropatía crónica <strong>de</strong>l trasplanteen el riñon o rechazo ductopénico en el hígado. Seacual sea esta <strong>de</strong>nominación la consecuencia final <strong>de</strong> esterechazo crónico es la perdida <strong>de</strong> función <strong>de</strong>l injerto y a suvez, en muchos casos, la muerte <strong>de</strong>l paciente.En esta nueva edición <strong>de</strong>l Proyecto ATOS (<strong>Aula</strong> <strong>de</strong> <strong>Trasplantes</strong><strong>de</strong> <strong>Órganos</strong> <strong>Sólidos</strong>) que tuvo lugar en la HaciendaBenazuza (Sevilla) durante el 30 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong>l 2001,se contó con la presencia <strong>de</strong> importantes especialistas en lasdiferentes modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los trasplantes <strong>de</strong> órganos sólidos,con objeto <strong>de</strong> analizar e intercambiar experiencias y conocimientos<strong>sobre</strong> el rechazo crónico. La reunión se dividióen cuatro epígrafes <strong>sobre</strong> el rechazo crónico analizados <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> cada órgano (riñon, corazón e hígado):Concepto y Epi<strong>de</strong>miología, Patogenia y Factores <strong>de</strong>Riesgo, Clínica y Diagnóstico y Tratamiento y Prevención.En esta monografía se ha intentado recoger las interesantesy fructiferas discusiones, así como la evi<strong>de</strong>nciacientífica actualizada <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los cuatro epígrafesreseñados. La presentación <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> losmismos se ha hecho en forma <strong>de</strong> cuatro mesas redondascon una introducción realizada por los coordinadores<strong>de</strong>l Proyecto ATOS. En cada mesa hay un apartado<strong>de</strong> esa materia <strong>de</strong>dicado a cada uno <strong>de</strong> los órganos motivos<strong>de</strong> este estudio (riñon corazón e hígado). Junto conla ponencia y al final <strong>de</strong> la misma se adjuntan las diapositivasque ilustraron el contenido. Finalmente hayun apartado <strong>de</strong> conclusiones que ayudan a centrar el extensotrabajo presentado previamente.Este proyecto ha sido posible gracias a inestimablecolaboración <strong>de</strong> todos los profesionales que han participadoen el mismo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la coordinación a los autores<strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> las ponencias. No obstante, esgracias al patrocinio <strong>de</strong> la compañía farmacéutica RO-CHE y a su gran ayuda a la comunidad científica laque ha permitido que este segundo volumen salga aluz y esté en vuestras manos. Esperamos que este esfuerzoos ayu<strong>de</strong> en vuestra práctica clínica y contribuyaen una mejor expectativa <strong>de</strong> vida para todos lospacientes con trasplantes <strong>de</strong> órganos sólidos.JM. Campistol, V. Cuervas–Mons, N. Manito3


Índice <strong>de</strong> AutoresCoordinadoresV. Cuervas-MonsUnidad <strong>de</strong> Trasplante Hepático.Clínica Puerta <strong>de</strong> Hierro. Madrid.J.M. CampistolUnidad <strong>de</strong> Trasplante Renal.Hospital Clínic i Provincial. Barcelona.N. ManitoCiutat Sanitària i Universitària <strong>de</strong> Bellvitge.L’Hospitalet <strong>de</strong> Llobregat. Barcelona.Índice <strong>de</strong> AutoresL. Almenar BonetServicio <strong>de</strong> Cardiología.Hospital Universitario La Fe. Valencia.M. Arias RodríguezServicio <strong>de</strong> Trasplante Renal.Hospital Universitario Marqués <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>cilla.Santan<strong>de</strong>r.F. CasafontServicio <strong>de</strong> Digestivo.Hospital Universitario Marqués <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>cilla.Santan<strong>de</strong>r.M.G. Crespo LeiroServicio <strong>de</strong> Cardiología.Complejo Hospitalario Juan Canalejo. A Coruña.J.F. Delgado JiménezServicio <strong>de</strong> Cardiología. Unidad <strong>de</strong> <strong>Trasplantes</strong>.Hospital 12 <strong>de</strong> Octubre. Madrid.M. <strong>de</strong> la MataServicio <strong>de</strong> Digestivo. Unidad <strong>de</strong> <strong>Trasplantes</strong>.Complejo Hospitalario Reina Sofía. Córdoba.J.M. MoralesUnidad <strong>de</strong> Trasplante Renal.Hospital 12 <strong>de</strong> Octubre. Madrid.M. PrietoServicio <strong>de</strong> Medicina Digestiva.Hospital Universitario La Fe. Valencia.L.A. PulpónServicio <strong>de</strong> Cardiología.Clínica Puerta <strong>de</strong> Hierro. Madrid.A. RimolaServicio <strong>de</strong> Hepatología.Hospital Clìnic. Barcelona.D. SerónCiutat Sanitària i Universitària <strong>de</strong> Bellvitge.L’Hospitalet <strong>de</strong> Llobregat. Barcelona.4


Índice• CONCEPTO YEPIDEMIOLOGÍAIntroducciónV. Cuervas-Mons 9Impacto <strong>de</strong>l rechazo crónicoL. Almenar Bonet 11Impacto <strong>de</strong> la nefropatía crónica<strong>de</strong>l injerto en el trasplante renalM. Arias Rodríguez 21Rechazo crónico <strong>de</strong>l hígado: conceptoy epi<strong>de</strong>miologíaM. <strong>de</strong> la Mata 35• PATOGENIAYFACTORESDE RIESGOIntroducciónJ.M. Campistol 45Rechazo crónico en el trasplantehepático: patogenia y factores <strong>de</strong> riesgoF. Casafont 47Rechazo crónico: patogenia y factores<strong>de</strong> riesgoJ.F. Delgado Jiménez 61Rechazo crónico: patogenia y factores<strong>de</strong> riesgoJ.M. Morales 75• CLÍNICAYDIAGNÓSTICOIntroducciónN. Manito 87Enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto.Clínica y diagnósticoM.G. Crespo 89Clínica y diagnósticoM. Prieto 107Clínica y diagnóstico <strong>de</strong> la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l trasplante renalD. Serón 117• TRATAMIENTOYPREVENCIÓNIntroducciónJ.M. Campistol 133Rechazo crónico. Tratamientoy prevenciónD. <strong>de</strong>l Castillo 135Rechazo crónico en el trasplantecardíaco. Prevención y tratamientoL.A. Pulpón 151Tratamiento y prevención <strong>de</strong>l rechazocrónico en el trasplante hepáticoA. Rimola 1655


CONCEPTOy EPIDEMIOLOGÍA


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - IntroducciónCONCEPTO, INCIDENCIA EIMPACTO EN EL PACIENTETRASPLANTADOIntroducciónLa supervivencia <strong>de</strong>l injerto y <strong>de</strong>l paciente al año<strong>de</strong> realizado un trasplante renal, cardíaco o hepáticoha aumentado progresivamente durante la última década.Ello se ha <strong>de</strong>bido a los avances en la inmunosupresión,en la técnica quirúrgica y en el mejor manejoglobal <strong>de</strong> los pacientes. El factor individual más importante<strong>de</strong> este hecho es la disponibilidad <strong>de</strong> una inmunosupresiónmás potente y más específica. De hecho,en los cada vez menos frecuentes casos en los quese pier<strong>de</strong> el injerto durante el primer año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>ltrasplante, las causas suelen ser complicaciones técnicaso lesiones <strong>de</strong> preservación, y rara vez el rechazoagudo.Sin embargo, esta mejoría en la supervivencia duranteel primer año <strong>de</strong>l trasplante no se ha reflejado enuna mejoría similar en la supervivencia <strong>de</strong>l injerto nien la supervivencia <strong>de</strong>l paciente a largo plazo. De hecho,sólo la mitad <strong>de</strong> los injertos renales, cardíacos ohepáticos <strong>sobre</strong>viven al cabo <strong>de</strong> 8-10 años <strong>de</strong>l trasplante,a pesar <strong>de</strong> que el 80% <strong>de</strong> ellos estaban funcionandobien al primer año <strong>de</strong>l trasplante. A<strong>de</strong>más, la tasa<strong>de</strong> mortalidad a partir <strong>de</strong>l primer año <strong>de</strong>l trasplanteno se ha modificado <strong>de</strong> un modo evi<strong>de</strong>nte durante laúltima década.Los dos obstáculos más importantes para aumentarla longevidad <strong>de</strong> los injertos renales y cardíacos sonel fallecimiento <strong>de</strong>l paciente con injerto funcionante yla pérdida paulatina y progresiva <strong>de</strong> la estructura y <strong>de</strong>la función <strong>de</strong>l injerto, por causas no bien conocidas.Esta pérdida progresiva <strong>de</strong> la función <strong>de</strong>l injerto queconduce a un fracaso <strong>de</strong>l mismo se <strong>de</strong>nomina rechazocrónico, y es una complicación que ocurre en más <strong>de</strong>la mitad <strong>de</strong> los pacientes trasplantados <strong>de</strong> riñón o <strong>de</strong>corazón que <strong>sobre</strong>viven más <strong>de</strong> cinco años.El término <strong>de</strong> rechazo crónico no parece el más a<strong>de</strong>cuadopara <strong>de</strong>finir este fallo progresivo y paulatino <strong>de</strong>la función <strong>de</strong>l injerto, ya que induce a pesar en una aparicióntardía, y se sabe que pue<strong>de</strong> aparecer precozmenteen el postrasplante. A<strong>de</strong>más, aunque las causas <strong>de</strong> esteproceso no son bien conocidas. Se sabe que en lapatogenia <strong>de</strong>l rechazo crónico interaccionan múltiplesalteraciones, tanto inmunológicas como no inmunológicas,y la importancia <strong>de</strong> las diferentes alteracionesinvolucradas en la patogenia <strong>de</strong>l rechazo crónico pue<strong>de</strong>ser distinta <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> trasplante a otro. Por elloexiste dificultad para <strong>de</strong>finir a<strong>de</strong>cuadamente este proceso.Existe una <strong>de</strong>nominación distinta en los diferentestipos <strong>de</strong> trasplante <strong>de</strong> órgano sólido: en el trasplanterenal se prefiere la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> nefropatía crónica<strong>de</strong>l injerto; en el trasplante cardíaco la <strong>de</strong> enfermedadvascular <strong>de</strong>l injerto y en el trasplante hepático rechazoductopénico.En el trasplante renal y en el trasplante cardíaco lainci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l rechazo crónico es muy alta, y esta aumentacon el tiempo transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el trasplante.Por el contrario su inci<strong>de</strong>ncia es muy baja en el trasplantehepático, y está en <strong>de</strong>scenso año tras año.In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia, la repercusión<strong>de</strong>l rechazo crónico <strong>sobre</strong> la supervivencia <strong>de</strong>l in-9


jerto es muy alta en los tres tipos <strong>de</strong> trasplante. De hecho,la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto es la primera causa<strong>de</strong> pérdida tardía <strong>de</strong>l injerto renal; la enfermedadvascular <strong>de</strong>l injerto es la primera causa <strong>de</strong> fallo <strong>de</strong>l injertocardíaco y <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer año; yel rechazo ductopénico es la primera causa <strong>de</strong> retrasplante<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l sexto mes en los pacientes con trasplantehepático.En las ponencias <strong>de</strong> esta mesa se aborda más extensamenteel problema <strong>de</strong>l rechazo crónico <strong>de</strong>l injertoy su repercusión <strong>sobre</strong> la supervivencia <strong>de</strong>l pacienteal que se le ha trasplantado un riñón, un corazón oun hígado.V.Cuervas-Mons10


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PonenciasImpacto <strong>de</strong>l rechazo crónicoLuis Almenar BonetHospital Universitario La Fe. Valencia.INTRODUCCIÓNLa enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto (EVI) es, sinninguna duda, una terrible complicación que acontecea largo plazo en los corazones trasplantados. De hecho,es la causa que motiva más fallecimientos en lospacientes que <strong>sobre</strong>viven más <strong>de</strong> un año al trasplantecardíaco (1) (TC).Se manifiesta por una alteración coronaria, especialmenterápida, afectando tanto a las arterias comoa las venas y a nivel epicárdico e intramiocárdico (2).(diapositiva 2).La enfermedad afecta <strong>de</strong> forma selectiva al lechovascular <strong>de</strong>l aloinjerto, afectando incluso alsegmento aórtico <strong>de</strong>l donante. El <strong>de</strong>sarrollo fulminante<strong>de</strong> esta enfermedad en el primer año postrasplanteconlleva una inci<strong>de</strong>ncia muy alta <strong>de</strong> eventosclínicos importantes (3). También tiene implicacionespronósticas serias, <strong>sobre</strong> todo si la afectaciónvascular es generalizada y severa. (diapositiva3).PREVALENCIA YDISTRIBUCIÓN DE LA EVIEl método tradicional para <strong>de</strong>tectar EVI ha <strong>de</strong>mostradoposeer baja sensibilidad en el diagnósticoprecoz <strong>de</strong> esta enfermedad. (diapositivas 4, 5 y 6). Muchoscentros realizan coronariografías anuales en la<strong>de</strong>tección <strong>de</strong> la EVI (diapositiva 7); sin embargo, a menudono <strong>de</strong>tectan la enfermedad hasta que aparecen loseventos clínicos (4, 5).El relativo poco valor <strong>de</strong> la coronariografía clásicaen la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> esta enfermedad ha podido ser confirmadoen estudios necrópsicos (6).Uno <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> trasplante que más han analizadoesta problemática es el <strong>de</strong> la Cleveland Clinic (Cleveland,Ohio) (7). Publicaron un estudio inicial <strong>de</strong> 182 pacientestrasplantados cardíacos a los que se realizó coronariografíaintravascular <strong>de</strong> forma secuencial durante elseguimiento. Los estudios se realizaron a las 2 semanas<strong>de</strong>l trasplante y luego con frecuencia anual (diapositiva 8).Los parámetros analizados fueron:1- Engrosamiento intimal máximo (mayor distanciaentre el bor<strong>de</strong> interno <strong>de</strong> la íntima y la adventicia).2- Engrosamiento intimal mínimo (mínima distancia<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la íntima a la adventicia).3- Engrosamiento intimal medio (promedio <strong>de</strong> losvalores previos).4- Diámetro menor <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong>l vaso.5- Área menor <strong>de</strong>l vaso en la zona afecta.6- Área <strong>de</strong>l vaso tomando como referencia la adventicia.7- Área <strong>de</strong> la placa (diferencia entre el área <strong>de</strong> laluz y <strong>de</strong>l vaso).8- Porcentaje <strong>de</strong>l área estenótica (área <strong>de</strong> la luz/área<strong>de</strong>l vaso x 100).También analizaron el patrón <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong> laenfermedad con respecto al árbol coronario:A- Enfermedad difusa: Engrosamiento intimal quese extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los segmentos proximal, medioy distal <strong>de</strong> un vaso.B- Enfermedad focal: Engrosamiento intimal aislado.11


A<strong>de</strong>más, se consi<strong>de</strong>ró la presencia <strong>de</strong> aterosclerosiscuando existía ≥ 0,5 mm <strong>de</strong> engrosamiento intimalen alguna localización. La placa se consi<strong>de</strong>ró circunferencialsi el engrosamiento intimal fue ≥ 0,5 mm entodos los lados y no circunferencial si en alguna parte<strong>de</strong>l vaso el engrosamiento fue < 0,5 mm.Las conclusiones que se obtuvieron, y que posteriormentese han ratificado siendo aceptadas por todoslos grupos <strong>de</strong> trasplante, fueron:- Las dimensiones <strong>de</strong> la pared <strong>de</strong>l vaso cambiabancon la edad <strong>de</strong>l paciente (mayor engrosamiento en losreceptores mayores que en los más jóvenes). Se <strong>de</strong>tectóaterosclerosis en al menos una localización en el76% <strong>de</strong> los pacientes analizados.- La prevalencia <strong>de</strong> la EVI tenía clara relación conel tiempo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el TC. Así, la prevalencia al año fue<strong>de</strong>l 56% y a los 9 años <strong>de</strong>l 83%.- La prevalencia con ecografía intravascular era muchomayor que con coronariografía estándar.- La distribución <strong>de</strong> la enfermedad en los estudios<strong>sobre</strong> pacientes con TC reciente era típica <strong>de</strong> aterosclerosisconvencional (afectación predominante <strong>de</strong> segmentosproximales y en sitios <strong>de</strong> bifurcación. La distribuciónen los pacientes a los años <strong>de</strong>l trasplante mostróuna afectación en los segmentos distales y mediosmás difusa y circunferencial que en los segmentos proximales.En este análisis llamó la atención la alta prevalencia<strong>de</strong> la enfermedad al año <strong>de</strong>l trasplante. Ello pareceser <strong>de</strong>bido a que en este estudio <strong>de</strong> prevalencia nose diferenció entre lesiones <strong>de</strong> novo y lesiones transmitidas<strong>de</strong>l donante.INCIDENCIA Y PROGRESIÓNDE LA EVIPara analizar este aspecto se diseñó un estudio multicéntricoque analizó la afectación coronaria con ultrasonidosintravasculares (8). Se realizó una base <strong>de</strong>datos don<strong>de</strong> se incluyeron 299 trasplantes cardíacos(diapositiva 9).El análisis <strong>de</strong> los resultados mostró que la mayorprogresión <strong>de</strong>l engrosamiento intimal suce<strong>de</strong> duranteel primer año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l TC. A continuación, se produceuna lenta, pero inexorable, progresión en prácticamentetodos los pacientes. Se pudo comprobar, conlos estudios iniciales, que la enfermedad coronaria <strong>de</strong>ldonante es bastante prevalente (40%). Por ello, la presencia<strong>de</strong> un engrosamiento intimal patente al 1er y 2ºaño fue <strong>de</strong>l 60 y 70%.A pesar <strong>de</strong> la inexorable progresión <strong>de</strong>l engrosamientointimal se observó que esto no ocurría en todoslos pacientes. Ello permite teorizar <strong>sobre</strong> la existencia<strong>de</strong> parámetros, ya sean modificables o no, que permitanpre<strong>de</strong>cir qué subgrupo <strong>de</strong> pacientes pa<strong>de</strong>cerán unamayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta enfermedad coronaria.De este estudio no se pudo extraer conclusiones <strong>sobre</strong>las causas que favorecen la aparición y <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> la EVI. No obstante, parece adivinarse que algunosfactores podrían producir un impacto positivo <strong>sobre</strong> el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta enfermedad. Los más importantesserían: inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l rechazo agudo, tipo <strong>de</strong> inmunosupresiónutilizada, dislipemia y otros factores <strong>de</strong> riesgo,inhibidores <strong>de</strong> la enzima conversora <strong>de</strong> angiotensinay calcioantagonistas.Impacto <strong>de</strong>l rechazo agudo en el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la EVIEsta i<strong>de</strong>a parte <strong>de</strong> algunos estudios como el <strong>de</strong> Uretskyet al (9) y Randovancevic et al (10) que sugieren que lospacientes que experimentan 2 o más episodios <strong>de</strong> rechazoposeen una riesgo mayor <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar EVI.También, Zerbe et al (11), revisando 146 casos, obtuvieroncorrelaciones positivas entre la presencia <strong>de</strong>rechazo mo<strong>de</strong>rado en los primeros 90 días <strong>de</strong>l trasplantey el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI diagnosticada por coronariografíaestándar. Winters et al (12) sugirieron quelos rechazos ligeros no tratados parecían asociarse auna inci<strong>de</strong>ncia mayor <strong>de</strong> EVI.Para analizar estos hechos se diseñó un estudio multicéntricodirigido por el Dr. Kobashigawa (13). Se estudiaroncon ultrasonidos intravasculares 68 pacientestrasplantados cardíacos (diapositiva 10).La conclusión <strong>de</strong>l estudio fue que los rechazos mo<strong>de</strong>radoso severos tratados no parecen correlacionarsecon el engrosamiento intimal durante el primer año.Sin embargo, los episodios recurrentes <strong>de</strong> rechazo ligero(habitualmente no tratados) pue<strong>de</strong>n tener un importantepapel en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI. Ello se atribuyea una daño endotelial que afecta <strong>de</strong> forma insidiosay que contribuiría a la progresión <strong>de</strong> esta enfermedad.El papel <strong>de</strong>l rechazo humoral y su impacto <strong>sobre</strong>la EVI no fue analizado.12


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PonenciasImpacto <strong>de</strong> la inmunosupresión en el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la EVINo existen muchos estudios que analicen este aspecto.Actualmente los estudios multicéntricos quecomparan varios inmunosupresores no suelen estudiarlocomo objetivo primario, probablemente por lodifícil que resulta extraer conclusiones fiables. Sin embargo,sí hay estudios que analizaron el efecto <strong>de</strong> losniveles y dosis <strong>de</strong> ciclosporina en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estapatología. Así Winters et al (14), al analizar este hecho,no encontraron correlación. Ello pudo ser <strong>de</strong>bidoa que en su trabajo se estudia la afectación vascularexclusivamente con coronariografía estándar, y ya parece<strong>de</strong>mostrado que el método <strong>de</strong> elección más fiabley útil en el estudio <strong>de</strong> la EVI es la coronariografía intravascular.Con el propósito <strong>de</strong> estudiar el impacto que poseenlas dosis y niveles <strong>de</strong> ciclosporina en la progresión<strong>de</strong> la EVI se diseñó un estudio multicéntrico dirigidopor el Dr. Miller (15) (diapositivas 11 y 12).Los datos <strong>de</strong> este estudio sugirieron que las dosisy niveles <strong>de</strong> ciclosporina pue<strong>de</strong>n tener un impacto positivoen el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> engrosamiento intimal en losreceptores <strong>de</strong> TC. Hubo un menor engrosamiento intimalen los estudios <strong>de</strong>l primer año postrasplante, entrelos pacientes que recibieron un promedio <strong>de</strong> dosis<strong>de</strong> 5 mg/Kg/día <strong>de</strong> ciclosporina, al compararlos conlos que la dosis media fue <strong>de</strong> 3 mg/Kg/día. Cuando seanalizó el grado <strong>de</strong> progresión <strong>de</strong>l engrosamiento intimal<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer año, no se encontraron diferenciasestadísticamente significativas. Hay que hacernotar que el primer año es cuando se produce un engrosamientointimal mayor y, por tanto, es más fácil<strong>de</strong>mostrar estos cambios.Impacto <strong>de</strong> los lípidos en el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> la EVIEs clásica la asociación subjetiva entre la presencia<strong>de</strong> niveles elevados <strong>de</strong> lípidos y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>EVI. De hecho, a esta enfermedad se le <strong>de</strong>nominabaaterosclerosis <strong>de</strong>l injerto. Poco a poco se ha visto que,aunque la prevalencia <strong>de</strong> alteraciones lipoproteicas enestos pacientes es alta, con gran probabilidad estamosante una enfermedad distinta. Por ello, actualmente seprefiere <strong>de</strong>nominarla, enfermedad vascular <strong>de</strong>l injertoen un intento <strong>de</strong> clasificarla y analizarla <strong>de</strong> forma distinta.Un importante estudio multicéntrico <strong>sobre</strong> este hechofue dirigido por la Dra. Valantine (16). Se incluyeron264 pacientes a los que se realizó, <strong>de</strong> forma periódica,ultrasonidos intravasculares y controles lipídicosdurante 2 años (diapositiva 13).Los resultados <strong>de</strong> este estudio apoyaron la hipótesis<strong>de</strong> que las alteraciones <strong>de</strong> las lipoproteínas se asocian<strong>de</strong> forma significativa con la EVI. La asociaciónmás importante fue entre los niveles <strong>de</strong> HDL-colesteroly el grado <strong>de</strong> engrosamiento intimal. También, losvalores aumentados <strong>de</strong> la relación LDL/HDL y los triglicéridostuvieron un impacto positivo en el grado <strong>de</strong>engrosamiento intimal; sin embargo, el colesterol totalno se asoció <strong>de</strong> forma significativa con la EVI. Estosresultados sugieren que las alteraciones <strong>de</strong> las lipoproteínasque se presentan, particularmente en el primeraño <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l TC, contribuyen <strong>de</strong> forma significativaal <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta enfermedad, incluso enausencia <strong>de</strong> estenosis arterial coronaria previa. Se recomiendapor tanto, el seguimiento analítico <strong>de</strong> los lípidosy un correcto tratamiento.Impacto <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> riesgo en el<strong>de</strong>sarrollo y progresión <strong>de</strong> la EVIEste hecho fue analizado en un estudio multicéntricodirigido por el Dr. Hauptman (17). El análisis fue<strong>sobre</strong> 204 pacientes y se estudiaron varios parámetros(diapositiva 14):- Edad y sexo <strong>de</strong>l receptor.- Edad y sexo <strong>de</strong>l donante.- Combinación <strong>de</strong> sexos entre donante y receptor.- Diagnóstico pretrasplante (cardiopatía isquémicavs no isquémica).- Tiempo <strong>de</strong> isquemia.- Desarrollo <strong>de</strong> hipertensión tras el TC (necesidad<strong>de</strong> fármacos antihipertensivos en el momento <strong>de</strong> realizarlos ultrasonidos).- Índice <strong>de</strong> masa corporal (punto <strong>de</strong> corte en 29Kg/m 2 ).- Infección por citomegalovirus.Se encontraron asociaciones significativas con elmayor grado <strong>de</strong> engrosamiento intimal en los siguientescasos: mayor edad <strong>de</strong>l donante, mayor edad <strong>de</strong>l receptor,sexo <strong>de</strong>l donante y receptor varón, diagnóstico13


pretrasplante <strong>de</strong> cardiopatía isquémica, combinaciónCMV R-/D- y obesidad.Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, por tanto, que a la vista <strong>de</strong> los resultados,existen muchos factores <strong>de</strong> riesgo que podríantener relación con el <strong>de</strong>sarrollo y progresión <strong>de</strong>la EVI. No obstante, hay que <strong>de</strong>cir que este estudiotiene muchas limitaciones, por lo que hay que ser cuidadososa la hora <strong>de</strong> interpretar y extrapolar sus datos.El principal problema es que la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> ciertosfactores <strong>de</strong> riesgo no fueron uniformes entre todoslos centros participantes <strong>de</strong>l estudio multicéntrico.Existen publicaciones recientes que orientan a pensarque la infección por CMV es una factor crítico enel <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta enfermedad. Cada vez aparecenevi<strong>de</strong>ncias más claras en esta línea. Por ello, sería recomendableel tratamiento profiláctico en subgrupos<strong>de</strong> alto riesgo para disminuir la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta enfermedad(18).Impacto <strong>de</strong> los inhibidores <strong>de</strong> la enzimaconversora <strong>de</strong> angiotensinay los calcioantagonistas en la EVIEstos dos grupos <strong>de</strong> fármacos podrían tener un impactonegativo en el <strong>de</strong>sarrollo y progresión <strong>de</strong> esta patología.Los mecanismos <strong>de</strong> actuación serían:• IECAs:1- Supresión <strong>de</strong>l factor <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong>las plaquetas.2- Inhibición directa <strong>de</strong> la angiotensina II.3- Modulación <strong>de</strong> la vía <strong>de</strong> transformación <strong>de</strong>l factor<strong>de</strong> crecimiento ß1.• Calcioantagonistas:1- Inhibición <strong>de</strong> la proliferación y migración <strong>de</strong> célulasmusculares lisas.2- Incremento <strong>de</strong>l umbral <strong>de</strong> la oxidación lipídica.3- Estabilización <strong>de</strong> la función endotelial.4- Influencia <strong>sobre</strong> el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> colágeno extracelular.5- Inhibición <strong>de</strong> la agregación plaquetaria.No obstante, aunque existen estudios en animales,son pocos los que se han diseñado en humanos. Probablemente,los dos más importante son los realizados por:- Schroe<strong>de</strong>r et al (19) que <strong>de</strong>mostraron que en lospacientes no tratados con diltiacem el área luminal eramenor.- Mehra et al (20) que <strong>de</strong>mostraron que los pacientestratados con IECAs tenían al año un menor grado <strong>de</strong>proliferación intimal.Aunque inicialmente estos estudio fueron impactantes,no han sido contrastados por estudios posterioresbien diseñados (diapositiva 15).IMPACTO DE LA EVI EN ELREGISTRO INTERNACIONALEl Registro <strong>de</strong> la Sociedad Internacional <strong>de</strong> TrasplanteCardíaco y Pulmonar compren<strong>de</strong> los datos<strong>de</strong> los trasplantes cardíacos <strong>de</strong> aquellos centros que<strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n enviarlos. No es, por tanto, un registro homogéneo,pero reúne los datos <strong>de</strong> muchos trasplantesofreciéndonos una aproximación fiable a la realidad.Por ello, es <strong>de</strong> referencia y lectura obligada paratodos los equipos <strong>de</strong> trasplante cardíaco mundiales.El último publicado (21) analiza 57.818 trasplantesy ofrece algunos datos <strong>sobre</strong> la EVI (diapositivas 16y 17):- Esta enfermedad posee un impacto negativo <strong>sobre</strong>la supervivencia tanto al año (OR: 1,1, IC95%:1,04-1,17, p: 0,002) como a los 5 años (OR: 1,1,IC95%: 1,03-1,17, p: 0,002).- Es causa importante <strong>de</strong> morbilidad (al año 7,8%,a los 5 años 20,8%).- Es causa importe <strong>de</strong> mortalidad fundamentalmentea largo plazo.Se pue<strong>de</strong> observar en este registro cómo tanto lamorbilidad como la mortalidad, relacionadas con laEVI, se incrementan a medida que nos alejamos <strong>de</strong>lmomento <strong>de</strong>l trasplante.En este registro también se analiza el impacto <strong>de</strong><strong>de</strong>terminadas características <strong>sobre</strong> le EVI. Aunquecon las limitaciones propias <strong>de</strong> un estudio con estediseño, se pue<strong>de</strong> apreciar cómo a los 3 años <strong>de</strong>l trasplante:• Impacto positivo (favorecen su aparición):- Diagnóstico en el receptor <strong>de</strong> cardiopatía isquémica.- Donantes mayores (>35 años).• Impacto negativo (no favorecen su aparición).- Donantes <strong>de</strong> sexo femenino- Receptores mas jóvenes (< 20 años) y más mayores(> 50 años).14


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PonenciasIMPACTO DE LA EVI EN ELREGISTRO ESPAÑOLEl Registro Español <strong>de</strong> Trasplante Cardíaco compren<strong>de</strong>todos los trasplantes realizados en España. Es<strong>de</strong> actualización anual y, al tener unas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>respuesta homogéneas y contrastadas por todos losequipos <strong>de</strong> trasplante, hace que los resultados poseanuna alta fiabilidad a la vez que expresan la realidad <strong>de</strong>esta técnica en nuestro país.Los datos que po<strong>de</strong>mos extraer <strong>de</strong> la EVI en esteregistro (22) nos ofrecen una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l impacto tan negativoque posee <strong>sobre</strong> la supervivencia, fundamentalmentea largo plazo (diapositiva 18). Así, la EVI:- Es causa <strong>de</strong>l exitus en el 16% <strong>de</strong> los pacientes quese trasplantan.- Es causa <strong>de</strong>l exitus en el 38% <strong>de</strong> los pacientes quese trasplantan y <strong>sobre</strong>viven más <strong>de</strong> 10 años (sólo superadapor los tumores).- Se asocia <strong>de</strong> forma significativa a la mortalidadtardía (OR: 2,3, IC95%: 1,4-3,3, p: 0,03).RESUMEN- La prevalencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la técnica diagnóstica empleada.Los UIV es el método <strong>de</strong> <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> elección.- Posee un impacto negativo <strong>sobre</strong> la calidad <strong>de</strong> viday la supervivencia, <strong>sobre</strong> todo a largo plazo.- La prevalencia al año es <strong>de</strong>l 50%. Don<strong>de</strong> se incluyenlas lesiones previas <strong>de</strong>l injerto.- La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> progresión es <strong>de</strong>l 10-20% poraño <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el TC (diapositiva 19).BIBLIOGRAFÍA1- Kaye MP. The Registry of the International Society for Heartand Lung Transplantation. Tenth Official Report-1993. J HeartLung Transplant 1993; 12:541-548.2- Billingham ME. Histopathology of graft coronary disease. J HeartLung Transplant 1992; 11:S38-S44.3- Gao SZ, Hunt SA, Schroe<strong>de</strong>r JS, Al<strong>de</strong>rman E, Hill IR, StinsonEB. Does rapidity of <strong>de</strong>velopment of transplant coronary arterydisease portend a worse prognosis ?. J Heart Lung Transplant1994; 13:1119-1124.4- Uretsky BF, Kormos RL, Zerbe TR, Lee A, Tokarczyk TR, MuraliS et al. Cadiac events after heart transplantation: inci<strong>de</strong>nceand predictive value of coronary arteriography. J Heart LungTransplant 1992; 11:S45-S51.5- Pflugel<strong>de</strong>r PW, Boughner DR, Rudas L, Kostuk WJ. Enhanced<strong>de</strong>tection of cardiac allograft arterial disease with intracoronaryultrasonographic imaging. Am Heart J 1993; 125:1583-1591.6- Dressler FA, Miller LW. Necropsy versus angiography: howaccurate is angiography?. J Heart Lung Transplant 1992;11:S56-S59.7- Murat E, De Franco AC, Hobbs R, Rincon G, Bott-SilvermanC, McCarthy P et al. Prevalence and distribution of transplantcoronary artery disease: Insights from intravascular ultrasoundimaging. J Heart Lung Transplant 1995; 14:S202-S207.8- Yeung AC, Davis SF, Hauptman PJ, Kobashigawa JA, MillerLW, Valantine HA et al. Inci<strong>de</strong>nce and progression of transplantcoronary artery disease over 1 year: results of a multicentertrial with use of intravascular ultrasound. J Heart Lung transplant1995. 14:S215-S220.9- Uretsky BF, Murali S, Reddy S, rabin B, Lee A, Griffith BP etal. Development of coronary artery disease in cardiac transplantpatients receiving immunosuppressive theraphy withcyclosporine and prednisone. Circulation 1987; 4:827-834.10- Radovancevic B, Poin<strong>de</strong>xter S, Birovljev S, Velebit V, McAllisterHA, Dunlan JM et al. Risk factors for <strong>de</strong>velopment of acceleratedcoronary disease in cardiac transplant recipients. EurCardiothorac Surg 1990; 4:309-312.11- Zerbe T, Uretsky B, Kormos R, Armitage J, Wolyn T, Griffith BPet al. Graft atherosclerosis: effects of cellular rejection and humanlymphocyte antigen. J Heart Lung Transplant 1992; 11:S104-S110.12- Winters GL, Johnson MR, Costanzo MR. Prognostic significanceof mild acute rejection. Mod Pathol 1991; 4:22A.13- Kobashigawa JA, Miller L, Yeung A, Hauptman P, Ventura H,Wilensky R et al. Does acute rejection correlate with the <strong>de</strong>velopmentof transplant coronary artery disease?. A multicenterstudy using intravascular ultrasound. J Heart Lung Transplant1995; 14:S221-S226.14- Winters G, Kendall T, Radios S, Wilson JE, Costanzo-NordinMR, Switzer BL et al. Posttransplantant obesity and hyperlipi<strong>de</strong>mia:mayor predictors of severity of coronary arteriopathyin failed human predictors of severity of coronary arteriopathyin failed human heart allografts. J Heart Lung Transplant 1990;9:364-371.15


15- Miller L, Kobashigawa J, Valantine H, Ventura H, HauptmanP, O’Donnell J et al. The impact of cyclosporine dose and levelon the <strong>de</strong>velopment and progression of allograft coronarydisease. J Heart Lung Transplant 1995; 14:S227-S234.16- Valantine HA. Role of lipids in allograft vascular disease: amulticenter study on intimal thickening <strong>de</strong>tected by intravascularultrasound. J Heart Lung Transplant 1995; 14:S234-S237.17- Hauptman PJ, Davis SF, Miller L, Yeung AC. The role of nonimmunerisk factors in the <strong>de</strong>velopment and progression ofgraft arteriosclerosis: preliminary insights from a multicenterintravascular ultrasound study. J Heart Lung Transplant 1995;14:S238-S242.18- Valantine HA. Role of CMV in transplant coronary artery diseaseand survival after heart transplantation. Transpl InfectDis 1999; 1(Suppl.1):25-30.19- Schroe<strong>de</strong>r JS, Gao SZ, Al<strong>de</strong>rman EL, Hunt SA, Johnstone I,Boothroyd DB et al. A preliminary study of diltiazem in the preventionof coronary artery disease in heart transplant recipients.N Engl J Med 1993; 328:164-170.20- Mehra MR, Ventura HO, Smart FW, Collins TJ, Ramee SR,Stapleton DD. An intravascular ultrasound study of the influenceof angiotensin-converting enzyme inhibitors and calcium entryblockers on the <strong>de</strong>velopment of cardiac allograft vasculopathy.Am J Cardiol 1995; 75:853-854.21- Hosenpud JD, Bennett LE, Keck BM, Boucek MM, Novick RJ.The Registry of the International Society for Heart and LungTransplantation: Eighteenth Official Report – 2001. J HeartLung Transplant 2001; 20:805-815.22- Almenar Bonet L. Registro Español <strong>de</strong> Trasplante Cardíaco. XIIInforme Oficial (1984-2000). Rev Esp Cardiol 2001; 54:1305-1310.16


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PresentaciónPresentaciónLuis Almenar BonetDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 417


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 1018


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 1619


Diapositiva 17 Diapositiva 18Diapositiva 19 Diapositiva 2020


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PonenciasImpacto <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injertoen el trasplante renalManuel Arias RodríguezHospital Universitario Marqués <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>cilla, Santan<strong>de</strong>rINTRODUCCIÓNLa nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto es un término ambiguoque ha pretendido unificar las diferentes patologías,que aparecen <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un trasplante, fundamentalmentediferenciadas en dos gran<strong>de</strong>s grupos, alteracionesinmunológicas o antígeno<strong>de</strong>pendientes y alteracionesno inmunológicas. Esta ambigüedad tieneunas ciertas ventajas en el sentido <strong>de</strong> que facilita elagrupamiento, pero por otro lado tiene peligros importantesa la hora <strong>de</strong> diferenciar la causa y estableceruna conducta terapéutica.En este mismo sentido se propone más recientementetodavía otro concepto funcional no histológicoque es el <strong>de</strong> la elevación <strong>de</strong> la creatinina; un conceptoigualmente ambiguo como el <strong>de</strong> Nefropatía Crónica<strong>de</strong>l Injerto. Esto tiene importancia, únicamente en elsentido <strong>de</strong> que a <strong>de</strong>terminados clínicos, se les escapequizás la importancia <strong>de</strong> la monitorización continua <strong>de</strong>la función renal y la importancia que tiene su seguimientopor métodos a<strong>de</strong>cuados. Esto es cierto, perotambién hay que estar alerta cuando se quieren tomar<strong>de</strong>cisiones exclusivamente <strong>sobre</strong> conceptos tan ambiguoscomo nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto o elevación<strong>de</strong> la creatinina, en el sentido <strong>de</strong> aumentar o <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rla inmunosupresión.Esta palabra <strong>de</strong> alerta viene, como sabéis, porque lanefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto es una entidad caracterizadapor la pérdida <strong>de</strong> función progresiva, en el fondo<strong>de</strong> la cual pue<strong>de</strong>n existir diversos cuadros, como he dichoanteriormente, <strong>de</strong>bidos a alteración inmunológica;o sea, la presencia <strong>de</strong> un rechazo activo que lleva a undaño lesional bastante específico a veces o, incluso, estaren presencia <strong>de</strong> un daño producido por los propiosinmunosupresores, nefrotoxicidad, y <strong>de</strong>sgraciadamentetambién y muy frecuentemente, por una pérdida progresiva<strong>de</strong> función en un injerto que ya tenía daño lesional<strong>de</strong>bido a daño estructural <strong>de</strong>l donante.La distinción entre causas no es fácil y, <strong>de</strong>sgraciadamente,tiene mucha importancia, ya que pue<strong>de</strong> tenerimplicaciones terapéuticas.El tema es importante, porque los trasplantes queestán funcionantes son cada vez más. Si analizamoseste concepto nuevo <strong>de</strong> la revista Graf, el trasplantadoque está bien, que es aquella persona que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>un año post-trasplante tiene una función renal establey un régimen <strong>de</strong> inmunosupresión ya fijo, po<strong>de</strong>mos verque en los EE.UU. hay más <strong>de</strong> 180.000 pacientes conun injerto funcionante, <strong>de</strong> los cuales, la inmensa mayoría<strong>de</strong> ellos son trasplantados <strong>de</strong> riñón y esto significaun 0,1 % <strong>de</strong> la población americana.SITUACIÓN EN ESPAÑAOtro concepto importante es que, en la relación <strong>de</strong>las técnicas <strong>de</strong> sustitución <strong>de</strong> la insuficiencia renal crónicaen Cantabria, la terapéutica que predomina es eltrasplante renal; o sea, <strong>de</strong> los pacientes prevalentes quenecesitan terapéutica <strong>de</strong> sustitución, la mayoría estácon un trasplante renal funcionante.Este porcentaje también es espectacular en el resto<strong>de</strong> España y así, po<strong>de</strong>mos ver como casi la mitad <strong>de</strong> lospacientes, que necesitan sustitución <strong>de</strong> la función renalen España, tienen un trasplante renal funcionante.21


A<strong>de</strong>más, cada vez estos trasplantados renales tienenuna supervivencia mayor. La estadística <strong>de</strong>l añopasado <strong>de</strong> Paul Terasaki mostraba que el trasplante renal<strong>de</strong> cadáver que lleva más años funcionando, o seael récord, es un paciente <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Minnessotaque lleva 35 años. El récord <strong>de</strong>l Hospital UniversitarioVal<strong>de</strong>cilla en trasplante renal <strong>de</strong> cadáver estáen 26 años.Por tanto, hay cada vez más pacientes, estos pacientesduran más y, si observamos las curvas <strong>de</strong> evolucióna largo plazo por épocas, por ejemplo en décadas,70, 80, 90, se observa una mejoría histórica, perotambién el mayor componente <strong>de</strong> esta mejoría tiene lugaren el primer año. A partir <strong>de</strong> entonces las curvasson paralelas.IMPORTANCIA DE LA EDADOtro tema clave en el análisis <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> laNCI queda expresado perfectamente en el título <strong>de</strong>una publicación (Transplantation) “La evanescenteimportancia <strong>de</strong> la edad en el trasplante renal”, estámarcando <strong>de</strong> forma <strong>de</strong>finitiva este progreso; o sea, loestá haciendo más lento. La supervivencia <strong>de</strong> los pacientesañosos y <strong>de</strong> los riñones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> donantesañosos en épocas pasadas era muy malo, y estoha ido mejorando con el tiempo, con lo cual se haido acercando a las supervivencias que teníamos enpacientes jóvenes en aquellas épocas. Quedan por tantopor <strong>de</strong>finir los resultados que tendríamos actualmenteen presencia <strong>de</strong> donantes y receptores <strong>de</strong> aquellascaracterísticas.Y, a<strong>de</strong>más, la importancia <strong>de</strong> esto queda expresadamuy bien en los datos <strong>de</strong>l registro americano, que presentóMeier Krieske en Roma en el año 2000, en el queplantea un concepto muy curioso, que es que la edad<strong>de</strong>l receptor es un predictor in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l fallo <strong>de</strong>linjerto. Esto quiere <strong>de</strong>cir que, <strong>sobre</strong> 42.193 pacientes<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 88 al 97, censurando las muertes, los rechazosagudos, las trombosis <strong>de</strong>l injerto, la infección, larecidiva y los problemas técnicos; y por tanto, <strong>de</strong>jandocomo variable in<strong>de</strong>pendiente la edad, pero no laedad porque haya rechazado más o menos, o la edadporque haya muerto, sino como predictor aislado, etcétera,y analizando tres grupos <strong>de</strong> edad, el riesgo <strong>de</strong>per<strong>de</strong>r el injerto va progresando en los tres grupos hastahacerse casi el doble en los mayores <strong>de</strong> 65 años, <strong>de</strong>bidosolamente al factor edad <strong>de</strong>l receptor. Por tanto,se van a per<strong>de</strong>r riñones sin que encontremos causas inmunológicas,ni siquiera causas no inmunológicas yles vamos a llamar también, probablemente, nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto.Y ni que <strong>de</strong>cir tiene que la evolución a largo plazo<strong>de</strong> los riñones subóptimos es peor, lo cual no quiere <strong>de</strong>cirque no esté justificada su utilización, pero según estosdatos <strong>de</strong>l registro <strong>de</strong> la UNOS americano, <strong>sobre</strong>35.000 pacientes, en los cuales un 15% <strong>de</strong> los donantestenían más <strong>de</strong> 55 años, se vió que un tercio <strong>de</strong> ellas sehabían perdido a los 3 años, que la vida media era <strong>de</strong>6,1 versus 11,1 dato altamente significativo, y que, a<strong>de</strong>más,ahí está el concepto importante, en el 43% <strong>de</strong> lospacientes, que habían recibido riñones <strong>de</strong> donantes mayores<strong>de</strong> 55 años, el fallo se atribuyó a rechazo crónico.Los riñones <strong>de</strong> donantes mayores plantean problemas<strong>de</strong> senescencia y pérdida <strong>de</strong> nefronas y una susceptibilidadaumentada al daño inicial <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong> lasalteraciones provocadas por la muerte cerebral, la isquemiay el rechazo. Este daño inicial repercute en lasupervivencia acortando la vida útil <strong>de</strong>l injerto.VIDA MEDIA DEL INJERTOHay que recordar también el artículo <strong>de</strong> New England,<strong>de</strong> Hariharan, en el que se afirma que los riñones trasplantadosestán mejorando su vida media. Un conceptocurioso es fundamentalmente una extrapolación estadística,pero es la primera vez que se dice que la vida media<strong>de</strong> los injertos, no la supervivencia, está mejorandoen trasplantes <strong>de</strong> vivo y <strong>de</strong> cadáver, pero fundamentalmente,y esto es un concepto muy interesante, está mejorandoen aquellos pacientes que no habían sufrido rechazoagudo, mientras que permanece absolutamente establela supervivencia <strong>de</strong> los pacientes que sí habían sufridoalgún episodio <strong>de</strong> rechazo agudo, grupo que en losEE.UU. tiene una vida media <strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 7 años.También en la serie <strong>de</strong>l Registro Americano, publicadapor Terasaki el año pasado, existe una mejoríapor épocas, los trasplantes más recientes tienen una vidamedia <strong>de</strong> 10,9 años para el cadáver y 7,2 para el <strong>de</strong>vivo. Hay una mejoría por épocas, pero las pendientes<strong>de</strong> las curvas sigue siendo paralelas y con pérdidas progresivasa partir <strong>de</strong>l primer año.Analizando toda la serie <strong>de</strong> Opelz se ve que en Europalos trasplantes recientes, realizados <strong>de</strong>l año 85 al22


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - Ponenciasaño 2000, es <strong>de</strong>cir, la serie <strong>de</strong> la ciclosporina, tenemosuna inci<strong>de</strong>ncia muy importante <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> injertosal primer año, y que un tercio <strong>de</strong> los pacientesha perdido el riñón a los 5 años; éste es el coste queestamos sufriendo y que viene fundamentalmente <strong>de</strong>rivado<strong>de</strong> los acontecimientos que han sucedido en elprimer año.Cuando existe rechazo agudo, estas pérdidas <strong>de</strong> injertoa partir <strong>de</strong>l primer año se precipitan, luego es evi<strong>de</strong>nteque en la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto existenfactores inmunológicos. Parece, por lo menos en la serie<strong>de</strong> Opelz, que en Europa tenemos una mejor supervivenciaa tres años que en los EE.UU.Luego, en la supervivencia <strong>de</strong>l injerto, o sea, enel rechazo crónico o la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto,el daño crónico está incidiendo <strong>de</strong> una manera importante,o sea, todos los injertos que llegan con buenafunción renal al año tienen una supervivencia mediamejorada, pero nunca <strong>de</strong>finitiva. O sea, se va viendouna pérdida progresiva <strong>de</strong> injertos, que es <strong>de</strong> loque se trata, las pérdidas por nefropatía crónica <strong>de</strong>linjerto.Cuando se divi<strong>de</strong>n los resultados por épocas, vuelvea observarse la mejoría, pero también que las curvas,a partir <strong>de</strong>l primer año, son paralelas, o sea, quelas pérdidas son en el primer año y esta progresión,también en el mayor registro europeo, tiene el mismoperfil: una mejoría continua en la supervivencia <strong>de</strong>l injertoal primer año, y esto inci<strong>de</strong> lógicamente en la supervivenciaal tercero, lo que no implica que, si cogemossólo los pacientes que llegan con injerto funcionanteal primer año, estas curvas, vuelvo a insistir, nosean paralelas.Si miramos el otro concepto en Europa, la vida mediaestimada, en las estadísticas <strong>de</strong>l CTS es <strong>de</strong> 11,5años y se calcula que a 20 años funcionarían un 26%<strong>de</strong> los injertos <strong>sobre</strong> una serie <strong>de</strong> 130.000 trasplantes<strong>de</strong> riñón.Y, esto es lo importante, la vida media, al igual queen los EE.UU., ha mejorado; los trasplantes realizadosen el 82 al 84 tenían una supervivencia estimada sólo <strong>de</strong>un tercio a los 10 años, mientras que en los realizados enel 97 al 99, dos tercios van a tener una vida media <strong>de</strong> 10años y la vida media ha pasado <strong>de</strong> 7,4 a 16 años en elprimer trasplante renal <strong>de</strong> cadáver en Europa.En la serie europea la importancia <strong>de</strong> la edad <strong>de</strong>ldonante es crucial y también que la nefropatía crónica<strong>de</strong>l injerto, lo hemos dicho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento,está influida claramente por la edad <strong>de</strong>l receptor.OTROS FACTORESY otros factores que contribuyen al impacto negativo<strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto son, lógicamente,la necrosis tubular, pero es que la necrosis tubulary también el rechazo agudo están en relación conlos dos factores anteriores, con los donantes añosos ytambién, lógicamente con el receptor añoso, puestoque estamos emparejando donante-receptor por la edad.En la serie <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>cilla se ve como la gran mayoría<strong>de</strong> las necrosis tubulares agudas <strong>de</strong> nuestro Hospital,o sea, lo que hace que haya más necrosis tubulares agudas<strong>de</strong>l donante, es la edad, apareciendo significativamentemás veces en donantes añosos.Según Terasaki, cuando se miran la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>rechazo agudo, necrosis tubular o función retrasada <strong>de</strong>linjerto y rechazo tardío, se ve que la disminución <strong>de</strong>lrechazo agudo se correlaciona bien con la aparición <strong>de</strong>rechazo tardío, o sea, las curvas van paralelas, mientrasque parece incidir menos la necrosis tubular aguda.Pero es evi<strong>de</strong>nte que los pacientes que no hacen necrosistubular aguda, hacen menos rechazos agudos(26% versus 38) y también, y esto es importante, másrechazo tardío, puesto que se correlacionan tambiéncon rechazo agudo.Esto es una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> acontecimientos: mal riñón,necrosis tubular aguda, puesta en marcha <strong>de</strong> mecanismosno inmunológicos que ponen en marcha mecanismosinmunológicos, <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> daño progresivo<strong>de</strong>l injerto, una mezcla difícilmente separable, y todoesto inci<strong>de</strong> en la supervivencia <strong>de</strong>l injerto.En la serie <strong>de</strong> Terasaki en que se expone la duración<strong>de</strong> los injertos a cinco años, en relación con la presencia<strong>de</strong> necrosis tubular, rechazo agudo precoz y rechazoagudo tardío, se ve que cuando se acumulan lastres circunstancias, incluso las dos circunstancias, lavida media disminuye a la mitad; así, cuando un pacientetiene necrosis tubular y rechazo agudo, la vidamedia es <strong>de</strong> 4 años y cuando no lo tienen, lo cual traecomo consecuencia una ausencia frecuente <strong>de</strong> rechazotardío, se eleva a 14 años.Expresado en nuestra serie, esto queda absolutamenteclaro también; las vidas medias en Europa en generalson más altas que en los EE.UU. En nuestra serie suce-23


<strong>de</strong> lo mismo, la necrosis más rechazo agudo provocanuna disminución <strong>de</strong> la vida media <strong>de</strong> 12 años a 8.Por tanto, si un paciente sale <strong>de</strong> estos episodios iniciales,con un aclaramiento disminuido, y esto es muyimportante, si cuando sale <strong>de</strong>l Hospital la función renalprecoz <strong>de</strong>l injerto es baja, la vida media disminuye<strong>de</strong> una forma significativa, lo cual es una consecuencia<strong>de</strong> expresar lo anterior en forma <strong>de</strong> función renal.Pero esto es importante para saber que muchas veceshay que tener cierta precaución en este tipo <strong>de</strong> pacientesy en el encarnizamiento terapéutico.La TA como marcadorUnido con lo anterior, probablemente, la TA es unmarcador <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong>l injerto en los pacientesque tienen TA elevada, esto que está publicadopor Opelz, pero no relacionado con la función renal,se pue<strong>de</strong> sintetizar diciendo que hay una correlaciónlógica entre la mala función renal y la presencia <strong>de</strong>HTA. Pero, separados en un análisis multivariable ennuestra serie, ambos son factores <strong>de</strong> riesgo in<strong>de</strong>pendiente,pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego la TA, superior a 140/90 tieneun riesgo relativo <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>l injerto <strong>de</strong> 1,76 ydisminuye la vida media a 8,7 años, pero cuando salen<strong>de</strong>l Hospital, con un aclaramiento inferior a 60ml/min, su riesgo relativo <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>l injerto es <strong>de</strong>3,27 y su vida media es <strong>de</strong> 7,6 años; expresado <strong>de</strong>otra forma, cuando la Cr, al alta, al primer mes es <strong>de</strong>más <strong>de</strong> 3, vamos a tener una vida media <strong>de</strong> 4 años,entre 1,5 y 3, una vida media <strong>de</strong> 10 años, mientrasque con menos <strong>de</strong> 1,5, la vida en nuestra experienciaes <strong>de</strong> 13 años.HOSPITAL VALDECILLASi cogemos toda la serie <strong>de</strong>l Hospital UniversitarioVal<strong>de</strong>cilla con inmunosupresión con anticalcineurínicos,po<strong>de</strong>mos ver como es el esquema <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong>injerto, <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.Lógicamente las pérdidas se producen fundamentalmenteen el primer año, un 15% <strong>de</strong> pérdidas al primeraño fundamentalmente por las causas que ya hemosdicho, riñones nunca funcionantes, técnicos e inmunológicos,para luego ir entrando en los primeros 5años en una atricion, o sea, un goteo <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> injertos<strong>de</strong> casi 4% en la serie general, que baja a un 2,8%<strong>de</strong>l año 5 al 10 y a un 1,8% a partir <strong>de</strong>l 10 que podríamosresumir como 4, 3 y 2%, para la serie general.Pero los pacientes que han tenido un rechazo agudo,van a tener unas mayores pérdidas en el primer año,unas mayores pérdidas en los 5 años, a los 10 y a continuación.Y la necrosis tubular establece también un riesgoalto <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>l injerto inicial, porque se englobantambién riñones nunca funcionantes y las pérdidas luegoson parecidas a la serie general, como si el efectoinicial fuera más potente y luego las consecuencias tardías,como también <strong>de</strong>cía Terasaki, menos severas queel rechazo agudo.La suma <strong>de</strong> NTA y RA establece la peor vida media.EFECTOS DE LAINMUNOSUPRESIÓNEn cuanto a los efectos <strong>de</strong> la inmunosupresión esclásico aceptar que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer año los fármacosinci<strong>de</strong>n poco en los resultados a largo plazo. Así,en la serie <strong>de</strong>l Ramón y Cajal, que es idéntica a la <strong>de</strong>Val<strong>de</strong>cilla, se ve cómo los injertos, que llegan funcionantesal año, tienen una evolución paralela, se tratencon AZA o con CsA.A largo plazo en la época <strong>de</strong> la CsA lo único queha mejorado los resultados es no utilizar esteroi<strong>de</strong>s.Y los rangos <strong>de</strong> dosis <strong>de</strong> CsA muy altos o muybajos.Pero recientemente aparecen nuevos datos que hayque comentar: según Ojo y cols. en un artículo, que hatenido un enorme impacto, se dice que el tratamientocon MMF disminuye el riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar NCI <strong>de</strong>forma in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l rechazo agudo.Los factores que aumentan el riesgo <strong>de</strong> NCI son losconocidos, pero entre los que lo disminuyen apareceel MMF.El nº necesario <strong>de</strong> pacientes tratados para que unose beneficie es <strong>de</strong> 27. Y algunos datos no bien explicados,como que el porcentaje <strong>de</strong> pacientes tratados conFK es mayor, que la serie <strong>de</strong> AZA es histórica y queprobablemente la mayoría <strong>de</strong> los pacientes <strong>de</strong> MMF estabanincluidos en ensayos clínicos, lo que establece unposible sesgo. La conclusión <strong>de</strong> este artículo supone unavance que <strong>de</strong>be ser confirmado en los próximos años.Los nuevos inmunosupresores todavía no han <strong>de</strong>mostradoclaramente su superioridad.24


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PonenciasY se observan paradojas, como que FK en retrasplantestenga peores resultados, pero es previsible1 año 3 años 5 añosSup.Paciente > 90% > 87% > 85%Sup.Injerto > 90% > 82% > 75%Rechazo agudo < 15% < 17% < 20%Infección grave < 10% < 12% < 15%Linfomas < 1% < 1.5% < 2%que cualquier régimen que consiga estos resultadosal primer año obtendrá mejores resultados a largoplazo. La selección <strong>de</strong>l paciente y <strong>de</strong>l donante sonclaves.Con los nuevos inmunosupresores, estos son los resultadosque <strong>de</strong>bemos esperar según P. Keown:La NCI es un tema <strong>de</strong> enorme importancia y cuyasconsecuencias <strong>de</strong>ben minimizarse ya que supone la segundacausa etiológica <strong>de</strong> ingreso en diálisis: es la pérdida<strong>de</strong> un injerto previo en la actualidad.25


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PresentaciónPresentaciónManuel Arias RodríguezDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 427


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Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PonenciasRechazo crónico <strong>de</strong>l hígado:concepto y epi<strong>de</strong>miologíaManuel <strong>de</strong> la MataHospital Universitario Reina Sofía, CórdobaIMPACTO DEL RECHAZOCRÓNICO DE HÍGADODefiniciones y estado actualEl rechazo <strong>de</strong>l injerto hepático pue<strong>de</strong> adoptar diversasformas clinicopatológicas, en un espectro contínuo,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las formas agudas, <strong>de</strong> gran componentecelular y en su mayoría reversibles, hasta el rechazoductopénico, con <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> los conductillosbiliares, fibrosis avanzada y colestasis intensa,<strong>de</strong> difícil respuesta al tratamiento (1). El término rechazoductopénico es preferible al <strong>de</strong> rechazo crónico,pues ha sido <strong>de</strong>scrito en los primeros meses postrasplante(2). De igual modo, el rechazo agudo, acumulado,por lo general, en las primeras semanas <strong>de</strong>posoperatorio, pue<strong>de</strong> aparecer <strong>de</strong> modo tardío, asociadoa reducciones <strong>de</strong> la inmunosupresión, en un intento<strong>de</strong> atenuar las manifestaciones <strong>de</strong> su toxicidadcrónica (3).La lesión <strong>de</strong>l rechazo ductopénico se concentra enlos conductillos biliares, que sufren una lesión mixta<strong>de</strong> base inmunológica e isquémica, condicionada éstaúltima por la endarteritis obliterante que sufren las arteriolashepáticas. El resultado es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong>vista clínico, un síndrome colestásico progresivo, cuyacorrelación histológica es la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> los conductillosbiliares <strong>de</strong> los espacios porta y cambios colestásicosintensos en el lobulillo (4) (diapositiva 2).El diagnóstico <strong>de</strong>l rechazo ductopénico <strong>de</strong>be basarseen la biopsia hepática, para cuya interpretación se dispone<strong>de</strong> reuniones <strong>de</strong> consenso con recomendacionespara su estadiaje y <strong>de</strong>scripción (5-7) (diapositiva 3).En los últimos años se han reconocido con interés formastransicionales <strong>de</strong> rechazo agudo <strong>de</strong> mala evolución,con elevado riesgo <strong>de</strong> paso a la cronicidad (8).También se ha <strong>de</strong>scrito una fase “hepatítica” <strong>de</strong>l rechazocrónico, en la que <strong>de</strong>staca el componente agudo<strong>de</strong>l infiltrado celular (diapositiva 4) (9).Un 40-60% <strong>de</strong> los pacientes trasplantados <strong>de</strong> hígado<strong>de</strong>sarrollan un episodio <strong>de</strong> rechazo agudo a lo largo<strong>de</strong>l primer año. Este porcentaje contrasta con el <strong>de</strong>rechazo crónico, notablemente inferior, y en la mayoría<strong>de</strong> las series por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l 5%. La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>rechazo crónico se ha reducido en todos los programas<strong>de</strong> trasplante. Sólo en la población pediátrica se hamantenido en tasas más elevadas, en torno al 10%(10,11). En los últimos años, las nuevas pautas <strong>de</strong> inmunosupresiónaplicadas en ensayos clínicos <strong>de</strong> granamplitud han logrado reducir esta complicación hastacifras que no superan el 2-3% (12).A pesar <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia favorable, el rechazo ductopénico<strong>de</strong>l injerto hepático es una complicación muygrave que justifica mantener un consi<strong>de</strong>rable grado <strong>de</strong>alerta, centrado en diferentes areas <strong>de</strong> interés (Tabla I)(diapositiva 5). Debe mejorar el conocimiento <strong>de</strong> losmecanismos inmunológicos implicados en su patogénesisy el <strong>de</strong> los factores predisponentes o favorecedores,cuyo peso específico real no está aún bien <strong>de</strong>terminado.Su diagnóstico, que <strong>de</strong>be ser temprano, essospechado en las alteraciones analíticas, pero comoha sido mencionado antes, precisa <strong>de</strong> la confirmaciónanatomopatológica. La biopsia, a menudo es difícil <strong>de</strong>interpretar, por la inespecificidad <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los35


TABLA IÁREAS DE INTERÉS ACTUAL SOBRE EL RECHAZO CRÓNICO• Análisis <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> su inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>creciente• Estudio <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> riesgo• Indicadores histológicos para su diagnóstico temprano• Perfeccionamiento <strong>de</strong> las pautas <strong>de</strong> rescate• Indicación vigente <strong>de</strong> retrasplantecambios histológicos y su variable <strong>de</strong>scripción. Lasconferencias <strong>de</strong> consenso, antes aludidas, han mejoradola prontitud y precisión <strong>de</strong>l diagnóstico <strong>de</strong> esta complicación.El tratamiento <strong>de</strong>l rechazo ductopénico ha progresadoen los últimos años gracias a la incorporación<strong>de</strong> nuevos inmunosupresores, que han aumentadola proporción <strong>de</strong> casos que pue<strong>de</strong>n ser rescatadoscon tratamiento médico. A pesar <strong>de</strong> ello, el rechazocrónico es una causa frecuente <strong>de</strong> disfunción grave<strong>de</strong>l injerto, que sólo pue<strong>de</strong> ser tratado, si no hay contraindicaciones,mediante el retrasplante. En los registrosnacional y europeo <strong>de</strong> trasplante el rechazocrónico justifica el 20-25% <strong>de</strong> los retrasplantes (13)(diapositiva 6).En sucesivas ponencias serán analizados los factores<strong>de</strong> riesgo y diferentes aspectos <strong>de</strong>l diagnósticoy tratamiento <strong>de</strong> esta complicación. Des<strong>de</strong> cada uno<strong>de</strong> estos puntos <strong>de</strong> vista pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse el impacto <strong>de</strong>lrechazo crónico en los actuales programas <strong>de</strong> trasplante.En las líneas que siguen se revisan algunas <strong>de</strong>las circunstancias que han <strong>de</strong>terminado la disminución<strong>de</strong> la frecuencia <strong>de</strong> aparición, pero a la vez, aquellasque pue<strong>de</strong>n inducir a que la curva se <strong>de</strong>tenga ensu <strong>de</strong>scenso o pueda incluso aumentar. También se revisasomeramente su repercusión en las listas <strong>de</strong> esperaal contribuir <strong>de</strong> modo relevante a las indicaciones<strong>de</strong> retrasplante.Inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo crónico y pautas<strong>de</strong> inmunosupresiónLas pautas actuales <strong>de</strong> inmunosupresión han logrado<strong>de</strong>scensos progresivos en la frecuencia <strong>de</strong> rechazoagudo en los primeros meses postrasplante. Aunquelas cifras son variables es ya frecuente en la mayoría<strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> trasplante que el rechazo agudono se registre en más <strong>de</strong>l 30% <strong>de</strong> los pacientes trasplantados.En la mayoría <strong>de</strong> los centros estan basadasen un inhibidor <strong>de</strong> la calcineurina (ciclosporina neoralo tacrolimus) y en esteroi<strong>de</strong>s. Con esta estrategia sehan comunicado tasas <strong>de</strong> rechazo crónico que se sitúanentre el 2 y 3%, en gran medida gracias a la reducciónprogresiva <strong>de</strong> los episodios <strong>de</strong> rechazo agudo y ala eficacia <strong>de</strong> tacrolimus en el control <strong>de</strong> los casos refractariosa tratamiento (12,14-16). Existe a<strong>de</strong>más laTABLA IIINCIDENCIA DECRECIENTE DEL RECHAZO CRÓNICO. FACTORES IMPLICADOS• Disminución <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo agudo• Tratamiento eficaz <strong>de</strong>l rechazo agudo• Rescate <strong>de</strong>l rechazo agudo refractario• Diagnóstico y tratamiento anticipado <strong>de</strong>l rechazo crónico36


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - Ponenciasposibilidad <strong>de</strong> rescatar con mofetil micofenolato unaproporción consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> casos en pacientes tratadosya con tacrolimus y bolos <strong>de</strong> esteroi<strong>de</strong>s (17) (TablaII) (diapositiva 7).Riesgos futuros para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>rechazo crónicoAunque la tasa <strong>de</strong> rechazo crónico ha seguido uncurso <strong>de</strong>creciente en las dos últimas décadas, existenalgunas circunstancias actuales que justificanmantener la vigilancia <strong>sobre</strong> esta complicación (TablaIII).En una serie reciente, que reclama la extraordinariaeficacia <strong>de</strong> la inmunosupresión actual, en concretotacrolimus, frente al rechazo crónico, se <strong>de</strong>scribencomo factores <strong>de</strong> riesgo el número <strong>de</strong> episodios<strong>de</strong> rechazo agudo, la edad avanzada <strong>de</strong>l donante,el carácter autoinmune <strong>de</strong> la enfermedad pretrasplante,y la reducción o suspensión voluntaria <strong>de</strong> lainmunosupresión (14). Durante los últimos años haaumentado la edad media <strong>de</strong> los donantes en consonanciacon una reducción <strong>de</strong> las muertes por acci<strong>de</strong>nte<strong>de</strong> tráfico y un aumento incesante <strong>de</strong> las listas<strong>de</strong> espera (13). Por otra parte, es bien reconocida laten<strong>de</strong>ncia actual a reducir la inmunosupresión a medioy largo plazo para disminuir los efectos tóxicos<strong>de</strong> los inhibidores <strong>de</strong> la calcineurina. Esta actitudpue<strong>de</strong> favorecer la aparición <strong>de</strong> rechazos, que por sucarácter tardío son <strong>de</strong> más difícil tratamiento y conllevanun mayor riesgo <strong>de</strong> evolución a la cronicidad.Por otra parte, se están intentando pautas en monoterapia,aún no suficientemente contrastadas, quepue<strong>de</strong>n conllevar riesgos <strong>de</strong> rechazo superiores a losesperados (3,18,19).TABLA IIIFACTORES DE RIESGO POTENCIALES PARA RECHAZO CRÓNICO• Reducción o suspensión <strong>de</strong> la inmunosupresión• Edad avanzada <strong>de</strong>l donante• Nuevos monoclonales• Terapia antiviralEl único tratamiento disponible para la recidiva viralC postrasplante es el interferón alfa, combinado o no conribavirina (20). Aunque el riesgo parece claramente menoral <strong>de</strong>scrito cuando se administra a pacientes con injertorenal, también en pacientes con trasplante hepáticoexiste un riesgo <strong>de</strong> rechazo agudo y crónico (21).En fase <strong>de</strong> aplicación clínica en ensayos se encuentranlos nuevos antucuerpos monoclonales frentea los receptores <strong>de</strong> IL-2. No conocemos aún con se-TABLA IVMORTALIDAD TARDÍA POSTRASPLANTE HEPÁTICO• Neoplasias <strong>de</strong> novo• Recidiva <strong>de</strong> la enfermedad primaria• Rechazo crónico• Complicaciones cardiovasculares• Insuficiencia renal crónica37


guridad sus efectos secundarios, entre los que podríaincluirse el rechazo crónico, como se ha <strong>de</strong>scrito recientementecon el uso <strong>de</strong> un monoclonal <strong>de</strong> este tipo(BT563) (22) (diapositiva 8).Disfunción tardía <strong>de</strong>l injerto hepático yretrasplanteEl rechazo crónico es una causa frecuente <strong>de</strong> disfuncióntardía <strong>de</strong>l injerto, responsable <strong>de</strong> un síndromecolestásico <strong>de</strong> carácter progresivo, que <strong>de</strong>teriora <strong>de</strong>modo notable la calidad <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>l receptor y se incluyeen la relación <strong>de</strong> causas <strong>de</strong> mortalidad tardía postrasplantehepático (23), junto a la recidiva <strong>de</strong> la enfermedadprimaria y las neoplasias <strong>de</strong> novo (Tabla IV)(diapositiva 9).A pesar <strong>de</strong>l elevado índice <strong>de</strong> sospecha <strong>sobre</strong> estacomplicación y <strong>de</strong> la habilidad <strong>de</strong> los patólogos parai<strong>de</strong>ntificarla en fases muy iniciales <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo,sigue siendo una indicación prevalente <strong>de</strong> retrasplante,que como ya se ha citado, se cifra en torno al 20%(11) (diapositiva 10). En una serie muy amplia <strong>de</strong> 4000pacientes, publicada recientemente, se recoge como lacausa más frecuente <strong>de</strong> retrasplante, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la trombosis<strong>de</strong> la arteria hepática y <strong>de</strong> la no función primaria<strong>de</strong>l injerto (24).BIBLIOGRAFÍA1. Wiesner RH, Ludwig J, van Hoek B, et al. Current conceptsin cell-mediated hepatic allograft rejection leading to ductopeniaand liver failure. Hepatology 1991;14:721-729.2. Ludwig J, Wiesner RH, Batts KP, et al. The acute vanishingbile duct syndrome (acute irreversible rejection) after orthotopicliver transplantation. Hepatology 7: 476-483, 1987.3. Sandborn WJ, Hay JE, Porayko MK, et al. Cyclosporine withdrawalfor nephrotoxicity in liver transplant recipients doesnot result in sustained improvement in kidney function andcauses cellular an ductopenic rejection. Hepatology 1994;19:925-932.4. Wiesner RH, Batts KP, Krom RAF. Evolving concepts in thediagnosis, pathogenesis and treatment of chronic hepatic allograftrejection. Liver Transpl Surg 1999;5:388-400.5. International Working Party. Terminology for hepatic allograftrejection. Hepatology 1995;21:408-416.6. Demetris AJ, Batts KP, Dhillon AP, Ferrell LD, Ludwig J,Markin RS, et al. Banff schema for grading liver allograft rejection:an international consensus document. Hepatology1997; 25: 658-663.7. Update of the International Banff schema for liver allograft rejection:work recommendations for the histopathologic stagingand reporting of chronic rejection. Hepatology 2000;31:792-799.8. Turlin B, Slapak GI, Hayllar KM, et al. Centrilobular necrosisafter orthotopic liver transplantation: A longitudinal clinicopathologicstudy in 71 patients. Liver Transpl Surg 1995;1: 285-289.9. Quaglia AF, Del Vecchio Blanco G, Greaves R, BurroughsAK, Dhillon AP. Development of ductopenic liver allograft rejectioninclu<strong>de</strong>s a “hepatitic” phase prior to duct loss. J Hepatol2000; 33: 773-780.10. Ludwig J, Hashimoto E, Porayko MK, Therneau TM. Failedallografts and causes of <strong>de</strong>ath after orthotopic liver transplantationfrom 1985 to 1995: <strong>de</strong>creasing prevalence of irreversiblehepatic allograft rejection. Liver Transpl Surg 1996;2: 185-191.11. Pirsch JD, Kalayoglu M, Hafez GR, et al. Evi<strong>de</strong>nce that thevanishing bile duct syndrome is vanishing. Transplantation1990; 49: 1015-1018.12. Wiesner RH. A long-term comparison of tacrolimus (FK506)versus cyclosporine in liver transplantation. Transplantation1998; 66: 493-399.13. Registro español <strong>de</strong> trasplante. ONT (3ª memoria) 2000.http//:www.msc/ont.14. Jain A, Demetris AJ, Kashyap R, Blakomer K, Ruppert K,Khan A, et al. Does tacrolimus offer virtual freedom from chronicrejection after primary liver transplantation ?. Risk andprognostic factors in 1048 liver transplantations with a meanfollow-up of 6 years. Liver Transpl 2001; 7: 623-630.15. Millis JM, Woodle ES, Piper JB, Bruce DS, Newell KA, SeamanDS, et al. Tacrolimus for primary treatment of steroidresistanthepatic allograft rejection. Transplantation 1996;61: 1365-1369.16. Sher LS, Cosenza CA, Michel J, Makowka L, Miller CM,Schwartz ME, et al. Efficacy of tacrolimus as rescue therapyfor chronic rejection in orthotopic liver transplantation: a reportof the US Multicenter Liver Study Group. Transplantation1997; 64: 258-263.38


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - Ponencias17. Gavlik A, Goldberg A, Tsaroucha MG, et al. Mycophenolatemofetil rescue therapy in liver transplant recipients. TransplantProc 1997; 29: 549-552.18. Schlitt HJ, Barkmann A, Bökeer KHW, Schmidt HHJ, EmmanouilidisN, Rosenau J, et al. Replacement of calcineurin inhibitorswith mycophenolate mofetil in liver-transplant patientswith renal dysfunction: a randomised controlled study.Lancet 2001; 357: 587-591.19. Neuberger J, Adams DH. What is the significance of acute liverallograft rejection. J Hepatol 1998; 29: 143-150.20. Berenguer M, Wright TL. Hepatitis C and liver transplantation.Gut 1999; 45: 159-163.21. Feray C, Samuel D, Gigou M, et al. An open trial of interferonalpha-recombinant for hepatitis C after liver transplantation: antiviral effects and risk of rejection. Hepatology1995; 22: 1084-1088.22. Langrehr JM, Lohmann R, Raakow R, Jonas S, Klupp J, BechsteinWO, et al. Chronic rejection after orthotopic liver transplantationis increased un<strong>de</strong>r induction therapy with interleukin-2receptor antibody BT563. Transplant Proc 2001; 33:2290-2291.23. Rabbkin JM, <strong>de</strong> la Melena V, Orloff SL, Corless CL. RosenHR, Olyaei AJ. Late mortality after orthotopic liver transplantation.Am J Surg 2001; 181: 475-479.24. Kashyap R, Jain A, Reyes J, Demetris AJ, Elmagd KA, DodsonSF, Marsh W, et al. Causes of retransplantation after primaryliver transplantation in 4000 consecutive patients: 2 to19 years follow-up. Transpl Proc 2001; 33: 1486-1487.39


Concepto y epi<strong>de</strong>miología - PresentaciónPresentaciónManuel <strong>de</strong> la MataDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 441


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PATOGENIA y FACTORES<strong>de</strong> RIESGO


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - IntroducciónPATOGENIAY FACTORES DE RIESGOIntroducciónLa patogenia <strong>de</strong>l rechazo crónico en el trasplante <strong>de</strong>órganos (renal, hepático, cardíaco y pulmonar) no está<strong>de</strong>l todo establecida, a pesar <strong>de</strong>l enorme impacto quesupone el rechazo crónico en las curvas <strong>de</strong> supervivencia<strong>de</strong>l paciente y <strong>de</strong>l injerto, especialmente en trasplanterenal y cardíaco. En su <strong>de</strong>sarrollo se han implicadofactores inmunológicos y no-inmunológicos. Pareceser que el mecanismo patogenético sería bastantesimilar en trasplante cardíaco y renal, y completamentedistinto en trasplante hepático, don<strong>de</strong> participaríanesencialmente factores inmunológicos, mientras que entrasplante renal y cardíaco los factores no-inmunológicostendrían un importante papel. El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l rechazocrónico en trasplante renal y cardíaco sería consecuencia<strong>de</strong> una lesión crónica <strong>de</strong> etiología multifactorial<strong>sobre</strong> un injerto renal o cardíaco con predisposicióna sufrir lesiones <strong>de</strong> arterioloescleroris y fibrosisintersticial, en un proceso <strong>de</strong> envejecimiento precoz yrápido. De hecho la terminología utilizada actualmentepara <strong>de</strong>nominar al rechazo crónico es <strong>de</strong> enfermedadvascular <strong>de</strong>l injerto en trasplante cardíaco y <strong>de</strong> nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto en trasplante renal. Ambos términos<strong>de</strong>finen una lesión crónica <strong>de</strong>l injerto renal y cardíaco,<strong>de</strong> etiología multifactorial, y cuyo sustrato anatomopatológicoes la presencia <strong>de</strong> lesiones crónicas vascularese intersticiales con predominio <strong>de</strong> la fibrosis.La lesión vascular <strong>de</strong> arteriosclerosis predomina en elrechazo crónico <strong>de</strong>l trasplante renal y cardíaco por locual todos los factores causantes <strong>de</strong> lesión vascular tendríanun papel patogenético <strong>de</strong>stacado en su <strong>de</strong>sarrollo,como la hipertensión arterial, dislipemia, diabetesmellitus y tabaquismo. En trasplante renal, la reducción<strong>de</strong> la masa nefronal por lesiones previas <strong>de</strong>l donante(donantes marginales), episodios previos <strong>de</strong> rechazoagudo o la necrosis tubular aguda en el post-trasplanteinmediato, favorece <strong>de</strong> manera muy notable el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong>l rechazo crónico. Otro factor importante implicadoen el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> rechazo crónico en trasplante renales el efecto nefrotóxico <strong>de</strong> los inhibidores <strong>de</strong> la calcineurina(ciclosporina y tacrolimus) inherente a su mecanismo<strong>de</strong> acción y directamente relacionado con losniveles plasmáticos <strong>de</strong> los inmunosupresores y el periodo<strong>de</strong> administración. El rechazo crónico en el trasplantehepático tendría un mecanismo patogenético distinto<strong>de</strong>l renal y cardíaco, y estaría esencialmente relacionadocon episodios <strong>de</strong> rechazo agudo no controlados,que provocaran una lesión a nivel arteriolar y <strong>de</strong>lepitelio biliar, condicionando la lesión característica <strong>de</strong>rechazo crónico que es la presencia <strong>de</strong> ductopenia. Probablementela vascularización distinta <strong>de</strong>l hígado respectoal corazón y riñón, junto con una reserva funcionalsuperior y una capacidad <strong>de</strong> amortiguación inmunológicamuy superior <strong>de</strong>l hígado respecto al riñón ycorazón, serían factores que podrían explicar la inci<strong>de</strong>nciatan distinta <strong>de</strong> rechazo crónico entre los tres órganosy un mecanismo patogenético también distintoen su <strong>de</strong>sarrollo. Por el contrario, las similitu<strong>de</strong>s hemodinámicay <strong>de</strong> reserva funcional entre riñón y corazónexplicaría sus parecidos en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l rechazocrónico.45


Respecto a los factores <strong>de</strong> riesgo existen diferenciasentres los tres órganos, aunque obviamente conlas similitu<strong>de</strong>s patogenéticas entre cardíaco y renal,sus factores <strong>de</strong> riesgo también son parecidos. En trasplanterenal po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>stacar, como principales factores<strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> rechazo crónico, el presentarun riesgo inmunológico elevado por la presencia<strong>de</strong> anticuerpos citotóxicos pre-trasplante, la incompatibilidadHLA, y los episodios previos <strong>de</strong> rechazoagudo. Respecto a los factores no-inmunológicospo<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>stacar la edad avanzada <strong>de</strong>l donante,la presencia <strong>de</strong> una función renal retardada, y factores<strong>de</strong> lesión vascular como hipertensión, dislipemia, obesidad,diabetes, tabaquismo y efecto nefrotóxico <strong>de</strong> losinhibidores <strong>de</strong> la calcineurina. En trasplante cardíacolos principales factores <strong>de</strong> riesgo en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>rechazo crónico son los episodios previos <strong>de</strong> rechazoagudo, edad avanzada <strong>de</strong>l donante, dislipemia e hipertensiónarterial. Mientras que en trasplante hepáticoel principal factor es la presencia <strong>de</strong> episodios previos<strong>de</strong> rechazo agudo, justificándose por su mecanismopatogenético propio.46


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PonenciasRechazo crónico en el trasplante hepático:patogenia y factores <strong>de</strong> riesgoFernando CasafontHospital Universitario Marqués <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>cilla, Santan<strong>de</strong>rPATOGENIAEl trasplante <strong>de</strong> cualquier órgano provoca una respuestainmunológica frente a diferentes antígenos (Ag)<strong>de</strong>l órgano donante (aloantígenos), por parte <strong>de</strong>l sistemainmunológico <strong>de</strong>l receptor, originando un rechazoagudo. Diversas evi<strong>de</strong>ncias clínicas sugieren que tambiénel rechazo crónico (RC) tiene una base inmunológica,como su relación con episodios previos <strong>de</strong> rechazo,con una ina<strong>de</strong>cuada inmunosupresión o con eluso <strong>de</strong> inmunomoduladores. En el caso <strong>de</strong>l trasplantehepático, el ataque inmunológico parece que se producefundamentalmente contra el epitelio biliar y elendotelio vascular, lo que sugiere que son los Ag presentesen estas células los que, expresados junto a lasmoléculas <strong>de</strong>l sistema HLA, <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nan la respuestainmune.Las dos lesiones características que se producen comoconsecuencia <strong>de</strong> esta respuesta inmunológica sonla ductopenia y la arteriopatía obliterante (diaposiva1). La ductopenia se caracteriza por la <strong>de</strong>strucción progresiva<strong>de</strong> los pequeños conductos biliares (interlobulillaresy septales) intrahepáticos que lleva a su <strong>de</strong>saparición,a medida que progresa el cuadro. La arteriopatíase produce por una proliferación intimal y subintimal,con infiltración por macrófagos <strong>de</strong>l receptorcon citoplasma espumoso, que origina la obliteración<strong>de</strong> la luz vascular.En este apartado vamos a tratar <strong>de</strong> explicar cuálesson los mecanismos implicados en la patogenia<strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong>l epitelio biliar y <strong>de</strong>l endotelio vascular.Patogenia <strong>de</strong> la lesión biliarLa lesión <strong>sobre</strong> el epitelio biliar en el RC se piensaque se <strong>de</strong>be fundamentalmente a un mecanismo inmunológicoaunque, como luego veremos, también pue<strong>de</strong>nparticipar otros no inmunológicos. Este epitelio poseeuna serie <strong>de</strong> características que explicarían su facilidadpara sufrir un ataque inmunológico (diapositiva2). La matriz <strong>de</strong> la membrana basal <strong>sobre</strong> la que <strong>de</strong>scansanlas células contiene una serie <strong>de</strong> componentesque son importantes para la migración y la coestimulación<strong>de</strong> las células T; a<strong>de</strong>más las células epitelialesson capaces <strong>de</strong> aumentar la expresión <strong>de</strong> moléculas <strong>de</strong>adhesión y otras moléculas coestimuladoras <strong>de</strong> la respuestainmune, así como <strong>de</strong> sintetizar citoquinas y factores<strong>de</strong> crecimiento. Por último, el epitelio biliar permiteel contacto <strong>de</strong> antígenos que se transportan a sutravés, con células presentadoras <strong>de</strong> Ag y su acceso alos nódulos linfáticos regionales, don<strong>de</strong> se pue<strong>de</strong> iniciarla respuesta inmune, gracias al rico plexo linfáticoque lo ro<strong>de</strong>a. Uno <strong>de</strong> los aspectos más importantes enel inicio <strong>de</strong> la respuesta inmunológica alogénica es elreconocimiento <strong>de</strong> los Ag <strong>de</strong>l donante por parte <strong>de</strong>l sistemainmunológico <strong>de</strong>l receptor. Estos antígenos sonpresentados junto a las moléculas HLA, por las célulaspresentadoras <strong>de</strong> Ag (APC), permitiendo su reconocimientopor las células inmunocompetentes <strong>de</strong>l receptor.Es conocido que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante hepático,se produce un incremento en la expresión <strong>de</strong> los HLA<strong>de</strong> clase I y II en el epitelio biliar, que en el caso <strong>de</strong> losrechazos agudos es pasajero, pero que persiste cuandose <strong>de</strong>sarrolla un RC. Este fenómeno probablemen-47


te es <strong>de</strong> gran importancia pues permite iniciar y perpetuaruna respuesta inmune en el receptor dirigida contralos conductillos biliares, que acabará produciendola ductopenia. Esta posibilidad está avalada por la relaciónobservada entre la existencia <strong>de</strong> daño biliar y losniveles elevados <strong>de</strong> diferentes mediadores y amplificadores<strong>de</strong> la respuesta inmune como citoquinas, moléculas<strong>de</strong> adhesión y otros indicadores <strong>de</strong> activación yproliferación linfocitaria. Por todo ello, actualmente sepiensa que la ductopenia se <strong>de</strong>be a una respuesta inmunológicaalogénica mantenida, dirigida contra el epiteliobiliar.Lo que aún no está aclarado es el mecanismo exacto<strong>de</strong> reconocimiento y activación linfocitaria en estarespuesta inmune. Existen 2 posibles mecanismos: unodirecto y otro indirecto. En el mecanismo directo (diapositiva3) los aloantígenos son expresados por célulaspresentadoras <strong>de</strong> Ag (APC) <strong>de</strong>l donante en unión alos HLA I y II. Estas APC son probablemente células<strong>de</strong>ndríticas <strong>de</strong>l donante, muy abundantes en torno a losconductillos biliares. Los HLA I son reconocidos porlos LT CD8+ y los HLA II por los LT auxiliadores(CD4+). En el primer caso se produce una respuestaproliferativa <strong>de</strong> linfocitos T citotóxicos (CTL) y en elsegundo, se estimula la producción <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> citoquinaspor parte <strong>de</strong> dos poblaciones diferentes <strong>de</strong>CD4. Los CD4 Th1 sintetizan citoquinas con actividadinmunoestimuladora (IL-2, IFN-gamma y TNFalpha y beta) mientras que los CD4 Th2 liberan citoquinasinhibidoras (IL-4, 5, 6, 10, 13). El perfil TH1contribuiría al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> rechazo, favoreciendola proliferación <strong>de</strong> CTL, la estimulación <strong>de</strong>LB con producción <strong>de</strong> aloanticuerpos y la activación <strong>de</strong>los macrófagos, mientras que una respuesta Th2 favoreceríala tolerancia <strong>de</strong>l aloinjerto (diapositiva 5).El mecanismo indirecto (diapositiva 4) tiene lugaren los nódulos linfáticos <strong>de</strong>l receptor y son las APC<strong>de</strong>l receptor las encargadas <strong>de</strong> presentar los aloantígenosjunto a los HLA II a los linfocitos CD4. Es este últimotipo <strong>de</strong> mecanismo <strong>de</strong> activación el que se creeque es el más importante en el rechazo, en el trasplantehepático.En cuanto al tipo <strong>de</strong> respuesta efectora, hay evi<strong>de</strong>nciasque sugieren que se trata fundamentalmente<strong>de</strong> una respuesta citotóxica mediada por CTL, siendolos Ag diana los HLA <strong>de</strong>l donante y quizá otros Agexpresados <strong>sobre</strong> las células epiteliales. Por ejemplo,la presencia <strong>de</strong> un predominio <strong>de</strong> linfocitos CD8 en elinfiltrado portal se ha asociado con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>RC. En estudios realizados en hígados explantados conRC, se comprueba que en los espacios porta don<strong>de</strong> todavíaexisten conductos biliares, el infiltrado contienefundamentalmente LT CD8+, con una relaciónCD8/macrófagos superior a la que se observa en el rechazoagudo. Estudios in vitro con cultivos <strong>de</strong> linfocitosproce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> hígados con RC, <strong>de</strong>muestran la existencia<strong>de</strong> LT sensibilizados con actividad citotoxicidadcontra los Ag HLA <strong>de</strong>l donante.El papel <strong>de</strong> la respuesta humoral en la patogenia<strong>de</strong>l RC es más controvertido (diapositiva 6). En algunostrabajos se ha observado una relación entre la presenciaen el receptor <strong>de</strong> Ac frente a los Ag HLA-I <strong>de</strong>ldonante y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> RC. También se han observado<strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> inmunoglobulinas <strong>de</strong> clase IgM enlas pare<strong>de</strong>s arteriales <strong>de</strong> los hígados con RC, así comoun aumento <strong>de</strong> células plasmáticas productoras <strong>de</strong> IgMen los espacios porta. Por último, se ha <strong>de</strong>scrito unaelevada inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> autoanticuerpos (ANA y AML)en los pacientes con RC, cuya significación no está clara(Dubel L, Transplantation 1998).A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estos mecanismos inmunológicos, secree que existen otros no inmunológicos que tambiénpue<strong>de</strong>n contribuir al daño biliar. El hecho <strong>de</strong> que laductopenia se asocie en la mayor parte <strong>de</strong> los casos,con la arteriopatía obliterante, sugiere que la isquemiapudiera contribuir a la lesión <strong>sobre</strong> el epitelio biliar.De hecho, en diferentes estudios se ha observado queel grado <strong>de</strong> ductopenia se relaciona con la severidad<strong>de</strong> la arteriopatía. Por otra parte, la trombosis <strong>de</strong> la arteriahepática es bien conocido que origina en el injertouna ductopenia similar a la <strong>de</strong>l RC. La explicacióna este fenómeno se basa en que la vascularización<strong>de</strong>l árbol biliar <strong>de</strong>l injerto <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> exclusivamente <strong>de</strong>la arteria hepática por lo que cualquier problema a estenivel producirá una isquemia.En <strong>de</strong>finitiva, la ductopenia <strong>de</strong>l RC sería el resultado<strong>de</strong> una ataque inmunológico contra las células <strong>de</strong>lepitelio biliar <strong>de</strong>l injerto, junto a un daño isquémico,originado por la obliteración arterial (diapositiva 7).Patogenia <strong>de</strong>l daño arterialLa lesión arterial característica <strong>de</strong>l RC es una arteriopatíaobliterante que afecta fundamentalmente a las48


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - Ponenciasarterias <strong>de</strong> mediano y gran calibre a nivel hepático.Esta lesión se <strong>de</strong>be a la proliferación a nivel intimal <strong>de</strong>macrófagos y células musculares lisas cargados <strong>de</strong> grasa,<strong>de</strong>nominadas células espumosas, que ocluyen progresivamentela luz <strong>de</strong> los vasos. Estos lípidos, colesteroly otras grasa neutras fundamentalmente, seríanliberados por las plaquetas y al ser captados por losmacrófagos y células musculares lisas darían lugar alas células espumosas. Se especula <strong>sobre</strong> el posible papelque la hipercolesterolemia secundaria al tratamientoinmunosupresor pudiera jugar en este mecanismo.Esta lesión se piensa que pueda tener su origen enun daño endotelial en las arterias <strong>de</strong>l injerto, <strong>de</strong> probableorigen inmunológico, en el que pudieran estarimplicados tanto mecanismos humorales como celulares(diapositiva 8). Por ejemplo, se ha <strong>de</strong>scrito la presencia<strong>de</strong> un <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> Ac y complemento en los vasos<strong>de</strong> pacientes con RC. Por otra parte, el análisis fenotípico<strong>de</strong> los infiltrados a nivel arterial <strong>de</strong> hígadoscon RC, ha puesto <strong>de</strong> manifiesto que son LT CD8+ ytambién macrófagos, las poblaciones celulares más numerosas.De forma similar a lo que ocurre en las células <strong>de</strong>lepitelio biliar, las células endoteliales se ha visto queexpresan HLA <strong>de</strong> clase I y II durante los procesos inflamatorios,en relación con la secreción <strong>de</strong> linfoquinaspor parte <strong>de</strong> los LT activados. También se ha observadouna mayor y prolongada expresión <strong>de</strong> moléculas<strong>de</strong> adhesión como el ICAM-1 <strong>sobre</strong> el endoteliovascular, en pacientes con RC, fenómeno que tiene lapeculiaridad <strong>de</strong> ser resistente a los corticoi<strong>de</strong>s. Este aumentoen la expresión <strong>de</strong> HLA y moléculas <strong>de</strong> adhesiónfavorecería la aparición <strong>de</strong> una respuesta inmune,dirigida frente a las células endoteliales. Como se hacomentado ya en la patogenia <strong>de</strong>l daño biliar, no se conocecon exactitud cuál <strong>de</strong> los dos mecanismos <strong>de</strong> reconocimientoantigénico, directo o indirecto, es másimportante en la respuesta contra el endotelio vascular.En cualquier caso, una vez <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nada la respuestainmune, el daño <strong>sobre</strong> la célula endotelial provocauna activación <strong>de</strong> la cascada <strong>de</strong> la coagulación con <strong>de</strong>pósito<strong>de</strong> fibrina, favoreciendo la agregación plaquetariacon liberación <strong>de</strong> diversos factores quimiotácticosque atraen a los leucocitos y células mononucleares haciala zona <strong>de</strong> la lesión (diapositiva 9). A<strong>de</strong>más, estedaño endotelial provoca una alteración <strong>de</strong> la barreravascular, permitiendo el paso, hacia las capas <strong>de</strong> la paredarterial, <strong>de</strong> diversas sustancias como proteínas <strong>de</strong>la coagulación y lípidos, así como plaquetas y otras célulassanguíneas. Todo ello, provoca una alteración <strong>de</strong>la homeostasis a nivel intimal, poniéndose en marchalos mecanismos reparadores que van a contribuir a laobliteración arterial (diapositiva 10). Se va a producire<strong>de</strong>ma y un <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> matriz intercelular y <strong>de</strong> lípidosen la íntima, junto a una infiltración por macrófagos yuna proliferación <strong>de</strong> miofibroblastos, que pue<strong>de</strong> llegara <strong>de</strong>struir por completo esta capa. La media tambiénsuele verse afectada lo que condiciona su a<strong>de</strong>lgazamientoy sustitución por células espumosas y fibroblastosque condiciona una pérdida <strong>de</strong> la elasticidadvascular. Por último, a nivel <strong>de</strong> la adventicia tambiénse producen fenómenos inflamatorios que condicionanla puesta en marcha <strong>de</strong> procesos regenerativos, queacaban provocando una estenosis cicatricial en la pared<strong>de</strong> las arterias. Todos estos mecanismos <strong>de</strong> reparacióny proliferación celular están favorecidos por la liberación<strong>de</strong> multitud <strong>de</strong> citoquinas y factores <strong>de</strong> crecimiento(IL-1, IGF-1, PDGF, bFGF, TGF-beta…) apartir <strong>de</strong> las células endoteliales, plaquetas y células inflamatorias,en el lugar <strong>de</strong>l daño endotelial.Junto a estos daños estructurales, se han <strong>de</strong>scritoen algunos órganos sólidos, alteraciones funcionalesen las arterias <strong>de</strong> los injertos que presentan una ina<strong>de</strong>cuadarespuesta vasodilatadora a los péptidos vasoactivosendógenos, que podrían contribuir al daño isquémicoprovocado por las lesiones anatómicas.En resumen, la arteriopatía obliterante también pareceque tiene un origen inmunológico y que es la consecuencia<strong>de</strong> la puesta en marcha <strong>de</strong> mecanismos inflamatoriosy reparadores en respuesta al daño endotelial.A esta lesión obliterante, se podrían sumar la presencia<strong>de</strong> lesiones vasculares preexistentes en el donante,el daño inflamatorio a nivel vascular por episodiosprevios <strong>de</strong> rechazo, así como otros factores quecon frecuencia acaban apareciendo en el receptor, comoHTA, diabetes e hiperlipemia, que contribuirían alas lesiones vasculares. Como consecuencia <strong>de</strong> este dañoarterial, se va a producir una isquemia que contribuiráal <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la ductopenia y a otra <strong>de</strong> las lesionesque es frecuente observar en el RC, que es lanecrosis centrolobulillar (diapositiva 11). Este daño isquémicosecundario a las lesiones estructurales podríaagravarse por la existencia <strong>de</strong> una alteración funcional,caracterizada por una falta <strong>de</strong> respuesta a los va-49


sodilatadores endógenos, que ha sido <strong>de</strong>scrita en algunosórganos sólidos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante.FACTORES DE RIESGOExisten una serie <strong>de</strong> factores que se han puestoen relación con una mayor predisposición a <strong>de</strong>sarrollarRC (Tabla I) (diapositiva 12). En la mayorparte <strong>de</strong> los casos, la relación no ha podido ser absolutamente<strong>de</strong>mostrada. Muchos <strong>de</strong> los estudioshan sido realizados al final <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los añosEn pacientes jóvenes se ha comunicado una mayorinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> RC (8), que pudiera estar en relación conuna mayor agresividad inmunológica en personas <strong>de</strong>menor edad. Este fenómeno es especialmente llamativoen recipientes menores <strong>de</strong> 1 año (3).Las diferencias étnicas también se han comunicadocomo un factor <strong>de</strong> riesgo (9). Los individuos <strong>de</strong> razanegra tienen en algunos estudios una mayor frecuencia<strong>de</strong> RC que los receptores <strong>de</strong> raza blanca (diapositiva13). También se ha comprobado que los receptoreseuropeos tiene menor tasa <strong>de</strong> RC que los noeuropeos (9) (diapositiva 14).La discordancia entre los sexos <strong>de</strong>l donante y <strong>de</strong>l receptorparece que pue<strong>de</strong> jugar algún papel, habiéndose<strong>de</strong>scrito un riesgo hasta 5 veces mayor <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar unRC en mujeres receptoras <strong>de</strong> un órgano proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>un varón, con respecto a las que reciben un órgano <strong>de</strong>otra mujer (8) (diapositiva 15). Este fenómeno posiblementese <strong>de</strong>ba a una respuesta inmunológica frentea antígenos ligados al sexo masculino (HY) que pue<strong>de</strong>nexpresarse en diferentes células como el epitelio biliar.TABLA IFACTORES DE RIESGO PARA EL DESARROLLO DE RECHAZO CRÓNICO (RC)EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO• Edad, sexo y raza <strong>de</strong>l receptor. Edad <strong>de</strong>l donante• Enfermedad <strong>de</strong> base: HAI, CBP, CE, VHC• Episodios previos <strong>de</strong> RA y RC• Compatibilidad HLA y linfocitotoxicidad• Terapia inmunosupresora• Infección por CMV80 cuando la histología, patogenia y la evolución<strong>de</strong> esta entidad todavía no eran bien conocidas. Porotra parte, el reducido número <strong>de</strong> pacientes incluidosen muchos <strong>de</strong> ellos y la variedad <strong>de</strong> fármacosinmunosupresores empleados y sus dosificaciones,explican la dificultad <strong>de</strong> obtener datos concluyentesen este aspecto.Características <strong>de</strong>mográficas <strong>de</strong>lreceptor y <strong>de</strong>l donanteUna edad elevada en el donante, también se ha sugeridocomo factor predisponente <strong>de</strong> RC (10, 11) (diapositiva15). Es posible que los donantes <strong>de</strong> edad elevadatengan arteriopatía previa y el epitelio biliar seamás susceptible al daño inmunológico.Enfermedad <strong>de</strong> baseEn los pacientes trasplantados por enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>base autoinmune como HAI (12, 13), CBP o CE (8, 14),se ha <strong>de</strong>scrito una mayor predisposición a <strong>de</strong>sarrollarRC (diapositiva 16). Una posible explicación es la persistencia<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante <strong>de</strong> los fenómenos <strong>de</strong>autoinmunidad, que facilitarían el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> episodios<strong>de</strong> rechazo. De hecho, en este grupo <strong>de</strong> pacientesse ha comunicado una mayor frecuencia <strong>de</strong> episodios<strong>de</strong> rechazo agudo, que facilitarían el <strong>de</strong>sarrollo posterior<strong>de</strong> RC (13). También en los pacientes con hepatopatíasrelacionadas con el VHC algunos autores hanmencionado una mayor tasa <strong>de</strong> RC (15, 16) (diapositiva17). En ambos casos, la relación es difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>-50


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - Ponenciasmostrar pues las lesiones histológicas <strong>de</strong>l RC pue<strong>de</strong>nser difíciles <strong>de</strong> diferenciar <strong>de</strong> la recidiva <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong>estas enfermeda<strong>de</strong>s.El tratamiento con IFN <strong>de</strong> la recurrencia <strong>de</strong>l VHC<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante no se ha <strong>de</strong>mostrado que aumente<strong>de</strong> forma significativa el riesgo <strong>de</strong> RC.Episodios previos <strong>de</strong> rechazoLos pacientes que han presentado episodios <strong>de</strong> rechazoagudo <strong>de</strong> forma tardía, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer mespostrasplante, y aquellos que han sufrido varios episodioso rechazos severos parece que pue<strong>de</strong>n tener unamayor predisposición a <strong>de</strong>sarrollar RC, si bien es algocontrovertido (8, 10, 17). El RC pue<strong>de</strong> ser la consecuencia<strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> un rechazo agudo persistenteque no haya respondido a<strong>de</strong>cuadamente al tratamientomédico, por lo que el tipo <strong>de</strong> tratamiento administradotambién pue<strong>de</strong> ser un factor <strong>de</strong> riesgo. La Clínica Mayopublicó un estudio en el que se <strong>de</strong>mostraba que eltratamiento óptimo <strong>de</strong>l rechazo agudo <strong>de</strong>bería ser la administración<strong>de</strong> 3 gr <strong>de</strong> metilprednisolona, ya que en estospacientes la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> RC fue mucho menor queen aquellos en los que se utilizaron dosis menores (18).El retrasplante por RC se ha <strong>de</strong>mostrado en variosestudios que es un claro factor <strong>de</strong> riesgo para el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un nuevo RC en el segundo injerto (1,19, 20) (diapositiva18). En la experiencia <strong>de</strong> la ClínicaMayo, la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un nuevo episodio <strong>de</strong> RC<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un segundo trasplante por el mismo motivopue<strong>de</strong> llegar a ser <strong>de</strong>l 90% (21). En otros centrosesta inci<strong>de</strong>ncia es bastante más baja.Compatibilidad HLA y linfocitotoxicidadEs muy controvertido si el grado <strong>de</strong> compatibilidadHLA entre el donante y el receptor es un factor predisponente<strong>de</strong> RC en el trasplante hepático, a diferencia<strong>de</strong> lo que ocurre en otros órganos. Algunos autoreshan sugerido que la concordancia HLA II con discordanciaen los HLAI es un factor predisponente (22),mientras que esto no ha sido confirmado por otros (8,23-25) (diapositiva 19). Teóricamente, este patrón <strong>de</strong>compatibilidad permitiría la presentación <strong>de</strong> los Ag<strong>de</strong> clase I y <strong>de</strong> otros Ag tisulares <strong>de</strong>l donante por parte<strong>de</strong> las células presentadoras <strong>de</strong> Ag <strong>de</strong>l donante a loslinfocitos T helper <strong>de</strong>l receptor.La positividad en el receptor <strong>de</strong> algunos HLA asociadoscon enfermeda<strong>de</strong>s autoinmunes como el DR3,se ha relacionado con una mayor predisposición al RC(12) (diapositiva 20).La existencia <strong>de</strong> anticuerpos linfocitotóxicos en elreceptor, también es un factor <strong>de</strong>batido (26, 27)(Diap.21). En la experiencia <strong>de</strong> la Clínica Mayo existeuna relación entre la existencia <strong>de</strong> un “crossmatch”positivo y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> RC. En un grupo <strong>de</strong> 15 pacientescon RC el 40% tenían una prueba cruzada positiva,mientras que sólo el 20% <strong>de</strong> los pacientes sinRC la tenían. (1). También en el estudio publicado porTakaya (26), la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> RC en los pacientes concrossmatch positivo fue significativamente mayor(26,3%) que en los pacientes con la prueba negativa(4,9%). Sin embargo, otros autores no han podido confirmarestos hallazgos. En el estudio publicado porCharco (27) la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> RC fue similar en ambosgrupos <strong>de</strong> pacientes.Terapia inmunosupresoraEn algunos estudios se ha observado que la supresión<strong>de</strong> corticoi<strong>de</strong>s o <strong>de</strong> la azatioprina (8) incrementael riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> RC, datos que no han sidoconfirmados por otros autores (diapositiva 22). La existencia<strong>de</strong> una inmunosupresión insuficiente, con nivelesbajos <strong>de</strong> CyA (


vado que esta mayor inci<strong>de</strong>ncia sólo se produce en algúnsubgrupo <strong>de</strong> pacientes con mayor susceptibilidadcomo los receptores con HLA-DR3 positivo (12).Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista patogénico existen evi<strong>de</strong>nciasque permitirían explicar esta asociación (diapositiva25). Mediante técnicas genéticas se ha observadola persistencia <strong>de</strong>l genoma <strong>de</strong>l CMV en el epitelio biliar<strong>de</strong> pacientes con RC (29, 30), que produciría una<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l mismo, contribuyendo a la ductopenia<strong>de</strong>l RC. A<strong>de</strong>más, la infección por CMV se sabe queaumenta la expresión <strong>de</strong> HLA <strong>de</strong> clase I y II y <strong>de</strong> moléculas<strong>de</strong> adhesión que, expresados <strong>sobre</strong> el epiteliobiliar y el endotelio, podrían favorecer la respuesta inmune.Por último, la disminución en el tratamiento inmunosupresor,que a veces se lleva a cabo para el tratamiento<strong>de</strong> la infección por CMV, podría también facilitarel <strong>de</strong>sarrollo posterior <strong>de</strong> RC.Recientemente la mayoría <strong>de</strong> estos factores han sidoanalizados en una larga serie <strong>de</strong> pacientes <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong>Pittsburgh (11). En este estudio 1048 pacientes con trasplantehepático y con un seguimiento medio <strong>de</strong> 6 años,fueron analizados retrospectivamente para <strong>de</strong>finir los factores<strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong>l RC. Los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> 2 o más episodiosprevios <strong>de</strong> rechazo agudo, una edad elevada en eldonante, el hecho <strong>de</strong> haber sido trasplantado por una hepatopatíaviral, VHC o VHB, o <strong>de</strong> origen autoinmune(CBP, CE, HAI) y los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> hepatitis por CMVfueron los factores <strong>de</strong> riesgo i<strong>de</strong>ntificados para el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> RC. Por el contrario, el grado <strong>de</strong> compatibilidadHLA I y II no fue un factor <strong>de</strong> riesgo.BIBLIOGRAFÍA1. Wiesner RH, Ludwig J, van Hoek B, Krom RAF. Current conceptsin cell-mediated hepatic allograft rejection leading to ductopeniaand liver failure. Hepatology 1991; 14: 721-7292. Lowes JR, Hubscher SG, Neuberger JM. Chronic rejection ofthe liver allograft. Gastroenterol Clin North Am 1993; 22: 401-420.3. Wiesner RH, Batts KP, Krom RAF. 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Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - Ponencias18. Wiesner RH, Ludwig J, Krom RAF, Steers JL, Porayko MK,Goyes GJ, Hay JE. Treatment of early cellular rejection followingliver transplantation with intravenous methyllprednisolone:the effect of dose on response. Transplantation 1994; 58:1053-1056.19. Adams DH, Neuberger JM. Patterns of graft rejection followingliver transplantation. J Hepatol 1990; 10: 113-119.20. Neuberger J. Inci<strong>de</strong>nce, timing and risk factors for acute andchronic rejection. Liver Transpl Surg 1999; 5 (Suppl 1): S30-S36.21. Van Hoek B, Wiesner RH, Ludwig J, Paya C. Recurrence ofductopenic rejection in liver allografts after retransplantationfor vanishing bile duct syndrome. Transpl Proc 1991; 23: 1442-1443.22. Donaldson PT, Alexan<strong>de</strong>r GJM, O’Grady J et al. Evi<strong>de</strong>nce foran immune response to HLA class I antigens in the vanishingbileduct syndrome after liver transplantation. Lancet 1987; 1:945-948.23.Mañez R, White LT, Lin<strong>de</strong>n P et al. The influence of HLA matchingon cytomegalovirus hepatitis and chronic rejection afterliver transplantation. Transplantation 1993; 55: 1067-1071.24. Cho JH, Bhatnagar V, Andreani P et al. Chronic rejection in pediatricliver transplantation. Transpl Proc 1997; 29 : 452-453.25. Paya C, Wiesner RH, Hermans PE et al. Lack of associationbetween cytomegalovirus infection, HLA matching and the vanishingbile duct syndrome after liver transplantation. Hepatology1992; 16: 66-70.26.Takaya S, Jain A, Yagihashi A et al. Increased bile duct complcationsand/or chronic rejection in crossmatch positive humanliver allografts. Transpl Proc 1999; 31: 2028-2031.27. Charco R, Vargas V, Balsells J et al. Influence of anti-HLA antibodiesand positive T-lymphocytotoxic crossmatch on survivaland graft rejection in human liver transplantation. J Hepatol1996; 24: 452-459.28. Soin AS, Rasmussen A, Jamieson NV, Watson CJE, Friend PJ,Wight DGD, Calne RY. CsA levels in the early posttransplantperiod-predictive of chronic rejection in liver transplantation?.Transplantation 1995; 59: 1119-1123.29. Lautenschlager I, Hockerstedt K, Jalanko H, Loginov R, SalmelaK, Taskinen E, Ahonen J. Persistent cytomegalovirus inliver allografts with chronic rejection. Hepatology 1997; 25:190-194.30. Evans PC, Coleman N, Wreghitt TG, Wight DGD, Alexan<strong>de</strong>rGJM. Cytomegalovirus infection of bile duct epithelial cells,hepatic artery and portal venous endothelium in relation tochronic rejection of liver grafts. J Hepatol 1999; 31: 913-920.53


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónPresentaciónFernando CasafontDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 455


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 1056


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 1657


Diapositiva 17 Diapositiva 18Diapositiva 19 Diapositiva 20Diapositiva 21 Diapositiva 2258


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Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PonenciasRechazo crónico:patogenia y factores <strong>de</strong> riesgoJuan F. Delgado JiménezUnidad <strong>de</strong> Insuficiencia Cardíaca y Trasplante, Hospital 12 <strong>de</strong> Octubre. Madrid.INTRODUCCIÓNLa enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto (EVI), conocidaclásicamente como rechazo crónico, es la principalcausa <strong>de</strong> fallo <strong>de</strong>l injerto y muerte en pacientes que <strong>sobre</strong>vivenmás <strong>de</strong> un año al trasplante cardíaco. Cadaaño se estima que un 10% <strong>de</strong> los receptores <strong>de</strong> trasplantecardíaco <strong>de</strong>sarrollan EVI.En esta sección, se revisarán los aspectos más significativos<strong>de</strong> la patología, etiopatogenia y factores <strong>de</strong>riesgo <strong>de</strong> esta agresiva forma <strong>de</strong> aterosclerosis que limitala supervivencia <strong>de</strong>l paciente trasplantado.PATOLOGÍADes<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista histopatológico, la EVI típicase caracteriza por un engrosamiento difuso y concéntricoque afecta a la íntima <strong>de</strong> las arterias epicárdicase intramurales. Sin embargo, el espectro <strong>de</strong> su presentaciónes amplio: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un engrosamiento <strong>de</strong> la íntimaarterial por fibrosis concéntrica hasta placas ateroscleróticasdifusas que se asemejan a una arteriosclerosisconvencional. Las características diferencialesentre EVI y arteriosclerosis nativa se expresan enla Tabla I.En la región proximal <strong>de</strong> las arterias epicárdicas, laEVI comienza como un engrosamiento intimal concéntricocausado por proliferación miofibroblástica yfibrosis. Un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante se pue<strong>de</strong>n encontrarplacas ateromatosas con núcleos <strong>de</strong> colesteroly otros <strong>de</strong>tritus lipídicos. A<strong>de</strong>más, un infiltrado celularconsistente en linfocitos, macrófagos y células musculareslisas suelen estar presentes, especialmente enla íntima y en la adventicia. En los supervivientes aTABLA ICARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES HISTOPATOLÓGICAS ENTRE LA ENFERMEDADVASCULAR DEL INJERTO (EVI) Y LA ATEROSCLEROSIS NATIVAEVIAterosclerosisLocalización Difusa y distal Focal y proximalProliferación intimal Concéntrica Habitualmente excéntricaDepósito <strong>de</strong> calcio Ausente Frecuentemente presenteLámina elástica interna Intacta Rota61


largo plazo, las lesiones fibrosas y fibrograsas a menudoafectan difusamente a gran<strong>de</strong>s y pequeños vasosepicárdicos, así como a las arterias intramurales. Losvasos epicárdicos están afectados en toda su longitud,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la base hasta el apex cardíaco. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> losvasos arteriales, las venas también están afectadas.ETIOPATOGENIALa EVI tiene una etiología multifactorial. Aunqueel mecanismo exacto <strong>de</strong> su patogénesis está por <strong>de</strong>scubrir,es creciente la evi<strong>de</strong>ncia que la EVI es una manifestación<strong>de</strong> una respuesta inmune crónica al corazóntrasplantado <strong>sobre</strong> la que inci<strong>de</strong>n factores no inmunológicos(Ver figura 1). Como la EVI se limita alinjerto y respeta los vasos <strong>de</strong>l receptor, el mecanismoinmune original es más que probable.Como las células endoteliales <strong>de</strong>l injerto cardíaco,son las primeras células reconocidas por el sistema inmune<strong>de</strong>l receptor, son éstas el objetivo primario <strong>de</strong> larespuesta inmune. De hecho, el daño endotelial pareceser el primer paso que inicia la evolución <strong>de</strong> la EVI(Ver figura 2).La célula endotelial es el mayor <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> lafunción <strong>de</strong> pared vascular. En condiciones normalesinhibe la formación <strong>de</strong> trombos, la adhesión leucocitaria,la proliferación <strong>de</strong> la célula muscular lisa y regulael tono vasomotor.El daño <strong>de</strong>l endotelio pue<strong>de</strong> alterar alguna o todasestas funciones, predisponiendo a la inflamación vascular,la trombosis, la vasoconstricción y la proliferación<strong>de</strong>l músculo liso. La cascada <strong>de</strong> eventos se iniciacon el daño endotelial y termina con la respuesta intimalproliferativa.Un importante número <strong>de</strong> trabajos <strong>de</strong> Labarrere ycolaboradores (1, 2) han <strong>de</strong>mostrado la importancia <strong>de</strong>la microvasculatura en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI. Y es queaquellos injertos que <strong>de</strong>sarrollan EVI, presentan unamicrovasculatura protrombogénica inmediatamente<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante cardíaco. Estos injertos muestranla presencia <strong>de</strong> fibrina a nivel <strong>de</strong>l pequeño vasocomo consecuencia <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> activador tisular<strong>de</strong>l plasminógeno, activación endotelial y pérdida <strong>de</strong>antitrombina microvascular. Estos tres elementos sonfactores <strong>de</strong> riesgo in<strong>de</strong>pendientes para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>EVI. Aunque cada factor protrombogénico es impor-Isquemia/reperfusiónDaño <strong>de</strong>l injertoAloinmunidad: TCD4 y Abs IgC IActivación endoletialFallo precozRechazoRemo<strong>de</strong>lado vascularFibrosisDisfunción crónica injertoAloaterosclerosisAlgoritmo que representa las vías por las que pue<strong>de</strong> producirse disfunción crónica <strong>de</strong>l injerto.Figura 162


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PonenciasIsquemia fríaReperfusiónRechazo agudoLesión <strong>de</strong> la célula endotelialHTA, ColesterolLDL, TGsCMVHiperplasia intimal/VasculopatíaAlgoritmo que representa la patogenia <strong>de</strong> la enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto.Figura 2tante individualmente, la importancia <strong>de</strong> sus efectosacumulativos e interrelaciones hacen incrementar elriesgo y severidad <strong>de</strong> la EVI.Sobre el daño endotelial directoLas células endoteliales están expuestas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elproceso mismo <strong>de</strong>l trasplante. La isquemia fría y laposterior reperfusión activan el endotelio microvascular,facilitando la formación <strong>de</strong> radicales libres con lasubsiguiente activación <strong>de</strong> los leucocitos y macrófagos<strong>de</strong>l huésped (3). Las células endoteliales activadasproducen una respuesta inflamatoria inmediata que generadisfunción endotelial. El tiempo <strong>de</strong> isquemia fríaprolongado, que a su vez favorece el daño posteriorpor reperfusión, se ha mostrado como un factor <strong>de</strong> riesgopara el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI (4).Respuesta inmune y enfermedadvascular <strong>de</strong>l injertoTras el trasplante cardíaco, la respuesta inmune alas células endoteliales son una importante fuente <strong>de</strong>disfunción endotelial. Esta respuesta inmune pue<strong>de</strong> sermediada por células (inmunidad celular) o por anticuerpos(humoral) o mixta.En la respuesta inmune mediada por células, el papelfundamental recae en el linfocito T (5). El mayorestímulo para una respuesta celular inmune al órganotrasplantado es el reconocimiento <strong>de</strong>l complejo mayor<strong>de</strong> histocompatibilidad en las células <strong>de</strong>l donante porparte <strong>de</strong> los linfocitos T circulantes <strong>de</strong>l receptor. Enparticular, linfocitos CD4 <strong>de</strong>l receptor pue<strong>de</strong>n reconocerantígenos clase II (DR, DP y DQ) en las célulasendoteliales.Reconocidos estos antígenos, los linfocitos activadossecretan citoquinas: interleucina (IL)-2, IL-4, IL-5, IL-6, interferón alfa, factor <strong>de</strong> necrosis tumoral alfay beta. Estas citoquinas promueven a su vez la proliferación<strong>de</strong> un mayor número <strong>de</strong> linfocitos T y estimulanla secreción <strong>de</strong> otras citoquinas, así como moléculas<strong>de</strong> adhesión por parte <strong>de</strong>l endotelio (molécula1 <strong>de</strong> adhesión intercelular y molécula 1 <strong>de</strong> adhesión ala célula vascular).Las moléculas <strong>de</strong> adhesión facilitan la interacciónentre las células inflamatorias y el endotelio vascular.Estas moléculas <strong>de</strong> adhesión facilitan el reclutamientoy acumulación <strong>de</strong> macrófagos en la pared vascular,para así provocar una respuesta inflamatoria localizaday sostenida (6).Los macrófagos activados y los linfocitos, <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la íntima vascular, generan una variedad <strong>de</strong> citoquinasy factores <strong>de</strong> crecimiento (factor <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong>rivado<strong>de</strong> plaquetas (PDGF), factor-1 <strong>de</strong> crecimientoinsulin-like, factor <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> fibroblastos, factor<strong>de</strong> crecimiento unido a heparina, factor <strong>de</strong> crecimientoepidérmico y factor <strong>de</strong> crecimiento transformantebeta) que promueven la creación <strong>de</strong> una matriz63


TABLA IIFISIOPATOLOGÍA DE LA RESPUESTA INMUNE EN LA GÉNESISDE LA ENFERMEDAD VASCULAR DEL INJERTO• El linfocito T CD4 reconoce Ag <strong>de</strong> Clase II <strong>sobre</strong> la célula endotelial.• El linfocito T activado libera linfocinas (IL 2, 4, 5, 6, IF alfa, FNT alfa y beta):⇒ Mayor proliferación linfocitaria.⇒ La célula endotelial libera moléculas <strong>de</strong> adhesión (intercelular y célula vascular).• El macrófago se adhiere e infiltra la pared vascular:⇒ Captan LDL oxidadas (células espumosas).⇒ Liberan factores <strong>de</strong> crecimiento responsables <strong>de</strong> la respuesta proliferativa:• PDGF.• Factor 1 <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> fibroblastos.• Factor 1 insulín-like.• Factor <strong>de</strong> crecimiento unido a heparina.• Factor <strong>de</strong> crecimiento transformante beta.<strong>de</strong> tejido conectivo y la migración y proliferación <strong>de</strong>células musculares lisas que, finalmente, comprometenla luz vascular y es responsable <strong>de</strong> la EVI (7).Una fuerte asociación existe entre la expresión <strong>de</strong>factor <strong>de</strong> crecimiento transformante beta en la biopsiaendomiocárdica y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI (8,9) (VerTabla II).Es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar el papel <strong>de</strong> los lípidos en el ciclo local<strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> las citoquinas. La interleucina-1y el factor alfa <strong>de</strong> necrosis tumoral activan monocitosy macrófagos que, mediante peroxidación, modificanlas lipoproteínas <strong>de</strong> baja <strong>de</strong>nsidad (LDL). Las moléculasLDL oxidadas son potentes aterogénicos con efectoscitotóxicos directos en las células endoteliales ymesenquimales. Los niveles plasmáticos <strong>de</strong> LDL oxidadasse correlacionan con la extensión angiográfica<strong>de</strong> la EVI; es más, unos niveles elevados <strong>de</strong> LDL oxidadaspue<strong>de</strong>n pre<strong>de</strong>cir el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI (10). Losmacrófagos activados captan las moléculas LDL oxidadastransformándose en células espumosas y contribuyena la formación <strong>de</strong> la estría grasa, precursora<strong>de</strong> las placas ateromatosas.La liberación <strong>de</strong> citoquinas y factores <strong>de</strong> crecimientotambién tiene impacto en la formación local <strong>de</strong> sustanciasvasoactivas y pue<strong>de</strong>n alterar el equilibrio <strong>de</strong>sustancias vasoconstrictoras y vasodilatadoras, en favor<strong>de</strong> la vasoconstricción. La endotelina 1 es una sustanciapotentemente vasoconstrictora y contrarreguladora<strong>de</strong>l óxido nítrico en condiciones fisiológicas. Unaelevada inmunorreactividad para endotelina 1 ha sido<strong>de</strong>tectada en las arterias coronarias <strong>de</strong> pacientes conEVI, comparadas con aquellas no afectadas (11).La implicación <strong>de</strong>l brazo humoral <strong>de</strong> la respuestainmune en la patogénesis <strong>de</strong> la EVI es pobremente conocida.La mayoría <strong>de</strong> los pacientes trasplantados generananticuerpos anti-HLA tras el trasplante cardíaco.Sin embargo, es la persistencia <strong>de</strong> anticuerpos contraantígenos no HLA <strong>de</strong> las células endoteliales losque más se han asociado con EVI (12). Es más, pacientescon EVI rápidamente progresiva, entre 1 y 2años tras el trasplante, presentan unos niveles elevados<strong>de</strong> anticuerpos IgM contra péptidos <strong>de</strong> las célulasendoteliales, siendo uno <strong>de</strong> los más importantes la vimentina(13). De hecho y como se ha comprobado recientemente,la presencia <strong>de</strong> anticuerpos antivimentinaes un predictor in<strong>de</strong>pendiente asociado al <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> EVI durante el seguimiento postrasplante (14).Sin embargo, la formación <strong>de</strong> anticuerpos pue<strong>de</strong>ser el resultado indirecto <strong>de</strong> la reacción inmune mediadapor células. Las citoquinas liberadas como par-64


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - Ponenciaste <strong>de</strong> la respuesta celular son potentes estimuladores<strong>de</strong> la proliferación <strong>de</strong> linfocitos B y secundariamente<strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> anticuerpos (6).La asociación entre rechazo agudo y EVI suponela percepción clínica <strong>de</strong> la implicación <strong>de</strong> la respuestainmune en la génesis <strong>de</strong> la vasculopatía <strong>de</strong>l injertocardíaco.Es fácil pensar que las respuestas inmunes celulary humoral se dirigen contra antígenos <strong>de</strong> la superficiecelular y, por tanto, afectan <strong>de</strong> forma simultánea a lascélulas musculares y vasculares.El número <strong>de</strong> rechazos agudos y la severidad <strong>de</strong> losmismos se han consi<strong>de</strong>rado clásicamente asociados al<strong>de</strong>sarrollo precoz <strong>de</strong> EVI (15).Asimismo y más reciente, la aparición <strong>de</strong> rechazostardíos (> <strong>de</strong> 1 año postrasplante cardíaco) se ha mostradocomo un fuerte predictor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVIen la población pediátrica (16).Cuando se ha realizado seguimiento mediante IVUSy, a lo largo <strong>de</strong>l tiempo en una población trasplantada,se ha encontrado una buena correlación lineal entre latasa <strong>de</strong> progresión <strong>de</strong> la proliferación intimal en el árbolcoronario y el rechazo agudo (esta variable fue estimadano sólo teniendo en cuenta el número <strong>de</strong> rechazostratables, sino también mediante un score quevaloraba todos los rechazos agudos <strong>de</strong> grado más leveque se <strong>de</strong>tectaron en las biopsias endomiocárdicas rutinariasque fueron realizadas en el seguimiento) (17).Factores <strong>de</strong> riesgo no inmunológicosimplicados en la EVIMuchos factores <strong>de</strong> riesgo no inmunológicos se hanrelacionado con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI. Estos incluyenedad y sexo <strong>de</strong> donante y receptor, etiología <strong>de</strong> la cardiopatíaque llevó al trasplante, así como la presenciatras el mismo <strong>de</strong> obesidad, hipertensión, hiperlipi<strong>de</strong>mia,tabaquismo y diabetes.La más amplia experiencia en este sentido ha sidorecientemente comunicada por Costanzo et al. (18).Tras 5 años <strong>de</strong> seguimiento, la inci<strong>de</strong>ncia angiográfica<strong>de</strong> EVI es <strong>de</strong>l 42% <strong>de</strong> los pacientes trasplantados.Los factores <strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>l receptor incluyenla presencia <strong>de</strong> diabetes, enfermedad vascular periférica,dislipemia, así como la enfermedad cardiológicanativa por la que se indicó el trasplante, <strong>de</strong> etiologíaisquémica. Factores <strong>de</strong> riesgo para la aparición precoz<strong>de</strong> EVI son: edad avanzada <strong>de</strong>l donante, hipertensión arterial,sexo femenino <strong>de</strong>l receptor y raza negra.A continuación, analizaremos los más importantesfactores <strong>de</strong> riesgo.Hiperlipi<strong>de</strong>miaLa evaluación <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> riesgono inmunológicos en la aparición <strong>de</strong> EVI ha producidovariables resultados; sin embargo, el que más consistentementese relaciona con EVI es la hiperlipi<strong>de</strong>miay la resistencia a la insulina. Esto tiene especialinterés porque la resistencia a la insulina y la hipercolesterolemiaestán presentes en el 50-80% <strong>de</strong> la población<strong>de</strong> pacientes con trasplante cardíaco.El mecanismo por el que aparece hiperlipi<strong>de</strong>miatras el trasplante cardíaco es multifactorial: obesidad,nivel <strong>de</strong> ciclosporina, dosis acumulada <strong>de</strong> prednisonay resistencia a la insulina son factores contribuyentes.La prednisona aumenta la producción <strong>de</strong> apolipoproteniaB. La ciclosporina aumenta la actividad <strong>de</strong> la lipasahepática y reduce la <strong>de</strong> la lipoproteína lipasa. Estogenera un aumento <strong>de</strong> LDL y VLDL.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista clínico, el nivel <strong>de</strong> colesteroltotal, LDL colesterol y nivel <strong>de</strong> triglicéridos, sonvariables in<strong>de</strong>pendientes predictoras <strong>de</strong> engrosamientointimal <strong>de</strong> la arteria coronaria <strong>de</strong> corazón trasplantado,evaluado por ecografía intravascular (IVUS) (19).El parámetro lipídico más fuertemente relacionadocon la progresión <strong>de</strong> la EVI, también medida por IVUS,es el nivel <strong>de</strong> LDL colesterol (20).Sin embargo, en un reciente trabajo, Kapadia y cols.encontraron que no es el nivel <strong>de</strong> colesterol el mejorpredictor <strong>de</strong> EVI; es el incremento <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong> colesteroltotal y <strong>de</strong> LDL colesterol durante el primer añopostrasplante el que se asocia con el nivel más severo<strong>de</strong> vasculopatía (21). Este estudio tiene importantesimplicaciones terapéuticas, pues el paciente trasplantadopodría beneficiarse <strong>de</strong> tratamiento hipolipemiante,in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> sus valores absolutosbasales.Citomegalovirus (CMV)La infección por citomegalovirus se ha asociado enestudios clínicos con EVI (22). A<strong>de</strong>más, el genoma viral(no sólo <strong>de</strong> CMV, sino también <strong>de</strong> a<strong>de</strong>novirus, enterovirus,parvovirus y virus <strong>de</strong> Epstein-Barr) se ha encontradoen el tejido miocárdico <strong>de</strong> receptores pediá-65


tricos con disfunción <strong>de</strong>l injerto, entre otras por EVI(23). Sin embargo, el papel exacto <strong>de</strong> la infección porCMV en la patogénesis <strong>de</strong> la EVI no ha sido <strong>de</strong>finitivamente<strong>de</strong>mostrado.El mecanismo propuesto <strong>de</strong> la asociación CMV yEVI sería que el CMV aumentaría la expresión <strong>de</strong> glicoproteínasvirales en la superficie <strong>de</strong> las células endoteliales,facilitando la adherencia <strong>de</strong> los granulocitosy así potenciar la respuesta inmune. A<strong>de</strong>más, lascélulas T citotóxicas podrían lisar células endotelialesinfectadas con CMV. Aunque estos mecanismos indirectosson han sido repetidamente invocados, mediantetécnicas <strong>de</strong> inmunohistoquímica, hibridación in situ yPCR, no se ha encontrado el genoma viral en los segmentosarteriales afectados <strong>de</strong> EVI (24).Etiología <strong>de</strong> la cardiopatía por la que seindicó trasplanteSi analizamos el Registro Internacional <strong>de</strong> TrasplanteCardíaco (25) po<strong>de</strong>mos observar que los factores <strong>de</strong>riesgo que tienen mayor impacto en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVIa los tres años postrasplante cardíaco son: el diagnóstico<strong>de</strong> enfermedad coronaria como cardiopatía que llevóal trasplante y la edad <strong>de</strong>l donante. Asimismo, se muestrancomo factores protectores recibir un injerto <strong>de</strong> donantefemenino y las eda<strong>de</strong>s extremas en el receptor (menor<strong>de</strong> 35 años y mayor <strong>de</strong> 65 años) (Ver Tablas III y IV).La etiología isquémica <strong>de</strong> la cardiopatía por la quese indicó el trasplante es un factor que afecta negativamentela supervivencia a medio y largo plazo tras eltrasplante cardíaco (26).La etiología isquémica, reseñada en el Registro Internacionaly en otros estudios, como factor <strong>de</strong> riesgopara el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI obliga a pensar <strong>sobre</strong> la predisposición<strong>de</strong> estos pacientes al <strong>de</strong>sarrollo o progresión<strong>de</strong> esta especial forma <strong>de</strong> aterosclerosis una veztrasplantados y a reflexionar <strong>sobre</strong> la importancia <strong>de</strong>la prevención, actuando enérgicamente <strong>sobre</strong> los factores<strong>de</strong> riesgo conocidos para arteriosclerosis convencional(27).Enfermedad aterosclerótica trasmitidapor el donanteComo consecuencia <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> aumentarel número <strong>de</strong> donantes cardíacos, en esta última décadahemos asistido a un cambio en el perfil <strong>de</strong>mográfico<strong>de</strong>l donante cardíaco. Ha aumentado el número <strong>de</strong>donantes <strong>de</strong> causa no traumática y estos son sensiblementemás añosos.Una reciente task force <strong>de</strong>l Colegio Americano <strong>de</strong>Cardiología, recomendaba realizar coronariografía paradonantes varones mayores <strong>de</strong> 45 años y mujeres mayores<strong>de</strong> 50 años. Este umbral se reduciría en 5-10 años,en presencia <strong>de</strong> factores <strong>de</strong> riesgo.A pesar <strong>de</strong> ello, escasa información está disponibleacerca <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> arteriosclerosis en los corazonesdonantes porque no se realiza estudio angiográfico<strong>de</strong> forma rutinaria previo a la donación.En reciente serie <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> St Louis (28),se realizó coronariografía previa al trasplante en 119donantes mayores <strong>de</strong> 40 años <strong>de</strong> edad y se <strong>de</strong>tectó en-TABLA IIIFACTORES DE RIESGO PARA LA PRESENCIA DE ENFERMEDAD VASCULAR DELINJERTO EN LOS TRES PRIMEROS AÑOS TRAS EL TRASPLANTE CARDÍACO. TOMADODEL REGISTRO INTERNACIONAL DE TRASPLANTE CARDÍACO, 2001. NÚMERO DEPACIENTES: 7691Odds95& IntervaloVARIABLE Ratio P <strong>de</strong> confianzaDiagnóstico CAD 1,15 0,2 1,03-1,03TX año: 1997 0,83 0,008 0,72-0,95Donante femenino 0,82 0,002 0,72-0,9366


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PonenciasTABLA IVFACTORES DE RIESGO PARA LA PRESENCIA DE ENFERMEDAD VASCULAR DELINJERTO EN LOS TRES PRIMEROS AÑOS TRAS EL TRASPLANTE CARDÍACO.TOMADO DEL REGISTRO INTERNACIONAL DE TRASPLANTE CARDÍACO, 2001.NÚMERO DE PACIENTES: 7691VARIABLE ODDS Ratio PEdad receptor-lineal 0,005Edad receptor-quadrática 0,00820 años 0,8135 años 1,0250 años 1,0165 años 0,80Edad donante-lineal < 0,001Edad donante quadrática 0,0320 años 0,7335 años 1,1950 años 2,3165 años 5,40fermedad arterial coronaria <strong>de</strong> algún grado en 50 <strong>de</strong>ellos. El 65% <strong>de</strong> los corazones pudieron ser trasplantadosy el único predictor <strong>de</strong> enfermedad coronaria enel donante fue la edad más avanzada.Esta preselección <strong>de</strong> donantes fue altamente eficaz.La supervivencia a 5 años <strong>de</strong> los pacientes trasplantadosy a cuyos donantes se les realizó coronariografíafue próxima al 80%. Sin embargo, en el grupo <strong>de</strong> donantesmayores <strong>de</strong> 40 años, que durante el mismo periodo<strong>de</strong> tiempo <strong>de</strong>l estudio fueron implantados sin coronariografíaprevia, la supervivencia <strong>de</strong>l receptor fue<strong>de</strong>l 60%. Globalmente no hubo complicaciones <strong>de</strong>rivadas<strong>de</strong> la coronariografía y la realización <strong>de</strong> la misma,según comentan los autores, no prolongó el proceso<strong>de</strong> la donación.A la luz <strong>de</strong> estos datos y sabiendo que el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> EVI “nativa” <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los 6 primeros meses postrasplantees poco frecuente, se pue<strong>de</strong> pensar que loscasos <strong>de</strong>tectados representan arteriosclerosis “heredada”.La i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> la edad avanzada <strong>de</strong>l donantey una historia <strong>de</strong> hipertensión arterial en el mismo,como factores <strong>de</strong> riesgo para el <strong>de</strong>sarrollo precoz <strong>de</strong> enfermedadvascular coronaria, apoyan esta hipótesis (18).En un reciente estudio, previamente comentado enesta sección (21), en el que se utilizó como método <strong>de</strong>estudio coronario el IVUS, se encontró que en el primermes postrasplante, el 36% <strong>de</strong> los corazones implantadospresentaban lesiones transmitidas por el donante.En un 50% <strong>de</strong> los mismos, estas lesiones progresabandurante el primer año <strong>de</strong> seguimiento y lo hacían<strong>sobre</strong> la lesión vascular heredada, sin afectar a lossegmentos que inicialmente estaban sanos. A<strong>de</strong>más,en ningún caso estas lesiones fueron responsables <strong>de</strong>eventos clínicos isquémicos. Pues bien, en esta formaespecial <strong>de</strong> aterosclerosis, los factores <strong>de</strong> riesgo in<strong>de</strong>pendientespara su progresión son obesidad e hipertrigliceri<strong>de</strong>mia.Disfunción endotelialEs ampliamente conocido que la disfunción endotelialpue<strong>de</strong> ocurrir precozmente tras el trasplante cardíacoy que prece<strong>de</strong> a la manifestación angiográfica<strong>de</strong> la EVI.También es conocido que la vasodilatación <strong>de</strong>pendiente<strong>de</strong>l endotelio sufre un <strong>de</strong>terioro progresivo tras el trasplante67


cardíaco. Inicialmente se <strong>de</strong>teriora la respuesta dilatadora<strong>de</strong> las arterias epicárdicas, manteniéndose intacta la funciónendotelial <strong>de</strong> la microvasculatura coronaria. Con elpaso <strong>de</strong>l tiempo, la respuesta vasodilatadora <strong>de</strong>l pequeñovaso coronario a la acetilcolina también <strong>de</strong>saparece (6).Davis et al. (29) investigaron la relación entre laaparición precoz <strong>de</strong> disfunción endotelial y el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> EVI, en un estudio longitudinal. La presencia <strong>de</strong>disfunción endotelial a los 16 días tras el trasplante seasocia con un mayor grado <strong>de</strong> engrosamiento intimal,estimado por IVUS y predice el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> EVI duranteel primer año <strong>de</strong>l trasplante. La disfunción endoteliala menudo prece<strong>de</strong> al engrosamiento intimal,pero también es cierto que, en ocasiones, una respuestavasomotora normal pue<strong>de</strong> estar presente en presencia<strong>de</strong> engrosamiento intimal significativo (30).BIBLIOGRAFÍA1. Labarrere CA, Nelson DR, Cox CJ et al. Cardiac specific troponinI levels and risk of coronary artery disease and graf failurefollowing heart transplantation. JAMA 2000; 284: 457-464.2. Labarrere CA, Nelson DR, Park JW. Pathologic markers ofallograft arteriopathy: insight into the pathophysiology of cardiacallograft chronic rejection. Curr Opin Cardiol 2001; 16:110-117.3. Day JD, Rayburn BK, Gaudin PB, et al. Cardiac allograft vasculophathy:the central pathogenic role of ischemia-induced endothelialcell injury. J Heart Lung Transplant 1995; 14: S142-S149.4. Del Rizzo DF, Menkis AH, Pflugfel<strong>de</strong>r PW, et al. The role ofdonor age and ischemic time on survival following orthotopicheart transplantation. J Heart Lung Transplant 1999; 18:310-319.5. Hosenpud JD, Morris TE, Shipley GD, et al. Cardiac allograftvasculopathy. Preferential regulation of endothelial cell<strong>de</strong>rivedmesenchymal growth factors in response to a donorspecificcell-mediated allogenic response. Transplantation1996; 61: 939-948.6. Behrendt D, Ganz P, Fang CF. Cardiac allograft vasculopathy.Curr Opin Cardiol 2000; 15: 422-429.7. Aranda JM, Hill J. Cardiac transplant vasculopathy. Chest2000; 118: 1792-1800.8. Aziz T, Hasleton P, Hann AW, et al. Transforming growth factorbeta in relation to cardiac allograft vasculopathy after hearttransplantation. J Thorac Cardiovasc Surg 2000; 119:700-708.9. Holweg CTJ, Baan CC, Balk AH, et al. The transforminggrowth factor-beta1 codon 10 gene polymorphism and acceleratedgraft vascular disease after clinical heart transplantation.Transplantation 2001; 71: 1463-1467.10. Holvoet P, Van Cleemput J Collen D et al. Oxi<strong>de</strong>zed low-<strong>de</strong>nsitylipoprotein is a prognostic marker of transplant associatedcoronary artery disease. Arterio Thromb Vasc Biol 2000;20: 698-702.11. Ravalli S, Szabolcs M, Albala A, et al. Increased immunoreactiveendothelin-1 in human transplant coronary artery disease.Circulation 1996; 94: 2096-2102.12. Fredrich R, Toyoda M, Czer LS et al. The clinical significanceof antibodies to human vascular endothelial cells after cardiactransplantation. Transplantation 1999; 67: 385-391.13. Wheeler CH, Collins A, Dunn MH, et al. Characterization ofendothelial antigens associated with transplant-associatedcoronary artery disease. J Heart Lung Transplant 1995; 14:S188-S197.14. Jurcevic S, Ainsworth ME, Pomerance A, et al. Antivimentinantibodies are an in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nt predictor of transplant-associatedcoronary artery disease after cardiac transplantation.Transplantation 2001; 71: 886-892.15. Hornick P, Smith J, Pomerance A, et al. Influence of acute rejectionepiso<strong>de</strong>s, HLA matching, and donor-recipient phenotypeon the <strong>de</strong>velopment of early transplant-associated coronaryartery disease. Circulation 1997; 96 Suppl II: 148-153.16. Mulla NF, Johnston JK, Dussen LV, et al. Late rejection is apredictor of transplant coronary artery disease in children. JAm Coll Cardiol 2001; 37: 243-250.17. Jimenez J, Kapadia SR, Yamani MH, et al. Cellular rejectionand rate of progression of transplant vasculopathy: a 3 yearserial intravascular ultrasound study. J Heart Lung Transplant2001; 20: 393-398.18. Costanzo MR, Naftel D, Pritzker M, et al. Heart transplant coronaryartery disease <strong>de</strong>tected by coronary angiography: amulti-institutional study of pre-operative donor and recipientrisk factors. J Heart Lung Transplant 1998; 17: 744-753.19. Escobar A, Ventura HO, Stapleton DD et al. Cardiac allograftvasculopathy assessed by intravascular ultrasonography and nonimmunologicrisk factors. Am J Cardiol 1994; 74: 1042-1046.68


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - Ponencias20. Pethig K, Klauss V, Heublein B et al. Progression of cardiacallograft vascular disease as assessed by serial intravascularultrasound: correlation to immunological and non-immunologicalrisk factors. Heart 2000; 84: 494-498.21. Kapadia SR, Nissen SE, Ziada KM, et al. Impact of lipid abnormalitiesin <strong>de</strong>velopment and progression of transplant coronarydisease: a serial intravascular ultrasound study. J AmColl Cardiol 2001; 38: 206-213.22. Hosenpud JD. Coronary artery disease after heart transplantationand its relation to cytomegalovirus. Am Heart J1999; 138: S469-S472.23. Shirali GS, Ni J, Chinnock RE et al. Association of viral genomewith graft loss in children after cardiac transplantation.N Engl J Med 2001; 344: 1498-1503.24. Sambiase NV, Higuchi ML, Nuovo G, et al. CMV and transplant-relatedcoronary atherosclerosis: an immunohistochemical,in situ hybridization, and polymerase chain reactionin situ study. Mod Pathol 2000; 13: 173-179.25. Hosenpud JD, Bennett LE, Keck BM, et al. The Registry ofthe International Society for Heart and Lung Transplantation:eighteenth official report 2001. J Heart Lung Transplant 2001;20: 805-815.26. Aziz T, Burgess M, Rahman AN, et al. Cardiac transplantationfor cardiomyopathy and ischemic heart disease: differencesin outcome up to 10 years. J Heart Lung Transplant2001; 20: 525-533.27. John R, Rajasinghe HA, Itescu S et al. Factors affecting longtermsurvival after cardiac transplantation in the cyclosporineera. J Am Coll Cardiol 2001; 37: 189-194.28. Hauptman PJ, O´Connor KJ, Wolf RE, et al. Angiography ofpotential cardiac donors. J Am Coll Cardiol 2001; 37: 1252-1258.29. Davis SF, Yeung AC, Meredith IT, et al. Early endothelialdysfunction predicts the <strong>de</strong>velopment of transplant coronaryartery disease at 1 year posttrasnplant. Circulation 1996; 93:457-462.30. Julius BK, Attenhofer J, Sutsch G, et al. Inci<strong>de</strong>nce, progressionand functional significance of cardiac allograft vasculopathyafter heart transplantation. Transplantation 2000;69: 847-853.69


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónPresentaciónJuan F. Delgado JiménezDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 471


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Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 1673


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PonenciasRechazo crónico:patogenia y factores <strong>de</strong> riesgoJosé María MoralesServicio <strong>de</strong> Trasplante Renal. Hospital 12 <strong>de</strong> Octubre. MadridINTRODUCCIÓNAunque el mecanismo etiopatogénico <strong>de</strong>l rechazocrónico no está <strong>de</strong>l todo esclarecido, existe una verda<strong>de</strong>raunanimidad al señalar que la interacción <strong>de</strong> múltiplesfactores <strong>de</strong> riesgo inmunológicos y no inmunológicos(Ver Tabla I) contribuyen a su <strong>de</strong>sarrollo, acelerandoel proceso normal <strong>de</strong> envejecimiento <strong>de</strong>l órganotrasplantado como postula P. Halloran.FACTORES DE RIESGOINMUNOLÓGICOSNo hay duda <strong>de</strong> que los factores riesgo inmunológicosson los fundamentales para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l rechazocrónico en el trasplante renal. Los más importantesson: el grado <strong>de</strong> compatibilidad HLA, el rechazoagudo, la presencia <strong>de</strong> anticuerpos citotóxicos anti-HAL,el tratamiento inmunosupresor, el cumplimientoterapéutico y más dudoso la infección por citomegalovirus.Grado <strong>de</strong> compatibilidad HLLa mejor evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> la histocompatibilidadla proporciona el hecho <strong>de</strong> que la vidamedia <strong>de</strong> los trasplantes <strong>de</strong> vivo idénticos es claramentesuperior a la <strong>de</strong> los trasplantes <strong>de</strong> cadáver.En este sentido la incompatibilidad HLA-DR se asociacon un efecto negativo mayor que el que se observacuando existen incompatibilidad HLA-A oHLA-B.Rechazo agudoEn la era ciclosporina el rechazo agudo se ha consi<strong>de</strong>radocomo uno <strong>de</strong> los factores mas importantes <strong>de</strong>riesgo para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.De hecho la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo crónica es menor<strong>de</strong>l 1% en los pacientes que no han tenido rechazos.Los rechazos que aparecen <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los 60días postrasplante, la recurrencia <strong>de</strong> los episodios y laseveridad <strong>de</strong> los mismos son factores asociados con unmayor riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar rechazo crónico. Por elcontrario, el rechazo agudo <strong>de</strong>l injerto que aparece precozmentey que, tras el tratamiento la función renal senormaliza, no favorece el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> rechazo crónico.De hecho la supervivencia <strong>de</strong>l injerto <strong>de</strong> los pacientesque presentan este tipo <strong>de</strong> rechazo es similar ala <strong>de</strong> los que no presentaron rechazo.Título <strong>de</strong> anticuerpos citotóxicosEs perfectamente conocido que la presencia <strong>de</strong> anticuerpospreformados anti-HLA tiene un impacto negativoen la supervivencia <strong>de</strong>l injerto. Cuanto mayores el título mayor es el riesgo.InmunosupresiónEs bien conocido que es necesario un nivel a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong>inmunosupresión para prevenir la aparición <strong>de</strong>l rechazo crónico.Los resultados a largo plazo <strong>de</strong>muestran que los pacientescon un régimen basado en ciclosporina en un régimenbasado en azatioprina. No está claro cuál es el nivel75


óptimo <strong>de</strong> dosis <strong>de</strong> ciclosporina (fundamentalmente por elriesgo <strong>de</strong> nefrotoxicicdad), aunque se ha <strong>de</strong>mostrado quemantener una dosis menor <strong>de</strong> 5 mg/kg/día <strong>de</strong> ciclosporinaa partir <strong>de</strong>l primer año favorece la presencia <strong>de</strong> rechazo crónico.Recientemente se han publicado los resultados <strong>de</strong>l registroamericano, <strong>de</strong>mostrando que el tratamiento con micofenolatomofetil asociado a CyAo FK-506 reduce el riesgo<strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>lrechazo agudo. Por último, datos <strong>de</strong>l estudio europeo, comparandotacrolimus vs. CyA, se evi<strong>de</strong>ncia a cuatro años unaten<strong>de</strong>ncia a presentar una menor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo crónicoen los pacientes con tacrolimus.Abandono <strong>de</strong>l tratamientoEl incumplimiento <strong>de</strong>l tratamiento inmunosupresores una causa relativamente frecuente <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>l injerto.Se ha asociado con un nivel cultural bajo, pacientesjóvenes, con el número total <strong>de</strong> pastillas, conlos efectos antiestéticos <strong>de</strong> las drogas (fundamentalmenteesteroi<strong>de</strong>s y ciclosporina) y con el costo <strong>de</strong> tratamientoen países sin cobertura sanitaria universal.Infección por citomegalovirusEn pacientes con trasplante cardíaco se ha <strong>de</strong>mostradouna clara relación entre la infección por CMV yla aparición <strong>de</strong> rechazo crónico. Sin embargo, en eltrasplante renal no existen hasta el momento datos convincentesque la <strong>de</strong>muestren.FACTORES DE RIESGO NOINMUNOLÓGICOSExiste un cuerpo <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncia importante que <strong>de</strong>muestraque los factores no inmunológicos tambiénpue<strong>de</strong>n lesionar el injerto renal.Los más importantes son: el donante, la reducción<strong>de</strong> masa renal, el síndrome isquemia-reperfusión, elreceptor, la HTA, la hiperlipi<strong>de</strong>mia y la toxicidad renal<strong>de</strong> las drogas inmunosupresoras.Donante vivo o cadáverLos mejores resultados obtenidos con los donantes<strong>de</strong> vivo no emparentados sugiere que otros factores distintos<strong>de</strong>l HLA pue<strong>de</strong>n ser importante para la buenaevolución <strong>de</strong>l injerto. En este sentido la buena salud <strong>de</strong>ldonante vivo con una masa renal a<strong>de</strong>cuada junto conla ausencia <strong>de</strong> isquemia fría y, por lo tanto, <strong>de</strong> necrosistubular <strong>de</strong>muestran que si el donante es vivo o cadávertambién es un factor <strong>de</strong> riesgo importante no inmunológicopara el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> rechazo crónico.Edad <strong>de</strong>l donante y masa renalEs un hecho bien conocido y aceptado que la supervivencia<strong>de</strong>l injerto es significativamente menor en los pacientesque reciben un riñón <strong>de</strong> un donante mayor <strong>de</strong> 60 años quela que se obtiene con donantes menores <strong>de</strong> 60 años. De hechohoy día, en la nueva era <strong>de</strong> la inmunosupresión, que latasa <strong>de</strong> rechazo agudo oscila entre 15-20%, la edad <strong>de</strong>l donantees una <strong>de</strong> los principales factores <strong>de</strong> riesgo para el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> rechazo crónico en el trasplante renal <strong>de</strong> cadáver.Estos resultados pue<strong>de</strong>n explicarse por la reducción<strong>de</strong> la masa renal que inevitablemente ocurre con el envejecimiento.Debido a la menor masa nefronal los glomérulosse hipertrofian e incrementan su filtración glomerulartras el trasplante. Esta situación <strong>de</strong> hiperfiltraciónconducirá al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> proteinuria y glomeruloesclerosis.Este mecanismo podría explicar la baja supervivencia<strong>de</strong>l injerto cuando hay una <strong>de</strong>sproporción entre lamasa <strong>de</strong>l donante y el receptor: <strong>de</strong> niño a adulto, <strong>de</strong> mujera hombre, y cuando el trasplante se realiza en pacientescon gran superficie corporal (por ejemplo, mas <strong>de</strong> 100kg <strong>de</strong> peso). Aunque hay cierta controversia con la importancia<strong>de</strong>l número <strong>de</strong> nefronas y su relación con la supervivencia<strong>de</strong>l injerto, hoy día prácticamente todos losgrupos aceptan que para el trasplante <strong>de</strong>be haber una a<strong>de</strong>cuadaproporción <strong>de</strong> masa renal entre donante y receptor.Una manera <strong>de</strong> aumentar el número <strong>de</strong> nefronas <strong>de</strong>los donantes mayores <strong>de</strong> 60 años es trasplantar los dosriñones <strong>de</strong>l donante en un único receptor. Los resultadosa corto plazo son excelentes, sin importantes complicacionesquirúrgicas ni inmunológicas, siendo lafunción renal excelente. Será muy importante conocerlos resultados a largo plazo, <strong>sobre</strong> todo en relación conla aparición <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.Hipertensión, hiperlipi<strong>de</strong>mia y otrascaracterísticas <strong>de</strong>l receptorEn los pacientes con trasplante renal se ha objetivadoque un incremento <strong>de</strong> la presión sistólica y dias-76


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - Ponenciastólica se asocia con un riesgo aumentado <strong>de</strong> fallo <strong>de</strong>linjerto. De hecho, en un estudio europeo y en otro americanose ha <strong>de</strong>mostrado que la hipertensión arterial esun factor <strong>de</strong> riesgo in<strong>de</strong>pendiente para la pérdida <strong>de</strong>linjerto renal.En un estudio con biopsias <strong>de</strong> protocolo se evi<strong>de</strong>ncióque el único predictor <strong>de</strong> la lesión vascular <strong>de</strong>l trasplantefue el colesterol prestrasplante. De hecho, la hiperlipemiapostrasplante contribuyó al <strong>de</strong>sarrollo temprano<strong>de</strong> la vasculopatía <strong>de</strong>l trasplante. Por lo tanto, seha sugerido que la hipercolesterolemia es un factor <strong>de</strong>riesgo para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.En la experiencia <strong>de</strong> Minneapolis se <strong>de</strong>mostróque la hipertrigliceri<strong>de</strong>mia fue un factor in<strong>de</strong>pendientepara el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la nefropatía cronica <strong>de</strong>l injerto.Por lo tanto, la hiperlipi<strong>de</strong>mia es un problema importanteque requiere un control estricto no sólo parala prevención <strong>de</strong> la mortalidad cardiovascular, sino tambiénpara la prevención <strong>de</strong>l fallo <strong>de</strong>l injerto.Recientemente se ha publicado que el tabaco (fumandomas <strong>de</strong> 25 cigarrillos al día) aumenta el riesgoen un 30% <strong>de</strong> fallo <strong>de</strong>l injerto. La obesidad masivatambién pue<strong>de</strong> influir no sólo en la mortalidad <strong>de</strong>l pacientesino también en el fallo <strong>de</strong>l injerto renal.Síndrome <strong>de</strong> isquemia-reperfusiónAlgunos estudios <strong>de</strong>muestran una peor supervivencia<strong>de</strong>l injerto en los pacientes con necrosis tubular aguda(NTA), especialmente los que presentan oliguria prolongada,más <strong>de</strong> dos semanas. Otros trabajos <strong>de</strong>muestranlo contrario. La isquemia renal podría inducir laproducción <strong>de</strong> citocinas y pue<strong>de</strong> aumentar la expresión<strong>de</strong> los antígenos HLA en las células tubulares y endoteliales,favoreciendo así la presencia <strong>de</strong> rechazo. Dehecho, se ha <strong>de</strong>mostrado que el rechazo agudo es másfrecuente entre los pacientes con NTA postrasplante.Cosio y col. objetivan una disminución en la supervivencia<strong>de</strong>l injerto en los pacientes con NTA únicamenteen los que presentan rechazo agudo asociado.Toxicidad renal <strong>de</strong> las drogasinmunosupresorasCiclosporina y tacrolimus son las drogas más utilizadascomo inmunosupresión básica en el trasplanterenal. Ambas inducen vasoconstricción renal que conducea la presencia <strong>de</strong> lesiones <strong>de</strong> nefrotoxicidad crónicacomo arteriolopatía, fibrosis intersticial parcheaday atrofia tubular que pue<strong>de</strong>n dar lugar al <strong>de</strong>terioro<strong>de</strong> la función renal. Por lo tanto, ciclosporina y tacrolimuspue<strong>de</strong>n inducir disfunción crónica <strong>de</strong>l injerto.De hecho, Kim Solez ha publicado recientemente losdatos <strong>de</strong> las biopsias <strong>de</strong> protocolo a los dos años <strong>de</strong>lestudio americano FK-506 vs. CyA en el trasplante renal.Nefrotoxicidad crónica fue evi<strong>de</strong>nciada en el 21%<strong>de</strong> los enfermos con tacrolimus vs. 17% <strong>de</strong> los tratadoscon ciclosporina. El diagnóstico <strong>de</strong> nefropatía crónica<strong>de</strong>l injerto fue <strong>de</strong>l 62% y 72% respectivamente;siendo la nefrotoxicidad junto con el rechazo agudolos factores predictivos <strong>de</strong> más peso para el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l trasplante. No obstante, elriesgo <strong>de</strong> nefrotoxicidad crónica se pue<strong>de</strong> minimizarutilizando dosis bajas y con una cuidadosa monitorización<strong>de</strong> sus niveles en sangre.Debido a la complejidad fundamentalmente histológicay etiopatogénica <strong>de</strong>l rechazo crónico, existe unaten<strong>de</strong>ncia a englobar esta patología bajo la <strong>de</strong>nominación<strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto. Diversos autorestratan <strong>de</strong> diferenciar el rechazo crónico, basadofundamentalmente en la presencia <strong>de</strong> alteraciones vasculares,más concretamente lesiones <strong>de</strong> endarteritisprolifarativa, <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l trasplante,con lesiones más heterogéneas y predominio <strong>de</strong> fibrosisintersticial.Los factores etiopatogénicos <strong>de</strong>l rechazo crónico,antes comentados, podrían actuar <strong>sobre</strong> la lesión vascular<strong>de</strong> endarteritis proliferativa o <strong>sobre</strong> la fibrosisintersticial, iniciando el rechazo crónico y estableciéndoseun círculo cerrado <strong>de</strong> lesión-factores etiopatogénicosque haría perpetuarse la lesión anatomopatológica,haciéndose progresiva hacia el fallo <strong>de</strong>linjerto. La interrelación entre los factores etiopatogénicosqueda explicada en el algoritmo. Así, los factoresinmunológicos, como los rechazos repetidos, porejemplo, inducen el daño vascular, así como la hiperlipi<strong>de</strong>mia.Por otra parte, la reducción <strong>de</strong> la masa nefronalque condiciona la presencia <strong>de</strong> hipertensión glomerularjunto con la hipertensión arterial y la nefrotoxicidadpor ciclosporina, favorecen el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>fibrosis intersticial y acentúan el daño vascular y laglomeruloesclerosis. A<strong>de</strong>más el daño isquémico, queocurre en el trasplante renal <strong>de</strong> cadáver, conduce a unareducción <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> nefronas y también facilita77


la presencia <strong>de</strong> más episodios <strong>de</strong> rechazo que conduciríaa la alteración crónica inmunológica <strong>de</strong>l injerto.El factor beta transformador <strong>de</strong>l crecimiento (TGF B)sería uno <strong>de</strong> los factores principales en el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> fibrosis intersticial y endarteritis proliferativa. Dehecho para Sharma y col. el TGF ocuparía un papelcentral en la patogénesis <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>linjerto.78


Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónPresentaciónJosé María MoralesDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 479


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Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 1681


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Patogenia y Factores <strong>de</strong> Riesgo - PresentaciónDiapositiva 23 Diapositiva 24Diapositiva 25 Diapositiva 26Diapositiva 27 Diapositiva 2883


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CLÍNICAy DIAGNÓSTICO


Clínica y Diagnóstico - IntroducciónCLÍNICA Y DIAGNÓSTICOIntroducciónEl rechazo crónico es la causa más importante <strong>de</strong>pérdida <strong>de</strong>l injerto tardío en trasplante renal y cardíaco,y en bastante menor medida en trasplante hepático(TH). De aquí la importancia <strong>de</strong> su <strong>de</strong>tección clínicaprecoz y así po<strong>de</strong>r evitar la irreversibilidad <strong>de</strong>l proceso.En contraste con los otros dos tipos <strong>de</strong> trasplantes,la aparición <strong>de</strong> RC <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l TH suele disminuir amedida que pasa el tiempo <strong>de</strong>l TH. La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>RC en TH está disminuyendo por toda una serie <strong>de</strong> factores:mejor inmunosupresión, diagnóstico más precozy posiblemente la menor inmunogenicidad <strong>de</strong>l hígado.Los signos y síntomas <strong>de</strong> esta patología son inespecíficosen su inicio y <strong>de</strong> aparición lenta y progresiva.A nivel renal, la sospecha <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>trasplante (NCT) se valora ante la presencia <strong>de</strong> datosclínicos como: proteinuria, aumento <strong>de</strong> creatinina e hipertensiónarterial son poco sensibles. En el corazón,a pesar <strong>de</strong> la obstrucción al flujo sanguíneo coronario,no hay clínica anginosa en forma <strong>de</strong> dolor torácico. Setrata <strong>de</strong> un corazón <strong>de</strong>nervado, aunque se ha <strong>de</strong>scritoalgún caso <strong>de</strong> reinervación, que es insensible a la isquemiamiocárdica. En esta patología habrá equivalentesanginosos como arritmias ventriculares, insuficienciacardíaca y muerte súbita, así como infartos <strong>de</strong>miocardio silentes. A nivel hepático, los datos bioquímicos<strong>de</strong> colostasis son los datos clínicos más sugestivosa la presencia <strong>de</strong> esta patología.El diagnóstico <strong>de</strong> esta patología sigue siendo uncampo don<strong>de</strong> avanzar. Hasta la actualidad, en los tresórganos siguen siendo los “gold standard” <strong>de</strong>l diagnósticolas técnicas invasivas. Es sin duda en el trasplantecardíaco, quizá apremiados por la importanciaclínica <strong>de</strong> esta patología, don<strong>de</strong> más se ha avanzadoen este campo. Métodos como la ecocardiografía condobutamina, la gammagrafía cardíaca (SPECT) con99mTc-tetrofosmina más estrés farmacológico, o latomografía axial computarizada con haz <strong>de</strong> electrones,han mostrado una buena sensibilidad en el diagnóstico<strong>de</strong> la enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto cardíaco.A nivel renal, el diagnóstico precoz <strong>de</strong> la NCT sepodría realizar mediante la realización <strong>de</strong> biopsias <strong>de</strong>protocolo, habiéndose <strong>de</strong>mostrado como un métodopredictor <strong>de</strong> la supervivencia <strong>de</strong>l injerto in<strong>de</strong>pendientemente<strong>de</strong> la función renal.Tanto a nivel renal como cardíaco, la presencia <strong>de</strong>engrosamiento intimal se consi<strong>de</strong>ra la lesión característica<strong>de</strong>l rechazo crónico, aunque a nivel renal aúncon la presencia <strong>de</strong> daño crónico <strong>de</strong>l túbulo intersticialse pue<strong>de</strong> ya diagnosticar la NCT. No obstante, la presenciaasociada <strong>de</strong> vasculopatía comporta mal pronósticoen el paciente renal.La variabilidad en el muestreo <strong>de</strong> las lesiones e intraobservadorha llevado a buscar métodos cuantitativos<strong>de</strong> la lesión crónica <strong>de</strong>l aloinjerto renal. El análisis<strong>de</strong> las biopsias mediante los criterios <strong>de</strong> Banff hapermitido estandarizar la evaluación <strong>de</strong> las biopsias endiferentes centros, pero en los últimos años se estáavanzando en su mejora, especialmente en la valoración<strong>de</strong> las lesiones crónicas.87


En el trasplante hepático el diagnóstico es histológico,especialmente la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> ductopenia, y noparece haber técnicas no invasivas que ayu<strong>de</strong>n al diagnóstico.No obstante, una limitación <strong>de</strong> la biopsia estáen el diagnóstico <strong>de</strong> vasculopatía asociada a la ductopenia,ya que la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta patología es másfrecuente en arterias <strong>de</strong> mediano y grueso calibre.En el trasplante hepático el diagnóstico tradicionalmediante la coronariografía está siendo superado por eluso <strong>de</strong> la ecografía intravascular coronaria (EIVC), queha mostrado ser más sensible en el diagnóstico y permiteuna mejor caracterización <strong>de</strong> la afectación vascular.La infraestimación <strong>de</strong> la vasculopatía por la coronariografíaha hecho que la mayoría <strong>de</strong> los centros y <strong>de</strong>los estudios <strong>de</strong> investigación utilicen la EIVC. Esta técnicaes especialmente útil para diferenciar la patologíaarteriosclerótica adquirida en el corazón donante <strong>de</strong> lapropiamente llamada enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto.Es difícil encontrar medidas estandarizadas paracuantificar el daño crónico. La fracción <strong>de</strong> volumenintersticial a nivel renal o el índice intimal a nivel cardíacopue<strong>de</strong>n ser un ejemplo <strong>de</strong> ello. En TH la ductopenia,consi<strong>de</strong>rada como la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> más <strong>de</strong>l50%, es una medida semicuantitativa.En los estudios clínicos dirigidos a la reducción <strong>de</strong>NCT, la realización <strong>de</strong> biopsias <strong>de</strong> protocolo junto a laevaluación <strong>de</strong> las mismas mediante parámetros cuantitativospodría aumentar la eficacia <strong>de</strong> los mismos, especialmenteen el diagnóstico precoz.La evolución <strong>de</strong> los métodos diagnósticos en un futuropróximo tienen que seguir la línea <strong>de</strong> aportar unamayor precisión y precocidad en el diagnóstico, todoello mediante medios no invasivos y no excesivamentelaboriosos.88


Clínica y Diagnóstico - PonenciasEnfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto.Clínica y diagnósticoMaría G. CrespoServicio <strong>de</strong> Cardiología. Complejo Hospitalario Juan Canalejo. La CoruñaINTRODUCCIÓNEl diagnóstico <strong>de</strong>l rechazo crónico o enfermedadvascular <strong>de</strong>l injerto (EVI) es uno <strong>de</strong> los aspectos no resueltosen el trasplante cardíaco (TC). Aunque existeevi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> reinervación -al menos parcial- en algunoscorazones trasplantados (1), la mayoría <strong>de</strong> los receptores<strong>de</strong> TC no experimentan la clínica típica <strong>de</strong> angorenrelación con la isquemia y/o infarto <strong>de</strong> miocardio(2). Las primeras manifestaciones clínicas pue<strong>de</strong>nser inespecíficas o bien presentarse como arritmias ventriculares,infarto agudo <strong>de</strong> miocardio silente, insuficienciacardíaca o muerte súbita.La angiografía coronaria (3) fue el primer métododiagnóstico utilizado, aunque pronto se vió que estatécnica infraestimaba la severidad <strong>de</strong>l engrosamientointimal cuando se comparaba con estudios <strong>de</strong> necropsia(4). La ecografía intravascular coronaria (EIVC)ha mostrado ser más sensible para <strong>de</strong>tectar y cuantificarel engrosamiento intimal y se ha convertido en el“gold estándar”para el diagnóstico <strong>de</strong> EVI (5). A<strong>de</strong>más,esta técnica permite una caracterización más precisa<strong>de</strong> la geometría <strong>de</strong> la lesión (6). Los estudios <strong>de</strong>función endotelial epicárdica así como los <strong>de</strong> valoración<strong>de</strong> la reserva coronaria muestran por ahora resultadoscontradictorios en cuanto a utilidad diagnóstica<strong>de</strong> la EVI (2,7,8)Los estudios no invasivos, incluyendo ecocardiografíatranstorácica, monitorización ECG con Holter<strong>de</strong> 24 horas o gammagrafía planar tienen una sensibilidadbaja en el diagnóstico <strong>de</strong> EVI (9) y son por ellopoco útiles. Sin embargo la ecocardiografía con dobutamina,los estudios <strong>de</strong> perfusión miocárdica conisótópos tras estrés físico y/o con farmacológico y, recientemente,la tomografía computarizada con haz <strong>de</strong>electrones parecen tener una mejor sensibilidad, permitiendoasí la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> pacientes <strong>de</strong> alto riesgo<strong>de</strong> EVI (10-12).MÉTODOS DE DIAGNÓSTICONO INVASIVOSEcocardiografía con dobutaminaHay varios estudios <strong>de</strong> ecocardiografía con dobutamina(ECO-DOB) en pacientes post-TC. Sin embargo,la comparación entre ellos es difícil, ya que sonheterogéneos en múltiples aspectos: 1) diferente metodología(pacientes asintomáticos o no, tiempo post-TC variable, diferentes protocolos <strong>de</strong> estrés farmacológico,etc.) 2) diferentes objetivos (pre<strong>de</strong>cir eventoscardíacos, estudiar sensibilidad / especificidad paradiagnósticar o <strong>de</strong>tectar progresión <strong>de</strong> la EVI, pero utilizandocomo diagnóstico <strong>de</strong> EVI en algunos estudiosla angiografía y en otros la EIVC; diferente clasificación<strong>de</strong> la severidad <strong>de</strong> la EVI, etc.). Acontinuaciónse <strong>de</strong>tallan los más representativos.Lewis et al. (13) estudiaron en 63 pacientes post-TC la utilidad <strong>de</strong> la ECO-DOB para pre<strong>de</strong>cir eventoscardíacos tras el TC. La ECO-DOB fue patológica en21 pacientes y hubo -tras un seguimiento medio <strong>de</strong> 8meses- 6 eventos cardíacos mayores (2 muertes y 4 pacientescon insuficiencia cardíaca congestiva). En 5 <strong>de</strong>los 6 pacientes con eventos, la ECO-DOB había sido89


anormal. A pesar <strong>de</strong> las limitaciones (escaso número<strong>de</strong> pacientes, no comparación con angiografía) este estudiosugería que una ECO-DOB anormal predice riesgo<strong>de</strong> eventos cardíacos graves.En un trabajo (11) en 33 pacientes con TC <strong>de</strong> edadpediátrica a los que se les realizaron un total <strong>de</strong> 46 estudios<strong>de</strong> ECO-DOB, se apreció que las alteracionesecocardiográficas durante el estrés se correlacionabancon enfermedad coronaria (confirmada ésta por angiografía,necropsia y corazón explantado).Derumeaux et al. (14) estudiaron la utilidad <strong>de</strong> laECO-DOB para i<strong>de</strong>ntificar la progresión <strong>de</strong> la vasculopatía<strong>de</strong>l injerto. En 37 pacientes con TC se realizaron2 estudios ECO-DOB separados 18 meses y coincidiendocon la coronariografía rutinaria. El 1 er controlse realizó a los 37 ± 21 meses y el segundo a los 56 ±21 meses post-TC respectivamente. Las alteracionesen la movilidad regional se realizaron <strong>de</strong> acuerdo conla Sociedad Americana <strong>de</strong> Ecocardiografía y se clasificaron<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong> 1 a 4 según la movilidad; normal= 1,hipocinesia= 2 acinesia= 3 y discinesia= 4 y obteniendoun índice tras medir la puntuación <strong>de</strong> todos los segmentosy dividiendo por el número <strong>de</strong> segmentos visualizados.Se <strong>de</strong>finió un estudio normal o negativocomo un aumento progresivo en la movilidad parietaly el engrosamiento miocárdico durante la infusión <strong>de</strong>dobutamina y, un estudio anormal o positivo como laausencia <strong>de</strong> incremento en el engrosamiento sistólico,un empeoramiento en la contractilidad segmentaria basalo el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una nueva alteración en la movilidadparietal. Se consi<strong>de</strong>ró que la ECO-DOB era positivapara el diagnóstico <strong>de</strong> progresión <strong>de</strong> la vasculopatíacuando el score <strong>de</strong> movilidad parietal aumentabaen el 2º estudio respecto <strong>de</strong>l primero, bien basalmenteo tras infusión <strong>de</strong> dobutamina. La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>EVI por coronariografía fue <strong>de</strong>l 46% (17/37) en el primercontrol y <strong>de</strong>l 70% (26/37) en el segundo control.La ECO-DOB en el primer control fue anormal en 12pacientes (sensibilidad 65%, especificidad 95%) y enel 2º control fue anormal en 27 (sensibilidad 92%, especificidad73%). Hubo progresión <strong>de</strong> enfermedad coronariaen el 2º control en 25 pacientes (nuevas alteracionesen 19 y empeoramiento <strong>de</strong> anormalida<strong>de</strong>s previasen 6). La ECO-DOB i<strong>de</strong>ntificó la progresión <strong>de</strong>la vasculopatía en el 84% <strong>de</strong> dichos pacientes.El estudio con mayor número <strong>de</strong> casos para valorarla utilidad diagnóstica y pronóstica <strong>de</strong> la ECO-DOBpara pre<strong>de</strong>cir la EVI, comparándola con angiografía yEIVC, fue realizado por Spes et al. (10) En 109 TC,se compararon 333 estudios <strong>de</strong> ECO-DOB con 285 angiografíasy 199 EIVC. Los estudios se repitieron tras1, 2,3, 4 y ≥ 5 años en 88, 74, 37, 18 y 7 pacientes respectivamente.Para clasificar las lesiones angiográficasse utilizó el esquema siguiente: grado I: angiogramanormal; grado II: irregularida<strong>de</strong>s luminales, reducción<strong>de</strong>l diámetro < 30%, grado III: reducción <strong>de</strong>ldiámetro < 50%, grado IV reducción <strong>de</strong>l diámetro≥ 50% y/o estrechamiento difuso <strong>de</strong> vasos pequeños.Las imágenes <strong>de</strong> la EIVC fueron obtenidas <strong>de</strong> variossegmentos arteriales coronarios. Hubo lesiones coronarias<strong>de</strong> alto grado en 45 <strong>de</strong> 285 angiogramas. La sensibilidadpara <strong>de</strong>tectar EVI por ecocardiografía basalfue <strong>de</strong>l 57%, pero aumentó al 72% tras estrés con dobutamina.De los pacientes con ECO-DOB anormal,el 90% tenían EVI por EIVC, mientras que sólo 49%por angiografía. El empeoramiento <strong>de</strong>tectado en lasECO-DOB seriadas se asociaba con un riesgo aumentado<strong>de</strong> eventos cardíacos (riesgo relativo 7,26).Las conclusiones que se pue<strong>de</strong>n extraer <strong>de</strong> estosdos últimos estudios es que la ECO-DOB pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarsecomo un método no invasivo <strong>de</strong> ayuda para<strong>de</strong>terminar la progresión <strong>de</strong> la EVI. Un estudio negativoes un predictor fuerte <strong>de</strong> buena evolución y <strong>de</strong> ausencia<strong>de</strong> EVI angiográfica y así, en dichos pacientesse podrían posponer y/o evitar los estudios invasivos.Estudios <strong>de</strong> perfusión miocárdica contécnicas isotópicasLas pruebas isotópicas <strong>de</strong> perfusión miocárdica trasestrés farmacológico son útiles para el diagnóstico <strong>de</strong>isquemia, en especial en pacientes con mala ventanaecocardiográfica, en centros sin posibilidad <strong>de</strong> ecocardiografía<strong>de</strong> estrés, y -en el caso <strong>de</strong> estrés farmacológico-útil en pacientes con dificultad para realización <strong>de</strong>ejercicio. Hay varios estudios con resultados dispares.Elhendy et al.(15) estudiaron en 50 pacientes contiempo post-TC <strong>de</strong> 6,4 ± 2,8 años la utilidad <strong>de</strong> la gammagrafíacardíaca SPECT (single-photon emission computertomography) (99m) Tc-tetrofosmina tras estrésfarmacológico con dobutamina para el diagnóstico <strong>de</strong>EVI significativa. Se <strong>de</strong>finió EVI significativa a la presencia<strong>de</strong> estenosis (50% en la coronariografía realizadaen los 3 meses tras el SPECT. Se <strong>de</strong>tectó EVI sig-90


Clínica y Diagnóstico - Ponenciasnificativa en 30 pacientes (60%). El SPECT <strong>de</strong>tectóanormalida<strong>de</strong>s en la perfusión miocárdica (<strong>de</strong>fectos reversibleso fijos) en 27 <strong>de</strong> 30 pacientes con EVI significativay en 9 <strong>de</strong> 20 pacientes sin EVI significativa(sensibilidad 90%, IC 82-98 especificidad 55%, IC:41-69, VPP: 75%, IC: 63-87, VPN: 79%, IC: 67-90, yprecisión diagnóstica: 76% IC 64-88. Los pacientescon enfermedad multivaso tenían un score mayor <strong>de</strong><strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> perfusión comparados con los pacientesque tenían un único vaso. La sensibilidad en pacientescon 1 vaso era <strong>de</strong> un 85% y aumentaba al 94% enpacientes con multivaso. Una posible explicación parala presencia <strong>de</strong> alteraciones <strong>de</strong> la perfusión miocárdicaen el 45% <strong>de</strong> pacientes sin estenosis > 50% <strong>de</strong> losvasos epicárdicos, es la baja sensibilidad <strong>de</strong> la angiografíapara el diagnóstico <strong>de</strong> EVI. Mediante estudioshistológicos y/o con EIVC se ha <strong>de</strong>mostrado que pue<strong>de</strong>existir engrosamiento intimal, esclerosis vascular yoclusión <strong>de</strong> pequeñas ramas distales que pue<strong>de</strong>n ocasionarisquemia o infartos microvasculares a pesar <strong>de</strong>una angiografía normal. Otros factores que podrían explicarla discordancia entre la perfusión isotópica y laangiografía son una alteración <strong>de</strong> la función endotelialy/o en la reserva vasodilatadora. Sin embargo, y sitenemos en cuenta que a pesar <strong>de</strong> sus limitaciones, lacoronariografía permanece como la técnica más ampliamenteutilizada para la evaluación y estratificaciónpronóstica <strong>de</strong> la EVI, se podría <strong>de</strong>cir que la gammagrafíaSPECT con tetrofosmina tras estrés con dobutaminatiene una elevada sensibilidad para la <strong>de</strong>tección<strong>de</strong> EVI angiográfica. A<strong>de</strong>más, aunque la especificidadsea baja, dada la alta sensibilidad y el elevado valorpredictivo negativo, la probabilidad <strong>de</strong> EVI angiográficaserá baja si el paciente presenta un SPECT normaly, por tanto, en estos pacientes sería innecesaria larealización <strong>de</strong> pruebas invasivas.Carlsen et al.(16), estudiaron la utilidad <strong>de</strong> la gammagrafiaSPECT para <strong>de</strong>tectar estenosis coronariassusceptibles <strong>de</strong> realizar angioplastia coronaria en pacientescon TC. Se realizaron un total 255 SPECT/angiografíasen 67 pacientes (1 vez/año en cada paciente)con un periodo <strong>de</strong> seguimiento <strong>de</strong> 5,6 años. Se realizóestrés farmacológico con dipiridamol, salvo en 4pacientes en que se utilizó ejercicio en bicicleta ergométrica.Se consi<strong>de</strong>ró EVI la presencia <strong>de</strong> estenosis≥ 50% en la coronariografía. El SPECT mostró <strong>de</strong>fectos<strong>de</strong> perfusión reversibles patológicos en 9 <strong>de</strong> 67 pacientes.Cuatro <strong>de</strong> estos pacientes tenían estenosis angiográficasignificativa (lesiones tipo A, clasificaciónStanford). De los 5 restantes ninguno tenía estenosissignificativa tipo A, pero 1 tenía 3 vasos con lesionestipo B -no susceptibles para angioplastia-. Los otros 4no tenían lesiones. Hubo un paciente con lesiones angiográficasseveras tipo A y tipo B con SPECT normal.El valor predictivo para la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> lesionessusceptibles <strong>de</strong> angioplastia <strong>de</strong> un SPECT negativo(normal) fue <strong>de</strong>l 98% (IC 94-100%). Por tanto, los autoresconcluyen que un estudio SPECT sin <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong>perfusión patológicos virtualmente excluye lesionessusceptibles <strong>de</strong> revascularización y, por tanto, serviríacomo método <strong>de</strong> screening no invasivo.Sin embargo, hay estudios con resultados diferentes.Legaré et al.(17) comparan un estudio <strong>de</strong> perfusiónmiocárdica con (99m)Tc sestamibi SPECT y angiografíaen 99 pacientes con TC y encuentran una pobrecorrelación para el diagnóstico <strong>de</strong> EVI. Si bien, lainci<strong>de</strong>ncia a 1, 5 y 8 años <strong>de</strong> EVI era similar cuandose diagnosticaba por angiografía (8%, 36%, 66%) quecuando se hacía por SPECT (8%, 31%, 66%), la correlaciónentre ambas técnicas en un mismo pacientesolo ocurría en un 50% <strong>de</strong> los casos. Estos datos portanto cuestionan la utilidad <strong>de</strong>l SPECT como método<strong>de</strong> screening no invasivo <strong>de</strong> la EVI.Ciliberto et al. (18) evalúan en 78 pacientes con TC,la utilidad <strong>de</strong> la combinación <strong>de</strong> ecocardiografía <strong>de</strong> reposoy SPECT con dipiridamol para i<strong>de</strong>ntificar EVI(diagnosticada por angiograma) y pronóstico a largoplazo. Encuentran que una movilidad en reposo normaljunto con una perfusión miocárdica tras estrés normal<strong>de</strong>scarta la presencia <strong>de</strong> EVI significativa en un seguimiento<strong>de</strong> 6,5 años. Por el contrario, alteraciones en lamovilidad regional en reposo junto con un SPECTanormal predicen fuertemente eventos cardíacos.Tomografía axial computarizadacon haz <strong>de</strong> electronesLa cuantificación <strong>de</strong> calcio en las arterias coronariasmediante TAC con haz <strong>de</strong> electrones (TAC-HE)ha mostrado ser útil para pre<strong>de</strong>cir la enfermedad coronariaaterosclerótica en la población general. Aunqueclásicamente se pensaba que esta técnica tendríapoca utilidad para valorar la vasculopatía <strong>de</strong>l trasplanteya que la presencia <strong>de</strong> calcio es un rasgo infrecuente91


en ella-, en la actualidad existe ya alguna base para <strong>de</strong>cirlo contrario. Knollmann FE et al. (12) estudiaronla utilidad <strong>de</strong> esta técnica para pre<strong>de</strong>cir la vasculopatíapost-TC, comparándose con la angiografía y conEIVC <strong>de</strong> la arteria <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte anterior. Se estudiaron112 pacientes con TC (1-153 meses post-TC), medianteTAC-HE para <strong>de</strong>tectar calcificaciones coronarias. Paracuantificar la carga total <strong>de</strong> calcio en la arteria coronaria,las calcificaciones fueron <strong>de</strong>finidas como áreascon <strong>de</strong>nsidad > <strong>de</strong> 130 unida<strong>de</strong>s Hounsfield y unárea <strong>de</strong> lesión > 1 mm 2 . Cada lesión fue incluida <strong>de</strong>forma manual en regiones <strong>de</strong> interés (ROI). Para cadaROI, se <strong>de</strong>terminaron automáticamente el área y la <strong>de</strong>nsidad<strong>de</strong> la placa, utilizando el software standard y lacuantificación según el score <strong>de</strong> Agatston.En los angiogramas las estenosis fueron clasificadasen < 25%, 25% a 50%, 51 a 75% o > 75%. LaEIVC se clasificó <strong>de</strong> acuerdo al sistema <strong>de</strong> Stanford.Se <strong>de</strong>tectaron calcificaciones coronarias en el 75% <strong>de</strong>los pacientes (n= 84). Angiográficamente se <strong>de</strong>tectaronestenosis > 50% en 16 pacientes, teniendo todosellos algún grado <strong>de</strong> calcificación coronaria. Utilizandoun umbral <strong>de</strong> score total <strong>de</strong> calcio <strong>de</strong> 55 en el TAC-HE, para <strong>de</strong>tectar estenosis > 50% en la angiografía,la sensibilidad era <strong>de</strong>l 94%, la especificidad <strong>de</strong>l 79%,VPP 43% y VPN 99%. El score total <strong>de</strong> calcio se correlacionócon el grado <strong>de</strong> proliferación intimal en laEIVC <strong>de</strong> tal forma que pacientes sin proliferación intimalen la EIVC tenían un score <strong>de</strong> 0 mientras que pacientesen clase IV <strong>de</strong> Stanford tenían un score medio<strong>de</strong> 41. Por tanto el TAC con haz <strong>de</strong> electrones pareceun test no invasivo que pue<strong>de</strong> ser útil para <strong>de</strong>tectar lapresencia <strong>de</strong> enfermedad coronaria preexistente en elinjerto, seleccionar los pacientes <strong>de</strong> alto riesgo subsidiarios<strong>de</strong> estudios invasivos y para seguir la historianatural <strong>de</strong> la enfermedad coronaria en ensayos clínicosterapéuticos.Otras técnicasLa perfusión miocárdica regional y la reserva <strong>de</strong>flujo coronario pue<strong>de</strong> medirse mediante tomografíapor emisión <strong>de</strong> positrones (19). Sin embargo la precisión<strong>de</strong> esta técnica para <strong>de</strong>tectar vasculopatía coronariatodavía no ha sido estudiada a<strong>de</strong>más el métodoes caro y con frecuencia no facilmente disponible.ANGIOGRAFÍA CORONARIALa angiografía coronaria ha sido el método más ampliamenteutilizado para el diagnóstico <strong>de</strong> la EVI. Lainformación proporcionada es unicamente anatómica,a través <strong>de</strong> la visualización en negativo <strong>de</strong> la luz arterial.Es específica en el diagnóstico <strong>de</strong> la EVI, pero consensibilidad baja y a<strong>de</strong>más infraestima la severidad <strong>de</strong>la misma cuando se compara con la necropsia o laEIVC. Se <strong>de</strong>be a que la cuantificación angiográfica <strong>de</strong>las lesiones se basa en la comparación entre el segmentoestenótico y el segmento adyacente normal yeste mo<strong>de</strong>lo presupone que el segmento adyacente es“normal”. Sin embargo, la morfología <strong>de</strong> la afectacióncoronaria <strong>de</strong>l corazón trasplantado consiste en un engrosamientodifuso y una afectación casi uniforme <strong>de</strong>todas las arterias coronarias (4) que dificulta encontrarsegmentos normales. Así, por ejemplo, una estenosis<strong>de</strong>l 75% <strong>de</strong>l diámetro luminal, si se compara con elsegmento adyacente consi<strong>de</strong>rado “normal” pero quetiene ya una estenosis <strong>de</strong>l 50%, pue<strong>de</strong> parecer en el angiogramaque la estenosis es sólo <strong>de</strong>l 50%, aunque histológicamentesea una reducción <strong>de</strong>l 88% en el área.Igual ocurre cuando existe un engrosamiento progresivoy difuso. A<strong>de</strong>más, en ocasiones el engrosamientosevero intimal pue<strong>de</strong> estar compensado por un ensanchamiento<strong>de</strong> los vasos o remo<strong>de</strong>lado, que mitigael efecto <strong>de</strong> la expansión <strong>de</strong> la placa <strong>sobre</strong> la dimensiónluminal y hace que no se evi<strong>de</strong>ncien cambios enel luminograma.A pesar <strong>de</strong> estas limitaciones, la angiografía siguesiendo una técnica útil en clínica. En un estudio <strong>de</strong> necropsias<strong>de</strong> 39 pacientes trasplantados, en los que existíaEVI en el 100% <strong>de</strong> los casos, se evaluó la coronariografíaque se les había realizado en los 15 mesesprevios. La coronariografía <strong>de</strong>tectó EVI en 17 pacientesy era normal en 22. Sin embargo, el grado <strong>de</strong> estrechamientoluminal en la necropsia era significativamentemayor en aquellos pacientes en los que la angiografíaera anormal. Esta relación entre hallazgosangiográficos y grado <strong>de</strong> severidad <strong>de</strong> la EVI en la autopsiay el hecho <strong>de</strong> que se trata <strong>de</strong> una técnica disponibleen todos los centros justifica en parte la utilidad<strong>de</strong> la angiografía coronaria para estimar la severidad<strong>de</strong> la EVI en los receptores <strong>de</strong> TC (20,21). El seguimientoclínico mediante coronariografía ha documentadoun estrechamiento progresivo luminal en el 30 al92


Clínica y Diagnóstico - Ponencias50% <strong>de</strong> los pacientes a los 5 años post-TC (22), hallazgoque se asocia a mal pronóstico (23).La clasificación más utilizada <strong>de</strong> los patrones angiográficosanormales en la EVI tras el TC es la <strong>de</strong> Gaoet al. (22) <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Stanford. Diferenciatres tipos: 1) Tipo A. Las lesiones son focales discretas,tubulares o estenosis múltiple. 2) Tipo B. Lesionesque muestran transición <strong>de</strong> un vaso proximal “normal”que bien abruptamente (B1) o progresivamente(B2), llevan obliteración total <strong>de</strong>l vaso distal y 3) TipoC: lesiones con estrechamientos irregulares que terminanabruptamente. Sin embargo, existen muchasotras clasificaciones, lo que dificulta a veces las comparacionesentre las diferentes series <strong>de</strong> la literatura.El estudio multicéntrico (24) más numeroso queutilizó la coronariografía para estudiar la inci<strong>de</strong>ncia yotros aspectos <strong>de</strong> la EVI, evaluó a 3837 pacientes en39 centros entre 1990 y 1994. Se incluyeron aquellospacientes que habían <strong>sobre</strong>vivido al 1º año y a los quese les había realizado el primer angiograma (n= 2609pacientes). Se categorizó el grado <strong>de</strong> afectación coronariaen leve, mo<strong>de</strong>rada y severa según la afectación<strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong> la arteria coronaria izquierda, estenosisTABLA ICATEGORIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD VASCULAR DEL INJERTO SEGÚN ANGIOGRAFÍA.LA MÁXIMA LESIÓN DETERMINA LA CLASE. COSTANZO ET AL (24).Clase Tronco coronaria Varios RamasizquierdaprimariosLeve ≤ 50% Lesión máxima ≤ 70% Estenosis aislada <strong>de</strong> un rama > 70% ocualquier estenosis <strong>de</strong> rama < 70(incluyendo estrechamiento difuso)Mo<strong>de</strong>rada 50-70% Un vaso Estenosis aisalada <strong>de</strong> ramas > 70% enramas <strong>de</strong> 2 sistemasSevera > 70% 2 ó más vasos > 70% Estenosis aisladas <strong>de</strong> ramas > 70% enlos 3 sistemasen vasos primarios (tercio proximal o tercio medio <strong>de</strong>la arteria <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte anterior y <strong>de</strong> la arteria circunfleja,y tercio distal <strong>de</strong> la arteria coronaria <strong>de</strong>recha dominanteo codominante incluyendo la salida <strong>de</strong> la arteria<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte posterior) y estenosis <strong>de</strong> ramas (TablaI). Para categorizar la gravedad <strong>de</strong> enfermedad vascularse consi<strong>de</strong>ró la más severa presente en cada arteriograma.En los angiogramas realizados en los 6 primerosmeses post-TC (n=1326) se evi<strong>de</strong>nció enfermedadcoronaria en el 10%, siendo leve en un 8%, mo<strong>de</strong>radaen 1,1% y severa en 0,9%. Al final <strong>de</strong> los 5 añosy, excluyendo a los pacientes con enfermedad coronariaa los 6 meses, la EVI estaba presente en 42% <strong>de</strong> losreceptores <strong>de</strong> TC, siendo leve en el 27%, mo<strong>de</strong>rada en8% y severamente complicada por un evento en el 6%.En este estudio la probabilidad <strong>de</strong> estar libre <strong>de</strong> enfermedadcoronaria severa a los 5 años fue <strong>de</strong> un 91%.Sin embargo, una vez que se i<strong>de</strong>ntificaba enfermedadleve, la probabilidad <strong>de</strong> progresión a enfermedad severaaumentaba <strong>de</strong>l 9% al 19%. La presencia <strong>de</strong> EVIangiográfica severa era, por tanto, altamente predictiva<strong>de</strong> eventos relacionados con enfermedad coronariay/o necesidad <strong>de</strong> retrasplante.En resumen, a pesar <strong>de</strong> las limitaciones arriba mencionadas,todavía hay varias razones para la realización<strong>de</strong> angiografía coronaria en el seguimiento post-TC (3), que incluyen: i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> enfermedad coronariapreexistente en el corazón donante (para ellopreferiblemente realizar el primer angiograma en lasprimeras semanas tras el TC), caracterización <strong>de</strong> la anatomía<strong>de</strong>l corazón trasplantado, proporcionar un estu-93


dio basal para, posteriormente, po<strong>de</strong>r comparar los siguientesestudios angiográficos y así, i<strong>de</strong>ntificar el engrosamientodifuso <strong>de</strong> vasos y/o <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> vasos.A<strong>de</strong>más, cuando se i<strong>de</strong>ntifica precozmente la enfermedadcoronaria, se sabe que conlleva un peor pronósticopor lo que se pue<strong>de</strong> modificar la actitud encuanto un mejor control <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> riesgo, intensificarla inmunoterapia o consi<strong>de</strong>rar el retrasplante,si está indicado.ECOGRAFÍA INTRAVASCULARCORONARIAAl contrario que la angiografía, que únicamenteofrece un luminograma, la EIVC permite analizar lapared coronaria y es especialmente útil en las fases iniciales<strong>de</strong> hiperplasia intimal, la cual se caracteriza porexpansión <strong>de</strong> la pared <strong>de</strong>l vaso con mínimo estrechamiento<strong>de</strong> la luz. La EIVC proporciona una informacióncualitativa y cuantitativa in vivo <strong>sobre</strong> la morfología<strong>de</strong> la pared vascular y la dimensión luminal y,por tanto, es la mejor forma <strong>de</strong> estudiar la evolución<strong>de</strong> la enfermedad en todos sus estadios.El vaso normal tiene generalmente un grosor intimalmenor <strong>de</strong> 0,1 mm y, por tanto, no visible con EIVC.La media es hipoecoica y también pobremente visualizableen un vaso normal. Cuando el engrosamientointimal se hace visible, hace que la media sea también<strong>de</strong>tectable, originando una apariencia característica <strong>de</strong>3 líneas que son la íntima, la elástica interna y la adventicia.Las imágenes <strong>de</strong> la EIVC son planimetradas utilizandoun sistema computado. Las medidas incluyen elárea vascular luminal obtenida mediante un trazadoentre el bor<strong>de</strong> interno <strong>de</strong> la pared vascular y la luz. Deeste medida se <strong>de</strong>termina el diámetro medio <strong>de</strong>l vaso.La segunda medida es el área total <strong>de</strong> la luz y la íntimacombinadas. El índice <strong>de</strong> engrosamiento intimal se<strong>de</strong>fine como el cociente entre el área intimal y el áreatotal (luminal + intimal). El engrosamiento intimal esla distancia máxima calculada entre el bor<strong>de</strong> interno<strong>de</strong> la íntima y el bor<strong>de</strong> interno <strong>de</strong> la media.La graduación <strong>de</strong> la severidad <strong>de</strong> la afectación vascularse realiza <strong>de</strong> acuerdo al engrosamiento intimal ya la extensión <strong>de</strong> la pared vascular afectada. La primeraclasificación utilizada fue la propuesta por la Universidad<strong>de</strong> Stanford (5) que, teniendo en cuenta el engrosamientointimal y la cantidad <strong>de</strong> circunferencia <strong>de</strong>lvaso que está afectado, consi<strong>de</strong>ra 4 grados: mínima(grado I) si la proliferación intimal < 0,3 mm y menos<strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> la circunferencia <strong>de</strong>l vaso; leve (gradoII) si el engrosamiento intimal < 0,3 mm afectando amás <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> la circunferencia <strong>de</strong>l vaso, mo<strong>de</strong>rada(grado III) íntima > 0,3 mm y menos <strong>de</strong> la mitad<strong>de</strong> la circunferencia <strong>de</strong>l vaso y severa (grado IV) si elengrosamiento intimal > 0,3 mm y afectando a más <strong>de</strong>la mitad <strong>de</strong> la circunferencia <strong>de</strong>l vaso o sí es > 1 mmin<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> afectación (Tabla II).Una <strong>de</strong> las limitaciones <strong>de</strong> la clasificación <strong>de</strong> Stanfor<strong>de</strong>s que tiene en cuenta únicamente un vaso (fuediseñado para la arteria <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte anterior) y estoimpi<strong>de</strong> una correcta valoración <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong> laTABLA IICLASIFICACIÓN DE STANFORD DE LA SEVERIDAD DE LA ENFERMEDADVASCULAR SEGÚN ECOGRAFÍA INTRAVASCULAR CORONARIA.VALANTINE ET AL. (5)Clase Grado Engrosamiento intimal (mm) Circunferencia <strong>de</strong>l vaso0 Ninguno NingunoI Mínima < 0,3 < 180ºII Leve < 0,3 > 180ºIII Mo<strong>de</strong>rada 0,3-0,5 > 180ºIV Severa > 0,5 > 180º94


Clínica y Diagnóstico - PonenciasTABLA IIIPREVALENCIA DE EVI SEGÚN ECOGRAFÍA INTRAVASCULAR CORONARIA Y DIFERENCIASSEGÚN SE ANALICEN 1, 2 ó 3 VASOS. SE CONSIDERA EVI SI ENGROSAMIENTO INTIMAL≥ 0,5 MM. KAPADIA ET AL. J HEART LUNG TRANSPLANT 20001 vaso 2 vasos 3 vasosPrevalencia EVI 1 año 27% 41% 58%Prevaleencia EVI 2 años 39% 55% 71%Prevalencia EVI 2 años 39% 55% 74%EVI, ya que, aunque se trata <strong>de</strong> una enfermedad difusa,pue<strong>de</strong> no afectar a todos los vasos por igual. En unestudio <strong>de</strong> la Cleveland Clinic la prevalencia <strong>de</strong> EVIpor EIVC aumentaba según se estudiase 1, 2 y 3 vasos(tabla III), siendo a 1 y a 3 años <strong>de</strong> un 27% y 39%respectivamente cuando se estudiaba un vaso y <strong>de</strong> un58% y 74% cuando se estudiaban 3 vasos. En este sentidohan surgido otras formas <strong>de</strong> valoración como la<strong>de</strong> Segovia et al. (25), que tiene en cuenta varios segmentosen cada paciente (por lo general 7 segmentosen total: 3 segmentos en la arteria <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte anterior,3 segmentos en la circunfleja y el tronco coronarioizquierdo) y a<strong>de</strong>más, la presencia <strong>de</strong> fibrosis/calcificación(<strong>de</strong>nsidad) <strong>de</strong> las lesiones. Este nuevo scoreincluye: Índice <strong>de</strong> Stanford (0-4) + índice intimalmedio (0-4), don<strong>de</strong> el índice intimal es área <strong>de</strong> la íntima/área<strong>de</strong>l vaso (promedio <strong>de</strong> los segmentos estudiados)+ <strong>de</strong>nsidad máxima (0-2). Estos autores, con estenuevo score, comparado con el <strong>de</strong> Stanford, encuentranuna mayor potencia para pre<strong>de</strong>cir eventos clínicosmayores.Un tema importante en la información que proporcionala EIVC es el significado pronóstico <strong>de</strong>l engrosamientointimal. En un estudio (26) <strong>de</strong> necropsias <strong>de</strong>jóvenes, fallecidos por acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tráfico, se establecióun umbral <strong>de</strong> engrosamiento intimal patológicoen > 0,35 mm. En este estudio el engrosamiento intimal<strong>de</strong> la arteria <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte anterior <strong>de</strong> estas víctimas<strong>de</strong> muerte violenta entre 1 y 40 años se manteníaentre 0,012 mm y 0,35 mm sugiriendo así, cuál podríaser el límite superior <strong>de</strong> la normalidad en la poblacióngeneral. Por otra parte, el umbral mínimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tección<strong>de</strong>l catéter <strong>de</strong> ultrasonidos en la EIVC es <strong>de</strong> 0,18 mm.El grupo <strong>de</strong> Stanford estableció <strong>de</strong> forma arbitraria escalas<strong>de</strong> severidad <strong>de</strong> engrosamiento intimal en el cual< <strong>de</strong> 0,3 mm era mínimo y > 0,5 mm era severo.La relación entre el engrosamiento intimal <strong>de</strong>tectadopor EIVC y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> enfermedad coronariaangiográficamente aparente fue estudiado por Liang etal. (27). En 70 pacientes, sin aparente enfermedad coronariaangiográfica, se realizó EIVC. En la imagen enla que se evi<strong>de</strong>nciaba el segmento más afectado se calculóel índice intimal, <strong>de</strong>finido como el cociente entreel área <strong>de</strong> la placa y el área <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la media. Se revisaronlos siguientes angiogramas anuales realizadosposteriormente al estudio EIVC, con un seguimientomedio <strong>de</strong> 2 años. Desarrollaron EVI angiograficamenteaparente 13 <strong>de</strong> los 70 pacientes. De los pacientes conun índice intimal < 0,3 <strong>de</strong>sarrollaron EVI angiográficaun 9% (4/46), frente al 36% (9/25) <strong>de</strong> los pacientes coníndice intimal ≥ 0,3. Consi<strong>de</strong>rando el punto <strong>de</strong> corte <strong>de</strong>índice intimal <strong>de</strong> ≥ 0,3 el odds ratio para <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>futura EVI angiográfica era <strong>de</strong> 5,9. Sin embargo en elsubgrupo <strong>de</strong> pacientes con un tiempo post-TC <strong>de</strong> más<strong>de</strong> 5 años (n= 22) no había diferencias entre los dos grupos(> ó < 0,3 <strong>de</strong> índice intimal) en cuanto al <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> EVI angiográfica. Por tanto se concluía que lapresencia <strong>de</strong> un engrosamiento intimal mo<strong>de</strong>rado-severoen pacientes entre 1 y 5 años <strong>de</strong>l trasplante era predictivo<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo futuro <strong>de</strong> EVI angiográfica, y estoera concordante con lo que ya se sabía previamente<strong>de</strong> que aunque la EVI pue<strong>de</strong> aparecer en un tiempo variablepost-TC, cuando aparecía precozmente ésta eramás agresiva. Y, el hecho <strong>de</strong> que en esta predicción nose observase en los pacientes con más <strong>de</strong> 5 años post-TC, fue interpretado como posible estabilización <strong>de</strong> la95


arteriopatía <strong>de</strong>l injerto en algunos pacientes. Entre laslimitaciones <strong>de</strong> este estudio hay que reseñar que, paracada paciente, el engrosamiento intimal se <strong>de</strong>terminóúnicamente en un sólo punto, pero los criterios para valorarla enfermedad angiográfica incluyeron todos losvasos coronarios, no únicamente el vaso don<strong>de</strong> se habíarealizado a EIVC. Por tanto, la única medida <strong>de</strong> índiceintimal fue utilizada como indicador <strong>de</strong>l estadoglobal <strong>de</strong> enfermedad coronaria y, como se comentópreviamente, la muestra <strong>de</strong> un único vaso pue<strong>de</strong> infraestimarla extensión <strong>de</strong> la EVI (28). Por ello, si sehubiesen evaluado más vasos en cada paciente, la sensibilidad<strong>de</strong> la EIVC para pre<strong>de</strong>cir el <strong>de</strong>sarrollo futuro<strong>de</strong> EVI angiográfica pudiera haber sido mayor.La capacidad que tiene la vasculatura <strong>de</strong> modificarsu geometría <strong>de</strong> acuerdo a las condiciones <strong>de</strong>l entornoes lo que se <strong>de</strong>nomina remo<strong>de</strong>lado vascular, pudiendoproducirse en los dos sentidos; es <strong>de</strong>cir, bien un proceso<strong>de</strong> ensanchamiento o bien <strong>de</strong> encogimiento (shrinkage).Gracias a varios estudios estudios longitudinales(29,30,31) con EIVC y análisis morfométrico, sesabe que en pérdida luminal en la EVI participan ambosfenómenos: el engrosamiento intimal y el remo<strong>de</strong>lado.Se propone que la EVI tras el TC representa elbalance entre 3 procesos: 1) daño vascular que lleva aun encogimiento <strong>de</strong>l vaso, 2) daño intimal que lleva aengrosamiento <strong>de</strong> la íntima y 3) remo<strong>de</strong>lamiento compensador<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nado por factores hemodinámicosen respuesta al crecimiento intimal y al estrechamientoluminal. La contribución relativa <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> estosfactores <strong>de</strong>termina el área luminal en cada momento.Así, se ha visto que la mayor parte <strong>de</strong>l engrosamientointimal ocurre en el primer año post-TC. Elárea contenida en la lámina elástica interna muestra unproceso bifásico, con una expansión inicial y una constricciónposterior. En el estudio <strong>de</strong> Tsutsui, que cuentacon el mayor seguimiento (5 años), se observó quecomo consecuencia <strong>de</strong> estos cambios la reducción enla luz es mayor en el 1 er año y en los 2 últimos <strong>de</strong> seguimiento.Sin embargo, los mecanismos son diferentes,así la reducción luminal precoz se <strong>de</strong>be primariamentea engrosamiento intimal y la tardía a constricción<strong>de</strong> la lámina elástica interna.En resumen, la EIVC es el método más sensible paradiagnóstico y caracterización <strong>de</strong> la EVI. Por ello esel método <strong>de</strong> elección para diagnosticar y cuantificarla progresión <strong>de</strong> la EVI en estudios <strong>de</strong> intervención.Sin embargo, <strong>de</strong>bido a que se trata <strong>de</strong> un procedimientoinvasivo y con elevados costes, su utilización rutinariaen clínica no está todavía bien establecida.BIBLIOGRAFÍA1. Wilson R. Reinnervation reexamination. J Heart Lung Transplant1998; 17:137-9.2. Weis M, von Scheidt W. Cardiac allograft vasculopathy. A review.Circulation 1997; 96: 2069-2077.3. Young J, Smart F, Lowry R, Kleiman N. Coronary angiographyafter heart transplantation: should perioperative study be the"gold standard". J Heart Lung Transplant 1992; 11:S65-8.4. Dressler F, Miller L. Necropsy versus angiography: how accurateis angiography? J Heart Lung Transplant 1992; 11: S56-S59.5. Valantine H, Pinto F, St-Goar G, Al<strong>de</strong>rman E, Popp R. 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Clínica y Diagnóstico - PresentaciónPresentaciónMaría Luisa CrespoDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 499


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 10100


Clínica y Diagnóstico - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 16101


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Clínica y Diagnóstico - PonenciasClínica y diagnósticoMartín PrietoHospital Universitario La Fe. ValenciaINTRODUCCIÓNEl diagnóstico <strong>de</strong>l injerto hepático se basa en datosanatomopalógicos y pue<strong>de</strong> adoptar dos formas: rechazocrónico ductopénico (llamado también “vanishingbile duct syndrome”) y arteriopatía obliterativa ( la forma<strong>de</strong> rechazo crónico vascular común a todos los injertos<strong>de</strong> órganos). Ambas formas pue<strong>de</strong>n presentarsecombinadas, no obstante, la inmensa mayoría <strong>de</strong> losrechazos crónicos hepáticos correspon<strong>de</strong>n a rechazosductopénicos que, en su mayor parte, se <strong>de</strong>sarrollancomo consecuencia <strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> rechazo celularagudo refractario al tratamiento, <strong>de</strong> forma que la lesióncolangítica propia <strong>de</strong>l rechazo celular agudo vaprogresando hasta la <strong>de</strong>genación y necrosis <strong>de</strong>l epiteliobiliar, con <strong>de</strong>saparición final <strong>de</strong>l conducto biliarafectado. De ahí que en el rechazo celular agudo refractarioel tratamiento suele estar también incluido<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> rechazo crónico cuando se asociaa un cierto grado <strong>de</strong> ductopenia, ya que se consi<strong>de</strong>raque se trata <strong>de</strong> una forma precoz <strong>de</strong>l mismo. Sólouna pequeña parte <strong>de</strong> rechazos crónicos ocurren sinestar precedidos <strong>de</strong> ningún episodio aparente <strong>de</strong> rechazocelular agudo. Por consiguiente, la mayoría <strong>de</strong>los rechazos crónicos en el transplante hepático <strong>de</strong>ben<strong>de</strong> ser contemplados en el contexto <strong>de</strong>l continuum existenteen el rechazo crónico. Debido a este hecho, unproblema importante, en relación al tratamiento y prevención<strong>de</strong>l rechazo crónico en el transplante hepático,es la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> rechazo crónico, que no es uniformeen los distintos estudios dirigidos a este tema.En esta revisión, sin embargo, se ha procurado incluir<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> rechazo crónico, el rechazo ductopénicoy el rechazo celular agudo refractario, cuyabase anatomopatológica es casi siempre lo que actualmentese <strong>de</strong>nomina rechazo crónico precoz: rechazoductopénico asociado a ciertos hallazgos propios <strong>de</strong>lrechazo celular agudo.MANIFESTACIONES CLÍNICASEl rechazo crónico suele <strong>de</strong>sarrollarse: 1) <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> un episodio <strong>de</strong> rechazo agudo no resuelto, 2) <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> múltiples episodios <strong>de</strong> rechazo, 3) <strong>de</strong> una formainsidiosa, aparentemente sin episodios <strong>de</strong> rechazoagudo previos. La presentación típica consiste en unsíndrome <strong>de</strong> colestasis progresiva, con elevación <strong>de</strong> labilirrubina sérica y <strong>de</strong> las enzimas <strong>de</strong> colestasis (gammaglutamiltranspeptidasay fosfatasas alcalinas). Lastransaminasas sólo se encuentran mo<strong>de</strong>radamente alteradas.En caso <strong>de</strong> existir síntomas, estos recuerdanlos <strong>de</strong>l rechazo agudo, hasta que la disfunción <strong>de</strong>l injertoes lo suficientemente importante como para causarictericia. En las fases finales existe una alteración<strong>de</strong> la función <strong>de</strong> la síntesis <strong>de</strong>l injerto, manifestada porcoagulopatía, malnutrición y signos <strong>de</strong> hipertensiónportal. En el RC, la alteración <strong>de</strong> las pruebas bioquímicases inespecífica, no permitiendo diferenciar el rechazocrónico <strong>de</strong> otras causas <strong>de</strong> disfunción colestásica<strong>de</strong>l injerto.A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los parámetros bioquímicos inespecíficos<strong>de</strong> colestasis, existen otros marcadores inmunológicosmás específicos, que se <strong>de</strong>tectan en suero y en bilis.Los niveles séricos <strong>de</strong> ácido hialurónico (AH), un107


marcador <strong>de</strong> función <strong>de</strong> las células endoteliales hepáticas,<strong>de</strong> los receptores <strong>de</strong> interleucina-2 y <strong>de</strong> las moléculas<strong>de</strong> adhesion <strong>de</strong> clase 1 intercelular circulantesy marcadores <strong>de</strong> activación <strong>de</strong> linfocitos están aumentadosen los episodios <strong>de</strong> rechazo Los niveles <strong>de</strong> estassustancias en bilis también están aumentados, reflejandoprobablemente fenómenos inmunológicos en losespacios porta. Se ha sugerido que un aumento persistente<strong>de</strong> las anteriores sustancias pue<strong>de</strong> ser útil en eldiagnóstico precoz <strong>de</strong>l rechazo crónico antes <strong>de</strong> queaparezcan los signos histológicos típicos, si bien se necesitanmás estudios para confirmar estos hallazgos.Las técnicas <strong>de</strong> imagen, como la ecografía, colangiografía,tomografía axial computarizada y la resonancianuclear magnética no son <strong>de</strong> gran utilidad paradiferenciar el RC <strong>de</strong> otras causas <strong>de</strong> disfunción <strong>de</strong>l injerto.Aunque la arteriografía pue<strong>de</strong> mostrar estenosisy oclusión <strong>de</strong> los vasos intrahepáticos en algunos pacientescon RC, en otros es completamente normal .TIEMPO DE APARICIÓN DELRECHAZO CRÓNICO YRELACIÓN CON EL RECHAZOAGUDOEl tiempo <strong>de</strong> aparición y la historia natural <strong>de</strong>l RCes muy variable. El RC se ha clasificado arbitrariamenteclínica e histológicamente según el tiempo <strong>de</strong>aparición en tres tipos: precoz (aparece en las primeras6 semanas post-TH), retardado (entre la semana 6ªyel 6° mes) y tardío (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 6° mes post-TH) .Rechazo crónico precozHabitualmente aparece en el primer mes post-TH.La forma <strong>de</strong> presentación inicial es muy similar a la <strong>de</strong>un episodio <strong>de</strong> rechazo agudo y se manifiesta clínicamentepor astenia, fiebre y <strong>de</strong>terioro brusco <strong>de</strong> las pruebasbioquímicas hepáticas, en especial <strong>de</strong> las transaminasasy <strong>de</strong> la bilirrubina sérica. La biopsia hepáticasuele mostrar los hallazgos histológicos típicos <strong>de</strong>la colangitis <strong>de</strong> rechazo y lesiones asociadas. Típicamente,el episodio <strong>de</strong> rechazo no respon<strong>de</strong> al tratamientoinmunosupresor adicional (bolos <strong>de</strong> corticoi<strong>de</strong>s) y labiopsia <strong>de</strong> seguimiento suele mostrar persistencia <strong>de</strong> lacolangitis <strong>de</strong> rechazo, acompañada a menudo <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción<strong>de</strong> los ductos biliares. A medida que progresael episodio <strong>de</strong> rechazo, los ductos biliares y las arterias<strong>de</strong> los espacios porta <strong>de</strong>saparecen, los espacios portase vuelven fibróticos y el infiltrado inflamatorio finalmente<strong>de</strong>saparece, a pesar <strong>de</strong> que los niveles séricos <strong>de</strong>bilirrubina y <strong>de</strong> las enzimas <strong>de</strong> colestasis (GGT y fosfatasasalcalinas) siguen en aumento. Finalmente, el paciente<strong>de</strong>sarrolla insuficiencia hepática, siendo la únicaalternativa posible el retrasplante.Rechazo crónico retardado (6ªsemanaa 6° mes post-TH)Es el más frecuente. Suele <strong>de</strong>sarrollarse <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>uno o más episodios <strong>de</strong> RA que, en último término, norespon<strong>de</strong>n al tratamiento inmunosupresor adicional. Lacolestasis persiste y se produce una pérdida progresiva<strong>de</strong> ductos biliares que, finalmente, <strong>de</strong>semboca en unainsuficiencia <strong>de</strong>l injerto. Los hallazgos histológicos sonsimilares a los observados en el RC precoz.Rechazo crónico tardío (a partir <strong>de</strong>l 6°mes post-TH)Es el menos frecuente. Pue<strong>de</strong> aparecer a continuación<strong>de</strong> un episodio <strong>de</strong> RA tardío que no respon<strong>de</strong> al tratamientoinmunosupresor adicional <strong>de</strong> forma insidiosa,sin una historia previa reconocible <strong>de</strong> RA. Finalmente,los hallazgos histológicos muestran ductopenia y <strong>de</strong>generación<strong>de</strong> los ductos biliares, <strong>de</strong>stacando la ausencia<strong>de</strong> un infiltrado inflamatorio prominente. La progresión<strong>de</strong>l proceso suele ser lenta pero constante a lo largo <strong>de</strong>meses o años, <strong>de</strong>sarrollándose, en último término, unainsuficiencia <strong>de</strong>l injerto <strong>de</strong> tipo colestásico. Es más frecuenteen pacientes que no cumplen a<strong>de</strong>cuadamente eltratamiento inmunosupresor. La escasa frecuencia <strong>de</strong>este tipo <strong>de</strong> RC queda resaltada en dos estudios recientes,en los que el RC es el responsable <strong>de</strong> la disfunción<strong>de</strong>l injerto en menos <strong>de</strong>l 5% <strong>de</strong> los receptores <strong>de</strong> TH quepresentan alteración <strong>de</strong> las pruebas bioquímicas hepáticasa partir <strong>de</strong>l 5º año post-TH .Hallazgos histológicosLos hallazgos histológicos principales <strong>de</strong>l RC establecidoson dos: el primero es la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los conductosbiliares interlobulares, <strong>de</strong> ahí el término rechazoductopénico, utilizado también para referirse al RC. El108


Clínica y Diagnóstico - Ponenciassegundo signo histológico es una vasculopatía obliteranteque afecta a las arterias <strong>de</strong> calibre gran<strong>de</strong> y mediano,produciendo finalmente pérdida <strong>de</strong> las mismas. La vasculopatíaexplica el término rechazo vascular por el quese ha <strong>de</strong>nominado también al RC. La vasculopatía es unsigno prácticamente patognomónico <strong>de</strong>l RC pero, <strong>de</strong>safortunadamente,no suele <strong>de</strong>tectarse en las biopsias hepáticaspercutáneas aunque sí en el hígado explantado.Destrucción <strong>de</strong> los ductos biliares(ductopenia)La <strong>de</strong>strucción progresiva <strong>de</strong> los ductos biliares (ductopeniaprogresiva) es uno <strong>de</strong> los hallazgos que <strong>de</strong>finenel RC. Aunque este signo histológico es relativamentefácil <strong>de</strong> diagnosticar en las fases tardías <strong>de</strong>l proceso, la<strong>de</strong>tección precoz <strong>de</strong> la ductopenia pue<strong>de</strong> ser difícil. Elproceso a menudo se inicia con el antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> un episodio<strong>de</strong> rechazo agudo (celular) previo o coexistente.El diagnóstico <strong>de</strong> RC se ha establecido clásicamente anteel hallazgo, en una o más biopsias hepáticas percutáneas,<strong>de</strong> ausencia <strong>de</strong> ductos biliares interlobulares en el50% más <strong>de</strong> los espacios porta examinados. Para que eldiagnóstico fuera fiable, se requería que el cilindro hepáticotuviera al menos 20 espacios porta. La utilización<strong>de</strong> este criterio tan estricto buscaba evitar diagnosticarerróneamente <strong>de</strong> RC a un paciente con lesión <strong>de</strong> los ductosbiliares por otras causas, <strong>sobre</strong> todo isquémicas. Desafortunadamente,utilizando esta clasificación tradicional,el diagnóstico <strong>de</strong> RC se establece en una fase tardíae irreversible, en la que ningún tratamiento farmacológicoes efectivo. Por ello, se han buscado signos histológicosque permitan i<strong>de</strong>ntificar la existencia <strong>de</strong> RC enuna fase precoz, potencialmente reversible, cuando laductopenia es inferior al 50%. En este sentido, Demetrisy cols. (5) han <strong>de</strong>mostrado recientemente que el RC pue<strong>de</strong>diagnosticarse con casos <strong>de</strong> RC, mientras que con bastanteseguridad por patólogos con experiencia, la presencia<strong>de</strong> atrofia o picnosis <strong>de</strong> las células <strong>de</strong>l epitelio biliaren los ductos que permanecen visibles en los espaciosporta son signos histológicos que sugieren la faseinicial <strong>de</strong> un RC, siempre que exista un contexto clínico-analíticoa<strong>de</strong>cuado y se hayan <strong>de</strong>scartado otras procesos,en particular una obstrucción biliar y una trombosis/estenosis<strong>de</strong> la arteria hepática. En estos casos, lastécnicas <strong>de</strong> inmunotinción con citoqueratina pue<strong>de</strong>n serútiles en la valoración <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> ductopenia .A pesar <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los ductos biliares, en elRC no se observa proliferación <strong>de</strong> los ductos biliares, a diferencia<strong>de</strong> otros procesos que producen ductopenia comola <strong>de</strong> la cirrosis biliar primaria o <strong>de</strong> la colangitis esclerosanteprimaria. Esto explica, a<strong>de</strong>más, que el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>una cirrosis <strong>de</strong> tipo biliar a partir <strong>de</strong> un RC sea un hechomuy infrecuente aunque se hayan <strong>de</strong>scrito algunos casos.Lesiones histológicas en las venascentrolobulillares y en el parénquimahepático perivenularAnivel <strong>de</strong> las venas centrolobulillares y <strong>de</strong>l parénquimahepático perivenular, en las fases iniciales <strong>de</strong>l RC se observaun infiltrado mononuclear subendotelial y perivenular,acompañado por necrosis lítica <strong>de</strong> los hepatocitos perivenulares,macrófagos rellenos <strong>de</strong> lípidos y fibrosis perivenulardiscreta. Durante la evolución hacia las fases tardías <strong>de</strong>l RC,pue<strong>de</strong> observarse lo que se ha <strong>de</strong>nominado “hepatitis transicional”,caracterizada por necrosis hepatocitaria acidofílicaparcheada. En esta fase, el diagnóstico diferencial con el rechazoagudo pue<strong>de</strong> ser difícil. El RC tardío se caracteriza poruna fibrosis pericentral importante con formación, al menos,<strong>de</strong> puentes focales centro-centrales o centro-portales y obliteraciónocasional <strong>de</strong> las vénulas hepáticas terminales; otroshallazgos histológicos <strong>de</strong> la fase establecida <strong>de</strong>l RC incluyenpérdida y balonización <strong>de</strong> los hepatocitos pericentrales, colestasishepatocanalicular, hiperplasia regenerativa y acúmulos<strong>de</strong> células espumosas intrasinusoidales.En lo que respecta a la lesión perivenular, no está bien establecidoque los hallazgos histológicos aparezcan seriadamente<strong>de</strong> forma or<strong>de</strong>nada en todos los pacientes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un estadioprecoz, a menudo acompañado por cambios necroinflamatoriosagudos, a una fase tardía, caracterizada por unafibrosis pericentral muy importante. De hecho, en algunospacientes los cambios agudos/precoces parecen persistir durantemeses o años, en otros la fibrosis importante, los cambioshistológicos tardíos se <strong>de</strong>sarrollan rápidamente. Las razonespara estas diferencias no se conocen en la actualidad.Arteriopatía obliteranteLas lesiones arteriales <strong>de</strong>l RC consisten en acúmulos<strong>de</strong> células espumosas (macrófagos rellenos <strong>de</strong> lípidos)que se localizan preferentemente en la íntima <strong>de</strong> las arterias,provocando grados variables <strong>de</strong> obstrucción <strong>de</strong> laluz arterial. Las arterias que en mayor grado se afectan,109


son las <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> y mediano calibre. Las lesiones arteriales<strong>de</strong>l RC se <strong>de</strong>tectan <strong>sobre</strong> todo en las arterias septalesy <strong>de</strong>l hilio siendo, en cambio, excepcionalmenteobservadas en las arterias periféricas, lo que explica quela arteriopatía no suela <strong>de</strong>tectarse en las muestras <strong>de</strong> biopsiahepática obtenidas por vía percutánea


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Clinica y Diagnostico - PresentaciónPresentaciónMartín PrietoDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 4113


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 10114


Clinica y Diagnostico - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 16115


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Clínica y Diagnóstico - PonenciasClínica y diagnóstico <strong>de</strong> la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l trasplante renalDaniel SerónServicio <strong>de</strong> Nefrología. Hospital <strong>de</strong> Bellvitge. BarcelonaINTRODUCCIÓNLas dos primeras causas <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>l aloinjertorenal <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer año <strong>de</strong> seguimiento son lamuerte con injerto funcionante y la nefropatía crónica<strong>de</strong>l trasplante (NCT), siendo responsable cada una <strong>de</strong>ellas <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> aproximadamente el 40 % <strong>de</strong> losinjertos (1,2).Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista clínico, la presencia <strong>de</strong> NCTse sospecha cuando existe un <strong>de</strong>terioro lento y progresivo<strong>de</strong> la función renal que habitualmente se acompaña<strong>de</strong> proteinuria e hipertensión (3). El diagnóstico<strong>de</strong>be confirmarse mediante la práctica <strong>de</strong> una biopsiarenal.ESTANDARIZACIÓN DELDIAGNÓSTICO DE LASBIOPSIAS DEL ALOINJERTORENAL: CRITERIOS DE BANFFEn 1993 se publicaron los criterios <strong>de</strong> Banff parala evaluación <strong>de</strong> la histología <strong>de</strong>l aloinjerto renal. Estoscriterios se establecieron a partir <strong>de</strong>l consenso alcanzadoen una reunión previa realizada en la ciudadcanadiense <strong>de</strong>l mismo nombre (4). Su finalidad principales la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> un sistema estandarizado parala evaluación <strong>de</strong> las lesiones renales que sea reproducibley fácilmente adoptable por los distintos centros.Por este motivo, los criterios <strong>de</strong> evaluación y diagnósticose <strong>de</strong>finieron a partir <strong>de</strong> los datos obtenidos ensecciones procesadas <strong>de</strong> forma habitual; es <strong>de</strong>cir, ensecciones embebidas en parafina, cortadas a aproximadamente4 micras <strong>de</strong> grosor y teñidas con los procedimientoshabituales: hematoxilina-eosina, ácido periódico<strong>de</strong> Schiff y tricrómico.En la actualidad, no se contempla la utilización <strong>de</strong>la información obtenida mediante técnicas más sofisticadas:biopsias embebidas en plástico, inmunofluorescencia,microscopía electrónica, inmunoperoxidasa,hibridación in situ, técnicas histomorfométricas,técnicas <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> imagen o técnicas <strong>de</strong> biologíamolecular.La evaluación <strong>de</strong> una biopsia mediante los criterios<strong>de</strong> Banff consiste primero en la gradación <strong>de</strong> la severidad<strong>de</strong> las lesiones agudas y crónicas mediante unaescala ordinal <strong>de</strong> 0 a 3+ en cada uno <strong>de</strong> los cuatro compartimentosrenales: glomérulo, intersticio, túbulo yvaso. Una vez realizada la evaluación <strong>de</strong> las lesionespor separado, los criterios <strong>de</strong> Banff proponen la integración<strong>de</strong> esta información para realizar un diagnósticoanatomo-patológico. La evaluación <strong>de</strong> la biopsia<strong>de</strong>be realizarse en ausencia <strong>de</strong> información clínica, yaque la finalidad principal <strong>de</strong> este sistema <strong>de</strong> clasificaciónconsiste en la generación <strong>de</strong> una información objetivay reproducible. Una vez evaluada la biopsia, seestudiará la correlación entre los hallazgos histológicosy los parámetros clínicos (5).Una característica importante <strong>de</strong> este sistema <strong>de</strong>clasificación es que se trata <strong>de</strong> un sistema abierto, ypor lo tanto susceptible <strong>de</strong> ser modificado en función<strong>de</strong> los datos nuevos que se vayan generando en la literaturamédica. Con el fin <strong>de</strong> discutir la conveniencia<strong>de</strong> introducir modificaciones en el sistema <strong>de</strong> clasificaciónse realiza una reunión cada 2 años. Hasta el mo-117


mento los cambios más importantes introducidos serefieren a la clasificación <strong>de</strong>l rechazo agudo. Por ejemplo,en los criterios <strong>de</strong> Banff <strong>de</strong> 1997 para la clasificación<strong>de</strong>l rechazo agudo se recogen las sugerencias<strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> clasificación propuesto por Colvin etal. (6) conocido con las siglas CCTT Cooperative ClinicalTrials in Transplantation en el que se aconsejóla clara separación <strong>de</strong>l rechazo tubulointersticial agudo<strong>de</strong>l rechazo vascular.EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICODE LA NEFROPATÍA CRÓNICAMEDIANTE LOS CRITERIOS DEBANFFTres lesiones histológicas sirven para diagnosticary evaluar la severidad <strong>de</strong> la NCT: fibrosis intersticial(ci), atrofia tubular (ct) y vasculopatía <strong>de</strong>l trasplante(cv). De acuerdo con los criterios <strong>de</strong> Banff, la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l trasplante se diagnostica ante la presencia<strong>de</strong> fibrosis intersticial en más <strong>de</strong>l 5% <strong>de</strong> la biopsiajuntamente con la presencia <strong>de</strong> atrofia tubular. Parala evaluación <strong>de</strong> la severidad <strong>de</strong> la NCT se empleauna escala semicuantitativa asimétrica. La fibrosis intersticial(ci) y la atrofia tubular (ct) se evalúan comoel porcentaje <strong>de</strong> la biopsia afectado por la lesión. Lapresencia <strong>de</strong> una fibrosis intersticial mínima que afecteentre el 0 y el 5% <strong>de</strong> la biopsia equivale a ausencia<strong>de</strong> fibrosis (ci = 0), <strong>de</strong>l 6-25% fibrosis leve (ci = 1),<strong>de</strong>l 26 al 50% fibrosis mo<strong>de</strong>rada (ci = 2) y <strong>de</strong>l 51 al100% fibrosis severa (ci = 3). La extensión <strong>de</strong> la atrofiatubular se evalúa siguiendo un criterio similar. Eneste caso, ct = 0 se <strong>de</strong>fine como la ausencia <strong>de</strong> atrofiatubular y ct = 1 como la presencia <strong>de</strong> atrofia tubularentre el 1 y el 25 % <strong>de</strong> la biopsia. La afectación <strong>de</strong>l 26al 50 % <strong>de</strong> la biopsia correspon<strong>de</strong> a una atrofia tubularmo<strong>de</strong>rada (ct = 2) y la afectación <strong>de</strong>l 51 al 100%correspon<strong>de</strong> a una atrofia tubular severa (ct = 3).La extensión <strong>de</strong>l daño vascular crónico se evalúa<strong>de</strong> acuerdo con el porcentaje <strong>de</strong> reducción <strong>de</strong> la luzvascular <strong>de</strong>bido a engrosamiento intimal en los grupossiguientes: cv = 0 equivale a ausencia <strong>de</strong> vasculopatía,cv = 1, en la presencia <strong>de</strong> engrosamiento fibrointimalcon reducción <strong>de</strong> la luz hasta el 25%, cv = 2, en la reducción<strong>de</strong> la luz entre el 26 y 50 % y cv = 3, en la reducción<strong>de</strong> la luz entre el 51 y 100%. En los criterios<strong>de</strong> 1997 se aconseja añadir al diagnóstico <strong>de</strong> NCT elgrado con números romanos y entre paréntesis se añadiráuna “a” o “b” para <strong>de</strong>signar la ausencia o presencia<strong>de</strong> vasculopatía <strong>de</strong>l trasplante.INDICACIÓN DE LA BIOPSIAPARA EL DIAGNÓSTICO DE LANCTEn un mo<strong>de</strong>lo experimental <strong>de</strong> alotrasplante en elque se inducía una NCT y se volvía a trasplantar el riñóncon distintos grados <strong>de</strong> daño crónico a una ratasingénica, se constató que la reversibilidad <strong>de</strong> las lesionesque caracterizan la nefropatía crónica, sólo teníalugar si la severidad <strong>de</strong> las mismas era leve. Por lotanto, a nivel experimental se ha introducido el concepto<strong>de</strong> que existe un umbral a partir <strong>de</strong>l cual la NCTya no es reversible (7), incluso si se evita el daño <strong>de</strong>pendiente<strong>de</strong> la aloinmunidad. Estos datos constituyenun argumento a favor <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> realizar eldiagnóstico <strong>de</strong> la NCT lo antes posible, ya que <strong>de</strong> estamanera se incrementan las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que unamaniobra terapéutica <strong>de</strong>terminada tenga mayores probabilida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> modificar la progresión <strong>de</strong> la insuficienciarenal.En la práctica clínica, el diagnóstico <strong>de</strong> la NCT serealiza muy tardíamente, cuando las lesiones estánavanzadas. Por ejemplo, en el estudio español <strong>de</strong> tratamiento<strong>de</strong> la NCT con micofenolato mofetil se incluyeron122 pacientes diagnosticados <strong>de</strong> NCT mediantebiopsia y 14 (11,5%) presentaban NCT grado I,65 (53,3%) NCT grado II y 43 (35,2%) NCT grado III(8). Evi<strong>de</strong>ntemente, cuando más tar<strong>de</strong> se realice el diagnóstico<strong>de</strong> NCT menores son las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> modificarla historia natural <strong>de</strong> este proceso mediante cualquiermaniobra terapéutica.La razón por la que la NCT se diagnostica en la mayoría<strong>de</strong> los casos cuando el grado <strong>de</strong> fibrosis renal esavanzado se explica, al menos en parte, por la escasasensibilidad <strong>de</strong> la creatinina sérica o la proteinuria para<strong>de</strong>tectar la progresión <strong>de</strong>l daño renal crónico. Porejemplo, en un estudio realizado en nuestro centro enel que se realizó una biopsia <strong>de</strong> protocolo a los 4 mesesy a los 14 meses <strong>de</strong>l trasplante a 155 pacientes, seobservó que la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> NCT aumentó <strong>de</strong>l 40 al53% (p = 0,01) y la fibrosis intersticial aumentó <strong>de</strong>0,46 (0,61 a 0,73 (0,77 (p = 0,0003), mientras que lacreatinina sérica se mantuvo estable (146 ± 44 µmol/l)118


Clínica y Diagnóstico - Ponenciasen la primera biopsia y (147 ± 48 µmol/l en la segunda(datos no publicados).DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LANCT: BIOPSIAS DEPROTOCOLOVarios centros han realizado biopsias <strong>de</strong> protocoloen distintos momentos <strong>de</strong>l seguimiento con el fin <strong>de</strong>caracterizar las lesiones <strong>de</strong>l injerto con función renalestable. Uno <strong>de</strong> los hallazgos más consistentes <strong>de</strong> estosestudios es que la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> NCT es elevada enlos pacientes con función estable, incluso si las biopsiasse realizan <strong>de</strong> forma muy precoz. Se estima que lainci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> NCT en el tercer mes <strong>de</strong>l trasplante esaproximadamente <strong>de</strong>l 40%, al año <strong>de</strong>l 50% y a los 2años <strong>de</strong>l 66% (9-14). A pesar <strong>de</strong> la elevada inci<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> NCT, diagnosticada mediante biopsias <strong>de</strong> protocolo,la severidad <strong>de</strong> la misma es leve en la mayoría <strong>de</strong>los casos. Por ejemplo, en una serie <strong>de</strong> 282 biopsias <strong>de</strong>protocolo, realizadas a los 3 meses <strong>de</strong>l trasplante (15),la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> NCT fue <strong>de</strong> 108/282 (38,3%) y en lamayoría <strong>de</strong> los casos se trataba <strong>de</strong> una NCT grado I91/108 (84,2%).Asimismo se ha <strong>de</strong>mostrado que la presencia <strong>de</strong>NCT en las biopsias <strong>de</strong> protocolo constituye un predictor<strong>de</strong> la supervivencia <strong>de</strong>l aloinjerto (9,10) que esin<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la función renal (11) en el momento<strong>de</strong> realizar la biopsia. Estos datos <strong>de</strong>muestran que labiopsia <strong>de</strong> protocolo permite la <strong>de</strong>tección precoz <strong>de</strong> laNCT.Se ha discutido acerca <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong> las lesionesvasculares en las biopsias diagnóstico y en las biopsias<strong>de</strong> protocolo con NCT. La presencia <strong>de</strong> engrosamientointimal se consi<strong>de</strong>ra la lesión característica <strong>de</strong>lrechazo crónico. Sin embargo, se ha asumido que <strong>de</strong>bidoa la distribución irregular <strong>de</strong> esta lesión en los vasos,la presencia <strong>de</strong> vasos normales en una biopsia nopue<strong>de</strong> excluir la presencia <strong>de</strong> daño vascular. De ahí quela presencia <strong>de</strong> daño túbulo-intersticial crónico asociadoo no a vasculopatía <strong>de</strong>l trasplante se consi<strong>de</strong>resuficiente para diagnosticar la NCT.Recientemente se ha <strong>de</strong>scrito en un estudio <strong>de</strong> biopsias<strong>de</strong> protocolo realizadas a los 3 meses que los pacientesdiagnosticados <strong>de</strong> NCT con vasculopatía tienenuna supervivencia muy inferior que los pacientesdiagnosticados <strong>de</strong> NCT sin vasculopatía (15). Este hallazgoconstituye un fuerte argumento en contra <strong>de</strong> ladistribución irregular <strong>de</strong> la vasculapatía y sugiere queel daño intimal pue<strong>de</strong> ser muestreado con una precisiónrazonable mediante una biopsia. A<strong>de</strong>más, estosdatos sugieren que la presencia o ausencia <strong>de</strong> lesionesvasculares en pacientes diagnosticados <strong>de</strong> NCT tieneunas consecuencias clínicas muy distintas y, por lo tanto,parece razonable distinguir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vistasemiológico dos entida<strong>de</strong>s distintas: la NCT con vasculopatíay la NCT sin vasculopatía.A pesar <strong>de</strong> que el engrosamiento <strong>de</strong> la íntima enbiopsias realizadas en paciente trasplantados se ha consi<strong>de</strong>radocomo el reflejo estructural <strong>de</strong>l daño mediadopor la respuesta aloinmune, recientemente se ha <strong>de</strong>mostradoque la hipercolesterolemia es un factor predictivo<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> engrosamiento miointimalen las biopsias <strong>de</strong> protocolo (9,15). De esta forma lavasculopatía <strong>de</strong>l trasplante es una lesión mediada enel aloinjerto por factores inmunes y factores no inmunes,en este caso metabólicos, tal como se ha <strong>de</strong>scritoen el caso <strong>de</strong>l trasplante cardíaco (16,17).Finalmente, se ha <strong>de</strong>mostrado que la presencia <strong>de</strong>un engrosamiento intimal en las biopsias realizadas enel riñón <strong>de</strong>l donante, también se relaciona con unapeor evolución <strong>de</strong>l injerto (18,19).REPRODUCIBILIDAD EN ELDIAGNÓSTICO DE LA NCTMEDIANTE LOS CRITERIOS DEBANFFLa utilidad <strong>de</strong> los criterios <strong>de</strong> Banff <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> sureproducibilidad. Sin embargo la variabilidad inter eintra-observador no se ha evaluado hasta el momento<strong>de</strong> forma sistemática, especialmente la variabilidad enla gradación <strong>de</strong> las lesiones crónicas <strong>de</strong>l aloinjerto renaly la variabilidad al diagnosticar la NCT.En 1995, cinco patólogos directamente implicadosen la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los criterios <strong>de</strong> Banff realizaron unestudio con el fin <strong>de</strong> cuantificar la variabilidad en laevaluación <strong>de</strong> las lesiones agudas y en el diagnóstico<strong>de</strong>l rechazo agudo. Estudiaron <strong>de</strong> forma ciega el grado<strong>de</strong> glomerulitis, infiltrado intersticial, tubulitis, vasculitise hialinosis arteriolar en 77 biopsias obtenidasdurante los 3 primeros meses <strong>de</strong> seguimiento realizadasen pacientes con <strong>de</strong>terioro brusco <strong>de</strong> la función renal.Se estudió el grado <strong>de</strong> concordancia intra e inter-119


observador mediante el estadístico kappa (20). El valor<strong>de</strong> este estadístico oscila entre 1 y –1. El valor 1 indicaconcordancia absoluta entre observadores, el valor–1 discrepancia absoluta y los valores alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>0 indican que el grado <strong>de</strong> coinci<strong>de</strong>ncia entre observadoses explicado por el azar. Aunque no existe un acuerdoabsoluto acerca <strong>de</strong> cuál es el valor <strong>de</strong>l estadísticoque indicaría un grado <strong>de</strong> concordancia razonable, seacepta que un valor <strong>de</strong> 0,4 o superior indica una coinci<strong>de</strong>nciaaceptable. En este estudio, el grado <strong>de</strong> coinci<strong>de</strong>nciaen el diagnóstico <strong>de</strong> rechazo fue 0,4. Con esteresultado y, a pesar <strong>de</strong> que en este trabajo no se evaluóla reproducibilidad en la evaluación <strong>de</strong> los cambioscrónicos, se ha asumido por parte <strong>de</strong> la comunidadinternacional que la reproducibilidad en la evaluación<strong>de</strong> las biopsias mediante los criterios <strong>de</strong> Banffes suficientemente buena. A pesar <strong>de</strong> que la validación<strong>de</strong> la reproducibilidad <strong>de</strong> cualquier medida es una cuestiónfundamental para su utilización, aparte <strong>de</strong>l estudiomencionado, no se han realizado otros estudiospara evaluar la bondad <strong>de</strong> este sistema <strong>de</strong> medida ordinal.Tras el estudio <strong>de</strong> la reproducibilidad <strong>de</strong> los criterios<strong>de</strong> Banff en Inglaterra (21), Furness P organizó en1999 un proyecto europeo con el fin <strong>de</strong> evaluar la reproducibilidad<strong>de</strong> los criterios <strong>de</strong> Banff . El proyectose titula CERTPAP (Convergence of European RenalTransplant Pathology Assessment Procedures) y aglutinaa 23 centros. En este proyecto participaron no sólolos patólogos implicados en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los criterios<strong>de</strong> Banff, sino una muestra representativa <strong>de</strong> lospatólogos <strong>de</strong>dicados a la patología <strong>de</strong>l trasplante renalen Europa. La finalidad <strong>de</strong>l proyecto era doble: estudiarla reproducibilidad <strong>de</strong> las lesiones patológicas básicas<strong>de</strong>l aloinjerto renal en ausencia <strong>de</strong> informaciónclínica y testar distintos sistemas <strong>de</strong> aprendizaje conel fin <strong>de</strong> disminuir la dispersión en la evaluación <strong>de</strong>cada una <strong>de</strong> las lesiones entre los patólogos participantes.En una primera fase <strong>de</strong>l proyecto se evaluaron32 lesiones <strong>de</strong> 55 biopsias en los 23 centros participantes.La reproducibilidad <strong>de</strong> la medida se estudiótambién mediante el estadístico kappa. La conclusiónprincipal <strong>de</strong> este estudio es que la variabilidad interobservadoren la evaluación <strong>de</strong> las biopsias renales esmuy superior a la que se había <strong>de</strong>scrito hasta el momento(22). A juzgar por los valores obtenidos medianteel estadístico kappa, una conclusión principal<strong>de</strong>l estudio es que los datos obtenidos en distintos centrosno son comparables y, por lo tanto, en el caso <strong>de</strong>ensayos clínicos multicéntricos es <strong>de</strong>l todo necesariala centralización <strong>de</strong> la evaluación <strong>de</strong> las biopsias.Prácticamente no existen datos acerca <strong>de</strong> la reproducibilida<strong>de</strong>n la evaluación <strong>de</strong> las lesiones agudas ycrónicas en las biopsias <strong>de</strong> protocolo. Los criterios <strong>de</strong>Banff han sido diseñados para evaluar las lesiones renalesen biopsias realizadas por motivos diagnósticosen las que habitualmente la severidad <strong>de</strong> las lesioneshistológicas es mucho más evi<strong>de</strong>nte que en las biopsiaspracticadas en pacientes con función renal estable. Apesar <strong>de</strong> esta limitación, se han utilizado los criterios<strong>de</strong> Banff para evaluar las biopsias <strong>de</strong> protocolo, inclusose han utilizado para evaluar la severidad <strong>de</strong> las lesionescrónicas en las biopsias <strong>de</strong>l donante. En un estudiorealizado en nuestro medio a través <strong>de</strong> biopsias<strong>de</strong> protocolo secuenciales, realizadas a los 4 y 14 meses,hemos podido estimar que, <strong>de</strong>bido al error <strong>de</strong> muestreoy a la variabilidad intraobservador, el diagnóstico<strong>de</strong> NCT conlleva la clasificación errónea en aproximadamenteel 25 % <strong>de</strong> los casos (datos no publicados).De acuerdo con los datos disponibles acerca <strong>de</strong> lareproducibilidad en la evaluación <strong>de</strong> las biopsias diagnósticasy <strong>de</strong> protocolo, mediante los criterios <strong>de</strong> Banff,se ha sugerido la conveniencia <strong>de</strong> utilizar parámetroscuantitativos para estimar <strong>de</strong> forma más precisa las lesiones<strong>de</strong>l aloinjerto renal.CUANTIFICACIÓN DE LASLESIONES CRÓNICAS DELALOINJERTO RENALHoy en día existe un acuerdo acerca <strong>de</strong> la conveniencia<strong>de</strong> obtener <strong>de</strong> forma sistemática medidas cuantitativas<strong>de</strong> las biopsias <strong>de</strong>l aloinjerto renal con el fin<strong>de</strong> medir las lesiones crónicas en los distintos compartimentosrenales. Sin embargo, no existe acuerdoacerca <strong>de</strong> cuál <strong>de</strong>biera ser la medida estandarizada parala cuantificación <strong>de</strong> la NCT.Se han utilizado medidas morfométricas para cuantificarel daño intersticial crónico. La medida que se haempleado <strong>de</strong> forma más frecuente es la fracción <strong>de</strong> volumenintersticial, que consiste en <strong>de</strong>terminar el porcentaje<strong>de</strong> volumen que ocupa el intersticio en el cortex.Este tipo <strong>de</strong> medidas morfométricas se basan en latécnica <strong>de</strong> contaje <strong>de</strong> puntos. La ventaja <strong>de</strong> este abor-120


Clínica y Diagnóstico - Ponenciasdaje cuantitativo es que la medición <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> losdistintos compartimentos renales se realiza en biopsiasteñidas mediante las técnicas habituales. La <strong>de</strong>sventajaprincipal es que este tipo <strong>de</strong> medidas son laboriosasy no siempre permiten medir, <strong>de</strong> una forma precisa, unalesión <strong>de</strong>terminada. Por ejemplo, en el caso <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>srenales crónicas, el tamaño intersticial crece<strong>de</strong>bido, fundamentalmente, a la presencia <strong>de</strong> fibrosisintersticial. Pero en las nefropatías tubulo-intersticialesagudas el crecimiento <strong>de</strong>l intersticio es <strong>de</strong>bido,fundamentalmente, a la presencia <strong>de</strong> infiltrado intersticialy a e<strong>de</strong>ma. En el caso <strong>de</strong>l riñón transplantado coexistenmuchas veces las lesiones agudas y crónicas.Se ha <strong>de</strong>mostrado que en biopsias <strong>de</strong> protocolo, realizadasa los 4 meses, la fracción <strong>de</strong> volumen intersticialconstituye una medida subordinada <strong>de</strong>l infiltrado intersticial,ya que en las biopsias precoces existe una mayorpredominancia <strong>de</strong> las lesiones agudas. En cambio,en las biopsias <strong>de</strong>l donante o en las biopsias <strong>de</strong> protocolo,realizadas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer año, la fracción <strong>de</strong>volumen intersticial constituye una medida subordinada<strong>de</strong> la severidad <strong>de</strong> la fibrosis intersticial (23). Evi<strong>de</strong>ntementela coexistencia <strong>de</strong> lesiones agudas y crónicas,en los pacientes trasplantados, resta precisión a lafracción <strong>de</strong> volumen intersticial como medida cuantitativa.A pesar <strong>de</strong> estas limitaciones se ha <strong>de</strong>mostradoque la fracción <strong>de</strong> volumen intersticial en biopsias realizadasa los 6 meses se asocia, aunque débilmente, ala supervivencia a largo plazo <strong>de</strong>l injerto (24).Se ha estudiado si la utilización <strong>de</strong> tinciones específicaspara la fibrosis renal pudieran permitir la medición<strong>de</strong> la severidad <strong>de</strong>l daño intersticial crónico conmayor precisión. Se han teñido biopsias <strong>de</strong> protocolo,realizadas <strong>de</strong> forma secuencial, mediante anticuerposdirigidos contra el colágeno tipo III, revelados medianteuna técnica <strong>de</strong> inmunoperoxidasa. Mediante unatécnica <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> imagen se ha calculado el porcentaje<strong>de</strong> intersticio teñido positivamente. Se observóque en las biopsias con más <strong>de</strong>l 40 % <strong>de</strong> superficiepositiva para el colágeno tipo III, la probabilidad <strong>de</strong>un <strong>de</strong>terioro progresivo <strong>de</strong> la función renal era significativamentemás elevado que en los pacientes conuna superficie positiva menor al 40 % (25).En los últimos años existe un interés creciente paraexplorar la utilidad <strong>de</strong> la tinción <strong>de</strong> rojo sirio quepermite, <strong>de</strong> una forma simple, teñir las fibras colágenasen biopsias embebidas en parafina (26). Esta tinciónes especialmente útil cuando se estudia la biopsiamediante luz polarizada. En este caso se obtieneuna imagen prácticamente binaria en la que las zonasfibróticas se ven como una superficie refringente <strong>sobre</strong>un fondo negro. En la reunión <strong>de</strong> Banff 2001 seaconsejó explorar <strong>de</strong> forma sistemática la posible utilidad<strong>de</strong> esta tinción para evaluar la NCT. En el caso<strong>de</strong>l riñón nativo se han <strong>de</strong>scrito diferentes algoritmosbasados en técnicas <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> imagen para estimarel daño tubulointersticial crónico (27,28) y en el caso<strong>de</strong>l riñón trasplantado se ha visto que el incremento<strong>de</strong>l área, teñida mediante el rojo sirio en biopsias <strong>de</strong>protocolo, se asocia a una peor evolución <strong>de</strong>l injerto(29). Sin embargo, la posible utilidad clínica <strong>de</strong> la tinción<strong>de</strong> las biopsias renales mediante la tinción <strong>de</strong> rojosirio está todavía por <strong>de</strong>finir.En el trasplante cardíaco la monitorización <strong>de</strong> laprogresión <strong>de</strong>l rechazo crónico se realiza mediante lapráctica <strong>de</strong> coronariografías seriadas o ecografías intracoronarias.La primera técnica permite medir la luzcoronaria y la segunda permite medir directamente elengrosamiento intimal. La observación <strong>de</strong> la existencia<strong>de</strong> una fuerte asociación entre la presencia <strong>de</strong> vasculapatía<strong>de</strong>l trasplante en biopsias <strong>de</strong>l donante o biopsias<strong>de</strong> protocolo, realizadas precozmente, ha estimuladola utilización <strong>de</strong> técnicas morfométricas que permitenmedir la fracción <strong>de</strong>l volumen intimal arterialen las biopsias renales (23).DIAGNÓSTICO PRECOZ DE LANCT Y DISEÑO DE ENSAYOSCLÍNICOSEn la última década se han realizado <strong>de</strong> forma sistemáticainnumerables ensayos para disminuir la inci<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> rechazo agudo, y no se han realizado ensayosclínicos con la finalidad <strong>de</strong> modificar la progresión<strong>de</strong> la NCT. Esta discrepancia es <strong>de</strong>bida a la falta<strong>de</strong> variables <strong>de</strong> eficacia primaria que permitan el diagnósticoprecoz <strong>de</strong> la NCT. Se ha estimado que el tamañomuestral mínimo, en un ensayo clínico diseñadopara modificar la historia natural <strong>de</strong> la NCT, monitorizadomediante la supervivencia <strong>de</strong>l injerto, es muyelevado. Por ejemplo, la <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> la eficacia<strong>de</strong> un tratamiento hipotético, que permitiese la reducción<strong>de</strong> la tasa <strong>de</strong> pérdida anual <strong>de</strong>l aloinjerto renal enun 30%, precisaría la inclusión como mínimo <strong>de</strong> 1500121


pacientes para un error α = 0,05 y un error ß = 0,80)seguidos durante al menos 3 años. Este tamaño muestraltan gran<strong>de</strong> ha impedido hasta la fecha realizar ensayosclínicos para prevenir la NCT (30).La observación coinci<strong>de</strong>nte en distintos centros <strong>de</strong>que la presencia <strong>de</strong> NCT en biopsias <strong>de</strong> protocolo, realizadasprecozmente, se asocia a la supervivencia a largoplazo <strong>de</strong>l injerto, ha sugerido que las biopsias <strong>de</strong> protocolopodrían utilizarse como variable <strong>de</strong> eficacia primariaen un ensayo clínico para prevenir la NCT. Ennuestro centro, hemos estimado que el tamaño muestralmínimo, si se utiliza la presencia o ausencia <strong>de</strong> NCT enbiopsias <strong>de</strong> protocolo realizadas a los 3 meses en un hipotéticoensayo clínico en el que los pacientes se randomizaríanjusto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante para recibir tratamientoo placebo, sería <strong>de</strong> aproximadamente 600 pacientespara <strong>de</strong>mostrar que un tratamiento administrado<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante disminuye la inci<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> nefropatía en un 50% (15). En un estudioposterior hemos <strong>de</strong>mostrado que si, en el mismo ensayo,se evalúa la severidad <strong>de</strong> la lesión crónica medianteun parámetro cuantitativo como la fracción <strong>de</strong> volumenintersticial o la fracción <strong>de</strong> volumen intimal <strong>de</strong> laarteria, entonces el tamaño muestral mínimo se reduciríaa 100 pacientes si se <strong>de</strong>sea <strong>de</strong>tectar una disminución<strong>de</strong>l 50 % en la progresión <strong>de</strong> la fracción <strong>de</strong> volumen intersticialo en la fracción <strong>de</strong> volumen intimal (23).Estos datos sugieren que las biopsias <strong>de</strong> protocolopodrían utilizarse como variable <strong>de</strong> eficacia primariaen ensayos clínicos <strong>de</strong>stinados a disminuir el tamañomuestral en ensayos <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong> la NCT.CONCLUSIÓNLos criterios <strong>de</strong> Banff constituyen un sistema <strong>de</strong>evaluación semicuantitativa y <strong>de</strong> diagnóstico <strong>de</strong> lasbiopsias <strong>de</strong>l aloinjerto renal cuya finalidad es estandarizarla evaluación <strong>de</strong> las biopsias en distintos centrosmediante un sistema reproducible. Este es un sistemaabierto y, por lo tanto, susceptible <strong>de</strong> modificación.Estudios recientes <strong>de</strong>muestran que la reproducibilida<strong>de</strong>ntre observadores, al aplicar los criterios <strong>de</strong>Banff, es mucho menor <strong>de</strong> la que se ha asumido. Estaobservación justifica el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> parámetros cuantitativospara evaluar la NCT. De hecho, se han aplicadotécnicas morfométricas para medir la fracción <strong>de</strong>volumen intersticial <strong>de</strong>l cortex renal o la fracción <strong>de</strong>volumen intimal <strong>de</strong> las secciones arteriales <strong>de</strong> la biopsia.En la actualidad existe un interés creciente para el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> técnicas, basadas en el análisis <strong>de</strong> imagen,que permitan la obtención automática <strong>de</strong> medidascuantitativas. La tinción i<strong>de</strong>al para este propósito es elrojo sirio.Finalmente, la utilización <strong>de</strong> biopsias <strong>de</strong> protocolopermite el diagnóstico precoz <strong>de</strong> la NCT y se ha sugeridoque la presencia <strong>de</strong> lesiones crónicas en biopsias<strong>de</strong> protocolo, realizadas precozmente, podría utilizarsecomo una variable <strong>de</strong> eficacia primaria en ensayosclínicos cuya finalidad sea la prevención <strong>de</strong> laprogresión <strong>de</strong> la fibrosis renal. Esta estrategia permitedisminuir el tamaño muestral mínimo, especialmentesi las biopsias <strong>de</strong> protocolo se evalúan mediante parámetroscuantitativos.BIBLIOGRAFÍA1. Ojo AO, Hanson JA, Wolfe RA et al. Long term survival in renaltransplant recipients with graft function. Kidney Int 2000;57: 307-311.2. Paul LC. Chronic renal transplant loss. Kidney Int 1995; 47:1491-1499.3. Paul LC, Häyry P, Foegh M, et al. 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Clínica y Diagnóstico - PresentaciónPresentaciónDaniel SerónDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 4125


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 10126


Clínica y Diagnóstico - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 16127


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Clínica y Diagnóstico - PresentaciónDiapositiva 23 Diapositiva 24129


TRATAMIENTOy PREVENCIÓN


Tratamiento y Prevención - IntroducciónPREVENCIÓN Y TRATAMIENTOIntroducciónEl tratamiento y la prevención <strong>de</strong>l rechazo crónicosiguen siendo asignaturas pendientes en el trasplante<strong>de</strong> órganos sólidos, especialmente en trasplante renaly cardíaco don<strong>de</strong> tiene un impacto muy negativo <strong>sobre</strong>la supervivencia <strong>de</strong>l injerto y <strong>de</strong>l paciente. No existeconsenso <strong>sobre</strong> las medidas más eficaces en la prevencióny tratamiento <strong>de</strong>l rechazo crónico, y en generallos datos <strong>de</strong> que disponemos proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> estudioslimitados y/o retrospectivos. El enfoque terapéuticoactual en el rechazo crónico se orienta <strong>sobre</strong> la prevención<strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> riesgo conocidos, aunqueen muchos casos esto resulta insuficiente para prevenirel <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l mismo y la perdida <strong>de</strong>l injerto. Entrasplante hepático don<strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia y el impacto<strong>de</strong>l rechazo crónico es menor, todos los esfuerzos vanencaminados a ofrecer la mejor inmunosupresión posiblepara evitar los episodios <strong>de</strong> rechazo agudo, especialmentela recurrencia y/o resistencia <strong>de</strong> los mismos.En trasplante renal y cardiaco el enfoque terapéuticoes más amplio, ya que se implican en su <strong>de</strong>sarrollofactores inmunológicos y no-inmunológicos.El tratamiento <strong>de</strong> la hipertensión arterial con el bloqueo<strong>de</strong>l sistema renina-angiotensina y el control <strong>de</strong> ladislipemia con la utilización <strong>de</strong> inhibidores <strong>de</strong>l HMG-CoA reductasa, parecen imprescindibles en la prevención<strong>de</strong>l rechazo crónico tanto en trasplante cardíacocomo renal. Existen datos esperanzadores en este sentido,aunque se precisan estudios prospectivos más ampliospara su confirmación. La utilización <strong>de</strong> Mofetil-Micofenolato esta resultando también esperanzadoraen la prevención <strong>de</strong>l rechazo crónico. Estudios retrospectivostanto en trasplante cardíaco como renal <strong>de</strong>muestranla disminución <strong>de</strong>l rechazo crónico en los pacientestratados con MMF. El efecto antiproliferativo<strong>de</strong> MMF junto con su efecto <strong>sobre</strong> la respuesta humoraly la ausencia <strong>de</strong> nefrotoxicidad podrían explicar estosresultados positivos. En trasplante renal, estudiosrecientes <strong>de</strong>muestran que la utilización <strong>de</strong> Sirolimuspermite una supresión precoz <strong>de</strong> la ciclosporina conuna mejoría significativa <strong>de</strong> la función renal y una menorinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto. El efectonefrotóxico <strong>de</strong> los inhibidores <strong>de</strong> la calcineurina tieneun papel patogenético importante en el trasplanterenal, por lo cual su minimización y/o supresión resultaimprescindible en la prevención <strong>de</strong> la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto. En este sentido MMF y SRL pue<strong>de</strong>nresultar fármacos útiles por su eficacia inmunosupresora,su capacidad antiproliferativa y la ausencia <strong>de</strong>efectos nefrotóxicos, en el tratamiento y prevención<strong>de</strong>l rechazo crónico.133


Tratamiento y Prevención - PonenciasRechazo crónico.Tratamiento y prevenciónDomingo <strong>de</strong>l CastilloServicio <strong>de</strong> Nefrología. Hospital Universitario Reina Sofía. CórdobaINTRODUCCIÓNLa nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto también conocidacomo rechazo crónico es la causa más frecuente <strong>de</strong> pérdida<strong>de</strong>l injerto renal <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer año. Este diagnóstico<strong>de</strong>termina una entidad clínico patológica mal<strong>de</strong>finida <strong>de</strong> etiología multifactorial cuya exacta inci<strong>de</strong>nciase <strong>de</strong>sconoce, puesto que actualmente no hayun criterio diagnóstico universal (1). Clínicamente sesospecha el diagnóstico ante un <strong>de</strong>terioro gradual <strong>de</strong>la función <strong>de</strong>l injerto renal, manifestado como un aumentoprogresivo <strong>de</strong> la creatinina plasmática, la proteinuriay la hipertensión.La supervivencia <strong>de</strong>l injerto renal a corto plazo hamejorado en las dos últimas décadas <strong>de</strong>bido a la incorporación<strong>de</strong> nuevas y más potentes drogas inmunosupresoras(ciclosporina, tacrolimus, micofenolatomofetil y rapamicina), mejoría <strong>de</strong> las técnicas quirúrgicasy cuidados postoperatorios, y disponibilidad <strong>de</strong>fármacos antivirales más efectivos. Sin embargo, latasa <strong>de</strong> injertos perdidos a largo plazo apenas se hamodificado. La supervivencia <strong>de</strong>l primer injerto renala los diez años todavía sigue oscilando, según las series,entre el 24 y el 50%. De forma reiterada los datos<strong>de</strong>l reporte <strong>de</strong> la UNOS refieren que la supervivencia<strong>de</strong>l injerto en los pacientes tratados con ciclosporinaes alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 65% a los cinco años y <strong>de</strong>l40% a los diez años, <strong>de</strong> forma global (diapositiva 3).Estos datos estadísticos son similares a los resultadoseuropeos publicados por el registro <strong>de</strong> la EDTA, quesitúan la supervivencia <strong>de</strong>l injerto renal a los siete añosen cifras cercanas al 60%.Bases anatomopatológicas para laprevención y el tratamientoLa nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto/rechazo crónico,clínicamente se manifiesta como un <strong>de</strong>terioro lento yprogresivo <strong>de</strong> la función renal en ausencia <strong>de</strong> otras causasespecíficas; este <strong>de</strong>terioro progresivo <strong>de</strong> la funciónrenal se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar observando la pendiente inversa<strong>de</strong> la creatinina sérica frente al tiempo. El empeoramientolento y progresivo <strong>de</strong> la función renal asociadoa veces a hipertensión arterial y/o proteinuria nossugiere <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista clínico el diagnóstico<strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto renal / rechazo crónico(1,2). La proteinuria es generalmente mo<strong>de</strong>rada (1-3 g/24h), aunque pue<strong>de</strong> llegar a tener rango nefrótico;<strong>de</strong> hecho la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto es la causamás frecuente <strong>de</strong> síndrome nefrótico en el trasplanterenal (3).Los cambios anatomopatológicos <strong>de</strong> la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto son principalmente corticales y afectana todas las estructuras <strong>de</strong>l parénquima renal, observándoselesiones en arterias, glomérulos intersticio y túbulos.Las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las arterias aparecen engrosadaspor fibrosis <strong>de</strong> la íntima y, a veces, <strong>de</strong> la media, infiltracióncelular <strong>de</strong> leucocitos mononucleares y disrupcióncon duplicación <strong>de</strong> la lámina elástica interna, provocandotodo ello una estrechez <strong>de</strong> la luz vascular. Seha propuesto que la lesión, mediada por inflamación,ocurre a nivel endotelial, originando posteriormente engrosamiento<strong>de</strong> la íntima y estrechez <strong>de</strong> la luz vascular.A nivel glomerular, las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los capilares seencuentran engrosadas, mostrando ocasionalmente apa-135


iencia <strong>de</strong> doble contorno, hallazgo consi<strong>de</strong>rado comomás específico <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto en laclasificación <strong>de</strong> Banff (4,5). Los glomérulos pue<strong>de</strong>naparecer aumentados <strong>de</strong> tamaño, con apariencia <strong>de</strong> patrónlobular, así como con esclerosis segmentaria y/oglobal. Con menos frecuencia pue<strong>de</strong> observarse mesangiólisiso disolución <strong>de</strong> la matriz mesangial, queorigina microaneurismas en los capilares. El intersticiopresenta alteraciones inespecíficas consistentes enfibrosis parcheada e infiltrado focal <strong>de</strong> linfocitos, célulasplasmáticas y cebadas, asociado a atrofia tubular.La membrana basal <strong>de</strong> los capilares peritubularespue<strong>de</strong> presentar cambios relativamente específicos <strong>de</strong><strong>de</strong>sdoblamiento y laminación; estas alteraciones aparecenen el 60% <strong>de</strong> los pacientes (6).La presencia <strong>de</strong> una marcada fibrosis intersticial<strong>de</strong>bida a nefropatía crónica <strong>de</strong>l trasplante se <strong>de</strong>be diferenciar<strong>de</strong> la fibrosis inducida por toxicidad por inhibidores<strong>de</strong> la calcineurina (ciclosporina o tacrolimus).La aparición <strong>de</strong> glomerulopatía <strong>de</strong>l trasplante yfibrosis arterial (interlobular, arcuata) con o sin inflamaciónes sugestiva <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.La <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> cambios hialinos arteriolares, recientementeformados, es específico <strong>de</strong> nefrotoxicidad porciclosporina (4). Sin embargo, la nefropatía <strong>de</strong>l trasplantepue<strong>de</strong> presentarse sin estas alteraciones características,y los cambios arteriolares sugestivos <strong>de</strong> toxicidadpor ciclosporina pue<strong>de</strong>n no ser <strong>de</strong> reciente aparición.Por tanto, a veces es difícil distinguir mediantemicroscopía óptica, entre ambas posibilida<strong>de</strong>s diagnósticas.A<strong>de</strong>más, en ocasiones coexisten en un mismopaciente cambios patológicos <strong>de</strong> ambas entida<strong>de</strong>s.Recientemente se ha establecido la composición <strong>de</strong> lasproteínas extracelulares intersticiales, que pue<strong>de</strong>n ayudaral diagnóstico diferencial entre estas patologías; lanefrotoxicidad por ciclosporina se asocia con acumulos<strong>de</strong> colágeno I y la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto concolágeno IV A3 y laminina-ß2 (3-6).Bases etiopatógenicas para laprevención y el tratamientoExiste una gran controversia en cuanto a la etiopatogenia<strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto. Por unaparte, se piensa que un daño inmunológico continuo orepetido, mediado por vía celular o humoral <strong>de</strong> formain<strong>de</strong>pendiente o conjunta, podría ser responsable <strong>de</strong>lproceso, mientras que, por otra parte, se plantean fenómenos<strong>de</strong>generativos que actúan <strong>de</strong> forma posterioren respuesta a agresiones previas. Se ha sugerido eneste sentido que la reducción <strong>de</strong> la masa renal <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> un episodio <strong>de</strong> rechazo, nefrotoxicidad, infección onecrosis tubular pue<strong>de</strong>n producir hiperfiltración activandodiversas citocinas/factores <strong>de</strong> crecimiento implicadosen el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esclerosis glomerular. Porotra parte, algunos autores sugieren que estos factoresinmunológicos y no inmunológicos lesionan el injertorenal, acelerando el normal proceso endógeno <strong>de</strong>envejecimiento y originando la disfunción crónica <strong>de</strong>linjerto renal.El mecanismo responsable <strong>de</strong> la disfunción crónica<strong>de</strong>l injerto parece ser multifactorial. La respuestainmune, caracterizada por una inflamación perivascular,induce un cierto grado <strong>de</strong> daño vascular y generafactores <strong>de</strong> crecimiento, fundamentalmente TGF-ß, quevan a originar una replicación a diferentes niveles <strong>de</strong>fibroblastos y miocitos, que contribuyen a la generación<strong>de</strong> la lesión típica <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.Diferentes estímulos inmunológicos y no inmunológicospue<strong>de</strong>n incidir <strong>sobre</strong> la célula endotelial, amplificandoy cronificando la respuesta frente a estímulos.El incremento <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong> moléculas <strong>de</strong> adhesión,la producción <strong>de</strong> citocinas y <strong>de</strong> factores <strong>de</strong> crecimientopue<strong>de</strong>n amplificar el daño endotelial. Conjuntamentela expresión <strong>de</strong> selectinas e integrinas vana contribuir a la aparición <strong>de</strong> infiltrado inflamatorio yla perpetuación <strong>de</strong> la lesión (7).PREVENCIÓN Y TRATAMIENTOEl tratamiento <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injertoes uno <strong>de</strong> los mayores <strong>de</strong>safíos a los que se enfrentaactualmente el nefrólogo <strong>de</strong>dicado al trasplante renal.En la actualidad no existe un tratamiento universalmenteeficaz que sea capaz <strong>de</strong> prevenir la aparición ocurar la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto establecida.La etiología <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto esmultifactorial, pudiendo dividirse básicamente las causasen inmunológicas y en no inmunológicas (1-5). Portanto, el abordaje <strong>de</strong> su prevención y posible tratamiento<strong>de</strong>be hacerse <strong>de</strong> forma general. Intentando minimizarlos efectos potencialmente negativos que acontecenantes, durante y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplante, y en estesentido abordaremos su prevención y tratamiento.136


Tratamiento y Prevención - PonenciasCausas inmunológicasHistocompatibilidadLa participación <strong>de</strong> factores inmunológicos en laetiopatogenia <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto, sehace evi<strong>de</strong>nte, a partir <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong> que los injertosrenales con mejor compatibilidad y proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> vivos tienen mayor supervivencia que los injertosrenales proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> cadáver (1,8), por tanto se <strong>de</strong>behacer, cuando sea posible, una buena selección <strong>de</strong>lreceptor en función <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> histocompatibilidadcon el donante.Es posible que en un futuro y gracias a la aparicióny combinación <strong>de</strong> nuevos inmunosupresores la histocompatibilidadtenga cada vez menos importancia enel conjunto <strong>de</strong> factores que influyen <strong>sobre</strong> la supervivencia<strong>de</strong>l injerto a largo plazo.Rechazo agudoParece claro que en la aparición <strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> rechazoagudo se correlaciona con una supervivenciamenor <strong>de</strong>l injerto renal. En la literatura existen múltiplespublicaciones basadas en análisis univariantesacerca <strong>de</strong>l efecto negativo que ejercen los episodios <strong>de</strong>rechazo agudo <strong>sobre</strong> la evolución <strong>de</strong>l injerto. Sin embargo,mientras la mayoría <strong>de</strong> los autores <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>nque la aparición <strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> rechazo agudo condicionael <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto,algunos apoyan lo contrario. No obstante, en la mayoría<strong>de</strong> los trabajos se <strong>de</strong>muestra que, tanto el número<strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> rechazo agudo como su intensidad,son factores pronósticos <strong>de</strong>finitivos en la supervivencia<strong>de</strong>l injerto renal (1,8-10). En efecto, la mayoría <strong>de</strong>los autores, bien <strong>de</strong> forma uni o multivariada, comolos trabajos <strong>de</strong> Matas y col. (9), con una casuística <strong>de</strong>más <strong>de</strong> 2000 pacientes analizados, o Kasiske y col.(10), relacionan <strong>de</strong> forma muy directa la aparición <strong>de</strong>lrechazo agudo con la generación <strong>de</strong> rechazo crónico amás largo plazo.Fundamentalmente la compatibilidad HLA, el grado<strong>de</strong> sensibilización previa <strong>de</strong>l receptor valorado comoanticuerpos citotóxicos preformados, la infecciónpor CMV y el tipo <strong>de</strong> Inmunosupresión empleada pue<strong>de</strong>nfavorecer la posibilidad <strong>de</strong> aparición <strong>de</strong> rechazoagudo. De forma paralela, también se ha documentadola importancia pronóstica <strong>de</strong>l número y tiempo <strong>de</strong>aparición <strong>de</strong> los episodios <strong>de</strong> rechazo agudo. Cuantomas episodios <strong>de</strong> rechazo agudo precoz (<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l primeraño post-trasplante) peor supervivencia, siendotodavía peor el pronóstico cuando aparecen episodios<strong>de</strong> rechazo <strong>de</strong> forma tardía; es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primeraño <strong>de</strong> evolución (11).Recientemente Hariharan y col han publicado unincremento <strong>de</strong> la supervivencia <strong>de</strong>l injerto renal y unaumento <strong>de</strong> la vida media <strong>de</strong> los injertos renales, entrelos años 1988 y 1995 (hasta un 36%, incluso en donantesmayores <strong>de</strong> 50 años), fundamentalmente enaquellos pacientes que no tuvieron episodios <strong>de</strong> rechazodurante su evolución. Sin embargo, no existencambios significativos en la vida media <strong>de</strong>l injerto renalni en su supervivencia en los pacientes con episodios<strong>de</strong> rechazo en su evolución (12). Los autores comentanen sus conclusiones que es posible que la utilización<strong>de</strong> los nuevos inmunosupresores esté contribuyendoa esta reducción <strong>de</strong> los episodios <strong>de</strong> rechazo.Tratamiento inmunosupresorLa inmunosupresión ha mejorado notablemente enla década pasada. En efecto, hemos pasado <strong>de</strong> la terapiainmunosupresora estándar a la posibilidad <strong>de</strong> personalizarel tratamiento en función <strong>de</strong> los diferentesfactores <strong>de</strong> riesgo. Esto ha sido posible gracias a la aparición<strong>de</strong> nuevas opciones terapéuticas. Junto a los inmunosupresoresclásicamente utilizados ciclosporina,azatioprina y esteroi<strong>de</strong>s han ido apareciendo nuevasdrogas y mejoras en las formulaciones <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong>ellas.La nueva formulación <strong>de</strong> la ciclosporina clásica(microemulsión) tiene un mejor perfil <strong>de</strong> absorción yes capaz <strong>de</strong> reducir la tasa <strong>de</strong> rechazos frente a la formulaconvencional (1,13). La aparición y utilización<strong>de</strong> un nuevo inhibidor <strong>de</strong> la calcineurina aparecido enlos años 90, tacrolimus (FK-506), sólo o en combinacióncon otros fármacos ha permitido reducir el número<strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> rechazo <strong>de</strong> forma significativa(1,14). El factor limitante <strong>de</strong> este grupo <strong>de</strong> fármacoses su nefrotoxicidad; esta es la gran paradoja <strong>de</strong> los inhibidores<strong>de</strong> la calcineurina. Son buenos inmunosupresores,pero su utilización prolongada ensombreceel pronóstico <strong>de</strong>l injerto renal en algunos pacientes.Micofenolato mofetil es un antimetabolito inhibidor<strong>de</strong> la síntesis <strong>de</strong> las purinas <strong>de</strong> novo que, en combinacióncon ciclosporina o tacrolimus, disminuyesignificativamente la tasa <strong>de</strong> rechazo agudo (15), per-137


mitiendo a<strong>de</strong>más utilizar dosis menores <strong>de</strong>l inhibidor<strong>de</strong> la calcineurina asociado, con lo que se podría disminuir,al menos en parte, el riesgo <strong>de</strong> nefrotoxicidad(15-18).La rapamicina recientemente incorporada a la terapiainmunosupresora, promete abrir nuevas posibilida<strong>de</strong>sterapéuticas. La rapamicina es un inmunosupresorcon un mecanismo <strong>de</strong> acción diferente a la inhibición<strong>de</strong> la calcineurina y teóricamente no nefrotóxicocon el que también se han documentado recientementeuna reducción <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l número <strong>de</strong>rechazos cuando se utiliza asociado a ciclosporina inclusoa bajas dosis o con supresión <strong>de</strong> ésta (19).• Esteroi<strong>de</strong>sUtilizados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio y a pesar <strong>de</strong> sus conocidose in<strong>de</strong>seables efectos secundarios, todavía sonutilizados en la mayoría <strong>de</strong> los trasplantes renales. Elbeneficio <strong>de</strong> la supresión <strong>de</strong> los esteroi<strong>de</strong>s en triple terapiacon ciclosporina y azatioprina no está claro. Enla literatura existen datos contradictorios (1, 20).Recientemente se han publicado datos prometedoresen relación a la supresión <strong>de</strong> esteroi<strong>de</strong>s, varios trabajos<strong>de</strong>muestran que, utilizando micofenolato mofetilen combinación con ciclosporina o tacrolimus, laretirada <strong>de</strong> esteroi<strong>de</strong>s no comporta un riesgo a cortoplazo, aunque todavía faltan datos para asegurar unefecto positivo y significativo <strong>de</strong> la retirada <strong>de</strong> esteroi<strong>de</strong>sa largo plazo (1, 21).• AzatioprinaLa utilización <strong>de</strong> azatioprina no modifica la vidamedia <strong>de</strong>l injerto. En efecto los datos <strong>de</strong>l CollaborativeTransplant Study Registry no encontraron una diferenciasignificativa en la vida media <strong>de</strong> los injertos<strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> tratados con ciclosporina y esteroi<strong>de</strong>s frentea los tratados con ciclosporina, esteroi<strong>de</strong>s y azatioprina(1, 20).• Micofenolato mofetilEl MMF utilizado conjuntamente con ciclosporinadisminuye la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo un 50% en los 6primeros meses postrasplante, en comparación con placeboo azatioprina (1,15-17).La utilización <strong>de</strong> micofenolato mofetil reduce la inci<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto in<strong>de</strong>pendientemente<strong>de</strong> los episodios <strong>de</strong> rechazo agudo, segúnOjo y col (17), quienes sugieren que el micofenolatomofetil ejerce un efecto positivo <strong>sobre</strong> la supervivencia<strong>de</strong>l injerto <strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente a la reducción<strong>de</strong> la tasa <strong>de</strong> rechazo.Muy recientemente se han conocido los datos <strong>de</strong>un estudio multicéntrico realizado en España cuyo objetivofue analizar <strong>de</strong> forma prospectiva, en pacientesdiagnosticados mediante biopsia renal <strong>de</strong> nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto, el efecto <strong>de</strong>l micofenolato mofetil<strong>sobre</strong> la función renal. En estos pacientes, y <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> establecido el diagnóstico, se inicio tratamiento conMMF en los que tomaban ciclosporina prednisona, yen aquellos que estaban con triple terapia con azatioprinaésta sé sustituyó por MMF. La función renal, valoradacomo pendiente inversa <strong>de</strong> la creatinina o aclaramiento<strong>de</strong> la creatinina, mejoró <strong>de</strong> forma significativa,siendo el efecto in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong>ciclosporina (18).• Inhibidores <strong>de</strong> la calcineurinaCiclosporinaLa utilización <strong>de</strong> ciclosporina mejoró la supervivencia<strong>de</strong>l injerto a corto plazo, <strong>de</strong> forma significativaen los años 80, frente al tratamiento entonces habitualconsistente en azatioprina y prednisona. Sin embargono parece haber modificado la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto ni la supervivencia <strong>de</strong>l injertoa largo plazo. Los datos <strong>de</strong> la UNOS no <strong>de</strong>mostraronun incremento <strong>de</strong> la vida media <strong>de</strong>l injerto conciclosporina (1, 22), sin embargo otros estudios comoel <strong>de</strong> Eurotransplant registry (1, 23) reflejan un ligeroaumento <strong>de</strong> la vida media <strong>de</strong> los injertos en pacientestratados con ciclosporina.La aparición <strong>de</strong> la nueva formulación <strong>de</strong> este inmunosupresor(microemulsión) junto a una nueva forma<strong>de</strong> medir su biodisponibilidad (niveles C2) sugierenuna nueva perspectiva en cuanto a la disminución<strong>de</strong> la tasa <strong>de</strong> rechazos y la disminución <strong>de</strong> la toxicidad,siendo todavía escasas las publicaciones (24) (diapositivas17-18).Tacrolimus (FK-506)En varios ensayos multicéntricos aleatorizados tantoen Europa como en los EE.UU. y Canadá, tacrolimusha <strong>de</strong>mostrado una reducción significativa en lainci<strong>de</strong>ncia y severidad <strong>de</strong>l rechazo agudo comprobadocon biopsia renal en comparación con ciclosporina138


Tratamiento y Prevención - Ponenciasconvencional y con ciclosporina-microemulsión neoral(1, 25,26).Según datos <strong>de</strong> la UNOS la vida media calculada<strong>de</strong>l injerto renal tratado con tacrolimus es <strong>de</strong> 15,3 añosfrente a 8,5 con ciclosporina (27).La disminución <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo agudoen los pacientes tratados con tacrolimus, <strong>de</strong>bería llevara una menor tasa <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto,<strong>de</strong>safortunadamente todavía no hay publicaciones concluyentesen este sentido.• Inhibidores <strong>de</strong> mTORRapamicinaMás recientemente la aparición <strong>de</strong> la rapamicinapromete abrir nuevas posibilida<strong>de</strong>s terapéuticas. La rapamicinaes un inmunosupresor con un mecanismo diferentea la inhibición <strong>de</strong> la calcineurina y teóricamenteno nefrotóxico. Producido por el Streptomyces hygroscopicus,actúa <strong>sobre</strong> la fase S <strong>de</strong> la progresión <strong>de</strong>l ciclocelular mediante el bloqueo <strong>de</strong> varias señales intracelulares.La inhibición <strong>de</strong> la calcineurina por FK-506 y ciclosporina bloquea la producción <strong>de</strong> citocinasy la activación precoz <strong>de</strong> las células T (G0 a G1). Elbloqueo <strong>de</strong>l mTOR (target para rapamicina <strong>de</strong> los mamíferos)es distinto <strong>de</strong> la calcineurina, la inhibición <strong>de</strong>lmTOR bloquea la interleucina II mediante el bloqueo<strong>de</strong> señales <strong>de</strong> transducción que inhiben la progresión<strong>de</strong>l ciclo celular <strong>de</strong> G1 a fase S <strong>de</strong>l ciclo celular. Al noser un fármaco anticalcineurínico se postula que podríaestar carente <strong>de</strong> nefrotoxicidad (28).El efecto antiproliferativo <strong>de</strong> la rapamicina es prometedor;actualmente su utilización en cardiología paraprevenir la reestenosis producida por la proliferaciónneointimal tras la implantación <strong>de</strong> un stent pareceque tiene buenos resultados. La utilización <strong>de</strong> stentsrecubiertos <strong>de</strong> rapamicina reduce la proliferación neoíntima(29). Por analogía con la lesión vascular básica<strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto renal se podríaespecular <strong>sobre</strong> un potencial efecto positivo <strong>de</strong> la rapamicinaen esta patología.Todo lo expuesto anteriormente junto a su potenciacomo inmunosupresor, documentando recientementeuna reducción <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l número <strong>de</strong>rechazos, cuando se utilizaba asociado a ciclosporina,incluso a bajas dosis <strong>de</strong> ésta (19), y su aparente nonefrotoxicidad hacen <strong>de</strong> ella un fármaco prometedor(30, 31).• Anticuerpos mono y policlonalesQuizá y a la vista <strong>de</strong> los resultados publicados en estosúltimos años, haya que reconsi<strong>de</strong>rar la utilización <strong>de</strong>anticuerpos mono o policlonales en el manejo inicial <strong>de</strong>ltrasplante renal, conocido como terapia <strong>de</strong> inducción.En un trabajo publicado por Cecka y col. se <strong>de</strong>muestraun aumento significativo <strong>de</strong> la supervivencia <strong>de</strong> injerto<strong>de</strong>l 8.1% al año en pacientes tratados con inducción (32,33). En el mismo sentido un meta análisis publicado porSzczech y cols. <strong>de</strong>muestra una diferencia significativaen la supervivencia <strong>de</strong>l injerto a dos años <strong>de</strong>l 6% (34)en pacientes tratados con inducción. Sin embargo, la inci<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s linfoproliferativas es mayoren los pacientes tratados con anticuerpos (1).Todavía es pronto para sacar conclusiones con losnuevos monoclonales anti-CD25 y anti-CD40; si bienlos primeros datos parecen prometedores en el sentido<strong>de</strong> reducir la tasa <strong>de</strong> rechazo sin apenas efectos secundarios(35).Causas no-inmunológicasA<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las causas inmunológicas, existen factores<strong>de</strong> naturaleza no inmune que se asocian al fracaso<strong>de</strong>l injerto a largo plazo (diapositiva 20). Dentro <strong>de</strong>estos factores caben mencionar:Edad <strong>de</strong>l donanteEstudios recientes <strong>de</strong> Gjerston y cols. y Terasaki ycols. utilizando datos <strong>de</strong> la UNOS, <strong>de</strong>muestra un fuerteimpacto negativo <strong>de</strong> la edad <strong>de</strong>l donante <strong>sobre</strong> la supervivencia<strong>de</strong>l injerto y la vida media <strong>de</strong>l mismo, atribuyendoel efecto a una <strong>de</strong>ficiencia relativa <strong>de</strong>l número<strong>de</strong> nefronas (36,37).Injerto renal inicialmente no funcionantey/o retraso en la función <strong>de</strong>l injertoDiversos autores, entre ellos Shoskes y cols. (38)han publicado que los injertos renales, que inician sufuncionamiento <strong>de</strong> forma retrasada, tienen una supervivenciamenor. El fracaso funcional <strong>de</strong>l injerto en elpostoperatorio inmediato pue<strong>de</strong> obe<strong>de</strong>cer a diversascausas. La causa más frecuente es la necrosis tubularaguda, con una inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l 15-40 % <strong>de</strong> los trasplantesproce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> cadáver. Parece claro que los injertossometidos a mayor tiempo <strong>de</strong> isquemia tienenuna supervivencia menor. Los pacientes con injertos139


inicialmente no funcionantes presentan un mayor riesgo<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto. Yokoyamay col. (39) han observado que pacientes con injertosno funcionantes durante al menos nueve días tienenuna supervivencia <strong>de</strong>l mismo a los cinco años <strong>de</strong>l50%, siendo la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto la causa<strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> dos tercios <strong>de</strong> los injertos. Estas complicacionesiniciales <strong>de</strong> los injertos pue<strong>de</strong>n disminuirlas nefronas funcionantes y originar en las nefronas remanentesuna situación <strong>de</strong> hiperfiltración y aumento<strong>de</strong> presión hidrostática capilar glomerular.Dosis <strong>de</strong> nefronas e hiperfiltraciónglomerularCon el trasplante renal se aporta la mitad <strong>de</strong>l número<strong>de</strong> nefronas, respecto a un sujeto sano con susdos riñones nativos. En estas condiciones la <strong>de</strong>mandafuncional renal <strong>de</strong>l receptor es mayor que la realizadapor las nefronas funcionales trasplantadas, originandoque el injerto sea más susceptible a un <strong>de</strong>terioro crónico<strong>de</strong> su función. De hecho, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l trasplanterenal se observa una hipertrofia glomerular, el incremento<strong>de</strong> su tasa <strong>de</strong> filtración y <strong>de</strong> la presión hidrostática<strong>de</strong>l capilar glomerular. En ocasiones, en el riñóntrasplantado se observan glomérulos con áreas <strong>de</strong> glomeruloesclerosisfocal y segmentaria. Estas lesionesprobablemente ocurren en glomérulos hipertróficoscon hipertensión intraglomerular que, progresivamente,evolucionan a glomeruloesclerosis. Cuando el volumenrenal trasplantado es pequeño para el volumencorporal <strong>de</strong>l receptor, la supervivencia <strong>de</strong>l injerto esmenor. Esto se ha observado en injertos proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> niños y mujeres que se trasplantan a adultos y hombresrespectivamente, así como en injertos trasplantadosa adultos <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 100 Kg <strong>de</strong> peso (40,41). Similaresresultados se han observado en mo<strong>de</strong>los experimentales<strong>de</strong> ratas con rechazo crónico, don<strong>de</strong> elinjerto renal se protegió <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> su función, almantener un riñón nativo funcionante (42). Estos trabajos<strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la hipótesis que la hiperfiltración enlas nefronas remanentes hacen al injerto más susceptiblea un <strong>de</strong>terioro crónico <strong>de</strong> su función, <strong>de</strong> manerasimilar a la pérdida progresiva <strong>de</strong> función en las enfermeda<strong>de</strong>srenales crónicas <strong>de</strong> los riñones nativos. Sinembargo, existen en la literatura otros estudios que noconfirman la importancia <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> nefronas enla supervivencia <strong>de</strong>l injerto (43).Por tanto, todos aquellos factores que disminuyanla dosis <strong>de</strong> nefronas trasplantadas van a favorecer lanefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto. Aunque hay factores impuestosque no son modificables, como la edad <strong>de</strong>l donante,sin embargo sí se pue<strong>de</strong>n mejorar ciertos aspectosgenerales que potencialmente influirán en la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto, como son el manejo <strong>de</strong>lórgano durante la fase <strong>de</strong> extracción y mantenimientojunto a la disminución <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> isquemia.Hipertensión arterialLa prevalencia <strong>de</strong> la hipertensión post-trasplante es<strong>de</strong>l 50% en la mayoría <strong>de</strong> las series publicadas. La hipertensiónarterial se asocia a una peor supervivencia<strong>de</strong>l paciente y <strong>de</strong>l injerto renal a medio y largo plazos.En efecto, la presencia <strong>de</strong> hipertensión arterial al año<strong>de</strong>l trasplante se ha correlacionado con una peor supervivencia<strong>de</strong>l injerto a los tres años. También se hacorrelacionado la intensidad <strong>de</strong> la hipertensión arterialcon la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> progresión <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>l injertoy gravedad <strong>de</strong> las lesiones histológicas en pacientescon nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto (44). RecientementeOpelz y col. (45) han establecido una estrechaasociación entre la presión arterial sistólica ydiastólica, y la supervivencia <strong>de</strong>l injerto renal, <strong>de</strong>finiendoa la presión arterial post-trasplante como unpredictor altamente significativo <strong>de</strong> la supervivencia<strong>de</strong>l injerto renal a largo plazo (diapositivas 21,22). Dehecho algunos autores han propuesto que un a<strong>de</strong>cuadocontrol <strong>de</strong> la hipertensión arterial podría prevenir oenlentecer la disfunción progresiva <strong>de</strong>l injerto (46).El espectro <strong>de</strong> tratamiento <strong>de</strong> la hipertensión estácambiando, no sólo es importante mantener unas cifrasóptimas <strong>de</strong> presión arterial, sino que la utilización<strong>de</strong> fármacos como IECAS y/o antagonistas <strong>de</strong> los receptores<strong>de</strong> la angiotensina II parece mejorar notabley significativamente parámetros clínicos como la proteinuria.En mo<strong>de</strong>los experimentales <strong>de</strong> trasplante renal,realizados en diferentes animales, se ha <strong>de</strong>mostradoque el tratamiento con IECAs y/o antagonistas<strong>de</strong> los receptores <strong>de</strong> la angiotensina II, enlentece la progresión<strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto (47,48). Sehan propuesto diferentes mecanismos renoprotectoresen relación con estos fármacos que incluyen: disminución<strong>de</strong> la presión arterial e intraglomerular, reducción<strong>de</strong> la proteinuria e incremento <strong>de</strong> la reserva funcionalrenal probablemente secundaria a una disminu-140


Tratamiento y Prevención - Ponenciasción <strong>de</strong> la presión hidrostática capilar, e inhibición <strong>de</strong>la glomeruloesclerosis mediada por la angiotensina II(49, 50). Recientemente se ha publicado que losartan(un inhibidor <strong>de</strong> los receptores <strong>de</strong> la angiotensina II),es capaz <strong>de</strong> reducir los niveles <strong>de</strong> TGF-ß en pacientestrasplantados y que su administración disminuye lapresión arterial y la proteinuria, mejorando la función<strong>de</strong>l injerto renal (51-53) (diapositivas 23-24). Por otraparte Noris y col. han publicado (54) que la asociación<strong>de</strong> micofenolato mofetil y losartan previene la aparición<strong>de</strong> rechazo crónico en un mo<strong>de</strong>lo animal.Hiperlipi<strong>de</strong>miaDiversos estudios clínicos y experimentales han relacionadolas alteraciones <strong>de</strong>l metabolismo lipídico con lapatogenia <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto. La similitud<strong>de</strong> la ateroesclerosis con las lesiones vasculares <strong>de</strong>l rechazocrónico han sugerido que las anomalías lipídicaspodrían contribuir a la nefropatía crónica <strong>de</strong>l trasplante.Hamar y col. han relacionado la presencia <strong>de</strong> hipercolesterolemiae hipertrigliceri<strong>de</strong>mia con el posterior <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> rechazo crónico, aunque no disocian estos hallazgos<strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>l injerto(proteinuria) o <strong>de</strong>l tratamiento administrado. En una revisión<strong>de</strong> 706 pacientes se ha encontrado que la hipertrigliceri<strong>de</strong>miase asocia <strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente con un mayorriesgo <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>l injerto. En este estudio Guijarroy col. (55) observan que pacientes con niveles promedio<strong>de</strong> triglicéridos superiores a 200 mg/dl tienen un riesgoaumentado <strong>de</strong> fracaso <strong>de</strong>l injerto en cualquier momento<strong>de</strong> la evolución post-trasplante, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>:masa corporal, sexo, niveles <strong>de</strong> colesterol, presencia <strong>de</strong>diabetes mellitus o HTA, cuantía <strong>de</strong> proteinuria, albuminemiay gravedad <strong>de</strong> los episodios <strong>de</strong> rechazo.RESUMENEl manejo terapéutico <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>linjerto constituye para el nefrólogo un reto pendiente<strong>de</strong> resolver, al no existir en la actualidad un tratamientoespecífico efectivo. Las opciones terapéuticas son similaresa las empleadas en el manejo <strong>de</strong> la insuficienciarenal crónica <strong>de</strong> riñones nativos junto al control <strong>de</strong> losfactores inmunológicos.Ninguna <strong>de</strong> las recomendaciones propuestas en laliteratura para tratar la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injertoha sido totalmente establecida y aceptada, por tantohay que ser precavido a la hora <strong>de</strong> establecer recomendaciones.Es obvio que el óptimo manejo y selección <strong>de</strong>l donantejunto a la disminución <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> isquemiapue<strong>de</strong>n mejorar la calidad <strong>de</strong>l injerto a trasplantar. Laa<strong>de</strong>cuada selección <strong>de</strong>l receptor, valorando el grado <strong>de</strong>histocompatibilidad, y el equilibrio entre las superficiescorporales <strong>de</strong>l donante y receptor pue<strong>de</strong>n ayudara disminuir algunos factores <strong>de</strong> riesgo.Es necesario plantear un tratamiento inmunosupresorcombinado, carente <strong>de</strong> nefrotoxicidad, que seacapaz <strong>de</strong> mantener una baja tasa <strong>de</strong> rechazos sin aumentarla inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> infecciones y/o neoplasias. Quizála asociación <strong>de</strong> micofenolato mofetil con bajas dosis<strong>de</strong> un inhibidor <strong>de</strong> la calcineurina sea, en este momento,el tratamiento más generalizado. Quedaría por<strong>de</strong>mostrar la utilidad <strong>de</strong> la terapia <strong>de</strong> inducción en estaprimera fase, así como la utilización <strong>de</strong> rapamicinacomo inmunosupresor <strong>de</strong> base.El diagnóstico rápido y el tratamiento a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong>los episodios <strong>de</strong> rechazo, junto a una estrecha vigilancia<strong>de</strong>l paciente, es <strong>de</strong>finitivo.Los fármacos inmunosupresores clásicos se hanmostrado inefectivos en el tratamiento <strong>de</strong> la nefropatíacrónica <strong>de</strong>l injerto establecida, excepto en aquellassituaciones en las que la causa <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nante es unaagresiva disminución <strong>de</strong> la inmunosupresión. En estoscasos, la reintroducción <strong>de</strong>l inhibidor <strong>de</strong> la calcineurina<strong>de</strong> base en el tratamiento pue<strong>de</strong> estabilizar e inclusorevertir parte <strong>de</strong> la disfunción <strong>de</strong>l injerto.Recientemente se ha publicado que, en pacientescon diagnóstico <strong>de</strong> nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto tratadoscon ciclosporina, la introducción <strong>de</strong> micofenolatomofetil mejora la función renal <strong>de</strong>l injerto (18).En el mismo sentido se ha publicado que la reducción<strong>de</strong> ciclosporina e introducción <strong>de</strong> micofenolato mofetilen el tratamiento inmunosupresor mejoran la tasa<strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> función renal <strong>de</strong>l injerto (56). En dichoestudio, <strong>de</strong> 15,6±1,2 meses <strong>de</strong> observación, se especulaque la mejoría podría estar causada por una menorproducción <strong>de</strong> TGF-ß, en relación con la reducción<strong>de</strong> ciclosporina y/o una posible acción anti-inflamatoria<strong>de</strong>l micofenolato mofetil. No obstante, es necesariorealizar un estudio a largo plazo, controlado y aleatorizado,para confirmar dicha propiedad.Debido a la implicación <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados factoresno inmunológicos en la progresión <strong>de</strong> la disfunción141


crónica <strong>de</strong>l injerto, es imprescindible el control y tratamiento<strong>de</strong> los mismos para evitar su posible efecto<strong>de</strong>letéreo. Por su alta prevalencia y <strong>de</strong>mostrada asociacióncon el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>linjerto, la presión arterial y el nivel sérico <strong>de</strong> lípidos<strong>de</strong>ben ser objetivos a tratar <strong>de</strong> forma prioritaria.Tanto en mo<strong>de</strong>los experimentales en animales comoen humanos se ha <strong>de</strong>mostrado que el tratamiento con antihipertensivos,IECAs y antagonistas <strong>de</strong> los receptores<strong>de</strong> la angiotensina II disminuye la proteinuria y enlentecela progresión <strong>de</strong> la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto (47-53). Algunos autores han propuesto que un a<strong>de</strong>cuadocontrol <strong>de</strong> la HTA podría prevenir o enlentecer la disfunciónprogresiva <strong>de</strong>l injerto (46). Las observacionespublicadas con losartan son prometedoras, aunque es necesariorealizar estudios prospectivos y aleatorizados alargo plazo para confirmar la capacidad preventiva <strong>de</strong>dicho fármaco en la nefropatía crónica <strong>de</strong>l injerto.Otras modalida<strong>de</strong>s terapéuticas consi<strong>de</strong>radas, aunqueno está probada su efectividad en ensayos clínicoshumanos, incluyen: antiagregantes plaquetarios, antagonistas<strong>de</strong>l tromboxano, aceite <strong>de</strong> pescado, dieta hipoproteica,análogos <strong>de</strong> la somastatina, antagonistas<strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> crecimiento, heparinoi<strong>de</strong>s, etc.BIBLIOGRAFÍA1. L.C. Paul . Chronic allograft nephropaty: An update. KidneyInternational 1999, 56: 783-793.2. K Solez, LC Racusen, ME Billingham: Solid organ transplantrejection. New York: Marcel Dekker 1966.3. Meyer MM, Norman DJ, Danovitch GM. Long-term post-transplantmanagement and complications. Handbook of kidneytransplantation 2nd edition. Boston: Little, Brown and Company,1996, p. 154.4. Racusen LC, Solez K, Colvin RB, et al. The Banff 97 workingclassification of renal allograft pathology. Kidney Int 1999; 55:713.5. Monaco AP, Burke JF, Ferguson RM, et al. Current thinking onchronic renal allograft rejection: Issues, concerns, and recommendationsfrom a 1997 roundtable discussion. Am J KidneyDis 1999; 33: 150.6. Abrass CK, Berfield AK, Stehman-Breen C, et al. Unique changesin interstitial extracelular matrix composition are associatedwith rejection and cyclosporine toxicity in human renal allograftbiopsies. Am J Kidney Dis 1999; 33: 11.7. C-G Orosz. Endothelial activation and chronic allograft rejection.Clin Transplantation 1994; 8: 299.8. Carpenter CB. Long-term failure of renal transplants: Addinginsult to injury. Kidney Int 1995; 48: 40.9. GP Basadona, AJ Matas, KJ Gillingham, WD Payne, DL Dunn,DER Sutherland, PF Gores, RWG Gruessner, JS Najarian. Earlyversus late acute renal allograft rejection: impact on chronicrejection. Transplantation 1993; 55: 993.10. Z A Massy, C Guijarro, M R Wie<strong>de</strong>rkehr, J Z. Ma, B L Kasiske.Chronic renal allograft rejection: Immunologic and nonimmunologicrisk factors. Kidney Int 1996; 49: 518.11. Humar A, Kerr S, Gillingham KJ, Matas AJ. Features of acuterejection that increase risk for chronic rejection. Transplantation1999; 68: 200.12. Hariharan S, Jonson CP, Bresnahan BA, Taranto SE, McIntoshMJ, Stablein DS. Improved graft survival after renal transplantationin the United States, 1988 to 1966. N Engl J Med2000; 342: 605-12.13. Keown, Paul. Niese, Detlef. On behalf of the International SandimmunNeoral Study Group. Cyclosporine microemulsion increasesdrug exposure and reduces acute rejection without incrementaltoxicity in <strong>de</strong> novo renal transplantation. Kidney International1998; 54: 938-94414. Pirsch JD, Miller J, Dejerhoi MH, Vincenti F, Filo RS. FK-506Kidney Transplant study group. A comparison of tacrolimus(FK-506) and cyclosporine for immunosuppression after cadavericrenal transplantation. Transplantation 1997; 63: 977-983.15. Sollinger HW. Mycophenolate Mofetil for the prevention ofacute rejection in primary cadaveric renal allograft recipients.Transplantation 1995; 60: 225-232.17. The European Mycophenolate Mofetil Cooperative Study Group:Placebo controlled study of Mycophenolate Mofetilcombinedwith cyclosporin and corticosteroids for prevention of acute rejection.Lancet 1995; 345: 1321-1326.18. Tricontinental Mycophenolate Mofetil Study Group: A blin<strong>de</strong>d,randomized clinical trial of Mycophenolate Mofetil for the preventionof acute rejection in cadaveric renal transplantation.Transplantation 1996; 61: 1029-1037.19. Ojo. Al, Meier-Kriesche HU, Hanson JA, Leichtman AB, CibrikD, Magee JC, Wolfe RA, Agodoa LY, Kaplan B. Mycofe-142


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Tratamiento y Prevención - PresentaciónPresentaciónDomingo <strong>de</strong>l CastilloDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 4145


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 10146


Tratamiento y Prevención - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 16147


Diapositiva 17 Diapositiva 18Diapositiva 19 Diapositiva 20Diapositiva 21 Diapositiva 22148


Tratamiento y Prevención - PresentaciónDiapositiva 23 Diapositiva 24Diapositiva 25 Diapositiva 26Diapositiva 27149


Tratamiento y Prevención - PonenciasRechazo crónico en el trasplante cardíaco.Prevención y tratamientoLuis A. PulpónClínica Puerta <strong>de</strong> Hierro. MadridINTRODUCCIÓNSe reconoce, <strong>de</strong> forma casi unánime, que la vasculopatía<strong>de</strong>l injerto o enfermedad vascular <strong>de</strong>l injerto (EAV)es la principal causa <strong>de</strong> mortalidad a partir <strong>de</strong>l primer año<strong>de</strong>l postrasplante. Sería, por tanto, el mayor condicionante<strong>de</strong> la supervivencia <strong>de</strong> estos pacientes a largo plazo.A los 5 años, entre un 25 y un 50% <strong>de</strong> los enfermos<strong>de</strong>sarrollan esta complicación. La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> efectosgraves (muerte y retrasplante) <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la mismasería <strong>de</strong> un 7% en un periodo <strong>de</strong> tiempo a los 5 años(1). En España y según los datos <strong>de</strong>l Registro Nacional<strong>de</strong> <strong>Trasplantes</strong> <strong>de</strong> la Sociedad Española <strong>de</strong> Cardiología,la vasculopatía <strong>de</strong>l injerto fue responsable <strong>de</strong>l7,5% <strong>de</strong> todos los fallecimientos postrasplante (2).Se consi<strong>de</strong>ra que la vasculopatía <strong>de</strong>l injerto es unproceso inmunomediado, aunque otros factores contribuiríana modular su expresión. Entre estos se incluyen:el sexo masculino, la edad y la hipertensión arterialen el donante y los episodios <strong>de</strong> rechazo agudoprecoces, la infección por CMV, las drogas inmunosupresoras,la resistencia a la insulina, la hiperlipi<strong>de</strong>miae hipertensión en el receptor (1-3-4).La <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> la enfermedad vascular <strong>de</strong>l injertose hace a través <strong>de</strong> la práctica <strong>de</strong> coronariografías rutinariasprogramadas, <strong>de</strong> control. La frecuencia para lapráctica <strong>de</strong> estos procedimientos varía <strong>de</strong> unos Centros<strong>de</strong> Trasplante a otros.Aunque se sabe que la sensibilidad <strong>de</strong> la arteriografíacoronaria convencional es baja y pue<strong>de</strong> infraestimarla inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> este proceso, se sigue consi<strong>de</strong>rando elgold standard para el diagnóstico <strong>de</strong>l mismo (5-6). Sistemas<strong>de</strong> <strong>de</strong>tección más sensibles, como la ecografía intravascular(IVUS), dan más información cualitativa ycuantitativa que la coronariografía convencional, aunquela validación <strong>de</strong> los hallazgos está todavía pendiente<strong>de</strong> establecer (7). Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista clínico la vasculopatía<strong>de</strong>l injerto es poco expresiva, siendo habitualque los primeros síntomas sean la insuficiencia cardíacay/o la muerte súbita por arritmias, generalmente cuandoel proceso ya está muy evolucionado.La prevención <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la EVI es uno <strong>de</strong> losprincipales retos en el campo <strong>de</strong>l trasplante cardíaco. Altratarse <strong>de</strong> una enfermedad inmunológica, se supone queun mejor refinamiento en la inmunosupresión <strong>de</strong>beríaseguirse <strong>de</strong> una reducción en su inci<strong>de</strong>ncia. De momentoesto no ha sido <strong>de</strong>mostrado (7). En cuanto al tratamiento,existen prácticas paliativas <strong>de</strong> revascularización, quepue<strong>de</strong>n aplicarse en casos seleccionados <strong>de</strong> afectaciónfocal. Sin embargo y dada la naturaleza difusa <strong>de</strong>l proceso,el retrasplante es la única alternativa realmente <strong>de</strong>finitivaen los casos evolucionados.PREVENCIÓNEs uno <strong>de</strong> los objetivos primordiales <strong>de</strong> la investigaciónclínica y experimental en el campo <strong>de</strong>l trasplante<strong>de</strong> órganos sólidos en general y <strong>de</strong>l trasplantecardíaco en particular.Modificación <strong>de</strong> factores <strong>de</strong> riesgoAunque la hiperlipemia y la obesidad se han relacionadoclaramente con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> enfermedad151


vascular <strong>de</strong>l injerto, no hay por el momento ningún estudioque haya <strong>de</strong>mostrado que la pérdida <strong>de</strong> peso o lareducción <strong>de</strong> las cifras <strong>de</strong> colesterol en sangre sean capaces<strong>de</strong> reducir la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> este proceso (7). Sinembargo, la mayoría <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> trasplante recomiendana sus pacientes la modificación <strong>de</strong> estos factores<strong>de</strong> riesgo, aunque sólo sea por la extrapolación<strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong> en la arterioesclerosis nativa.Intervenciones terapéuticasNumerosos estudios clínicos y, <strong>sobre</strong> todo, experimentalesse han publicado en relación con la prevención<strong>de</strong> la EVI utilizando diferentes fármacos:DiltiazemEl estudio clásico <strong>de</strong> Schroe<strong>de</strong>r y colaboradores (8)aleatorizó (aunque no <strong>de</strong> forma ciega o placebo-control)a 116 pacientes trasplantados consecutivamente.Practicó posteriormente estudios angiográficos coronariosal primero y segundo año postrasplante. Los enfermos,que recibieron el calcioantagonista, tuvieronmejor supervivencia y los arteriogramas coronarios sufrieronmenos cambios patológicos. Los calcioantagonistasfacilitan el efecto <strong>de</strong>l factor relajante <strong>de</strong>pendiente<strong>de</strong>l endotelio (óxido nítrico) inhibiendo el efectovasocostrictor <strong>de</strong> la endotelina y <strong>de</strong> los factores constrictores<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> la ciclooxigenasa. El diltiazenno logró suprimir la proliferación intimal en unmo<strong>de</strong>lo experimental <strong>de</strong> trasplante en ratas (9).Inhibidores <strong>de</strong> la enzima conversora <strong>de</strong> laangiotensinaMehra y colaboradores publicaron un estudio caso-control(10) en 34 enfermos don<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostraron quelos pacientes tratados con calcioantagonistas o I-ECAStenían menos proliferación intimal en coronarias <strong>de</strong>laloinjerto que un grupo control.La angiotensina II tiene un importante efecto mitogénico<strong>sobre</strong> las células musculares lisas <strong>de</strong> la paredvascular. Los I-ECAS serían eficaces, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> porla inhibición <strong>de</strong> la síntesis <strong>de</strong> la angiotensina II, por elaumento local <strong>de</strong> bradicininas, <strong>de</strong> potente efecto vasodilatadore incluso potenciando la transformación <strong>de</strong>L-arginina en óxido nítrico. Este mecanismo ha sidotambién invocado en la prevención <strong>de</strong> la nefropatía enpacientes diabéticos (11).Richter (12), en un trabajo experimental <strong>de</strong> trasplanteen ratas, <strong>de</strong>mostró el efecto beneficioso <strong>sobre</strong>la proliferación intimal <strong>de</strong>l aloinjerto al tratar a los animalescon losartan (antagonista <strong>de</strong> los receptores <strong>de</strong> laangiotensina II).La administración <strong>de</strong> L-arginina, precursor <strong>de</strong>l óxidonítrico, parece tener un efecto beneficioso en el mantenimiento<strong>de</strong> la función endotelial <strong>de</strong>l injerto y en el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> arteriopatía (13-14). Según estos trabajosel efecto <strong>de</strong> la L-arginina sería <strong>de</strong> atenuación <strong>de</strong> larespuesta mitogénica <strong>de</strong> las células musculares lisas alIGF-1 y la IL-6.El incremento <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> óxido nítrico ysu efecto beneficioso <strong>sobre</strong> la vasculopatía <strong>de</strong>l injertoha sido <strong>de</strong>mostrado también en un mo<strong>de</strong>lo experimental<strong>de</strong> trasplante en conejos mediante la transferencia <strong>de</strong>genes <strong>de</strong> la enzima óxido nítrico sintetasa (15). Estosinvestigadores <strong>de</strong>muestran que la mayor concentraciónlocal <strong>de</strong> óxido nítrico reduce la infiltración por linfocitosT y macrófagos, así como la expresión <strong>de</strong> moléculas<strong>de</strong> adhesión VCAM-1 e ICAM-1 en los endoteliosvasculares.Inhibidores <strong>de</strong> la HMG Co-A reductasaEl uso <strong>de</strong> inhibidores <strong>de</strong> la HMG CoA reductasa seha asociado con una reducción en el número y severidad<strong>de</strong> los episodios <strong>de</strong> rechazo celular agudo, así comoen la reducción <strong>de</strong> la progresión <strong>de</strong> la vasculopatía<strong>de</strong>l injerto (16). Algunos investigadores sugierenque estos fármacos tendrían un efecto inmunomoduladorin<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> su efecto reductor <strong>de</strong>l colesterol(16-17). La sinvastatina inhibe a<strong>de</strong>más la proliferacióncelular <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> factores <strong>de</strong> crecimientoIFG-1 y modularía la biosíntesis <strong>de</strong> tromboxano A-2por las plaquetas.Un trabajo reciente <strong>de</strong> Weiss (18) y colaboradoressugiere que la prevención <strong>de</strong> la vasculopatía <strong>de</strong>l injertocon la sinvastatina se produciría a través <strong>de</strong> lainhibición <strong>de</strong> citocinas inflamatorias: TNF-alfa eIL-6, que podrían ser las responsables <strong>de</strong> la disfunciónendotelial observada en estos pacientes tras eltrasplante.AngiopeptinaEs un octopéptido análogo <strong>de</strong> la somastatina en elque se han <strong>de</strong>mostrado propieda<strong>de</strong>s inmunosupresorasprobablemente <strong>de</strong>bidas a la inhibición <strong>de</strong>l factor <strong>de</strong>152


Tratamiento y Prevención - Ponenciascrecimiento (IFG-I) y la reducción en la expresión <strong>de</strong>antígenos <strong>de</strong> clase II, linfocitos T, macrófagos y moléculas<strong>de</strong> adhesión CAM-1 (19).En mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> trasplante heterotópico <strong>de</strong> conejosse ha <strong>de</strong>mostrado que la angiopeptina atenúa la hiperplasiaintimal. Meiser y colaboradores (20) en un estudioprospectivo aleatorizado y doble ciego, utilizandoangiopeptina como tratamiento coadyuvante en uncurso <strong>de</strong> 14 días postrasplante, <strong>de</strong>muestra que este fármacoreduce la proliferación míointimal en las arteriolasen un seguimiento <strong>de</strong> 32 meses.AntiplaquetariosDe forma intuitiva y teniendo en cuenta el papel patogénicoprimordial que las plaquetas juegan en la adhesión<strong>de</strong> los endotelios vasculares y en la aterogénesisnativa, se extrapoló el uso <strong>de</strong> Aspirina® y dipiridamolen la prevención <strong>de</strong> vasculopatía <strong>de</strong>l aloinjerto.De hecho, en muchos centros <strong>de</strong> trasplante se aplican<strong>de</strong> forma rutinaria. Sin embargo, y aunque hay pocosestudios prospectivos con suficientes enfermos, esteefecto no ha sido <strong>de</strong>mostrado (21).Nuevos agentes inmunosupresoresEl rechazo celular agudo y la inmunosupresión recibidase relacionan <strong>de</strong> forma evi<strong>de</strong>nte con el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> vasculopatía <strong>de</strong>l injerto. Mehra <strong>de</strong>mostró estehecho usando un mo<strong>de</strong>lo predictivo <strong>de</strong> riesgo en unapoblación <strong>de</strong> 163 trasplantes consecutivos (22).Altas dosis <strong>de</strong> ciclosporina postrasplante produjeronun efecto beneficioso en la prevención <strong>de</strong> vasculopatía<strong>de</strong>l injerto, mientras que los corticoi<strong>de</strong>s tendríanun efecto <strong>de</strong>letéreo. Sin embargo, no son más queestudios observacionales <strong>de</strong> casos-control.Tacrolimus, micofenolato mofetil y posiblementerapamicina han tenido un impacto positivo en la supervivencia<strong>de</strong>l injerto y en la reducción <strong>de</strong> morbilidady mortalidad por rechazo. Más complicado es <strong>de</strong>mostrarsu efecto en el rechazo crónico. En primer lugarpor que son fármacos <strong>de</strong> reciente <strong>de</strong>sarrollo y, ensegundo lugar, porque es difícil y muy costoso hacerestudios aleatorizados y doble ciego <strong>de</strong> largo seguimiento.• Tacrolimus (FK 506)Tiene un mecanismo <strong>de</strong> acción similar a la ciclosporinaA, pero se consi<strong>de</strong>ra que su potencia inmunosupresoraes superior, probablemente por la regulación<strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> citocinas <strong>de</strong> las células T que infiltranel aloinjerto. Los ensayos americanos (23) y europeos(24), en los que se compara con la ciclosporinaA, no encontraron diferencias significativas en lainci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo celular agudo ni en la mortalidadpor el mismo. En el estudio americano tampocose <strong>de</strong>muestran diferencias significativas en la <strong>de</strong>tección<strong>de</strong> lesiones angiográficas a los 4 años en una cohorte<strong>de</strong> 80 pacientes que recibieron tacrolimus frentea otros 80 que recibieron ciclosporina A.En algunos estudios experimentales en ratas, sin embargo,los animales que fueron inmunosuprimidos contacrolimus presentaron más vasculopatía <strong>de</strong>l injerto quelos que fueron tratados con ciclosporina A (25).• Micofenolato mofetilEs un antimetabolitos <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong>l ácido micofenólicoy, aparte <strong>de</strong> ser capaz en combinación con ciclosporina<strong>de</strong> prolongar la supervivencia <strong>de</strong>l injerto,revertir el rechazo celular y promover tolerancia, pareceque podría tener un efecto directo antiproliferativo<strong>sobre</strong> las células musculares lisas <strong>de</strong> la pared vascular.Podría así, en teoría, retardar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> laarteriopatía coronaria en el injerto (26).• DeoxipergualinaEs un agente que suprime directamente la acción<strong>de</strong> los macrófagos, así como la expresión <strong>de</strong> antígenosHLA-DR en la pared endotelial. Ha <strong>de</strong>mostrado en mo<strong>de</strong>losexperimentales en ratas ser superior a la ciclosporinaen la evitación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la coronariopatía<strong>de</strong>l injerto (27).• Rapamicina (sirolimus)Es una lactona, producto natural <strong>de</strong> una bacteria actinomicetaaislada en la isla <strong>de</strong> Pascua (Rapa-Nui). Sumecanismo <strong>de</strong> acción es diferente al resto <strong>de</strong> los inmunosupresores,ya que bloquea la proliferación celularsin inhibir la actividad fosfatasa <strong>de</strong> la calcineurina.Actúa <strong>sobre</strong> la respuesta inmune interfiriendo la señal<strong>de</strong> transducción intracelular provocada por la interacción<strong>de</strong> la IL-2 y sus receptores. Este efecto interrumpela proliferación <strong>de</strong> las células T en la transición<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fase G-1 a la fase S-1 (26-28). Pareceque, a<strong>de</strong>más, interfiere con las señales <strong>de</strong> transducción<strong>de</strong> factores <strong>de</strong> crecimiento, afectando así a la prolife-153


ación <strong>de</strong> una importante variedad <strong>de</strong> células que incluyelinfocitos B, fibroblastos y células musculareslisas vasculares (26). Recientemente se ha <strong>de</strong>mostradoque la rapamicina pue<strong>de</strong> inhibir las lesiones vascularesproducidas por balón <strong>de</strong> angioplastia.No existe experiencia clínica en trasplante cardíaco,pero su mecanismo <strong>de</strong> acción le harían, en teoría,un agente i<strong>de</strong>al en la prevención <strong>de</strong> la enfermedad vascular<strong>de</strong>l injerto.TRATAMIENTOProcedimientos <strong>de</strong> revascularizaciónA pesar <strong>de</strong> la naturaleza difusa <strong>de</strong> la enfermedadvascular <strong>de</strong>l injerto, se han efectuado, en pacientes seleccionadosdiversos tratamiento <strong>de</strong> revascularizacióncon el fin <strong>de</strong> reducir la isquemia y así mejorar los síntomasy prolongar la supervivencia.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista angiográfico estos pacientessuelen presentar una mezcla <strong>de</strong> estrechamientoen las coronarias epicárdicas <strong>de</strong> mediano calibre conafectación <strong>de</strong> la vasculatura distal; menos frecuentementepresentan estenosis proximales, generalmenteno muy severas. Por este motivo, pocos pacientesson subsidiarios <strong>de</strong> procedimientos <strong>de</strong> revascularización.La eficacia <strong>de</strong> los mismos es tambiénpoco conocida <strong>de</strong>bido a la escasa cantidad <strong>de</strong>pacientes y a la dispersión <strong>de</strong> la experiencia en losdiversos centros <strong>de</strong> trasplante.Angioplastia coronaria percutánea(PTCA)El objetivo primordial en cualquier tipo <strong>de</strong> revascularizaciónes reducir la morbilidad y mortalidad <strong>de</strong>la isquemia durante el mayor tiempo posible. Los resultadosinmediatos <strong>de</strong> la PTCA en pacientes con EVIson similares a los obtenidos en pacientes no trasplantados.Sin embargo, la tasa <strong>de</strong> re-estenosis pareceser superior, llegando hasta el 55% a los 8-5 meses postrasplante.Sin embargo, el dato más significativo esque estos procedimientos no parecen alterar el cursoevolutivo <strong>de</strong> la enfermedad (29). El pronóstico <strong>de</strong> lamisma es francamente malo: lesiones <strong>de</strong>l 70% en unvaso principal conllevan una supervivencia actuarial<strong>de</strong>l 46% el primer año y <strong>de</strong>l 13% a los 2 años.En un análisis retrospectivo <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong> 13<strong>de</strong> los principales centros <strong>de</strong> trasplante cardíaco en losEE.UU. (29) 66 pacientes fueron sometidos a PTCA.El éxito inicial se consiguió en 153 <strong>de</strong> las 162 lesionesdilatadas; 40 pacientes (61%) vivieron, sin necesidad<strong>de</strong> retrasplante, una media <strong>de</strong> 19-14 meses <strong>de</strong>spués<strong>de</strong>l procedimiento. Dos pacientes tuvieron un infartoagudo <strong>de</strong> miocardio durante el procedimiento yfallecieron. Se produjo re-estenosis en 42 <strong>de</strong> las lesionesdilatadas (55%) a los 8, 5 meses. El factor limitantemayor <strong>de</strong> la supervivencia fue la afectación <strong>de</strong>los lechos distales. Cuando se colocaron stents en combinacióncon la dilatación, los resultados en cuanto are-estenosis fueron ligeramente mejores. A pesar <strong>de</strong>que el tratamiento <strong>de</strong> elección en las lesiones severas<strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong> la arteria coronaria izquierda es el bypassaorto-coronario, han sido reportados casos <strong>de</strong>PTCA con balón seguido <strong>de</strong> stents en esta localizaciónsin protección <strong>de</strong> flujo. Los resultados fueron buenos(32), lo que teniendo en cuenta la cualidad paliativa <strong>de</strong>los procedimientos <strong>de</strong> revascularización en estos pacientes,es un dato a tener en cuenta.Se ha aplicado braquiterapia para prevenir la re-estenosispost stents en un paciente trasplantado (33).Sin embargo el corto seguimiento (6 meses) y la extrapolación<strong>de</strong> la experiencia con procedimientos similares,en pacientes con arterioesclerosis nativa, hacenpensar que este tipo <strong>de</strong> intervenciones no tendríanmucho futuro.Aterectomía direccionalSe ha utilizado en 11 pacientes (29). Dos <strong>de</strong> ellosfallecieron por complicaciones <strong>de</strong>l procedimiento y en2 más hubo necesidad <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r a angioplastia enlos meses posteriores. En el resto, el resultado a largoplazo fue satisfactorio, permaneciendo vivos a los 7,4 meses.Pontaje aorto-coronarioEn el análisis <strong>de</strong> los EE.UU. retrospectivo <strong>de</strong> los13 centros <strong>de</strong> trasplante (29) se analizaron 12 pacientessometidos a cirugía <strong>de</strong> revascularización. La fracción<strong>de</strong> eyección preoperatoria fue <strong>de</strong> 48%. En todosse efectuaron 2 o más pontajes aorto-coronarios con laarteria mamaria y/o la vena safena. 4 pacientes (33%),154


Tratamiento y Prevención - Ponenciasfallecieron en el postoperatorio inmediato. Los 8 pacientesrestantes tuvieron un seguimiento <strong>de</strong> 9, 7 meses.Un paciente más falleció súbitamente a los 2 meses.Los autores <strong>de</strong> la investigación atribuyen la altamortalidad <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> procedimientos a la afectación<strong>de</strong> los lechos distales.Revascularización trasmiocárdica conláser (LTR)Se ha utilizado en 4 pacientes (34), usando el HolmiumYag Laser, practicado por vía epicárdica 27 ± 5canales. Dos pacientes recibieron concomitantementeby-passes aorto-coronarios <strong>de</strong> safena. Dos pacientesfallecieron a los 10 y 15 meses y los dos que <strong>sobre</strong>vivieron(que fueron los sometidos a by-pass <strong>de</strong> safena)presentaron angina severa y/o insuficiencia cardíaca alos 33 y 39 meses respectivamente. Los autores concluyenque, aunque el procedimiento no parece teneruna alta morbilidad inicial, no es capaz <strong>de</strong> cambiar laevolución natural <strong>de</strong> estos pacientes.RetrasplanteEl retrasplante es hoy, la única opción eficaz en eltratamiento <strong>de</strong> los enfermos con enfermedad vascular<strong>de</strong>l injerto severa.Sin embargo, existen dos importantes problemas.De una parte la escasa disponibilidad <strong>de</strong> órganos y porotro lado los peores resultados que se obtienen en unasegunda reintervención (35).El último registro <strong>de</strong> la ISHLT (36) se observa, sinembargo, que cuando el intervalo entre el primer y segundotrasplante es superior a 2 años, lo que es habitualen los casos con arteriopatía <strong>de</strong>l injerto, la supervivenciamejora consi<strong>de</strong>rablemente, aunque sigue siendo entreun 6 y un 12% más baja que en el trasplante inicial.Otro problema añadido es saber con mayor precisióncuál es el momento a<strong>de</strong>cuado para indicar el retrasplanteen esta situación, ya que, por el momento,la evolución natural <strong>de</strong> la vasculopatía <strong>de</strong>l injerto sólose conoce a ciencia cierta en los estadios finales.CONCLUSIONESLa vasculopatía <strong>de</strong>l injerto es el mayor <strong>de</strong>terminante<strong>de</strong> la mortalidad tardía tras el trasplante cardíaco.Produce isquemia, fallo <strong>de</strong> bomba y, en ocasiones,muerte súbita por arritmias ventriculares.La reacción inmune y su expresión clínica sin rechazoparecen tener un papel primordial en el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong>l proceso. Por este motivo los nuevos agentes inmunosupresoresy las nuevas estrategias en su manejo<strong>de</strong>ben jugar un papel protagonista en la prevención<strong>de</strong> esta complicación. El bloqueo <strong>de</strong> la células T, la inhibición<strong>de</strong> las moléculas <strong>de</strong> adhesión y los antígenos<strong>de</strong> clase II por los endotelios, así como la inhibición<strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> crecimiento, serán sin duda las dianas<strong>de</strong> las investigaciones futuras.Los inhibidores <strong>de</strong> la HMG-CoA reductasa, con susefectos inmunológicos y no inmunológicos, parecenhaber <strong>de</strong>mostrado que pue<strong>de</strong>n atenuar o diferir el problema.Los métodos para aumentar la producción <strong>de</strong> óxidonítrico endógeno como los IECA o la L-arginina,podrían ser eficaces para evitar el daño vascular inicialque pone en marcha la agresión inmunológica.Los procedimientos <strong>de</strong> revascularización, <strong>sobre</strong> todola angioplastia con balón e implantación <strong>de</strong> stents,tienen un papel muy limitado en los pacientes con lesionesfocales proximales y buenos lechos distales.Aunque la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> re-estenosis es alta, pue<strong>de</strong>nser utilizados como procedimientos paliativos <strong>de</strong> tratamiento.El retrasplante es, hoy en día, el único tratamientoeficaz, pero su utilización está limitada por la escasadisponibilidad <strong>de</strong> órganos y por las inferiores tasas <strong>de</strong>supervivencia que se consiguen con el mismo.155


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Tratamiento y Prevención - PresentaciónPresentaciónLuis A. PulpónDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 4159


Diapositiva 5 Diapositiva 6Diapositiva 7 Diapositiva 8Diapositiva 9 Diapositiva 10160


Tratamiento y Prevención - PresentaciónDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 16161


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Tratamiento y Prevención - PresentaciónDiapositiva 23 Diapositiva 24Diapositiva 25 Diapositiva 26Diapositiva 27 Diapositiva 28163


Tratamiento y Prevención - PonenciasTratamiento y prevencion <strong>de</strong>l rechazocrónico en el trasplante hepáticoAntoni Rimola, Isabel CireraServicio Hepatología. Hospital Clínic, BarcelonaCONSIDERACIONESPRELIMINARESEl diagnóstico <strong>de</strong> rechazo crónico <strong>de</strong>l injerto hepáticose basa en datos anatomopatológicos y pue<strong>de</strong>adoptar dos formas: rechazo crónico ductopénico llamadotambién vanishing bile duct syndrome y arteriopatíaobliterativa (la forma <strong>de</strong> rechazo crónico vascularcomún a todos los injertos <strong>de</strong> órganos) (1). Ambasformas pue<strong>de</strong>n presentarse combinadas. No obstante,la inmensa mayoría <strong>de</strong> rechazos crónicos hepáticos correspon<strong>de</strong>na rechazos ductopénicos que, en su mayorparte, se <strong>de</strong>sarrollan como consecuencia <strong>de</strong> episodios<strong>de</strong> rechazo celular agudo refractario al tratamiento, <strong>de</strong>forma que la lesión colangítica propia <strong>de</strong>l rechazo celularagudo va progresando hasta la <strong>de</strong>generación y necrosis<strong>de</strong>l epitelio biliar, con <strong>de</strong>saparición final <strong>de</strong>l conductobiliar afectado (2). De ahí que en el rechazo celularagudo refractario el tratamiento suele ser tambiénincluido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> rechazo crónico cuandose asocia a un cierto grado <strong>de</strong> ductopenia, ya quese consi<strong>de</strong>ra que se trata <strong>de</strong> una forma precoz <strong>de</strong>l mismo(3).Sólo una pequeña parte <strong>de</strong> rechazos crónicos ocurrensin estar precedidos <strong>de</strong> ningún episodio aparente<strong>de</strong> rechazo celular agudo. Por consiguiente, la mayoría<strong>de</strong> rechazos crónicos en el trasplante hepático <strong>de</strong>benser contemplados en el contexto <strong>de</strong>l continuumexistente entre rechazo celular agudo y rechazo crónico(diapositiva 3). Debido a este hecho, un problemaimportante en relación al tratamiento y prevención <strong>de</strong>lrechazo crónico en el trasplante hepático es la <strong>de</strong>finición<strong>de</strong> rechazo crónico, que no es uniforme en los distintosestudios dirigidos a este tema. En esta revisión,sin embargo, se ha procurado incluir <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l concepto<strong>de</strong> rechazo crónico el rechazo ductopénico y elrechazo celular agudo refractario al tratamiento, cuyabase anatomopatológica es casi siempre lo que actualmentese <strong>de</strong>nomina rechazo crónico precoz: rechazoductopénico asociado a ciertos hallazgos propios <strong>de</strong>lrechazo celular agudo (3).PREVENCIÓN DEL RECHAZOCRÓNICOHasta hace aproximadamente una década, cuandolas pautas inmunosupresoras estaban basadas en la administración<strong>de</strong> ciclosporina clásica, el rechazo crónicoen receptores <strong>de</strong> trasplante hepático era consi<strong>de</strong>radocomo una complicación relativamente frecuente, conuna inci<strong>de</strong>ncia aproximada <strong>de</strong>l 10%. El rechazo crónicoseguía casi invariablemente un curso irreversible,con <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> colestasis progresiva, que generalmenteno respondía a la administración <strong>de</strong> inmunosupresores,y que acababa provocando la disfunción grave<strong>de</strong>l injerto con la subsiguiente muerte <strong>de</strong>l pacienteo la necesidad <strong>de</strong> retrasplante (2,4). No obstante, conla introducción <strong>de</strong> tacrolimus, ciclosporina en microemulsión(Neoral ® ) o productos más recientes, como micofenolatoo anticuerpos anti-receptor <strong>de</strong> la interleucina-2,la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo crónico ha disminuido<strong>de</strong> forma notable, siendo actualmente <strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l3% (2,5). Esta reducción <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l rechazocrónico en el trasplante hepático ha sido probablemen-165


te <strong>de</strong>bida a la reducción <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia y severidad <strong>de</strong>lrechazo celular agudo, el cual, como se ha mencionadoanteriormente, es la causa más frecuente <strong>de</strong> rechazocrónico al convertirse en refractario al tratamiento.Por tanto, la primera medida en la prevención <strong>de</strong>l rechazocrónico en el trasplante hepático es la prevencióny tratamiento a<strong>de</strong>cuados <strong>de</strong>l rechazo celular agudo. LaTabla I resume los principales trabajos publicados acerca<strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazo crónico o rechazo celularagudo refractario en pacientes con trasplante hepáticoy distintos regímenes inmunosupresores.Por otra parte, la instauración <strong>de</strong> un tratamiento a<strong>de</strong>cuadocontra el rechazo celular agudo, cuando éste seproduce, también podría constituir una medida efectivapara la prevención <strong>de</strong> rechazo crónico. No obstante,existe muy poca información en la literatura al respecto.En conocimiento <strong>de</strong> los autores sólo cabe <strong>de</strong>stacarlos resultados publicados por Wiesner et al (2)quienes evi<strong>de</strong>nciaron una estrecha relación entre la dosis<strong>de</strong> corticoi<strong>de</strong>s como tratamiento anti-rechazo celularagudo y la inci<strong>de</strong>ncia final <strong>de</strong> rechazo crónico, <strong>de</strong>forma que los pacientes, que recibieron 1000, 2000 o3000 mg <strong>de</strong> metilprednisolona, presentaron una tasa<strong>de</strong> rechazo crónico o refractario <strong>de</strong>l 22%, 5% y 2%,respectivamente (2).Finalmente, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l rechazo celular agudo y sutratamiento, existen otros factores que se han relacionadocon la aparición <strong>de</strong> rechazo crónico. Entre los factoresasociados a riesgo elevado <strong>de</strong> rechazo crónico sehallan un grado elevado <strong>de</strong> incompatibilidad HLA entredonante y receptor, crossmatch positivo, <strong>de</strong>terminadascombinaciones <strong>de</strong> sexo entre donante y receptor,infección por citomegalovirus, enfermedad pre-trasplante<strong>de</strong> patogenia autoinmunitaria como indicación<strong>de</strong>l trasplante y edad joven <strong>de</strong>l receptor (5,6). En la era<strong>de</strong> la ciclosporina clásica, la no administración <strong>de</strong> azatioprinatambién se asociaba a una mayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>rechazo crónico (7). Algunos <strong>de</strong> estos factores seríansusceptibles <strong>de</strong> modificación con objeto <strong>de</strong> reducir elriesgo <strong>de</strong> rechazo crónico, pero no existen estudios <strong>de</strong>vali<strong>de</strong>z clínica fehaciente en este sentido.TRATAMIENTO DEL RECHAZOCRÓNICONo todos los receptores <strong>de</strong> trasplante hepático que<strong>de</strong>sarrollan rechazo crónico siguen una evolución progresivae irreversible. Así, por ejemplo, se ha publicadoque es posible la normalización <strong>de</strong>l funcionalismohepático siguiendo únicamente tratamiento inmunosupresorconvencional sin modificaciones sustanciales<strong>de</strong>l mismo hasta en un 20-30% <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong> rechazocrónico (8,9). En estos casos suele persistir ungrado variable <strong>de</strong> ductopenia en la histología hepática.Sin embargo, la mayoría <strong>de</strong> pacientes con rechazocrónico <strong>de</strong>l injerto hepático presenta un curso <strong>de</strong>sfavorabley, por tanto, es susceptible <strong>de</strong> tratamiento específicocontra esta complicación. El tratamiento <strong>de</strong>lrechazo crónico en pacientes receptores <strong>de</strong> trasplanteincluye también el tratamiento <strong>de</strong> la situación precursoramás importante <strong>de</strong> aquél; es <strong>de</strong>cir, el rechazo celularagudo refractario. El tratamiento <strong>de</strong>l rechazo crónico(y <strong>de</strong>l rechazo celular agudo refractario) pue<strong>de</strong>ser dividido en dos épocas; una, anterior a la introducción<strong>de</strong> tacrolimus y otra, posterior a este hecho.TRATAMIENTO DEL RECHAZOCRÓNICO ANTES DE LAINTRODUCCIÓN DETACROLIMUSEn aquella época coincidieron dos hechos: inci<strong>de</strong>nciaelevada <strong>de</strong> rechazo, tanto agudo como crónico,y relativa escasez <strong>de</strong> productos inmunosupresores. Eltratamiento <strong>de</strong>l rechazo celular agudo tenía dos líneas<strong>de</strong> actuación. Por una parte, se seguía una inmunosupresión<strong>de</strong> base muy enérgica, con administración <strong>de</strong>corticoi<strong>de</strong>s, ciclosporina y azatioprina a dosis y niveleselevados. Por otro lado, se administraban tandascortas <strong>de</strong> corticoi<strong>de</strong>s a dosis elevadas. En caso <strong>de</strong> corticorresistencia<strong>de</strong>l rechazo, lo que ocurría en el 15-30% <strong>de</strong> los casos, se administraban anticuerpos antilinfocitarios,especialmente monoclonales anti-CD3(OKT3) (10,11). El resultado final era mediocre puesla mayoría <strong>de</strong> los rechazos celulares agudos refractariosacababan en rechazos crónicos ductopénicos.Ante un rechazo crónico ductopénico, bien establecido,la única medida utilizada era administrar inmunosupresión<strong>de</strong> base intensa. La eficacia <strong>de</strong> tal medida eramuy escasa, pues pocos rechazos crónicos revertían ymuchos casos acababan con retrasplante o la muerte <strong>de</strong>lpaciente. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la escasa eficacia <strong>de</strong> la escalada terapéutica,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que el rechazo se hacía refractarioel tratamiento, existía una tasa elevada <strong>de</strong> efec-166


Tratamiento y Prevención - PonenciasTABLA IINCIDENCIA DE RECHAZO CRÓNICO (RC) O RECHAZO CELULARAGUDO REFRACTARIO AL TRATAMIENTO (RR) SEGÚN LASDIFERENTES PAUTAS DE INMUNOSUPRESIÓN UTILIZADAS.Sólo se han incluido datos <strong>de</strong> estudios con un número elevado <strong>de</strong> pacientesInhibidor <strong>de</strong> calcineurina + corticoi<strong>de</strong>s (+/- azatioprina):Nº pacientes Inci<strong>de</strong>ncia (%)A) Ciclosporina clásica (Sandimmune ® ):European FK506 Study (Lancet 1994; 344:423) 265 5,3 (RC)US FK506 Study (NEJM 1994; 331:1110) 266 15 (RR)Otto (Transplantation 1998; 66;1632) 192 10,1 (RR)B) Ciclosporina microemulsión (Neoral ® ):Otto (Transplantation 1998; 66:1632) 198 3,1 (RR)Wiesner (Liver Transplant Surg 2001; 7:442) 287 8,2 (RR)C) Tacrolimus:European FK506 Study (Lancet 1994; 344:423) 264 1,5 (RC)US FK506 Study (NEJM 1994; 331:1110) 263 3 (RR)Jain (cita bibliográfica 12) 1408 3,1 (RC)Jain (Transplantation 1998; 66:1395) 99 4 (RR)Neoral / tacrolimus + corticoi<strong>de</strong>s + otro inmunosupresor (no azatioprina):A) Micofenolato:Eckhoff (Transplantation 1998; 65:180) 50 0 (RR)Fisher (Transplantation 1998; 66:1616) 99 1 (RC)Jain (Transplantation 1998; 66:1395) 101 3 (RR)Klupp (Transplant Proc 1999; 31:1113) 80 17 (RR)Eckhoff (Transplantation 2000; 69:1867) 160 3 (RR + RC)Wiesner (Liver Transpl 2001; 7:442) 278 3,8 (RR)B) Anticuerpos anti-receptor <strong>de</strong> IL-2:Nashan (Transplantation 2000; 69(Supl): S118); basiliximab 188 1,5 (RR)Eckhoff (Transplantation 2000; 69:1867);daclizumab 38 0 (RC)C) Sirolimus:McAlister (Liver Transplant 2001; 7:701) 56 0 (RR)Inhibidor <strong>de</strong> calcineurina con retirada rápida <strong>de</strong> corticoi<strong>de</strong>s o sin ellos:Eckhoff (Transplantation 1998; 65:180) 80 8,3 (RR)Zervos (Transplantation 1998; 65:1044) 49 2 (RR)Anticuerpos antilinfocitarios + inhibidor <strong>de</strong> calcineurina + otros:Wall (Dig Dis Sci 1995; 40:52) 199 1,5 (RR)Reding (Transplantation 1996; 61:1406) 44 17 (RC+RR)Eason (Liver Transpl 2001; 7:693) 34 0 (RR)


tos secundarios adversos a la inmunosupresión enérgica,especialmente infecciones oportunistas y linfomas,que ensombrecía aún más el pronóstico <strong>de</strong> los pacientes.TRATAMIENTO DEL RECHAZOCRÓNICO DESPUÉS DE LAINTRODUCCIÓN DETACROLIMUSEn los años siguientes a la introducción <strong>de</strong> tacrolimuscomo inmunosupresor en el trasplante hepático seha experimentado una reducción notable <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> rechazo celular agudo y, por consiguiente, <strong>de</strong> rechazocrónico. Un ejemplo <strong>de</strong> ello es el estudio realizadopor Jain y cols. <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Pittsburg (12),en el que se <strong>de</strong>scribe una muy baja inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> rechazocrónico (alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 3% en adultos y prácticamentenulo en niños) en una serie <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 1000 pacientestratados con inmunosupresión basada en tacrolimus.A<strong>de</strong>más, en este estudio se pone también <strong>de</strong> manifiestoque el impacto <strong>de</strong>l rechazo crónico en pacientes tratadoscon tacrolimus es mucho menos negativo <strong>de</strong> loque era en épocas anteriores, cuando la inmunosupresiónse basaba en la administración <strong>de</strong> ciclosporina clásica.La supervivencia actuarial <strong>de</strong> 113 pacientes con rechazocrónico y que continuaron tratamiento con tacrolimusy corticoi<strong>de</strong>s fue <strong>de</strong>l 88% a 1 año, 75% a los 3años y 54% a los 6 años <strong>de</strong>l diagnóstico <strong>de</strong> rechazo crónico,con una supervivencia correspondiente <strong>de</strong>l injerto<strong>de</strong>l 78%, 65% y 49%, respectivamente. Si se tiene encuenta la mala evolución que solían seguir los pacientescon rechazo crónico antes <strong>de</strong> la introducción <strong>de</strong> tacrolimus,estos resultados son muy positivos.Por otra parte, la introducción <strong>de</strong> otros productosinmunosupresores distintos <strong>de</strong> tacrolimus también hasignificado un avance importante en el tratamiento <strong>de</strong>lrechazo en el trasplante hepático. Todo ello ha comportadocambios sustanciales en el tratamiento <strong>de</strong>l rechazocrónico en los últimos años. Los cambios másimportantes se exponen a continuación.Conversión a tacrolimus en pacientestratados con ciclosporinaLa sustitución <strong>de</strong> ciclosporina por tacrolimus (llamada“conversión a tacrolimus”), como tratamientoinmunosupresor básico en pacientes con trasplante hepáticoy rechazo crónico o rechazo celular agudo refractario,ha representado un gran avance. La conversióna tacrolimus ha reducido notablemente la necesidad<strong>de</strong> retrasplante y la <strong>sobre</strong>inmunosupresión que seobserva con otras estrategias, especialmente las queincluían anticuerpos antilinfocitarios.Starzl y cols. (13) fueron los primeros en comunicarla utilidad <strong>de</strong> tacrolimus como tratamiento <strong>de</strong> rescateen casos <strong>de</strong> rechazo crónico, al fallar el tratamientoconvencional. De 12 casos <strong>de</strong> rechazo crónico tratadoscon tacrolimus por estos autores, el 50% respondieronfavorablemente al tratamiento, con una supervivencia<strong>de</strong>l injerto y <strong>de</strong>l paciente <strong>de</strong>l 50% y 67%, respectivamente.Posteriormente, la eficacia <strong>de</strong> la conversión a tacrolimuscomo tratamiento <strong>de</strong> rescate <strong>de</strong>l rechazo crónico,en distintas fases evolutivas (rechazo crónico ductopénico,rechazo celular agudo refractario al tratamientoo, incluso, rechazo celular agudo corticorresistente)en pacientes que estaban recibiendo un régimeninmunosupresor basado en ciclosporina, ha sidoevaluada en múltiples estudios no comparativos (TablaII). Como pue<strong>de</strong> observarse en la Tabla II, la mayoría<strong>de</strong> estos estudios incluyen un número pequeño<strong>de</strong> pacientes y, por lo general, ponen <strong>de</strong> manifiesto laeficacia <strong>de</strong> tacrolimus al revertir el daño ocasionadopor el rechazo y disminuir la necesidad <strong>de</strong> retrasplante.No obstante, dos <strong>de</strong> estos estudios incluyeron unnúmero elevado <strong>de</strong> pacientes. En el primer estudio (14),64 (70%) <strong>de</strong> 91 pacientes respondieron positivamentea la conversión a tacrolimus, siendo la respuesta positiva<strong>de</strong>finida como supervivencia <strong>de</strong>l paciente con injertofuncionante al final <strong>de</strong>l estudio. La supervivenciaactuarial <strong>de</strong> pacientes e injertos fue <strong>de</strong> 84% y 70%,respectivamente, al año <strong>de</strong> la conversión a tacrolimus,y <strong>de</strong> 81% y 49% a los dos años. El segundo estudio(15) incluyó 123 pacientes con rechazo crónico tratadoscon conversión a tacrolimus. Tras ello, la supervivencia<strong>de</strong> pacientes e injertos a los 2 años <strong>de</strong> seguimientofue <strong>de</strong> 80% y 65% respectivamente, lo que representauna tasa muy elevada <strong>de</strong> respuesta favorable.Es importante <strong>de</strong>stacar que la efectividad <strong>de</strong> la conversión<strong>de</strong> ciclosporina a tacrolimus en el tratamiento<strong>de</strong>l rechazo crónico <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> varios factores. Un primerfactor es el momento evolutivo <strong>de</strong>l rechazo en quese realice dicha conversión, <strong>de</strong> forma que la eficaciaes mayor cuando el rechazo se halla en fases iniciales168


Tratamiento y Prevención - Ponenciasque cuando se halla bien establecido. Así, en el estudio<strong>de</strong> Sher y cols. (14) la supervivencia <strong>de</strong> los pacientescon bilirrubina < 10 mg/dL fue más elevadaque la <strong>de</strong> los pacientes con bilirrubina > 10 mg/dL (95%versus 71%, respectivamente, al año <strong>de</strong> la conversióna tacrolimus), y lo mismo ocurrió con la supervivencia<strong>de</strong> los injertos (85% versus 52%). A<strong>de</strong>más, la eficaciatambién <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l tiempo transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el trasplante a la conversión <strong>de</strong> ciclosporina a tacrolimus.En el estudio anteriormente mencionado (14) lospacientes, que <strong>de</strong>sarrollaron un rechazo crónico másallá <strong>de</strong>l tercer mes <strong>de</strong>l trasplante, tuvieron una mejorrespuesta al tratamiento que aquéllos que lo presentaron<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los primeros tres meses (supervivencia<strong>de</strong> los pacientes: 88% versus 66%, respectivamente;supervivencia <strong>de</strong> los injertos: 73% versus 52%). Enotra investigación (16), se halló que los pacientes conbilirrubina sérica > 20 mg/dL o con ausencia prácticamentecompleta <strong>de</strong> conductos biliares interlobares y/oextensa fibrosis central en la biopsia hepática mostraronuna respuesta poco favorable a la conversión a tacrolimus.Finalmente, se ha sugerido que en los pacientescon rechazo crónico y recidiva <strong>de</strong> hepatitis Cla respuesta contra el rechazo pue<strong>de</strong> verse limitada porla concomitancia <strong>de</strong> ambos procesos (17). Otro estudiorelevante es el <strong>de</strong> Platz y cols. (18), en el que secompara la eficacia <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> OKT3 conconversión a tacrolimus en una serie <strong>de</strong> pacientes tratadoscon ciclosporina y que presentaban rechazos celularesagudos corticorresistentes o rechazos crónicosen fase incipiente. En este estudio, la conversión a tacrolimusfue superior a la administración <strong>de</strong> OKT3 enTABLA IIEFICACIA DE TACROLIMUS COMO TRATAMIENTO DE RESCATEEN EL RECHAZO CRÓNICO (EN DISTINTAS FASES EVOLUTIVAS DEL MISMO)EN PACIENTES CON TRASPLANTE HEPÁTICO E INMUNOSUPRESIÓN DE BASEQUE INCLUÍA CICLOSPORINAReferencia Nº Respuesta Supervivencia (%) Retrasplante<strong>de</strong> pacientes completa (%) pacientes injertos (%)McDiarmid (Transplant Proc 1991; 23:2996) 12 50 68 50 17Demetris (Transplant Proc 1991; 23:3005) 33 67 100 67 33Lewis (Transplant Proc 1991; 23:2989) 5 40 60 60 20Winkler (Transplant Proc 1991; 23:2984) 7 43 71 43 28Shaw (Transplant Proc 1991; 23:2994) 14 36 64 50 21Woodle (Transplant Proc 1993; 25:1990) 16 100 100 100 0Jonas (Transpl Int 1996; 9:23) 11 73 73 45 18Platz (Transplant Proc 1996; 28:3183) 27 41 78 41 37Samuel (Gut 1997; 41[suppl 3]:A239) 8 NC 79 71 NCTaibi (Transplant Proc 1998; 30:141) 6 50 83 50 50González (Transplant Proc 1999; 31:2425) 9 78 78 67 11Malekkiani (Hepatology 2000; 32:345A) 9 89 89 78 0Sher (cita bibliográfica 14) 91 70 92 70 22Klein (cita bibliográfica 15) 123 NC 80 65 NCNC: no consta169


elación a la necesidad <strong>de</strong> retrasplante (21% versus27%, respectivamente) y a la supervivencia <strong>de</strong> los pacientes(78% versus 70%, respectivamente).Administración <strong>de</strong> micofenolato mofetilRecientemente se ha utilizado el micofenolato mofetilen algunos pacientes con trasplante hepático y rechazocrónico con resultados satisfactorios. En un estudiocon 6 pacientes con rechazo crónico tratados con tacrolimusy micofenolato mofetil se observó que todosellos respondieron favorablemente al tratamiento <strong>de</strong> rescatecon la excepción <strong>de</strong> uno que requirió retrasplante(19). En otro estudio, Platz y cols. incluyeron 20 pacientescon rechazo agudo corticorresistente y 5 con rechazo crónico(20). Tras la adición <strong>de</strong> micofenolato como tratamiento<strong>de</strong> rescate, el 96% <strong>de</strong> pacientes mostró respuestacompleta con normalización analítica e histológica<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las 4 semanas <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong>l tratamiento. Untercer estudio (21) incluyó 19 pacientes que habían <strong>de</strong>sarrolladorechazo celular agudo refractario o rechazo crónico,estando con tratamiento inmunosupresor basado enciclosporina, corticoi<strong>de</strong>s y azatioprina. Tras la conversión<strong>de</strong> azatioprina a micofenolato, y manteniendo la ciclosporinay los esteroi<strong>de</strong>s, 12 <strong>de</strong> los 19 pacientes presentaronresolución histológica completa <strong>de</strong>l rechazo, 2presentaron resolución parcial y en 3 se apreció un empeoramiento<strong>de</strong>l mismo. Finalmente, otro estudio incluyó23 pacientes con rechazo crónico que recibieron micofenolatomofetil como tratamiento <strong>de</strong> rescate, <strong>de</strong> loscuales 15 (65%) seguían vivos y con injerto funcionanteal final <strong>de</strong>l estudio (22). En este mismo estudio, la supervivencia<strong>de</strong> pacientes e injertos fue especialmente satisfactoriacuando la indicación <strong>de</strong>l trasplante había sidouna hepatopatía <strong>de</strong> etiología no viral. La supervivencia<strong>de</strong> pacientes e injertos en pacientes trasplantados por hepatopatíasno virales fue <strong>de</strong>l 83% y 75%, respectivamente,frente al 63% y 54% en los pacientes trasplantadospor hepatopatías <strong>de</strong> origen viral.Aunque los resultados <strong>de</strong> estos estudios son prometedores,el número <strong>de</strong> pacientes incluidos es todavía<strong>de</strong>masiado pequeño para obtener conclusiones <strong>de</strong>finitivas,siendo necesarios estudios más amplios queconfirmen estos resultados preliminares.Administración <strong>de</strong> sirolimusLa administración <strong>de</strong> sirolimus ha sido también ensayadacomo tratamiento <strong>de</strong> rescate <strong>de</strong>l rechazo crónicoen el trasplante hepático con notable éxito. Así,Nishida y cols. (23) publicaron la resolución <strong>de</strong>l rechazocrónico en 8 <strong>de</strong> 16 pacientes mediante la adición<strong>de</strong> sirolimus a regímenes inmunosupesores convencionales(4 pacientes) o la sustitución <strong>de</strong> tacrolimuspor sirolimus (4 pacientes). No obstante, la escasez<strong>de</strong> datos publicados hace que el papel <strong>de</strong> sirolimusen el manejo <strong>de</strong> los pacientes con trasplante hepáticoy rechazo crónico no esté aún bien establecido.RETRASPLANTEAunque la inci<strong>de</strong>ncia actual <strong>de</strong> rechazo crónico en eltrasplante hepático es baja comparada con la <strong>de</strong>l trasplanterenal o cardíaco, y a pesar <strong>de</strong> que en los últimosaños los resultados <strong>de</strong>l tratamiento contra el rechazo crónicohan mejorado, el retrasplante es la alternativa terapéuticafinal en una buena parte <strong>de</strong> los pacientes. Cuandoel rechazo crónico está plenamente establecido; es <strong>de</strong>cir,cursa con ductopenia <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> los espaciosporta, generalmente asociada a un grado variable esclerosisportal, o cursa con un síndrome colestásico progresivoe intenso, asociado o no a <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> otras funciones<strong>de</strong>l injerto, el paciente <strong>de</strong>bería ser evaluado pararetrasplante y, así, prevenir su <strong>de</strong>terioro clínico y evitaro reducir las complicaciones <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> un exceso <strong>de</strong>inmunosupresión (5). Los resultados <strong>de</strong>l retrasplante porrechazo crónico o refractario son aceptables, habiéndosepublicado una supervivencia <strong>de</strong> pacientes e injertos<strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 55% a los 5 años <strong>de</strong>l retrasplante (24,25). Hay que <strong>de</strong>stacar, sin embargo, que la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>rechazo crónico en el segundo injerto en pacientes sometidosa retrasplante por rechazo crónico suele ser mayorque el esperable en el trasplante hepático, pudiendollegar hasta el 90% según algunos autores (7).170


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Tratamiento y Prevención - PonenciasPresentaciónAntoni Rimola, Isabel CireraDiapositiva 1 Diapositiva 2Diapositiva 3 Diapositiva 4173


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Tratamiento y Prevención - PonenciasDiapositiva 11 Diapositiva 12Diapositiva 13 Diapositiva 14Diapositiva 15 Diapositiva 16175


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