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CANDIDO, Antonio. Literatura e Sociedade: estudos de teoria e ...

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156 resenhas<strong>CANDIDO</strong>, <strong>Antonio</strong>. <strong>Literatura</strong> e <strong>Socieda<strong>de</strong></strong>: <strong>estudos</strong> <strong>de</strong> <strong>teoria</strong> e história literária.São Paulo: Companhia Editora Nacional, 1967.CHARTIER, Roger. Os <strong>de</strong>safios da escrita. Trad. <strong>de</strong> Fulvia M. L. Moretto. SãoPaulo: Editora UNESP, 2002._______. Cultura Escrita, <strong>Literatura</strong> e História: conversas <strong>de</strong> Roger Chartiercom Carlos Aguirre Anaya, Jesús Anaya Rosique, Daniel Goldin e <strong>Antonio</strong>Saborit. Trad. <strong>de</strong> Ernani Rosa. Porto Alegre: ARTMED, 2001.DALCASTAGNÈ, Regina. “A personagem do romance brasileiro contemporâneo”.Estudos <strong>de</strong> <strong>Literatura</strong> Brasileira Contemporânea, n° 26. Brasília,jul.-<strong>de</strong>z. 2005, pp. 13-71.DUARTE, Constância Lima. “O cânone e a autoria feminina.”, em SCHMIDT,Rita Terezinha (org). Mulheres e literatura: (trans)formando i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s.Porto Alegre: Palloti, 1997.EVEN-ZOHAR, Itamar. “Polysystem Studies”. Poetics Today, v. 11, nº 1, Spring1990, pp. 9-94.Luiz Ruffato – De mim já nem se lembraSão Paulo: Mo<strong>de</strong>rna, 2007.Cristovão Tezza – O filho eternoRio <strong>de</strong> Janeiro: Record, 2007.Francismar Ramírez BarretoSecreto a vocesPublicadas en el mismo año, dos narrativas recientes dan cuenta <strong>de</strong> lasociedad brasileña <strong>de</strong> las últimas tres décadas. Una a manera <strong>de</strong> novelaepistolar (rotulada curiosamente como un volumen infanto-juvenil) y otraen tono confesional. La primera fue escrita por Luiz Ruffato, la segundapor Cristovão Tezza 6 . Más a<strong>de</strong>lante veremos que incluso esta manera <strong>de</strong>presentarlas toma sentido al momento <strong>de</strong> una lectura compuesta. Comoreferencia personal o como testimonio, las historias han podido encauzarseen el camino <strong>de</strong> la crónica. Al final tienen material para ello. Sin embar-6Ambos libros fueron publicados en portugués. Hasta el momento no se han vertido al español.Todas las traducciones son libres.


esenhas 157go, los dos autores introducen el tema familiar, lo que éste representa ensus vidas y lo que un secreto (aunque sea a voces) pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narpor medio <strong>de</strong> la ficción asumida. Y así <strong>de</strong>jan al lector en la encrucijadaque se <strong>de</strong>spliega entre la anécdota y el cuadro teatralizado.Escritas entre febrero <strong>de</strong> 1971 y marzo <strong>de</strong> 1978, cincuenta cartas dancuerpo a De mi já nem se lembra, <strong>de</strong> Ruffato. Aunque el prefacio anuncia lapresencia <strong>de</strong> un doliente, la lectura <strong>de</strong> las misivas (que al parecer fueronreales) gana un significado ficcional con la Advertencia sobre los escrúpulos<strong>de</strong> la fantasía <strong>de</strong> Luigi Piran<strong>de</strong>llo, prolongación <strong>de</strong>l último billete: “Un caso<strong>de</strong> vida pue<strong>de</strong> ser absurdo; una obra <strong>de</strong> arte, si es obra <strong>de</strong> arte, no” (p. 99).El libro es justo esto: un caso <strong>de</strong> vida que se siente absurdo y ahora llega anuestras manos como obra <strong>de</strong> arte, entre dos tapas y con 99 páginas.El 2 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1971, José Célio, natural <strong>de</strong> Cataguases (MinasGerais) hace su primer viaje largo a São Paulo. Viaja en autobús, noconsigue dormir. Está consciente <strong>de</strong> que las mejoras en su vida llegaráncomo producto <strong>de</strong> una lucha. Aspira el regreso triunfal a su pequeñopueblo y arrastra con dificultad la posibilidad <strong>de</strong> no “volver” a los suyos.Se muestra fascinado por los primeros trazos <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra ciudad. Elterminal <strong>de</strong> autobuses le parece “bonito” y la escalera mecánica le produce“miedo”, al punto <strong>de</strong> pensar en regresos progresivos para “entrenar”. Lapensión que le da refugio está llena <strong>de</strong> “gente <strong>de</strong> fuera”, personas <strong>de</strong> otrasciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Brasil que migran a la “ciudad gran<strong>de</strong>” con la expectativa<strong>de</strong> una vida mejor.Poco a poco, José Célio alimenta la comunicación con <strong>de</strong>talles sobreel primer empleo, la nostalgia insalvable que lo separa <strong>de</strong> su terruño, lagran<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l fútbol en vivo (en el Pacaembu, en el Morumbi, en el Mundial<strong>de</strong> Fútbol), el primer amor, la buena relación con sus jefes y colegas,la preocupación por sus hermanos menores (Lúcia y Luiz), el envío <strong>de</strong>dinero a sus padres, las <strong>de</strong>sapariciones sospechosas <strong>de</strong> compañeros <strong>de</strong>trabajo (signo <strong>de</strong> dictadura) y comentarios breves sobre lo difícil que lepue<strong>de</strong> resultar a un “provinciano” (forastero en suelo propio) ser “alguien”.En cierto momento él comentará no sentirse ni <strong>de</strong> Cataguases ni <strong>de</strong> SãoPaulo, “no soy <strong>de</strong> ningún lugar” (12 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1975), como si <strong>de</strong> ciertaforma pasara a encarnar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un sobreviviente. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sensibles,las cartas dan muestra <strong>de</strong> un espíritu afable, un sentir pausado que sepue<strong>de</strong> asociar a las personas <strong>de</strong> Minas Gerais.


esenhas 159esa mo<strong>de</strong>rnidad” porque necesita una persona que cui<strong>de</strong> <strong>de</strong> los hijos. Porotro lado, teme que disientan en las aspiraciones (ella una mujer conformación, él un obrero), aunque el padre y el hermano <strong>de</strong> la Nena seanobreros.La represión política <strong>de</strong> estos años también cercena la libertad <strong>de</strong>Célio. Empleado en una “firma” como obrero, el joven nota el<strong>de</strong>saparecimiento <strong>de</strong> un colega, conversa sobre la posibilidad <strong>de</strong> que leconfisquen cartas, recomienda que se rompan las más comprometedorasy comenta las rondas <strong>de</strong> un “<strong>de</strong>lator” <strong>de</strong> la Policía Fe<strong>de</strong>ral. En diciembre<strong>de</strong> 1976 le advierte a su madre: “La señora sabe que vivimos en unadictadura que arresta y mata trabajadores, que lo único que quieren escambiar la situación injusta <strong>de</strong>l país, mas no hable <strong>de</strong> eso en Cataguases,si no ellos la arrestan y dicen que la señora es comunista” (p. 90). Pue<strong>de</strong>ser que la dosificación <strong>de</strong> comentarios se <strong>de</strong>ba a las retaliaciones <strong>de</strong> loscensores. Lo cierto es que ahora “<strong>de</strong>ben cuidarse”. De la mano <strong>de</strong> lasituación política camina el drama económico. Para obtener más dineroCélio ven<strong>de</strong> sus vacaciones, a veces ven<strong>de</strong> “sólo” la mitad <strong>de</strong> lasvacaciones. Cíclicamente el mundo laboral lo empuja al compromiso político.En octubre <strong>de</strong> 1977 comenta la mobilización conseguida en lacampaña por la reposición salarial <strong>de</strong>l 34,1%, “un índice que el gobiernorobó <strong>de</strong>l trabajador” (p. 95). Con Célio en el sindicato – algo que lospropios trabajadores gestionan dada su buena reputación – el gremioobtiene reivindicaciones sin par.Honestidad brutalSi bien Ruffato estimula la propuesta ficcional con la coletilla <strong>de</strong>Piran<strong>de</strong>llo, Cristovão Tezza nos induce a ejercicio similar con un epígrafe<strong>de</strong> Thomas Bernard: “Queremos <strong>de</strong>cir la verdad y, en tanto, no <strong>de</strong>cimosla verdad. Describimos algo buscando fi<strong>de</strong>lidad a la verdad y, en tanto, lo<strong>de</strong>scrito es otra cosa que no la verdad” 7 . Pudiendo ser apenas un inci<strong>de</strong>nte,“una historia basada en la vida real”, el torbellino que sobreviene a lacita se convierte, página a página, en un referente notablementeretrabajado. O filho eterno cuenta la historia <strong>de</strong> un padre y un hijo, unescritor y su niño trisómico (portador <strong>de</strong>l Síndrome <strong>de</strong> Down). Hasta7Bernard, apud Tezza, O filho eterno, p. 5.


160 resenhascierto punto muestra también la historia <strong>de</strong> dos artistas. ¿Es más autor elindividuo que escribe y guarda, o el hijo que pinta y ven<strong>de</strong>? El padre, quenunca se presenta con nombre y apellido (habla <strong>de</strong> sí en tercera persona),se encuentra en permanente tensión: “Hay un escenario montado para elpapel y en él <strong>de</strong>be mostrarse felicidad. Orgullo, también” (p. 10).La llegada <strong>de</strong> Felipe, su primer bebé, ocurre a los 28 años. En teoría<strong>de</strong>be sentir alegría mas esa alegría no llega. Mucho menos sin casa, empleo,estabilidad y al margen <strong>de</strong> lo socialmente esperado. Él afirma “actuar” enun mundo <strong>de</strong> falseda<strong>de</strong>s y vivir en un constante “simulacro”. Es un incrédulo.A pesar <strong>de</strong> saberse talentoso con las palabras y tener algunos librosengavetados (O terrorista lírico, O filho da primavera, Ensaio da paixão, Acida<strong>de</strong> inventada, Aventuras provisórias), siente “el peso <strong>de</strong>l ridículo <strong>de</strong> serescritor” (p. 213). En ese momento vive <strong>de</strong> impartir clases <strong>de</strong> redacción yrevisa tesis <strong>de</strong> maestría sin distinción <strong>de</strong> tema. Su sueño velado es serrelojero. Para él un hijo no es una “realización”, ni una bendición. Sinouna “inmolación al sistema”, como si todos <strong>de</strong>biésemos cumplir con losimperativos <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n mayor.La libertad es uno <strong>de</strong> los dilemas <strong>de</strong> este adulto. En su cabeza tenerhijos equivale a dilapidar un privilegio y ser libre <strong>de</strong>bería ser vivir solo.Aunque pueda pasar por cínico, el cuestionamiento es válido: ¿por quétodos <strong>de</strong>ben experimentar la paternidad? ¿Cómo <strong>de</strong>be asumirse la llegada<strong>de</strong> un hijo enfermo? ¿Qué tipo <strong>de</strong> sentimientos <strong>de</strong>spierta un evento <strong>de</strong>esta naturaleza? ¿La solidaridad es una actuación, es un sentimientogenuino? ¿Qué salida le queda a quien entien<strong>de</strong> el casamiento como unpapeleo ridículo, el nacimiento como “una brutalidad natural” y la familiacomo “un horror necesario – o inevitable” (p. 24)? “¿Las personas imprevistaspue<strong>de</strong>n formar parte <strong>de</strong> una vida normal?” (p. 85). ¿El rechazo <strong>de</strong>beasumirse con vergüenza? El escritor reconoce que “la vergüenza regula<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el catador <strong>de</strong> basura hasta el Presi<strong>de</strong>nte. Es una llave po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong>la vida cotidiana” (p. 45).Como si tomase el bastón <strong>de</strong>jado por Ruffato, la narrativa <strong>de</strong> Tezzacomienza el 3 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1980, día <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> Felipe. Elcuadro completo transcurre en 25 años y varias ciuda<strong>de</strong>s: Curitiba comolugar <strong>de</strong> nacimiento <strong>de</strong>l padre; São Paulo como su casa posible; Río <strong>de</strong>Janeiro como la ciudad <strong>de</strong>l tratamiento alternativo que no funciona yFlorianópolis como la ciudad <strong>de</strong>l trabajo. A pesar <strong>de</strong> ahogarse en la


esenhas 161negación, el adulto se permite cambios progresivos. Primero observa queel hijo no incomoda: “Niños mongólicos duermen mucho, son hipotónicos,lentos en todo” (p. 70). Luego <strong>de</strong> imaginar varias salidas disparatadas(para <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong>l bebé), piensa que tal vez sea él quien necesite unaevaluación médica. Más a<strong>de</strong>lante examina su juventud y la compara conla juventud <strong>de</strong> su hijo. En otro momento piensa en las condiciones <strong>de</strong>salud <strong>de</strong> acuerdo con el po<strong>de</strong>r adquisitivo. Ya probó los consultorios <strong>de</strong>personas adineradas, clínicas privadas y cuadros <strong>de</strong> buen gusto (p. 82), ylos espacios <strong>de</strong> indigentes don<strong>de</strong> “todo lo pobre es abiertamente visible(…). No es una maldición; es pura estadística” (p. 82).El prejuicio, el examen científico, el sentimiento, el pasado y el <strong>de</strong>berser son las instancias que rondan la mente <strong>de</strong> este señor. Delante <strong>de</strong> síexiste un hijo-problema, un enfermo, un hijo-<strong>de</strong>fectuoso, un incompletoy un hijo-milagro. El sacrificio, más que una exigencia, pasa a ser la norma:la casa se convierte en una extensión <strong>de</strong> la clínica, la pacienciaconsigue la motivación, llega la sensación <strong>de</strong> fracaso (y también una nuevabebé), la terquedad <strong>de</strong>l niño es domesticada, pasa a vivirse un tiempocasi onírico (el presente absoluto), se piensa en la conquista <strong>de</strong> un trabajofijo (tal vez como funcionario <strong>de</strong>l Estado) y en la escuela especial.La ternura hacia el hijo <strong>de</strong>mora en llegar. El padre <strong>de</strong>scubre la sensaciónen el primer extravío <strong>de</strong>l muchacho y el afecto mina cada meandro <strong>de</strong> larelación. Cuando irritado al extremo, el chico respon<strong>de</strong> con un golpe (yel adulto se enorgullece). La fuerza <strong>de</strong> la práctica amansa los trazos <strong>de</strong>sus cuadros. Sigue el fútbol nacional aunque confunda los equipos. Yabriga una particular visión <strong>de</strong> mundo don<strong>de</strong> no hay espacio para laacumulación (ni <strong>de</strong> lo positivo ni <strong>de</strong> lo negativo). La sensación <strong>de</strong>posibilidad truncada no <strong>de</strong>saparece <strong>de</strong>l todo. Pero <strong>de</strong> eso se trata al finalla familia: “el juego comienza <strong>de</strong> nuevo. Ninguno tiene la mínima i<strong>de</strong>a<strong>de</strong> cómo va a acabar, y eso está muy bien” (p. 222).Es en la dimensión familiar, en la tragedia íntima y en el riesgo latente<strong>de</strong> que algo le suceda a “cualquiera <strong>de</strong> los míos” que Tezza y Ruffatoconversan. Los narradores <strong>de</strong> estas novelas no son simples ficcionistas.Las respectivas “lecciones” los convierten en confi<strong>de</strong>ntes y testigos <strong>de</strong> lospeligros <strong>de</strong>l vivir. En este diálogo imaginado, las obras se hacen eco <strong>de</strong> unajuste <strong>de</strong> cuentas con la historia personal. Para ello vale por igual unmazo <strong>de</strong> cartas o una diáspora por clínicas privadas y hospitales públicos;


162 resenhasuna madre que vive para salvaguardar la memoria <strong>de</strong> un primogénitofallecido antes <strong>de</strong> tiempo; o un padre que no encuentra salida (en sufuero interior) para la llegada <strong>de</strong> un hijo portador <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>sespeciales. Si el hombre contemporáneo fue expropiado <strong>de</strong> la experiencia,como dice Giorgio Agamben, estos autores la reanudan literariamentejusto para probar que sus vidas no están hechas apenas <strong>de</strong> palabras.

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