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Un paseo por Revertelandia: la obra narrativa de Arturo Pérez Reverte

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UN PASEO POR REVERTELANDIA: LA OBRA NARRATIVA DE ARTURO PÉREZ-REVERTE 125dientemente <strong>de</strong>l papel que les haya tocado representar. Es verdad que Muñoz es aquíel pariente más cercano <strong>de</strong> Astarloa, pero no es menos cierto que tanto Julia comoCésar gozan <strong>de</strong> gran in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y libertad en <strong>la</strong> <strong>obra</strong>. En El club Damas, nove<strong>la</strong>mucho más abierta y quizá menos sometida a un <strong>de</strong>terminado esquema como sucedíaen Lci tab<strong>la</strong> <strong>de</strong> F<strong>la</strong>n<strong>de</strong>s, Lucas Corso logra acaparar toda <strong>la</strong> atención <strong>de</strong>l lector, con loque parece que regresemos <strong>de</strong> nuevo a El maestro <strong>de</strong> esgrima. Sólo que ahora hay unmayor dominio <strong>por</strong> parte <strong>de</strong>l autor para crear ese entramado <strong>de</strong> personajes que giranen torno a quien conduce <strong>la</strong> acción: F<strong>la</strong>vio La Ponte, Boris Balkan, Liana Taillefer,Irene Adler, Fargas, Makarova, etc. La extensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> permite en esta ocasiónque podamos conocer <strong>la</strong> vida y circunstancias <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> ellos. Pérez-<strong>Reverte</strong> nonos escatima <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> introducirnos en el taller <strong>de</strong> los hermanos Ceniza yconocer así todos los secretos <strong>de</strong> <strong>la</strong> impresión y falsificación <strong>de</strong> libros, o <strong>de</strong> permanecerdurante unas horas en el bar <strong>de</strong> <strong>la</strong> sensible, culta, lesbiana, rubia y cuarentonaMakarova.El p<strong>la</strong>nteamiento realizado en La piel <strong>de</strong>l tambor ha provocado, en primer lugar,que el lector y los propios críticos <strong>de</strong> esa <strong>obra</strong> no sepan con certeza cuál es elpersonaje mejor trazado, aquél al que le conce<strong>de</strong>mos nuestra simpatía y con el quesolemos i<strong>de</strong>ntificarnos o, al menos, compren<strong>de</strong>r su actitud. Lorenzo Quart, pese a <strong>la</strong>soli<strong>de</strong>z con que está <strong>de</strong>scrito, no logra ensombrecer <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más personajes:el padre Ferro, Macarena Bruner, Gris Marsa<strong>la</strong>, etc. Pérez-<strong>Reverte</strong> ha conseguidoesta vez que cada una <strong>de</strong> estas criaturas <strong>de</strong> ficción posea su propia historia: unainquietud presente que sólo es posible justificar ape<strong>la</strong>ndo al pasado, a <strong>la</strong>s emocionespretéritas que ahora afloran como una enfermedad vieja y <strong>la</strong>tente. Quart sufrirá,como Fre<strong>de</strong>ric Glüntz en El húsar, una transformación sustancial, un cambio <strong>de</strong>actitud que afecta <strong>de</strong> modo inmediato a su modo <strong>de</strong> ver y compren<strong>de</strong>r el mundo.Quart, tras su paso <strong>por</strong> Sevil<strong>la</strong>, se pone <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los vencidos, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rrotados, <strong>de</strong>aquellos peones solos y lejanos, <strong>de</strong> esos curas que, guiados <strong>por</strong> una <strong>la</strong>rga experiencia,terminan <strong>por</strong> creer sólo en Dios, no en su Iglesia. Su reacción inicial contra el padreFerro viene dada <strong>por</strong>que éste resucita algunos <strong>de</strong> los fantasmas <strong>de</strong> su pasado. Ferroactúa <strong>de</strong> psicoanalista logrando que Quart se enfrente con una infancia y adolescenciaque parecen haber marcado para siempre el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> su vida, su dureza ante elmundo, su inflexibilidad en el trabajo. Quart es, como Astarloa, Muñoz, Corso yA<strong>la</strong>triste, un héroe cansado y solitario, un temp<strong>la</strong>rio honrado cuya vida está pob<strong>la</strong>da<strong>de</strong> habitaciones oscuras aún <strong>por</strong> <strong>de</strong>scubrir e iluminar. Hombres, en fin, todos ellosque, como se <strong>de</strong>ja apuntado en <strong>la</strong>s páginas <strong>de</strong> Limpieza <strong>de</strong> sangre a través <strong>de</strong> <strong>la</strong> voz<strong>de</strong> Martín Saldaña, el teniente <strong>de</strong> alguaciles, acaso no merezca el tiempo que les hatocado vivir.El pasado <strong>de</strong> Astarloa (hubo una muerte <strong>por</strong> cuenta propia y un amor frustrado) oel <strong>de</strong> Corso (una mujer, Nikon, es el recuerdo, <strong>la</strong> dolorosa sombra que a todas partesle acompaña) no tiene <strong>la</strong> dimensión ni <strong>la</strong> profundidad <strong>de</strong>l que presenta Quart. Elpropio Ferro tiene unos antece<strong>de</strong>ntes policiales que, al principio, el cura enviado <strong>de</strong>Roma preten<strong>de</strong> utilizar en su contra al no compren<strong>de</strong>r -pa<strong>la</strong>bra que consi<strong>de</strong>ramosc<strong>la</strong>ve en esta nove<strong>la</strong>- su actitud como párroco ni sus i<strong>de</strong>as religiosas. Ferro, comoQuart, es un hombre culto e instruido que, diez años atrás, "se había visto sometido

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