12.07.2015 Views

Bóvedas Tabicadas: Mitos - Vault Zafra

Bóvedas Tabicadas: Mitos - Vault Zafra

Bóvedas Tabicadas: Mitos - Vault Zafra

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

316 M. Fortea, V. LópezFigura 1Bóveda de cañón sin cimbra construida según diseño delautorFigura 2Bóveda de rosca en la Sacristia de la Iglesia de la Anunciaciónen Brozascon mortero de cal, asimilable a bóvedas construidassin cimbras con aparejo a la bizantina (fig. 2). Y evidentementese utiliza el término de «tabicada» parareferirse a bóvedas de ladrillo (hueco o macizo), colocadosen posición más o menos horizontal, y tomadoscon mortero de yeso.Fray Lorenzo da otras recomendaciones sobre labóveda de cañón tabicada: «procurarás que todas tresbóvedas lleven la vuelta de medio punto, porque esla mas firme, y vistosa vuelta, y de menos peso».Aconseja la sección semicircular, y se sobreentiendeque la bóveda está compuesta por tres hojas. Y continuadiciendo que «así como vayas tabicando, la irasdoblando, y macizando las embecaduras hasta el primertercio, y esto ha de ser en todas las bóvedas,echando sus lengüetas atrechos, que levanten el otrotercio, para que así reciban todo el empuje o peso dela bóveda». 4Uno de los mitos que circulan en este micromundoes que Fary Lorenzo fue el primer responsable deasignarle a las bóvedas tabicadas la originalidad deno generar empujes. Extremo absolutamente falso.En ningún momento dice que la bóveda tabicada noejerza empujes, más al contrario entiende que el pesoy el empuje son inseparables y ha de tratarse en todaslas bóvedas de igual manera independientemente delmaterial con que estén ejecutadas.Explica Fray Lorenzo la bóveda tabicada encamonada,(que no es la bóveda encamonada de Vitruvio,pero es igualmente un elemento decorativo), sin ningunafunción estructural, como los falsos techos actuales.Incluso se jacta de haber realizado una de «40pies de largo, 18 de ancho, y 3 pies de vuelta». 5 Nodeja de ser curioso que dé tantos detalles de una ejecuciónpropia de este tipo de bóvedas y no de ningunosobre otros tipos que hubiere ejecutado. Es posibleque de los que no da información no le parezcade suficiente interés, o bien que esta de 40 pies delarga le parezca tan singular que merezca su mención.Sobre la disposición y orden de hacer la bóveda demedia naranja, dice que «siendo tabicada no necesitade cimbra ninguna, y así en el centro del anillo, a niveldel asiento de la media naranja, fija un renglóncon un muelle que ande alrededor, y el renglón asífijo ha de servir de punto, o cintrel para labrar la medianaranja, teniendo al fin de punto una empalmadel grueso del ladrillo para que en ella misma descansecada ladrillo asentado, en el interin que otrosasientan, y haciendo así en todas las hiladas, acabarasla media naranja con toda perfección». 6 Para elcaso de cúpulas de media naranja prolongada, proponela ejecución con dos centros, lo que daría una sec-


<strong>Bóvedas</strong> tabicadas: <strong>Mitos</strong> 317ción ovoidal y nunca elíptica, para este caso proponecuatro centros, manifestando que este género de bóvedasse va introduciendo en España, como es elcaso de la Encarnación de Alcalá de Henares.La bóveda de Capilla bayda es realmente una semiesferacortada por cuatro planos verticales, por loque la ejecución es muy similar a la de media naranja,no obstante Fray Lorenzo aconseja que aún pudiéndosetabicar sin cimbra «mas por mejor tengo,que asientes cuatro cerchones en diagonal, dando lavuelta de medio punto por el mismo diagonal, paraque así obres con mas seguridad», 7 evidenciando unavez mas su desconfianza (o desconocimiento) en trabajarsin cimbras.La construcción de la bóveda de arista es igualmentemediante cimbras por las diagonales, «sentadaslas cimbras y monteadas las formas, se va tabicandode la forma a la cimbra, sirviendo ella de quela esquina de la bóveda vaya cargando encima, y sustentándolahasta que las unas con las otras se vienena juntar y cerrar, y estando así quedan seguras(fig. 3). No necesita esta bóveda de lenguetas o estribos,por causa que tienen los empujes contra sus mismasdiagonales mas necesita macizar las embocadurashasta el primer tercio, y estando así quedasegura». 8 Esta descripción evidencia el conocimientopreciso de su ejecución y experiencia contrastada. ElFigura 3Bóveda de tabicada de aristas realizada sin cimbras comoprácticamismo reconoce que de este tipo las tiene hechas porsus propias manos.JOAQUIN DE SOTOMAYOR 1776Don Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento,Señor de Allones, escribió en 1776 un libro titulado«Modo de hacer incombustibles los edificios, sin aumentarel costo de su construcción», que según suautor es un extracto del que escribió en francés elConde de Espìau. No era arquitecto ni actor directoen el proceso constructivo en ninguno estamento,pero si comienza la introducción con una declaraciónespecial «La inclinación a la buena Arquitectura escasi tan antigua en Mi, como el uso de la razón»,ycontinua diciendo que nunca vio «levantar edificiode alguna consideración, que no visitase y examinasecon frecuencia y con curiosidad estudiosa; haciendoobservaciones y proponiendo las dudas, que se meofrecian, a aquellos Profesores, a cuyo cargo estabandichas Fábricas». 9 Sotomayor es un espectador curioso,ajeno a la producción arquitectónica, pero de unaosadía tal que se atreve a tratar en dicha publicaciónun tema tan peliagudo como la construcción de bóvedas,del que dice que «se han introducido tantos, ytan considerables abusos, que no sé cómo pudieronincurrir tan generalmente en ellos unos Profesores dela magnitud de los que han florecido en los tres últimossiglos». Que un aficionado ponga en cuestión elconocimiento de arquitectónico de las tres centuriasanteriores nos hace ponernos en guardia y escucharcon estoicismo sus palabras. Sus teorías son tan excéntricascomo que a los edificios góticos como lacatedral de León «en realidad deben llamarse Moriscoso Árabes no menos por la época de su construcción,que por el sistema de su Fábrica». 10Sotomayor o Espie, definen la boveda tabicadacomo «la bóveda llana que se hacen rebajadas y queen la mayor parte de su extensión se colocan los ladrillosde plano…, siendo su estructura la misma quelos tabiques de ladrillo», 11 siendo «los materialesprecisos para hacer estas <strong>Bóvedas</strong> el ladrillo y elyeso.(Pero al segundo se podrá sustituir la cal, y congran ventaja, así por ser mas general su abundanciaque la del yeso, y menor por consiguiente su precio,como porque aumentará la solidez de la Obra)». 12Esta definición encierra una gran contradicción alconsiderar que el uso del yeso y el de la cal pueden


318 M. Fortea, V. Lópezser alternativos. Debo decir que no he visto nuncauna bóveda tabicada tomada toda ella con mortero decal, al menos la primera hoja siempre es de yeso. Elparéntesis es una aportación exclusiva de Sotomayor,de acuerdo con la declaración efectuada en la introducción.Podemos por tanto atribuir la definición aEspie y la contradicción del uso de la cal a Sotomayor.Según Espie el perfil apropiado es el elíptico,pudiéndose reducir «su altura hasta un octavo de sudiámetro», 13 debido a su poco peso y a que «Adquierentoda su solidez, y consistencia en un corto númerode minutos, no necesita mas cimbra que las precisaspara dirigir al Artífice en la formación de suconcavidad». 14 En el punto 19 Espie habla del rellenode los senos, las lengüetas o estribos y del refuerzode los cuatro ángulos de la bóveda, siendo Sotomayorel que introduce, en este mismo punto y entrecorchetes (lo que no levanta ninguna duda de su autoría),la cuestión de la expansividad del yeso. Personalmenteno he visto nunca levantarse una bóvedapor la expansión del yeso, sí las he visto levantarse(mas de una vez) por imprudencias de los operarios,las mas de las veces por subirse en ellas sin completarmínimamente el relleno de los senos. Espie dacuenta de una obra, La del convento de los padresObservante de Perpiñan, según él «fabricada habrátres o cuatro siglos por los Españoles, cuando erandueños del Rosellon». 15 En el punto 43 Sotomayor,que no Espie, expone el nefasto símil de la tapadera:«figurese una bóveda de hierro, bronce, u otro cualquiermetal vaciada, y hecha de una pieza, como unacampana, y digan los profesores mas preocupados sisemejante bóveda tendría empuje alguno». 16 Puestosa figurar, figúrense una bóveda tabicada, y como sifuera una campana intentáramos levantar tirando exclusivamentede la clave, y digan los más preocupadosque pensarían sobre los empujes si dicha bóvedase rompiera y solo consiguiéramos levantar un par deladrillos.Espie, aún siendo defensor de la ligereza de lasbóvedas tabicadas, está próximo a la línea argumentalde Fray Lorenzo, la idea clásica de que los empujesson proporcional al peso de la bóveda. Es Joaquinde Sotomayor el que introduce dos mitos sobre lasbóvedas tabicadas, dos mitos nuevos, dos mitos falsos:El primero es la ausencia de empujes, el segundolas supuestas consecuencias nefastas de laexpansividad del yeso (fig. 4). Ya se ha apuntadoanteriormente que Sotomayor no es un experto, sinomás bien un intruso. Nadie mejor que un buen arquitectocontemporáneo podría enjuiciar el escrito deSotomayor. Ventura Rodríguez fue requerido paraello por el Secretario de Cámara del Consejo. Merecela pena leer con atención la literalidad de sus palabra:«El problema de que trata el señor Don Joaquin pertenecea un punto de los mas delicados de la arquitectura,cual es averiguar el equilibrio del empuje, ypeso de arcos y bóvedas con sus muros, en cuyainvestigación se han fatigado los mas celebres matemáticosy arquitectos, viniendo a para que este asuntoes otro arcano como el de la cuadratura del circulo….quemuchos ingenios se han lisonjeado haberlosresueltos,….y han quedado con su buen deseo en elmismo estado que los dejó Arquímedes 208 años dela venida de Cristo». 17 Es una crítica dura, ácida eirónica que no merece más comentarios.Figura 4Agrietamientos y patología producidos por los empujes deuna bóveda tabicadaBENITO BAILS. 1783Benito Bails (1731–1797). Miembro de la Real Academiade Bellas Artes de San Fernando, cuyos estatutosdefinitivos datan de 1757, desempeñando enella una gran actividad, principalmente como matemáticoy también como profesor y sobre todo como


320 M. Fortea, V. Lópezimposible dejar una holgura en los extremos, para supuestamenteevitar la hinchazón del yeso, por lo queel punto 6 no ha lugar. En muchos casos la bóvedasostiene la cobertura, y en esta circunstancia el puntoprimero igualmente carece de sentido. El punto 9aconseja colocar unos tirantes de hierro, consejo incongruentepara quien está convencido de la ausenciade empujes de tales bóvedas.En la página siguiente razona sobre la convenienciade la montea (curvatura) para no confiar solo enel yeso la firmeza de la bóveda. Evidentemente estostextos no pertenecen ni a Blondel ni a Frázier, ni aninguno de los autores referidos anteriormente. Tambiénes evidente que estos no tienen ninguna conexióncon el resto de los textos que tratan de bóvedas.Y es de suponer que no son textos propios de Bails.Se desconoce la fuente de estas enseñanzas que sepretenden didácticas. Tampoco son de Fray Lorenzo,cuyo texto transcribe entrecomillado. Todo lo referentea bóvedas tabicadas mas bien parecen inspiradosen Joaquin de Sotomayor, introductor en Españadel Conde de Espié, tanto por las fechas como por elparalelismo de ideas, como por la coincidencia literalde algunos párrafos. Sotomayor se quejaba de que algunosProfesores eran incrédulos a sus argumentos,es de suponer que en este grupo incluía a VenturaRodríguez, mientras otros se alineaban con sus tesis,entre los que podemos contar a Benito Bails. Dentrode La Academia los criterios no eran uniformes en loreferente a las enseñanzas de arquitectura. Bails ganóla batalla de ser el responsable de los textos académicos,pero eso no le confiere la infalibilidad. Seguramentesucumbió a la vehemencia de Sotomayor, inducidopor su falta de conocimiento practico y losconflictos «academicos« con arquitectos ejercientescomo Ventura Rodríguez o Juan de Villanueva.SEGUIDORES DE BENITO BAILSUna idea extendida entre los que se han dedicado aescribir sobre las bóvedas tabicadas es la ausencia deenseñanzas escritas sobre esta materia, quejándose deque «profesores sabios en este arte no han sido extensosen sus escritos tocante al particular». Así se expresabaFornes y Gurrea en su tratado de «Observacionessobre la práctica del arte de edificar»publicado en 1841. La propia terminología de «profesor»está dando una pista de cual es la referencia, elprofesor de Real Academia de Bellas Artes de SanFernando D. Bento Bails. Comienza diciendo que lasbóvedas tabicadas empujan poco porque el empuje delas bóvedas depende de su desarrollo, de ser más omenos rebajadas y de su grueso. 23 Una teoría clásica ysensata que complementa con unas instrucciones sobrela buena ejecución referente al yeso y los ladrillosque son igualmente aplicables a cualquier fabrica realizadacon estos materiales bien sea bóveda o tabique.A partir de aquí da un salto en el vacío y con una piruetaargumental se alinea con las teorías de Sotomayor,asegurando que si se siguen las instruccionesdada sobre la bóveda tabicada, dicha fábrica se reducea «un cuerpo sólido, igual por ejemplo a una coberturade puchero, sin más empuje que el de su peso». 24Estamos ante una transcripción literal del símil, exposicióny teoría de Sotomayor. También habla Furnesy Gurrea de las «bóvedas de rosca» diciendo que noofrecen otra particularidad mas que calcular la resistenciade sus cimbras. No obstante ofrece una soluciónconstructiva para estas bóvedas cuando han derealizarse en un ambiente húmedo consistente en voltearpreviamente «una bóveda tabicada, y sobre ellase apoyara la rosca; pues cuando se arruina aquellapor la humedad ya ha adquirido la rosca toda su consistenciay solidez». 25 No tiene mucho sentido dichaexplicación, recomendada para «cloacas y sótanos»,por ejemplo en las cloacas supondría la obstrucciónde la misma tras la ruina de la bóveda tabicada, y enlos sótanos supondría no poderlo utilizar hasta la ruinade la bóveda tabicada pues correría peligro cualquierpersona que lo intentara. Esta solución ya la encontramosen Extremadura y no precisamente enlocales de esa característica, sino en construccionesdomesticas y agropecuarias a las que se le exige unamayor resistencia, como por ejemplo albergar grandescantidades de cereal, o para almacenamiento decualquier otra naturaleza (fig. 5). Admitiremos queeste tipo de soluciones o propuestas «ingeniosas» nodebieron traspasar la frontera del papel, mientras laarqueología no demuestre lo contrario.Otros autores han repetido, o se han adscrito a lateoría de la tapa de puchero ideada por Sotomayor,para explicar el funcionamiento de la bóveda tabicada,alimentada por la ausencia de otras justificaciones.D. Florencio Ger y Lobez 26 es una buena muestraello. En su tratado de Construcción civil editadoen 1898 repite casi literalmente las indicaciones dadaspor Benito Bails para estas bóvedas.


<strong>Bóvedas</strong> tabicadas: <strong>Mitos</strong> 321contestada por la explicación de Ventura Rodríguez.En el caso de Guastavino para discutir su teoría de«construcción cohesiva» no hay mas que echar unvistazo a sus tirantes metálicos escondidos entre lafábrica de ladrillo, o recordar la imagen de prueba decarga donde una pequeña bóveda esta sometida a unacolumna de carga en la que se aprecian con claridadlos tirantes que sujetan las dos vigas de apoyo(fig. 6).Figura 5Empleo de una hoja tabicada como cimbra de una arco deun pie y medio de espesorMITOSEn toda la literatura sobre las bóvedas tabicadas sevienen repitiendo con insistencia, varios mitos. Elprimero es la ausencia de empujes de estas bóvedas.El segundo es el supuesto efecto nocivo de la expansióndel yeso en su proceso de fraguado.Algunos se encuentran en los textos sin suficientesustento, sobre todo en autores que plasman las ideasde otros, sin experiencia propia. Tanto es así que igualmenterepiten obviedades excesivamente simplistaspara cualquier iniciado, como por ejemplo la recomendacióninsistente de colocar la segunda hoja de una bóvedatabicada a matajunta con la primera para evitar lacontinuidad de las juntas. A ningún albañil hay que hacerleesta observación cuando está labrando un muro,es un principio tan elemental en el oficio que solo se leexplica a los aprendices poco aventajados. El que insistaen ello no hará más que evidenciar su condición deaprendiz poco aventajado o neófito en la materia.MITO DE LA AUSENCIA DE EMPUJESLa teoría de la tapa de puchero viene arrastrándosedesde Sotomayor aun cuando fue manifiestamenteFigura 6Bóveda tabicada de la fábrica de cementos Asland de losSantos de Maimona en la que se aprecian los tirantes separadosun metro para absorber los empujes horizontalesDistintas experiencias llevadas a la práctica por losautores en la Escuela taller de Los Santos de Maimonahan permitido determinar las deformaciones yagrietamientos en bóvedas extremeñas tabicadas alpermitir desplazamientos controlados de los apoyosaflojando progresivamente los tornillos de sujeciónde los tirantes de atado.La teoría de Bails (tapadera de puchero, que es similara la de Guastavino, Fornes Albarran, etc.) seríaválida si toda la bóveda fuera una pieza cerámica cocidaal tiempo y de una vez. La prueba de que estemodelo no sirve es la siguiente, si sometemos a unatapadera de puchero a una carga excesiva se romperáen mil pedazos, sin pasar previamente por un estado


322 M. Fortea, V. Lópezde agrietamiento, como sabemos que sucede en lasbóvedas. El caracter de monolitismo que adquiereuna pieza de cerámica cocida simultánea y uniformementees consecuencia de la fabricación de un mediocontinuo (analizable con los conceptos de la mecánicaclásica de aplicación al acero) con capacidad pararesistir tracciones de forma continuada, como lo haceuna tinaja llena de líquido, que de ningún modo esextrapolable a una bóveda fabricada de forma discontinuacon unos morteros adheridos a las piezascerámicas cuya capacidad de resistir tracciones esextraordinariamente limitada.MITO DE LA EXPANSIVIDAD DEL YESOOtro mito sin fundamento creado por Sotomayor yalimentado por Bails es el de los perjuicios derivadosde la expansividad del yeso. En este caso resulta fácildeterminar el tiempo de fraguado del yeso por laboratorio,y el proceso expansivo, que siempre será muchomayor que el correspondiente a la ejecución dela propia bóveda.Toda bóveda tabicada de bien, está construida sincimbra y por tanto su primera hoja ha de estar tomadacon yeso, porque no hay ningún mortero de cementoo cal que endurezca con tal rapidez que permitadejar el ladrillo fijo a los pocos segundos de habersido colocado por el operario. Sobre esta primerahoja podemos construir otras con otro tipo de mortero,actuando la primera como cimbra, aunque al finallas sucesivas capas trabajen como una sola.El yeso no hace subir las bóvedas por su efecto expansivoen su endurecimiento porque nunca se operacon una cimbra cubriendo el 100% de la superficiede la bóveda, ni la hoja se ejecuta de modo uniformee instantáneo sino disponiendo siempre de suficientemargen para la expansión del material aportado enlas juntas, que siempre es mínima frente a la dimensiónde la bóveda.NOTAS1. Marco Lucio Vitruvio. «Los diez libros de arquitectura».Traducción de Agustin Blanquez. Editorial Iberia.Barcelona 1980. Pág 176.2. Fray Laurencio de San Nicolas. «Arte y uso de Arquitectura».Madrid S.i. 1639 y 1664 Colección Juan Herrera.Albatros ediciones 1989. Pág. 90.3. Fray Laurencio de San Nicolas. Op. Cit. Pág. 91v.4. Fray Laurencio de San Nicolas. Op. Cit. Pág. 91v.5. Fray Laurencio de San Nicolas. Op. Cit. Pág. 92.6. Fray Laurencio de San Nicolas. Op. Cit. Pág. 93 v.7. Fray Laurencio de San Nicolas. Op. Cit. Pág. 96.8. Fray Laurencio de San Nicolas. Op. Cit. Pág. 101 v.9. Don Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señorde Allones. «Modo de hacer incombustibles losedificios, sin aumentar el costo de su construcción»,Madrid 1776. Facsimil Valencia 1993. Pg 1.10. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. Pg 5.11. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. N1, pg 23.12. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. N2, Pg 24.13. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. N 7 Pg 28..14. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. N9. Pg 30.15. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. N 28 Pg 48..16. Joaquin de Sotomayor, Cisneros y Sarmiento, Señor deAllones, «Modo de hacer incombustibles los edificios,sin aumentar el costo de su construcción». Madrid1776. N 43, Pg 60–61.17. Ventura Rodríguez. «Censura de D. Ventura Rodríguez,arquitecto mayor de Madrid, en carta al secretariode Cámara del Consejo». Joaquin de Sotomayor, Cisnerosy Sarmiento, Señor de Allones, «Modo de hacerincombustibles los edificios, sin aumentar el costo desu construcción». Madrid 1776. Servicios de reproducciónde libros Librerias Paris-Valencia. Valencia 1993.18. C. Bédat, «Don Benito Bails,Director de Matematicasde la Real Academia de San Fernando desde 1768 a1797. Su biografía, su «Elogio» y sus dificultades en laInquisición», Academia 1968, núm. 27, pp. 19–50.19. Pedro Navascués Palacio.«Benito Bails. De la Arquitecturacivil. Tomo Primero. Estudio crítico» ColegioOficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos deMurcia. Valencia 1983. pp. 73.20. Benito Bails. «Elementos de Matemáticas. Tomo IX.


<strong>Bóvedas</strong> tabicadas: <strong>Mitos</strong> 323Parte I. Que trata De la Arquitectura Civil». Segundaedición Madrid 1796. Pg 576.21. Benito Bails. «Elementos de Matemáticas. Tomo IX.Parte I. Que trata De la Arquitectura Civil». Segundaedición Madrid 1796. Pg 579.22. Benito Bails. «Elementos de Matemáticas. Tomo IX.Parte I. Que trata De la Arquitectura Civil». Segundaedición Madrid 1796. Pg 580.23. Fornes y Gurrea. «Observaciones sobre el arte de edificar»Valencia 1841 Pg 36.24. Manuel Fornes y Gurrea. «Observaciones sobre el artede edificar» Valencia 1841 Pg 37.25. Fornes y Gurrea. «Observaciones sobre el arte de edificar»Valencia 1841 Pg 36.26. Florencio Ger y Lobez «Tratado de Construcción Civil».Badajoz 1898.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!