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10 J)uros - 100 años gran vía madrid

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¡AL AGUA! ¡ALAGUA!Ha llegado el momento.El calor, apretando más que un par de botasnuevas, nos obliga á pensar en el dulce veraneo,y el interesante tema de arbitrar recursospara él está puesto sobre todos ios tapetes demesa de comedor.«Ser ó no ser veraneante», que»di]o el difuntoHamlet, á mediados de Julio. Esta es lacuestión.Las familias que durante el invierno hansostenido un poquito el rango merced á suamistad con uno que se metió á empresario,como se podía haber metido en un charco,quieren seguir figurando, y á estas horas la esposay las hijas del que por su desgracia escabeza de familia, cuando preferiría ser-pies,ie agobian, le achuchan y le acosan más quesi fuese un toro manso.—Mira, Anacleto, tú no consentirás que estaspobrecitas vuelvan á la obscuridad en queestábamos sumergidos. El verano se ha hechopara algo.—Para sudar y dar salida á los botijos.—Ya sabes que á Puri le hace el amor esechico que conocimos en la Comedia; puesbien, él piensa ir á San Sebastián.—Pues que se case antes y que se la lleve.No pretenderás que todos vayamos detrás deese tipo, para ver si se decide á ser novio ó node nuestra hija. ¡Además, que con diez y sietepesetas que poseo y un traje de lanilla me pareceque á ib más que podemos aspirar.es állegar hasta la Puerta de Hierro!Es un terrible problema este del veraneo,y el pobre señor que no posee medios deafrontarlo se ve obligado á acudir á toda clasede recursos para organizar la expedición.Lo primero que hace es acudir en busca deun consejero del ferrocarril y pedirle billetedel tren gratis.—No podemos pedir billete más que paranuestra familia.—Eso no importa; yo me comprometo áafeitarme la entrada del pelo y teñirme las cejaspara tener algún parecido con usted.—¿Y la señora?—Diremos que mi esposa le crió á usted, yque como recuerdo á su buena alimentaciónle ha nombrado tía adoptiva suya... Para las dospinas bastará un sólo billete, porque con lostrajes esos modernistas que ahora se estilanocupan muy poco lugar.A! fin, consigue billete para él y su familia,y ya resuelto este primer paso camino de unWUEVO HUNDO"2.puerto de mar, hay que seguir la peregrinaciónpara tener algún dinero.—¿Por qué no se lo pides ai tio Hipólito?—Porque ya sabes lo desconfiado que es,que la última vez que le pedí tres d<strong>uros</strong> parasanguijuelas se empeñó en venir á verlas conel pretexto de que son unos animalitos muysimpáticos.Durante varios días aquella casa parece, elsalón de sesiones del Congreso cuando se discuteel Mensaje, por lo animada que está.Por 8n, la pobre víctima del calor se decide -áir en busca del tio adinerado, aunque abrigandoel temor de que al hacer la petición le décon su termómetro de despacho en la cabeza.Lo difícil para él es entrar en materia.—¿Ha visto usted qué calor, tío?—No digas eso; si en Madrid no se nota. Nosé cómo hay estúpidos que se gastan el dineroen marcharse.Aquella primera salida del tío, mucho mássolemne que la primera salida de Don Quijote,le desconcierta.—Eso es cuestión de temperamentos: hay áquien el calor le sienta peor que un traje compradohecho. Mi mujer me lo decía: «Si tequieres quedar viudo, ténme en Madrid esteaño.»—¿De veras te dijo eso?—Como usted oye.—¡Pues estarás encantado, hijo, porque enSeptiembre te vés libre de ella!—¡Qué atrocidad!A pesar de estos preludios de tormenta, elpeticionario se decide y, por fin, se arranca solicitandoalgo para el viaje.—¿Decididamente os vais?—No hay más remedio. Purificación tiene elcutis que se pueden afiiar lápices en él. A Conchitahay que cambiarla de colchón dos vecestodas las noches de lo que suda. Y mi mujer,ya lo ha oído usted ¡se muere antes del otoño!Si nos quedamos en Madrid,, varaos á s'alir en< & * & & .los periódicos con el titulo de «Familia que seha liquidado».—Bueno; pues vete tranquilo, que luego temandaré algo para el viaje.La feliz noticia llega corriendo á la casa,donde la familia espera impaciente el resultadode la visita.—¡Si ya lo decía yo! El tío es todo lo brutoque quieras, pero tiene buen corazón.—¡Mandará mil pesetas!Todos esperan impacientes, y, por fin, al llegarla noche suena la campanilla.—¿Los señores de Pegótez? Dígale que lestraigo un encarguito de su tío.—¡Que pase, que paselEntra en el comedor un mozo con un bultoenorme y una carta.—¡Dios mío! ¿Nos mandará el dinero en calderilla?Todos se precipitan sobre la carta y iaabren. En ella dice el tío que, cumpliendo supalabra, les manda algo para el viaje.—¡A ver! ¡A ver!Descubren el lio y se encuentran con un maletínbastante deteriorado.—¡Esto es una burla!--¡Vaya un tío!Y el mozo sale de estampía por la escalerallevándose el delicado presente del avaro tío.Fracasada aquella combinación, la familiase dedica á buscar, y cuando, por fin, la encuentrany se marchan, no dejan de decir:—¡Jesús! No sabemos cómo hay quien sequede en Madrid. Nosotros, á Dios gracias,tenemos medios sobrados para veranear. ¡Quélástima dan los que no tienen dinero!DIBUJOS DE TOVAaA R. BONNATLa ens eñanza en BilbaoDe este asunto, de <strong>gran</strong> trascendencia yaque el porvenir de la capital vizcaína depend.*,más que ia de ninguna otra población española,de la política pedagógica que allí se siga,trata un artículo que ha escrito el entendidoperiodista Ramón Sánchez Diaz, que publicaráel número de la revista mensual de Por EsosMundos que verá la luz del 8 al <strong>10</strong> de Agostopróximo. La materia que discute el articulo,siempre importante, adquiere ahora mayor relievepor las huelgas de Bilbao que tantos disgustosacarrean no sólo á obreros y patronossino que también siembran graves preocupacionesen las esteras gubernamentales.Otro asunto interesante que también trataráel mencionado número será e! relacionado conEl frió artificial y sus milagros, de verdaderaactualidad en esta época de <strong>gran</strong>des calores.También es de importancia, y muy curiosoespecialmente, el trabajo que firma SalvadorRaurich, secretario y fundador de la SociedadAstronómica de Barcelona, poniendo el telescopioal alcance de todas las manos. Cómo seconstruye un telescopio por tres d<strong>uros</strong> titulasu interesante artículo el Sr. Raurich, que esuna autoridad en la materia de que trata y quecon estas páginas que ha escrito intenta elmeritorio fin de divulgar la ciencia astronómicametiéndola por los ojos, como dice la frasevulgar, que es justamente por donde debe entrarprincipalmente el conocimiento de dichaciencia.Lo primero es lo primeroEntre un inventor y un capitalista:—Vea usted la magnífica máquina que he inventadopara lavar la ropa. ¿Le conviene? Sacaremosla patente y cobraremos las utilidadespor mitad.—Estudiaré el asunto. Lo primero es queyaya usted á su casa y se lave la cara y lasmanos. Después pensaremos en la ropa.El amor es ciego—¿Qué es el amor?—pregunta un joven poetaá un apasionado de Schopenhauer.—El amor es una enfermedad que ataca alhombre cuando le hace llamar ángel á su amadaque pesa doscientos kilos."SAyuntamiento de Madrid

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