6 ' —DESDE LONDRESOULOGNE-SUR-MER Dos días en Boulogne-sur-Mer.Los inBgleses suelen venir los sábados, marcharse loslunes y pasarse los dos dias jugando al baccaraten el Casino. Nada de ruleta. Si preguntáisá la puerta del Casino por el salón de laruleta, el conserje os contestará con tono deindignación patriótica:—Señor, no se juega á la ruleta en Francia.Y si os vais á Wimereux, á media legua alnorte de Bou'cg.ié y repetís la misma preguntaal portero del Casino, os responderá en elmismotono:—Señor, no se juega á la ruleta en Francia.Porque estamos en Francia, no en Ostende,ni en Monte-Cario (en Bélgica y en Monacose juega á la ruleta, ¡no en Francia!), sino enFrancia. Una guía os dirá que Boulogne es lapoblación más inglesa de toda Francia, queuna vigésima parte de la población desciendede los ingleses que tomaron la ciudad en tiemposdel hereje Enrique VIH. Hereje había deser, porque el bueno de aquel terrible Luis XI,rey de Francia, ¡oh, manes de nuestro actorValero! declaró á la Madona condesa y señorade Boulogne, instituyéndose en su vasalloy campeón en 1478, y claro está que desde entoncesla ciudad quedó convertida en una especiede lugar sagrado.También veréis que muchas de las tiendastienensus letreros en inglés,especialmente si seexpenden en ellas bebidas alcohólicas. ¡Todoen vano! Boulogne es Francia. Lo conoceréisen el color. Es el azul auro de Bayona, deTolón, de Paris y de Reims. Todas las ciudadesfrancesas son del mismo color.Lo conoceréis también en que la parte burguesade la ciudad parece tener sesenta añosde fecha. Todas las ciudades francesas parecentener sesenta años de fecha. Los francesesse enriquecieron en tiempos de Luis Felipe;luego tendieron sus ferrocarriles; después edificaronsus viviendas en el Segundo Imperio.;después vino la guerra; luego el exceso decontribuciones, la restricción de la natalidad,la vida estacionaria, la parálisis. 1850-1859.Gas,ferrocarriles, casas azules, toda la Francia burguesa.Dos generaciones reconcentradas en elahorro. ¿Mañana? ¿La muerte? ¿Nuevo arranquede vida?La burguesía vive en la parte baja de la ciudad,junto á los muelles. Este era en otrotiempo el barrio de los pescadores; la Catedraly las viviendas nobles quedaban en lo alto.Hace dos generaciones se apoderó la burguesíadel barrio pescador, para extender losmuelles, levantar el casino y explotar la playa.Los pescadores, entonces, escalaron las colinascircundantes y allí viven su vida fuerte,apasionada, imprevisora y libre. Con ellos norezan los temores de despoblación. Desde queel cronista salió de España no había vistonunca tantos chiquillos, ni había oído tantoruido humano, ni contemplado tantas mujereslaboriosas. ¿Sufragismo? Los pescadores,cuando menos, no dudan de la capacidad delas mujeres; ni éstas tampoco del valor de loshombres. A ellos el mar; á ellas la casa. A ellosel peligro y el trabajo violento é irregular; áellas, la tenacidad y la faena interminable. Yáellos y á ellas el recuerdo de Jean Bart, el marino.De cada tres tabernas de Boulogne, ¿nohay una que lleve su nombre?Y eso que Barí no nació en Boulogne, que,en cambio, es la patria de Godofredo de Bouillon,del crítico Sainte-Beuve, del pintor Uelacroixy de los actores Coquelin. Pero estas songlorias burguesas. ¿Qué tienen que ver estosmarinos de trajes color ae chocolate y gorrade borla con Sainte-Beuve? ¡Si fuera, al menos,con Godofredo de Bouillon! Porque aquíestamos en la Francia de las peregrinacionespiadosas y de los nobles guerreros. Los noblesguerreros se han marchado; estarán enParís, probablemente; las peregrinaciones nodesaparecerán en mucho tiempo. El alma delmarino no se ajusta fácilmente á las cuadrículasdel cálculo.Pero los marineros han sido expulsados deÜÍUEVOMl\DOsu barrio por la burguesía comerciante, explotadoray frecuentadora del casino. Las señorasde la localidad acuden por las tardesáoir los conciertos al aire libre. De tarde entarde aventuran un franco á los caballitos,pero solo una ó dos llegan á internarse por elsalón del «baccarat». En él hay algunos franceses.Se les conoce, además que por el tipo,porque no llegan nunca ó casi nunca á apostarmás de un luis.Aquí reinan absolutamente los ingleses.Toda clase de tipos: la señora de buen verque dice: «llevo cuarenta años jugando al baccarat»;cuarenta años oyendo al «croupier»«Faites vosjeux; les jeux sou faits; rien ne vaplus!»; la miss espiritual que al cabo de doscientosviajes ignora el valor de la monedafrancesa; el judío que arroja sobre el tapeteun fajo de billetes y exclama despreciativamente:«el papel no es din3ro»; el muchachocoloradote y limpio que pierde veinte mil francosen diez minutos y á renglón seguido sepone á bailar el cake-walk en "el bar vecino.En vano habla en francés el «croupier». Entorno suyo no se oye sino inglés. Los franceses,mal vestidos, se sienten desplazados. Losingleses juegan entre sí las puestas <strong>gran</strong>des.No es que desprecien á los franceses, sino queno les ven.Lo mismo ocurre en el campo de foot-balló en el tennis-club ó en el golf-club ó en elsporting-club.Lo mismo les da encontrarseen Boulogne que en Folkestone. Beben suwhisky and soda y juegan á sus juegos, perfectamenteindiferentes á la existencia de unpueblo extranjero que vive una vida diversa.Hubo un inglés que definió Europa: «Ruinaspobladas por imbéciles». Pero Europa se vengade dos modos. El uno es material; los inglesescruzan el Canal para gastarse su dinero;los europeos, para hacer su negocio.El otro modo de venganza es más sutil. Enlos escaparates de las librerías francesas deBoulogne se muestran libros de estética, demoral, de arte puro, de versos, de historia, defilosofía y de polémica politica, libros seriosque suponen trabajo, refinamiento artístico yagudeza mental.Hay también una librería inglesa. Nos muestrapostales de artistas de «music-hall», «magazines»con historias insulsas y un centenarde novelas-. Y en vano pedirá el viajero un librode substancia. «¡Los ingleses son niños!»,me dice el librero, que es francés.RAMIRO DE MAEZTUDOS NOVELAS"DOÑA MESALINA""LAS EVAS DEL PARAÍSO"Felipe Trigo y Parmeno se juntan en estagacetilla de re literaria, no porque sus librosúltimamente publicados guarden conexión eluno con el otro, sino porque han venido almismo tiempo á poder del gacetillero.Los dos autores son conocidos, más FelipeTrigo que Parmeno, y eso que éste tiene hacetiempo en su abono para llegar al público unatribuna como la del Heraldo de Madrid, encuya primera plana López Pinillos escribe diariamentecrónicas que tienen el mérito insuperablede la vida que reflejan. Pero Trigo, enesto de los libros, goza más mercado, porquesu nombre lo han popularizado mucho lasAmparo, Sarah, Áurea, Flora, Sira, Dariela,que el autor ha creado en su especial bibliotecade evas y adanes, que no son precisamentelos mismos del Paraíso, pero que, al finy al cabo, son familia de aquéllos: ¿no descendemostodos de nuestros antediluvianosantecesores?«Llueven censuras sobre Trigo ácada nuevanovela que publica. Graves moralistas lanzancontra él los más terribles anatemas. Dicensus detractores que abusa de la cuerdasensible amatoria. ¿No hay asunto más interesantepara el señor Trigo que este de la sexualidad?Y ¿creen ustedes, en efecto, quehay otro más importante? De ahí nacimos todosy esa es toda la vida. No sirve hacerse losdesentendidos.» Esta acotación de una Sobremesade Jacinto Benavjnte, recogida por Feli- Ipe Trigo y puesta por él al frente de su última Inovela, es la mjjor crítica que se ha hecho de Isus obras. Las Evas del Paraíso deben leerse Ide sobremesa, en las horas en que Benaventenos dice escritas aquellas palabras, en las ho.ras de la siesta, en ese espacio del día característicopor la laxitud que á nuestro cuerpoda el trabajo de la comida recién ingeridaunido ese trabajo al cansancio que de la callellevamos al hogar por la labor de la mañana.Y así leídas, agradarán seguramente al lectorestas Evas del Paraíso, que forman una detantas novelas, una novela más de Felipe Trigo,ni mejor ni peor que las anteriores delmismo autor.Doña Mesalina, en cambio, es un acierto deLópez Pinillos, que ha construido con esta novelauno de sus mejores libros. Diestramentetraza la pluma del autor la figura que da nombreá la obra y las de Don Senén y Doña Gertrudis,aunque mejor que ellas aparecen presentadas¡as de Josefina y Perico Bernal: elCapítulo V es una maravilla de ajuste y de verdad,que por si solo acredita la novela. Parmenopuede estar satisfecho de su última producción,cuyo enredo y solución corren parejascon la galanura y facilidad de lenguaje quetanto deleitan al lector en Doña Mesalina.COSMÓPOLISLas mejores firmasUn alarde de buen gusto y de exquisite 2hace la revista mensual Por Esos Mundos enbeneficio de sus lectores, en su número deAgosto próximo que se publicará en la primeradecena del citado mes. Sus secciones deLiteratura y Bellas Artes van firmadas porlnscuentistas, poetas, pintores y músicos de másnombradía en España.Arturo Reyes publica el saladísimo cuentoandaluz A punta de capote; Tomás Morales,cuyos Poemas del Mar le elevaron al rangode <strong>gran</strong> poeta, da ahora una nota encantadoracon La campana á vuelo; Andrés GonzálezBlanco publica una maravillosa novelita corta.El galán jo ven titulada; Fernando José de Larra,de ilustre prosapia literaria, demuéstralasgalanuras de su pluma, que recuerda la del inolvidableFígaro,en El Mercado de Fantaster;y Félix Méndez da en Nocturnos Veraniegosuna prueba más de su ingenio inagotabledel humour que caracteriza á todos sus escritos.Las esculturas españolas medioevales, primerestudio que se publica sobre la escuelacompostelana, va firmado por critico tan eru- idito como Balsa de la Vega; La Obra de Villegas,el <strong>gran</strong> maestro que dirige nuestro Museodel Prado, es una crónica documentadaque hace Luis León; y Rogelio Villar, el inspiradoautor de tantas suites y tandas popu;lares y que con sus Cantos leoneses adquiriójusto renombre, firma dos páginas de música,inéditas, que dicho señor brinda á los lectoresde la hermosa revista.Todos estos trabajos llevan profusión deilustraciones, en dibujos y fotografías, quecompletan y amenizan el texto de los autores.La espada, la cuerday el anillo.En la isla de Man, antigua propiedad de loscondes de Derby primero, de los duques deAthol después, y adquirida en 1765 por Inglaterra,existía antiguamente la siguiente curios»costumbre.Cuando una joven soltera habia sido seducidapor un hombre y podía probársele su culpabilidad,la ley entregaba á la víctima una espada,una cuerda y un anillo, á cuyos objetosiban unidos terribles privilegios.Con la espada, podía la joven cortar la cabezaal culpable; con la cuerda, podía ahorcarlede un árbol; con el anillo, podía hacerlesu esposo.Suponemos que el desenlace feliz, que tan.°agrada en el teatro, sería el más frecuente-Ayuntamiento de Madrid
WTTEVOMüfDOPOR ESPAÑAENDIGOS Y VAGOS ¿Fórmulas para resolverel problemaMde la mendicidad? Ni pensarlo. Tantas se hanpropuesto y por tan varios procedimientos seha intentado extinguir esa plaga, sin que ningunohaya servido para cosa más positiva quepara reducir momentáneamente sus proporciones,dando ocasión á que más tarde se presentararecrudecida, que hay motivo para temerque el tal problema no tenga solución, ópor lo menos que si no han podido dar conella personas más competentes y más autorizadas,menos podría yo, en los estrechos límitesde un articulo- y con mis escasas luces,rssolverlo de una plumada.No.se alarmen, pues, los sociólogos, encargadosde suministrar las ideas más prácticas yprovechosas, ni los munícipes que tienen eldeber de mostrar sus iniciativas en este y entodos los asuntos relacionados con el mejoramientode la vida urbana. Ni pienso desflorarlesel tema, ni disputarles la gloria de haberlogrado la beneficiosa solución.Me propongo única y exclusivamente deciralgo, formular ligerisimas observaciones quejuzgo provechosas y creo que debieran tomaren cuenta los que se decidan á abordar el asuntocon propósito de resolverlo, ya que las circunstanciasen que actualmente se ofrece leden un carácter tan agudo que exige prontas yradicales determinaciones, si no para extinguirlo,para aminorarlo y evitar que continúeextendiéndose en la forma alarmante con queamenaza, y es de presumir que los más obligadosá ello se apresuren á hacerle frente.Esa nueva forma colectiva en que desdehace algunos meses se ofrece la mendicidad ála consideración de los transeúntes, distintapor completo de la otra mendicidad aislada delos que pudiéramos llamar profesionales; elpordioseo en cuadrilla que ha invadido las callesmadrileñas aumentando los caracteres depresivosy bochornosos del espectáculo de lamiseria individual,porque hace suponerácuantoslo presencien y juzguen de las cosas porapariencia que nuestra penuria social ha llegadoá extremos tan enormes como la incuriay el abandono de las autoridades que talesbochornosos espectáculos consienten y autorizancon su pasividad, me ha sugerido" estasreflexiones que voy á someter á la consideraciónde cuantos tienen el deber de estudiar lostemas sociales.Sería prudente, para llegar á conclusionesprovechosas para el más exacto conocimientodel problema y por consiguiente para su mássatisfactoria y rápida solución, seleccionar,clasificar, digámoslo así, á los que ejercen lamendicidad, porque á nadie puede ocultárseleque hay mendigos de varias clases y que ácada una de estas ha de corresponder una maneradistinta de evitar su propagación y desarrollo.Por ejemplo: hay mendigos á los cuales nohay más remedio que socorrer con la limosna,sea oficial ó particular, como son los impedidos,los lesionados, los ancianos. El remedioprecedente, único, para quitar de la vía públicael lamentable espectáculo que estos ofrecen esrecluirlos en los asilos, y las autoridades tienenel deber ineludible de hacerlo asi.A los niños no debe consentírseles pordiosearbajo ningún pretexto. Sobre qué esta vidade holganza e ineducación los hará seres despreciables,inútiles, cuando no delincuentes,mejor que junto á sus padres pordioseandoestarán material y moralmente en las casasbenéficas que para cuidar de ellos existen.Nos quedan no más que los que, faltos detrabajo, aunque aptos para él, tienen que recurriral pordioseo temporalmente y los vagosde condición que en la mendicidad encuentranmedio más cómodo de proporcionarse recursosque en el trabajo.A los primeros, que no son tantos como parecen,porque se confunden con los segundos,que son los más, debe proporcionárseles ocupacióny garantirles concia el derecho quenenen á vivir, y á los segundos, bien probadasu condición de vagos, cosa facilísima, perseguirlosy castigarlos como delincuentes queson.En cuanto, hecha la selección, se vea que losque mendigan por falta de trabajo siendo hombresútiles dispuestos á ganar su vida honraday laboriosamente son los menos, este aspectodel problema social quedará reducido á términosmucho más breves y de más sencillasolución, puesto que de la categoría que hoyocupan indebidamente de obreros sin trabajoimpelidos á la mendicidad pasarán á ocuparla de vagos que de- derecho les corresponde,la mayor parte de los que actualmente dan alproblema obrero las apariencias pavorosascon que se ofrece á nuestros ojos.Hecho este espurgo, esta clasificación escrupulosay equitativa, no tendrán que preocuparselas autoridades más que de dos extremos,á saber: el de proporcionar trabajo á losverdaderos trabajadores y el de limpiar la poblaciónde holgazanes indignos de todo amparoy protección.Y efectuada esta limpia por los medios másconducentes y atentos á que la plaga de vagosno se reproduzca, impidiendo que se restablezcala lamentable confusión que hoy existeentre los que no trabajan porque no pueden ylos que no trabajan porque no quieren, todoslos vaiios aspectos del problema de la mendicidadquedarían también reducidos á susdebidos términos y proporciones.E. CONTRERAS Y CAMARGOVicente Blasco IbáñezAcaba de publicar este insigne novelista LaArgentina y sus <strong>gran</strong>dezas, obra verdaderamentemonumental donde su autor refiere lahistoria y describe los tipos, los paisajes, lasindustrias, las fuentes de riqueza, etc., deaquella vastísima y floreciente República. Laaparición de este libro constituye, sin duda,la actualidad literaria más notable de estosúltimos días. Vicente Blasco Ibáñez y SáenzPeña, el ilustre presidente de la RepúblicaArgentina, se embarcarán en Lisboa,con rumboá Buenos Aires, el día 8 de Agosto.Entre ellas—Chica, estoy la mar de contenta: ¡por finha caido á mis pies Fernando!—¿Borracho?. —No, completamente cuerdo. En cambio,Pepe lleva dos años haciéndote el amor, estáborracho siempre... y no se cae nunca.CADENATEMPORAL¡Vivan las caenas!Dentro de ese modisto genial que ha inven*tado la moda de atar corto á las señoras, hayun sociólogo formidable. ¡Vayase por los sociólogosque nos resultan modistos, que noson pocps!En España no hacía falta aún la opresión desemejante tiranía, toda vez que nuestras mujeres,mejor dicho, las vuestras, porque yo notengo ninguna, á pesar de andar buscándolapor ahí lo que se dice loco perdió; repito queno hacía falta esta moda, porque todavía nose han rebelado contra nosotros en demandade la igualdad de derechos politicos y otrasgollerías que reclaman las mujeres que caminaná pasos agigantados por ésos países quevan á la cabeza de la civilización y del progresoy de los adelantos.Aquí, dicho sea en honor del bello sexo español,podemos seguir viviendo confiados enla virtud del adagio que aconseja dar á la mujery á la cabra soga larga, sin que esto quieradecir que no esté bien que las vayamos haciendoropa á propósito para cuando llegue elcaso, que llegará.Aquellas famosas faldas trotonas, que ya estánen el destierro á fuerza de andar, teníanque venir á parar en estas, tan otras, que nodejan dar un paso.Pero, bueno: en Francia, Ingjaterra, Alemania,Italia, si ustedes quieren, y Estados Unidos,estas faldas para paso de japonesa tienenrazón de ser; es más, ya estaban haciendo falta,porque á las mujeres se les habían desarrolladolas facultades andariegas en tal formaque no las alcanzaba un galgo; mientrasque las españolas, con su paso menudo desuyo para darle al garbo lo que es del garboy al contoneo lo que es de razón, no necesitabande las elegantes ligaduras para ir andandomenudito.Yo no protesto contra la moda actual porqueá mí me favorece, para eso de buscar mujer,de un modo extraordinario. ¡Ahora ya sepuede seguir á las mujeres! Pero ¿antes?¿Cuando se usaban las trotonas? De ningunamanera. ¡Imposible!¡Cuántas conquistas habré yo tenido queabandonar á mitad de camino, por tratarse damujeres que vestían trotona y presumían desaber llevar la prenda y darla carácter y acreditarlaen el fin para que fué creada!¡Las veces que yo me habré quedado jadeantey con la lengua fuera viendo alejarsecon rapidez de pájaro á mujeres que yo lashubiera hecho mías de poder seguirlas!Yo no estoy casado porculpa de las faldastrotonas; pero ahora ya es otra cosa: ahora selas puede seguir aunque se le salga á uno elasma por los ojos. Y qué sé yo si esta moda,que como todas será efímera, me dejará á mírecuerdos eternos, porque hasta puede ocurrirmequeme case.La moda de las estrecheces será útil, y hastaeconómica, porque con un metro de tela sobrapara una falda de buena moza; pero hayque convenir en que es fea, porque cada señorita parece un hongo, y una reunión de elegantes un campo de setas gigantescas, lo cual noestá bien.La mujer debe asemejarse al lirio; pero á laseta, por esbelta que sea la seta, me parecemal.Es decir, aún sería tolerable esta imitaciónsi cuando uno entra en un restaurant y pidesolomillo con champignon, le sirvieran á unoel solomillo con señoritas.En este caso, sería cosa de buscar un tribunalque modificase la sentencia del modisto yelevase la pena de cadena temporal á cadenaperpetua. • ~De todas maneras, como es una moda quelas pone más á mi alcance, no tengo más remedioque gritar:¡Vivan las caenasjFÉLIX MÉNDEZAyuntamiento de Madrid