el estigma que no cesa - Ilustre Colegio de Abogados de Valencia

Foto. José Luis BortEl lenguaje de los númerosCon el riesgo que implica reducir la violencia degénero a unas pocas cifras, lo cierto es que los datos ayudana comprender muchas de las claves que rodean aeste “fenómeno”. Sorprende, por ejemplo, que la ratio derenuncias a continuar con el proceso se mantenga en un10%, a pesar de que casi ocho de cada diez denuncias pormalos tratos son presentadas por las propias víctimas.El Observatorio contra la Violencia Doméstica y deGénero, creado en el seno del Consejo General del PoderJudicial en 2002, aporta datos reveladores. Durante eltercer trimestre de 2007, de las más de diez mil órdenesde protección solicitadas se acordó finalmente un 75%. El64% de las solicitantes eran españolas y un 36% extranjeras.Este mismo porcentaje se repite en el caso de loshombres denunciados por malos tratos: 65% españolespor 35% de origen extranjero. Respecto a la tipología delos delitos, el de lesiones es con mucha diferencia el quemás se repite, con un 71%.De las casi cinco mil personas enjuiciadas en el tercertrimestre, el 82% resultó condenadas y el 18% absueltas.En este tiempo se produjo un total de 905 quebrantamientosde condena. Por fortuna, se constata una tendenciaal alza en el número de denuncias presentadas, pasandode 29.277 en el primer trimestre a 32.372 en el tercer trimestre.En los dos primeros años de aplicación de la Ley integral,se observa un paulatino incremento de mujeresextranjeras entre las víctimas, al pasar del 30% en el cuatrotrimestre de 2005 al 35% en el segundo trimestre de2007. Lo mismo podemos decir de los imputados, dondela incidencia de extranjeros pasó del 29% al 35%.Los cursos, por los que han pasado más de 800personas, van dirigidos a aquellos condenados queno ingresan en prisión al no tener antecedentes y sersu pena inferior a dos años, pero que tienen obligaciónde asistir a programas de reinserción. Organizadojunto con los servicios sociales penitenciarios,el programa formativo incluye dinámicas grupales decarácter socioeducativo, sesiones individualizadasde seguimiento y control y un programa voluntariopsicoterapéutico que se desarrolla al final, una vezreciben el alta terapéutica. Se trata de un programamultidisciplinar, en el que participan médicos forenses,juristas, sociólogos, psicólogos, criminólogos...Preguntado por su efectividad, Cuéllar confirmala dificultad para cambiar valores y estructuras quepersisten en la ideología cultural machista, pero aseguraque la información que reciben es muy útil yevita que se repitan episodios de violencia. “El 95%de los que han pasado por aquí no reinciden. Estosignifica al menos que no hay nuevas víctimas, yaque estas personas por lo general conviven despuéscon otras parejas que pueden ser objeto también demalos tratos. En este sentido, no podemos olvidar alos agresores, porque tratarlos es una manera tambiénde proteger a las víctimas, actuales o futuras”.Carmelo introduce un matiz: “Somos conscientes deque suprimir el síntoma de violencia no es suficiente,La falta de medios de todo tipodificulta el desarrollo completode la Ley de Protección Integralcontra la Violencia de Géneropero es absolutamente necesario. En dos años,hemos tenido únicamente cuatro reincidencias, ningunade ellas con sangre”.Lo más complicado –asegura Cuéllar– es sin dudala primera fase, la contextualización jurídica de laspersonas: “Normalmente llegan rebotados, negándolotodo, muy reacios a admitir lo que han hecho.La mayoría tiene un sentimiento de vergüenza”. CarmeloHernández refuerza la idea: “Las primeras cincohoras son cruciales y es aquí precisamente dondemás se necesita la intervención de los abogados.Gracias a un convenio con el Colegio de Abogadosde Alicante, trabajamos con cuatro letrados especializadosque orientan y asesoran jurídicamente a estaspersonas”.Una única leyJosé Antonio Burriel, periodista y abogado valencianoexperto en violencia doméstica, defiende lavigente Ley de Protección Integral contra la Violenciade Género, que considera adecuada y suficiente.“No creo necesaria una ley autonómica, aunqueotras comunidades la tengan. Las autonómicas selimitan a aplicar lo que dice la ley de ámbito nacional.Lo demás es marear la perdiz, no podemos politizareste tema. Lo que hay que hacer es darle mayor eficaciaa la ley que tenemos”.Premio Nacional en Violencia de Género por elMinisterio de Trabajo en 2005, Burriel recuerda quela Ley dice también que los juzgados tienen queestar dotados de jueces preparados, personal especializadoformado para la ocasión, más recursossociales, más agentes de policía... “Estas carenciaspersisten. Las unidades de valoración integral, porejemplo, funcionan sólo en Andalucía, a pesar deque en Valencia se han anunciado varias veces”.La importancia de denunciarEn el 70% de las muertes en 2006 por malos tratos,ningún órgano judicial tenía conocimiento previo.En palabras de este experto, “tenemos que convencera la mujer para que dé un paso al frente. La prontitudde las denuncias es la que a la larga evita lasmuertes. A veces, cuando una mujer denuncia yaes tarde. La macroencuesta del Instituto de la Mujerarroja un dato preocupante: en España hay 1,8 millonesde mujeres que sufren maltrato técnico aunqueno son conscientes, amén de otras 600.000 mujeresque sí lo reconocen. Sin embargo, si observaslas denuncias presentadas el pasado año (93.000),están muy lejos de estos guarismos”.En España la sensibilización es todavía baja, enopinión de Burriel. “Sólo el 1% de las denuncias fueronpresentadas por familiares de las víctimas. Todavíahay muchos que miran hacia otro lado. A algunasmujeres les da vergüenza decir que su hija o su hermanahan sido maltratadas. En todo caso, la Fiscalíadebería investigar las denuncias que se retiran ypocas veces lo hace”.El abogado, protagonistaToda mujer tiene derecho a asistencia jurídica gratuitadesde que presenta la denuncia. Por eso, el abogadoes una pieza fundamental. Debe garantizar que elderecho a la información de la víctima se haga correcta-mente, explicarle el proceso en el que se mete, prepararlapara que no retire la denuncia (respetando siempresu opinión) y hacer que las denuncias sean lo más completasposibles. Puede exigir además que se le ofrezcauna atención social integral.Aunque en ocasiones no se cumplen, las órdenes dealejamiento han sido eficaces en muchos casos. “Habríaque cambiar la ley para que las mujeres que denuncianno puedan retirarse de la acusación y abstenerse dedeclarar. Pero hasta que esto no ocurra, el abogado debeadvertirle de esa posibilidad que la ley permite”.El número de homicidios repuntaen el momento en que baja lasensibilización social: campañasen radio, prensa, televisión…Defensor a ultranza de la reinserción como derechoconstitucional, Burriel reconoce que hay que evitarque el maltratador tenga suspendida la condena.“En estos momentos, en Valencia hay más de 500que no han asistido a ningún curso de rehabilitacióna pesar de que la ley lo exige. Yo conozco a dos otres. El problema es que ciertos sectores sociales opolíticos no creen en la violencia de género”.EN PROFUNDIDADFoto. José Luis Bort