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1 ESTUDIO DE CASOS INTERVENCIÓN CON ... - Altea-europa.org

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INTERVENCIÓN <strong>DE</strong>S<strong>DE</strong> LA USMI (Unidad de Salud Mental Infantil)CASO:Javier de 15 años de edad que acude a Consultas a petición de sus padresdebido a problemas de conducta relacionados con la adolescencia. Acudeacompañado de su madre y viene a la consulta después de que los padres leofrezcan 40 euros por venir a hablar con alguien. En la entrevista se muestradistante y frío, minimizando los problemas de conducta que presenta yculpabilizando a los padres de la situación actual.Javier es el pequeño de dos herramos. El mayor tiene ocho años más que él, yse independizó dos años atrás después de acabar sus estudios universitarios.En la actualidad tiene un buen trabajo, y mantiene una buena relación con suspadres. El padre de Javier trabaja para una compañía europea y desde antesde que Javier naciera se ha dedicado a viajar toda la semana, viniendo a casasolo los fines de semana. La madre es funcionaria, aunque ha tenido variosperíodos de baja laboral al no encontrarse bien por los problemas de Javier.La madre relata como Javier ha sido siempre un niño difícil, al que le haconstado obedecer y cumplir normas desde la primera infancia. La madre hasido siempre muy permisiva con él desde los primeros años. Javier ha dormidocon la madre hasta casi entrada la adolesciencia y no ha establecido un patrónde comida variado al ser siempre muy caprichoso en su alimentación.A nivel académico Javier es descrito como un niño con buena capacidad, queaunque no se ha esforzado nunca a nivel de estudios, saca la primaria sindificultades. Cuando pasa a la ESO en un Instituto nuevo, se produce unfracaso académico claro, habiendo repetido 2º de la ESO. A nivel social, Javiercambia de grupo de amigos hace unos años, relacionándose con losrepetidores y comenzando a salir hasta altas horas de la noche y a fugarse delas clases.La problemática conductual grave comienza hace ahora dos años, con fugasde casa, incumplimiento de horarios, mentiras, consumo de canabis ypequeños robos en casa. En los últimos meses, cuando los padres hanintentado poner límites a Javier, ésta ha comenzado a mostrar agresividadverbal y física tanto hacia el padre como hacia la madre. Ha llegado amarcarles con moratones en diversas ocasiones y a amenazarles con cuchillossi no acceden a sus demandas. La información referente a la violencia con lospadres no la relatan hasta la cuarta entrevista, según cuentan los padres porvergüenza. La respuesta de Javier cuando en confrontado por estos hechos esculpabilizar a los padres por provocarle.La madre ha estado en tratamiento psiquiátrico varias veces con diagnósticosde episodios depresivos y trastorno de ansiedad y existe un distanciamientoafectivo claro entre los padres. El estilo de manejo de los padres ha sidopermisivo y tolerante por parte de la madre, y excesivamente rígido por parte4


del padre, ante lo que la madre responde con rechazo hacia el padre y unaprotección permisiva de Javier.La hipótesis diagnóstica que se establece es la de Trastorno disocial grave,identificándose como factores causales y mantenedores los rasgostemperamentales, e estilo de crianza, las dificultades entre los padres, larelación con un grupo de iguales conflictivo, el consumo de tóxicos, el fracasoacadémico y la enfermedad mental de la madre.La intervención se planifica a distintos niveles: familiar, conyugal, individualpara la madre e individual para Javier. Se comienza una intervenciónfarmacológica que reduce agresividad y control de impulsos y se habla con elcentro educativo para que se traslade a Javier a un grupo reducido dondepueda retomar el trabajo académico a un nivel más individualizado.5


CASO:Héctor es un adolescente de 14 años remitido al programa de Hospital de Díapor los Servicios Sociales locales debido a un trastorno grave de conducta queha fracasado a intervenciones en consultas Externas (entre las que seencuentra SEAFI, USMI y Servicio psicopedagógico). Las conductas queHéctor presenta incluyen agresividad verbal y física tanto en el entorno familiarcomo en el social y el académico. Desde el IES están muy preocupados por lagravedad del caso, y tiene abierto un expediente de expulsión, después de quese le haya amonestado en numerosas ocasiones. Allí las conductas de Héctorincluyen amenazas e insultos a profesores, agresiones repetitivas a iguales ynegativa a cumplir cualquier tipo de normas.En casa Héctor arremete de forma regular a la pareja de la madre, a la quenuca ha aceptado como parte de la familia a pesar de que lleva cinco añosconviviendo con ellos. Con la madres, se producen discusiones y enfadoscontinuos, y aunque no llega a agredirla físicamente sí la insulta y amenazacontinuamente. Cuando se produce una discusión en casa, Héctor golpea yrompe objetos, perdiendo el control y destrozando objetos de valor ennumerosas ocasiones.La problemática de Héctor está presente desde hace casi cinco años, habiendopasado un periodo breve en el Centro de Recepción sin que esto supusieracambios en las conductas. La madre y su pareja acuden desde hace años a lascitas regulares den el SEAFI, siguiendo las pautas que allí se les dan y que sehan centrado en modificar estilos de manejo.Como antecedentes relevantes es de destacar que el padre biológico de Héctorera una persona claramente violenta y agresiva, tanto con la madre como conHéctor y fallece por accidente de tráfico cuando Héctor tiene ocho años. Lamadre describe como Héctor se posiciona de forma muy cercana a la madrecuando muere el padre y comienza a mostrar conductas muy similares al padreentre las que se encuentran intentos de dominarla y controlarla, agresividad yaltos niveles de enfado e ira. Cuando la pareja de la madre va a vivir con ellos,Héctor lo rechaza claramente, escalando la agresividad hacia él. La madre seposiciona cerca de su hijo, disculpando sus conductas y culpando a su parejade ser excesivamente duro con él si le intenta poner límites (miedo a que lanueva pareja repita el patrón agresivo del primer marido).A nivel escolar Héctor ha tenido siempre dificultades para rendir de formaadecuada. En la escuela se ha mostrado siempre inquieto y disperso, con bajorendimiento y numerosos castigos. A nivel de amigos siempre ha tenidodificultades mostrando baja tolerancia a la frustración y conductas muyimpulsivas.La hipótesis diagnóstica de Héctor es que cumple criterios diagnósticos deTrastorno por déficit de atención con hiperactividad y Trastorno disocial grave.6


Los factores etiológicos implicados son: altos niveles de impulsividad, bajorendimiento académico, modelamiento de conductas agresivas del padre,carga biológica del padre, estilo de manejo de la madre, estilo de interaccióndel nuevo núcleo familiar.El plan de intervención incluye el Programa de Día en el que se incluye trabajopisoterapéutico individual intensivo, convivencia terapéutica con un grupo deiguales y trabajo académico individualizado. De tal forma paralela se trabajocon la familia y con la pareja.7


INTERVENCIÓN EN LOS SEAFIsCASO:IntroducciónEn este trabajo se va a tratar de analizar una de las problemáticas en la familia,con la que nos encontramos muy frecuentemente y que voy a tratar dedescribir.Se trata de cómo intervenir en las familias que se derivan a nuestros equiposespecializados, en el que la situación entre los padres e hijos está muydeteriorada, habiendo aparecido ya episodios de violencia, en los que ha tenidoque intervenir incluso la policía, y además en los que solo podemos actuar conlos padres puesto que los hijos no quieren venir, ya que suelen considerar queel problema no corresponde a ellos.Además en estos casos, ante el grave deterioro de la situación y la presiónfamiliar y social, los padres plantean opciones extremas, como pueden ser, elinternamiento del menor o su emancipación, tratando de cortar por lo sano,desesperados de que no es posible ya hacer nada. Muchas veces nos dicenque ya lo han probado todo y que la situación solo ha hecho que empeorar, quese está resintiendo su relación de pareja, el trabajo, etc.Ante este planteamiento del problema de difícil resolución, querría realizar unadivisión en diferentes momentos del tratamiento, para facilitar su comprensión,utilizando un caso como paradigmático para ilustrar de forma paralela, lasposibilidades de intervención.Esquema de actuación:Estudio de la demanda de los padres: Los padres hartos de haberlo probadotodo, para evitar que se repitan situaciones de violencia y nuevasintervenciones de la policía, optan por plantear unas medidas que saquen almenor de la casa. Estas se concretan en dos, según la edad del joven (16):internamiento o emancipación.Análisis de la situaciónEl trabajo de intervención va a durar siempre con la madre y su compañero,tres meses (entrevistas semanales). En las primeras entrevistas (a veces espreciso hacerlo en la primera, por el deterioro de los acontecimientos), debe dehacerse un primer análisis y un diagnóstico de la situación familiar, atendiendoa todo lo que se juega en lo que se dice, por ejemplo en el caso que presentoen paralelo, de vez en cuando en el discurso de la madre, había una forma decomparar, o identificar a la hija con el exmarido, este tipo de identificaciones esdemasiado común. Ella veía en su hija similares comportamientos a los de suex, en temas de violencia y de abuso de substancias, en el padre era el alcoholen la hija era el hachís. Este tipo de identificaciones a veces subliminares, noson nunca buenas, ya que colocan al hijo en el lugar de la confrontaciónpermanente y no dejan ver las diferencias y cualidades de éste.8


Veamos pues un poco más de este caso para situarnos en el momento inicialdel tratamiento.Estudio de caso.Momento de violencia inicial.El caso llega al SEAFI derivado por el ESB, como es preceptivo, la madrerelata su gran angustia por la relación que mantiene con su hija de 16 años, enla que se ha producido agresiones.La demanda habitual de estos casos es de que nosotros como equipointervengamos resolviendo el problema, denunciando el caso y forzando elinternamiento institucional si es necesario, o la otra demanda: buscar laemancipación. En ambos casos desaparece, físicamente, el problema.No se puede responder a la demanda del usuario, haciéndola propia, sino masbien tratar de que se vean distintas opciones, que es difícil de visualizar enmomentos de crisis agudas, donde la violencia es continuada, ofreciendo laposibilidad de reconducir la situación y volver a la posibilidad de diálogo,aunque esta parezca inverosímil en esos momentos.Por todo ello, la atención social no se puede aliar a los padres, buscando “latranquilidad” a costa de separar, al menor de los padres, si no que se deben debuscar otras vías, para volver al diálogo. Tampoco hacer el caso nuestroasumiendo nosotros la responsabilidad de su resolución. El problema implica atoda la familia generalmente y debe de entenderse así. La conducción de lacura tiene que ser en todo momento protagonizada por los padres, que son losque inician el caso, (en el supuesto que sean otros, ha de implicarse a estos deigual forma). Nuestro cometido será ayudarles en esa conducción mostrándoleslas carreteras secundarias y principales, analizando con ellos los pros y loscontras, siendo la decisión final la de los usuarios.* * *Otra práctica habitual por parte de éstos ante el desbordamiento de lasituación, es la de recurrir a la familia extensa, para que les ayude. Nuestraadolescente también ha estado una temporada con una tía materna, máspermisiva. Allí duró un mes, hasta que se le planteó después de un tiempo deespera que tenía que hacer algo con su vida, además de responder a ciertasnormas en la casa. Entonces optó por volver con sus padres.* * *En esta primera fase del tratamiento se trata de cortar por todos los medios, laviolencia en la familia, planteando que esta cuestión solo puede traerconsecuencias todavía peores. En este sentido es interesante situar lasubjetividad de los padres, viendo los fantasmas existentes, por ejemplo en9


este caso, aparece la cuestión que es necesario separar, entre lo que pasó consu marido alcohólico, que aunque no era violento había una lucha constantepor que dejara la bebida... Ella la sitúa también como consumidora de hachís yotras sustancias e intenta un tratamiento con la psicóloga de la UPC, que nofunciona. Cuando se consigue ver que la chica no es una adicta, que fumaesporádicamente, como una gran parte de los adolescentes actuales, puedeempezar a separar y desubicarla de este lugar y podrá entonces intentar tenerotra relación con ella. Esta desidentificación de la que hablaba al principio deeste capítulo, es importante hacerla para lograr que se mueva algo la relaciónmadre-hija, y permita la intervención. En este proceso también a raíz de estetema, se aprovecha para hablar de cuestiones que mostraban una falta deasimilación de la separación, no solo por parte de la madre, sino también porparte de la hija. Había en esta separación muchas cosas tapadas por la madre(y el hermano mayor como cómplice), para que sus hijos pequeños nosufrieran. De esta forma el alcoholismo paterno estaba muy mitigado al igualque las disputas y violencia de la pareja. Este ocultamiento favorece siempreciertas idealizaciones y preguntas que no tienen respuesta. En este sentido lajoven reprochaba que no se le hubiera hablado de su enfermedad que lecondujo a la muerte. No le perdona que se enterara tan tarde.Surgen en este momento por tanto cuestiones que no se habían hablado de laseparación, favorecidas también por haber otro hombre nuevo compañero de lamadre, no porque éste las impidiera sino por que no era cómodo hablar deaquello delante de él.Momento de apertura de la comunicaciónDespués de este momento de cierta apertura en la relación general con el otro,donde se tratan cuestiones pendientes de la separación, disminuye laagresividad, se pasa a una fase de mayor comunicación, bajo una tensión quesigue existiendo, temiendo todos la aparición de nuevos episodios de violencia,que nadie en el fondo desea. En esta fase se abre la comunicación a los otroshermanos, para evitar la confrontación directa madre-hija, y que ésta últimaaprecie que hay otros adultos que también opinan sobre la situación, así seevita la polarización del caso y se posibilita de que puedan subjetivarse loscontenidos hacia una simbolización, en la escena familiar, saliendo de unarelación imaginaria paterno-filiar, de dos.En esta fase también es importante manejar el tema de la relación afectiva, esdecir que todo lo que se ha dicho antes bajo un estado de crispación seatempere, y se vuelva a un discurso donde exista el cariño y la demostraciónde éste y su verbalización, en los momentos de buena relación. Aquí esimportante decir que se la quiere (a pesar de todo), y que no se desea que semarche. Esta manifestación verbal tiene también efectos, cuando además dehacerla la madre, la hace el compañero de ésta, de forma sincera.10


Esto no impide que se hable de todo incluso de la emancipación, pero esimportante que se diga que esta no se desea por parte de los padres, si este esel caso.Esta renovación del deseo de paternidad, supone a veces un momento deinflexión, como reconoce la pareja de la madre, un cambio importante en eltratamiento donde ya se empiezan a abrir otros caminos diferentes a laviolencia.De forma paralela el grupo de iguales funciona en muchos de estos casoscomo un importante sostén de la posición de fuera del adolescente,permitiendo cierto amparo e incluso un lugar de estancia temporal algunasnoches. Este es un tema delicado y debe de tratarse sin mostrar hostilidadhacia ellos, ya que esto lejos de mermar la relación, la fortalece. Más bien setrata de incidir en ver las limitaciones de éstos, confrontando en todo lo posiblelas cosas con la situación real social, trabajo, formación, amistad, etc...11


Nuevos episodios violentosEn esta evolución problemática pueden aparecer nuevos sucesos violentos, porejemplo enfrentamientos con la policía. El situarse en un grupo deadolescentes lleva a rozar al principio, a determinados comportamientosmarginales (botellón, pintadas...), no muy graves. Es importante que esto nollegue a mayores, puesto que la estancia en el grupo se puede consolidar yllegar a justificar una situación marginal, si el grupo pasa a sustituir en ciertaforma, a la familia. La situación entonces sería más grave, si el adolescente seidentifica con este mundo marginal, víctima de la sociedad, que es la culpablede todas sus desdichas, pero esto es otro problema que necesitaría de unanálisis mayor.Este exceso de agresividad a veces necesita de una interpretación parapoderse asimilar e integrar en el discurso familiar. Aparece un odio, siempreligado al amor, integrados en la misma pulsión odio-amor. Puede hacerse unapregunta sobre su origen, que pueda darnos algo de luz sobre estoscomportamientos. En el caso de referencia, surge la falta de asimilación de laseparación y muerte del padre, hace 4 años. La madre reconoce que trató depreservar demasiado a sus hijos pequeños, de todo el problema de su maridocon el alcohol, como ya hemos visto. La hija ha manifestado su malestar porque no le avisaron de la importancia de la enfermedad de su padre. Además elcompañero nuevo se introduce hace un año, en sus vidas sin haber tenidotiempo suficiente de poder haber asimilado la muerte del padre.Estos temas son importantes que afloren para que cada miembro de la familia,pueda hacer sus interpretaciones que contribuyan a realizar una construccióndel tema, que pueda finalizar en la asimilación final del problema. Tambiéncontribuyen mucho a empatizar y que cada uno pueda entender mejor laposición del otro, llegando a comprender mejor su forma de actuar.En este subapartado trato de plantear de que en estas situaciones en las queincluso interviene la policía, tampoco hay que perder la calma, y pueden sertambién beneficiosas a medio plazo. Ya que el adolescente se confronta conlos límites de la ley, que pueden ejercer también un papel de contención,aunque en principio no le gusten.En el caso que seguimos, en general paradigmático, se dieron estos choquescon la policía local, que en este caso se vieron amortiguados, al existir unasección especial de menores, más comprensiva, dentro de la propia policía.12


Subjetivación del problemaTambién hubieron charlas que no llegaron a ser ya fuertes entre la madre y lostres hijos, quedando al margen el compañero de ésta por voluntad propia y porque en este momento no era necesario. En estas charlas la menor reconocióalgo de su problema, pudo subjetivar que el problema también lo tenía ella,siendo éste el principio de todo cambio, es decir no se puede cambiar algo, sino existe una consciencia de que hay un problema que resolver. Estainteriorización es básica cuando se trabaja con menores, ya que es muy difícilde que éstos reconozcan de que el problema no es solo de sus padres, sinoque ellos también tienen algo que ver. Y esta cuestión puede facilitarse con eldiscurso de los hermanos.El trabajo terapéutico debería realizarse con los menores y con los padres. Noobstante, en los casos habituales que los adolescentes no quieren venir, sobretodo en los comienzos del trabajo familiar, es interesante trabajar con lospadres en un primer momento (la madre biológica y el compañero de ésta en elcaso que expongo), haciendo sesiones individuales y de pareja, ya que lavisión de uno puede complementar a la del otro, siempre tratando de buscaruna objetividad en el caso y la necesidad de que exista un acuerdo entreambos. En el caso que vemos la valoración de que él empezaba a notar uncambio en la chica, muy leve pero que podía favorecer el pronóstico, fue muyimportante para demostrar que existían esperanzas de solución.Etapa de cambio.Así podemos llegar a esta etapa que a veces como en este caso, puede serdesesperante, ya que los cambios son pequeñísimos, y hay que seguirmanteniendo la calma, la esperanza, la tranquilidad, etc. Pero a su vez,muchas veces esta etapa puede ser peligrosa por que puede salir el malestaracumulado en las anteriores, y ahora que la cosa está más tranquila,expresarlo, con el peligro que ello comporta de involucionar todo lo conseguido.En este sentido la regla debe de ser: evitar el reproche, ya que las conductaspasadas obedecían a otro momento, a otra fase donde la falta de comprensiónde la situación, la aparente falta de comunicación y de diálogo, llevaban al pasoal acto, en forma de fuga, violencia,... La falta de escucha que siente eladolescente lleva con frecuencia a esta actitud, sin que pueda evitarse. Porsupuesto es fundamental señalar los pequeños cambios que aparecen,tratando de ver si son especialmente significativos, es decir si determinadamodificación sustancial puede producir una mutación a una nueva etapa.El futuroPensar en retomar los estudios, o buscar un trabajo puede sacardefinitivamente de esta fase de confrontación. El trabajo ofrece la ventaja deque se consigue un reconocimiento y valoración de lo que se hace, tanimportante para el adolescente, unido a unas normas de funcionamiento de13


INTERVENCIÓN <strong>DE</strong>L EQUIPO <strong>DE</strong> MEDIDAS JUDICIALESCASO:Luis (nombre ficticio) es un joven de 16 años que reside en un municipioalicantino ubicado en la comarca de la Marina Alta, con una población queronda los veinte mil habitantes.Luis es hijo único y sus padres están separados desde hace variosaños. En el momento en que llega el caso a nuestro equipo, el menor vive consu madre en un apartamento bien situado que reúne las condiciones mínimasde habitabilidad. Esta vivienda se tiene en régimen de propiedad con cargaseconómicas. La madre acaba de empezar a trabajar en un locutorio telefónico.Antes de ir a vivir con su madre, Luis estuvo durante ocho años en acogimientofamiliar en familia extensa con sus abuelos. El contacto del hijo con el padreha sido esporádico.El caso de Luis es derivado a nuestro equipo desde la Dirección Territorial deBienestar Social (Entidad Pública competente en ese momento en la ejecuciónde las medidas judiciales de menores infractores) por un expediente de reformacuya apertura fue motivada por un pequeño robo y a partir del cual se acuerdaen sentencia una medida judicial de prestación de servicios en beneficio de lacomunidad. Una vez recibida la medida se asigna el caso a uno de lostécnicos miembro de nuestro equipo.En primer lugar, contactamos con los servicios sociales municipales que nosconfirman que conocen el caso, ya que la madre acudió solicitando ayudadebido a los problemas de conducta de su hijo pero reconocen que laintervención no ha sido posible por no considerar la madre válidas laspropuestas y orientaciones planteadas por el equipo social de base, aún nisiquiera sin haberlas explorado. El menor también rechaza la intervención.Según parece, la madre va contactando con distintos profesionales (tambiéncon un gabinete de psicólogos) esperando la confirmación de su “diagnóstico” yno aceptando otras valoraciones que no sean aquellas que ella consideraválidas.Paralelamente a este primer contacto con los servicios sociales mantuvimosvarias conversaciones telefónicas con la madre del menor, en la que nosinformó acerca de la situación familiar y de Luis y nos transmitió su angustiaacerca del comportamiento del joven. Se aprecia ya en estas conversacionesuna tendencia a la victimización y una culpabilización constante al ex –marido.Aprovechando uno de estos contactos telefónicos se cita a los padres y a Luispara dar inicio a la medida de prestación de servicios en beneficio de lacomunidad. Hay que decir que hasta ese momento no existe ningúnexpediente de reforma abierto por maltrato familiar.La primera entrevista se celebra en las dependencias de los servicios socialesmunicipales y acuden los padres y Luis. En ese encuentro Luis ya empieza amostrar conductas que nos ponen en alerta, evitando entrar al despacho,15


encerrándose en el baño durante unos veinte minutos sin motivo aparente,durante la entrevista observamos dificultades en el razonamiento, en ellenguaje y en la expresión, cierto alejamiento de la realidad, reaccionesincoherentes (risas injustificadas, movimientos corporales extraños, etc.). Encuanto al padre, se observa una elusión de responsabilidades y un escasointerés por lo que se habla (hasta el extremo de estar a punto de dormirse enun momento de la entrevista). La madre exterioriza su angustia y seconsidera víctima de la situación.Tras este primer encuentro citamos a los pocos días a Luis en su domicilio.Mientras tanto, la madre nos llama con frecuencia por teléfono paratransmitirnos su angustia por las conductas que presenta su hijo. Leadvertimos de que nuestra intervención es puntual ya que debemos darcumplimiento a 40 horas de prestación de servicios en beneficio de lacomunidad. Le orientamos para que acuda al SEAFI del municipio pero ellarechaza esa propuesta ya que no confía en los servicios sociales municipales.En la segunda cita con Luis seguimos obteniendo información que favorece elaumento de nuestro nivel de alerta. Los comportamientos del joven sonextraños. Su habitación esta en un estado caótico, con un desorden extremo eincluso con un “graffiti” pintado en la pared. Nos recibe con la música a unvolumen excesivo, le pedimos que lo baje y le cuesta responder a nuestrademanda. Se muestra incapaz de centrar la atención en lo que hablamos en laentrevista. Seguimos apreciando dificultades en el lenguaje y en lascapacidades de razonamiento, comprensión y reflexión.Las informaciones que nos transmite la madre van en la misma línea y por ellole proponemos que pida cita lo antes posible en la Unidad de Salud Mental delcentro de salud municipal.La siguiente cita con Luis la convocamos fuera del domicilio, para verificar sies capaz de recordar y asumir ese compromiso. El joven no acude a laentrevista. Por ello, y dada la situación, en la cual es prioritario ver al joven almargen de verificar si es capaz de cumplir compromisos, decidimos mantenerlos encuentros en su casa.En estos encuentros y en las informaciones que nos transmite la madre vemosun deterioro de la situación que nos llevan a pensar en un pronósticopreocupante. Además, a pesar de la angustia que la madre nos transmite,deja pasar mucho tiempo antes de concertar la cita en la Unidad de SaludMental, lo que evidencia cierta dejación de responsabilidades. De hecho, apartir de nuestra observación vemos que el modelo educativo empleado no esel adecuado.Poco tiempo después la madre denuncia a Luis por agresión y es en esemomento cuando nos llega desde el Juzgado de Menores un auto judicial en elque se impone una medida cautelar de libertad vigilada por presunto delito demaltrato familiar. La recepción de esta medida nos permite modificar nuestraorientación y darle prioridad a esta intervención, relegando a un segundo planola ejecución de la prestación de servicios en beneficio de la comunidad que16


para este proyecto Daphne: se trata de aquellos casos de maltrato intrafamiliarcuya intervención no ha podido ser completada dentro del medio abierto por suespecial gravedad, siendo necesario el internamiento.Antonio Ortega-Joan Font (Educadores Sociales)Equipo de Medidas Judiciales-Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong>18

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