La intervencin de los peritos en el acto del juicio

El tratamiento que presta la legislación a la intervención de los peritos en elacto del juicio viene establecida en el art. 347 LEC (LA LEY 58/2000).Art. 347. Posible actuación de los peritos en el juicio o en la vista.1. Los peritos tendrán en el juicio o en la vista la intervención solicitada porlas partes que el Tribunal admita.El Tribunal solo denegará las solicitudes de intervención que, por su finalidady contenido, hayan de estimarse impertinentes o inútiles.En especial, las partes y sus defensores podrán pedir:• a) Exposición completa del dictamen, cuando esa exposiciónrequiera la realización de otras operaciones,complementarias del escrito aportado, mediante el empleo delos documentos, materiales y otros elementos a que serefiere el apartado 2 del art. 336 (LA LEY 58/2000) .• b) Explicación del dictamen o de alguno o algunos de suspuntos cuyo significado no se considerase suficientementeexpresivo a los efectos de la prueba.• c) Respuestas a preguntas y objeciones sobre método,premisas, conclusiones y otros aspectos del dictamen.• d) Respuestas a solicitudes de ampliación del dictamen a otrospuntos conexos, por si pudiera llevarse a cabo en el mismoacto y a efectos, en cualquier caso, de conocer la opinión delperito sobre la posibilidad y utilidad de la ampliación, asícomo del plazo necesario para llevarla a cabo.• e) Crítica del dictamen de que se trate por el perito de la partecontraria.2. El Tribunal podrá también formular preguntas a los peritos y requerir deellos explicaciones sobre lo que sea objeto del dictamen aportado, pero sinpoder acordar, de oficio, que se amplíe, salvo que se trate de peritosdesignados de oficio conforme a lo dispuesto en el apartado 5 del art. 339(LA LEY 58/2000).Por consiguiente, la intervención de los peritos en el acto del juicio o de lavista será la solicitada por las partes y acuerde el Tribunal. Por tanto, será elórgano judicial el que deberá acordar la presencia de los peritos en el actodel juicio o de la vista (art. 338.2 (LA LEY 58/2000)), en la que tendrán laintervención que las partes soliciten y el Tribunal admita (4) , siendo posible la

denegación de las solicitudes de intervención cuando por su finalidad ycontenido, a juicio de aquél, hayan de estimarse impertinentes o inútiles.Pues bien, vamos a centrarnos en el párrafo que al principio contiene elreseñado artículo:El Tribunal solo denegará las solicitudes de intervención que, por su finalidady contenido, hayan de estimarse impertinentes o inútiles.Si el Tribunal debe denegar aquellas solicitudes de intervención que por sufinalidad y contenido hayan de estimarse impertinentes o inútiles, ¿deberáconocer su finalidad y contenido para declararlas impertinentes o inútiles?Porque si no, ¿cómo va a declarar inútil o impertinente una intervención cuyocontenido y finalidad no conoce, si es precisamente su contenido y finalidadla base en la que se ha de fundamentar para admitirla o denegarla?Creo que, en la mayoría de escritos, se pasan por alto estas líneas delprecepto y se solicita la intervención del perito de modo general, sinespecificar el contenido y la finalidad de dicha intervención. Así, en generalcuando se formula la solicitud de intervención en los escritos se sueleconstar: «para que responda, aclare, critique, explique…». Pues bien, esostérminos serán el medio, pero por sí mismos no expresan el contenido y lafinalidad de dicha intervención y eso en concreto es lo que exige el referidoprecepto. Pues para poder admitir o denegar la prueba el Tribunal debeconocer el propósito de la intervención.Así, observamos que el art. 347 (LA LEY 58/2000) enumera las diversaspeticiones que pueden realizar las partes, de las que, obviamente, no seexpresa el contenido concreto pues ello dependerá de cada caso específico.Podemos afirmar que, al igual que en la solicitud de la prueba testifical, en lacual se hace necesario conocer el motivo por el que se solicita que unapersona concreta venga a declarar, también en la intervención de los peritosen los actos del juicio o de la vista se hace necesario saber, antes de admitiro denegar la prueba, el motivo concreto y preciso de su intervención. Si éstase solicita con una finalidad, por ejemplo, aclaratoria, deberá expresarse deforma clara y precisa el punto a aclarar y así sucesivamente en cada solicitudde intervención.

Cuestión distinta es que de la propia intervención, solicitada y admitida, sederiven posteriormente cuestiones conexas y relacionadas sobre las que laspartes o el propio juez soliciten alguna puntualización. De este modo elperito, una vez que esté presente en el acto o vista, deberá responder a todoaquello que se le pregunte y el juez considere pertinente y útil.A pesar de ello es importante subrayar que con la nueva normativa sepermite a las partes que insten a sus peritos a la crítica sobre el dictamen dela parte contraria, circunstancia que no estaba contemplada con anterioridaden la normativa derogada. De este modo se establece un sistema muchomás aperturista en cuanto al alcance de la intervención de las partes en lacontradicción a la que puede ser sometido el dictamen pericial, con unamayor participación de las representaciones de las partes, pero ello nosignifica que sea posible solicitar la intervención del perito para criticar (engeneral y sin especificar) el informe del contrario.Por todo ello consideramos que la intervención de los peritos en el proceso,habitualmente, debería finalizar con la mera aportación del dictamen. Esdecir, que dicho dictamen sea tan concreto, preciso y bien explicado que nonecesite de aclaraciones o precisiones complementarias. Pero puede ocurrirque, en su caso, por distintas circunstancias, se haga necesaria, además dela aportación, una posterior ratificación. Y también, excepcionalmente, puedeser ineludible la intervención del perito en el acto del juicio o de la vista perodicha intervención deberá cumplir escrupulosamente con el contenido delartículo que venimos analizando.En consecuencia, podemos distinguir tres momentos concretos de laparticipación de los peritos en el proceso:• 1. Presentación (aportación) del informe,• 2. ratificación, en su caso, y• 3. excepcionalmente, intervención en el acto del juicio o en lavista.Y dichos momentos podrán estar o no relacionados, debiendo ser analizadospor separado, ya que pueden darse todos a la vez o solo el primero, o solo elprimero y el segundo, o solo el primero y el tercero, según los casos. Demodo que en todos los procesos en los que se practique una prueba pericial

¿Cuándo es necesaria la ratificación del informe pericial? ¿Siempre, porcostumbre y sin fundamentar su solicitud, o bien solamente en determinadosy concretos supuestos?III. RATIFICACIÓN DEL DICTAMEN POR EL PERITOAsí pues, como venimos reiterando, si además de la aportación del dictamense requiere la necesidad de otra actuación del perito en el proceso, éstavendrá determinada por el contenido de la petición que haya formulado laparte solicitante. Podemos afirmar con rotundidad que la ratificación deldictamen por parte del perito no es siempre necesaria y, por supuesto, no esobligatoria, cuestión que choca con la práctica procesal, pues es habitualsolicitar, «como norma general y sin ningún motivo en particular», laratificación del perito. Pero, ¿cuándo será necesaria dicha ratificación? Enprincipio, el perito deberá proceder a ratificar su informe cuando haya sidoimpugnada su autenticidad por alguna de las partes. Así, la ratificación seránecesaria en aquellos casos en los que se dude de quién ha sido realmentesu autor, cuando falte alguna hoja, cuando existan tachaduras o partesilegibles, etc. Es decir, en aquellos casos en los que se aporte un informeque podríamos calificar de defectuoso o en aquellos otros casos en los quese ponga en duda la cualificación o la identidad de su autor.Esta ratificación, además, en virtud del art. 346 de la LEC (LA LEY 58/2000),se realiza ante el Secretario Judicial. De este modo, no hace falta que elperito acuda, para dicha ratificación, al acto del juicio o de la vista. Peroparece como si fuera de rigor presentar en el juzgado un «modelo» deintervención en el que se transcribe el art. 347 (LA LEY 58/2000), y, porconsiguiente, el perito deberá intervenir en el juicio, además de para«ratificar» el informe (sin que nadie haya dudado de su autenticidad), paraque responda, aclare, critique, conteste, puntualice, etc. Parece como siprimero se solicitara su intervención y luego se «pensara» en el contenido deésta, en qué va a consistir en concreto la intervención solicitada. Estacuestión se contradice con la filosofía que inspira el artículo estudiado, pueséste indica, como ya hemos reiterado, que la intervención del perito en elacto del juicio será la que solicite la parte y el Tribunal admita.

Pero volvamos a reseñar los dos primeros párrafos del art. 347: el peritotendrá en la vista o juicio la intervención que pidan las partes siempre que eljuez la admita atendiendo a su pertinencia y utilidad. Así, de la interpretaciónliteral de dichos párrafos (no es precisa otra interpretación que no sea laliteral) se deduce que en la propia solicitud que se realice al Tribunal, paraque pueda el perito intervenir en el acto del juicio o de la vista, a tenor de lopreceptuado, se debe especificar claramente con precisión el objeto de esaintervención, y deberá denegarse cuando se solicite con carácter genérico detal forma que no se ofrezcan al Tribunal datos suficientes para su admisión odenegación. ¿Cómo podrá el juez admitir o denegar la prueba si no se lepone de manifiesto en qué va a consistir la intervención del perito?Es clara la cuestión. La solicitud de la parte debería consistir en una peticiónreferida a aspectos concretos de los enumerados en el artículo dereferencia. En dicha petición se deberá especificar qué pregunta o preguntasy qué punto o puntos concretos debe el perito responder, aclarar o criticar deldictamen aportado por el contrario.Pues bien, al hilo de dichas intervenciones, las demás partes podrán tambiénformular preguntas a los peritos y requerir de ellos explicaciones sobre lo quehaya sido objeto de la intervención, pero todo ello teniendo muy en cuenta (yaquí será imprescindible una actitud muy activa por parte del juez) que éstasno podrán versar sobre extremos o cuestiones que inicialmente no hayansido concretadas y especificadas en la solicitud y que, por tanto, hayan dadolugar a su admisión.No ha sido posible encontrar jurisprudencia entre la consultada, en esteaspecto concreto, pero sí la hemos podido constatar en relación al apartado3.º del art. 347 LEC (LA LEY 58/2000); por poner un ejemplo:La SAP Zamora de 19 de abril de 2002 (LA LEY 76817/2002) estimó que,habiéndose emitido dictamen sobre la valoración de los daños producidos aun vehículo, no podía preguntarse al perito sobre si el golpe que seapreciaba en el vehículo podía o no haber sido producido por el impactocontra unos perros (6) .Como conclusión podemos señalar la necesaria y concreta petición aljuzgado del motivo o motivos por los cuales se hace precisa la intervencióndel perito en el acto del juicio. Sin concretar el contenido de la intervención al

Tribunal no le quedará más remedio que denegarla, pues le será imposibledeclarar pertinente una prueba cuyo contenido desconoce.(1)(2)(3)(4)(5)(6)Derecho Procesal Civil, «El proceso de declaración», De la Oliva,Andrés, 3.ª edición, pág. 397.Ver TextoDerecho Procesal Civil, tomo I, «Introducción y Parte General»,Jaime Guasp-Pedro Aragoneses, 7.ª edición, Thomson Civitas, pág.432.Ver TextoDerecho Procesal Civil, «El proceso de declaración», De la Oliva,Andrés, 3.ª edición, págs. 408 y 410.Ver TextoDerecho Procesal Civil, tomo I, «Introducción y Parte General»,Jaime Guasp-Pedro Aragoneses, 7.ª edición, Thomson Civitas, págs.443 y 445.Ver Texto«La prueba pericial en el proceso civil», Cuadernos de Derecho Judicial,Pilar Ledesma Ibáñez y Esther Erice Martínez,2006, pág. 101.Ver Texto«La prueba pericial en el proceso civil». Cuadernos de DerechoJudicial. Pilar Ledesma Ibáñez. Magistrada-Esther Erice Martínez. 2006.Página 101.Ver Texto