D I S C O SESTUDIOJónicas sobre lemas de "El Murciélago". R.Strauss/Godowsky: Stándchen. Liszt: Rapsodiahúngara n" W. Toientanz (Filarmónicade Munich/Kempe). (1967-69, 1972,1976, 1979, 1984). 155'. Lo más novedosode este álhum dedicado al brasileño NelsonFreiré son las grabaciones de Schumann(procedente de un sello poco difundidoaquí, Alphée Disques) y el Impromptuy Mazurcas de Chopin (Audiofon), asícomo los regislros, hasta ahora no editados,de la Sender Freies berlinesa (Rapsodiade Liszt y arreglos de Godowsky). EnSchumann (toma en vivo) puede sorprendersu a menudo generoso rubaio, peroello no debe impedir el aprecio de una interpretacióntécnicamente brillantísima(escúchese el temible final del segundotiempo), aunque también de trepidantepasión roma mica y plausible traducciónde los pasajes líricos. El virtuosismo delbrasileño brilla igualmente en un tempestuosoScberzo chopiniano, un pianismoque recuerda por momentos el de su amigaArgerich, aunque quizá sin la riquezade contrastes que pone en juego la argentina.Las demás obras de Chopin, especialmentela Sonata, resultan también de imponentevirtuosismo pero algo más distanciadasen la expresión, algo que tambiénocurre en parte con Mozart. Bástanle mejoruna muy notable Op. 5de Brahins, asimismode gran poderío y buena graduaciónde tensiones, aunque en esta obraotros artistas (Katchen, Lupu, Zimerman,Barenboim, Curzon y Ugorski, por ejemplo)han alcanzado mayor intensidad (especialmenteen el monumental segundomovimiento). De deslumbrante brillantezlas obras de Liszt y los arreglos de Godowsky.En líneas generales, álbum atractivo,sobre todo por Schumann y Brahms.Vol. 22. CLIFFORD CURZON. 456 757-2. Mozart: Concienos para piano y orquestan"26K. 537 "Coronación"y 27K. 595(Sinfónica de Londres/Kertész). Schubert:Impromptus D. 935 y D. 899. FantasíaWanderer. (1941, 1949, 1952, 1967). 141'.Muy interesante álbum el que la coleccióndedica al británico Clifford Curzon, congrabaciones de Decca en general bien conocidas(aunque creo que los impromptusno han llegado a ser editados en su totalidad),pero con la novedad, nunca publicadaantes, de los dos Conciertos mozartianos.Quienes no hayan tenido ocasiónde apreciar el estupendo arte schubertianode Curzon tienen aquí una oportunidadinmejorable. La colección de Impromptus(por cierto, ¿por qué poner losD- 935 antes que los D. 899?) muestrabien a las claras su lúcido sentido cantable,hermoso timbre, perfecta fusión desensibilidad con respeto a la letra y atinadísimatraducción de los diversos climasexpresivos, desde el júbilo del D 899, n"2 hasta el intimismo del D. 935, n" 2 o eldelicado canto del D. 935, n" 1. La Wanderertiene, como suele decir un amigomío, mucha jurisprudencia discográfica,empezando por la legendaria de Richler(EMI) y siguiendo por la también espléndidade Pollini (DG). El mejor elogio quepuede hacerse a Curzon es que aunquepor momentos (la coda, por ejemplo) noalcance el tremendo poderío de los citados,y pese a que la toma 0949) evidenciasu edad, su versión puede situarse sinreparos en la lista de las preferidas, especialmentepor un segundo tiempo primorosamentematizado y con una magistralrecreación de tensión. Por lo demás, no esde extrañar que este artista elegante y.sensible, de refinada tímbrica, luzca tambiénestas cualidades en unas muy hermosas,amables, refinadas y galantes versionesde los dos últimos Conciertos mozartianos,acompañado de forma impecablepor ese notabilísimo maestro que fue Kertész.Un Mozart tan tradicional como equilibrado.El resumen es fácil: absolutamenterecomendable.Vol. 20. ALFRED CORTOT 1. 456 751-2. Chopin: Estudios Op. 10 y Op. 25. Liszt:Rapsodias húngaras n"s 2 y 11.Verdi/Iiszt: Paráfrasis de Rigoletto. Ravel:Juegos de agua. Schumann: Esludios sinfónicos.Carnaval. Kreisleriana. (1923,1926,1928-29, 1933-35). 157'. Documento históricode gran interés para los pianófilos depro, por cuanto además el sonido es excelentepara la época, fundamentalmente elde las obras de Schumann (sorprendentepara 1928-29) y Chopin (1934), que ocupanla mayor parte del álbum. Las grabacionesde Chopin, Liszt y Ravel procedende EMI. El álbum no da muchas pistas sobrela procedencia de los registros deSchumann (¿también EMI? las grabacioneshan sido editadas por Biddulph y creoque también por Music & Arts). Aviso aquienes no hayan escuchado al suizo conanterioridad: los patrones de perfeccióntécnica a que hoy en día nos hemos acostumbradoprobablemente dejarían en discretolugar a este formidable pero mecánicamentemuy falible artista. En otras palabras,a Cortotse le caen muchísimasnotas,como les pasaen buena medidaa Schnabelo Fischer.Pasar por encimatales roceses fácil si unoestá dispuestoa apreciar labelleza de sonido,la enormeinteligenciamusical de esteartista sensibley efusivo, suelegancia al tocary su genuina vena romántica, que brillaen su legendaria versión de los Estudiosde Chopin tanto como en Schumannmajestuoso y perfectamente contraslado,dichos ambos con tan exquisito cantable yperfecta coastrucción como poca fortunamecánica. Álbum que los buenos aficionadospredispuestos a bucear en estas cualidadesno deben perderse. Prescindiblepara quienes se irriten con los fallos.Vol. 13. ALFRED BRENDEL D. 456 730-2. Beethoven: Sonatas n" 29 "Hammerklavier"yn' 32. Variaciones WoO 73- VariacionesDiabellí. Bagatelas Op. 26. (1963,1976, 1984, 1995). 154'. Espléndido monográficoBeethoven de Brendel, que reúnesus justamente elogiadas DiabelH de 1976con la última (así lo declaró el moravo)grabación que haría de la HammerklainerOa Op. 111 también pertenece a su últimointegral de Sonatas, comentado en su díaen SCHERZO). Un Beethoven que aunacon acierto la elegancia de las Bagatelascon el ímpetu de la monumental Hammerklavierolas DiabelH (cuyo impetuosoy rotundo comienzo anuncia bien claramentelo que va a seguir, como bien puedecomprobarse luego en momentos comola Var. XXIII). Puede haber otros Beethovende superior brillantez técnica, conun pedal que favorezca más la claridad(los del moravo tienden a lo generoso, comoes bien sabido), pero pocos rivalizancon Brendel en el profundo conocimientode la música y el sabio equilibrio entre elpathos que caracteriza buena parte delmundo expresivo del gran sordo y el lirismode los pasajes más galantes, resaltando(Arietta de la Op. 111, var. XVU-XVU1el carácter entre visionario y tormentoso,muchas veces casi enloquecido, de estamúsica). Si no se han hecho con estas versionesen anteriores ocasiones, no dejenpasar ésta.Vol. 48. VLAD1M1R HOROWITZII. 456844-2. Liszt: Rapsodias húngaras n" 2 (arr.Homwítz) y 6. Valse oubliée n" 1. Au bordd'une source. Soneto 104 de Petrarca. Soiréesde Vienne (Vals-caprice n" 6). Sonataen si menor. Balada n e 2. Liszt/Busoni; Estudiosohre Paganini n" 2. Rachmaninov:Sonata n" 2 (reír Horowitz). Prokofiev: Sonatan° 7. Scriabin: Sonata n" 5. Chopin:Fantasía Op. 49. Polonesa-fantasía. (1930,1932, 1945,1947-48, 1951,1953 en vivo,1976 en vivo,1980, 1981 envivo, 1982 envivo, 1989).158'. Antiguasgrabaciones deRCA y EMI {.Sonatade Lisztde 1932), másuna de DG(Schubert/Liszt)para este segundoálbumdedicado a Horowitz.Se echade menos larecuperación de alguno de sus registrosmás señalados, como el Primer Conciertode Chaikovski. el Tercerode Rachmaninovo sus famosos Cuadros de una exposición,pero paciencia, aún queda por venir eltercer álbum del ruso. Del Liszt de Horowitz,incluso el de su juventud, poco puededecirse que no se haya dicho ya. Si aCortot se le caen notas, Horowitz da todaslas que le corresponden y hasta las que
D I S C O SESTUDIOno, porque cuando le parecen pocas añadeunas cuantas (véase su '"arreglo" de laRapsodia n"2). En la pirotecnia (Rapsodias,Estudios, etc.) se mueve como pezen el agua, y cuando se trata de penetraren aguas más enjundiosas, léasela Sonata, el "jovencito" Horowitz(28 primaveras en e.se momento)se despacha con una lecturaapasionada y poderosa, peroque también encuentra sitiopara el lirismo. El caballo se desbocaun poco de vez en cuando,y registros posteriores resultanmás controlados, pero éste tienemuchísimo que disfrutar, y seoye muy aceptablemente para laépoca (aunque peor que losmencionados antes de Cortot).Imponente la Sonata de Rachmaninov,también "arreglada" por elpianista, y que aquí se ofrece enuna muy buena toma en vivo(que por cierto el folleto no reflejacomo tal) de 1980. Le sobranenergías al ruso, que porentonces contaba la nada despreciableedad de setenta y cuatroañas, y era capaz de pasearsepor las dificultades de esta partitura(más las añadidas por élmismo) como si tal cosa (tambiénlo hace en su registro paraAlfred CortolSony, asimismo en vivo, de 1967), y traducircon un Juoco singular esta densa partitura.Técnicamente también imponente,en la Séptima Sonata de Prokofiev sólo alfinal parece aproximarse ese clima desgarradoy cruel, grotesco, que antes mencionécon ocasión del álbum de Gould (laloma, muy opaca, tampoco ayuda). Soberbia,sin embargo, entre lo espectral y elímpetu alucinado, adecuadamente enigmática,la Sonata n" 5 de Scriabin (tambiéntomada en vivo, 1976). Más perfectay apasionada que evocadora la Fantasíade Chopin, lo que también es aplicable auna muy interesante aunque singular Polonesa-Fantasía.Quienes gusten del artede Horowitz no deben dudar demasiadopara hacerse con este álhum, que ademáscontiene grabaciones muy interesantes desu primera época. El virtuoso por excelenciadel piano de este siglo no deja nuncaindiferente.Vol. 54. JULIUS KATCHEN II. 456 859-2. Gershwin: Rbapsody in Mué. Ravel:Conciertos para piano y orquesta. (Gershwiny Ravel con la Sinfónica deLondres/Kertész). Rachmaninov: Rapsodiasobre un lema de Paganini (Filarmónicade Londres/Bouit). Beethoven: Rondó parnpiano y orquesta WoO 6 (Sinfónica deLondres/Gamba). Liszt: Concierto parapiano y orquesta n" 2 (Filarmónica deLondres/Argenta). Dohnányi: Variacionessobre una canción infantil Op. 25 (Filarmónicade Londres/Boult). Prokofiev:Concierto para piano y orquesta n"3(Sinfónicade Londres/Kertész). (1957-59,1965, 1968). 156'. Me consta la presenciade las obras de Dohnányi y Rachmaninov(en Decca Classic Sound). Creo, pero nohe podido confirmarlo con total certeza,que el resto de este segundo álbum deKatchen es nuevo en CD. Y ello no hacesino añadirle interés a lo que ya de por sílo tiene. Porque ese pianista de enormepoderío y contagioso impulso que era elprematuramente desaparecido norteamericanoimparte varias y muy atractivas lecciones.De impecable idioma, fantasía ycolorido, la versión de la Rapsodia deGershwin es extraordinaria, y además delsugerente pianismo de Katchen encontramosun perfecto acompañamiento en esegran maestro que era Kertész. Con iodo,la cosa va in crescendo, porque las versionesde los Conciertos ravelianos tienen nosólo la mayor brillantez pianística y el impulsorítmico bien característicos de estepianista a menudo fogoso, sino tambiénun colorido y una riqueza de expresiónque captan de inmediato la atención. Escúcheseel comienzo del Adagio assai delConcierto en sol mayor, de una resignadapero extraordinariamente evocadora melancolíaque simplemente pone los pelosde punta, para a continuación sumergirseen un trepidante Presto de contagiosoarrebato. Excelente también la Rapsodiade Rachmaninov, apasionada y adecuadamenteromántica, algo también aplicableal Concierto de Liszt, en el que el recordadoArgenta acompaña con brío una brillantee impetuosa versión, en la que sólocabe lamentar que la toma, por lo demásmuy buena (el resto del álbum es, en términosde sonido, simplemente espléndido),favorece un tanto a la orquesta. Colorista,bienhumorada y exquisitamente dibujadala versión de las Variaciones deÜohnányi, aunque la obra, dicho sea contodos los respetos, tenga menor enjundiaque el resto. Creo que tampoco ha sidoeditada en CD la versión del Concierto deProkofiev (también con Kertész), que lampocoestá precisamente falta de impulso yen la que Katchen, a apenas unos mesesde su muerte (como en el Concierto pata¡a mano izquierda de Ravel), sigue mostrandouna facilidad técnica formidable.Quizá más colorista que acida (y Prokofievtiene mucho de esto último), pero entodo caso del mayor interés (yKertész vuelve a hacer una magníficalabor). También hay juvenilimpulso en el Rondó beethoveniano,aunque quizá no es esala interpretación que marca el nivelmás alto del álbum. En resumen,álbum de extraordinario interésy con bastantes novedades.Vol. 56. WTLHELM KEMPFF II.456 865-2. Schubert: Sonata D.845. Beethoven: Sonata n' 27.Mozart: Concierto para piano yorquesta »" 23 K. 488 (Sinfónicade Bamberg/Leitner). Liszt: 2 Leyendas.Años íie Peregrinaje I (n's2, 4 y 7) y 11 (n's 2-6).Bach/Kempff: Nun komm, derheiden Heiland BWV 659. Jesúsbleibet meine freude (de la BWV147). Wachet auf ruft uns dieStimmc (de la BWV 140). (1950,1953,1960,1965). 149'. El segundoálbum de Kempff, con grabacioneselegidas (como todas losde este intérprete) por Brendel,contiene obras bien conocidas enel repertorio del legendario pianista alemán,aunque las grabaciones de Liszt,Schubert y Bach proceden de los archivosde Decca, constituyendo una atractiva novedaden CD. Es curioso que Brendel insistaen remitirse a estos registros de loscincuenta, algo que ya hizo en el primervolumen de esta serie. Aplaudimos su decisiónentonces y creo que hay que volvera hacerlo ahora. Porque si bien es ciertoque hay roces e inseguridades mecánicasen la Sonata de Schubert (en los dos últimostiempos, por ejemplo) quizá sorprendentesen una grabación en estudio, laversión que ahora se recupera parece másinspirada y fluida, de mayor contraste quela posterior para DG (con ser ésta tambiénmás que notable). El segundo movimientoestá magníficamente cantado, con un lirismoy colorido vienes de gran belleza, algoque también aparece en un luminoso tercertiempo. El último tiene un vibrante impulsoque Kempff traduce con su habitualsensibilidad. Omito hablar otra vez de suBeethoven (procedente de su bien conocidosegundo ciclo para DG), más que suficientementerepasado y elogiado en estaslíneas. El Concierto mozartiano, como bienseñala Stcinberg en sus notas citando laafirmación del mismo Brendel, "pertenecea otra época y hoy no tiende a tocarseasí". En efecto, es un Mozart apolíneo, luminoso,de exquisita -quizá para nuestrocriterio hoy excesiva- delicadeza tímbrica yelegante suavidad, sin el menor asomo deconflicto. Aunque presente, un poco comoantes Curzon, un retrato "parcial" de estamúsica, se trata de una aproximación quetiene mucho que disfrutar. Aunque Kempffnunca fue un "virtuoso" en el sentido deperfección técnica del término, su sensibi-77
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