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Galicia y el Bierzo en el s. XV: - Anuario Brigantino - betanzos

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GALICIA Y EL BIERZO EN EL S. <strong>XV</strong>: ...El Almirante pone todo su interés <strong>en</strong> resolver losproblemas de Don Rodrigo. Si éstos no van de lomejor se debe, sin duda, al tiempo y a la torpeza deéste <strong>en</strong> la gestión. T<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> acción dosnegociadores <strong>en</strong> desacuerdo que no habíanseguido sus consignas. No debe dudar que tantoeI Duque de Alba como <strong>el</strong> Conde de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>tetratarán de hacer méritos a su costa y lecausarán todo <strong>el</strong> daño posible. Su aliado, DonFernando de Andrade, tampoco colaborará porser la campaña contra <strong>el</strong> Rey. «Puestas los cosas<strong>en</strong> este estado, será bi<strong>en</strong> que mireis por <strong>el</strong>remedio, porque los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes han llegadoal cabo», concluye <strong>el</strong> Almirante.El emperador Carlos V.15.- UNA ESPINOSA NEGOCIACIÓN: «QUISIERA MAS TENER QUEBRADA UNAPIERNA»¿Cómo ac<strong>el</strong>erar los trámites? Ante todo determinar bi<strong>en</strong> lo que se desea conseguir.Confeccionar memoriales bi<strong>en</strong> precisos con los hechos y sus «explicaciones». No dejar alag<strong>en</strong>te de la Corte comprometi<strong>en</strong>do la situación. No malgastar la oportunidad que seofrece de la amistad d<strong>el</strong> Almirante con <strong>el</strong> Soberano, para poder administrar la cual deberáprimero abst<strong>en</strong>erse de toda participación <strong>en</strong> <strong>el</strong> conflicto, porque de lo contrario, al pedirperdón real para <strong>el</strong> Conde «sería necesario sacarle también para mí». En todo caso, doscosas debe realizar <strong>el</strong> Conde de Lemos para evitar <strong>el</strong> desastre que se le vi<strong>en</strong>e <strong>en</strong>cima.Primera: liquidar satisfactoriam<strong>en</strong>te todos los problemas derivados de la ocupación dePonferrada y de los llanos de Villafranca antes de la llegada d<strong>el</strong> Rey. Segunda: no permitirque sus contrincantes, <strong>el</strong> Duque de Alba y <strong>el</strong> Conde de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>tr<strong>en</strong> <strong>en</strong> ambastierras, porque <strong>en</strong>tonces la disputa se complicaría gravem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sólo daño d<strong>el</strong> Conde.Negociar todo esto con éxito es ciertam<strong>en</strong>te arduo y gravem<strong>en</strong>te comprometedor. «Osjuro a Dios, aunque debo hacer vuestro negoçio quisiera mas t<strong>en</strong>er quebrada una pierna”(78), confiesa <strong>el</strong> Almirante.El «negocio» d<strong>el</strong> Conde de Lemos fue consultado también a la Corte portuguesa, <strong>en</strong> dondese había disuadido previam<strong>en</strong>te al Duque de Braganza de interv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> la quer<strong>el</strong>la. Don Rodrigorecibió una respuesta muy similar. Don Manu<strong>el</strong> de Portugal no estaba dispuesto a apoyareconómica o militarm<strong>en</strong>te las pret<strong>en</strong>siones de Don Rodrigo sobre Villafranca y Ponferrada. Le<strong>en</strong>carecía que se pusiese <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>as r<strong>el</strong>aciones con sus Soberanos y sólo después de verlosconcordados estaría dispuesto a favorecerle económicam<strong>en</strong>te como se lo pedía (79).D. Rodrigo logró deshacer su grave <strong>en</strong>tuerto antes de que fuera demasiado tarde.Entregó Ponferrada a su amigo <strong>el</strong> marqués de Astorga, <strong>el</strong> 30 de julio, y le fueron revocadaslas medidas dictadas contra él por <strong>el</strong> Consejo Real con cédula de 10 de agosto de 1507, conla promesa de determinar sus pret<strong>en</strong>siones sobre la villa antes de un año. Hubo así mismoun conv<strong>en</strong>io con Cisneros sobre <strong>el</strong> particular cuyos porm<strong>en</strong>ores desconocemos. Pareceser incluso que <strong>el</strong> rey Don Fernando citó a la Corte a los dos máximos repres<strong>en</strong>tantes de lanobleza gallega: D. Rodrigo y D. Fernando de Andrade (80). Pero la voz de los valedoresd<strong>el</strong> Conde pudo mucho. Vino <strong>el</strong> perdón y fue g<strong>en</strong>eroso. Se admitía la bu<strong>en</strong>a fe d<strong>el</strong> Conde<strong>en</strong> la iniciativa. Se le perdonaban todos los reatos civiles, criminales y económicos contraídos125<strong>Anuario</strong> <strong>Brigantino</strong> 2006, nº 29

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