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CAPÍTULO XII LA CIENCIA ANTIGUA EN LA ÉPOCA IMPERIAL 1 ...

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pensamiento astronómico del mundo antiguo, de modo análogo a loque los Elementos de Euclides representan para las matemáticas.La Composición matemática es conocida por el nombre deAlmagesto, con que fue bautizada por los árabes. Al ser calificadacon el adjetivo megistos, que significa en griego «el más grande» (elmayor tratado de astronomía), los árabes transliteraron dichoadjetivo y lo deformaron ligeramente, convirtiéndolo en magesto yagregando el artículo al.Otras obras dignas de mención son la Hipótesis sobre losplanetas, la Geografía, la Óptica, los Harmónicos, Sobre el juicio ysobre el hegemónico, y el Tetrabiblon (que significa libro con cuatropartes). Este último es una especie de complemento astrológico delAlmagesto y tanto en la edad media como en el renacimiento tuvo ungran éxito, porque codificaba de un modo equilibrado, integrándolasen un razonamiento científico, las creencias acerca del influjo de losastros y la posibilidad de efectuar predicciones.2.2. El sistema ptolemaicoEn el Almagesto Ptolomeo situó de modo preciso suinvestigación en el ámbito del saber tal como había sido delimitadopor Aristóteles. Éste había afirmado que las ciencias se dividen encreadoras, prácticas y teóricas, y que estas últimas se dividen enfísica, matemática y teología (metafísica). Ptolomeo se muestraconvencido de la clara superioridad de las ciencias teóricas y, entreéstas, concede preeminencia a las matemáticas. La teología poseeun objeto demasiado elevado, «en una lejanía que se encuentra másallá de las cosas más altas de este mundo», y «absolutamenteseparado de las cosas sensibles». La física, en cambio, hacereferencia a entes sometidos al cambio, ya que estudia las cosas encuanto están sujetas al movimiento, cosa que explica su preferenciapor la matemática. Ptolomeo escribe: «De aquí [de losrazonamientos que acabamos de recordar] he extraído estasconsideraciones: a los otros dos géneros de la parte teórica [teologíay física] habría que atribuir más bien el carácter de conjetura, que noel de aprehensión científica: al género teológico, por su absolutainvisibilidad e inconcebibilidad, y al físico, por la inestabilidad y laobscuridad de la materia, de modo que no se puede esperar que enestos dos géneros se llegue a un acuerdo entre los filósofos. Sólo elgénero matemático, si se encara con rigor, ofrece a quien lo cultivauna ciencia sólida y cierta, dado que la demostración aritmética o lageométrica se lleva a cabo mediante procedimientosincontrovertibles.» Por eso, Ptolomeo opta por investigar en lasmatemáticas y sobre todo en aquella parle suya que tiene comoobjeto las cosas divinas y celestiales, que son inmutables yontológicamente estables, y permiten una aprehensión clara yordenada, colaborando asimismo con las otras ciencias. SegúnPtolomeo, «de un modo preeminente puede abrirle el camino algénero teológico, puesto que sólo ella puede aproximarsecorrectamente a la actividad inmóvil y separada, moviéndose en las


cercanías de ésta, donde se hallan aquellas substancias que sonsensibles, movientes y movidas [los cielos], siendo empero eternas ycarentes de modificaciones, en cuanto a los desplazamientos y alorden de los movimientos». Asimismo, resulta de utilidad para lafísica en el estudio de los movimientos.En opinión de Ptolomeo, la astronomía posee también unaimportancia ética y educativa concreta: «Por lo que respecta a lanobleza de las acciones y del carácter, esta ciencia más queninguna otra nos hará inteligentes, por la semejanza, el orden, lasimetría y la ausencia de vanidad que se contemplan en las cosasdivinas, y convertirá a quien la cultive en amante de esta bellezadivina, de manera que mediante el hábito se transformará en algocasi natural una disposición del ánimo afín a esta belleza.»Una vez expuesto el marco teórico de la obra, examinemoslos conceptos técnicos de base. Por lo que respecta al mundo y laTierra, son cinco sus tesis fundamentales: 1) el mundo (el cielo) esesferiforme y se mueve del mismo modo que una esfera; 2) demanera análoga, la Tierra considerada en su conjunto esesferiforme; 3) ésta se halla situada en el medio del mundo, como uncentro; 4) en lo que se refiere a las distancias y los tamaños, laTierra es como un punto, en comparación con la esfera de lasestrellas fijas (la que abarca el cielo); 5) la Tierra no realiza ningúnmovimiento de lugar, es inmóvil. Dado que estas tesis son elfundamento del sistema geocéntrico, que perdurará hasta larevolución copernicana, las ilustraremos con brevedad, exponiendolos principales argumentos de Ptolomeo.La experiencia nos muestra que el cielo es esferiforme y semueve de forma circular. Hace tiempo que los hombres han llegadoa esta conclusión, al ver que el Sol, la Luna y los astros sedesplazan desde Oriente hasta Occidente siguiendo círculosparalelos, y al comprobar la regularidad y la constancia de loslugares en que tienen lugar los ortos y los ocasos. El centro dedichas revoluciones, de acuerdo siempre con la experiencia, esúnico y coincide con la Tierra. Ningún otro tipo de movimiento que nofuese el esferiforme podría explicar los fenómenos que se observan.Que la Tierra es redonda lo prueba, por ejemplo, el hecho deque el Sol, la Luna y las estrellas no salen y no se ocultan en elmismo momento para aquellos que se encuentran en distintospuntos de la Tierra: lo hacen antes para quienes habitan en lospaíses de Oriente, y después para aquellos que habitan en lospaíses de Occidente. Además, entre otras cosas, lo prueba el hechode que quien navega hacia montes o lugares elevados, sea cualfuere su dirección de procedencia, ve cómo éstos aumentanprogresivamente de altitud, como si surgiesen del mar.Si la Tierra no estuviese en el centro del universo,numerosos fenómenos quedarían inexplicados. Ptolomeo resumeasí su pensamiento sobre esta cuestión: «Si la Tierra no se hallaseen el centro se trastocaría por completo todo el orden observado enlos aumentos y disminuciones de la noche y el día. Además, no


podrían ocurrir eclipses de Luna en la posición diametralmenteopuesta al Sol, con respecto a todas las partes del cielo, dado que amenudo la interposición de la Tierra se produciría estando estos dosastros en posiciones no diametralmente opuestas, sino separadaspor intervalos inferiores a un semicírculo.»Entre otras cosas, el hecho de que, desde cualquier parte dela Tierra que se observen, los tamaños de los astros y susrecíprocas distancias resulten siempre iguales, es una prueba deque la Tierra —con respecto a la esfera de las estrellas fijas— poseeuna dimensión comparable a un punto.La Tierra está inmóvil en el centro, porque es el punto haciael cual caen todos los cuerpos pesados. Se equivocan los queafirman que la Tierra gira alrededor del mismo eje desde Occidentehasta Oriente, llevando a cabo un giro cada día. Si así fuese, elmovimiento debería ser bastante violento (dado que se realiza en ellapso de un día), y todos los cuerpos que no estén apoyados sobrela Tierra tendrían que aparecer ante nosotros realizando unmovimiento en dirección contraria. Además, no podrían verse lasnubes desplazándose hacia el Oriente, ni se podría ver nada quesea arrojado y que vuele, porque la velocidad del movimiento de laTierra lo superaría siempre. Y si se afirmase que también el aire esarrastrado junto con los cuerpos en el aire, en ese caso todo deberíaparecer estático y no se vería que nada retrocediese o avanzase.El cielo está constituido por éter, de naturaleza esferiforme eincorruptible. El movimiento de las estrellas fijas se explica medianteel movimiento rotatorio uniforme de la esfera etérea concéntrica delas estrellas fijas. En cambio, los movimientos del Sol, la Luna y losotros cinco planetas se explican gracias a la hipótesis ya emitida porHiparco y que resulta reformulada con ingenio y completadahábilmente. Los dos puntos básicos son: 1) hay que tener en cuentatodos los fenómenos (las aparentes anomalías de los movimientosastrales); 2) hay que explicarlos en todos los casos limitándose arecurrir a movimientos uniformes y circulares, puesto que éstos sonlos movimientos apropiados a la naturaleza de las cosas divinas. Losnuevos tipos de movimiento circular son: 1) los de las órbitasexcéntricas, es decir aquellas cuyo centro no coincide con el de laTierra, y 2) los de las órbitas epicíclicas, es decir aquellas que giranalrededor de un centro colocado sobre un círculo, que a su vez gira.El círculo rotante al que se refiere el epiciclo recibe el nombre dedeferente. Los epiciclos situados sobre deferentes excéntricos conrespecto a la Tierra y calculados en la cantidad y el modoconvenientes, lograban explicar geométricamente todos losfenómenos, es decir, todas las aparentes irregularidades de losplanetas. Ptolomeo, pues, perfeccionó el sistema explicativopropuesto por Hiparco. El movimiento de los planetas está causadopor una fuerza vital, de la que están dotados por naturaleza. Estoservía para resolver el acostumbrado problema de los motores, aligual que las complejidades aristotélicas al respecto.El ingenio con que Ptolomeo presentó sus cálculos,


combinando los epiciclos y los excéntricos, garantizó a su teoría unéxito sin precedentes en el campo astronómico y lo convirtió en laautoridad por excelencia en esa materia, durante catorce siglos.Además, la elegancia con que supo conjugar este racionalismogeométrico de su visión cósmica con su doctrina de los influjosastrales sobre la vida de los hombres, hizo que la doctrinaptolomaica fuese aún mejor aceptada por la última etapa de lacultura griega, que reencontraba —traducida en términos de razónmatemática— su antigua fe en el destino que gobierna todas lascosas.3. Galeno y la síntesis de la medicina antigua.3.1. Vida y obras de GalenoGaleno nació en Pérgamo, alrededor del 129 d.C. Estudió ensu ciudad natal y más tarde en Corinto y en Alejandría. Volvió aPérgamo en el 157 y ocupó el cargo —entonces ambicionado— demédico de gladiadores. Alrededor del 163 viajó a Roma, dondepermaneció unos tres años. Regresó a Pérgamo para huir de unaepidemia que se había declarado en Roma, y desde allí pasó aEsmirna, donde asistió a los cursos de Albino, representante delplatonismo medio. Sin duda aprendió mucho de Albino, si se tiene encuenta la notable presencia de doctrinas platónicas en sus escritos.En el 168 se produce un giro decisivo en la vida de Galeno.El emperador Marco Aurelio lo llamó a Roma, invitándole aacompañarlo como médico personal suyo en la expedición contra losgermanos. Una serie de acontecimientos obligaron a que elemperador, apenas hubo finalizado los preparativos de la campaña,regresase a Roma. Allí permaneció Galeno como médico personalde Cómodo, hijo del emperador, mientras éste partía una vez más.Como médico de palacio (siguió en ese cargo hasta después de lamuerte de Marco Aurelio) tuvo suficiente desahogo y tiempo comopara dedicarse a sus investigaciones y a la redacción de susprincipales libros. Fue tanta su fama que, aún en vida suya, seescribían y se vendían libros apócrifos, que se le atribuían. El propioGaleno nos narra con evidente complacencia haber asistido a unadivertidísima escena en una tienda, en la que un docto romanodesmentía a un librero, afirmando a grandes voces que el libro quele quería vender como obra de Galeno era apócrifo, porque estabaescrito en un griego incorrecto, indigno de la pluma de Galeno. Éstemurió probablemente alrededor del 200 d.C.La producción literaria de Galeno fue inmensa. Abarcaba, sinduda, varios millares de páginas. Se han perdido muchos de susescritos (algunos ya en vida del autor), pero conservamos unnúmero bastante considerable: un centenar de títulos. El catálogoredactado por el propio Galeno en su obra Mis libros, aunque selimita a los encabezamientos generales bajo los cuales enumera ysistematiza sus distintos tratados, sirve para darnos una idea acercadel carácter ingente de su obra escrita. Éste es el esquema: 1) obrasterapéuticas; 2) libros de doctrina sobre el pronóstico; 3) comentarios


a Hipócrates; 4) libros polémicos contra Erasístrato; 5) librosreferentes a Asclepíades; 6) libros sobre las divergencias conrespecto a los médicos metódicos; 7) libros útiles para lasdemostraciones; 8) libros de filosofía moral; 9) libros referentes a lafilosofía de Platón; 10) obras referentes a la filosofía de Aristóteles;11) obras concernientes a las divergencias con la filosofía estoica;12) obras relativas a la filosofía de Epicuro; 13) libros sobreargumentos gramaticales y retóricos. Entre las más conocidas de lasobras que han llegado hasta nosotros, recordemos: Procedimientosanatómicos, Utilidad de las partes, Las facultades naturales, Elmétodo terapéutico, el Arte médica —que se hizo muy famoso— ylos (Comentarios a Hipócrates.3.2. La nueva imagen del médico: el verdadero médicotambién debe ser filósofoGaleno quiere presentarse como restaurador de la antiguadignidad del médico, de la que Hipócrates había sido el ejemplo másilustre y un paradigma viviente. En opinión de Galeno, los médicosde su tiempo habían olvidado a Hipócrates y le habían vuelto laespalda. A tales médicos les formula tres acusaciones gravísimas: 1)ser ignorantes; 2) ser corruptos; 3) estar absurdamente divididos.Según Galeno, la ignorancia de los nuevos médicosconsistía sobre todo en a) no poseer ya un conocimiento metódicode la naturaleza del cuerpo humano; b) no saber ya distinguir, porconsiguiente, entre los géneros y las especies de las enfermedades;c) no poseer nociones claras de lógica, sin las cuales no puedenhacerse diagnósticos. Si se ignoran estas cosas, el arte médica seconvierte en una mera práctica empírica.La corrupción de los nuevos médicos consiste en a)abandonarse a costumbres licenciosas; b) una sed insaciable dedinero; c) la pereza, vicios todos ellos que embotan la mente y lavoluntad. Galeno afirma: «De modo que es necesario que la personaque quiera convertirse en tal [médico óptimo] no sólo menosprecielas riquezas, sino que ame extremadamente los esfuerzos. No esposible que sea amante del esfuerzo alguien que se embriaga, sellena de comida o se entrega a los placeres sexuales o, para decirloen pocas palabras, sirve a los genitales y al vientre. Por ello, se haestablecido que el médico verdadero es tan compañero de latemplanza como de la verdad.» Debido a la corrupción, ya noaparecen hombres de la talla de Fidias entre los escultores, deApeles entre los pintores o de Hipócrates entre los médicos. Sinembargo, después de haber aprendido todo lo que fue descubiertopor Hipócrates y aplicándose intensamente durante el resto de unavida, sería posible descubrir lo que aún falta. Éste debería ser elpropósito de la medicina. Agrega Galeno, empero: «No es... posiblealcanzar el objetivo de ésta, si se supone que la riqueza es másvaliosa que la virtud y si se aprende el arte no en beneficio de loshombres, sino con propósitos de lucro.» Por lo tanto al médico le esnecesario el conocimiento de lo verdadero, la práctica de la virtud y


el ejercicio de la lógica, de modo que «quien es un verdaderomédico, es siempre un filósofo».Por lo que respecta a la división en sectas, hay que recordarque desde hacía tiempo la medicina había experimentado unaruptura, que se había iniciado inmediatamente después deErasístrato, como antes hemos expuesto. Con el paso del tiempo, ladoctrina médica se había ido polarizando en tres posturas distintas:a) la de los llamados «dogmáticos», así denominados porquedefendían que la razón desempeñaba un papel decisivo en elconocimiento de los factores de salud y enfermedad sobre los quese basa el arte médica; b) la de los empíricos, que sostenían que lapura experiencia era suficiente para el arte médica; c) la de losmetódicos que se autodenominaron así para distinguirse de losdogmáticos— en opinión de los cuales el arte médica se basaba enalgunas nociones esquemáticas muy sencillas («astricción» y«flujo») mediante las cuales explicaban todas las enfermedades.Galeno rechaza con decisión a estos últimos, considerándolos unauténtico peligro debido a su superficialidad. Denuncia asimismo launilateralidad de los otros dos grupos, pero considera posible unamediación: su método, en efecto, conjuga el factor lógico con elexperimental, juzgando igualmente necesarios a ambos.3.3. La gran elaboración enciclopédica de Galeno y suselementosA través de su ingente obra, Galeno elaboró una grandiosaenciclopedia del saber médico y de los conocimientos que le sirvende base. En esta enciclopedia confluyó gran parte del materialadquirido con anterioridad, pero Galeno posee el mérito de haberleotorgado una nueva forma y de haberlo enriquecido conaportaciones personales. Ya han sido establecidos con precisióncuáles son los orígenes principales que sirven de fundamento a laimponente construcción galénica. M. Vegetti los resume en lossiguientes términos: a) los conocimientos anatómicos adquiridos porlos médicos del Museo de Alejandría, y sobre todo por Herófilo yErasístrato; b) elementos de la zoología y la biología de Aristóteles,ampliamente reestructurados en el contexto de una teleología másrigurosa; c) la doctrina de los elementos, de las cualidades y de loshumores, procedente de la escuela hipocrática; d) las doctrinas delcalor innato y del pneuma, que provenían sobre todo de Posidonio,con las oportunas modificaciones; e) el Timeo, leído en el espíritu delplatonismo medio —de acuerdo con las enseñanzas de Albino—como marco de conjunto y como esquema general para laconstrucción de la enciclopedia médica. A estos elementos seagrega la concepción teleológica general que procede sobre todo dela tradición platónico-aristotélica, pero llevada hasta susconsecuencias extremas, con una clave específicamente suya.Ilustraremos ahora brevemente algunos de estos puntos, y de losdemás hablaremos más adelante.Por lo que respecta a la anatomía, hay que advertir que


Galeno logró una preparación muy sólida, no sólo por el motivoantes mencionado, sino también gracias a la práctica asidua de ladisección y la vivisección, realizadas especialmente con monos, y,además, por haber llevado a cabo él mismo —después de unosprimeros intentos vacilantes, en los que mandaba desollar losanimales por un sirviente— todas las operaciones necesarias parasu propósito. Llegó a diseccionar un elefante. Su tratado sobre losProcedimientos anatómicos refleja los resultados de estas pacientesexperiencias.En lo concerniente a la doctrina de los elementos, de lascualidades y de los humores, debe recordarse que Galeno la tomasobre todo del tratado Sobre la naturaleza del hombre (cf. p. 114),desarrollándola con amplitud y combinándola con la famosa doctrinade los temperamentos. De las cuatro cualidades (cálido, frío, seco yhúmedo) y de los cuatro elementos, atemperados de formaconveniente, proceden todas las cosas. Este temperamento no esuna simple mezcla, sino una mezcla que implica una totalcompenetración de las partes que se mezclan y no una merayuxtaposición o emulsión de las partes. La calidad específica decada cuerpo procede del buen temperamento de las cualidadesopuestas, que coincide de forma substancial con lo queclásicamente se denominaba «justa medida». El buen temperamentodel hombre es una resultante del buen temperamento de lasdiversas partes del cuerpo. Los humores —es decir, la sangre, laflema, la bilis amarilla y la bilis negra— no son elementos originarios,sino que provienen de los primeros elementos y de sus cualidades.Cada uno de ellos posee la propiedad de ser húmedo, seco, cálido yfrío, pero no en un sentido absoluto, sino en el sentido de que encada uno prevalece una de estas características.En cuanto a la concepción teleológica de Galeno, queconstituye una señal inconfundible de su pensamiento, cabemencionar que puede considerarse como una absolutización delprincipio de la explicación finalista, tal como la presenta sobre todoPlatón en el Fedón, así como del principio aristotélico según el cualla naturaleza no hace nada sin una razón. He aquí uno de los textosmás significativos al respecto, extraído de la Utilidad de las partes:«La causa primera de todo lo que acontece, como ya advirtió Platón,es el objetivo de su acción. Por eso, a quien pregunte la causa de tuida al mercado, no se le puede dar una respuesta mejor; si se relegaesta causa, sería ridículo que alguien, en vez de decir que habíavenido (al mercado) para comprar cierto artículo, o un esclavo, opara encontrarse con un amigo o para restituir determinada cosa,olvidase estas respuestas y dijese que ha ido al mercado porquetiene dos pies en condiciones de moverse con facilidad y depermanecer bien sujetos al suelo. También éste ha mencionadoquizás una causa, pero no la causa real ni la primaria, sino lainstrumental, una condición necesaria más bien que una causa.» Enla misma obra se lee también esta afirmación, en la que se reitera elnúcleo del pensamiento de Galeno: «Hemos demostrado de modosuficiente... que ninguna de las partes cuya finalidades la vida, y


ninguna de aquellas cuya finalidad es vivir mejor, podía construirsede otra manera mejor que la que ahora manifiesta.»El finalismo es obra del arte de la Naturaleza o del ArtíficeDivino. No sólo se revela en el hombre, sino en todos los animales,hasta los más pequeños, de manera admirable: «... Cualquier otroanimal que quieras someter a disección te mostrará igualmente tantoel arte como la sabiduría del artífice, y cuanto más pequeño sea,tanto mayor será la maravilla que experimentarás, al igual que losobjetos que los artesanos cortan en porciones diminutas.»El gran tratado del que estamos hablando acabaprecisamente con un epodo, como una grandiosa «alabanza aDios»: «Sabemos que en los poetas mélicos, que algunos llamanlíricos, hay tanto una estrofa y una antistrofa como, en tercer lugar,un epodo (canto añadido) que proferían ante los altares, celebrandoa los dioses. Comparando este libro con un epodo, le he dadometafóricamente esta denominación.»3.4. Las doctrinas básicas del pensamiento médico deGalenoComo acabamiento y coronación de las doctrinas de losantiguos, Galeno presenta su propia doctrina de las facultadesnaturales, a las cuales dedica una obra, cuyo título es precisamenteLas facultades naturales. Todas las cosas se derivan de las cuatrocualidades que interactúan entre sí (como antes se ha expuesto),mediante sus específicas facultades originarias (facultadesproductoras de calor, frío, sequedad y humedad). Sin embargo, todoorganismo se engendra, se desarrolla y vive gracias a una serie deactividades específicas. Estas actividades se llevan a cabo deacuerdo con una norma concreta de la naturaleza, que Galeno llama«facultad». Tales facultades son numerosísimas: por ejemplo, lafacultad hemopoyética en las venas, la facultad digestiva en elestómago, la facultad de latir en el corazón, etc. Galeno se proponeestudiar y catalogar todas las facultades principales. Entre éstas, haydos que aparecen como fundamento de todas las demás: la facultadatractiva, que atrae a sí lo que es apropiado, y la repulsiva oexpulsiva, que expele aquello que no se halla dominado por elhumor, o que resulta extraño. Esto se produce en el ámbito de unasimpatía global de los diversos órganos y de las diversas partesentre sí. Galeno otorga a esta doctrina una importancia fundamental,en la medida en que garantiza una coherencia concreta y unaaplicación específica y generalizada de su finalismo integral.Una segunda doctrina básica de Galeno consiste enrecuperar la distinción platónica del alma dividida en tres partes: 1)alma racional; 2) alma irascible, y 3) alma concupiscible,introduciendo esta distinción en un nuevo contexto antropológico,anatómico y fisiológico. El alma racional o intelectiva tiene su sedeen el cerebro, la irascible en el corazón, y la concupiscible en elhígado. El alma racional que se halla en el cerebro tiene su propiovehículo en el pneuma animal o psíquico (soplo, aire) que circula a


través del sistema nervioso (el cual se alimenta del aire inspirado).Galeno menciona también un pneuma vital que circula en el corazóny en las arterias (producto del aire que respiramos y de la exhalaciónde los humores, en especial de la sangre), mientras que sugieretímidamente la hipótesis de un pneuma natural «que podría estarcontenido en el hígado y en las venas», en el que circula la sangreproveniente de la nutrición.Esta recuperación de las tres partes del alma de Platónimplica una materialización del alma, en la medida en que el almaracional resulta una función o una facultad del cerebro, la irascibleuna función del corazón y la concupiscible una función del hígado,que actúan en todo el organismo, mediante el pneuma psíquico, elpneuma vital y el calor innato, y la sangre y (eventualmente) elpneuma natural. Galeno no acepta las tesis típicas del Fedón.3.5. Las razones del gran éxito de GalenoLa notable sistematización del saber médico y de lasdisciplinas sobre las que se basa, un esquema teórico claro(platónico y aristotélico) y su elevado sentido religioso y moralgarantizaron al pensamiento galénico un enorme éxito en la edadmedia y en el renacimiento. No obstante, le sucedió a Galeno algoparecido a lo ocurrido con Aristóteles: su doctrina fue tomada comodogma, que repetida de manera literal y, por lo tanto, su espírituquedó desnaturalizado. Muchos de sus errores perduraron largotiempo y, en cuanto tales, constituyeron un obstáculo al avance de lamedicina. Es preciso distinguir, sin embargo, entre Galeno y elgalenismo, al igual que hay que distinguir entre Aristóteles y elaristotelismo. Así como en la época moderna se hizo necesarioponer en discusión a Aristóteles para destruir el aristotelismo,también fue necesario poner en discusión a Galeno para destruir elgalenismo. Con todo, sigue siendo indiscutible la talla históricaexcepcional de este personaje.4. EL FINAL DE <strong>LA</strong>S GRANDES INSTITUCIONESCI<strong>EN</strong>TÍFICAS ALEJANDRINAS Y EL OCASO DE <strong>LA</strong><strong>CI<strong>EN</strong>CIA</strong> <strong>EN</strong> EL MUNDO ANTIGUOEn el primer parágrafo del presente capítulo hemosrecordado los hechos que provocaron la crisis irreversible de lasinstituciones científicas que engrandecieron a Alejandría. Paracompletar el cuadro, recordaremos ahora los acontecimientos quemarcaron el fin de dichas instituciones. Algunos cristianos veían unpeligro en aquellas instituciones científicas que manteníanconceptualmente con vida la religión pagana, conservando la grancultura a la que había servido de soporte. Sucedió así que en el 391d.C. el obispo Teófilo dio pábulo a un saqueo de la Biblioteca, queprovocó nuevas y graves pérdidas. El golpe de gracia, empero, vinode los mahometanos, quienes —una vez conquistada Alejandría—decidieron en el 641 d.C. la total destrucción de la Biblioteca, al


considerar por completo inútil cualquier libro que no fuese el Corán.Resulta imposible de valorar la gravedad de las pérdidasprovocadas por estos sucesos. Sin embargo, hay que advertir algoimportante. Los libros de la Biblioteca de Alejandría consistían enrollos de papiro, muy incómodos de manejar. En Pérgamo, a esterespecto, se produjo una revolución. Al haber prohibido los egipciosla exportación de papiros, que constituían entonces el material másprecioso para la escritura, los sabios de Pérgamo (rival deAlejandría) prepararon un material que se mostró aún más idóneopara la escritura: el pergamino, así denominado por su lugar deorigen. Su invención se remonta a la segunda mitad del siglo I d.C. yen el transcurso de los tres siglos siguientes se impuso definitivamente.Nació el códice de pergamino, y todo lo que nos ha llegadodel mundo antiguo nos ha sido transmitido de esta forma, bastantemás práctica y más sólida que el antiguo rollo.los judíos). Sobre todo, empero, en Alejandría floreció la escuelacatequética, a partir de finales del siglo II d.C., en la que se intentórealizar la primera síntesis de gran envergadura entre filosofíahelénica y mensaje cristiano. Nació así la patrística, que edificó lasbases del pensamiento medieval y europeo, sobre la cual hemos deextendernos con amplitud.Volviendo a Alejandría, recordemos que, si bien fueperdiendo paulatinamente su antiguo esplendor en el terrenocientífico por los motivos explicados, la ciudad continuó siendo uncentro filosófico muy importante. En ella floreció la última filosofíagriega, con la escuela de Ammonio (entre los siglos II y III d.C.) y laescuela de los grandes comentadores neoplatónicos de Aristóteles(siglos V-VI d.C.), que ya hemos mencionado. También enAlejandría tuvo lugar el primer intento de fusión entre filosofía griegay pensamiento bíblico, con Filón el Judío, durante la primera mitaddel siglo I d.C. (recordemos que en Alejandría eran muy numerosos

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