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14minicrónicassobre-vivirFOTO JONATHAN MENDOZAPirateandoLo más bonito fue que el aviso lo hizo mihijo, el que está en primaria. Cubro, y nosiempre completo, todos los niveles de educación:la menor en preescolar, el susodicho,otro en bachillerato y una en la universidad.Rodeado de gastos escolares es con un avisoinfantil de “Taxi”, entonces, la mejor manerade salir a rebuscarme. Sin arredro. O conun poquito ahí, porque cada nivel educativoviene con una mamá distinta. ¿Me enfrento aellas o a la inseguridad? Prefiero la noche milquinientas veces, dos veces.No soy el único. Camionetas de las que siemprehan sido caras compiten con este Chery prestadopor buscar pasajeros que, en esta ciudad,casi nunca escasean. Son la mercancía trasladableque nos va a ayudar a pagar esas deudas.Y las otras. Ninguno me pidió que le bajara elvolumen a Diosdado. Me acordé de mi tío: “…con un manto de honestidad que no sirve pa’un carajo —y mi tío, o el tío de alguien, al decirlocada vez que se prendía, se le alegraba lamirada—, pero nunca me robé nada”.Yo sí. Hasta un caballo tengo en lo que fue,brevemente, botín. Ahora, para no hablarpaja y ser coherente, o viceversa (que si el socialismo,que Chávez, que Bolívar, etc.), nopude ni quise ni quiero raspar una tarjeta. Ojoder y fastidiar hasta que me salga un carroChery, como este, y luego venderlo y ganarme500.000 o más. O hacer cualquier otravaina de esas que el moralismo puro y duro—de los que sí están clarísimos en la vidapor tanta buena educación recibida en estepaís, y en otros, y te dicen foca porque hablasde patria— dice que no se puede hacer. Lomejor es que el chamo me haga el letrerito ysalir por ahí, por las calles oscuras, las no tanoscuras y las iluminadas de soledad de estaCaracas adjetiva y participada.“300”, digo con seguridad a las 9 o a las 10.O a las 11, no importa. “Debí cobrarle mínimo400 a este borrachín. Es lejos”, pienso sinarrechera casi media hora después. He perdidola práctica creyendo que soy escritor.Con esa, y siete u ocho más, hice casi 3.000en casi cuatro horas, lo que dura el programadel presidente de la Asamblea Nacionalmás el tiempo que pasa al tomarte un cafecitoy gastar los 3 bolívares que cuesta llenar eltanque con gasolina 95 octanos, la más cara,como todo lo que nos gusta: lo más caro. Porquetenemos petróleo pero no conciencia.Qué ladilla otra vez las reflexiones de taxistapelabola: que si queriendo cambiar al mundo,que si el alcalde y los ministros caminaranmás, tal vez, solo tal vez, las aceras estuviesenlisitas y los viejitos que andan en silla deruedas porque están jodidos, como Perucho,que ya se murió, no pasaran roncha con tantaacera escoñetada al andar en silla de ruedas.Por ahí anda el aviso.POR GUSTAVO MÉRIDAEdición Número Ciento treinta y siete. Año 03. ÉPALE CCS Caracas, 12 de julio de 2015.