Taiñ <strong>Mapu</strong>che Chewta Muley Kiñe Rüpü / Análisisni pública ni en forma escrita sus divergencias (privilegiala oralitura y cuando no el comentario informal o laindiferencia). La discusión <strong>de</strong> género -propia <strong>de</strong>lfeminismo winka- no se ha abierto y masificadosuficientemente entre las mujeres mapuche, quizá porquela envuelve un manto místico o uno <strong>de</strong> prejuicios, quelleva a muchas mujeres a <strong>de</strong>clarar o supeditar los temasfemeninos, pues no serían <strong>de</strong> interés inmediato. "Yocreo que la diferencia está en que las mujeres no mapuchehan hecho un trabajo -no sé si a nivel poblacional, peroen otro ámbito, el profesional por ejemplo- separado<strong>de</strong> los hombres. Con la mujer pobladora pue<strong>de</strong> quehaya sí una coinci<strong>de</strong>ncia con el trabajo que nosotraspodamos estar haciendo, pero la diferencia principales que nosotras luchamos como pueblo, tenemos unavisión <strong>de</strong> pueblo. Nosotras planteamos como Puebloque tenemos que ser reconocidos, queremos autonomía,y la autonomía no la vamos a conseguir como mujeres,la vamos a conseguir como Pueblo"(4).La legitimidad via recursoalAun siglo y más <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> esaperturbadora <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> nuestrosritos culturales, una lamngen -estudiante <strong>de</strong>ingeniería- opina. "Hoy día, yo diría que loscambios que sufrió la cultura mapuche han sido, engeneral, malos... Mil veces, hubiera preferido que fueracomo antes, con o sin poligamia"(2). La valoración<strong>de</strong>l pasado expresada por la futura ingeniera mapuche,induce a formular las siguientes preguntas, ¿po<strong>de</strong>mosdar por hecho que toda institución mapuche pasada –eneste caso el matrimonio polígamo y las relaciones <strong>de</strong>dominación-subordinación <strong>de</strong> género- fue/es mejor?Y, en correspon<strong>de</strong>ncia con lo anterior, ¿sirve cualquierpasado para construir un futuro para los mapuche comoPueblo?El <strong>de</strong>bate feminista mapuche sobre el pasadoinstitucional mapuchePoniendo a danzar libremente sobre la pantalla <strong>de</strong>un computador las opiniones orales o escritas <strong>de</strong> autorasmapuche, se pue<strong>de</strong>n producir interesantes diálogos"virtuales" con relación al tema <strong>de</strong> la institución matrimonioy género mapuche. Así, a la opinión <strong>de</strong> la estudiante<strong>de</strong> ingeniería antes mencionada, se pue<strong>de</strong> anteponerla opinión disi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> otra mujer mapuche, que creepasadoEn 1868 un winka <strong>de</strong> apellido Avendaño <strong>de</strong>scribió la “Muerte <strong>de</strong>l cacique Paine”,en lo que hoy conocemos como “Pampa Argentina” . Él mencionó en su escritocomo 32 mujeres fueron sacrificadas en la ceremonia <strong>de</strong> entierro <strong>de</strong>l cacique.Algunas, lo fueron porque dada su condición <strong>de</strong> brujas, habrían sido imputadascomo causantes <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l cacique. Otras, lo fueron porque eran esposas<strong>de</strong>l cacique, y en tanto pertenencia <strong>de</strong>l difunto -al igual que su caballo, montura,y aperos-, <strong>de</strong>bían hacer el viaje <strong>de</strong> la muerte con él (¿habrán preguntado a esasmujeres si querían morir? ¿Habrá conmovido su tormento a los verdugos?(1))Por José MARIMAN*que no hay que volver a repetir los anacronismosinstitucionales <strong>de</strong>l pasado."Las mujeres árabes andan todas tapaditas que seles ven los puros ojos, y al hablar <strong>de</strong>fendían el harem.Lo veían como la fórmula perfecta para que las mujerespudiesen participar, pudiesen educarse. Ellas <strong>de</strong>fendíansu posición, y ponían como ejemplo el Corán. Poníancomo ejemplo su forma <strong>de</strong> vida, seis siete mujeres <strong>de</strong>un solo hombre, y lo veían como una sociedad, unacooperativa <strong>de</strong> ayuda, <strong>de</strong> felicidad para ellas, para criarlos hijos; para sembrar, para ir <strong>de</strong> compras. Lo veíanellas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su visión, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su cultura, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sucostumbre como algo bueno. Yo lo veo terriblementemalo, tajantemente malo y así lo expreso y lo digo,respetando el punto <strong>de</strong> vista cultural que ellas tienen,yo digo que erraríamos si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tanto tiempovolviéramos a hacer eso. Los tiempos económicos,políticos no están para que cinco, seis, siete mujeres<strong>de</strong>pendan <strong>de</strong> un solo hombre; porque no es así. Seríael hombre el que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> ellas. Y la relación tieneque ser complementaria"(3).Como se aprecia, la brecha entre las opiniones <strong>de</strong>estas dos mujeres mapuche se manifiesta profunda, enel seno <strong>de</strong> una "sociedad" mapuche que parece no ventilarEs irrefutable que tanto el reconocimiento comola autonomía serán conquistados por hombres y mujeresmapuche trabajando juntos. Pero lo anterior no quita, a<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> otras apreciaciones feministas mapuche, queesas reivindicaciones <strong>de</strong>ban estar claras en términos <strong>de</strong>institucionalidad marital y <strong>de</strong> género ¡ahora! Ello, porqueno sólo el pasado <strong>de</strong> esas relaciones pue<strong>de</strong> sercuestionable, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la segunda opinión(anti harem y por asociación anti poligamia), sinoporque el presente <strong>de</strong> esas relaciones tampoco esmaravilloso para no pocas mujeres mapuche."Si llegamos a formar parte <strong>de</strong>l movimiento indígenanos encontramos con discursos elaborados por mentesmasculinas que no incluyen nuestra problemática ensus <strong>de</strong>mandas y que se resisten porfiadamente areconocer que existe una <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong> género ennuestra cultura, (ninguna propuesta <strong>de</strong> los estudiantesindígenas ha reclamado por la existencia <strong>de</strong> un hogarestudiantil para nuestras jóvenes lamngen en Santiago).Ni abordan el futuro <strong>de</strong> la transmisión y proyección<strong>de</strong> nuestra cultura estancada en hogares ajenos, quizáscon la buena intención <strong>de</strong> arreglar los problemas "encasa" y evitar a toda costa que la sociedad los señalecomo machistas, pero las mujeres no po<strong>de</strong>mos apoyarnosen una promesa ni siquiera formulada ni unareafirmación étnica malentendida. Defen<strong>de</strong>r la culturapropia no es ponerla encima <strong>de</strong> todas las <strong>de</strong>más"(5).En resumen, <strong>de</strong> esta breve y embrionaria discusión"virtual" queda claro que, en lo inmediato, no todas lasmujeres mapuche están a priori <strong>de</strong> acuerdo en que todainstitución pasada fue mejor, como para reflotarinstituciones a ciegas y sin crítica. Para algunas feministasmapuche el pasado institucional bien merece una buenadiscusión (y no menos el presente). Así las cosas, si losdiscursos voluntaristas <strong>de</strong> glorificación y reinvención<strong>de</strong>l pasado tienen como fin un proyecto autonomista,<strong>de</strong>ben poner cuidado en su arquitectura retro <strong>de</strong> noganarse las antipatías <strong>de</strong> mujeres mapuche, que noexpresan <strong>de</strong>vociones arcaicas. Esto es, <strong>de</strong>ben encararla pregunta ¿qué instituciones pasadas interesa reflotary cuáles no? Especialmente, cuando las mujeres parecenhaber avanzado hoy en vencer prejuicios patriarcalesmapuche o winkas, y se muestran más dispuestas a jugarroles gremiales y políticos en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus intereses.Es más, quizá la clave para sumar apoyo femeninomapuche a un proyecto autonomista sea avanzar teniendoen mente el futuro antes que el pasado, <strong>de</strong>jando en elcamino relaciones patriarcales que siguen penando alas mujeres, bajo la forma <strong>de</strong> "consentimientos" comoa continuación se lee. "Las mujeres pidieronparticipación porque creían -y creen- que son ellas lasque mantienen y transmiten la cultura y es así comovisualizan su rol <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l consejo, un espacio <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el cual pue<strong>de</strong>n ayudar a fortalecer la religión y la lengua.Hilda dice que - aun cuando al principio la mirabanmal en la comunidad pues salía <strong>de</strong> la casa y <strong>de</strong>jaba quesu marido cuidara a los niños - ahora es valorada porsu trabajo. Ahora hay más mujeres capacitadas en las18 comunida<strong>de</strong>s participantes y ellas están pidiendoNº 9 - Küyen / Agosto - Septiembre <strong>de</strong> 2004 Mari Epu 12
Taiñ <strong>Mapu</strong>che Chewta Muley Kiñe Rüpü / Análisisuna organización propia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l consejo para tratartemas que afectan específicamente a las mujeres, comola violencia intrafamiliar. Pero promover la organización<strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s es difícil pues ellasestán preocupadas <strong>de</strong> sus hogares o bien <strong>de</strong> lo que vana <strong>de</strong>cir sus maridos"(6).Debate masculino sobre el pasado institucionalmapucheAl igual como ocurre con las discusiones <strong>de</strong> lasfeminas mapuche, los varones mapuche manifiestan suspropias divergencias con relación a institucionalidadpasada. La cuestión aquí escapa a lo que las feministaspodrían <strong>de</strong>nominar "el ámbito <strong>de</strong> lo privado", paraubicarse en el "ámbito <strong>de</strong> lo público", bajo lainterrogante ¿la reinvención <strong>de</strong> instituciones pasadasproporciona una institucionalidad pertinente a laconstrucción <strong>de</strong> un futuro para los mapuche? El <strong>de</strong>bateque emerge <strong>de</strong> esa interrogante ha sido puesto enescena <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzo <strong>de</strong> los 1990 por diferentesactores mapuche, en sus conocidas propuestas yargumentos dirigidos a la “sociedad” mapuche. Los queaquí se <strong>de</strong>stacan correspon<strong>de</strong>n a quienes se inscribeno acercan a la perspectiva autonomista mapuche (oetnonacionalista mapuche).Hasta la primera mitad <strong>de</strong> los 90 el autonomismomapuche en Chile transitaba dos vías, la propuesta porel <strong>Centro</strong> <strong>de</strong> Estudios y Documentación <strong>Mapu</strong>che-Liweny las propuestas <strong>de</strong> Aukin Wallmapu Ngulam. Liwenpostulaba la autonomía regional sobre la base <strong>de</strong> unainstitucionalidad que reensamblaba el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> estadoautonómico español (promovía un gobierno autónomo,una asamblea autónoma y un estatuto <strong>de</strong> autonomía).Y, junto con lo anterior, su propuesta ponía énfasis enla lucha política por pro-fundizar la <strong>de</strong>mocracia y la<strong>de</strong>scentralización en la IX Región <strong>de</strong> Chile (máscomunas adyacentes con alta concentración <strong>de</strong> poblaciónmapuche). Finalmente, Liwen promovía laconstrucción <strong>de</strong> una fuerza política autonomista (unpartido autonomista), con una estrategia <strong>de</strong> acumulación<strong>de</strong> fuerza vía la lucha por los po<strong>de</strong>res locales, o luchapolítica por el control <strong>de</strong>l municipio para legitimar undiscurso autonomista en una práctica política autonomista.Aukin Wallmapu Ngulam, en cambio, sin <strong>de</strong>scartarradicalmente participar <strong>de</strong> la institucionalidad vigenteen Chile, hablaba <strong>de</strong> co-gobierno y gobierno paralelo,matizado por su reivindicación <strong>de</strong> un rol político paraautorida<strong>de</strong>s tradicionales (lonkos, machis y werkenes).Aukin Wallmapu Ngulam seguirá coherentementeprofundizando esa línea <strong>de</strong> proposición, incluyendodurante la segunda mitad <strong>de</strong> los 90, i<strong>de</strong>as como las <strong>de</strong>"parlamento mapuche", y la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> representaciónmapuche en el parlamento chileno.En ese escenario dual la balanza entre un autonomismopropositivo que reivindicaba una institucionalidadclaramente cívico occi<strong>de</strong>ntal, y otra que sin <strong>de</strong>scartar<strong>de</strong>l todo la institucionalidad cívico occi<strong>de</strong>ntal la matizabacon una reinvención <strong>de</strong> roles políticos a autorida<strong>de</strong>stradicionales mapuche, comenzó a inclinarse a favor <strong>de</strong>los segundos durante la segunda mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>1990. Nuevas organizaciones mapuche -CAM, I<strong>de</strong>ntidadTerritorial Lafkenche, etc.- y nuevos discursos polí-ticosmapuche –P. Cayuqueo, F. Huenchumilla, E. Chihuailaf, M.Valdés Huecul, etc.- comenzaron a sumar opinión en esadirección. Tanto iba el razonamiento político mapucheen esa trayectoria, que hacia 1997 Liwen comienzatibiamente a ajustarse a ella (7), para sumarse <strong>de</strong>finitivamenteen el 2000. De esa forma, Liwen dio un giro<strong>de</strong> 180 grados a sus i<strong>de</strong>as cívico institucionales "occi<strong>de</strong>ntales"<strong>de</strong> comienzo <strong>de</strong> los 1990, para abrazar unasencialismo que los llevará a rechazar la institucionalidadcívico occi<strong>de</strong>ntal, en pos <strong>de</strong> una institucionalidad mapuche(8). Consi<strong>de</strong>ramos que la apertura <strong>de</strong> espacios <strong>de</strong>participación que consagren mecanismos propios <strong>de</strong>toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión en los territorios históricos <strong>de</strong>emplazamiento <strong>de</strong> la sociedad mapuche, más que sercopias <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s a veces ajenas a la nuestra o construccionesantojadizas, <strong>de</strong>ben prestar atención a lamanera particular con que ésta se expresó en el pasado,un periodo que no está lejano al momento que nos tocavivir...La "sociedad" mapuche <strong>de</strong>l pasado -o más bien dicho la sociedad "cacical"<strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo XVIII y comienzos <strong>de</strong>lXIX, no fue precisamente una sociedadcon instituciones <strong>de</strong>mocráticoparticipativas,sino una "sociedad"estamental en la cual el po<strong>de</strong>r tendió avolverse hereditario. Por lo anterior, loque hay en juego en el <strong>de</strong>bate mapuchesobre el pasado institucional mapuche,es preguntarse: ¿se <strong>de</strong>sea un futuroautonomista con una nobleza mapuchearraigada como en el pasado? ¿O sequiere un futuro autónomo para unasociedad mapuche <strong>de</strong>mocrática, laica,pluralista y tolerante?.Como ejemplo <strong>de</strong> la institucionalidad mapuche areflotar, Liwen toma dos extractos <strong>de</strong> narraciones hechaspor mapuche a comienzos <strong>de</strong>l siglo XX (Pascual Coña yAgustín Colima), que involucran estructuras <strong>de</strong>representación y representantes, tales como futatrawün,aukatrawün, ülmenes, werkenes, kona. Al trawün o conclave<strong>de</strong> discusión Liwen le asigna gran relevancia, puespodía abarcar, movilizar y hacer participar una granextensión <strong>de</strong> tierras y gente (i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> meliwichanmapu).Liwen <strong>de</strong>rrocha imaginación –como ellos mismosreconocen- para ofrecernos ese producto como unainstitucionalidad digna <strong>de</strong> reflotar. Nuestra imaginación-muy influida por nuestro presente- nos hace ver queeste acto tuvo que haber contado con largas yapasionadas discusiones, hasta que finalmente se sumanal Ulmen Marileo. Como vemos nada se inprovisa ni esfruto <strong>de</strong>l azar... Nuestra imaginación también se inva<strong>de</strong><strong>de</strong> asombro y admiración ante lo que fue lamovilización <strong>de</strong> extensos lof hacia el mapu <strong>de</strong> weken.Miles <strong>de</strong> mapuche que se concentran para escuchar la<strong>de</strong>liberación <strong>de</strong> sus lonko y <strong>de</strong>jarlas así registradas ensus memorias...Sin embargo, aquellos mapuche que tienen unaimaginación más pobre y colonizada podrían preguntar(con todo el <strong>de</strong>recho que les asiste a tener voz y votoen los asuntos mapuche), ¿qué tiene <strong>de</strong> bueno escuchar<strong>de</strong>liberaciones <strong>de</strong> lonkos que heredan sus cargos, cuandoellos mismos no tienen <strong>de</strong>recho a opinar al no serlonkos? ¿Qué tiene <strong>de</strong> bueno para un mapuche comúny corriente la institucionalidad <strong>de</strong> una sociedad estamental,en que los ülmenes –al igual que los ricos <strong>de</strong> lasociedad occi<strong>de</strong>ntal- tenían la sartén por el mango ytomaban las <strong>de</strong>cisiones –factiblemente- sin consultara sus servidores? (los konas servían para hacer afafai,pelear, cuidar ganado, etc. y no para tomar <strong>de</strong>cisionessobre el futuro <strong>de</strong> la "sociedad" mapuche). ¿Qué tiene<strong>de</strong> bueno para los mapuche una institucionalidad comoesa, en que las mujeres estaban –lo más probablecocinandopara las masas que escuchaban discursosy para las elites político-militar que parlamentaban ytomaban <strong>de</strong>cisiones, sin que tuvieran ni se concibierapara ellas ningún rol político? (las mujeres hoy tienen<strong>de</strong>recho a voto). Y es más, para estos sectores escasamenteimaginativos, queda incluso poco claro que los"miles" que escuchaban las "largas" y "apasionadas"discusiones, las pudieran <strong>de</strong>jar "registradas en susmemorias". Cual más cual menos sabe que a campoabierto no es fácil seguir un discurso si no se cuentacon tecnología para amplificar la voz. Y que <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>los registros <strong>de</strong> memoria, que si fueran <strong>de</strong> verdadsólidos para documentar episodios históricos, seríanla fuente <strong>de</strong> don<strong>de</strong> Liwen tomara esas <strong>de</strong>scripciones<strong>de</strong>l pasado, y no los libros <strong>de</strong> Ernesto Wilhelm <strong>de</strong>Moesbach y Thomas Guevara (9).Pero con todo, y a manera <strong>de</strong> síntesis, en la discusiónmasculina mapuche sobre el pasado institucional mapuchey su valoración, parece ir ganando la batalla <strong>de</strong> lasi<strong>de</strong>as (en realidad <strong>de</strong> los hechos consumados), aquellossectores que esencializan el pasado <strong>de</strong> forma acrítica.Esto pue<strong>de</strong> llevarnos a formular las preguntas, ¿quécausa que aquellos sectores mapuche más familiarizadoscon la cultura urbana occi<strong>de</strong>ntal, sean precisamentelos que rechacen más radicalmente la institucionalidadocci<strong>de</strong>ntal? ¿Será que ese discurso <strong>de</strong> reflote reinvención<strong>de</strong> la institucionalidad pasada refleja una creencia enque el camino a la mo<strong>de</strong>rnidad tiene más <strong>de</strong> una víao será únicamente contestación conservadora?Palabras finalesTal parece que el tema <strong>de</strong> la valoración <strong>de</strong>l pasadoinstitucional mapuche, sea en el ámbito <strong>de</strong> lo privadoo <strong>de</strong> lo público, bien merece una discusión másprofunda que atribuciones <strong>de</strong> ventajas a priori. Másallá <strong>de</strong> querer reflotar o reinventar un pasadoinstitucional, hay que <strong>de</strong>mostrar que la institucionalidadpasada fue mejor, y por tanto que pue<strong>de</strong> ser útil hoyy en el futuro. Del mismo modo, merece un tratamientomenos contestatario y conservador que las citas quesiguen, la valoración <strong>de</strong> la institucionalidad occi<strong>de</strong>ntal,aunque los mapuche se hallen insertos en ella en calidad<strong>de</strong> subordinados o dominados."La política <strong>de</strong>l Estado chileno significó imponerNº 9 - Küyen / Agosto - Septiembre <strong>de</strong> 2004 Mari Küla 13