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Rota Punctatis - Volumen 1

- Barra libre: Coetáneos. Dos historias paralelas, dos gigantes que compartieron época y gloria. Coppi vs Bartali. - Puertos en blanco y negro: Ibardin. Puerto mítico del pirineo navarro y francés. Carreras en las que ha sido protagonista. - Siguiendo la pista: Olaso y Alberdi. Andanzas y desandanzas de dos pistard que, si bien no llegaron a ser profesionales, levantaron pasiones. - Rutas bizarras: Sterrato alavés. Recorrido por la gran llanada alavesa y su historia a través de caminos de grava. - Enfants terribles: Vanderbroucke. Vida y obra de uno de los ciclistas más excéntricos del pelotón de los años 90. - Tubular vs Cámara: Esclavos digitales. El antes y el después de los potenciómetros. - Farolillo rojo: Sven Nys. Adiós a un gigante del ciclocross.

- Barra libre: Coetáneos. Dos historias paralelas, dos gigantes que compartieron época y gloria. Coppi vs Bartali.
- Puertos en blanco y negro: Ibardin. Puerto mítico del pirineo navarro y francés. Carreras en las que ha sido protagonista.
- Siguiendo la pista: Olaso y Alberdi. Andanzas y desandanzas de dos pistard que, si bien no llegaron a ser profesionales, levantaron pasiones.
- Rutas bizarras: Sterrato alavés. Recorrido por la gran llanada alavesa y su historia a través de caminos de grava.
- Enfants terribles: Vanderbroucke. Vida y obra de uno de los ciclistas más excéntricos del pelotón de los años 90.
- Tubular vs Cámara: Esclavos digitales. El antes y el después de los potenciómetros.
- Farolillo rojo: Sven Nys. Adiós a un gigante del ciclocross.

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<strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong><br />

nº 1


Bienvenidos


Sumario<br />

5 Editorial<br />

6 Barra libre | Bartali vs Coppi<br />

8 Puertos en blanco y negro | Ibardin<br />

14 Siguiendo la pista | Olaso y Alberdi<br />

18 Rutas bizarras | Sterrato Alavés<br />

24 Enfants terribles | Franck Vanderbroucke<br />

28 Tubular vs Cámara | Esclavos digitales<br />

30<br />

Farolillo rojo | Sven Nys, el adiós


EDITORIAL<br />

<strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong> ha nacido, subimos la persiana y por fin podemos decir: ya qestamos<br />

aquí (otra vez). Con el antiguo blog La Rueda es Pinchoto como origen, seguiremos<br />

hablando de ciclismo pero dándole un giro, tratando de hacer algo diferente y en un<br />

formato novedoso para nosotros: en revista (digital).<br />

Somos los hermanos González Gete: Imanol y Josu. Alternando labores, y con la ayuda inestimable<br />

de mucha gente, hemos sacado a la luz este proyecto. En otras palabras, Imanol selecciona<br />

contenidos y escribe algunos de los textos, mientras que Josu es el que diseña y maqueta la revista,<br />

además de aportar algunas de las fotografías que podréis ir disfrutando. No podemos olvidarnos de<br />

nuestros preciados colaboradores que ayudan a mantener esto a flote.<br />

Nos gusta el ciclismo, nos encanta el barro y el velódromo, así como lo bizarro y lo retro. Disfrutamos<br />

del ciclismo auténtico, épico, de ese que te deja grabado a fuego recuerdos imborrables.<br />

Adoramos a los personajes excéntricos y los lugares olvidados. Rescataremos historia, nos partiremos<br />

de risa y, sobretodo, gozaremos de la lectura ciclista.<br />

Publicaremos con una periodicidad aproximada bimensual en nuestra web y en issuu, de<br />

modo que os la podáis descargar o leer online según os plazca.<br />

Estamos abiertos a las colaboraciones. Somos flexibles. Esperemos que disfrutéis<br />

y nos veamos durante una larga temporada.<br />

Bienvenidos.<br />

<strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong>


Coetáneos<br />

Il Ginetaccio vs l’airone<br />

C orrían los años 40 y en las<br />

descarnadas carreteras de la Europa<br />

anterior y posterior a la Segunda<br />

Guerra Mundial se cruzaron las<br />

vidas de los dos ciclistas más laureados<br />

que ha dado Italia. Hablamos<br />

de Gino Bartali; il Ginettaccio<br />

o Monje Volador y Fausto Coppi; il<br />

Campeonissimo o l´Airone. El salón<br />

de la fama de la UCI les otorga<br />

los puestos sexto y tercero respectivamente.<br />

En una época donde el acceso a<br />

información era pobre, las gestas<br />

de estos dos ídolos llevaron a Italia<br />

a dividirse entre Bartalistas y<br />

Copistas. Eran tiempos convulsos<br />

con sociedades polarizadas y estos<br />

dos hombres representaban mentalidades<br />

bien diferenciadas. Bartali;<br />

tradicional, profundamente<br />

familiar y devoto católico. Coppi;<br />

liberal, agnóstico y bastante mujeriego.<br />

Estas diferencias alcanzaban<br />

también lo deportivo.<br />

Bartali fue uno de los últimos representantes<br />

del ciclismo clásico.<br />

La capacidad innata no había dado<br />

paso a un ciclismo más tecnificado<br />

que empezó a representar Coppi<br />

y posteriormente Anquetil. Gino<br />

Bartali ganó el Tour de Francia en<br />

1939 y 1948 y el Giro de Italia de<br />

los años 1936, 1937 y 1946. Coppi<br />

logro los Tours de 1949 y 1952<br />

y los Giros de 1940, 1947, 1949,<br />

1952 y 1953. Sumado al gran número<br />

de victorias obtenidas en carreras<br />

de un día, clásicas y vueltas<br />

menores, el palmarés de ambos es<br />

fascinante.<br />

Para su desgracia, no pudieron<br />

aumentar sus logros, la Segunda


Barra libre<br />

Guerra Mundial paralizó su progresión por espacio de<br />

cinco oscuros años. Durante esos años de horror mundial,<br />

Bartali continuo realizando interminables entrenamientos<br />

por las carreteras de su Toscana natal, manteniendo<br />

así su forma física, motivado más si cabe, por una<br />

noble causa que portaba oculta en su bicicleta. Mientras<br />

tanto, Coppi obligado a alistarse en la Divisione Ravenna<br />

de infantería, fue enviado a África donde fue hecho prisionero<br />

por los Ingleses, siendo liberado en 1945.<br />

Durante estos años de fascismo, debido al Tour ganado<br />

en 1938, Bartali fue catalogado como el ciclista del régimen.<br />

Su victoria supuso para Musolini motivo de ensalzamiento<br />

nacional y demostración de que los italianos,<br />

aliados del gobierno Nacional Socialista, también tenían<br />

su raza superior capaz de someter deportivamente a<br />

Francia. Diez años después, otra victoria de Bartali en<br />

el Tour, ayudó a disminuir tensiones durante la agitada<br />

Italia de la posguerra. Italia se encontraba al borde de<br />

una revolución y contienda civil.<br />

Finalizada la Guerra los duelos entre los dos grandes se<br />

convirtieron en épicos y fueron portadas de la prensa<br />

de la época. Es pues a partir de 1945, cuando la rivalidad<br />

entre, “El Monje Volador”, sobrenombre adquirido por<br />

su devoción católica y por una caída en el col de laffrey, y<br />

“El Campionissimo” divide a la afición transalpina. Por un<br />

lado Bartali, arisco, gruñón, conservador y con la etiqueta<br />

de corredor del régimen fascista y por el otro Coppi,<br />

alegre, liberal, elegante y “Bon Vivant”. La balanza parece<br />

decantarse por Coppi que empieza a cosechar más victorias<br />

que su compatriota.<br />

Esta polarización no afectó al respeto que ambos se profesaban,<br />

su rivalidad en carrera fue siempre honorable.<br />

Hay una escena que ha quedado para la historia del ciclismo.<br />

Subiendo el Aubisque en el Tour de 1952 bajo un<br />

calor sofocante un fotógrafo refleja en una instantánea<br />

como ambos comparten una botella de agua, este insignificante<br />

hecho, desata un debate en los aficionados sobre<br />

¿quién paso la botella a quién? El debate perdura hasta<br />

hoy día, preguntados los implicados nunca lo revelaron.<br />

Su rivalidad en carrera<br />

fue siempre honorable<br />

mientras cazaba en la actual Burkina Faso, Coppi fallece.<br />

Italia entera llora al Campeonissimo. Cuarenta años más<br />

tarde, el 5 de Mayo de 2000, a la edad de 85 años fallece<br />

Bartali.<br />

Pero a este hombre de familia humilde, que tomó contacto<br />

con su primera bicicleta trabajando en un taller de<br />

reparaciones, le quedaba por escribir otra bonita página.<br />

El hombre que había conseguido darle a Mussolini el<br />

Tour de 1938. Él, el corredor del régimen fascista, durante<br />

los cinco fatídicos años, mientras recorría largas distancias<br />

entrenando, transportaba documentos para una<br />

organización dedicada a salvar la vida de judíos Italianos.<br />

Era el correo perfecto. Entrenando con ropa donde se<br />

podía leer su nombre, no despertaba sospechas y recibía<br />

los saludos de los soldados fascistas.<br />

Durante 50 años no dijo nada, no le importó ser etiquetado<br />

de afín al fascismo. Todo lo mantuvo en secreto.<br />

Hasta que en 2003, se desveló su misión. Los hijos de<br />

Gregorio Nissim, líder de la organización hicieron público<br />

un diario de su padre, muerto en 1976. En esos<br />

legajos se detallaba la forma en que funcionaba la red<br />

clandestina.<br />

Bartali, a costa de arriesgar su vida, trasportó documentos<br />

que salvaron la vida de 800 judíos italianos. Preguntada<br />

su familia la respuesta de su hijo Andrea fue: “Mi padre<br />

casi nunca habló de lo que hizo durante la Guerra. Tan<br />

solo decía, en la vida esas cosas se hacen y basta”.<br />

1953 sería el último año donde coincidirían estos dos<br />

héroes Italianos, que de no haber sido por el parón bélico,<br />

hubiesen protagonizado mayor literatura y engrandecido<br />

su ya magnífico palmares. El 2 de Enero de 1960,<br />

a la edad de 40 años y debido a una malaria contraída


Puertos<br />

en blanco y negro


IBARDIN


Puertos en blanco y negro<br />

E n otro tiempo, no tan lejano, no eran necesarios<br />

grandes finales tortuosos y enrevesados para ver un final<br />

de etapa emocionante. Probablemente alguien piense<br />

que voy a citar el estado de las carreteras o los desarrollos<br />

utilizados por los esforzados de la ruta, pero a mi<br />

modo de ver las cosas mucho más tiene que ver con la<br />

evolución, en general, de este nuestro deporte. Y dicho<br />

sea de paso que las tácticas de carrera, que hasta hace<br />

no tanto se asemejaban más a la de la película de El Lute<br />

Camina o revienta, se guían hoy día por métodos más<br />

científicos y (¿por qué obviarlo?) mejor medidos.<br />

Para nuestra primera cita, nos acercaremos hasta Ibardin.<br />

Nexo de unión entre pueblos. Collado y punto de paso<br />

natural entre la cuenca del Bidasoa y la del Nivelle. Con<br />

Bera de Bidasoa a un pie y Urrugne al otro. Cuna de<br />

un oficio tan antiguo como las fronteras. Ejercido con<br />

nocturnidad y utilizando el monte La Rhune como faro y<br />

guía en las noches despejadas de luna llena. Al amparo de<br />

esta oscuridad era cuando los contrabandistas se pasaban<br />

por el arco del triunfo la frontera franco-española y,<br />

jugándose algo más que el bigote, iban y venían cargados<br />

de material que no encontraban, o era difícil de conseguir,<br />

a este o ese lado del principio de la cresta pirenaica.<br />

Sin contar con rampas duras en exceso, la zona en la<br />

que se encuentra nuestro protagonista de hoy lo hace<br />

adecuado para un final precedido de carreteras que se<br />

prestan a emboscadas. Un claro ejemplo de ello lo tenemos<br />

en la etapa de la Vuelta al País Vasco de 1993 con salida<br />

en Rentería. En dicha jornada fue protagonista Fede<br />

Echabe, por aquel entonces corredor del CLAS-Cajastur,<br />

equipo que era liderado por aquel que hacía temblar al<br />

personal cuando se ponía en pie sobre su Colnago: el<br />

señor Tony Rominger.<br />

Algo especial tiene esta localidad que hoy nos atañe.<br />

Destacar que junto a Arano, son las dos únicas poblaciones<br />

navarras desde las que se otea el mar (Cantábrico<br />

en este caso). Además, la zona del Bidasoa y el Baztán<br />

están envueltas en un halo de misterio y han sido origen<br />

de multitud de historias y leyendas de la mitología vasca.<br />

Hoy en día pasear envuelto en las nieblas otoñales por<br />

sus carreteras y caminos es, cuanto menos, curioso.<br />

Ibardin ha conseguido lo que pocos puertos, ha coque-


Puertos en blanco y negro<br />

teado con varias de las mejores carreras profesionales<br />

y amateur que tienen lugar a ambos lados de la muga<br />

(frontera), así como con la Grande Boucle donde fue<br />

lugar de paso en 1977, en la etapa comprendida entre<br />

Vitoria y Seignosse-Le Penon. En aquella ocasión pasó<br />

como cabeza de carrera el ciclista del Teka Pedro Torres,<br />

el cual había ganado el premio a mejor escalador de la<br />

carrera francesa en 1973.<br />

Ibardin ha coqueteado<br />

con la Grande Boucle<br />

Asimismo, en la Vuelta a España de 1962 se eligió pasar<br />

por el collado navarro durante la etapa que unía Pamplona<br />

con Bayona, pasando en primer lugar el ciclista catalán<br />

Ángel Guardiola del equipo Licor 43, en la que sería su<br />

última temporada como profesional. Uno de los pocos<br />

ciclistas españoles con etapas ganadas en la Vuelta a Colombia<br />

(1961). Tres años después, en la cronometrada del<br />

penúltimo día de la ronda hispana, que unía Saint Peé Sur<br />

Nivelle con San Sebastián, Ibardin volvió tener protagonismo.<br />

En nuestra cima, marcó el mejor tiempo de paso<br />

el germano Rolf Wolfshohl, recién fichado por el Mercier-BP,<br />

que lideraba Raymond Poulidor (alias Pou Pou)<br />

y que a la postre sería vencedor de la general final por<br />

delante de su jefe de filas. En 1968 se acabaría el idilio<br />

con la Vuelta España con una etapa entre San Sebastián<br />

y Pamplona. Al paso por nuestro collado de moda Luis<br />

Pedro Santamaría, enfundado en el maillot del Fagor, encabezaba<br />

la carrera y así lo hizo hasta la meta. Triunfo de<br />

etapa que también repetiría ese mismo año en el Giro<br />

de Italia.<br />

No fue hasta 1981 cuando la Vuelta al país Vasco dio a<br />

este puerto la oportunidad de acoger un final de etapa<br />

donde Silviano Contini impuso su ley sobre José Luis Laguía.<br />

La cosa no debió de salir tan mal ya que se mantuvo<br />

como llegada de manera ininterrumpida hasta 1994,<br />

cuando se cerraría todo un ciclo con la victoria de Davide<br />

Cassani de la MG Maglifico. Joaquim Purito Rodríguez<br />

sería el último vencedor en el retorno de la Itzulia en<br />

2012.<br />

Al margen del ciclismo profesional, tres de las mejores<br />

carreras del campo aficionado que se dan cita en las la-


Puertos en blanco y negro<br />

deras del primer puerto pirenaico, en su vertiente atlántica,<br />

tienen o han tenido como piedra de toque a nuestra<br />

pequeña cota. La Vuelta a Navarra, que en el año 2000<br />

aún disfrutaba de una salud de hierro y que contaba con<br />

una participación internacional de auténtico lujo, eligió<br />

Ibardin como meta de una de sus duras etapas y pude ser<br />

testigo de cómo un corredor de la tierra imponía su ley,<br />

Koldo Gil. El mismo que años después como profesional<br />

consiguiera imponerse en todo un Tour de Suiza. La<br />

Vuelta al Bidasoa, en su época más moderna, ha llevado<br />

la carrera en dos ocasiones al collado navarro, imponiéndose<br />

en 2001 David Herrero, entonces en el Olarra, y en<br />

2003 cuando tuvo el honor de levantar los brazos como<br />

vencedor Javier Reyes del extinto Cropusa.<br />

Hay otra carrera que para muchos igual es un tanto desconocida.<br />

Se trata de L´Essor Basque, un entramado de<br />

carreras sueltas que tienen lugar en la región de Aquitania<br />

a principios de temporada. Son jornadas de mucho<br />

nivel, alta velocidad y en la que los mejores equipos franceses<br />

toman parte junto a cada vez más ciclistas de este<br />

lado fronterizo. La selección gipuzkoana amateur ha sido<br />

una fija durante muchos años. A día de hoy la vasca le ha<br />

tomado el relevo. Pero centrémonos en lo que nos atañe.<br />

En las ediciones más recientes han sido dos las ocasiones<br />

en que se ha ascendido desde Urrugne al puerto navarro.<br />

Una en 2003, en la que Dominique Rault se impuso a<br />

un jovencísimo Aitor Hernández (hoy dedicado exclusivamente<br />

al ciclocrós) y en 2008, edición que se llevaría<br />

Yannick Marié (Entente Sud Gascogne), seguido del hoy<br />

día profesional y más conocido para nosotros Romain<br />

Sicard, entonces corredor del GSC Blagnac.<br />

Pese a todo ello, hablar de Ibardin es hacerlo de la Vuelta<br />

al País Vasco y a mí siempre me viene a la mente un día<br />

lluvioso con Tony Rominger vestido de amarillo. Amo y<br />

señor del pelotón. Mezcla extraña entre elegancia y agresividad.<br />

Ciclismo en estado puro.


Puertos en blanco y negro


Olaso, Alberdi<br />

ultimo giro puntuazione!


Siguiendo la pista<br />

R econozco que pertenezco a esa extraña especie<br />

ciclista del ciclismo mamado, aprendido desde la categoría<br />

infantil y, sobre todo, marcado por los peraltes de<br />

un velódromo. Y es que el lujo de tener un anillo ciclista<br />

cubierto a poco más de quinientos metros de casa me lo<br />

puso bien fácil. Eso y que nunca fue de mi agrado escalar<br />

ni ascender el reguero de puertecillos que, como si de<br />

un vía crucis se tratase, repletan la orografía más cercana<br />

a mi casa.<br />

Siempre admiré los duelos de la pareja guipuzcoana Oier<br />

Alberdi y Joseba Olaso midiéndose en las Seis Horas de<br />

Euskadi a ciclistas de la talla de Marco Villa, Claudio Chiapucci,<br />

el bigotudo veterano Urs Freuler o Evgeni Berzin.<br />

De ahí que mi predilección por la pista, y por todo lo que<br />

le concernía, sufriera una meteórica evolución.<br />

Sin ser rápido y más bien despistado las opciones que<br />

me ofrecía la pista eran pocas: sufrir mucho y aprender a<br />

base de reventar un día sí y otro también. Una disciplina<br />

esta en la que cuando la cosa se pone seria no da lugar<br />

a poder esconderse y no te queda otra que estirar el<br />

cuello hasta acabar la carrera midiendo un par de centímetros<br />

más.<br />

Pero, a pesar de todo ello, yo me lo pasaba genial. Cada<br />

viernes de otoño e invierno no faltaba a una cita que<br />

me permitía ver entrenar en directo a gente como Haimar<br />

Zubeldia, Alberto Martínez o Mikel Astarloza . Ni las<br />

abrasiones que hacían desintegrarse culotes y maillots,<br />

fruto de la innumerables caídas, ni las más aún incalculables<br />

vueltas oyendo los diferentes programas musicales<br />

de radio hacían que le perdiera el gusto al anillo de<br />

Anoeta. Sarna con gusto no pica, suelen decir.<br />

Con los años llegaron a la élite grandes ciclistas a los que<br />

ya era más cercano por edad y a los que seguí admirando<br />

igual que a los anteriormente citados: Aitor Alonso,<br />

Asier Maeztu que llegaría a ser medallista en mundial y<br />

olimpiada, o el que fuera campeón de Europa en omnium<br />

Unai Elorriaga, sin olvidarme de la enorme evolución, de<br />

la que fui testigo, por parte de Javi Azkue y la medallista<br />

olímpica y ex atleta Leire Olaberria.<br />

Por todo esto y mucho más es por lo que no entiendo<br />

el ostracismo en el que se encuentra el ciclismo en pista<br />

a día de hoy. En cualquier otro país del mundo, aprovechando<br />

el tirón de figuras de la talla de Joan Llaneras,<br />

Miquel Alzamora, Carles Torrent, Eloy Teruel o el difunto<br />

Isaac Gálvez, esta modalidad ciclista hubiera experimentado<br />

una progresión meteórica. Pero en España es por<br />

todos sabido que entre el conglomerado de dirigentes<br />

profesionales los pistards, vulgarmente llamados culogordos,<br />

no son vistos con buenos ojos o no se los valoran<br />

como es debido pese a tener sus vitrinas repletas de<br />

medallas mundialistas, olímpicas o europeas.<br />

Caso que no pasa en Italia, por ejemplo, donde Elia Viviani<br />

(corre para el SKY británico, que es la escuadra<br />

que más y mejor cuida este tema) goza del beneplácito<br />

de su equipo, para sus diferentes incursiones en los<br />

velódromos. Del Team Sky, afincado en la Gran Bretaña,<br />

surgió un tal Bradley Wiggins, que llegara a vencer en<br />

el dorado que es el Tour de Francia, y tomó el relevo<br />

de otros talentosos anglosajones como Graeme Obree,<br />

Chris Boardman o Alex Dowsett en la cita para con la<br />

hora. Geraint Thomas o Mark Cavendish, también procedentes<br />

del Sky, son nombres conocidos por todos con<br />

origen en el anillo ciclista. Mención aparte merece Sir<br />

Chris Hoy, del que un día hablaremos largo y tendido.<br />

Los pistard, vulgarmente llamados<br />

culogordos, no son<br />

bien vistos con buenos ojos


Siguiendo la pista<br />

Pero vayamos al grano. Tengo un grato recuerdo de la<br />

primera vez que acudí a las 6 Horas de Euskadi, era febrero<br />

de 1994. Junto con Jon Garayar, por entonces<br />

compañero de clase y pelotón, me asomé al peralte de<br />

Anoeta. Abajo, acoplado al manillar de su bicicleta, Oier<br />

Alberdi, por entonces todo un veterano del equipo Kaiku<br />

de Iñaki Juanikorena, marcha escapado seguido de Evgeni<br />

Berzin. A la espera del relevo se encuentra el otro<br />

ídolo local que no es otro que el velocista de Astigarraga<br />

Joseba Olaso, miembro de otra escuadra con mucha solera<br />

en el panorama aficionado, el Iberdrola S.C.Loinaz.<br />

Uno rodador, el otro velocista. El jing y jang perfecto y<br />

tan ansiado por cualquier entrenador que busque la pareja<br />

perfecta para una Americana (que es como siempre<br />

hemos conocido al actual Madison).<br />

Joseba se encargaba de la potencia, la fuerza del Iberdrola<br />

se acoplaba a las mil maravillas a la clase y saber rodar<br />

de Oier. El de Kaiku no era la clásica figura espigada de<br />

gran silueta que pone una gran velocidad de crucero,<br />

pero estando en forma hacía temblar a sus coetáneos<br />

contrarrelojistas del campo amateur, como Alberto Martínez<br />

o Joxemi Elizburu entre otros. Eran tiempos de ilusión,<br />

en los que las escuadras del calendario aficionado<br />

impresionaban con el mero hecho de estar presentes.<br />

Kaiku (Juanikorena o el difuto Goñi), Iberdrola (Garayalde),<br />

ACR (Azcona), Cafés Baqué (no olvido una Clásica<br />

Lasarte con Pedro Horrillo e Iker Zabaleta), Caja Rural<br />

(Oscar Guerrero), Cafés La Brasileña o el Banesto (Galilea<br />

y Jaimerena).<br />

Tras este pequeño impasse, y pasados más de veinte<br />

años, volvamos a la melodía armoniosa de las ruedas<br />

lenticulares girando sobre el velódromo. En la actualidad<br />

observamos en la Challenge Gipuzkoana de pista el<br />

dominio de las figuras Illart Zuazubiskar o Aritz Bagüés<br />

entre otros, mientras Asier Maeztu, el pistard de la zona<br />

más laureado a nivel internacional, se encuentra entre<br />

bastidores junto a otro artista como Javi Azkue, que no<br />

quita ojo a las necesidades de una fuera de serie como<br />

Leire Olaberría. La pista engancha y nunca llegas a olvidar<br />

del todo su olor y sensaciones especiales que te deja<br />

la competición. Lo que significa ponerse un dorsal, los<br />

nervios a flor de piel, el aliento con sabor a sangre y la<br />

inercia del piñón fijo que no te deja parar.<br />

Contacto por teléfono con Oier Alberdi. La alegría, marca<br />

de la casa, que transmite es contagiosa y, lo más importante,<br />

la mantiene intacta con el pasar de los años,<br />

así como su espíritu deportivo. Hablo un rato con él y,<br />

lo más sorprendente de todo, acaba por animarme él a<br />

mí con esta aventura en la que nos hemos embarcado.<br />

Pero no es el único que mantiene el fervor guerrero y<br />

la necesidad de colgarse un dorsal ya que Joseba Olaso,<br />

reciclado en maratoniano incombustible, nos manda por<br />

e-mail unas fotografías a las que añade una frase que me<br />

ha gustado mucho y que con su permiso transcribiré de<br />

manera textual: “me estais haciendo recordar uno de los<br />

mejores momentos de mi vida”. Ahí es poco.<br />

6 horas de euskadi 1995<br />

De izquierda a derecha: Antxon Lekuona, Eugeni Berzin, Oier Alberdi y Joseba Olaso.


Siguiendo la pista<br />

Muchas americanas durante muchos lunes, miércoles y<br />

viernes de invierno, muchos apretones de mano seguidos<br />

del inevitable empujón. Tantas sesiones que la confianza<br />

era plena y mirar hacia atrás mientras se esperaba<br />

a lcompañero podía llegar a ser una especie de falta de<br />

respeto. Todo ello supervisado por su entrenador, ex ciclista<br />

y campeón de España de velocidad en 1982, Antxon<br />

Lekuona. Buenos mimbres y buena mano.<br />

Nunca fueron profesionales. Pero durante un tiempo vivieron<br />

por y para ello y una vez al año gozaban, haciendo<br />

de representates locales, de un baño de multitudes en el<br />

velódromo Antonio Elorza con motivo de las 6 Horas<br />

de Euskadi.<br />

Dos viejos rockeros. Campeones de España. Experimentados<br />

en diferentes velódromos de Europa. Ex ciclistas.<br />

Eternos deportistas a los que les quedan muchos relevos<br />

por darse mutuamente, como quedó patente en el último<br />

Ironman de Vitoria-Gasteiz, donde éste tuvo lugar<br />

en forma de abrazo sincero al haber conseguido superar<br />

otro reto más. Simplemente geniales.<br />

En apoyo a los y las pistards de este país. No cejéis en el<br />

empeño, muchos somos los que os admiramos.<br />

Próxima vuelta, puntuación.<br />

6 horas de Euskadi 1995 Pocas bromas en la ultima americana tras Bruno Risi y Kurt Betschart.


Sterrato<br />

Alavés


Rutas bizarras<br />

Siempre que oímos hablar de sterrato, pavé o muros<br />

adoquinados nuestras mentes viajan lejos de casa, a<br />

tierras flamencas o a las colinas coronadas por cipreses<br />

de la Toscana italiana. Es, sencillamente, algo normal cuando<br />

no tiene eco o no se le presta la atención necesaria a<br />

lo que tenemos cerca de casa.<br />

Desde hace mucho tiempo llevaba fijándome en una serie<br />

de rutas o vías pecuarias en el territorio alavés, que<br />

es como creo que originalmente se les conoce en dicha<br />

provincia. Caminos de tierra (sterrato a la italiana) que<br />

unen entre sí la mayoría de localidades de una de las<br />

comarcas que conforman la citada provincia euskaldún: la<br />

Cuadrilla de Salvatierra. Zona de paso actual e histórica<br />

entre Navarra y Castilla, ramal y arteria de flujo hacia<br />

Europa, vía de paso en la que a nada que nos esforcemos<br />

tenemos mucho por descubrir.<br />

Tomando Salvatierra-Aguarain como epicentro, a lo largo<br />

del ancho valle que nos lleva desde Vitoria-Gasteiz hasta<br />

la navarra Alsasua, se extiende la red de caminos que<br />

entrelazan las pequeñas poblaciones que, como gotas de<br />

agua, bordean una vaguada atravesada por la N-I. Estos<br />

caminos compondrán la expedición de hoy.<br />

Rápidamente dejamos<br />

patente que no somos<br />

Zdenek Stybar<br />

Un paisaje que, en mi opinión, alcanza su esplendor al<br />

alba, cuando bajo los primeros rayos de sol el Sterrato<br />

Alavés todavía no se convierte en la tortura de polvo<br />

que puede llegar a ser bajo la implacable solana de las<br />

horas más meridionales del día. Proponemos, por tanto,<br />

una ruta en la que la dificultad radicará en el modo<br />

de atacar las diferentes curvas o giros de los tramos no<br />

asfaltados, dado que las cortas ascensiones que existen<br />

en el itinerario no supondrán dificultad excesiva. Las opciones<br />

son muchas, dada la multitud de ramificaciones<br />

de la red de caminos, por lo que optamos por realizar<br />

un recorrido lo más atractivo posible para el cicloturista,<br />

esquivando para ello la urbe gasteiztarra e intentando<br />

enlazar los mejores tramos ciclables.<br />

Partimos pronto, tras un desayuno en condiciones, con<br />

el característico olor matinal del campo en verano y tomando<br />

la salida hacia la pequeña población de Luzuriaga.<br />

Se respira tranquilidad, como no puede ser de otra manera.<br />

El optimismo previo a una excursión tan deseada<br />

se refleja en nuestros rostros. Tras cruzar la pequeña población<br />

de Galarreta comienza el primer sector de sterrato.<br />

Unas primeras sensaciones extrañas se apoderan<br />

de nosotros. Controlar los traqueteos y coger una buena<br />

posición sobre la bicicleta pasan a ser nuestras prioridades.<br />

Rápidamente nos vamos soltando y rodando de manera<br />

más fluida dejamos patente que no somos Zdenek<br />

Stybar ni John Degenkolb, precisamente.<br />

Durante el itinerario las carreteras secundarias irán


Rutas bizarras<br />

dando paso a tramos del citado Sterrato, esquivando en<br />

todo lo posible las carreteras con mayor volumen de<br />

tráfico rodado. Únicamente cruzamos en dos ocasiones<br />

la N-104. Ezkerekotxa, Zurbano o Narbaiza son villas características<br />

de la provincia alavesa donde un 73% de<br />

la población convive en la capital Vitoria-Gasteiz, signo<br />

inequívoco de una macrocefalia que deja casi inhabitados<br />

el reguero de pequeños núcleos urbanos que atravesamos<br />

con nuestras bicicletas.<br />

Poco a poco vamos tragando kilómetros y el polvo se va<br />

levantando a nuestro paso, haciendo cada vez un poco<br />

más pesadas las diferentes zonas de tierra. Con permiso<br />

del dios Eolo vamos virando en nuestro itinerario pasando<br />

de campas amplias y abiertas a otras rodeadas de<br />

pequeñas zonas boscosas, signo inequívoco de nuestra<br />

aproximación al pantano de Ulibarri-Gamboa. Este embalse<br />

nos hará compañía en el trayecto comprendido<br />

entre Ozaeta y Maturana, concretamente del kilómetro<br />

cuarenta y cuatro al cuarenta y ocho de la ruta.<br />

Pasamos por la aldea de Gebara, la cual según dicen se<br />

remonta en la historia hasta el siglo XI. Aquí podremos<br />

disfrutar de las vistas del castillo-palacio de los Vela-Ladrón,<br />

familia de ascendencia ilustre en la provincia alavesa,<br />

según cita la historia. Estos magnates navarros se<br />

asentaron en la zona en el siglo XII. Unos kilómetros más<br />

adelante otra edificación relacionada con la alta alcurnia<br />

saldrá a nuestro paso: El palacio renacentista de los Larrea<br />

en Argomaniz, hoy convertido en parador nacional.


Rutas bizarras<br />

Una de los mayores contrastes de la jornada tiene lugar<br />

en los tramos de sterrato que circulan en paralelo a la<br />

autovía A-1 Irún-Madrid, siendo uno de los más espectaculares<br />

el camino que tomamos una vez dejamos atrás el<br />

pueblo de Lubiano. Define una recta de dos kilómetros<br />

y medio de longitud, que encadena varios pequeños toboganes,<br />

dejando una estampa cuando menos curiosa: a<br />

un lado los vehículos que circulan a 120 kilómetros hora<br />

por la A-1 y al otro la soledad del ciclista rodando por el<br />

tramo empedrado. Llegados a Zurbano, giraremos para<br />

dejar a nuestra espalda la capital gasteiztarra y su pequeño<br />

skyline, que ya no volverá a formar parte de nuestro<br />

horizonte, dirigiendo la ruta de nuevo hacia el oeste.<br />

Con un total de veinte tramos o pasos de sterrato, que<br />

hemos numerado y que van desde el medio kilómetro,<br />

de los más cortos (3,6,9, 11 y 19), a los casi cinco que<br />

tiene el de mayor longitud (7), suman todos ellos 32 kilómetros<br />

en los cuales estribará la dificultad de la ruta<br />

reseñada.<br />

Animaos y asomaos a un ciclismo que dista mucho de las<br />

duras ascensiones alpinas o pirenaicas que tanto llaman<br />

la atención y acaparan protagonismo. Disfrutad de algo<br />

diferente, de un ciclismo que durante tiempo no ha gozado<br />

por estos lares de la afición o tirón que sí ha tenido<br />

Francia, con la archiconocida París-Roubaix o el no tan<br />

famoso Tro Bro Leon; Dinamarca, con el Gran Premio<br />

Herning; Holanda o Bégica, con el amplio abanico de clásicas<br />

y semiclasicas de su vasto calendario; sin olvidarnos<br />

de la Strade Bianche italiana.<br />

Abriendo la mente este tipo de rutas tienen mucho que<br />

ofrecernos. En nuestra tierra hay mucho más que recorridos<br />

rompepiernas.


Rutas bizarras


Franck Vanderbroucke<br />

S i hay un nombre, un ciclista, un personaje al que el<br />

apodo de Enfant Terrible le vaya como un guante, ése es,<br />

o mejor dicho era, Frank Vandenbroucke. También conocido<br />

como VDB, el carnicero de Nabalmoral o l’enfant<br />

terrible du cyclisme belge. El clásico ejemplo de juguete<br />

roto, precoz, demasiado para el ciclismo profesional. Ni<br />

tan siquiera el hecho de crecer en una de las familias de<br />

la alta alcurnia ciclista belga le hizo ir por la buena senda<br />

a lo largo de su carrera. Para ponernos en situación veamos<br />

como comenzó esta carrera ciclista, que se asemejó<br />

en todo momento a una huida continua hacia adelante<br />

marcada por continuas zancadillas del destino. Algunas<br />

más buscadas que otras.<br />

VDB creció en el seno de una de las familias más conocidas<br />

del ciclismo belga. Su padre Jean-Jaques y su tío<br />

Jean-Luc habían sido profesionales entre la década de los<br />

70 y los 80, así como su primo Jean-Denis a finales de los<br />

90. Pero todo eso no eclipsó a la figura en ciernes que<br />

era nuestro protagonista en 1993, cuando con apenas<br />

media temporada en el campo amateur (8 victorias) y<br />

dieciocho años en su haber, pasó a ser profesional de<br />

la mano del LOTTO dirigido por su ya nombrado tío<br />

Jean-Luc. Escuadra en la que su padre ejercía las labores<br />

de mecánico.<br />

Todo ello no fue impedimento para que en 1995 rescindiera,<br />

de manera unilateral, el contrato que le unía a la<br />

formación belga y a casi toda su familia para huir cegado<br />

por los cantos de sirena de Giorgio Squinzzi y su todopoderoso<br />

Mapei-GB. Su tio Jean-Luc no dio su brazo a<br />

torcer, hizo correr ríos de tinta contra la figura de su sobrino<br />

y llegaron a los tribunales por el no cumplimiento<br />

del contrato laboral que le unía a Franck con el LOTTO.<br />

Pero nuestro protagonista volaba libre. Era ese tipo de<br />

personajes que practica la tierra quemada, arrasa por<br />

donde pasa y destroza todo cuanto toca, incluso su propia<br />

alma. En Mapei fueron cuatro años gloriosos entre<br />

1995 y 1998. Con veinticinco años ya era una figura consagrada.<br />

Clásicas como el G.P.Plouay o Gante-Wevelgem<br />

y vueltas de la talla del extinto Tour del Mediterráneo o<br />

una París-Niza ganada a lo bestia jalonaban un palmarés<br />

de un ciclista que parecía no tener techo en su progresión.<br />

En 1999 dio con sus huesos en la banda que era el Cofidis<br />

de David Millar, Philippe Gaumont, Massimiliano Lelli,<br />

Christophe Rinero y compañía. A aquel equipo solo le ha<br />

faltado que le dedicaran un narcocorrido. Que sepamos<br />

tres son, por lo menos, los ciclistas de esta formación<br />

que han escrito un libro. Dos de ellos hablaban claro de<br />

“la recuperación”, los difuntos colegas Philippe y Frank.<br />

Mientras que el tercero, que ahora se dedica a mear colonia,<br />

justifica mediante una delirante tragicomedia sus<br />

prácticas dopantes.<br />

Philippe Gaumont era otro personaje estrambótico, capaz<br />

de dar auténticas exhibiciones, como la de cronometrada<br />

de Eurodisney en la penúltima etapa del tour<br />

de Fracia de 1997. Allí marcó el mejor tiempo casi hasta<br />

el final ya que únicamente lo pudieron superar Abraham


Enfants terribles<br />

Olano y Jan Ullrich. Todo esto no llamaría mucho la atención<br />

si no fuera porque Philippe marchaba farolillo rojo<br />

de la carrera y, por tanto, tomó la salida el primero de<br />

los 134 supervivientes de aquella Grande Boucle. Y fue<br />

este ciclista galo, quien se convertiría en el gurú y apoyo<br />

incondicional de VDB. Como suelen decir, quien a buen<br />

árbol se arrima…<br />

En aquel 1999, la figura belga tocaría techo como deportista.<br />

Comenzó la primavera como gusta en su país,<br />

fuerte. Fruto de ello se metió al zurrón la Het Volk, la<br />

decana de los monumentos ciclistas que no es otra que<br />

la Lieja-Bastogne-Lieja, así como etapas en Vuelta Andalucía,<br />

París-Niza o Tres días de La Panne.<br />

A finales de esta temporada, el por entonces líder indiscutible<br />

de Cofidis, realizó una espectacular Vuelta a<br />

España con victorias como la de Ávila atacando en plena<br />

muralla. También protagonizó arrebatos famosos como<br />

“la carnicería de Nabalmoral”, el cual os recomiendo ver<br />

en youtube; o la cadena de favores a Jan Ullrich en la<br />

subida a Abantos, cuando se le cruzó el cable y arrancó<br />

tarde (mejor para Roberto Laiseka) no pudiendo evitar<br />

la victoria de etapa del cadavérico Euskaltel. En aquella<br />

Vuelta Frank marchaba desatado a pesar de que el pacto<br />

con T-Mobile para ayudar a Ullrich le deslució un poco.<br />

Pero no haremos un drama ya que otros en parecidos<br />

escenarios se aprovecharon de lo mismo. ¡Un saludo<br />

Ivanov!<br />

Ese punto de forma, más lo favores prestados<br />

maillot arcoíris. Pero ese día estaba reservado para la<br />

presentación pública de otra estrella: Oscar Freire.<br />

La segunda temporada en Cofidís apuntaba alto pero<br />

se le relacionó con Bernard Saiz, también conocido en<br />

el mundillo ciclista como el Doctor Mabuse. Todo ello<br />

cortesía de su colega Gaumont. Era el inicio de la cuesta<br />

abajo en su carrera profesional. Llegó incluso a tener que<br />

recibir tratamiento por una depresión y comenzaba una<br />

travesía por el desierto. Larga, demasiado larga. Como<br />

suele ser en estos casos, una personalidad de este tipo<br />

esconde a alguien débil que ni su genialidad ciclista ni la<br />

popularidad pueden ofrecerle.<br />

La escuadra transalpina Lampre-Daikin<br />

en 2001 sería la<br />

primera de una larga serie<br />

de segundas oportunidades.<br />

Con los<br />

italianos casi gana<br />

el campeonato belga<br />

de ruta, hecho<br />

que de haber sido<br />

así, permitiéndole<br />

vestir durante un<br />

año los colores de<br />

al líder<br />

teutón, a lo que<br />

añadiremos los 50´9% de hematocrito<br />

que arrojó en el control<br />

matinal del campeonato del mundo<br />

de Verona, lo hacían claro favorito al


Enfants terribles<br />

su país, podría haber sido un relance a su carrera. Pero<br />

fue segundo, no corrió un Tour de Francia en el que se<br />

le esperó como protagonista durante años y los italianos<br />

acabaron por darle boleta.<br />

Con el rabo entre las piernas en 2002 busco el manto<br />

protector de Patrick Lefevere en el Domo Farm Frites. A<br />

principios de este año se realizó un registro en su casa,<br />

se le incautaron multitud de sustancias como EPO, clembuterol<br />

(en este caso no estaba escondido en filetes)<br />

o morfina. Con la reina de todas las excusas mundiales<br />

Frank declaró sin ningún reparo que : “esas sustancias las<br />

guardaba el frigorífico de su garaje, para el tratamiento<br />

de cáncer de su perro”. Fue apartado de su equipo y<br />

sancionado por seis meses. En 2003 renovó con un Patrick<br />

Lefevere que seguía confiando en sacar a flote la<br />

carrera del astro belga. Y así pareció ser cuando en aquel<br />

2003 vistiendo la casaca de Quick Step Davitamon casi<br />

se impone en el Tour de Flandes. Pero lejos de unir lazos<br />

con su director éste debió de ver algo más en carrera, y<br />

no precisamente una entrega ilimitada en el esfuerzo de<br />

su ciclista, hecho que provocó un divorcio definitivo. VDB<br />

seguía quemando el terreno y a personas que dejaba a<br />

su paso.<br />

Quedaba un biografía<br />

titulada “No soy Dios”<br />

Vandenbroucke tenía otro don especial, el de abrir puertas<br />

con la misma facilidad que se le cerraban otras. Aunque<br />

esto no duraría eternamente. En 2004 se le abrirían<br />

las de Fassa Bortolo. Todo un equipazo montado a base<br />

de talonario por Giancarlo Ferretti, antiguo director de<br />

Bianchi-Campagnolo, mi idolatrado Ariostea o GB-MG.<br />

Allí deslumbró, pareció ser el que otrora fuera, parecía<br />

que VDB estaba de vuelta y realizó una buena temporada.<br />

Todo ello le proporcionó un contrato larga duración<br />

con el Mr. Bookmaker belga. Tras temporada y media, a<br />

mediados de 2006, Hilaire van der Schueren, director<br />

del equipo, le mostró por enésima vez la puerta de salida.<br />

Y pese a estar la temporada 2006 en su ecuador se<br />

le abrió la de un equipo patrocinado por una casa de<br />

apuestas, el Unibet.com. A estos últimos los abandonaría<br />

a final de curso. Antes de recibir otra oportunidad más<br />

con escuadra italiana Acqua & Sapone, de la mano de<br />

Palmiro Masciarelli, Frank tuvo tiempo de realizar una de<br />

sus liadas marcas de la casa. Participando en una carrera<br />

amateur pertenecientes a una de las federaciones disidentes,<br />

bajo el nombre de Francisco del Ponte y con una<br />

foto de Tom Boonen, como no, se descubrió el pastel.<br />

Mientras corría en Italia, durante la temporada de 2007,<br />

fruto de sus continuos pasos en falso tanto en su vida<br />

profesional como personal, se intentó quitar la vida y<br />

acabó ingresado en el hospital Fornaroli de Milán. Pese a<br />

ello se le abriría otra puerta más, en este caso la del Mitsubishi-Jartazzi.<br />

Esta última formación le acabaría apartando<br />

dado que la UCI no les invitaría a ninguna carrera<br />

de primer nivel mientras VDB formara parte del equipo.<br />

A esto le siguió la citación del tribunal de Ypres por una<br />

supuesta relación con tráfico de sustancias ilegales. Mientras<br />

tanto la carrera ciclista, y con ello la vida de nuestro<br />

Enfant Terrible, se deshacía como un terrón de azúcar en<br />

un vaso de agua.<br />

Nico Mattan, ex compañero de VDB, le daría la última<br />

oportunidad de entrar en un equipo, el continental Cinelli-Down<br />

Under. Con ellos alzaría los brazos por última<br />

vez en una etapa de la Boucle de l´Artois, pero la falta de<br />

medios del equipo y la mayor necesidad de ingresos de<br />

Frank hicieron que cada uno tomara su camino. Durante<br />

el mundial de ciclismo en ruta disputado en la localidad<br />

helvética de Mendrisio Vandenbroucke realizó una de sus<br />

últimas apariciones públicas, colaborando con el diario<br />

belga Het Nieuwsblad. Allí fue donde contacto con Aldo<br />

Sassi, preparador del centro Mapei y con el que se comprometió<br />

a volver a la élite ciclista, a cuidarse y a ser el<br />

que fuera en otro tiempo. Palabras.<br />

El final es por todos conocido: apareció muerto en un<br />

hotel de Senegal. Atrás quedaban dos hijas, una biografía<br />

titulada “No soy Dios”, multitud de oportunidades desaprovechadas<br />

y directores desquiciados o simplemente<br />

decepcionados. Amén de mil y un azarosas situaciones,<br />

que dejaban patente que VDB en muchas ocasiones creía<br />

encontrarse por encima del bien y del mal.


VICTORIAS DESTACADAS<br />

Paris-Bruselas (1995)<br />

GP Ouest-France-Plouay (1996)<br />

Scheldeprijs Vlaanderen (1996)<br />

Liege-Basteogne-Liege (1999)<br />

Omloop Het volk (1999)<br />

Enfants terribles


TUBULAR vs CÁMARA<br />

Esclavos digitales<br />

E n septiembre del año pasado, mientras pasaba de<br />

visita por casa de mis padres, tuve unos de esos momentos<br />

nostálgicos inevitables al abrir una caja embalada<br />

que mi madre me instaba constantemente a llevármela<br />

de una vez. Para mi gozo en su interior encontré: el coleccionable<br />

del diario Marca Ciclismo del norte, fábrica<br />

de líderes, la reedición dedicada por Ander Izagirre de<br />

Plomo en los bolsillos y unos vídeos VHS a los que ponía<br />

voz el difunto comentarista de RTVE, Pedro González.<br />

El equipo KAS, Luis Ocaña, Federico Martín Bahamontes,<br />

Charly Gaul, Roger Rivire o Bernard el tejón Hinault,<br />

entre otros, sin olvidarnos de Eddy el canibal Merckx<br />

forman una gran constelación de estrellas ciclistas que<br />

van pasando una tras otra en un serial de documentales<br />

realmente interesantes, amenizados con una melodía<br />

que cuadra a la perfección con las imágenes en blanco y<br />

negro.<br />

En el transcurso de este maratón ciclista, al más puro<br />

estilo retro, me sorprendí silbando involuntariamente la<br />

melodía del Trish Trash polka de Johan Strauss. Momento<br />

ese, en el que el subidón de voz del periodista Carlos de<br />

Andrés cuando el pelotón de la Vuelta a España estaba a<br />

punto de comenzar la ascensión a San Miguel de Aralar,<br />

hizo que dejara todo lo anterior de lado. La carretera<br />

se estrecha, el grupo marcha estirado y las diferentes<br />

formaciones compiten en una guerra sin cuartel. Los<br />

gregarios sacan los dientes, en su mente una sola idea,<br />

hay que pasar a sus líderes a la parte cabecera de un<br />

pelotón cada vez más delgado, más largo, más lleno de<br />

sufrimiento y envuelto en una atmósfera en la que los<br />

nervios se adueñan de la situación. Tensión, miedo y, en<br />

algunos rostros, ganas de venganza. El ser humano en<br />

estado puro, sin chorradas, metidos de lleno en una lucha<br />

encarnizada donde el instinto de supervivencia está<br />

activado de tal manera que de la contienda solamente<br />

uno saldrá victorioso.<br />

En estas, me fijo en la espigada figura de un ciclista enjuto<br />

que oculta su blanquecina tez tras unas grandes gafas<br />

blancas. Unos anteojos que tapan una mirada dirigida en


Tubular vs Cámara<br />

un único sentido. Su vista no se pierde en el infinito o<br />

entre la gente que jalea su nombre en las duras rampas<br />

que se van encadenando hasta la cumbre de la montaña,<br />

como lo han hecho los ciclistas de siempre. Ni tan siquiera<br />

se fija en la innumerable de veces que su nombre<br />

se encuentra escrito sobre el asfalto. No. La atención de<br />

este hombre; de pasaporte británico, criado en Sudáfrica<br />

y nacido en Kenia; la acapara un pequeño aparato colocado<br />

en la parte anterior de su manillar. El cáncer de la imaginación<br />

y la autosuficiencia. El dolor del aficionado más<br />

inocente. La metástasis de la ilusión. Un potenciómetro.<br />

Un aparato que anula la voluntad del corredor, lo programa<br />

y dirige como si de un robot se tratase y, por último,<br />

deja huérfanos de héroes a toda una afición necesitada<br />

de ellos como el comer. Entiendo que los entrenamientos<br />

se preparen de manera meticulosa y se enfoquen,<br />

en algunos aspectos, a métodos más científicos y mejor<br />

estudiados. En definitiva, totalmente controlados para<br />

no caer en errores anteriores. Pero ¿no estaremos perdiendo<br />

el norte en una carrera hacia un mundo ultra<br />

tecnológico en el que una de las pocas virtudes que nos<br />

queda, el libre albedrio, queda anulado? Al igual que en<br />

los estados, países o naciones, nunca he creído en el control<br />

total, sea del color que sea. Se pierde la esencia del<br />

ser humano, se le esclaviza de una manera cruel, se acaba<br />

con ese crisol mágico que es la imaginación, ese impulso<br />

que reacciona frente a la acción, ese fervor que contesta<br />

a la provocación. Provocación en el mejor sentido y<br />

entendiendo todo esto dentro de un ámbito totalmente<br />

deportivo.<br />

¿Se imaginan ustedes que, al igual que cuenta Mr. Izagirre<br />

en uno de sus capítulos, en el primer Tour de Francia que<br />

se quiso hacer pasar la carrera por los Pirineos se hubiera<br />

hecho caso a la tecnología de entonces? Pues no, ya<br />

que la cordillera que separa Euskadi de Aquitaina, Aragón<br />

del Bearn o Catalunya del Languedoc-Roussillon nunca<br />

hubiera sido atravesada por esta carrera ni por ninguna<br />

otra, si no llega a ser por el ímpetu, la imaginación y ambición<br />

del por entonces director de la Grande Boucle.<br />

Este aparato hubiera sido<br />

la antítesis de ciclistas<br />

como Claudio Chiapucci<br />

No me gustaría que me tomaran por una especie de<br />

talibán anclado en la edad de piedra. Pero no concibo<br />

que el esfuerzo esté medido de manera milimétrica, o<br />

que un profesional se conozca tan poco que dependa de<br />

un ordenador para dar un porcentaje más o menos de<br />

esfuerzo. Este aparato que hubiera sido la antítesis de ciclistas<br />

como Claudio Chiapucci o Laurent Fignon, es a su<br />

vez el mayor enemigo del espectáculo y del aficionado de<br />

a pie. Un aficionado ávido de intensidad, de momentos<br />

épicos y todo lo que no conlleva digitalizar la actitud de<br />

un deportista.<br />

Al igual que entiendo que el deporte profesional es trabajo,<br />

es esfuerzo remunerado y, por lo tanto, la manera<br />

de ganarse la vida de mucha gente. Una dicotomía dolorosa,<br />

que nos hace poner al ciclismo profesional entre la<br />

espada y la pared, a medio camino entre el espectáculo<br />

y el control absoluto. Un deporte que camina, como<br />

siempre, por una estrecha cresta rocosa y que pese a<br />

los esfuerzos de unos y otros nunca cae del mismo lado.<br />

Como no podía ser de otro modo, siempre nos quejamos<br />

cuando no llueve a nuestro gusto y callamos cuando<br />

nos viene bien.<br />

Como bien suelen decir siempre nos quedará París, y<br />

mientras no inserten un chip que controle al cien por<br />

cien la voluntad humana la libertad de movimientos nunca<br />

quedará atada de pies y manos. De esta manera conseguirá<br />

salir por algún poro o resquicio y nos podremos<br />

deleitar con etapas épicas, con empachos de gloria, con<br />

segundos de grandeza que nos harán levantarnos de la<br />

silla para gritar y con momentos para guardar en nuestras<br />

retinas al más puro estilo diabolo Tour de France 1992.


Farolillo<br />

Rojo<br />

SVEN NYS,<br />

UN GIGANTE DICE ADIÓS<br />

E l Caníbal de Baal cerrará una trayectoria de 16<br />

años al máximo nivel<br />

Que un mito del ciclismo abandone la escena no ocurre<br />

todos los días. Que un hombre que ha marcado la historia<br />

de su deporte se despida es todo un acontecimiento.<br />

Y este acontecimiento va a suceder el 6 de marzo de<br />

2106, fecha en que Sven Nys, “el Caníbal de Baal” ha previsto<br />

decir adiós a la competición a sus 39 años.<br />

Durante mucho tiempo se ha debatido acerca de si Nys<br />

ha sido el mejor especialista de todos los tiempos. Y ahora<br />

que el flamenco ha decidido colgar su herramienta de<br />

trabajo la controversia va a ponerse de nuevo sobre la<br />

mesa.<br />

A la hora de abordar la cuestión, los filósofos del ciclocross<br />

se encuentran divididos ante una incógnita crucial.<br />

¿Cómo se determina quién ha sido el mejor de siempre?<br />

¿Por el número de títulos conseguidos? Es un excelente<br />

criterio de comparación, pues la ortodoxia dice que<br />

quien mejor palmarés tiene en un deporte, en cuanto a<br />

títulos, es directamente coronado como el mejor. Y, sin<br />

embargo, si se hubiera de tener en cuenta ese principio<br />

Nys no sería el número uno de la historia. Y no solo eso,<br />

no se encontraría siquiera en el podio de todos los tiempos.<br />

El recientemente desaparecido Erik De Vlaeminck<br />

es quien más laureles mundialistas ha conseguido a lo<br />

largo de la historia, con siete maillots arco iris. Le siguen<br />

el francés André Dufraisse, el suizo Albert Zweifel y el


Foto de Peter Huys<br />

Farolillo rojo<br />

italiano Renato Longo, todos ello con cinco. Nys, por su<br />

parte solo se ha llevado a su casa dos medallas de oro<br />

absolutas en los Mundiales, una en 2005 y otra en 2013,<br />

al margen de sus dos galardones como sub 23.<br />

¿Y si acudimos a los títulos nacionales? También en ese<br />

ranking el campeón de Baal sale perdedor. Incluso en su<br />

propio país, en el que el “campionissimo” de la década<br />

de los 80, Roland Liboton fue el más prolífico con 10<br />

maillots tricolores, por 9 de Nys.<br />

Vayamos entonces al número de victorias. En su currículo<br />

el llamado “Caníbal de Baal” llevaba acumuladas a<br />

la hora de redactar estas líneas 293 triunfos en pruebas<br />

de ciclocross. Una enormidad, sin duda, pero lejos de las<br />

342 del “León de Laarne”, Albert Van Damme.<br />

Si en ninguno de estos rankings Nys sale ganador, ¿por<br />

qué hay quien se obstina en sostener que ha sido el<br />

mejor ciclocrossman de la historia? Pues, básicamente,…<br />

porque lo ha sido. Efectivamente, nadie ha dominado durante<br />

tantos años la especialidad como Nys. Nadie ha ganado<br />

tantas carreras del máximo nivel y nadie ha impuesto<br />

un dominio a la vez técnico, físico y táctico como él. El<br />

flamenco ha sido el monarca indiscutible en las competiciones<br />

de regularidad desde hace 16 años: ha ganado 7<br />

ediciones de la Copa del Mundo, 13 del Superprestigio y<br />

9 del Trofeo GVA. Es cierto que el belga fracasó repetidamente<br />

en los campeonatos, vencido en la mayor parte<br />

de las ocasiones por el estrés y por lo que la prensa de<br />

su país, a la vista de su infructuosa persecución de títulos<br />

universales, llegó a llamar “el síndrome del Mundial”.<br />

Pero es preciso reconocer que los 293 triunfos de Nys<br />

tienen un mayor valor que los 342 de Van Damme, pues<br />

en la época de este último había menos confrontaciones<br />

entre los mejores del mundo y muchos de sus éxitos<br />

fueron obtenidos en carreras nacionales.<br />

Por otra parte, no se debe dejar a un lado la personalidad<br />

del fenómeno belga. El actual ciclista del Crelan-AA<br />

Drink ha influido mucho en el desarrollo y la popularidad<br />

que actualmente tiene el ciclocross en Bélgica. El<br />

hecho de que hoy en día la disciplina sea el espectáculo<br />

deportivo más visto en televisión en aquel país, por en-


Farolillo rojo<br />

cima incluso del fútbol, está directamente relacionado<br />

con el rendimiento deportivo y el carácter de este inmenso<br />

campeón. Luc Vanneste, consejero-delegado de<br />

Landboukrediet, la entidad de ahorro que viene patrocinando<br />

a Sven Nys desde 2008 lo dejó bien claro“Sven<br />

Nys es una pepita de oro. Nuestro índice de notoriedad<br />

se ha multiplicado por dos con su llegada. Es un emblema<br />

perfecto, como deportista de alto rendimiento y como<br />

persona. Pero el efecto Nys se cuenta también en dinero.<br />

El grupo Landbouwkrediet ganó el pasado año 40.000<br />

clientes extra, que hay que atribuir en gran parte al nombre<br />

de Sven Nys.”<br />

La historia ciclista de Sven Nys comenzó con el BMX.<br />

Desde los 5 a los 15 años practicó esta modalidad, en la<br />

que ganó 8 títulos nacionales. A los 15 quedó fascinado<br />

delante de su televisión al ver a Danny De Bie saltar<br />

los obstáculos sin bajarse de la bicicleta y proclamarse<br />

campeón mundial. En ese momento decidió pasarse<br />

al ciclocross. Nys carecía de experiencia y no ganó en<br />

sus primeras carreras, pero Erik De Vlaeminck, por aquel<br />

entonces técnico de la Federación Belga, observó en él<br />

cualidades extraordinarias y le aconsejó que corriera en<br />

carretera, a fin de que obtuviera la resistencia necesaria<br />

para brillar en cross. A partir de entonces Nys se convirtió<br />

en un multiganador y ya se impuso en el nacional<br />

junior en 1994. En sub 23 consiguió dos títulos mundiales<br />

consecutivos. Tras ganar el segundo, en 1998 en Middelfart,<br />

recibió una oferta para pasar a profesional con<br />

Rabobank y dejó su trabajo de electricista en la empresa<br />

de su padre.<br />

Ha influido mucho en el<br />

desarrollo y la popularidad<br />

que actualmente tiene el<br />

ciclocross<br />

En su primera temporada en la máxima categoría resultó<br />

evidente que el joven Nys era un corredor cinco estrellas.<br />

Ganó 14 carreras y la general del Superprestigio.<br />

Pudo ya ganar el nacional, pero el marcaje al que le sometió<br />

el veterano Mario De Clercq propició el triunfo<br />

de Marc Janssens. Fue el comienzo de una rivalidad que<br />

duró varios años. En el Mundial, disputado bajo temperaturas<br />

polares en Poprad, fue 4º en una carrera dominada<br />

por De Clercq.<br />

En el Mundial del año siguiente, Nys se vio envuelto en<br />

su primera gran polémica. La lucha por el título universal<br />

tenía lugar en Holanda, en Sint Michielgestel, el feudo de<br />

Richard Groenendaal, compañero de equipo de Nys. Durante<br />

la temporada habían corrido el uno contra el otro,<br />

pese a llevar el mismo maillot, por lo que el manager de<br />

Rabobank, Jan Raas les reunió y les dio la orden de que<br />

en el Mundial no se perjudicaran mutuamente. Ya en la<br />

carrera Groenendaal aprovechó un cambio de bici de<br />

Nys para lanzar un ataque. De Clerq, fiel a sus tácticas<br />

conservadoras, se puso a rueda de Nys esperando que<br />

éste hiciera el trabajo, pero Sven siguió las instrucciones<br />

de Raas y no tiró en primera instancia. Groenendaal se<br />

marchó definitivamente y se vistió de arco iris ante los<br />

suyos. La afición belga vio en la actitud de Nys la causa de<br />

la derrota de los suyos ante sus eternos rivales holandeses:<br />

“Había avisado a Mario de las órdenes de Raas, pero<br />

no quiso saber nada. La decepción fue muy grande. Hubo<br />

fans míos que quemaron sus cazadoras de seguidores<br />

delante de mis ojos…aunque a final de temporada gané<br />

unas carreras y compraron nuevas” explicó Nys.<br />

En la temporada siguiente no le salió nada bien a Nys,<br />

pese a sus 6 triunfos. Quería borrar lo sucedido en Sint<br />

Michielgestel con una condición física impecable y llegó<br />

sobreentrenado. Las dos temporadas siguientes (2001-<br />

2002 y 2002-2003) fueron exitosas para el belga con 10<br />

y 17 victorias en total, una Copa del Mundo y dos nuevos<br />

Superprestigios, pero fueron dos campañas en las que<br />

falló en su búsqueda del Grial, léase el oro mundialista.<br />

En verano de 2003 todo cambió. Nys comenzó a trabajar<br />

con Tom Van den Bosch, un entrenador que modificó sus<br />

métodos de preparación y le hizo alcanzar su mejor rendimiento.<br />

Ese invierno no se vieron los resultados, por la<br />

superioridad de Bart Wellens, que era su gran enemigo


Farolillo rojo<br />

aquellos años. Rivales desde las categorías de jóvenes,<br />

en esos años de mitad de los años 2000 el cartel Wellens-Nys<br />

era lo máximo. Ambos corredores se beneficiaron<br />

de la publicidad que les reportaba el anuncio de<br />

sus duelos. Sus luchas encarnizadas en los circuitos e<br />

incluso sus cruces de declaraciones fueron un lujo para<br />

el ciclocross belga. Pero, como decíamos, en 2004-2005<br />

el panorama fue radicalmente distinto: Nys obtuvo 25<br />

victorias, todas las clasificaciones de regularidad y el ansiado<br />

título mundial, conseguido en el nevado circuito de<br />

Sankt-Wendel. El Caníbal de Baal había nacido. Esa campaña<br />

y las siguientes fueron las mejores del flamenco (27<br />

victorias en 2005-2006; 30 en 2006-2007; 21 en 2008-<br />

2009 con Superprestigios y Copas del Mundo inluidas).<br />

Pese a que no ganó ningún mundial esas temporadas y a<br />

la aparición de nuevos rivales como Lars Boom y Niels<br />

Albert, Nys seguía siendo el rey. Y hasta tal punto que en<br />

aquellos años la UCI comenzó a preocuparse por el dominio<br />

de belga. Vista la superioridad técnica del Caníbal<br />

se hicieron algunas modificaciones reglamentarias como<br />

la limitación de obstáculos artificiales en los circuitos<br />

(que aprovechaba Nys para pasarlos sin bajarse de la bici<br />

y hacer diferencias) y la regulación de la anchura de los<br />

circuitos. “El Caníbal” tuvo que reinventarse. Trabajó la<br />

fuerza y la velocidad y continuó en la cima.<br />

Los años siguientes se caracterizaron por una eterna y<br />

estéril búsqueda del título mundial, que se convirtió en<br />

una obsesión. Albert, Stybar…siempre había alguien para<br />

privarle del título. En 2012 sufrió una terrible decepción.<br />

En un Mundial que se desarrollaba en casa (en Koksijde)<br />

ante 60.000 espectadores tuvo que inclinarse ante Albert.<br />

Terminó tan decepcionado que declaró que había<br />

sido su último Campeonato. Afortunadamente cambió<br />

de opinión y al año siguiente viajó a Louisville (Estados<br />

Unidos) donde alcanzó su segundo y hasta ahora último<br />

título.<br />

Problemas de índole personal (un divorcio) hicieron<br />

que Nys tuviera un bajón en su rendimiento en<br />

2014-2015. Solamente 4 victorias y muchas actuaciones<br />

por debajo de sus posibilidades. Se empezó a<br />

hablar de declive y se rumoreó que iba a adelantarse<br />

su retirada, prevista desde hacía mucho tiempo para<br />

2016. Pero este año, recuperado anímicamente, ha renacido<br />

de sus cenizas. Ha vuelto a conseguir victorias y a<br />

estar delante en casi todas las carreras.<br />

La historia de Nys no está completa sin mencionar incursiones<br />

en carretera y mountain bike. En ambas especialidades<br />

intentó alcanzar también lo más alto. En sus<br />

años de Rabobank probó fortuna en la París-Roubaix.<br />

En 2001 estuvo escapado junto con otros corredores<br />

durante 200 kms, pero su mejor puesto fue 36º en 2006.<br />

Ganó algunas carreras como la vuelta a su región del<br />

Brabante Flamenco, pero no consiguió grandes logros.<br />

Mejor le fue en la bici de montaña, con 5 títulos nacionales,<br />

un bronce europeo y dos participaciones en los<br />

Juegos Olímpicos: un 9º puesto en Pekin y un abandono<br />

en Londres, por avería.<br />

Nys anunció que disputaría unos terceros Juegos en<br />

Río, pero se desdijo y, finalmente será el 6 de marzo su<br />

despedida, que se celebrará en el Palacio de los Deportes<br />

de Amberes ¡con una fiesta que durará dos días! A<br />

campeón excepcional despedida excepcional.<br />

Será el adiós del Caníbal de Baal. Por<br />

cierto, ¿cuál es el secreto para ser un<br />

caníbal del ciclismo? Muy sencillo, nacer<br />

un 17 de junio. Sorprendente<br />

coincidencia, Merckx y<br />

Nys, los dos caníbales<br />

del ciclismo nacieron<br />

el mismo día.<br />

Foto de Thomas<br />

Ducroquet


Agradecimientos<br />

Iñaki Sáenz por sus textos en Barra libre.<br />

Manuel González por sus ilustraciones para Barra libre, Puertos en blanco y negro y Enfants terribles.<br />

Oier Alberdi y Joseba Olaso por su colaboración y fotografías en Siguiendo la Pista.<br />

Javi Cortés por ser un fiel escudero en Rutas bizarras.<br />

Juan Ramón Cendrero por sus textos en Farolillo rojo.


Contacto<br />

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Diciembre<br />

2015

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