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Rota Punctatis - Volumen 1

- Barra libre: Coetáneos. Dos historias paralelas, dos gigantes que compartieron época y gloria. Coppi vs Bartali. - Puertos en blanco y negro: Ibardin. Puerto mítico del pirineo navarro y francés. Carreras en las que ha sido protagonista. - Siguiendo la pista: Olaso y Alberdi. Andanzas y desandanzas de dos pistard que, si bien no llegaron a ser profesionales, levantaron pasiones. - Rutas bizarras: Sterrato alavés. Recorrido por la gran llanada alavesa y su historia a través de caminos de grava. - Enfants terribles: Vanderbroucke. Vida y obra de uno de los ciclistas más excéntricos del pelotón de los años 90. - Tubular vs Cámara: Esclavos digitales. El antes y el después de los potenciómetros. - Farolillo rojo: Sven Nys. Adiós a un gigante del ciclocross.

- Barra libre: Coetáneos. Dos historias paralelas, dos gigantes que compartieron época y gloria. Coppi vs Bartali.
- Puertos en blanco y negro: Ibardin. Puerto mítico del pirineo navarro y francés. Carreras en las que ha sido protagonista.
- Siguiendo la pista: Olaso y Alberdi. Andanzas y desandanzas de dos pistard que, si bien no llegaron a ser profesionales, levantaron pasiones.
- Rutas bizarras: Sterrato alavés. Recorrido por la gran llanada alavesa y su historia a través de caminos de grava.
- Enfants terribles: Vanderbroucke. Vida y obra de uno de los ciclistas más excéntricos del pelotón de los años 90.
- Tubular vs Cámara: Esclavos digitales. El antes y el después de los potenciómetros.
- Farolillo rojo: Sven Nys. Adiós a un gigante del ciclocross.

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Siguiendo la pista<br />

R econozco que pertenezco a esa extraña especie<br />

ciclista del ciclismo mamado, aprendido desde la categoría<br />

infantil y, sobre todo, marcado por los peraltes de<br />

un velódromo. Y es que el lujo de tener un anillo ciclista<br />

cubierto a poco más de quinientos metros de casa me lo<br />

puso bien fácil. Eso y que nunca fue de mi agrado escalar<br />

ni ascender el reguero de puertecillos que, como si de<br />

un vía crucis se tratase, repletan la orografía más cercana<br />

a mi casa.<br />

Siempre admiré los duelos de la pareja guipuzcoana Oier<br />

Alberdi y Joseba Olaso midiéndose en las Seis Horas de<br />

Euskadi a ciclistas de la talla de Marco Villa, Claudio Chiapucci,<br />

el bigotudo veterano Urs Freuler o Evgeni Berzin.<br />

De ahí que mi predilección por la pista, y por todo lo que<br />

le concernía, sufriera una meteórica evolución.<br />

Sin ser rápido y más bien despistado las opciones que<br />

me ofrecía la pista eran pocas: sufrir mucho y aprender a<br />

base de reventar un día sí y otro también. Una disciplina<br />

esta en la que cuando la cosa se pone seria no da lugar<br />

a poder esconderse y no te queda otra que estirar el<br />

cuello hasta acabar la carrera midiendo un par de centímetros<br />

más.<br />

Pero, a pesar de todo ello, yo me lo pasaba genial. Cada<br />

viernes de otoño e invierno no faltaba a una cita que<br />

me permitía ver entrenar en directo a gente como Haimar<br />

Zubeldia, Alberto Martínez o Mikel Astarloza . Ni las<br />

abrasiones que hacían desintegrarse culotes y maillots,<br />

fruto de la innumerables caídas, ni las más aún incalculables<br />

vueltas oyendo los diferentes programas musicales<br />

de radio hacían que le perdiera el gusto al anillo de<br />

Anoeta. Sarna con gusto no pica, suelen decir.<br />

Con los años llegaron a la élite grandes ciclistas a los que<br />

ya era más cercano por edad y a los que seguí admirando<br />

igual que a los anteriormente citados: Aitor Alonso,<br />

Asier Maeztu que llegaría a ser medallista en mundial y<br />

olimpiada, o el que fuera campeón de Europa en omnium<br />

Unai Elorriaga, sin olvidarme de la enorme evolución, de<br />

la que fui testigo, por parte de Javi Azkue y la medallista<br />

olímpica y ex atleta Leire Olaberria.<br />

Por todo esto y mucho más es por lo que no entiendo<br />

el ostracismo en el que se encuentra el ciclismo en pista<br />

a día de hoy. En cualquier otro país del mundo, aprovechando<br />

el tirón de figuras de la talla de Joan Llaneras,<br />

Miquel Alzamora, Carles Torrent, Eloy Teruel o el difunto<br />

Isaac Gálvez, esta modalidad ciclista hubiera experimentado<br />

una progresión meteórica. Pero en España es por<br />

todos sabido que entre el conglomerado de dirigentes<br />

profesionales los pistards, vulgarmente llamados culogordos,<br />

no son vistos con buenos ojos o no se los valoran<br />

como es debido pese a tener sus vitrinas repletas de<br />

medallas mundialistas, olímpicas o europeas.<br />

Caso que no pasa en Italia, por ejemplo, donde Elia Viviani<br />

(corre para el SKY británico, que es la escuadra<br />

que más y mejor cuida este tema) goza del beneplácito<br />

de su equipo, para sus diferentes incursiones en los<br />

velódromos. Del Team Sky, afincado en la Gran Bretaña,<br />

surgió un tal Bradley Wiggins, que llegara a vencer en<br />

el dorado que es el Tour de Francia, y tomó el relevo<br />

de otros talentosos anglosajones como Graeme Obree,<br />

Chris Boardman o Alex Dowsett en la cita para con la<br />

hora. Geraint Thomas o Mark Cavendish, también procedentes<br />

del Sky, son nombres conocidos por todos con<br />

origen en el anillo ciclista. Mención aparte merece Sir<br />

Chris Hoy, del que un día hablaremos largo y tendido.<br />

Los pistard, vulgarmente llamados<br />

culogordos, no son<br />

bien vistos con buenos ojos

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