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94. Arturo Estrada, “Morelos y su ejército entrando a Cuautla”, Tríptico de la
Independencia o Un acto de fe celebrado por la Inquisición, 1951-1952.
95. Arturo Estrada, “Morelos rompiendo el Sitio de Cuautla”, Tríptico de la
Independencia o Un acto de fe celebrado por la Inquisición, 1951-1952.
de Hidalgo cabalgan los conquistadores españoles
enfundados en sus armaduras portando sus lanzas.
Hidalgo mira la escena llevando una antorcha encendida
y la espada desenvainada. Entre Hidalgo y
Morelos la Doliente, entre Morelos y Juárez, el gorro
frigio que es emblema de la libertad.
En 1953 el empresario José María Dávila encargó
al arquitecto Antonio Prieto la construcción
del Teatro de los Insurgentes, y a Diego Rivera la
realización de un mural en silicón y mosaico veneciano,
un reto para el pintor, ya que la superficie
es curva y convexa. Por su ubicación en la avenida
más larga de la ciudad de México, la obra El teatro
en México debía ser vista por los espectadores en
movimiento. En el mural se observan escenas de la
vida moderna y contemporánea, tradiciones, personajes
y sucesos históricos, y dentro del discurso
nacionalista, Rivera colocó a Morelos, Hidalgo y
Juárez, como los hombres que dieron libertades al
país. Los tres héroes aparecen con rostros fuertes,
mirando de frente. Llama la atención la dimensión,
el gran tamaño de sus manos con que los caudillos
sostienen los emblemas (Hidalgo la antorcha,
Morelos la Doliente y Juárez el puño cerrado como
símbolo de su carácter).
Entre 1955-1957 Alfredo Zalce, en la escalera del
Palacio de Gobierno del Estado de Michoacán, capturó
en el fresco Los Libertadores los primeros pasos
de la Independencia. Hidalgo y Morelos miran de
frente al espectador, el Siervo de la Nación con
un machete en la mano y en la otra el pergamino de
los Sentimientos de la Nación, va acompañado
por Mariano Matamoros y Juan Álvarez, dos de sus
hombres cercanos. La escena está enmarcada por
el pueblo con los machetes en alto alistados para
la lucha.
Jorge González Camarena, que dedicara parte
de su creatividad a considerar los momentos más
importantes de nuestra historia y dentro de lo que
se ha denominado un “insólito estilo de congregaciones”,
plasmó algunos de los episodios y retratos
de relevantes figuras nacionales. En el antiguo edificio
albergue del Senado de la República (Xicoténcatl
9), a un costado del mural al óleo sobre tela dedicado
a Belisario Domínguez (1956), en el arranque de la
escalera, González Camarena logra una extraordinaria
síntesis de las etapas más remarcables de la
historia mexicana.
La composición se inicia apartir de la serpiente
emplumada que a manera de pedestal
sirve de acomodo a los elementos puntualizadores
de algunos de los cambios: el Caballero
Águila, la Conquista, la Evangelización, a
seguidas la Independencia: Hidalgo y Morelos;
96. José Chávez Morado, “El conquistador, Miguel Hidalgo, José
María Morelos y Pavón, Benito Juárez y Francisco I. Madero”, La
nacionalidad, 1953.
97. Alfredo Zalce, “Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón”, Los libertadores o Importancia de Hidalgo en la lucha de Independencia,
1954-1955.