mujeres correspondiente

Nueva Alianza es un Partido joven, con 10 años de haber sido fundado y tiene
como una de sus principales causas la EDUCACIÓN con calidad, equidad e inclusión,
derivado del compromiso firme y congruente con el magisterio nacional, con las
niñas, los niños, los jóvenes, los padres de familia y con México. Por ello, estamos
comprometidos en formar políticos distintos, con habilidades digitales, habilidades
para debatir con ideas bien fundamentadas, responsables, con ética, con un alto
perfil político. Estamos ante una tarea que no puede esperar y, no obstante, la
mayoría de los partidos de viejo registro no tienen esa visión, se olvidaron de formar
nuevos liderazgos; sus cuadros políticos están desgastados, son los mismos de
hace 30 o más años atrás, con un discurso viejo, dictatorial, que refleja una mala
imagen, un desprestigio y falta de credibilidad. Los tres partidos más viejos se han
encargado de generar hartazgo, aborrecimiento y malestar ciudadano en relación
con la política.
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Durante mi campaña como candidata a la gubernatura del estado de Guerrero en
la pasada elección del 7 de junio del presente año, siempre expresé que la política
no es mala, que la política es para servir a la ciudadanía, que son malos políticos
quienes han hecho mal uso de su función y que han abusado del poder conferido
por los ciudadanos a través de su voto; políticos que se olvidaron de la ética, del
rendir cuentas a la sociedad. Son funcionarios de gobierno que se alejaron de los
ciudadanos, que abusan de su condición de funcionario y olvidan que son empleados
de la ciudadanía, porque sus sueldos son pagados con dinero del erario público
que proviene de los impuestos que pagamos las y los ciudadanos. Ha sido un error
nuestro darles tanto poder, asegurarles impunidad y hacerlos sentir como reyes.
Es por ello que muchos funcionarios de gobierno han actuado como delincuentes
de cuello blanco, que se enriquecieron de manera ilícita mediante el robo hormiga,
los desfalcos o el endeudamiento millonario de los municipios, los estados o la
federación, mientras que las familias trabajadoras se ganan con mucho esfuerzo
el salario mínimo o a veces ni eso. Esta situación llama a una transformación
profunda del sistema político, una transformación que permita limpiar la imagen
de impunidad y corrupción en la que hemos caído; es necesario superar políticos
o gobiernos con viejos paradigmas, con una forma mal entendida de ejercer el
poder, que no rinden cuentas a nadie.