mujeres correspondiente

42 Por tanto, la lucha contra este sistema de opresión
incluye a quienes quieran ir más allá del orden patriarcal,
del rígido binarismo hombre/mujer y masculino/femenino,
a quienes estén en contra de la heterosexualidad
obligatoria, del control del cuerpo por parte del poder,
de la violencia machista, de la patologización de la
diferencia identitaria o de las desigualdades materiales,
sociales y simbólicas entre hombres y mujeres.
El camino a la aceptación dentro del feminismo para
las mujeres trans ha sido, hay que señalarlo, muy
diferente al de otras mujeres feministas. Las mujeres
trans, como ha ocurrido con otras mujeres discriminadas
y marginadas, han debido demostrar que tienen necesidades
específicas para las que el feminismo hegemónico
no tiene respuestas y que, por ende, no habla por
ellas. Al mismo tiempo, las mujeres trans tienen que
dejar en claro que también son mujeres y que el
discurso y la lucha feministas pueden incluir sus
reivindicaciones y demandas.
y no se definan ni como hombres ni como mujeres.
De hecho, cada vez más, el tema del binarismo de
género pesa negativamente y tiende a ser excluyente,
ya que siempre que se habla de género se tiende a
pensar en la igualdad o en la equidad entre los hombres
y las mujeres, pero ¿y qué con las demás personas?,
¿dónde quedan quienes no se definen como ninguno de
los dos o como los dos en una sola persona? o ¿dónde
se ubican quienes han creado su propia definición?
Esos temas no están todavía presentes de manera
cabal, ni siquiera en la agenda de la mayoría de los
mismos grupos trans, los cuales no llegan todavía a
concebir el binarismo de género como macro políticas
de control social. Sin embargo, de manera creciente,
se viene planteando por parte de nuevos sujetos
sociales y colectivos, que luchar por cirugías de
reasignación de sexo en la sanidad pública, no implica
no cuestionar el binarismo de género y las políticas
públicas que se elaboran para los cuerpos y las identidades
normadas como hombre o como mujer.
La existencia misma de las personas trans obliga a las
sociedades a replantear sus puntos de vista convencionales
sobre el sexo y el género, que es exactamente lo
mismo que las feministas llevan años planteando. Esta
unión entre transgeneridad y feminismo en el llamado
transfeminismo, ofrece, además, una nueva dirección
para el género. En el caso de las personas trans, puede
suceder también que las mismas se asuman como trans
Es en este sentido que el feminismo permite establecer
coaliciones políticas y objetivos de lucha entre
diferentes individuos o grupos que, aunque no se
agrupan bajo una misma etiqueta identitaria, comparten
historias de opresión por motivos de sexo, género
y sexualidad.