la pesca INDNR

Almería, Málaga, Roquetas,
Carboneras, Santa Pola, Denia,
Javea, Calpe, Castellón, Mallorca,
Palamós, L´Ametlla de Mar
y Tarragona continuaron debatiendo
sobre posibles medidas.
Finalmente, consensuamos
un documento para el cerco y
avanzamos en el documento
del arrastre. De forma paralela,
nos reunimos con la Secretaría
General de Pesca y con el Instituto
Español de Oceanografía.
Posteriormente, en el mes
de febrero, se celebró un importante
seminario en Catania
(Italia) organizado por la Consejo
Consultivo del Mediterráneo
(MEDAC) y por la Comisión Europea.
De nuevo, los científicos
alertaron sobre la mala situación
de los stocks y la Comisión
Europea “amenazó” con la imposición
de un plan de urgencia
si no actuábamos rápidamente.
Entre las medidas sugeridas
por la Comisión se encontraban
las siguientes: reducción del
esfuerzo pesquero entre el 50%
y el 70%, el establecimiento
de un sistema de TAC y cuotas
para los pequeños pelágicos,
mejorar la selectividad, establecer
planes plurianuales, mejorar
el proceso científico, establecer
cierres espacio-temporales y
cierres en tiempo real, declaración
de todas las capturas, aplicación
de medidas de control
más estrictas, etc.
Yo tuve ocasión de intervenir
en una mesa redonda en
nombre de Europêche. Allí lo
dejé muy claro. Es el sector
pesquero el que debe liderar
-y está liderando- la iniciativa
para revertir la situación. Conté
cuáles eran las medidas que
estaban planteando nuestros
pescadores, pero también dejé
claro que los legisladores deben
ser conscientes de que el
sector pesquero no es el único
responsable de la situación de
los stocks. Por ello, además de
consensuar medidas de gestión
pesquera, hay que valorar el impacto
que tienen algunas especies
predadoras, como el atún
rojo o los delfines y el impacto
ambiental de otras actividades
humanas y no humanas -mala
gestión costera, emisarios que
portan aguas residuales, vertidos,
obras de relleno costeras,
acuicultura, actividad petrolera
y gasística, parques eólicos,
transporte marino, cambio climático,
acidificación y contaminación
en general- sobre los
ecosistemas y sobre las especies.
Y una vez conocido el
impacto, hay que actuar y establecer
medidas, en su caso,
correctoras.
Javier Garat
Secretario general de
Cepesca y presidente de
Europêche
Así mismo, expuse que se deben
adoptar medidas de gestión
y de control de la pesca recreativa
y deportiva y medidas
relacionadas con la comercialización,
fortaleciendo los sistemas
de trazabilidad y etiquetado
para intentar conseguir un
mayor valor añadido a las especies
que se capturan en el Mediterráneo.
Por último, manifesté
que es importante estrechar
la cooperación con los terceros
países ribereños que, en algunos
casos, comparten nuestros
stocks.
A raíz de ese seminario, la
Secretaría General de Pesca se
puso las “pilas” y enseguida nos
convocó para informarnos de
que habían preparado una batería
de medidas (33) que querían
consultar con el sector, con
las CCAA, con los científicos y
con las ONG para intentar llegar
a un acuerdo sobre las más
convenientes y, en su caso, recibir
nuevas ideas por nuestra
parte. En ello estamos hoy en
día. Lo que desde Cepesca esperamos
es que antes de que
termine el mes de abril podamos
tener un paquete serio de
medidas, que puedan ser aplicables
y que contribuyan a revertir
la situación de los stocks.
Está claro que habrá que hacer
algún sacrificio, como ya se
hizo en los años 60 y 70, pero
éstos seguro que merecerán la
pena, puesto que, como dicen
los científicos, si se adoptan
las medidas adecuadas ya, el
potencial de recuperación será
muy alto.