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InvestigaciOn Y Ciencia NUmero 473 - Febrero 2016

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De cerca<br />

por Javier Ábalos, Guillem Pérez i de Lanuza y Enrique Font<br />

Si eres investigador en el campo de las ciencias de la vida<br />

y la naturaleza, y tienes buenas fotografías que ilustren algún<br />

fenómeno de interés, te invitamos a participar en esta sección.<br />

Más información en www.investigacionyciencia.es/decerca<br />

El lenguaje cromático<br />

de la lagartija roquera<br />

La capacidad de visión en el ultravioleta y una rica coloración de la zona<br />

ventrolateral configuran el sofisticado sistema de comunicación de esta especie<br />

T<br />

endemos a pensar erróneamente que los animales perciben<br />

el mundo que los rodea de la misma manera que nosotros.<br />

Sin embargo, cada especie vive inmersa en un mundo sensorial<br />

propio y distinto del de otras. Las lagartijas, por ejemplo, poseen<br />

un complejo sistema de visión que les permite percibir colores<br />

en la luz ultravioleta. Estudios recientes demuestran que esa<br />

capacidad favorece la comunicación entre individuos, basada<br />

en un refinado código de manchas corporales.<br />

La lagartija roquera (Podarcis muralis, Lacertidae) abunda<br />

en el Pirineo oriental, y su comportamiento puede estudiarse<br />

fácilmente en los muros de piedra de campos abandonados.<br />

Sus manchas de colores en los flancos y el vientre resultan importantes<br />

para interactuar con sus congéneres, mientras que<br />

la coloración críptica del dorso dificulta su detección por parte<br />

de los depredadores.<br />

Las manchas azules que observamos en los flancos reflejan,<br />

en realidad, la luz en el espectro ultravioleta (UV). Las coloraciones<br />

detectadas en este espectro combinadas con las percibidas<br />

en el espectro visible, como el blanco, el amarillo o el naranja<br />

del vientre, hacen a los animales más llamativos a ojos de sus<br />

semejantes. Las tonalidades del vientre pueden variar dentro de<br />

una misma población, donde a veces coexisten individuos con<br />

distintas coloraciones, denominados morfos.<br />

Nuestra investigación se centra en explorar la función comunicativa<br />

de las manchas corporales en las interacciones sociales.<br />

Sabemos que la coloración azul-UV de los machos guarda relación<br />

con su condición física y con la fuerza de mordida, por lo<br />

que podría informar a otros machos sobre su capacidad para<br />

la lucha. Los que poseen vientre naranja tienden a perder los<br />

combates. Además, los machos y hembras con la misma coloración<br />

tienden a asociarse entre sí, por lo que parece que el morfo<br />

influye en la elección de pareja. Entender las señales cromáticas<br />

nos dará una información valiosa sobre cómo los organismos<br />

utilizan la comunicación para lidiar con las presiones selectivas a<br />

las que se ven sometidos en un entorno social muy competitivo.<br />

—Javier Ábalos y Guillem Pérez i de Lanuza<br />

ICB y Centro de Investigación en Biodiversidad<br />

y Recursos Genéticos, Universidad de Oporto<br />

—Enrique Font<br />

Instituto Cavanilles de Biodiversidad (ICB)<br />

Universidad de Valencia<br />

enrique font (fotografía en el ultravioleta); javier ábalos (resto de imágenes)<br />

Las manchas claras laterales destacan<br />

respecto a las superficies corporales adyacentes,<br />

en esta fotografía tomada con un equipo sensible a la<br />

luz ultravioleta. Las lagartijas poseen la capacidad de<br />

ver en esta zona del espectro electromagnético.<br />

Este macho de lagartija roquera<br />

presenta una vistosa coloración<br />

ventrolateral naranja que contrasta<br />

con el dorso críptico. Ello le permite<br />

exhibirse u ocultarse en función de<br />

la postura que adopte.<br />

48 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, febrero <strong>2016</strong>

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