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TURISMO FURBOLERO
FÚTBOL argentino,
un IMÁN
para los TURISTAS
Por Lucas Argüelles
Para nosotros, puede resultar un espectáculo habitual, y hasta somos parte
de él. Pero para los extranjeros, la vivencia de ir a la cancha, con todo el
folclore que hay a su alrededor, resulta una experiencia inolvidable, algo
que las agencias de turismo han sabido captar y explotar al extremo.

FÚTBOL argentino,
un IMÁN
para los TURISTAS
La Argentina puede ser reconocida por muchos aspectos
en el exterior; pero –más allá de que a algunos les
pese– el fútbol es una de las primeras referencias que los
habitantes de todo el mundo toman de nuestro país. Si
alguna vez usted viajó a tierras lejanas, lo habrá vivido
en carne propia. En el momento en que uno comenta que es argentino,
nombres de futbolistas de todas las épocas empiezan a llover, con
distintos acentos, pero cargados de una inherente admiración que
inevitablemente genera orgullo: “¡Maradona!”, “¡Messi!”, “¡Agüero!”,
“¡Mascherano!”, y tantos otros.
Nuestra nación es sinónimo de buen fútbol, de potrero, de pasión
por este deporte que todos empezamos a mamar casi desde la cuna.
Durante décadas, la pelota y todo lo que la rodea han moldeado la
idiosincrasia de esta sociedad huérfana de ejemplos en los que poder
apoyarse, hasta volverla peligrosamente dependiente de ello. Para los
extranjeros, esto resulta tan incomprensible como fascinante. Y es por
eso que, cuando visitan Buenos Aires, muchos de ellos buscan vivir y
conocer de cerca ese sentimiento por el fútbol que tenemos los argentinos.
Así surgió el turismo futbolero, que para las agencias de viaje
se ha convertido, además, en una oportunidad de oro de ofrecerles
experiencias únicas a sus clientes.
La primera parte del tour futbolero porteño –la más light, si se quiere–
es la visita a los museos de los distintos clubes de primera división.

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un IMÁN
para los TURISTAS
Este pequeño negocio es una réplica de otros clubes del mundo, como
por ejemplo el Real Madrid, el Barcelona o el Manchester United, por
mencionar tan solo algunos. Se trata de un concepto magistralmente
montado y explotado por los estadounidenses, gracias al cual propios y
extraños ingresan en la historia del club, se enamoran lentamente de su
identidad y luego son guiados sutilmente hacia el último y más importante
paso: la tienda de merchandising.
En Buenos Aires, el pionero en este desarrollo –y en tantos otros dentro
del rubro “marketinero”– fue Boca Juniors, con su Museo de la Pasión
Boquense, inmerso en un barrio que ya resulta atrayente a los turistas
de por sí: La Boca. Cuenta con un buen nivel tecnológico y con distintos
recursos audiovisuales, y expone trofeos, camisetas y presentaciones de
los distintos ídolos de la historia xeneize.
Con un costo de 150 pesos, quizás el recorrido más atractivo sea el que
combina la visita al museo con un tour por el estadio, la Bombonera, uno
de los escenarios con mayor mística del fútbol mundial y el que mayor
demanda tiene por parte de los extranjeros. Con un concepto similar,
aparece el museo del otro club más popular del país, River Plate, inaugurado
en 2009. El precio por los tours y lo que ofrecen es el mismo que
en el caso de los de Boca, aunque incluyen la posibilidad de conocer el
estadio en el que la Argentina juega la mayoría de las veces como local
y donde levantó su primera Copa del Mundo.

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para los TURISTAS

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San Lorenzo de Almagro, club del cual es simpatizante nada
menos que el Papa Francisco, es otra de las instituciones que cuenta
con su museo, que fuera inaugurado en 2003. También Argentinos
Juniors, club en el que nació futbolísticamente nada menos que
Diego Armando Maradona, tiene su museo llamado El Templo del
Fútbol. Las visitas se pueden combinar con tours guiados por el
estadio, que justamente se denomina Diego Armando Maradona,
incluso durante días en los que se juegan partidos, siempre y cuando
se adquieran las entradas correspondientes.
Pero, sin dudas, la experiencia definitiva para un turista que quiera
conocer de cerca la pasión argentina por el fútbol es ir a ver un
partido, especialmente si se trata de un clásico, y más aún si lo hace
mezclado entre la barra local, como un fanático más. En la mayoría
de los casos, los turistas contratan paquetes ofrecidos por las distintas
agencias, que por lo general tienen arreglos particulares con los
diferentes clubes. Esos paquetes ofrecen plateas con una buena ubicación;
las hay de variados precios, dependiendo del rival. Cuando
es un partido “normal”, los montos oscilan entre USD 150 y USD 200,
pero cuando se trata de equipos como Boca y River, el costo de una
platea puede ascender a más de USD 500. Ahora bien, cuando esos
dos equipos se enfrentan para generar el gran superclásico del fútbol
argentino –según el diario inglés The Guardian, el número uno de los
50 eventos deportivos que uno debe presenciar “antes de morir”–, los
precios se disparan astronómicamente y pueden alcanzar cifras casi

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ridículas de más de USD 2000. Todo es más caro y más difícil cuando
se trata de la Bombonera, por fama y por espacio; es algo que no ocurre
con el Monumental.
Como no podía ser de otra manera, todo está muy organizado, con
los traslados, los ingresos, los tips gastronómicos –alguna pizza o el
clásico e inigualable choripán de cancha– y los ítems alusivos, como
gorros, camisetas y banderas. Para hacerla completa, está la posibilidad
de alojarse en los hoteles donde los equipos se concentran antes
de los partidos. Obviamente, los consumidores de estos servicios
son, casi en su totalidad, extranjeros de todas partes del mundo.
Pero existe todavía otra opción, que sería la más extrema en este
rubro, si se quiere. Hay que decir, claro, que no es la más “santa” de
las alternativas, ya que, como suele ocurrir dentro del fútbol, la mafia
de las barras bravas puede estar involucrada, en muchos casos, en
connivencia con la dirigencia de los clubes. Estamos hablando de ver
un partido desde la popular, entremezclado con la mismísima barra,
y todo sin el mínimo riesgo. Oficialmente, no podemos recomendar
esta práctica, aunque es válido mencionar que muchos de los extranjeros,
miembros de una sociedad en la que estas costumbres resultan
exóticas, se desviven por experimentar una vivencia de este tipo.
Argentina ofrece turismo tradicional, gastronómico, nocturno y,
desde hace un tiempo, también futbolístico. Otra arista para que
quienes visitan nuestro país puedan vivir de cerca una de las costumbres
más tradicionales de los argentinos.

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