H&D, la revista del artesano

Primera Edición 2016
Las legiones romanas eran conocidas por su eficiente uso de la espada corta, la cual a lo
largo de los siglos se perfeccionó como la principal táctica de las legiones para derrotar a sus
enemigos. Toda esta carrera armamentista comienza con la “Gladius Hispaniensis”, que con el
tiempo se transformó convirtiéndose en una espada de patrones Mainz y Fulham más cortos y
amplios, y culminó con la hoja punzante estilo “Pompeya”.
l patrón Hispaniensis fue adoptado
de las espadas cortas usadas
por los mercenarios celtíberos al
servicio de Aníbal durante las Guerras
Púnicas. Éstas eran armas muy prácticas
para los ataques de infantería cuerpo a
cuerpo, al ser cortas y ligeras se podía
lanzar un ataque con gran rapidéz,como
una estocada, por lo que tenían una larga
punta. También podían usarse dando
tajos, lo cual muchas veces no servía
de mucho, ya que el enemigo podía
llevar una cota de malla; por si se daba
el caso de que tuvieran que dar un tajo,
tenían doble filo.
Las espadas originales hispanas
estaban hechas a la medida de la
persona y forjadas con hierro de alta
calidad, que se trataba de una manera
especial, y daba como resultado
excelentes armas.
El gladio estaba diseñado para
ataques rápidos de estocada. Esto
era muy práctico, ya que el legionario
romano que llevaba la espada se
resguardaba tras un scutum (escudo);
una vez que el enemigo descargaba
inútilmente su golpe sobre el escudo o
armadura del romano, o se disponía a
hacerlo, el romano lanzaba una rápida
estocada con su ágil gladius, y así
mataba al contrincante. Se buscaba
destripar al enemigo, cortar su carótida
a la altura del cuello o deslizarla por la
ingle buscando contar la arteria femoral.
En los Recientes descubrimientos
arqueológicos de versiones muy antiguas
de la gladius sugieren, otra alternativa,
que el origen hispano de esta arma en
realidad tiene relación con una variante
ibérica de la espada tipo “La Tène”,
llamada así por las halladas en el La Tène
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