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H&D, la revista del artesano

Una unión de "Hephaestus" y "El Diario de los Viajes"

Una unión de "Hephaestus" y "El Diario de los Viajes"

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Entrando en el pasado<br />

El metal y el papel,<br />

herencias históricas<br />

Rescate absoluto, nuevas y antiguas<br />

técnicas para los mejores resultados.<br />

De mano de los<br />

maestros<br />

JohNny Cartín<br />

Luis montero<br />

Vida, Pasión y Trabajo<br />

Los atuendos de antiguas tribus,<br />

renacidos en el cuerpo de Alexis<br />

Rustam, y E<strong>la</strong>dio Azofeifa!<br />

Primera Edición 2016<br />

La historia en vida, conozca los proyectos que Hephaestus y el Diario<br />

de los viajes realizan, y su concordancia histórica...


Primera Edición 2016<br />

2


Una Mirada al pasado, un recuerdo de aquello que se ha dejado en el olvido, pero que nuestro<br />

más profundo ser añora, por aquel<strong>la</strong> nostalgia de revivir <strong>la</strong>s antiguas glorias de tiempos que ya se<br />

desvanecieron en historias de valientes caballeros, poderosos semidioses, y orgullosos reyes. Eso es<br />

“H&D”, más que una ventana, una puerta a <strong>la</strong> hermosa antigüedad, que nos permite visitar<strong>la</strong> y sentir<strong>la</strong>,<br />

como si estuviéramos allí.<br />

a desde afuera se divisa una<br />

hermosa casa color esmeralda,<br />

que recuerda a aquellos días en<br />

donde todo era más tranquilo; rodeada<br />

de <strong>la</strong> ahora modernizada ciudad con<br />

altos edificios. Es cuando uno de los<br />

maestros recibe al visitante por unos de<br />

los dos portones <strong>la</strong>terales; y caminando<br />

entre el trillo de cemento, el inconfundible<br />

aroma a madera tal<strong>la</strong>da, tinta, y sobre<br />

todo a aquel<strong>la</strong> tranqui<strong>la</strong> esencia <strong>del</strong><br />

papel antiguo, se apodera <strong>del</strong> espacio<br />

y el lugar en un abrir y cerrar de ojos,<br />

para grata sorpresa <strong>del</strong> visitante.<br />

Al final <strong>del</strong> trillo se llega a <strong>la</strong> fachada<br />

<strong>del</strong> taller “El diario de los viajes”<br />

fabricada por el mismísimo maestro<br />

encuadernador; con una ventana en<br />

vitral y hermosos faroles semejantes a<br />

los de <strong>la</strong>s antiguas calles de Londres,<br />

cubierta por una enredadera como si <strong>la</strong><br />

naturaleza aceptara este espacio como<br />

parte de sí misma. Una puerta negra es<br />

el inicio de un viaje al pasado <strong>la</strong> cual se<br />

abre al unísono que el tintineo de una<br />

campana. Es cuando <strong>la</strong>s cientos de<br />

antigüedades y <strong>la</strong>s bibliotecas sin fin<br />

reciben al pasante, como uno más de los<br />

suyos, recubriéndolo de un aura cálida y<br />

una luz naranja, dejando una huel<strong>la</strong> grata<br />

en su memoria para siempre.<br />

Orgulloso de su trabajo, el maestro<br />

encuadernador y librero introduce a cada<br />

visitante al taller y su maquinaria, y no es<br />

para menos, puesto que cada espacio<br />

es digno de quedarse en <strong>la</strong> memoria.<br />

Un paseo por el taller es una aventura<br />

en si misma que saca a cualquiera de<br />

su cotidianidad; y sin darse cuenta,<br />

el cuerpo viaja como en una máquina<br />

de tiempo, recorriendo cada abadía<br />

medieval, cada imprenta renacentista,<br />

3


Primera Edición 2016<br />

hasta regresar de golpe a <strong>la</strong> realidad,<br />

y ver los hermosos ejemp<strong>la</strong>res que el<br />

encuadernador, con una sonrisa en el<br />

rostro, muestra felizmente al invitado.<br />

Finalmente El maestro abre de par en<br />

par <strong>la</strong>s puertas que dirigen al patio, una<br />

resemb<strong>la</strong>nza a un hermoso bosque de<br />

cuento de hadas, y da instrucciones de<br />

seguir otro misterioso camino.<br />

Como si el corazón dirigiera en lugar<br />

de <strong>la</strong> cabeza, los pies caminan hacia<br />

donde se escucha el melodioso sonido<br />

<strong>del</strong> metal contra el metal, un mazo contra<br />

un yunque, y por entre <strong>la</strong> reja, se puede<br />

ver al concentrado maestro herrero<br />

trabajando, concentrado, convirtiendo<br />

al metal en una obra maestra.<br />

Una vez el maestro se da cuenta de<br />

<strong>la</strong> presencia ajena, detiene su trabajo, y<br />

deja su mazo de <strong>la</strong>do para convertirse<br />

en anfitrión. Presenta entonces con<br />

entusiasmo su taller, mostrando cada<br />

máquina una a una, haciendo especial<br />

énfasis en aquel<strong>la</strong>s que llevaron días de<br />

trabajo para su fabricación.<br />

La sensación imponente de <strong>la</strong>s<br />

gigantescas maquinas, el suelo de<br />

tierra, y sobre todo <strong>del</strong> fuego de <strong>la</strong> forja<br />

encendida, rememoran a aquello que<br />

solo se puede disfrutar ahora en <strong>la</strong>s<br />

pelícu<strong>la</strong>s o <strong>la</strong> televisión, y que sin duda<br />

alguna, no es ni <strong>la</strong> mitad de impresionante<br />

que estar al <strong>la</strong>do de un heredero de <strong>la</strong><br />

riqueza y tradición <strong>del</strong> mágico trabajo<br />

en el metal<br />

El rescate de lo olvidado, y <strong>la</strong><br />

promoción de <strong>la</strong>s hermosas y fidedignas<br />

obras de estos magníficos talleres, es<br />

lo que esta edición de “HyD” p<strong>la</strong>ntea.<br />

Aquel vivir en donde <strong>la</strong> calidad no iba<br />

en desmedro de <strong>la</strong> cantidad, donde es<br />

más importante un trabajo perfecto, que<br />

veinte inacabados o inexactos. Cada<br />

página abarca algún tema histórico,<br />

técnico o factico que completan <strong>la</strong><br />

<strong>revista</strong>, y consecuentemente buscan<br />

tras<strong>la</strong>dar al lector a un lugar mágico, el<br />

cual actualmente es capaz de conocer.<br />

4


Editor<br />

Daniel Núñez Jiménez<br />

Maestros<br />

Johnny Cartín<br />

Luis Montero<br />

Diseño y diagramación<br />

Daniel Núñez Jiménez<br />

Asistencia<br />

Amanda Muñoz Taylor<br />

Nathalia Retana<br />

Iluminación<br />

Amanda Muñoz Taylor<br />

Daniel Núñez Jiménez<br />

Fotografía<br />

Daniel Núñez Jiménez<br />

Luis Carlos Montero<br />

Maquil<strong>la</strong>je<br />

Amanda Muñoz Taylor<br />

Nathalia Retana<br />

Daniel Núñez Jiménez<br />

Mode<strong>la</strong>je<br />

Alexis Rodriguez<br />

Lucía Lil<br />

Maximilian Metze<br />

E<strong>la</strong>dio Azofeifa<br />

Liany Vargas<br />

Johnny Cartín<br />

Luis Carlos Montero<br />

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6


7


Primera Edición 2016<br />

12<br />

Historia de un viajero<br />

“El diario de los viajes”, un hermoso taller de<br />

encuadernación, su historia, su autor, y su objetivo.<br />

16<br />

La herencia de mi abuelo<br />

La historia de <strong>la</strong> forja “hephaestus” y <strong>la</strong> herencia<br />

de su maestro y creador Johnny Cartín.<br />

22<br />

Las manos <strong>del</strong> artista<br />

El maestro librero es uno con el papel y su tinta, cada<br />

herramienta utilizada es una extención mñas de su cuerpo.<br />

26<br />

8<br />

Semidioses asistentes<br />

Los yunques, mazos y martillos, son todos aquel<strong>la</strong>s<br />

criaturas mitológicas que acompañan al maestro en su <strong>la</strong>bor.


30<br />

Aprecio por lo tradicional<br />

El <strong>la</strong>rgo y extenso camino que lleva hasta lo que hoy<br />

se conoce como libro, una historia mágica de <strong>la</strong> realidad.<br />

36<br />

Reforjando el pasado<br />

Una poderosa y pesada espada que acompañaba<br />

al valiente soldado en su combate,<br />

Del bronce al hierro<br />

La forja de <strong>la</strong>s forjas, <strong>la</strong> creacion de un legado<br />

ancestralde herreros y maestros <strong>artesano</strong>s.<br />

40<br />

46<br />

De un boceto a un sueño<br />

Un clásico y hermoso libro no es nada sin<br />

su creador, y mucho menos sin un pasado.<br />

9


Primera Edición 2016<br />

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11


Primera Edición 2016<br />

Encontrar un taller de encuadernación medieval y restauración de libros antiguos en Costa Rica es una<br />

sorpresa, es decir ¿a quien se le ocurre dedicarse a esto en tiempos donde el aprecio por los libros es cada<br />

vez menos y lo digital es cada vez más ubicuo?, esto es “El diario de los viajes”.<br />

No me cabe duda de que de que<br />

esto podría parecer una locura y<br />

de cierta manera es una especie<br />

de locura feliz; todo empezó<br />

en el colegio donde estudié cuando<br />

era un niño, el siglo pasado. Durante<br />

los años setentas nos daba c<strong>la</strong>ses<br />

un cura jesuita español, originario de<br />

Toledo, que aprendió de muy joven,<br />

en un taller de su pueblo, el arte de<br />

<strong>la</strong> encuadernación. Posteriormente<br />

trabajo a lo <strong>la</strong>rgo de los años en otros<br />

talleres de encuadernación en Venecia,<br />

Florencia, Amsterdam, Berlin. Este<br />

cura de nombre Santiago Abe<strong>la</strong>iras<br />

y Navarra, nos enseñó también<br />

caligrafía a <strong>la</strong> manera antigua: con<br />

plumín de madera, casquillo, frasco de<br />

tinta y reg<strong>la</strong>zo por los dedos cuando<br />

cometíamos algún error.<br />

Este Santiago era un gran maestro<br />

<strong>artesano</strong>, y en lo que en aquel entonces<br />

se denominaba <strong>la</strong> asignatura de Artes<br />

Industriales nos enseñó el arte de <strong>la</strong><br />

encuadernación. Ya desde <strong>la</strong> primera<br />

lección me encantó eso de fabricar uno<br />

sus propios diarios, ya fuesen en el estilo<br />

de los viejos códices de Nag Hammadi,<br />

libros de época medieval como los que<br />

encuadernaban los monjes en antiguos<br />

monasterios, o libros de <strong>la</strong> época<br />

victoriana, con repujados en <strong>la</strong>s tapas<br />

y nervaduras en el lomo.<br />

Ya entrado este siglo, y dado que<br />

no conseguía un diario a mi gusto para<br />

llevar una re<strong>la</strong>ción de mis viajes con mis<br />

propias ilustraciones, me encuaderné<br />

yo mismo un codex. A <strong>la</strong> gente que<br />

conocía en cada viaje les gustaba mi<br />

diario, y de vez en cuando alguien me<br />

encargaba que le confeccionase uno.<br />

Terminé enviando algunos de ellos al<br />

extranjero, porque conocí gente de otros<br />

países que se sintieron encantados con<br />

12


13


Primera Edición 2016<br />

Es tener <strong>la</strong> oportunidad de<br />

jugar, de regresar a mi infancia,<br />

con <strong>la</strong> única diferencia de que ahora<br />

me pagan por jugar a hacer lo que amo<br />

rodeado de personas<br />

sensibles que lo<br />

aprecian.<br />

14


<strong>la</strong> idea de tener su propio diario de<br />

viajes al mejor estilo antiguo.<br />

Entre que se desarrol<strong>la</strong>ba <strong>la</strong> idea<br />

de este diario, que posteriormente da<br />

nombre al taller, yo me desempeñaba mi<br />

carrera como diseñador y artista gráfico<br />

en distintos medios de comunicación<br />

impresa y empresas de publicidad, y<br />

<strong>la</strong> verdad, un poco harto <strong>del</strong> quehacer<br />

cotidiano y los gajes <strong>del</strong> oficio me fue<br />

entrando el gusanito de <strong>la</strong> creatividad<br />

y fue madurando <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> libertad<br />

que posee el <strong>artesano</strong>.<br />

En Marzo de 2009 me visitó en mi<br />

estudio de diseño una dama dueña<br />

de un hermosísimo hotel ubicado en<br />

<strong>la</strong>s faldas <strong>del</strong> Cerro Chirripó. El<strong>la</strong> venía<br />

por otros asuntos, sin embargo de<br />

reojo vio mi Codex, que había dejado<br />

descuidadamente sobre mi escritorio, y<br />

de inmediato se enamoró de él, tanto<br />

así que me comisionó para fabricarle<br />

un ejemp<strong>la</strong>r más grande que fuese el<br />

libro de huéspedes de su hotel. En ese<br />

mismo momento fue que me decidí a<br />

manufacturar los Codex más como<br />

negocio que por pasatiempo, lo que<br />

ha generado una cliente<strong>la</strong> interesante,<br />

amantes de los libros a <strong>la</strong> antigua y de<br />

productos re<strong>la</strong>cionados con el tema.<br />

En cuanto al nombre <strong>del</strong> taller se<br />

originó como ya dije en mi primer diario<br />

de los viajes. Como lo concebí para<br />

anotar en él incidencias de mis viajes,<br />

acompañado por ilustraciones, pensé<br />

que lo más apropiado era darle el<br />

mismo nombre a mi taller. Así fue como<br />

nació ‘’El Diario De Los Viajes’’.<br />

La experiencia ha sido muy<br />

satisfactoria, ha sido una especie de<br />

renacer en una <strong>la</strong>bor que me permite<br />

jugar, me permite mantener <strong>la</strong> mente<br />

entretenida generando nuevas ideas, en<br />

un estado permanente de creatividad.<br />

Esto a su vez me ha permitido conocer<br />

a muchas personas, personas amantes<br />

de los libros y de <strong>la</strong>s cosas bien hechas<br />

que aman <strong>la</strong> calidad y <strong>la</strong> calidez de <strong>la</strong>s<br />

cosas hechas a mano. Repito, es como<br />

un sueño hecho realidad, es tener <strong>la</strong><br />

oportunidad de jugar, de regresar a mi<br />

infancia con <strong>la</strong> única diferencia de que<br />

ahora me pagan por jugar a hacer lo que<br />

amo rodeado de personas sensibles<br />

que lo aprecian.<br />

El futuro <strong>del</strong> diario de los viajes<br />

es continuar esta <strong>la</strong>bor creativa de<br />

desarrol<strong>la</strong>r, rescatar y preservar artes y<br />

técnicas que cada día son más escasos<br />

y necesarios. Continuar enseñando a<br />

<strong>la</strong>s personas que poseen buen gusto<br />

y sensibilidad por lo que hacemos y<br />

oja<strong>la</strong> crecer cuanto se pueda; siempre<br />

y cuando uno sea fiel a <strong>la</strong>s convicciones<br />

y se respete <strong>la</strong> calidad y compromiso<br />

con el trabajo que se ama.<br />

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Primera Edición 2016<br />

La forja Hephaestus, aunque nueva en su nombre y creacion, es antigua en su tradicion, con una herencia de<br />

generaciones y una sabiduria familiarmente transmitida, evoca todo aquello que se encontaría en un herrería<br />

de los tiempos medievales.<br />

ephaestus y <strong>la</strong> cofradía <strong>del</strong> tuerto”<br />

es un taller de forja que recupera <strong>la</strong><br />

tradición de <strong>la</strong> familia Cartín en <strong>la</strong><br />

herrería. Los Cartín se han dedicado por<br />

generaciones al antiguo arte de <strong>la</strong> forja<br />

<strong>del</strong> metal y este es un intento de uno de<br />

sus descendientes por recuperar esta<br />

antigua tradición a <strong>la</strong> que nuestra familia<br />

se ha dedicado en el país, hasta donde<br />

sabemos por más de trescientos años.<br />

La iniciativa es fruto de dos pasiones,<br />

como antropólogo siempre he tenido un<br />

interés muy fuerte por <strong>la</strong> antropología y<br />

arqueología experimental y esto aunado a<br />

<strong>la</strong> tradición familiar me dio <strong>la</strong> oportunidad<br />

de montar un taller que se desarrol<strong>la</strong><br />

como una especie de <strong>la</strong>boratorio que<br />

me permite aprender, recordar, recobrar<br />

y reconstruir una serie de técnicas que<br />

en <strong>la</strong> actual y tecnificada sociedad son<br />

vestigios de un pasado remoto.<br />

Hephaestus recupera un pasado que<br />

se nos escapa entre los dedos, un espacio<br />

de construcción juntando <strong>la</strong>s formas<br />

antiguas con <strong>la</strong>s formas modernas. Este<br />

experimento nace de estas pasiones y <strong>del</strong><br />

apoyo de mi querido amigo Luis Montero<br />

que gentilmente se ofreció a apoyarme en<br />

esta aventura ofreciendo el espacio en el<br />

cual se encuentra actualmente el taller.<br />

La historia de esta forja es fruto de<br />

<strong>la</strong> inercia de un legado que no se puede<br />

dejar perder, es resultado de <strong>la</strong> herencia,<br />

por lo cual sería el último es<strong>la</strong>bón en una<br />

cadena de varios siglos de tradición.<br />

Desde donde sabemos una parte de <strong>la</strong><br />

familia Cartín siempre se ha dedicado<br />

a <strong>la</strong> forja <strong>del</strong> metal. Los Cartín llegaron<br />

a Costa Rica por medio <strong>del</strong> señor José<br />

Daniel Cartín, originario de Cork, Ir<strong>la</strong>nda,<br />

se insta<strong>la</strong> en Cartago en 1667 y se casa<br />

con María de <strong>la</strong> Guevara. Muy poco<br />

16


17


Primera Edición 2016<br />

después aparecen los primeros registros<br />

de los herreros Cartín.<br />

Varios ilustres escritores y escritoras<br />

de principios <strong>del</strong> siglo XX, dentro de los<br />

cuales podemos citar a Carmen Lira y<br />

a Carlos Luis Fal<strong>la</strong>s, hacen referencia<br />

directa al taller de don Froilán Cartín en<br />

<strong>la</strong> Unión de Heredia; mi tatarabuelo padre<br />

de Francisco, mi bis abuelo, quien a su<br />

vez enseño el oficio a Beto, Paco, Froilán<br />

(el negro) y Eduardo (el macho Cartín …<br />

mi abuelo), quienes tuvieron su taller por<br />

muchos años en Barrio México cerca de<br />

<strong>la</strong> Botica Solera, carretera a Heredia. El<br />

macho fue, para pesar de muchos de<br />

sus descendientes y conocidos, el ultimo<br />

herrero de los Cartín… o al menos eso<br />

se pensaba, hasta que yo, su nieto, hijo<br />

de Juan Gerardo, más por entusiasmo<br />

que por conocimiento decidí a mis 45<br />

años reabrir una forja para recuperar<br />

esta tradición.<br />

La creación de este taller es el fruto<br />

de casi seis años de conversaciones con<br />

mi amigo Luis Montero y a doña Cecilia<br />

y a toda su familia (doña Grace y tita),<br />

quien a fuerza de <strong>la</strong>rgos cafés en su taller<br />

<strong>del</strong> Diario de los Viajes, logró ir ca<strong>la</strong>ndo<br />

en mi <strong>la</strong> posibilidad de consolidar un<br />

<strong>la</strong>rgo anhelo de revivir <strong>la</strong> tradición de <strong>la</strong><br />

forja, y es así que el diciembre de 2015<br />

colocamos <strong>la</strong> primera piedra de lo que<br />

hoy es una realidad. Esperando sea un<br />

es<strong>la</strong>bón más y no el último en esta <strong>la</strong>rga<br />

cadena de <strong>la</strong> que ya somos parte.<br />

18


Descendía de una familia Cartín, de Heredia que dio muchos herreros famosos en todo el país.<br />

Ellos habían fundido casi todas <strong>la</strong>s campanas que desde <strong>la</strong> torre de <strong>la</strong>s templos de Costa Rica<br />

l<strong>la</strong>maron en otros tiempos a los fieles a <strong>la</strong> oración: ellos fabricaban frenos de buen metal ruedas<br />

de carreta, mazas para trapiches, aventadores de café para los beneficios, navajas finas para<br />

los gallos de pelea y centenares de los y bestias de sil<strong>la</strong> y de carga que trajinaban por nuestros caminos,<br />

habían sido herrados por los Cartín. Me cuentan que a veces había fi<strong>la</strong> de animales de hasta doscientas varas,<br />

esperando el turno de entrar al taller de los Cartín para ser herrados. El yunque de <strong>la</strong> herrería madrugaba más<br />

que los gallos: comenzaba a cantar a <strong>la</strong>s cuatro de <strong>la</strong> mañana y eran <strong>la</strong>s diez de <strong>la</strong> todavía se oía su sonoro “tin<br />

tan” por todos los ámbitos de <strong>la</strong> tranqui<strong>la</strong> ciudad de Heredia.<br />

De abuelos acostumbrados a domar el hierro, salió el nieto amigo <strong>del</strong> estudio y tenaz en su trabajo que<br />

continuó <strong>la</strong> obra civilizadora de sus antepasados que facilitaron <strong>la</strong> visa <strong>del</strong> pueblo al cual pertenecían, al<br />

proporcionarles útiles instrumentos de hierro.”<br />

Carmen Lira<br />

Mis primos me llevaron a conocer el taller de don Froilán Cartín que estaba en <strong>la</strong> calle<br />

de <strong>la</strong> Unión…<strong>la</strong> casa de don Froilán era una de <strong>la</strong>s muy corrientes de Heredia en <strong>la</strong> época de<br />

mi infancia: los adobes de barro, techada con tejas, una puerta brusca y una ventana con<br />

enrejados de madera torneada, se rodeaba de una tapia en <strong>la</strong> que había un gran portón que<br />

daba acceso a un patio muy amplio, donde en un galerón o cobertizo don Froilán tenía su<br />

herrería; en ese momento estaca moldeando en el yunque una varil<strong>la</strong> de hierro, que había sacado al rojo de <strong>la</strong><br />

fragua y <strong>la</strong> golpeaba con un pesado mazo sobre el yunque haciendo saltar una cantidad de chispas: <strong>la</strong> varil<strong>la</strong><br />

completamente p<strong>la</strong>na iba tomando forma de herradura.<br />

Mis primos que se habían hecho amigos de don Froilán; se acercaron a él, le saludaron y él les respondió<br />

sin quietar <strong>la</strong> mirada de <strong>la</strong> varil<strong>la</strong>, estaba forjando. Yo me había quedado ale<strong>la</strong>do al ver aquel hombrón de<br />

tez morena, ya canoso, con brazos, abultados, bíceps, de rostro sonriente y mirada bondadosa. Terminada<br />

<strong>la</strong> herradura con seis huecos para los c<strong>la</strong>vos… se acercó a uno de los bueyes que estaban amarrados a los<br />

postes y como viera que le alzaba <strong>la</strong> pata se <strong>la</strong> dob<strong>la</strong>ba y <strong>la</strong> metía entre <strong>la</strong>s piernas cubiertas por el de<strong>la</strong>ntal<br />

de cuero y con una navaja le rebanaba <strong>la</strong>s pezuñas para ajustarle <strong>la</strong> herradura, tímidamente pregunte que si<br />

no le dolía, me miro sonriendo y me contestó no hijo no le duele.<br />

En el taller de don Froilán siempre había caballos y bueyes para herrar, bueyes porque en <strong>la</strong> época de mi<br />

infancia no existía ferrocarril para el puerto de Puntarenas por donde se exportaba café y otros productos…y el<br />

tránsito repleto de bueyes que si no se herraban se ponían gafos.<br />

Carlos Luis Fal<strong>la</strong>s<br />

19


Primera Edición 2016<br />

La forja donde <strong>la</strong><br />

20


historia renace<br />

Más por<br />

entusiasmo que<br />

por conocimiento<br />

decidí a mis 45 años reabrir<br />

una forja para recuperar<br />

esta tradición.”<br />

21


Primera Edición 2016<br />

El trabajo artesanal es una ardua tarea, <strong>la</strong> cual sería imposible de realizar si no se cuenta con <strong>la</strong>s herramientas<br />

adecuadas para el oficio; “<strong>la</strong> herramienta es <strong>la</strong> mitad <strong>del</strong> trabajo” reza un antiguo adagio popu<strong>la</strong>r, y<br />

en el caso <strong>del</strong> Diario de los Viajes no es <strong>la</strong> excepción.<br />

l arte de <strong>la</strong> creación, restauración<br />

y encuadernación de textos<br />

antiguos hunde sus raíces varios<br />

milenios en <strong>la</strong> antigüedad, muchas<br />

de estas técnicas se han perdido por<br />

desuso en esta edad moderna de<br />

impresiones automatizadas y formatos<br />

digitales. El esfuerzo de recrear<br />

textos históricos hechos a mano y<br />

restaurar los ya existentes requiere <strong>del</strong><br />

concurso de técnicas y maquinarias<br />

que se remontan a épocas de <strong>la</strong> edad<br />

antigua, el medioevo y los albores de <strong>la</strong><br />

revolución industrial.<br />

Son múltiples <strong>la</strong>s herramientas<br />

<strong>del</strong> maestro encuadernador y librero,<br />

algunas son propias de tecnologías<br />

de otras épocas, máquinas que<br />

fueron fabricadas de hierro pesado y<br />

definitivamente diseñadas para durar,<br />

hab<strong>la</strong>mos de <strong>la</strong> prensa de tornillo sin<br />

fin, <strong>la</strong> prensa vertical de husillo, y <strong>la</strong><br />

sisaya de hierro co<strong>la</strong>do, máquinas<br />

que nos transportan a talleres de<br />

encuadernación e impresión propios<br />

de una época en donde <strong>la</strong> fabricación<br />

de libros requería <strong>del</strong> concurso de<br />

<strong>artesano</strong>s muy calificados.<br />

Estas máquinas pesadas se<br />

combinan con otras herramientas<br />

fabricadas en madera a partir de<br />

bocetos, entre el<strong>la</strong>s se cuentan cunas,<br />

bastidores, prensas de encuadernación,<br />

que junto con simples pinceles,<br />

punzones y plegadoras conforman un<br />

conjunto singu<strong>la</strong>r que por su simpleza<br />

no permite imaginar <strong>la</strong> complejidad de<br />

<strong>la</strong>s obras que permiten crear.<br />

La encuadernación historica<br />

que se replica en el Diario De Los<br />

Viajes se desarrol<strong>la</strong> en <strong>la</strong> antigüedad<br />

y en <strong>la</strong> Alta Edad Media en donde <strong>la</strong>s<br />

tapas de madera que protegían los<br />

códices, empezaron a recubrirse de<br />

cuero, que se adornaba con distintas<br />

representaciones que se estampaban<br />

con <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada técnica <strong>del</strong> gofrado<br />

(muy habitual en <strong>la</strong> época carolingia),<br />

que consistía en <strong>la</strong> estampación de <strong>la</strong><br />

decoración en seco. Para esta técnica<br />

es necesario familiarizarse con los<br />

distintos tipos de pieles y, y gomas,<br />

plegadoras y técnicas necesarias<br />

para convertir estos materiales en una<br />

portada de época.<br />

La encuadernación occidental se<br />

caracteriza por un sistema de nervios,<br />

que originalmente eran auténticos de<br />

buey, mas progresivamente se los<br />

sustituyó por pergamino enroscado,<br />

22


tiras de piel, o cor<strong>del</strong>, y revestidos por<br />

lo general de piel y algunas veces de<br />

terciopelo, mientras que <strong>la</strong> parte interna<br />

de <strong>la</strong>s tab<strong>la</strong>s iba protegido por una hoja<br />

de pergamino nuevo o usado.<br />

un par de siglos a <strong>la</strong> técnica <strong>del</strong><br />

gofrado se le , se añade <strong>la</strong> técnica <strong>del</strong><br />

repujado que se realiza sobre cuero<br />

humedecido. A <strong>la</strong> técnica <strong>del</strong> gofrado,<br />

se añade <strong>la</strong> <strong>del</strong> repujado que se realiza<br />

sobre el cuero humedecido. Todas<br />

estas técnicas se desarrol<strong>la</strong>n en el taller<br />

y con <strong>la</strong> ayuda <strong>del</strong> maestro librero el<br />

aprendiz comienza a transformar un<br />

puñado de papel, madera, cueros y<br />

fi<strong>la</strong>mentos en una obra acabada.<br />

A partir <strong>del</strong> siglo XII, algunos<br />

manuscritos se cubren además con un<br />

envoltorio de piel y te<strong>la</strong>, una especie<br />

de funda que puede ir cosida o no a <strong>la</strong><br />

cubierta original y que generalmente es<br />

mucho más grande que ésta. Además<br />

de aumentar <strong>la</strong> protección <strong>del</strong> libro<br />

cuando está cerrado, <strong>la</strong> misma puede<br />

servir como soporte para apoyar el<br />

libro una vez abierto. Al final de <strong>la</strong> Edad<br />

Media, <strong>la</strong> encuadernación alcanza su<br />

sentido más artístico. Al uso de pieles,<br />

se añaden <strong>la</strong>s ricas te<strong>la</strong>s, los bordados<br />

con aljófar, pedrería y esmaltes.<br />

Con <strong>la</strong> aparición <strong>del</strong> texto impreso<br />

<strong>la</strong>s prensas metálicas evolucionan<br />

y participan tanto de <strong>la</strong> impresión<br />

de los caracteres de tipos móviles<br />

como de <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración misma de los<br />

textos encuadernados, <strong>la</strong>s prensas se<br />

tornan una herramienta cada vez más<br />

indispensable en <strong>la</strong>s imprentas y con <strong>la</strong><br />

popu<strong>la</strong>rización de <strong>la</strong> alfabetización se<br />

vuelven una herramienta inseparable<br />

<strong>del</strong> encuadernador.<br />

En <strong>la</strong> modernidad desaparecen<br />

casi que por completo <strong>la</strong>s<br />

encuadernaciones de gran lujo o<br />

con metales preciosos y sólo por<br />

excepción se usan alguna vez para<br />

obsequios personales. A partir de<br />

<strong>la</strong> segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX, <strong>la</strong><br />

producción industrial <strong>del</strong> papel y <strong>la</strong>s<br />

nuevas técnicas de encuadernación<br />

permitieron abaratar <strong>la</strong> fabricación<br />

de los libros. La invención de <strong>la</strong><br />

prensa rotativa y diversos métodos<br />

de impresión, como flexografía,<br />

litografía ófset, ófset o rotograbado,<br />

fueron consecuencia de una mayor<br />

necesidad de comunicaciones y<br />

transmisión <strong>del</strong> conocimiento.<br />

En los últimos años <strong>del</strong> siglo XIX<br />

comienzan a aparecer editoriales<br />

que emplearon <strong>la</strong> técnica de <strong>la</strong><br />

encuadernación en rústica y <strong>la</strong><br />

publicación editorial masiva para<br />

comercializar ejemp<strong>la</strong>res literarios<br />

de forma barata, y por tanto<br />

accesibles a personas con menor<br />

capacidad económica.<br />

23


Primera Edición 2016<br />

24


25


Primera Edición 2016<br />

Un herrero viene a ser uno con su maquinaría, conforme avanza el tiempo, el maestro no necesita más que<br />

de su propio yunque y su forja para hacer sus propias herramientas, facilitandose el trabajo, y creando así<br />

sus propios asistentes.<br />

os herreros de todas partes<br />

poseemos una antigua y colorida<br />

tradición. El trabajo de metal<br />

ayudó a civilizar el mundo y abrió<br />

un camino de muchos años para los<br />

herreros. Desde <strong>la</strong>s herraduras hasta<br />

<strong>la</strong>s espadas, los herreros han sido<br />

una parte importante de <strong>del</strong> avance<br />

tecnológico de muchas civilizaciones.<br />

Un taller de herrería básico debe<br />

contar con una fragua, un yunque y<br />

un martillo, esa es <strong>la</strong> triada necesaria<br />

para dar forma el metal. Sin embargo<br />

los herreros de todos los tiempos<br />

han contado con una ventaja que se<br />

transforma en una obsesión: pueden<br />

fabricar sus propias herramientas.<br />

un herrero nunca posee suficientes<br />

prensas, tenazas, martillos, cinceles,<br />

camones y yunques. Siempre hace<br />

falta uno más, esa herramienta perfecta<br />

que es capaz de co<strong>la</strong>borar a lograr<br />

<strong>la</strong> forma que se busca replicándo<strong>la</strong><br />

cuantas veces sea necesaria.<br />

Hephaestus cuenta con<br />

herramientas heredadas de otros<br />

talleres de herrería, herramientas<br />

compradas y traídas en barco y<br />

otras fabricadas a medida de <strong>la</strong>s<br />

necesidades. En este taller de forja<br />

encontraremos yunques germanos<br />

redondos, yunques ingleses de un<br />

cuerno, un martinete, apodado tántalo,<br />

que está inspirado en un diseño de Da<br />

vinci <strong>del</strong> siglo XVI, prensas de herrería<br />

<strong>del</strong> siglo XIX.<br />

Este conjunto singu<strong>la</strong>r conforma un<br />

taller de forja o herrería, cuyo corazón<br />

es <strong>la</strong> fragua, el nombre arquetípico que<br />

se da al taller <strong>del</strong> herrero; esta es una<br />

pa<strong>la</strong>bra que posee dos acepciones,<br />

por un <strong>la</strong>do es propiamente un fogón<br />

que se usa principalmente para forjar<br />

metales. Generalmente es un camón<br />

de <strong>la</strong>drillo o piedra, cubierto de rejil<strong>la</strong>s,<br />

en el cual se aviva el fuego pasando<br />

una corriente de aire por medio de un<br />

fuelle manual o mecánico. Y por otro<br />

también se l<strong>la</strong>ma fragua al taller <strong>del</strong><br />

herrero, que tiene un fogón de estos.<br />

Los herreros hasta hoy en día<br />

utilizan herramientas que han existido<br />

por siglos para dar forma al acero<br />

bajo un intenso calor. Las altas<br />

temperaturas necesarias para forjar<br />

metales dictan el uso de herramientas<br />

especiales para manejar el metal, darle<br />

forma y moverlo. Entre los resultados<br />

se incluyen elementos comunes que se<br />

ven alrededor de <strong>la</strong> casa, desde tijeras<br />

26


hasta pa<strong>la</strong>s. Los herreros de hoy en<br />

día son principalmente <strong>artesano</strong>s que<br />

han mantenido el comercio a pesar de<br />

<strong>la</strong> tecnología moderna.<br />

El yunque de herrero se remonta<br />

a miles de años, cuando los primeros<br />

herreros usaban una roca para dar<br />

forma al metal y eventualmente <strong>la</strong><br />

herramienta se convirtió a su forma<br />

actual. El yunque dispone de una forma<br />

cónica l<strong>la</strong>mada cuerno unida a una<br />

pieza sólida de acero rectangu<strong>la</strong>r. La<br />

herramienta viene en muchos tamaños<br />

dependiendo <strong>del</strong> tipo de metal <strong>del</strong> que<br />

esté forjada. El herrero utiliza el yunque<br />

de acero endurecido para dar forma a<br />

metal caliente de <strong>la</strong> manera deseada.<br />

Además de dar forma, los martillos<br />

se utilizan para cortar y extraer metales.<br />

En este proceso el martillo golpea al<br />

acero al rojo vivo para a<strong>la</strong>rgarlo. Los<br />

martillos de herrero varían en forma,<br />

pero por lo general cuentan con un<br />

extremo cuadrado y otro en forma de<br />

cuña para cortar acero caliente. Deben<br />

ser de peso moderado porque el<br />

herrero tiene que servirse de ellos todo<br />

el día, por lo general pesan alrededor<br />

de 2 1/2 libras (1,13 kg). Un martillo<br />

de herrero tiene propiedades simi<strong>la</strong>res<br />

al martillo moderno en cuanto al peso<br />

y <strong>la</strong> forma, con <strong>la</strong> excepción <strong>del</strong> borde<br />

de corte.<br />

Los cinceles se utilizan para<br />

cortar el acero caliente con el golpe<br />

<strong>del</strong> martillo. El acero se calienta hasta<br />

alcanzar un color rojo cereza, luego<br />

se toma el acero y se lo coloca sobre<br />

el yunque en posición horizontal. Un<br />

ayudante sostiene el acero y el herrero<br />

tiene un cincel en una mano y el martillo<br />

en <strong>la</strong> otra. El herrero coloca el cincel<br />

sobre el metal caliente y da un golpe,<br />

cortando el metal.<br />

Y por último otra de <strong>la</strong>s herramientas<br />

que disponen los herreros son sus<br />

tenazas. La función estas es simple.<br />

El metal llega a altas temperaturas<br />

cuando es calentado a <strong>la</strong> temperatura<br />

necesaria para darle forma. Un herrero<br />

debe tener una forma de mantener<br />

el metal caliente sin quemarse. Las<br />

tenazas eran <strong>la</strong> solución perfecta. Las<br />

tenazas permiten a un herrero tomar,<br />

levantar y girar el metal al rojo vivo en<br />

su fragua. También permiten al herrero<br />

colocar el metal profundamente en <strong>la</strong>s<br />

brasas de modo que se puede calentar<br />

rápidamente.<br />

Este conjunto de herramientas<br />

singu<strong>la</strong>res permiten a nuestra forja <strong>la</strong><br />

recuperación de técnicas perdidas y<br />

saberes olvidados; siempre en busca<br />

de <strong>la</strong> mayor autenticidad posible en <strong>la</strong><br />

realización de nuestra <strong>la</strong>bor.<br />

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Primera Edición 2016<br />

28


La forja donde <strong>la</strong> historia renace<br />

Para mayor información contactenos al: +506 8378 6737<br />

jcartin@gmail.com


Primera Edición 2016<br />

La historia <strong>del</strong> libro es una historia compleja que tiene que ver con <strong>la</strong> conservación de <strong>la</strong> memoria en<br />

formatos externos a una mente humana viva, conservar textos y el acceso a <strong>la</strong> información que está<br />

íntimamente ligada a <strong>la</strong>s contingencias políticas y económicas, así como a <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong>s ideologías.<br />

n un rápido viaje a través de <strong>la</strong><br />

historia <strong>del</strong> libro, tendríamos que<br />

empezar por hacer referencia a <strong>la</strong><br />

aparición de <strong>la</strong> escritura, ya que este,<br />

tomado como documento, es todo<br />

mensaje fijado en un soporte con <strong>la</strong><br />

posibilidad de ser transmitido.<br />

Los primeros libros consistían<br />

en p<strong>la</strong>nchas de barro que contenían<br />

caracteres o dibujos incididos con un<br />

punzón. Las primeras civilizaciones que<br />

los utilizaron fueron los antiquísimos<br />

pueblos de Mesopotamia, entre ellos<br />

los sumerios y los babilonios. Mucho<br />

más próximos a los libros actuales eran<br />

los rollos de los egipcios, griegos y<br />

romanos, compuestos por <strong>la</strong>rgas tiras<br />

de papiro (un material parecido al papel<br />

que se extraía de los juncos <strong>del</strong> <strong>del</strong>ta<br />

<strong>del</strong> río Nilo) que se enrol<strong>la</strong>ban alrededor<br />

de un palo de madera.<br />

Los escribas profesionales se<br />

dedicaban a copiarlos o a escribirlos al<br />

dictado, y los rollos solían protegerse<br />

con te<strong>la</strong>s y llevar una etiqueta con<br />

el autor. Atenas, Alejandría y Roma<br />

eran grandes centros de producción<br />

de libros, y los exportaban a todo el<br />

mundo conocido en <strong>la</strong> antigüedad; sin<br />

embargo, el copiado a mano era lento<br />

y costoso, por lo que sólo los templos<br />

y algunas personas ricas o poderosas<br />

podían poseerlos, y <strong>la</strong> mayor parte<br />

de los conocimientos se transmitían<br />

oralmente, por medio de <strong>la</strong> repetición y<br />

<strong>la</strong> memorización.<br />

El pergamino y algunos materiales<br />

derivados de <strong>la</strong>s pieles, no presentan<br />

tantos problemas de conservación<br />

como los papiros. Los utilizaron los<br />

persas, los hebreos y otros pueblos<br />

en cuyo territorio no abundaban los<br />

30


Los escribas profesionales<br />

se dedicaban a copiarlos o a<br />

escribirlos al dictado, y los rollos<br />

solían protegerse con te<strong>la</strong>s y llevar<br />

una etiqueta con el autor.”<br />

31


Primera Edición 2016<br />

juncos y ya hacia el siglo IV d. C. había<br />

sustituido casi por completo al papiro.<br />

El periodo entre los siglos I y IV<br />

marcó también <strong>la</strong> culminación de<br />

un <strong>la</strong>rgo proceso con <strong>la</strong> aparición<br />

<strong>del</strong> códice. Con el tiempo, se los<br />

e<strong>la</strong>boró con papiro o, posteriormente,<br />

pergamino, hasta que los libros pasaron<br />

a confeccionarse casi exclusivamente<br />

de estos materiales, plegados formando<br />

cuadernillos, que luego se reunían entre<br />

dos p<strong>la</strong>nchas de madera y se ataban<br />

con correas. De hecho, <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

códice forma parte <strong>del</strong> título de muchos<br />

manuscritos antiguos, en especial de<br />

muchas copias de libros de <strong>la</strong> Biblia<br />

dentro de los cuales se encuentra<br />

el estilo de Nag hamadi y los textos<br />

coptos, dos de los estilos antiguos que<br />

se e<strong>la</strong>boran en el Diario De Los Viajes.<br />

Posteriormente con <strong>la</strong> caída <strong>del</strong><br />

imperio romano, eran los monjes<br />

quienes escribían los libros, ya fuera<br />

para religiosos o para gobernantes <strong>del</strong><br />

momento. Al principio utilizaron gran<br />

variedad de estilos locales que tenían<br />

en común el hecho de escribir los<br />

textos en letras mayúscu<strong>la</strong>s, costumbre<br />

heredada de los tiempos de los rollos.<br />

Más tarde, como consecuencia <strong>del</strong><br />

resurgimiento <strong>del</strong> saber impulsado por<br />

Carlomagno en el siglo VIII, los escribas<br />

comenzaron a utilizar también <strong>la</strong>s<br />

minúscu<strong>la</strong>s, cursivas, y a escribir sus<br />

textos con una letra fina y redondeada<br />

que se basaba en mo<strong>del</strong>os clásicos, y<br />

que inspiraría, varios siglos después, a<br />

muchos tipógrafos <strong>del</strong> renacimiento. A<br />

partir <strong>del</strong> siglo XII, <strong>la</strong> escritura degeneró<br />

hacia un tipo de letra más gruesa,<br />

estrecha y angulosa, que en <strong>la</strong>s páginas<br />

formaba densos cuerpos de texto<br />

difíciles de leer.<br />

Muchos libros contenían dibujos<br />

realizados en tintas doradas, que<br />

servían para indicar los comienzos de<br />

sección, para ilustrar los textos o para<br />

decorar los bordes <strong>del</strong> manuscrito.<br />

Los libros medievales tenían portadas<br />

de madera, reforzadas a menudo con<br />

piezas de metal, y poseían cierres en<br />

forma de botones o candados. Muchas<br />

de <strong>la</strong>s portadas iban cubiertas de piel y,<br />

a veces, estaban ricamente adornadas<br />

con trabajos de orfebrería en oro, p<strong>la</strong>ta,<br />

esmaltes y piedras preciosas. Estos<br />

bellísimos ejemp<strong>la</strong>res eran auténticas<br />

obras de arte en cuya confección<br />

intervenían, hacia el final de <strong>la</strong> edad<br />

media, orfebres, artistas y escribas<br />

profesionales. Los libros, por aquel<strong>la</strong><br />

época, eran escasos y muy costosos,<br />

32


y se realizaban, por lo general, por<br />

encargo de <strong>la</strong> pequeñísima porción de<br />

<strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción que sabía leer y que podía<br />

sufragar sus gastos de producción.<br />

En el siglo XV se dieron dos<br />

innovaciones tecnológicas que<br />

revolucionaron <strong>la</strong> producción de<br />

libros en Europa. Una fue el papel,<br />

cuya confección aprendieron los<br />

europeos de los pueblos<br />

musulmanes (que, a<br />

su vez, lo habían<br />

aprendido<br />

China).<br />

La<br />

otra fue <strong>la</strong><br />

imprenta,<br />

de<br />

Johann<br />

Gutenberg<br />

quien inventó<br />

<strong>la</strong><br />

de<br />

imprenta<br />

basada en los<br />

tipos<br />

móviles<br />

de metal, y publicó<br />

en 1456 el primer libro<br />

importante realizado con este sistema,<br />

<strong>la</strong> Biblia de Gutenberg.<br />

Los impresoresgitalianos renacentistas<br />

<strong>del</strong> siglo XVI establecieron algunas<br />

tradiciones que han sobrevivido hasta<br />

nuestros días. Entre el<strong>la</strong>s se encuentran,<br />

por ejemplo, <strong>la</strong> <strong>del</strong> uso de caracteres de<br />

tipo romano e itálico, de composiciones<br />

definidas o de portadas de cartón fino.<br />

Utilizaban también <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nchas de<br />

madera y de metal para incidir en el<strong>la</strong>s<br />

<strong>la</strong>s ilustraciones y establecieron los<br />

distintos tamaños de los libros.<br />

Los editores contemporáneos aún<br />

utilizan esta terminología. Los libros<br />

renacentistas establecieron también <strong>la</strong><br />

tradición de <strong>la</strong> página de título y <strong>del</strong><br />

prólogo.<br />

La<br />

tradición<br />

de <strong>la</strong> caligrafía antigua, <strong>la</strong><br />

encuadernación en madera y<br />

cuero, y <strong>la</strong> iluminación de textos<br />

utilizando técnicas ancestrales es<br />

otro de los pi<strong>la</strong>res que el Diario de<br />

los viajes intenta rescatar, y con<br />

los mismos materiales y técnicas<br />

es una de <strong>la</strong>s artes que acá<br />

se preservan y se desean<br />

rescatar.<br />

Gradualmente,<br />

se fueron añadiendo<br />

a estas páginas<br />

<strong>la</strong>s <strong>del</strong> índice<br />

de contenidos<br />

y<br />

nombres,<br />

<strong>la</strong> lista de<br />

ilustraciones,<br />

n o t a s<br />

explicativas, y<br />

bibliografías.<br />

Es<br />

así<br />

como en nuestro<br />

país contamos con<br />

un taller /escue<strong>la</strong> que<br />

permite a cualquier interesado hacer<br />

un recorrido por <strong>la</strong> historia <strong>del</strong> libro<br />

e<strong>la</strong>borando ejemp<strong>la</strong>res que nos<br />

transportan en el tiempo. “El Diario De<br />

Los Viajes” es un recorrido histórico<br />

por milenios de cultura de <strong>la</strong> mano de<br />

un experto encuadernador.<br />

33


Primera Edición 2016<br />

La forja donde <strong>la</strong> historia renace<br />

34


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Primera Edición 2016<br />

Las legiones romanas eran conocidas por su eficiente uso de <strong>la</strong> espada corta, <strong>la</strong> cual a lo<br />

<strong>la</strong>rgo de los siglos se perfeccionó como <strong>la</strong> principal táctica de <strong>la</strong>s legiones para derrotar a sus<br />

enemigos. Toda esta carrera armamentista comienza con <strong>la</strong> “G<strong>la</strong>dius Hispaniensis”, que con el<br />

tiempo se transformó convirtiéndose en una espada de patrones Mainz y Fulham más cortos y<br />

amplios, y culminó con <strong>la</strong> hoja punzante estilo “Pompeya”.<br />

l patrón Hispaniensis fue adoptado<br />

de <strong>la</strong>s espadas cortas usadas<br />

por los mercenarios celtíberos al<br />

servicio de Aníbal durante <strong>la</strong>s Guerras<br />

Púnicas. Éstas eran armas muy prácticas<br />

para los ataques de infantería cuerpo a<br />

cuerpo, al ser cortas y ligeras se podía<br />

<strong>la</strong>nzar un ataque con gran rapidéz,como<br />

una estocada, por lo que tenían una <strong>la</strong>rga<br />

punta. También podían usarse dando<br />

tajos, lo cual muchas veces no servía<br />

de mucho, ya que el enemigo podía<br />

llevar una cota de mal<strong>la</strong>; por si se daba<br />

el caso de que tuvieran que dar un tajo,<br />

tenían doble filo.<br />

Las espadas originales hispanas<br />

estaban hechas a <strong>la</strong> medida de <strong>la</strong><br />

persona y forjadas con hierro de alta<br />

calidad, que se trataba de una manera<br />

especial, y daba como resultado<br />

excelentes armas.<br />

El g<strong>la</strong>dio estaba diseñado para<br />

ataques rápidos de estocada. Esto<br />

era muy práctico, ya que el legionario<br />

romano que llevaba <strong>la</strong> espada se<br />

resguardaba tras un scutum (escudo);<br />

una vez que el enemigo descargaba<br />

inútilmente su golpe sobre el escudo o<br />

armadura <strong>del</strong> romano, o se disponía a<br />

hacerlo, el romano <strong>la</strong>nzaba una rápida<br />

estocada con su ágil g<strong>la</strong>dius, y así<br />

mataba al contrincante. Se buscaba<br />

destripar al enemigo, cortar su carótida<br />

a <strong>la</strong> altura <strong>del</strong> cuello o deslizar<strong>la</strong> por <strong>la</strong><br />

ingle buscando contar <strong>la</strong> arteria femoral.<br />

En los Recientes descubrimientos<br />

arqueológicos de versiones muy antiguas<br />

de <strong>la</strong> g<strong>la</strong>dius sugieren, otra alternativa,<br />

que el origen hispano de esta arma en<br />

realidad tiene re<strong>la</strong>ción con una variante<br />

ibérica de <strong>la</strong> espada tipo “La Tène”,<br />

l<strong>la</strong>mada así por <strong>la</strong>s hal<strong>la</strong>das en el La Tène<br />

36


y en otros yacimientos arqueológicos<br />

de <strong>la</strong> cultura <strong>del</strong> mismo nombre ga<strong>la</strong>.<br />

En lo que hoy es Francia, esta espada<br />

fue a<strong>la</strong>rgándose y haciéndose de tajo,<br />

incluso fabricándose sin punta, mientras<br />

que en Hispania se conservó un tamaño<br />

menor y más adecuado para <strong>la</strong> doble<br />

función <strong>del</strong> tajo y estocada. En esta<br />

versión hispana se inspiraría el g<strong>la</strong>dius<br />

romano original, que, con el tiempo, se<br />

iría haciendo cada vez más corto.<br />

Originalmente, los romanos usaron<br />

un tipo de características muy simi<strong>la</strong>res<br />

al original ibérico, con doble filo y una<br />

<strong>la</strong>rga punta, capaz de una estocada<br />

vigorosa para penetrar cotas de mal<strong>la</strong>.<br />

No obstante fue evolucionando a formas<br />

más simples, hasta llegar al mo<strong>del</strong>o<br />

«pompeya», l<strong>la</strong>mado así por <strong>la</strong>s espadas<br />

encontradas en esa ciudad. Este mo<strong>del</strong>o<br />

es de hoja totalmente recta, y <strong>la</strong> punta<br />

es más corta. Se dice que esto es<br />

así porque, al no usar armadura casi<br />

nunca los enemigos bárbaros de Roma,<br />

bastaba con una punta más corta y que<br />

corría menos riesgo de “atascarse” en<br />

<strong>la</strong>s costil<strong>la</strong>s de <strong>la</strong> víctima.<br />

El patrón Hispaniensis es de talle<br />

alto y tiene una sección de punta <strong>la</strong>rga<br />

como <strong>la</strong> tarde Mainz y el Fulham, pero<br />

es más <strong>la</strong>rga y más ancha que sus<br />

descendientes. Las hojas eran de<br />

dos filos con una sección romboidal o<br />

lenticu<strong>la</strong>r, sin acana<strong>la</strong>duras ni adornos.<br />

Algunas estaban compuestas por una<br />

parte central de acero bajo en carbono<br />

con filos de acero rico en carbono,<br />

Las espadas<br />

originales hispanas<br />

estaban hechas a <strong>la</strong> medida<br />

para cada persona y<br />

forjadas de hierro de<br />

alta calidad...”<br />

otras tenían un alma de acero bajo en<br />

carbono rodeada de un exterior de acero<br />

rico en carbono y otras más estaban<br />

compuestas totalmente de acero bajo en<br />

carbono. El vástago era una extensión<br />

de <strong>la</strong> hoja, que se proyectaba a través<br />

de <strong>la</strong> empuñadura. La punta estaba<br />

remachada sobre una arande<strong>la</strong> o un<br />

c<strong>la</strong>vo decorativo.<br />

La empuñadura estaba hecha de<br />

madera o hueso, y normalmente tenían<br />

una p<strong>la</strong>ca de <strong>la</strong>tón en el frontal de <strong>la</strong><br />

guarda, aunque no siempre. Los pomos<br />

eran generalmente esféricos, con forma<br />

de esfera ap<strong>la</strong>nada, con forma ovoide<br />

37


Primera Edición 2016<br />

o incluso simples discos de un cierto<br />

grosor unidos a <strong>la</strong> empuñadura por el<br />

borde. Las guardas tenían una forma<br />

simi<strong>la</strong>r, redondeada u ova<strong>la</strong>da.<br />

La madera de arce fue utilizada<br />

en algunos de los restos encontrados<br />

(Bishop y Coulston), pero en general<br />

no hay constancia <strong>del</strong> tipo de madera<br />

empleado. La madera de nogal es muy<br />

popu<strong>la</strong>r por el hermoso contraste con <strong>la</strong>s<br />

empuñaduras de hueso, y es bastante<br />

correcta, pero maderas más b<strong>la</strong>ncas no<br />

deben teñirse.<br />

Las vainas estaban hechas de<br />

madera cubierta de piel fina. Las<br />

usadas con espadas de tipo “MAINZ”<br />

y “FULHAM” estaban rodeadas por un<br />

marco de perfiles de <strong>la</strong>tón o acero, con<br />

p<strong>la</strong>cas decoradas en el frente, o estaban<br />

recubiertas de metal.<br />

Las espadas se llevaban en el<br />

<strong>la</strong>do derecho, colgando altas de<br />

un tahalí de cuero. Los broches de<br />

tahalí que se pueden ver en algunas<br />

reconstrucciones modernas son en<br />

realidad adornos para arneses de<br />

caballos. La vaina tenía cuatro anillos<br />

para colgar, en <strong>la</strong> parte trasera el tahalí<br />

anillos, mientras que en <strong>la</strong> de<strong>la</strong>ntera<br />

solo se usa el anillo superior, tanto<br />

cosido como por medio de una hebil<strong>la</strong>.<br />

Una forma más antigua de portar<br />

<strong>la</strong> espada, más común quizás en<br />

<strong>la</strong>s de tipo “MAINZ”, es colgar<strong>la</strong> <strong>del</strong><br />

cinturón, aunque no sabemos con<br />

exactitud como. Implicaría el uso de<br />

<strong>la</strong> G<strong>la</strong>dius<br />

hispaniensis es<br />

el arma prototípica <strong>del</strong><br />

legionario romano que<br />

acompañó a <strong>la</strong>s tropas por<br />

mas de 700 años.”<br />

cortas correas de cuero unidas a los<br />

anillos, ya sea formando un <strong>la</strong>zo o<br />

entrecruzadas. Al principio el g<strong>la</strong>dius<br />

tenía solo dos anillos en <strong>la</strong> parte trasera<br />

de <strong>la</strong> vaina. Se han hal<strong>la</strong>do restos con<br />

pequeñas hebil<strong>la</strong>s unidas a los anillos,<br />

lo que sugiere el uso de correas que lo<br />

unían al cinturón. Probablemente el uso<br />

de cuatro anillos se impuso a finales <strong>del</strong><br />

siglo I antes de Cristo.<br />

se dividía en dos y se cocía a ambos


Primera Edición 2016<br />

Desde <strong>la</strong> antigüedad, <strong>la</strong> capacidad tecnológica de un grupo humano ha determinado su<br />

sostenibilidad y su futuro. La tradición de <strong>la</strong> forja de metales data de <strong>la</strong> transición entre <strong>la</strong> Edad<br />

de Piedra y <strong>la</strong> Edad de los Metales, que es una de <strong>la</strong>s dos grandes etapas tecnológicas en <strong>la</strong>s<br />

que tradicionalmente se ha subdividido <strong>la</strong> Prehistoria de Europa y Asia.<br />

a Edad de los Metales comienza<br />

en <strong>la</strong>s nebulosas de un tiempo<br />

perdido con algunas piezas de<br />

fundición <strong>del</strong> cobre en el VI milenio<br />

a. C., fundición que se dio en algún<br />

lugar entre <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong> de Anatolia<br />

y los montes Zagros. Por su parte<br />

los primeros indicios de metalurgia<br />

en Europa proceden <strong>del</strong> área de los<br />

Balcanes, a mediados <strong>del</strong> V milenio a. C.<br />

No es posible sobreestimar <strong>la</strong><br />

importancia <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> manejo de<br />

los metales. Como lo indica Mircea Eliade<br />

“Las sustancias minerales participaban<br />

<strong>del</strong> carácter sagrado de <strong>la</strong> Madre Tierra”.<br />

Los antiguos creían que los minerales<br />

«crecen» en el vientre de <strong>la</strong> Tierra, “ni<br />

más ni menos que si fueran embriones”.<br />

El minero y el metalúrgico co<strong>la</strong>boran en <strong>la</strong><br />

obra de <strong>la</strong> Naturaleza y por esto poseen<br />

sus secretos, secretos que nacen <strong>del</strong><br />

vientre mismo de <strong>la</strong> montaña. El herrero<br />

es una suerte de alquimista -pensaban-,<br />

el hombre, mediante sus técnicas, va<br />

sustituyendo al tiempo, su trabajo va<br />

reemp<strong>la</strong>zando <strong>la</strong> obra <strong>del</strong> Tiempo.<br />

Co<strong>la</strong>borar con <strong>la</strong> Naturaleza, ayudar<strong>la</strong><br />

a producir con un tempo cada vez más<br />

acelerado, modificar <strong>la</strong>s modalidades de<br />

<strong>la</strong> materia: en todo esto se construye el<br />

misterio que posteriormente dará origen<br />

a <strong>la</strong> alquimia. Algo hay en común entre<br />

el minero, el forjador y el alquimista. Ese<br />

algo envolverá a los herreros de todas<br />

<strong>la</strong>s épocas en un sinnúmero de mitos y<br />

misterios que dará a este oficio una un<br />

aura mágico-religiosa.<br />

Sus re<strong>la</strong>ciones con <strong>la</strong> sustancias<br />

secretas que vienen de lo profundo es<br />

su monopolio. Un secreto se transmite<br />

mediante los ritos de iniciación de los<br />

oficios: transformar una materia que tienen<br />

a <strong>la</strong> vez por viva y sagrada, y que requiere<br />

«perfeccionamiento», y «transmutación».<br />

40


El metalúrgico<br />

y el minero<br />

co<strong>la</strong>boran en <strong>la</strong> obra<br />

de <strong>la</strong> Naturaleza y<br />

por esto poseen sus<br />

secretos, secretos<br />

que nacen <strong>del</strong><br />

vientre mismo de <strong>la</strong><br />

montaña.<br />

41


Primera Edición 2016<br />

Hacia <strong>la</strong> mitad <strong>del</strong> III milenio<br />

a. C. en el ámbito <strong>del</strong> mar Egeo<br />

comienza <strong>la</strong> historia de los metales<br />

en Grecia. Una serie de ciudadesestado<br />

independientes comenzaron<br />

a imponer <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s <strong>del</strong> juego con<br />

Creta a <strong>la</strong> cabeza, que, junto con los<br />

minoicos, sienta <strong>la</strong>s bases de nuestra<br />

civilización. En el Egeo se estableció<br />

un área de intenso comercio con<br />

el metal de Chipre, donde existían<br />

minas de cobre. El estaño se traía<br />

incluso de <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s británicas. En<br />

estas etapas iniciales el bronce se<br />

usaba poco, predominando todavía <strong>la</strong><br />

metalurgia <strong>del</strong> cobre. La agricultura y<br />

<strong>la</strong> ganadería seguían siendo <strong>la</strong>s bases<br />

económicas principales.<br />

Posteriormente, el bronce permitió el<br />

despegue definitivo de <strong>la</strong> agricultura en<br />

todo el mundo antiguo y el florecimiento<br />

de grandes civilizaciones, así como <strong>la</strong><br />

formación de ejércitos profesionales<br />

que tarde o temprano hacen co<strong>la</strong>psar<br />

los distintos procesos civilizatorios.<br />

Hacia el 1200 a. C. <strong>la</strong> sociedad micénica<br />

implosiona, el imperio hitita se derrumba<br />

bruscamente y hay constantes ataques<br />

armados en <strong>la</strong> costa fenicia, en Israel y en<br />

Egipto, por parte de los pueblos <strong>del</strong> mar,<br />

y se desata una guerra entre Babilonia y<br />

Asiria, todo lo cual es considerado como<br />

una época oscura.<br />

Al final de este periodo aparece <strong>la</strong><br />

metalurgia <strong>del</strong> hierro que es el cuarto<br />

elemento más abundante en <strong>la</strong> corteza<br />

terrestre. Sin embargo su utilización<br />

práctica comenzó 7000 años más tarde<br />

que el cobre y 2500 años después <strong>del</strong><br />

bronce. Los antiguos conocían el hierro<br />

y lo consideraban más valioso que<br />

cualquier otra joya, pero se trataba de<br />

«hierro meteórico», es decir, procedente<br />

de meteoritos. El hierro meteórico era<br />

conocido tanto en Eurasia como en<br />

América pero durante milenios no hubo<br />

tecnología para trabajarlo. En el III milenio<br />

a. C. parece que algunos lo consiguieron:<br />

en <strong>la</strong>s ruinas arqueológicas de A<strong>la</strong>ça<br />

Hüyük (Anatolia) aparecieron varias<br />

piezas de hierro artificial, entre el<strong>la</strong>s una<br />

daga con <strong>la</strong> hoja de hierro y una exquisita<br />

empuñadura de oro hal<strong>la</strong>da en <strong>la</strong> tumba<br />

de Tutankamón. Las materias primas de<br />

estos primeros herreros debieron ser<br />

minerales vincu<strong>la</strong>dos a <strong>la</strong> producción<br />

de bronce; de hecho se sospecha que<br />

en los hornos de fundición de cobre y<br />

bronce pudieron generarse pequeños<br />

residuos de hierro casi puro.<br />

Fabricar hierro fue durante siglos<br />

un secreto que se deriva de un<br />

procedimiento muy distinto al <strong>del</strong> cobre<br />

y el bronce. Para hacerlo había que<br />

construir hornos con gran capacidad<br />

calórica: el mineral machacado debía<br />

42


estar totalmente rodeado de carbón<br />

de leña (que se consumía en enormes<br />

cantidades) y numerosos fuelles que, a<br />

través de toberas, insuf<strong>la</strong>ban oxígeno<br />

continuamente. Después de un <strong>la</strong>rgo<br />

y repetitivo proceso de martilleo y<br />

calentamiento, evitando que el hierro<br />

se enfriase, se obtenía una barra forjada,<br />

bastante pura, resistente y maleable.<br />

Evidentemente, <strong>la</strong>s insta<strong>la</strong>ciones y<br />

herramientas de los herreros eran muy<br />

diferentes a <strong>la</strong>s de los broncistas. El<br />

bronce siguió siendo un metal esencial<br />

para <strong>la</strong>s antiguas culturas, sirviendo<br />

en campos diferentes en los que<br />

no se podía o no se sabía aplicar <strong>la</strong><br />

tecnología <strong>del</strong> hierro.<br />

El hierro es más abundante que el<br />

cobre y, por supuesto, que el estaño,<br />

así que, una vez dominada <strong>la</strong> técnica,<br />

sería más barato que el bronce. Este<br />

metal aumentó considerablemente en<br />

todo el Próximo Oriente y los centros<br />

de producción se extendieron hasta<br />

el Egeo, Egipto e incluso Italia por el<br />

oeste; hacia Siria y Mesopotamia por el<br />

sur, hacia Armenia y el Cáucaso por el<br />

norte, y hacia <strong>la</strong>s grandes civilizaciones<br />

asiáticas por el este.<br />

La Edad <strong>del</strong> Hierro europea<br />

comienza poco antes <strong>del</strong> año 800 a.<br />

C. y está protagonizada por pueblos,<br />

en su mayoría, belicosos. La aparición<br />

<strong>del</strong> hierro y su capacidad para generar<br />

herramientas y armas cada vez más<br />

afi<strong>la</strong>das, resistentes y duraderas abrió<br />

<strong>la</strong> posibilidad de que los pueblos<br />

desarrol<strong>la</strong>ran agricultura más al norte<br />

y permitieron <strong>la</strong> aparición de arado de<br />

hierro, lo cual consolida <strong>la</strong> agricultura<br />

de granos en toda Eurasia. También<br />

potenció <strong>la</strong> capacidad bélica de múltiples<br />

pueblos, dando origen a <strong>la</strong> consolidación<br />

de inmensos imperios.<br />

En este contexto, los herreros se<br />

conformaron como figuras oscuras y<br />

místicos guardianes de un conocimiento<br />

secreto, capaces de crear <strong>la</strong>s<br />

herramientas y armas dadoras de vida<br />

y de muerte. Su figura se vuelve de<br />

tal importancia que sus gremios se<br />

vuelven cofradías y hermandades, que<br />

se heredan por sangre y a <strong>la</strong>s cuales<br />

es casi imposible permear. Su figura<br />

arquetípica es elevada a categoría de<br />

deidades en todas <strong>la</strong>s culturas de <strong>la</strong><br />

Eurasia antigua, en donde siempre<br />

hay divinidades y razas de seres<br />

mitológicos que ejercen <strong>la</strong> herrería<br />

sagrada y dotan a los demás dioses<br />

de armas e instrumentos prodigiosos.<br />

Hephaestus es uno de los más antiguos<br />

y conocidos representantes, <strong>del</strong> cual<br />

nos permitimos tomar prestado su<br />

nombre para este emprendimiento.<br />

43


Primera Edición 2016<br />

44


45


Primera Edición 2016<br />

Durante<br />

<strong>la</strong> Edad Media <strong>la</strong><br />

forma de libro por<br />

excelencia fue <strong>la</strong> <strong>del</strong><br />

códice de pergamino<br />

o de papel<br />

46


Los codex medievales, una herencia utilitaria de nuestros más antiguos maestros libreros y<br />

encuadernadores, un objeto de tanto valor, que no es so<strong>la</strong>mente hermoso en su estética y su<br />

resistente cubierta, sino es además hermoso en el conocimiento que lleva, o en <strong>la</strong>s páginas en<br />

b<strong>la</strong>nco ansiosas por ser escritas, dibujadas, o pintadas.<br />

os Manuscritos de Nag Hammadi<br />

o Biblioteca de Nag Hammadi<br />

(también conocidos como los<br />

Evangelios Gnósticos) son una colección<br />

de textos, en sus mayores partes<br />

adscritos al Cristianismo Gnóstico<br />

Primitivo, descubiertos cerca de <strong>la</strong><br />

localidad de Nag Hammadi, en el Alto<br />

Egipto, en 1945.<br />

Ese año, siendo el mes de diciembre,<br />

doce códices de papiro encuadernados<br />

en piel, y los restos de un décimo tercero,<br />

cuidadosamente guardados en una<br />

jarra de cerámica sel<strong>la</strong>da y escondidos<br />

en unas grutas próximas (Jabal al-Tarif),<br />

fueron encontrados casualmente por un<br />

campesino de <strong>la</strong> cercana localidad de al<br />

Qasr, l<strong>la</strong>mado Muhammad Alí al-Samman.<br />

Aunque escritos en copto entre<br />

los siglos III y IV e.c., se estima que los<br />

originales griegos perdidos de los que<br />

provendrían lo fueron entre los siglos I<br />

y II. El idioma copto o lengua copta es<br />

el nombre utilizado para referirse a <strong>la</strong><br />

última etapa <strong>del</strong> idioma egipcio antiguo,<br />

compuesto por letras mayúscu<strong>la</strong>s,<br />

unciales, <strong>del</strong> alfabeto griego, más seis o<br />

siete caracteres de <strong>la</strong> escritura demótica,<br />

necesarios para representar varios<br />

sonidos no existentes en el idioma griego.<br />

Su descubrimiento supondría,<br />

desde <strong>la</strong> perspectiva de <strong>la</strong> Historia<br />

<strong>del</strong> Cristianismo Primitivo, una revisión<br />

profunda <strong>del</strong> modo de valorizar el<br />

Cristianismo de los primeros siglos y,<br />

de “uno de los fenómenos ideológicos<br />

que dominaron el pensamiento no sólo<br />

religioso, sino filosófico de <strong>la</strong> cuenca <strong>del</strong><br />

Mediterráneo durante los siglos I al IV de<br />

nuestra era: El Gnosticismo y <strong>la</strong> Gnosis<br />

<strong>del</strong> Cristianismo Primitivo.<br />

El Códice (<strong>del</strong> <strong>la</strong>tín codex, -icis) es<br />

47


Primera Edición 2016<br />

uno de los primeros formatos <strong>del</strong> libro<br />

tal y como lo conocemos actualmente.<br />

Técnica y estrictamente hab<strong>la</strong>ndo<br />

cualquier libro moderno es un códice,<br />

el término se reserva entre los bibliófilos<br />

para libros escritos a mano (manuscritos)<br />

en el periodo previo a <strong>la</strong> imprenta (es<br />

decir, hasta el fin de <strong>la</strong> Edad Media).<br />

Etimológicamente, <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>la</strong>tina<br />

codex parece proceder de <strong>la</strong> “caudex,<br />

icis” (‘tronco’). Este nombre, se refería<br />

en Roma a <strong>la</strong> tablil<strong>la</strong> de madera cubierta<br />

de cera de abeja para escribir. Por<br />

desp<strong>la</strong>zamiento semántico terminó<br />

designando a los libros con páginas,<br />

diferenciados de los rollos empleados<br />

hasta entonces.<br />

El códice está formado por un<br />

conjunto de hojas rectangu<strong>la</strong>res de<br />

pergamino, de papiro o de papel que<br />

se pliegan formando cuadernillos<br />

para escribir sobre ellos, los cuales se<br />

protegen mediante <strong>la</strong> encuadernación.<br />

En Roma los cuadernillos se<br />

denominaban duerniones, terniones,<br />

cuaterniones o quinterniones según<br />

el número de hojas contenidas antes<br />

de plegar<strong>la</strong>s. Como lo regu<strong>la</strong>r era que<br />

se formaran cuatro (ocho plegadas)<br />

ha quedado el nombre de cuadernos<br />

(quaterni) para designar los ejemp<strong>la</strong>res<br />

pequeños, aunque dispongan hoy de<br />

mayor número de páginas.<br />

El papiro, producido en Egipto<br />

desde hacía miles de años, se utilizó<br />

esporádicamente para <strong>la</strong> confección de<br />

códices en los siglos IV y V d. C, aunque<br />

se continuó usando como “material<br />

venerable” para algunos documentos<br />

solemnes durante <strong>la</strong> Alta Edad Media.<br />

Cuando se fabricaban códices de<br />

papiro, éste necesitaba reforzarse por<br />

el lomo para evitar su fácil ruptura; <strong>la</strong>s<br />

hojas de papiro sólo se escribían en una<br />

de sus caras.<br />

El pergamino se originó en <strong>la</strong> ciudad<br />

de Pérgamo en época de Eumenes II<br />

(195-158 a. C.), de donde habría tomado<br />

el nombre. El pergamino era más caro<br />

que el papiro ya que se necesitaban<br />

varias pieles para un solo libro, lo que<br />

suponía el sacrificio de varios animales.<br />

Sin embargo, el pergamino poseía<br />

muchas ventajas: era menos quebradizo<br />

y más resistente, podía dob<strong>la</strong>rse (lo que<br />

hacía los libros más manejables), podía<br />

<strong>la</strong>varse y podía rasparse (lo que facilitaba<br />

<strong>la</strong>s enmiendas de errores), podía coserse<br />

(lo que permitía <strong>la</strong> encuadernación y su<br />

mejor conservación) y podía escribirse<br />

por <strong>la</strong>s dos caras en hojas lo que<br />

ahorraba espacio).<br />

Durante <strong>la</strong> Edad Media <strong>la</strong> forma de<br />

libro por excelencia fue <strong>la</strong> <strong>del</strong> códice de<br />

48


pergamino o de papel y tras <strong>la</strong> invención<br />

de <strong>la</strong> imprenta en el siglo XV se siguió<br />

utilizando hasta <strong>la</strong> aparición de los libros<br />

electrónicos en <strong>la</strong> era digital.<br />

Los códices más importantes o<br />

famosos que se resguardan como<br />

tesoros en <strong>la</strong>s más importantes<br />

bibliotecas <strong>del</strong> mundo se denominan<br />

habitualmente con una expresión <strong>la</strong>tina<br />

en <strong>la</strong> que a <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra Codex sigue otra<br />

que lo caracteriza, como puede ser<br />

el nombre de <strong>la</strong> biblioteca o <strong>la</strong> ciudad<br />

donde se conserva (o conservaba<br />

históricamente), o el de algún personaje<br />

con el que esté re<strong>la</strong>cionado. También se<br />

utilizan esas expresiones para diferenciar<br />

<strong>la</strong>s diferentes copias de una obra<br />

conservadas en distintas bibliotecas<br />

<strong>del</strong> mundo (Codex Vaticanus -Biblioteca<br />

Vaticana-, Codex Vindobonensis<br />

-Biblioteca Nacional de Austria, Viena-,<br />

Codex Matritensis -Biblioteca Nacional<br />

de España y otras de Madrid-, Codex<br />

Parisinus -Biblioteca Nacional de Francia<br />

y otras de París-, Codex Londinensis<br />

-Londres-, Codex Basilensis -Biblioteca<br />

de <strong>la</strong> Universidad de Basilea-, Codex<br />

Leningradensis, Petersburgensis o<br />

Petropolitanus -Biblioteca Nacional<br />

Rusa, San Petersburgo.<br />

49


Primera Edición 2016<br />

El hueso, el cuero, el hilo, se unen para formar una obra maestra única <strong>del</strong> maestro herrero,<br />

un bolso fabricado con los mejores materiales, que gracias a su fineza, y su fi<strong>del</strong>idad<br />

histórica, lo convierte en un ejemp<strong>la</strong>r digno de admiración.<br />

Este es un bolso<br />

e<strong>la</strong>borado en dos tipos de<br />

cuero de res, con inspiración<br />

celta en el cual se mezc<strong>la</strong>n<br />

<strong>la</strong>s técnicas de cocido a<br />

mano de cuero, tal<strong>la</strong>do en<br />

hueso y repujado en cuero<br />

a mano. Las decoraciones<br />

son nudos celtas, además<br />

<strong>del</strong> triple caballo celta de <strong>la</strong><br />

diosa Epona.<br />

En <strong>la</strong> sociedad<br />

Celta Epona encerraba<br />

en si misma <strong>la</strong> virilidad y<br />

<strong>la</strong> potencia <strong>del</strong> caballo y<br />

los poderes generativos y<br />

espirituales de <strong>la</strong>s Diosas<br />

Madres de <strong>la</strong> fertilidad.<br />

El caballo está ligado<br />

a Epona en todas sus<br />

manifestaciones, en su<br />

aspecto luminoso y en<br />

su aspecto tenebroso y<br />

oscuro; esta doble valencia<br />

estaba ligada al culto de<br />

<strong>la</strong> diosa para acompañar<strong>la</strong><br />

en el más allá como animal<br />

que vivía en los infiernos,<br />

patrimonio de <strong>la</strong> mitología<br />

griega, que se eleva de entre <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s<br />

llevándose <strong>la</strong> muerte y terminando su<br />

carrera como caballo con a<strong>la</strong>s cuando<br />

haya alcanzado <strong>la</strong>s puertas <strong>del</strong> más<br />

allá. En <strong>la</strong> mitología el caballo es guía<br />

para el hombre en los bril<strong>la</strong>ntes<br />

mundos espirituales de los dioses,<br />

medio entre el reino terrestre y lo<br />

espiritual, pero también en <strong>la</strong>s<br />

oscuras regiones accesibles<br />

a través de los sueños. Su<br />

principal regalo es el de<br />

poder ver el futuro, ya<br />

que como conocedor de<br />

los misterios <strong>del</strong> Otro<br />

Reino con su instinto<br />

comprende lo que el<br />

ojo humano no sabe<br />

ver ni distinguir,<br />

salvando así a los<br />

hombres de los<br />

peligros. Por eso<br />

es guía, medio<br />

de transporte<br />

entre mundos,<br />

viajero entre<br />

los reinos<br />

terrestre y<br />

espiritual.<br />

50


Primera Edición 2016<br />

Literatura, arte y pasión, se unen al formar el hermoso y único ejemp<strong>la</strong>r de Mío Cid, un libri<br />

realizado a mano con los mas finos acabados, empleando <strong>la</strong> cota de mal<strong>la</strong>, y los remaches<br />

de metal, como parte de su maravillosa ornamentación.<br />

Este es un libro hecho<br />

a mano que intenta ser<br />

una encuadernación <strong>del</strong><br />

antiguo cantar <strong>del</strong> mío cid<br />

campeador. El más antiguo<br />

texto escrito en lengua<br />

castel<strong>la</strong>na narra <strong>la</strong> historia<br />

<strong>del</strong> Rodrigo Díaz nació en<br />

Vivar, una pequeña aldea<br />

situada a 7 kilómetros de <strong>la</strong><br />

ciudad de Burgos en el año<br />

1043. Hijo de Diego Laínez,<br />

noble caballero de <strong>la</strong> Corte<br />

Castel<strong>la</strong>na y de una hija de<br />

Rodrigo Álvarez. Encarna<br />

el prototipo <strong>del</strong> caballero<br />

castel<strong>la</strong>no con <strong>la</strong>s máximas<br />

virtudes; fuerte, leal,<br />

justo, valiente, prudente,<br />

temp<strong>la</strong>do, guerrero y culto.<br />

Acá uno de su más<br />

famoso verso que recoge<br />

un <strong>la</strong>mento:<br />

“Mío Cid Ruy Díaz<br />

por Burgos entróve, van<br />

en su compañía sesenta<br />

pendones; salen a<br />

verlo mujeres y varones,<br />

burgueses y burguesas a<br />

<strong>la</strong>s ventanas se ponen, llorando de los<br />

ojos, ¡tan grande era su dolor! De <strong>la</strong>s<br />

sus bocas todos decían una razón<br />

«¡Dios, qué buen vasallo, si tuviese<br />

buen señor!»<br />

El libro esta e<strong>la</strong>borado en<br />

madera forrado en cuerpo de<br />

res al estilo de libro de 6 nervios<br />

con lomo duro, adornado con<br />

herrajes de distintos metales<br />

y una pieza de cota de mal<strong>la</strong><br />

tejida a mano que simu<strong>la</strong> <strong>la</strong><br />

armadura <strong>del</strong> campeador,<br />

además esta rematado<br />

con piezas de metal<br />

grabadas con florituras<br />

medievales. En sus<br />

portadas calvas<br />

ornamentales y su<br />

título caligrafiado a<br />

mano en una pieza<br />

de pergamino<br />

auténtico<br />

alisado con<br />

b l a n c o<br />

España.<br />

52


Ave.6<br />

Primera Edición 2016<br />

Diario de los Viajes<br />

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este de <strong>la</strong> Parroquia San Vicente Ferrer, a mano izquierda, Casa Verde.<br />

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