22.09.2016 Views

El Deseado de Todas las Gentes por Elena White [Edición Completa]

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de Todas las Gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de Todas las Gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Los discípulos no estaban llamados a discutir la cuestión <strong>de</strong> quién había pecado o no, sino a<br />

enten<strong>de</strong>r el po<strong>de</strong>r y la misericordia <strong>de</strong> Dios al dar vista al ciego. Era evi<strong>de</strong>nte que no había virtud<br />

sanadora en el lodo, o en el estanque adon<strong>de</strong> el ciego fue enviado a lavarse, sino que la virtud<br />

estaba en Cristo. Los fariseos no podían menos que quedar atónitos <strong>por</strong> esta curación. Sin embargo,<br />

se llenaron más que nunca <strong>de</strong> odio; <strong>por</strong>que el milagro había sido hecho en sábado. Los vecinos <strong>de</strong>l<br />

joven y los que le habían conocido ciego dijeron: "¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?" Le<br />

miraban con duda; pues sus ojos estaban abiertos, su semblante cambiado y alegre, y parecía ser<br />

otro hombre. La pregunta pasaba <strong>de</strong> uno a otro. Algunos <strong>de</strong>cían: "Este es;" otros: "A él se parece."<br />

Pero el que había recibido la gran bendición <strong>de</strong>cidió la cuestión diciendo: "Yo soy." Entonces les<br />

habló <strong>de</strong> Jesús y <strong>de</strong> la manera en que él había sido sanado, y ellos le preguntaron: "¿Dón<strong>de</strong> está<br />

aquél? <strong>El</strong> dijo: No sé."<br />

Entonces le llevaron ante el concilio <strong>de</strong> los fariseos. Nuevamente se le preguntó al hombre cómo<br />

había recibido la vista. "Y él les dijo: Púsome lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. Entonces unos<br />

<strong>de</strong> los fariseos <strong>de</strong>cían: Este hombre no es <strong>de</strong> Dios, que no guarda el sábado." Los fariseos esperaban<br />

hacer aparecer a Jesús como pecador, y que <strong>por</strong> lo tanto no era el Mesías. No sabían que el que<br />

había sanado al ciego había hecho el sábado y conocía todas sus obligaciones. Aparentaban tener<br />

admirable celo <strong>por</strong> la observancia <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> reposo, pero en ese mismo día estaban planeando un<br />

homicidio.<br />

Sin embargo, al enterarse <strong>de</strong> este milagro muchos quedaron muy 438 impresionados y convencidos<br />

<strong>de</strong> que Aquel que había abierto los ojos <strong>de</strong>l ciego era más que un hombre común. En respuesta al<br />

cargo <strong>de</strong> que Jesús era pecador <strong>por</strong>que no guardaba el sábado, dijeron: "¿Cómo pue<strong>de</strong> un hombre<br />

pecador hacer estas señales?" Los rabinos volvieron a dirigirse al ciego: "¿Tú, qué dices <strong>de</strong>l que te<br />

abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta." Los fariseos aseguraron entonces que no había nacido<br />

ciego ni recibido la vista. Llamaron a sus padres, y les preguntaron, diciendo: ' ¿Es éste vuestro<br />

hijo, el que vosotros <strong>de</strong>cís que nació ciego?" Allí estaba el hombre mismo <strong>de</strong>clarando que había<br />

sido ciego y que se le había dado la vista; pero los fariseos preferían negar la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> sus<br />

propios sentidos antes que admitir que estaban en el error. Tan po<strong>de</strong>roso es el prejuicio, tan torcida<br />

es la justicia farisaica. A los fariseos les quedaba una esperanza, la <strong>de</strong> intimidar a los padres <strong>de</strong>l<br />

hombre. Con aparente sinceridad, preguntaron: "¿Cómo, pues, ve ahora?"<br />

Los padres temieron comprometerse, <strong>por</strong>que se había <strong>de</strong>clarado que cualquiera que reconociese a<br />

Jesús como el Cristo, fuese echado "<strong>de</strong> la sinagoga;" es <strong>de</strong>cir, excluido <strong>de</strong> la sinagoga <strong>por</strong> treinta<br />

días. Durante ese tiempo ningún hijo sería circuncidado o ningún muerto sería lamentado en el<br />

hogar ofensor. La sentencia era consi<strong>de</strong>rada como una gran calamidad; y si no mediaba<br />

321

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!