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El Deseado de Todas las Gentes por Elena White [Edición Completa]

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de Todas las Gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de Todas las Gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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Así muchos rechazaron la verdad que hubiera tenido como resultado la salvación <strong>de</strong> su alma. <strong>El</strong><br />

Testigo verda<strong>de</strong>ro dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo."<br />

Toda amonestación, reprensión y súplica <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios o <strong>de</strong> sus mensajeros es un<br />

llamamiento a la puerta <strong>de</strong>l corazón. Es la voz <strong>de</strong> Jesús que procura entrada. Con cada llamamiento<br />

<strong>de</strong>soído se <strong>de</strong>bilita la inclinación a abrir. Si hoy son <strong>de</strong>spreciadas <strong>las</strong> impresiones <strong>de</strong>l Espíritu<br />

Santo, mañana no serán tan fuertes. <strong>El</strong> corazón se vuelve menos sensible y cae en una peligrosa<br />

inconsciencia en cuanto a lo breve <strong>de</strong> la vida frente a la gran eternidad veni<strong>de</strong>ra. Nuestra<br />

con<strong>de</strong>nación en el juicio no se <strong>de</strong>berá al hecho <strong>de</strong> que hayamos estado en el error, sino al hecho<br />

<strong>de</strong> haber <strong>de</strong>scuidado <strong>las</strong> o<strong>por</strong>tunida<strong>de</strong>s enviadas <strong>por</strong> el cielo para que aprendiésemos lo que es la<br />

verdad. A semejanza <strong>de</strong> los apóstoles, los setenta habían recibido dones sobrenaturales como sello<br />

<strong>de</strong> su misión. Cuando terminaron su obra, volvieron con gozo, diciendo: "Señor, aun los <strong>de</strong>monios<br />

se nos sujetan en tu nombre." Jesús respondió: "Yo veía a Satanás, como un rayo, que caía <strong>de</strong>l<br />

cielo."<br />

Escenas pasadas y futuras se presentaron a la mente <strong>de</strong> Jesús. Vio a Lucifer cuando fue arrojado<br />

<strong>por</strong> primera vez <strong>de</strong> los lugares celestiales. Miró hacia a<strong>de</strong>lante a <strong>las</strong> escenas <strong>de</strong> su propia agonía,<br />

cuando el carácter <strong>de</strong>l engañador sería expuesto a todos los mundos. Oyó el clamor: "Consumado<br />

es,"* el cual anunciaba que la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> la raza caída quedaba asegurada para siempre, que el<br />

cielo estaba eternamente seguro contra <strong>las</strong> acusaciones, los engaños y <strong>las</strong> pretensiones <strong>de</strong> Satanás.<br />

Más allá <strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong>l Calvario, con su agonía y vergüenza, Jesús miró hacia el gran día final,<br />

cuando el príncipe <strong>de</strong> <strong>las</strong> potesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l aire será <strong>de</strong>struido en la tierra durante tanto tiempo<br />

mancillada <strong>por</strong> su rebelión. Contempló la obra <strong>de</strong>l mal terminada para siempre, y la paz <strong>de</strong> Dios<br />

llenando el cielo y la tierra. En lo veni<strong>de</strong>ro, los seguidores <strong>de</strong> Cristo habían <strong>de</strong> mirar a Satanás<br />

como a un enemigo vencido. En la cruz, Cristo iba a ganar la victoria para ellos; <strong>de</strong>seaba que se<br />

apropiasen <strong>de</strong> esa victoria. He aquí --dijo él-- os doy potestad <strong>de</strong> hollar sobre <strong>las</strong> serpientes y sobre<br />

los escorpiones, y sobre toda fuerza <strong>de</strong>l enemigo, y nada os dañará." <strong>El</strong> po<strong>de</strong>r omnipotente <strong>de</strong>l<br />

Espíritu Santo es la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> toda alma contrita.<br />

Cristo no permitirá que pase bajo el dominio <strong>de</strong>l enemigo quien haya pedido su protección con fe<br />

y arrepentimiento. <strong>El</strong> Salvador está junto a los suyos que son tentados y probados. Con él no pue<strong>de</strong><br />

haber fracaso, pérdida, imposibilidad o <strong>de</strong>rrota; po<strong>de</strong>mos hacer todas <strong>las</strong> cosas mediante Aquel<br />

que nos fortalece. Cuando vengan <strong>las</strong> tentaciones y <strong>las</strong> pruebas, no esperéis arreglar todas <strong>las</strong><br />

dificulta<strong>de</strong>s, sino mirad a Jesús, vuestro ayudador. Hay cristianos que piensan y hablan <strong>de</strong>masiado<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Satanás. Piensan en su adversario, oran acerca <strong>de</strong> él, hablan <strong>de</strong> él y parece agrandarse<br />

más y más en su imaginación. Es verdad que Satanás es un ser fuerte; pero, gracias a Dios, tenemos<br />

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