04.10.2016 Views

2dxfKq9

2dxfKq9

2dxfKq9

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Como bien<br />

suponen, éste es otro<br />

de los pseudónimos empleado<br />

por una escritora, en este caso por<br />

Cecilia Böhl de Faber y Larrea. Cecilia<br />

fue educada bajo la regla del catolicismo y<br />

cierto conservadurismo, tanto por sus padres<br />

como por su abuela paterna. No obstante, su<br />

familia también influyó en ella desde el ámbito<br />

cultural, quizá más la figura de su padre, Nicholas<br />

Böhl de Faber, quien fue un hispanófilo alemán que<br />

defendió el teatro áureo y otros escritos hispánicos;<br />

él mismo acercó a su hija algunas de las ideas del romanticismo<br />

alemán pregonadas por Schlegel. Cecilia<br />

contrajo matrimonio en tres ocasiones, y enviudó<br />

de los tres, lo que le generó varios problemas económicos.<br />

Con respecto a su obra, hubo una crítica<br />

dividida: la que defendía la propuesta ideológica<br />

que reflejaba y la que la denostaba; ésta última<br />

tendió a hacerse más fuerte cuando se descubrió<br />

quién era el rostro detrás de Fernán<br />

Caballero, llegando en varias ocasiones<br />

a ser un ataque personal, más<br />

cuando algunos la apodaron<br />

“musa neocatólica”.<br />

Ella es muy<br />

conocida por su novela<br />

El libro vacío, obra maestra de<br />

la literatura mexicana. Asimismo,<br />

Josefina Vicens, Diógenes García y Pepe<br />

Faroles guardan un íntimo secreto —no muy<br />

difundido— en común: son la misma persona. Se<br />

casó a la temprana edad de veinticinco años con<br />

José Ferrel, aunque su matrimonio duró apenas un<br />

año; fue apodada “la Peque” y ganó el Premio Xavier<br />

Villaurrutia en 1958. De aspecto severo y voz ronca,<br />

Josefina Vicens adoptó no sólo los mencionados pseudónimos<br />

para escribir opiniones que en varias ocasiones<br />

eran concedidas únicamente a voces masculinas, sino que<br />

cada uno desarrolló su esencia propia. Mientras Pepe Faroles<br />

se dedicó a la crónica taurina —a la que Vicens era<br />

aficionada—, Diógenes García escribía opiniones sobre<br />

la política mexicana; Josefina también escribió algunos<br />

guiones cinematográficos de los que se sentía<br />

orgullosa y que, además, la hicieron ganadora del<br />

Premio Ariel: Renuncia por motivos de salud y<br />

Los perros de Dios. Cuando su salud empezó<br />

a decaer y las personas y amigos comenzaron<br />

a distanciarse, Vicens atravesó<br />

por un de las etapas más difíciles<br />

de su vida.<br />

u<br />

jun<br />

com<br />

Este. L<br />

vieron en<br />

fueron c<br />

familia: O<br />

al de sus se<br />

religiosos. H<br />

intentar est<br />

precaria sal<br />

estudios. No o<br />

contrarse con<br />

y le dio a leer<br />

guardaba y qu<br />

el ámbito lite<br />

conciso. Tras s<br />

tenía que publ<br />

siguientes par<br />

no sin un res<br />

cuando supier<br />

Historia de u<br />

cada bajo el<br />

mil ejempl<br />

Lo que co<br />

y consag<br />

Olive inc<br />

cana, d<br />

los de<br />

co<br />

Por ser mujeres muchas escritoras no firmaban sus obras con sus<br />

verdaderos nombres porque se consideraba que la literatura era un<br />

asunto de hombres. Ofrecemos cinco ejemplos de travestismo autoral.<br />

La época en la que vivimos es un periodo<br />

convulso y, en algunos casos,<br />

contradictorio; los discursos oficiales<br />

difundidos por los medios declaran que<br />

atravesamos una de las mayores aperturas<br />

en cuestiones de libertad de expresión y<br />

aceptación de los amplios grupos que<br />

conforman la sociedad. No obstante, la<br />

segunda cara de la moneda expone que<br />

también vivimos una etapa de violenta<br />

censura y marginación: en México, los<br />

periodistas son quizá uno de los gremios<br />

más golpeados. Las mujeres siguen padeciendo<br />

los abusos de un sistema frívolo<br />

y de costumbres heteropatriarcales —es<br />

decir, que el género masculino y la heterosexualidad<br />

se imponen sobre otros géneros<br />

y orientaciones—, cuando en materia<br />

de seguridad se han implementado estrategias<br />

de protección más bien obsoletos<br />

y contraproducentes, ineficaces y hasta<br />

discriminatorios. Se les exige a las mujeres<br />

ser femeninas cuando lo femenino y<br />

lo masculino son construcciones sociales.<br />

Es difícil ver los entretejidos de la sociedad<br />

en la que se violenta a la mujer cuando estas<br />

prácticas se han normalizado y han<br />

penetrado en todos los sectores, desde el<br />

político hasta el académico y cultural. La<br />

moda es otra de las tiranías que impone<br />

estereotipos de belleza exclusivos de algunas<br />

sociedades y somete los cuerpos y<br />

voluntades tanto de hombres como mujeres,<br />

aunque pareciera ser más frívola con<br />

ellas; la ligereza que les exige es de insoportable<br />

pesadez.<br />

El campo cultural no es ajeno a estas prácticas<br />

que, aunque se han combatido, llegan<br />

a reproducirse, por más apertura que<br />

éste ha conseguido. Las escritoras se vieron<br />

al principio en condiciones desfavorables,<br />

más todavía que las que hoy en día<br />

se atraviesan. ¿Cómo las autoras se han<br />

empoderado? Ejemplos hay muchos, pero<br />

incursionar en un sistema que privilegia<br />

lo masculino obligó a algunas escritoras a<br />

metamorfosearse, buscar la forma de engañar<br />

al sistema para infiltrarse. Hábiles<br />

creadoras encontraron en el travestismo<br />

autoral la forma de ocultarse y poder sortear<br />

los caminos hacia la publicación de su<br />

literatura. En las siguientes líneas descubriremos<br />

algunas narradoras detrás de la<br />

máscara.<br />

Por R. R. Fullton

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!