FOTOGRAFÍA Miguel Claro. De paisaje celeste y espacio profundo Investigación y curatoría: Marcia Vega Texto: Claudia Carmona Sepúlveda La astrofotografía -literalmente, ‘fotografiar los astros’- es tanto una disciplina de la fotografía como una herramienta de la astronomía. Para desarrollarla no basta con disponer de complejos equipos ni dominar las técnicas que permitan capturar esquivos haces de luz; es fundamental conocer nuestros cielos y el comportamiento de los cuerpos en él, saber leer mapas estelares y poseer conocimientos de geografía física para comprender, por ejemplo, ciertos fenómenos atmosféricos que hacen la diferencia entre un gran acierto fotográfico y el más rotundo de los fracasos. Un destacado cultor de esta fascinante actividad, responsable de espectaculares tomas del paisaje celeste inmediato y del espacio profundo (dark-sky), es el portugués Miguel Claro, parte de cuyo ya reconocido y premiado trabajo revisamos en las páginas que siguen. La astronomía moderna se beneficia en forma significativa del trabajo que realizan los astrofotógrafos, pues la observación directa de los cuerpos celestes, aun con potentes y bien equipados telescopios, deja escapar algunos fenómenos que, en cambio, la larga exposición de la emulsión fotográfica sí es capaz de registrar, permitiendo su posterior estudio. Las radiaciones lumínicas de baja intensidad, por ejemplo, se hacen visibles gracias a la astrofotografía. Y los estudiosos del cosmos confían en ésta como herramienta; no por nada los principios físicos involucrados en el arte de “escribir con la luz”, así como muchos de los factores atmosféricos que los determinan, son bien conocidos por los astronómos. Los orígenes de la astrofotografía se remontan a 1839, en tiempos del daguerrotipo, cuando su importancia ya era evidente para el astrónomo François Arago, director de las observaciones del Observatorio de París, quien “propuso a la Cámara de Diputados comprar el proceso de Louis Daguerre «para ponerlo a disposición de Francia y del mundo». El primer uso de la astrofotografía se le atribuye a John William Draper el 23 de marzo de 1840 por un daguerrotipo de la Luna” (https:// es.wikipedia.org/wiki/Astrofotografia). Se reconoce dos grandes vertientes en el trabajo de los astrofotógrafos, con sus respectivos focos de atención y técnicas diferenciadas. Una es la llamada fotografía planetaria, cuyo objeto -debido a su cercanía con la Tierra- son los planetas y satélites del Sistema Solar, hasta Júpiter, así como las estrellas y cuerpos celestes más visibles. La primera imagen de este tipo fue tomada por el fotógrafo e inventor John Adams Whipple y el astrónomo William Cranch Bond, a Vega, la estrella principal 16
La mayor Luna llena del año y el Castillo de Sesimbra, 2013. Fotografía de espacio profundo. Toma abierta de la Vía Láctea, 2013. El movimiento de las estrellas, registrado la noche del 14 de diciembre de 2009. Constelaciones Osa Mayor y Osa Menor desde las ruinas de la Porta Sul, ciudad romana de Ammaia, 2015. 17