Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Miscelánea<br />
El cuchillo es el utensilio más utilizado<br />
por nuestra especie y sin cuya invención<br />
jamás habríamos conquistado la cadena<br />
alimenticia ni se hubiesen generado<br />
cambios decisivos en nuestra fisonomía.<br />
TECNOLOGÍA<br />
“DE PUNTA”<br />
En 1925, el arqueólogo Howard<br />
Carter encontró dos dagas: una<br />
de hierro y otra con una lámina<br />
de oro, dentro de la envoltura de<br />
la momia de Tutankamón.<br />
POR VICTORIA JIMÉNEZ<br />
DESECHABLES ORÍGENES<br />
Hace unos 2,6 millones de años, nuestros parientes<br />
homínidos desarrollaron los primeros<br />
utensilios cortantes. Cuando los seres humanos<br />
(Homo sapiens) entraron en escena,<br />
emergió una serie de herramientas de última<br />
generación, y el cuchillo llevó la delantera<br />
junto a la necesidad imperiosa del hombre<br />
paleolítico por cortar y desmenuzar la naturaleza<br />
para alimentarse, vestirse y abrirse<br />
camino. Estos primeros cuchillos de piedra<br />
se fabricaban a medida que se necesitaban y<br />
luego eran desechados (como las modernas<br />
hojas de afeitar).<br />
Al iniciarse la Edad de Hierro (hace unos<br />
3.500 años), el desarrollo de la minería favoreció<br />
el procesamiento y creación de utensilios y<br />
el cuchillo lideró esa carrera tecnológica.<br />
Así, durante un 99,99% del tiempo histórico<br />
de la Humanidad, esta herramienta ha<br />
sido una fiel y multifuncional compañera: se<br />
ha usado en los hogares, en el mercado, en la<br />
guerra y en los altares de sacrificio. Se ha empleado<br />
para tallar madera, cortar alimentos e,<br />
incluso, para facilitar la higiene personal.<br />
Cuchillo de piedra<br />
(4 ta dinastía, hacia<br />
2630 a.C. - 2500<br />
a.C.). <strong>La</strong> pieza<br />
que se muestra<br />
aquí procede de la<br />
zona de El Fayum,<br />
Egipto.<br />
En el escritorio de todo calígrafo no podía<br />
faltar la “cortaplumas”, que -como su<br />
nombre lo indica– era una pequeña navaja<br />
utilizada para cortar las plumas de ave.<br />
Navaja multifuncional fabricada en Alemania hacia<br />
1880, Museo Nacional de Historia Americana, Washington<br />
DC. (8,89 x 8,89 x 23,49 cm.) Esta maravilla, además<br />
de muchos cuchillos y tijeras, incluye lápices, un<br />
espejo, y un mini revólver calibre 22 de cinco disparos.<br />
ARMA BLANCA<br />
Junto con los fines prácticos, los cuchillos han<br />
tenido usos icónicos. En Roma antigua, por<br />
ejemplo, era habitual llevar siempre una daga<br />
como símbolo de poder, fuerza, determinación<br />
y coraje. Por desgracia, para sus modernos<br />
amantes lucir hoy una al cinto sería visto<br />
con suspicacia, pues antes que una herramienta<br />
se la considera un arma. En defensa<br />
de este puñal, valga aclarar que los archivos<br />
judiciales revelan que la creatividad humana<br />
puede ser infinita y es posible convertir palas,<br />
taladros, sierras eléctricas y lápices en objetos<br />
tan mortales como las dagas, que tantos mártires<br />
han dejado en la historia.<br />
El hallazgo del hierro implicó una gran ventaja<br />
tecnológica por sobre las herramientas<br />
anteriores y la coronación material sucedió<br />
cuando el hierro se mezcló con un poco de<br />
ceniza de madera (carbono) y entonces nació<br />
el acero. <strong>La</strong> capacidad de contar por primera<br />
vez con artefactos de un material tan duro y<br />
flexible, condujo a que éste se convirtiera en el<br />
estándar absoluto para la fabricación de hojas<br />
de cuchillos. Algunos sostienen que el mismo<br />
resplandor “blanco” del acero, condujo a que<br />
se denominara “arma blanca” a las herramientas<br />
cortantes –espadas, puñales, navajas–, que<br />
relucían brillantes como las cotas de malla y<br />
arneses caballerescos. Otras fuentes nos ayudan<br />
a inferir que todas las armas de punta<br />
y corte pasaron a llamarse así después de la<br />
Edad Media, aludiendo a los objetos que derivaban<br />
directamente de las armas “vírgenes”<br />
o “blancas”; aquellas que se mantienen faltas<br />
de bautismo de guerra por parte de los caballeros<br />
iniciados.<br />
…Y DE DOBLE FILO<br />
Tal como las dagas, los cuchillos estaban afilados<br />
por ambos lados de la hoja, hasta que<br />
el rey Luis XIII, al ver a un comensal mondándose<br />
los dientes con uno, decidió tomar<br />
medidas en pro de nuevos y cortesanos modales.<br />
Ya en 1630 se prohibió en Francia el<br />
empleo de cuchillos de mesa con punta para<br />
combatir la vulgaridad, evitar cortes y erradicar<br />
la limpieza de dientes y uñas durante las<br />
comidas. Si durante la Antigüedad y toda la<br />
Edad Media ese mismo cuchillo de cintura<br />
con el que se destripaba a los enemigos servía<br />
para pelar y llevar los alimentos a la boca, en<br />
el Barroco la costumbre cambió radicalmente,<br />
pues emergió el cuchillo de mesa que era<br />
casi idéntico al que hoy conocemos: con una<br />
hoja de acero de un solo filo, punta redonda<br />
y un mango más estilizado. Un cubierto sofisticado<br />
y casi inofensivo (que pondría fin a<br />
la vieja costumbre de clavar el cuchillo en las<br />
mesas de las cantinas).<br />
En el siglo XIX, los cuchillos integraban parte<br />
de la cubertería que todo hogar de “buen<br />
gusto” poseía. Ya entonces se producían industrialmente<br />
en acero o plata, siendo infaltables<br />
obsequios matrimoniales hasta muy<br />
avanzado el siglo XX. <strong>La</strong> cultura culinaria y<br />
el lujo hicieron al hombre olvidar en parte<br />
su capacidad mortal, convirtiéndolos en una<br />
suerte de delicadas espátulas de salón, pero<br />
basta ver colecciones virtuales o físicas para<br />
reencontrarnos con ese cazador-recolector<br />
que hemos sido. Desde los cuchillos más antiguos<br />
y rudimentarios, hasta los más lujosos<br />
y ornamentados, estos objetos han sido capaces<br />
de aunar nuestra animalidad y sofisticación,<br />
pues por un lado fue gracias a ellos que<br />
se potenció nuestro consumo de carne, pero<br />
también gracias a ellos cambió para siempre<br />
nuestra constitución cerebral; nuestros dientes<br />
se redondearon y nuestra cavidad bucal se<br />
hizo más pequeña. Homenajear entonces al<br />
cuchillo es rendir tributo a la memoria tecnológica<br />
y subrayar su lugar cultural como<br />
verdadera obra del arte de sobrevivir.<br />
12 I <strong>La</strong> <strong>Panera</strong>