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CARAS Y CARÁTULAS<br />
[ POR ANTONIO VOLAND ]<br />
Rutas mexicanas<br />
Javier Barría se encuentra en este momento en<br />
México, donde permanecerá hasta noviembre,<br />
ocupado en uno de los proyectos que lo obligaron<br />
a suspender sus actividades de estreno de<br />
«Estación Pirque». “Cuando regrese a Chile vamos<br />
a presentar el disco en un teatro con un concierto<br />
bien organizado. Hasta ahora sólo mostré algunas<br />
canciones en una galería de arte del Barrio<br />
Italia. Tocamos con Álvaro Zambrano y Sebastián<br />
Iglesias, los músicos que me acompañan. Pero esta<br />
nueva banda quedó suspendida ahora”.<br />
Suspendida por el momento, porque mientras<br />
esté en México, Barría participará en el elenco<br />
teatral que está con funciones de la pieza «<strong>La</strong><br />
heroica república del sillón rojo», que ha sido<br />
presentada como una sátira sobre la puesta en<br />
marcha de las democracias en <strong>La</strong>tinoamérica. Allí<br />
integra un grupo de músicos chilenos que son<br />
parte de la obra y donde incluso tienen intervenciones<br />
actorales el trovador Benjamín Walker<br />
y la cantautora valdiviana Carolina Nissen, quien<br />
compuso la música de la obra. <strong>La</strong> compañía girará<br />
por México y Colombia, ocasión en que los tres<br />
chilenos tendrán oportunidad de mostrar sus<br />
canciones a nuevos públicos.<br />
el perímetro que marcaban entonces Vicuña<br />
Mackenna y Avenida Matta. O el Hospital San<br />
Francisco de Borja, que también despareció,<br />
aunque quedó su iglesia, ahí en el sector donde<br />
está el hotel Crowne Plaza. Era una canción<br />
que no terminé. Apenas hay una parte de su<br />
letra: ‘El hospital donde naciste ya no existe’ ”,<br />
sentencia.<br />
–¿Hablas de la historia perdida?<br />
“<strong>La</strong> gente me conoce por algunas de mis canciones<br />
de distintas épocas. Una es «Mi corazón,<br />
su casa», otra es «<strong>La</strong> misma madera», y otra,<br />
«El día que dejaste de quererme», que es la más<br />
tocada en las radios. Pero, en lo personal, mi<br />
favorita es «Vidas pasadas», que compuse hace<br />
como diez años, y que representa una mirada.<br />
No me preocupo de recordar, porque el testimonio<br />
son las canciones. Yo me miro como un<br />
edificio demolido”.<br />
JOSEFINA ECHENIQUE<br />
CARTA DE PRESENTACIÓN<br />
Una larga experiencia como cantante y<br />
compositora, con piezas seleccionadas<br />
para la serie de discos «Música de este<br />
lado del sur», pero sobre todo para los álbumes del grupo<br />
Cántaro, formado en la U. de Chile cuando ella tenía diecinueve<br />
años, Josefina Echenique concreta su independencia musical.<br />
Grabado en parte en Francia, en el estudio de Pájaro Canzani<br />
(ex músico de Los Jaivas), «Maldita bendita» parece una carta<br />
de doble lectura, de sentidos contrapuestos, de idas y vueltas.<br />
Se exponen los contrastes de una trayectoria que tiene episodios<br />
en Rancagua, donde nació; en Santiago, donde vivió, y en<br />
París, donde se emancipó.<br />
Josefina Echenique es parte de esa generación transformadora de<br />
la música de las raíces sudamericanas. El propio grupo Cántaro<br />
fue un germen de esta corriente con sus múltiples nombres, y ella<br />
aparece aquí como una cantautora sin miedo a probar. No se pone<br />
límites en lo poético y toma todas las herramientas musicales que<br />
tiene a la mano. Sus conexiones con el folclor argentino y el peruano,<br />
con la música brasileña y la cubana, o con el jazz, el tango y el<br />
pop, le abren así un campo para iniciar, ahora en su treintena de<br />
edad, una página nueva de su autobiografía autorizada.<br />
FRANCISCO PINTO<br />
EL AMIGO DE TODOS<br />
<strong>La</strong> mesa donde antes se sentaban dos<br />
personas, es ahora la mesa donde se<br />
sienta solo una. Una imagen que Francisco<br />
Pinto escogió para la portada de su nuevo disco y para<br />
representar el horizonte de una nueva vida. “Es un disco sobre<br />
la separación”, le había dicho al periodista Vadim Vidal acerca<br />
de «Retarded», el tercer álbum de este músico, compositor y<br />
productor musical que en una década ha publicado tres álbumes<br />
con el sello Pueblo Nuevo.<br />
Pinto se sumerge en las profundidades de un sonido que hoy<br />
constituye una memoria y un patrimonio del pop. Los sintetizadores<br />
mantienen vigente un discurso de ritmos programados<br />
y de climas sónicos ciento por ciento sintéticos. <strong>La</strong> atmósfera<br />
que consigue Pinto lleva al auditor a alguna fiesta juvenil de los<br />
años 80. «Retarded» alterna piezas instrumentales bailables<br />
(«Time to time», «Fátima», «Melena sónica», «Ébano») con canciones<br />
donde otra vez el productor convoca a figuras a quienes<br />
el sonido de época les resulta natural: Fakuta, Entrópica,<br />
Deplásticoverde, Elisita Punto y un viejo conocido de Pinto,<br />
Javier Barría.<br />
NOMBRES PROPIOS<br />
MARIO CATALÁN (1913-1979)<br />
DIEGO ERRÁZURIZ<br />
EL SILENCIO HABLA<br />
De las diez horas de música que grabó en<br />
su paso por Alemania el año pasado, Diego<br />
Errázuriz obtuvo 120 minutos que se distribuyeron<br />
en los dos volúmenes de «Berlin meditations». Se trata<br />
de un trabajo autoral que viene a mostrar un enfoque genuino y<br />
personal de este pianista, al que deberíamos llamar improvisador o<br />
tal vez compositor en tiempo real. Fuera de la limitación conceptual<br />
que puede suponer el conocimiento de la teoría, la armonía y su<br />
lógica, y sin estudios académicos, Errázuriz goza de gran libertad<br />
frente al piano. Ha construido un largo soliloquio grabado en un<br />
Steinway & Sons de cola completa en los Emil Berliner Studios, en<br />
memoria del inventor del gramófono y fundador del sello alemán<br />
Deutsche Grammophon.<br />
Del silencio al sonido, y no sólo el sonido es el que habla aquí.<br />
<strong>La</strong>s meditaciones comienzan siempre desde el silencio, porque es<br />
allí donde se encuentran las primeras respuestas. Así, Errázuriz<br />
nos muestra una creatividad abierta a través de una veintena de<br />
composiciones de distintas intensidades, extensiones y desenlaces,<br />
todas en el campo de la “improvisación armónica”, una manera<br />
de tocar muy equilibrada que también fue aprendida de ese genio<br />
llamado Keith Jarrett.<br />
MYSTIC CHANT<br />
LA MÍSTICA PASIONERA<br />
Hace diez años, los hermanos Diego y Hugo<br />
Manuschevich pusieron en marcha el sello<br />
discográfico Mystic Chant Recordz, con el que<br />
editaron grabaciones de free jazz y avant-garde. Fue una vitrina<br />
para esa música extrema que solían tocar desde que se instalaron<br />
en Chile, después de vivir su adolescencia en Estados Unidos. Los<br />
mismos jazzistas se reúnen hoy para registrar junto al contrabajista<br />
Javier Valdebenito una sesión que reactiva esa pasión y<br />
recupera esa mística, formando un trío de carácter conmemorativo<br />
al que bautizaron Mystic Chant.<br />
«Concepts and motifs» viene a ser una continuidad de «Tradición<br />
y mística», disco de Valdebenito publicado en 2013 junto a los<br />
propios Manuschevich en saxo tenor y batería. Sin el piano como<br />
soporte, otra vez estos músicos reman juntos por ese océano<br />
ultramarino en el que han quedado a la deriva. Deben recuperar<br />
la armonía utilizando únicamente instrumentos que son melódicos.<br />
En la aventura, incluso le dan a la batería atributos armónicos. Entonces<br />
el trío se transforma en un mecanismo de relojería, aunque<br />
avanza levemente detrás del tiempo, generando una permanente<br />
tensión musical.<br />
Felipe Solís Poblete, investigador de la cueca y recopilador de sus historias y sus misterios, describe<br />
a Mario Catalán como uno de los nombres que conectó la música de las calles con la industria<br />
del disco de los años 50. Con más de un metro ochenta de estatura y con parejos 130 kilos, fue<br />
un inconfundible ejemplar de ese reino animal, aplaudido en fondas y conventillos de la Recoleta<br />
chimbera, donde residió casi toda su vida; y en los laberintos de la Vega Central, donde comenzó<br />
a trabajar a los nueve años. Solís Poblete también dice que su canto –agudo, fortísimo y gracioso– se asemejaba mucho al<br />
pregón del vendedor veguino.<br />
Cantor y autor de cuecas, la alianza que inició en 1948 con el Dúo Rey Silva, figuras del folclor mediatizado, le permitió entrar<br />
en un público más amplio que ignoraba su existencia. Grabó sus primeras cuecas en 1951, habituales en festejos de septiembre<br />
y del resto del año: «Aló, aló», «Mi caserita», «Desde que vine al mundo» y «Va atracando barco al muelle». Si prácticamente<br />
todos los cultores actuales de la cueca brava reconocen a Nano Núñez o a Baucha Araneda como sus héroes, la figura de<br />
Mario Catalán no debe quedar atrás en la historia de la música popular.<br />
“<strong>La</strong> duda es el origen de la sabiduría”, René Descartes (1596-1650), filósofo francés.<br />
<strong>La</strong> <strong>Panera</strong> I 25