Mujeres
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VerdadAbierta.com / ONU <strong>Mujeres</strong><br />
17<br />
pequeña, fue criada para servirle<br />
a su esposo y que cuando llegó el<br />
momento de la guerra y de la coca,<br />
él hizo de las suyas.<br />
mujeres las que lideran el proceso<br />
de construcción de la paz desde<br />
experiencias indígenas y afrocolombianas”,<br />
indica el estudio.<br />
redujo a no más de 20. Pero incluso<br />
así se arriesgaron a romper las<br />
reglas que impusieron los grupos<br />
armados. En 2003 había toque de<br />
Por su parte, Ghenit Margot<br />
Melo, psicóloga de la Comisaría de<br />
Familia de San Miguel, está convencida<br />
de que el conflicto alrededor<br />
de la coca potenció un patrón de<br />
conducta en el que las mujeres<br />
consideran normal lo que padecen<br />
y sienten la necesidad de aguantar<br />
los maltratos de sus esposos, todo<br />
porque “ya soportaron que los grupos<br />
armados las violaran a ellas y a<br />
sus hijas”.<br />
Y precisamente eso fue lo que<br />
notó el padre Alcides Jiménez en<br />
Puerto Caicedo. A principios de los<br />
ochenta, comenzó trabajar con<br />
las mujeres para que enfrentaran<br />
el machismo, a promover un<br />
programa de desarrollo rural y a<br />
inculcarles la necesidad de organizarse.<br />
Fue así como se creó la<br />
Asociación de <strong>Mujeres</strong> de Puerto<br />
Caicedo (ASMUM), a principios<br />
de los noventa, quizá la organización<br />
femenina más antigua del<br />
Putumayo y que apalancó la creación<br />
de la Ruta Pacífica de <strong>Mujeres</strong>,<br />
la red más grande de este tipo de<br />
asociaciones en todo el país.<br />
El trabajo de este religioso se<br />
irradió por todo el departamento<br />
como inspiración para crear muchas<br />
más organizaciones en defensa<br />
de los derechos, especialmente de<br />
las mujeres. En un mapeo de iniciativas<br />
en cuatro regiones del país,<br />
presentado al Programa Suizo para<br />
la Promoción de Paz en Colombia,<br />
Esperanza Hernández identificó<br />
De las 65 iniciativas<br />
de paz que había en<br />
Putumayo en 2005,<br />
35% eran jalonadas<br />
por mujeres.<br />
Pero así como su vida impactó<br />
en Putumayo, pasó lo mismo con<br />
su muerte. El 11 de septiembre de<br />
1998 asesinaron al padre Alcides<br />
dentro de la iglesia, cuando se<br />
preparaba para dar la eucaristía.<br />
“Toda la plataforma social y<br />
organizativa quedó en shock como<br />
dos años, sin querer siquiera ni<br />
respirar y encima luego arrasaron<br />
los paramilitares en 1999 y al año<br />
siguiente la implementación del<br />
Plan Colombia”, explica Amanda.<br />
Esa mezcla afectó profundamente<br />
el tejido social. Por<br />
ejemplo, en ASMUM había 200<br />
mujeres asociadas, pero a principios<br />
del 2000 ese número se<br />
Pese a los<br />
esfuerzos de los<br />
líderes, en la<br />
inspección de El<br />
Placer es común<br />
encontrar casas<br />
abandonadas,<br />
inundadas de<br />
maleza.<br />
Foto: María Clara<br />
Calle, periodista de<br />
VerdadAbierta.com<br />
queda a partir de las 5 de la tarde<br />
en Puerto Caicedo, pero eso no<br />
fue impedimento para que cerca<br />
de 3.600 de todo el país personas<br />
llegaran en 116 buses, a las 10 de<br />
la noche del 25 de noviembre,<br />
para gritar contra la guerra y las<br />
fumigaciones. “Es una forma de<br />
no sentirnos solas y de decirles a<br />
los armados que las mujeres aquí<br />
no queremos esta vida ni para<br />
nosotras ni para nuestros hijos”,<br />
expresa Amanda.<br />
Defensoras de vidas<br />
Y es que casi que en cada<br />
municipio donde se vivía el conflicto<br />
intensamente, había una o<br />
varias mujeres que se pararan de<br />
frente a los paramilitares o a los<br />
guerrilleros.<br />
Esto pasó, por ejemplo, en<br />
el corredor Puerto Vega - Teteyé.<br />
Allí las mujeres se volvieron las<br />
presidentas de las juntas de acción<br />
comunal para evitar que<br />
siguieran matando a los hombres<br />
que ocupaban esos cargos, como<br />
afirma Sonia.<br />
En El Placer, la batuta la llevaron<br />
Nohemí Narváez, considerada<br />
la ‘cacica’ de la comunidad según<br />
el informe del CNMH; Elizabeth<br />
Mueses y, a diferencia de muchos<br />
otros lugares, trabajaban de<br />
la mano con hombres como<br />
Floresmilo Calderón y Salvador<br />
Carreño.<br />
que en Putumayo muchas de las<br />
propuestas estaban inspiradas<br />
por el padre Alcides. “Allí son las