Mujeres
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44 <strong>Mujeres</strong> tras el telón de la guerra<br />
“yo diría que solo el 10%,<br />
siendo mucho, me dijeron<br />
que les gustaba ese<br />
trabajo... Pero lo hacen<br />
porque, ¿qué más hay para<br />
hacer en Segovia?<br />
grupo”, explica el funcionario, quien<br />
asegura que “lo que está en disputa<br />
aquí es el territorio. Dicen que<br />
Segovia se volvió muy buena plaza<br />
para el microtráfico, porque hay<br />
mucho consumo entre los jóvenes;<br />
además de las extorsiones de que<br />
son objeto los comerciantes y los<br />
mineros tradicionales”.<br />
El ocaso de la minería<br />
“Hace ratico ya, llegaron los<br />
tales ‘Gaitanistas’ esos a cobrarme<br />
vacuna. Me pidieron dos millones<br />
de pesos. Yo les dije que si les<br />
pagaba todo eso pues simplemente<br />
tenía que cerrar la mina. Al fin pude<br />
transar en 500 mil pesos. Luego, este<br />
año, llegaron unos que no sé cómo<br />
se llaman diciéndome: ‘cómo usted<br />
les paga tanto a ellos, nos tiene<br />
que pagar lo mismo a nosotros.<br />
Ahora sale que llegaron los tales<br />
‘Héroes del Nordeste’ y de seguro,<br />
también llegarán a vacunar. Y<br />
así no se puede”, cuenta Ovidio*,<br />
propietario de una pequeña mina<br />
en las afueras de Segovia.<br />
En ella trabajan directamente<br />
unas 30 personas. Pero la minería<br />
es una actividad cuyos vínculos<br />
se extienden mucho más allá del<br />
socavón. “De la mina también<br />
dependen las chatarreras, los<br />
arrieros, los turbineros, en fin, es<br />
una cadena bastante larga que si<br />
uno suma, son más de 50 personas”,<br />
explica el minero.<br />
Quizás por ello, cuando<br />
se le indaga por el futuro de<br />
esta actividad en su rostro se<br />
dibuja una mueca de profunda<br />
preocupación. No es para menos.<br />
Desde que se instaló en Segovia, la<br />
banda criminal al mando de alias<br />
‘Otoniel’ se apoderó del comercio<br />
de un elemento vital para la<br />
minería en este pueblo y que le está<br />
reportando grandes dividendos:<br />
la dinamita. “Esos ‘Gaitanistas’<br />
saben quiénes pueden acceder a<br />
la dinamita; o sea, quienes tienen<br />
licencia de explotación. Entonces, a<br />
ellos les dicen: ‘usted me va vender<br />
la dinamita solo a mí a tanto’. Los<br />
que no tenemos acceso a dinamita<br />
tenemos que comprársela a ellos,<br />
a lo que nos pidan, que siempre es<br />
tres veces más”, agrega el minero.<br />
A esto se suma el cambio de<br />
condiciones laborales para cientos<br />
de medianos y pequeños mineros<br />
desde que la Zandor Capital<br />
asumió el control de todos los<br />
activos de la Frontino Gold Mines.<br />
Años atrás, cuando la Frontino<br />
aún estaba bajo el control de los<br />
trabajadores, cientos de pequeños<br />
y medianos mineros solían explotar<br />
en la más completa informalidad<br />
múltiples socavones abiertos en<br />
tierras de la empresa sin mayores<br />
complicaciones. Unos y otros