Revista Kipukamayo Diciembre de 2016

KIPUKAMAYO / Diciembre 2016
dictar una Resolución que acogiera la autoconvocatoria
para las asambleas unánimes, que estaba
en estudio.
No sería la primera vez que este organismo de control
dispusiera su “no oposición” a una interpretación
favorable de textos rígidos: así ocurrió, muy
acertadamente, con una antigua disposición que
aceptó la escisión no proporcional a la matriz de
socios de la sociedad excorporante, siempre que
no se afectasen intereses de terceros y se adoptara
por unanimidad, lo que permitió descomprimir
una gran cantidad de casos en que los socios estaban
de acuerdo en separarse con asignación de
partes proporcionales patrimoniales, pero chocaban
con la disposición del todavía vigente art. 88
de la LGS (Requisitos, 3°).
En efecto, la Resolución 16/del año 1974 de la entonces
Inspección General de Personas Jurídicas
de la Nación, estableció que “no se observarán los
casos de escisión cuando el reparto haya sido acordado
en forma unánime por los socios, aunque no
se haya respetado la proporcionalidad establecida
por el art. 88 del decreto 19.550/72”.
Tuvo en cuenta “…los numerosos expedientes de
escisión en los que no se respeta la distribución proporcional
establecida en la segunda parte del artículo
88 de la ley 19.550, ya sea porque el reparto se
hace solamente entre algunos de sus socios, quienes
en compensación resignan su condición de tales
en la sociedad que se escinde, o porque en la creación
de dos o más sociedades las partes o acciones
de cada uno de ellos se asignan separadamente a
diversos grupos de la sociedad madre”.
En general, la doctrina salvo alguna excepción aislada
acogió con beneplácito la Res. IGPJ 16/74.
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