NORMAS DE COLABORACIÓN

Nosotros necesitamos personal con vocación (que incluye las virtudes militares),
capacidad de comunicación y de análisis, polivalencia, proactividad e iniciativa, capacidad
de trabajo, fortaleza física y mental e idiomas, como capacidades fundamentales. Con
dichos parámetros, y teniendo en cuenta la pirámide poblacional en distintas franjas de
tiempo, deberíamos preguntarnos:
• ¿Cómo va a afectar con el tiempo a nuestro Ejército la bolsa de jóvenes
disponibles para ingresar en las Fuerzas Armadas?
• ¿Y la competencia entre los propios Ejércitos?
• ¿Es atractiva en las academias militares la formación universitaria y de
formación profesional que se les imparte, o debería abrirse el abanico a
otras carreras o módulos?
• ¿Estamos perdiendo talento al optar por una formación meramente tecnológica, en las academias,
dejando de lado grandes potenciales de alumnos con perfiles menos tecnológicos pero igualmente
necesarios y con grandes cualidades?
• ¿El perfi l de carrera que estamos diseñando es ambicioso en formación, incentivos y
conciliación familiar como para competir con otras opciones profesionales?
• ¿Es el profesorado militar y civil el adecuado, está valorado y reconocido, y tiene los incentivos
necesarios para que llegar a ser profesor sea verdaderamente competitivo?
• ¿Es la legislación y normativa administrativa la adecuada? ¿Qué cambios o adaptaciones precisa,
dado que el militar no es realmente un funcionario en el sentido que los gobernantes y ciudadanos
entienden?
Para evitar tener que reaccionar, debemos hacer un
análisis prospectivo de lo que nos viene en el futuro para
planear lo necesario, y atraer los mejores recursos humanos
posibles, en lugar de tener que improvisar para solventar los
problemas o tendencias que no supimos ver, o resolver con
anticipación en el pasado; no obstante, tampoco debemos
perder de vista que las principales necesidades empresariales
actuales, mencionadas en el primer párrafo, todas ellas tienen
una gran relación con las necesidades de la Defensa.
Para fi nalizar, recordar que el objetivo último de la
enseñanza, la formación y el perfeccionamiento es preparar
a nuestro personal para mandar hombres y mujeres no solo en la vida cotidiana, sino en situaciones límite
como la que soportaron, a fi nales del siglo XIX, nuestros compatriotas en el Fuerte de Baler, en Filipinas.
TEXTO: CORONEL DE INFANTERÍA GUILLERMO LABRADO GÓMEZ.
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