+ seguridad
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Para evitar esa hipotermia (descenso de la temperatura), el cuerpo activa unos mecanismos destinados<br />
a aumentar la generación interna de calor y a disminuir su pérdida. Estos mecanismos son:<br />
■■<br />
Vasoconstricción: la disminución del flujo de sangre a la superficie del cuerpo dificulta la disipación<br />
del calor al ambiente y permite mantener los órganos internos, como el corazón, con mayor<br />
temperatura. Este efecto, sin embargo, hace que los miembros más alejados del núcleo central del<br />
organismo, como las manos y los pies, vean disminuido el flujo de sangre y por tanto reducida su<br />
temperatura, lo que aumenta el riesgo de sufrir congelación.<br />
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Aumento involuntario de la actividad metabólica: escalofríos. A medida que el cuerpo se enfría, se<br />
activa esta segunda línea de defensa. Consiste en una contracción involuntaria de los músculos que<br />
genera energía y por tanto, aumenta la producción de calor. Una tiritona intensa, en una persona en<br />
reposo, puede aumentar su temperatura interna en 0,50 C. Cuanta más grasa corporal posea una<br />
persona, más se retarda la aparición de los escalofríos.<br />
Teniendo en cuenta los efectos principales del frío sobre la salud, hipotermia y congelación, el estrés por<br />
frío se puede clasificar en dos grupos:<br />
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Estrés por enfriamiento general del cuerpo.<br />
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Estrés por enfriamiento local de ciertas partes del cuerpo (cara, extremidades, etc.)<br />
c. Factores de riesgo asociados al frío<br />
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Efectos de las condiciones climatológicas sobre la salud de los trabajadores<br />
• Factores personales<br />
Algunas características personales del trabajador y ciertos factores ligados a cada individuo, pueden influir<br />
en la respuesta del organismo frente al frío. Por tanto, deben ser considerados a la hora de evaluar<br />
el riesgo por exposición a bajas temperaturas.<br />
Entre estos factores de riesgo, se encuentran:<br />
– La edad<br />
Los adultos de mayor edad tienen más dificultades de adaptación a las temperaturas extremas. A<br />
medida que las personas envejecen, se producen cambios en el metabolismo basal que influyen en la<br />
termorregulación y en la percepción de la temperatura. Con el envejecimiento los ajustes termorreguladores<br />
se vuelven menos eficientes.<br />
– El género<br />
En general, las mujeres acumulan más grasa cutánea que los hombres, lo que proporciona mayor<br />
aislamiento y hace que pierdan menos calor en las mismas condiciones. Por tanto, en términos de<br />
enfriamiento general, las mujeres parecen más tolerantes al estrés por frío. Sin embargo, tienen más<br />
riesgos de sufrir lesiones en las manos y pies, debido a que la velocidad de enfriamiento de las extremidades<br />
es mayor en mujeres que en hombres.