Oportunidades internacionales

ENTREVISTA ENTREVISTA
En 2016 Mario Rivas asumió
como máximo representante
en Chile del organismo
de certificación. Con
una mirada eminentemente
social quiere acercar a
empresas y comunidades.
Foto: Gentileza Mario Rivas
Mario Rivas, presidente FSC Chile
“Mi elección fue para transformar FSC en un
elemento político”
Hace cerca de cinco años que Mario Rivas ha
estado vinculado a FSC y además es director
del Área Social del Obispado de Temuco.
Quizás por ello tiene una visión muy inclinada a los temas
sociales del proceso de certificación.
“En 2016 los temas más importantes fueron: Cómo mejorar
los procesos de certificación y el tema de la colusión, que
fue una gran preocupación del directorio de FSC en Chile,
pero también internacional”, dice.
¿Cómo se dio todo para que usted llegará al FSC?
Yo creo que en el fondo mi elección fue producto de ver la
posibilidad de lograr transformar FSC no solo en un elemento
técnico, sino también político. Eso está significando que
mi elección sea producto de cómo transformar hoy día la
relación de las empresas forestales con las comunidades.
Mi tema fue más de crear un espacio de discusión política
del FSC Chile, al menos en esta etapa que viene. Esto no
es una cuestión de evento, hay que instalar un cambio
cultural en las relaciones de las comunidades y empresas
que son los actores que están hoy trabajando en terreno.
Yo creo que las empresas forestales pasaron por una etapa
muy compleja n la cual después de 40 años descubrieron
que dentro de los territorios que fueron asignados para ellos
no en propiedad, había flora y fauna, comunidades, agua y
realmente y había solamente una mirada economicista, de
invasión y creo que eso no le hacía bien ni a las empresas
ni a las comunidades. Por eso yo valoro mucho el sello FSC,
que de alguna manera regula y puede ser un instrumento
en la búsqueda de desafíos comunes entre empresas y
comunidades.
¿Cómo se logra ese cambio?
Hay que capacitar a líderes locales en certificación. No los
tenemos, tampoco la universidad nos entrega profesionales
que estén preparados para el diálogo, sino que están más
preparados para la confrontación o para solucionar temas
de confrontación, pero no tener la posibilidad de formar
gente que pueda dialogar y generarse oportunidades.
Creo que las ONG, el Estado y otras instituciones debemos
ser facilitadores para que esta relación con comunidades
se genere de forma distinta, que logren ser actores del
desarrollo. No es un tema fácil. El que ha estado un poco
alejado de estos temas ha sido el Estado y también hay
que involucrar a los poderes locales, como el municipio, las
diferentes instancias que tiene el municipio para trabajar
con las diferentes comunidades.
LIGNUM / enero - febrero 2017 / 23