HACIENDO MEMORIA. Página de los Antiguos Alumnos Ventanal • AQUELLAS FIESTAS DEL COLEGIO Comitiva previa al Rey de Fiestas (años 60/70 del siglo XX) Con la puntualidad de siempre, llegaban, allá por mayo florido, las Fiestas. “Fiestas Rectorales”, “Fiestas Colegiales” o simplemente “Fiestas del Colegio”, diversas denominaciones que fueron evolucionando, llenando, como siempre, nuestro colegio de alegría, jolgorio y animación. En las vísperas, todo el colegio se movilizaba en los preparativos, para desarrollar un programa en el que, manteniendo el ritual tradicional, se introducían cada año novedades muy al hilo de la actualidad. Se hacía acopio de materiales, que Mariano y Tiburcio en el remolque del tractor trasladaban al recinto ferial; se montaban las barracas, e incluso un año una pequeña plaza de toros; se contrataba el suministro de bebidas, algunos ya destacaban entonces por sus buenas dotes para los negocios; se ensayaban y preparaban cada uno de los actos, que año a año no dejaban de sorprendernos. El sábado, primer día de las Fiestas, la mañana transcurría entre juegos infantiles para los más pequeños; el soga-tira, que fue parte de los Juegos Olímpicos desde 1900 a 1920; la gincana de bicicletas (años más tarde también de motos), en la que algunos mostraban una increíble habilidad sorteando el circuito; las carreras de sacos; la piñata, liándose a mamporrazos con los ojos vendados para tratar de romperla y siempre con la posible sorpresa de qué nos depararía, que podía ser un buen remojón; las peleas de sacos, etc. Mientras los mayores participaban en diversas competiciones deportivas, fútbol, hockey, baloncesto, etc. Por la tarde se celebraba el Pregón. Una parte consistía en un festival con actuaciones musicales, conjuntos de música pop y rock integrados por colegiales, actuación de la rondalla, festival de la canción, la actuación de algún mago y sketches basados en temas de actualidad, por ejemplo el movimiento hippie, o en estampas de la vida en el colegio. La otra, más ritual, consistía en el juicio sumarísimo al que se sometía al anterior Rey de las Fiestas, que siempre llevaba aparejado su condena a muerte; la ejecución de la condena se llevaba a cabo por diversos procedimientos, siempre ocurrentes y novedosos, desde la guillotina, hasta servir de delicioso manjar a una tribu caníbal, pasando por ser víctima de un mortal disparo como lo fue Kennedy. A Rey muerto, Rey puesto. El otro ritual del Pregón consistía en la elección del nuevo Rey entre alumnos designados del curso llamado entonces Preparatoria (los más pequeños del colegio, menores de 9 años), tras una presentación de candidatos y sus programas, llenos de magníficas promesas imposibles de cumplir, tarea que les correspondía hacer a sus representantes y portavoces, alumnos de los cursos superiores, los mayores. Porque en el colegio entonces así nos distinguíamos, los mayores o mayorones y los pequeños. El domingo, el día grande de las fiestas, tras la celebración de la misa en la plataforma, se iniciaba el desfile de la entronización del nuevo Rey, -Gila I o Artieda III, por ejemplo-, acompañado de toda su corte, pajes o guardia real. Seguidamente el Rey daba lectura a la Felicitación al Padre Rector, de ahí que durante algunos años las fiestas se denominaban ‘Rectorales’, que presidía el acto acompañado de diversas autoridades de la ciudad, y tras ellas toda una serie de actuaciones gimnásticas o folclóricas. Tras este acto central y más importante de las fiestas, las barracas se veían muy concurridas y hacían una buena caja. Por la tarde, se celebraban otras actividades, desde un corro de Lucha Leonesa, hasta los sucesivos intentos de trepar una cucaña, que nadie logró coronar y hacerse con el dulce trofeo, o la suelta de la vaquilla Orgullosa, de 222 Kg., que en su primera tarde saltó la barrera y llegó en su huída nada menos que hasta Robledo de Torío. Y con esos actos terminaban las fiestas. Entonces ya decíamos: lo malo de las Fiestas es que enseguida empezaban los exámenes. (Asociación AA.AA.) Llegada del Rey de Fiestas Barraca y Plaza de toros Tendido de sombra para ver a Orgullosa Conjunto musico-vocal Cata y encuentro El pasado 29 de marzo, con el horizonte de tener encuentros distendidos intergeneracionales, la Asociación convocó una cata de vinos que se tuvo en Casa Estrella, de Villaobispo, con la colaboración de Bodegas Grupo Vile y de un gran sumiller, David de la Riva Díaz-Rincón, antiguo alumno él también. Los asistentes aprendieron un poco más sobre matices y variedades de uva, compartieron vivencias colegiales, quedaron muy satisfechos. Visita el sitio de los Antiguos Alumnos en Facebook https://www.facebook.com/Antiguos-Alumnos-Jesuitas-Le%C3%B3n-984815488198768/ 38 Comunidad Educativa
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