Revista El Mesías - Num 04
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<strong>El</strong> <strong>Mesías</strong> 2017<br />
Dando continuidad a la interpretación<br />
que aquí comparto, cito el<br />
versículo 6a: “Sólo bien y misericordia<br />
me acompañan todos (los)<br />
días de mi vida”. Aquí los bienes<br />
materiales no están presentes en<br />
el vivir cotidiano del salmista,<br />
pero el bien y la misericordia son<br />
la perfecta compañía en el diario<br />
andar del escritor bíblico. Para el<br />
escritor sagrado el bien y la misericordia<br />
son tesoros de mayor valía<br />
que el oro, la plata o cualquier<br />
otro bien. Por ello, la presencia de<br />
Dios se pone de manifiesto a través<br />
del bien y la misericordia que<br />
acompañan al salmista todos los<br />
días de su vida.<br />
En la misma línea interpretativa<br />
está el versículo 6b que dice:<br />
“y mi reposo (es) en (la) casa de<br />
Yahweh por largos días”. La completa<br />
satisfacción y reposo del escritor<br />
bíblico radica en habitar en<br />
la casa de Yahweh por la mayor<br />
cantidad de días posibles, en esta<br />
expresión su confianza no está<br />
puesta en los bienes que posee o<br />
que pueda poseer. <strong>El</strong> salmista anhela<br />
habitar en la casa de Yahweh<br />
para estar en su presencia, así el<br />
pleno reposo del escritor sagrado<br />
radica en morar con su Anfitrión<br />
divino el resto de su vida y hasta<br />
la eternidad. Entendamos que<br />
la casa de Yahweh no es como el<br />
cielo cristiano anhelado, sino que<br />
es el templo de Yerusalem donde<br />
habita la presencia de Dios y, por<br />
tanto, es en esa casa de Yahweh<br />
que el salmista obtiene su reposo<br />
al encontrarse frente al Señor.<br />
Para finalizar, amados hermanos,<br />
al hacer esta re-interpretación del<br />
Salmo 23 no pretendo invalidar lo<br />
que otros traductores han realizado<br />
por siglos, sino proponer otra<br />
manera de entender nuestra relación<br />
con Dios; sencillamente mi<br />
interpretación es diferente y pretende<br />
fortalecer nuestra comunión<br />
con el Señor. <strong>El</strong> texto en hebreo<br />
posibilita la validez de diversas<br />
traducciones e interpretaciones.<br />
Cuando pude traducir e interpretar<br />
el Salmo 23, en el Seminario,<br />
me di cuenta de que el texto<br />
pone mayor énfasis en la relación<br />
con Dios, dejando de lado el<br />
buscarlo por los bienes que nos<br />
pueda dar. Así que pensé: muchas<br />
veces volteamos la vista al Señor<br />
pidiendo solo bienes o cosas que<br />
necesitamos (Dios generosamente<br />
siempre los va a proveer), pero<br />
en el afán de buscar esos bienes<br />
olvidamos al Dador de toda buena<br />
dádiva, olvidamos a Dios. Así<br />
que ahora mis hermanos al volver<br />
a leer el Salmo 23, no pensemos<br />
en los bienes que nos pueda<br />
proveer el Señor, sino que busquemos<br />
la estrecha relación con<br />
Dios; así como el salmista puso<br />
énfasis en su relación con el Señor,<br />
nosotros también busquemos<br />
esa misma comunión con el Pastor<br />
y Anfitrión de nuestras vidas.<br />
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