Revista El Mesías - Num 04
Conoce nuestra la publicación de nuestra amada Iglesia, donde encontrarás temas de interés, eventos de nuestra historia y otras recomendaciones.
Conoce nuestra la publicación de nuestra amada Iglesia, donde encontrarás temas de interés, eventos de nuestra historia y otras recomendaciones.
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>Mesías</strong> 2017<br />
los que conforme a su propósito<br />
son llamados”. Dios ha prometido<br />
que nos cuidará y protegerá<br />
de todo, incluyendo de los falsos<br />
amigos (cf. Salmo 91). Por lo que<br />
Dios no permitirá nunca (mientras<br />
vivas en Cristo) que se acerqué<br />
alguien nocivo o destructor<br />
a tu vida sin que lo identifiques.<br />
Hay una antigua oración de los<br />
tiempos de Abraham que dice:<br />
“Señor, líbrame y cuídame de mis<br />
amigos, qué de mis enemigos me<br />
encargo yo”.<br />
Dios manda a las amistades<br />
para que nos sean una bendición,<br />
pero no siempre son ellos los que<br />
nos bendicen, muchas veces esas<br />
amistades son confiadas por Dios<br />
para ser nosotros la bendición. Si<br />
esa amistad no es cristiana, que<br />
no vive en Cristo, es normal que<br />
no estén en la misma sintonía con<br />
nosotros y empiece un conflicto<br />
de intereses y prioridades. Para<br />
nosotros siempre la prioridad es<br />
Cristo, para los demás no. Es cuando<br />
empieza el distanciamiento,<br />
en ocasiones llegan los chantajes<br />
emocionales buscando envolvernos<br />
con un sentimiento de culpa.<br />
Ante esta situación muchas veces<br />
pensamos: Dios no quiere esa<br />
amistad para nosotros. Empero lo<br />
que realmente quiere, y nos pide<br />
Dios, es que evangelicemos a ese<br />
amigo. Por eso debemos recordar<br />
que cada cristiano tiene un miembro<br />
en la familia, un amigo, un<br />
compañero de trabajo o un conocido<br />
que no es cristiano.<br />
Compartir el Evangelio con<br />
otros siempre es difícil. Compartir<br />
el Evangelio se vuelve aún más<br />
difícil cuando involucra a alguien<br />
cercano a nosotros. La Biblia nos<br />
dice que algunas personas se<br />
ofenderán ante el Evangelio (cf.<br />
Lucas 12:51-53). Es especialmente<br />
difícil arriesgarse a ofender a<br />
alguien con quien se tiene un<br />
contacto frecuente. Sin embargo,<br />
se nos ha ordenado compartir el<br />
Evangelio, no hay excusas para no<br />
hacerlo (Mateo 28:19-20; Hechos<br />
1:8; 1 Pedro 3:15).<br />
16