You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
SEPTIEMBRE DE 2017<br />
Página<br />
5<br />
De Interés •<br />
El hijo que todos negamos<br />
Por: El Reutilizador<br />
A lo largo de la historia los<br />
seres humanos hemos dependido<br />
del consumo de productos<br />
manufacturados, con el avance<br />
tecnológico la mano de obra<br />
evoluciona para satisfacer las<br />
necesidades que creamos, si<br />
algo nos caracteriza es la repelencia<br />
por la monotonía,<br />
necesitamos darle a la línea<br />
narrativa de nuestra existencia<br />
movimiento orgánico. Así<br />
como tememos a la muerte, le<br />
huimos al aburrimiento y sobriedad.<br />
Dichos productos en un<br />
punto de vida útil dejan de<br />
funcionar ungidos por la obsolescencia<br />
programada, no los<br />
podemos seguir usando para<br />
con el fin que los adquirimos o<br />
simple mente no logran sobrevivir<br />
al uso descuidado.<br />
¿Qué es la obsolescencia<br />
programada? En un afán por<br />
exterminar la uniformidad en<br />
el mercado y estimular la venta<br />
recurrente, se creó un estándar<br />
de vida útil para cada artefacto.<br />
No es secreto que los aparatos<br />
adquiridos en tiempos<br />
de nuestro abuelos o padres<br />
duraban más que los producidos<br />
en estos días, así como que<br />
las tendencias arrojan estética<br />
precisa sobre nuestros gustos<br />
dando como resultado implementos<br />
hipnóticos que nos hacen<br />
sentir atraídos generando<br />
un estímulo a la conciencia,<br />
creyendo esta que el aparato<br />
pide a gritos ser comprado.<br />
A lo largo de la historia<br />
los seres humanos<br />
hemos dependido del<br />
consumo de productos<br />
manufacturados,<br />
con el avance<br />
tecnológico la mano<br />
de obra evoluciona<br />
para satisfacer las<br />
necesidades que<br />
creamos, si algo<br />
nos caracteriza es<br />
la repelencia por la<br />
monotonía, necesitamos<br />
darle a la línea narrativa<br />
de nuestra existencia<br />
movimiento orgánico.<br />
¿No poder usar artilugios<br />
para con el fin que fueron adquiridos?<br />
Con el nivel de compra<br />
al que nos esclavizamos,<br />
aclarando que nuestra naturaleza<br />
va ligada al gasto más no<br />
a la acumulación compulsiva<br />
que padecen algunas personas<br />
como condición psicológica,<br />
nos resulta imposible guardar<br />
trastos sin importar se pudieran<br />
seguir usando, estorban o<br />
nos aburren. Un ejemplo exacto<br />
son las botellas o empaque<br />
plásticos que no se encuentran<br />
deteriorados, pero como cada<br />
artículo que compramos ya<br />
trae su propio empaque ¿Para<br />
qué voy a guardar algo que no<br />
necesito? Por otra parte, un<br />
ejemplo más perverso es el<br />
de aparatos electrónicos que<br />
ya consideramos “pasados de<br />
moda”, feos por pertenecer a<br />
tendencias olvidadas o solo<br />
porque tenemos poder económico<br />
suficiente para acceder a<br />
Suministrada<br />
la versión mejorada del mismo.<br />
Muchos de estos productos pasan<br />
a convertirse en los juguetes<br />
de los niños o cachivaches<br />
nuestros, que al haberles podido<br />
exprimir en uso el dinero<br />
que les invertimos, ya no nos<br />
duele en absoluto el final que<br />
puedan tener por maltrato.<br />
Así como nos encanta consumir,<br />
no nos importa tirar,<br />
nuestro reguero es conducido a<br />
lugares conocidos como relleno<br />
sanitario y en algunas oportunidades<br />
al mar, es algo que<br />
todos sabemos, pero seguimos<br />
queriendo creer que en realidad<br />
nos deshacemos de todo<br />
eso, que por arte de magia el<br />
residuo se desintegra. No nos<br />
importa saber las consecuencias<br />
que puedan tener en nuestro<br />
planeta los caprichos que<br />
cumplimos para la dicha y satisfacción<br />
de tener lo querido.<br />
¿En qué podemos traducir<br />
esa masa de cosas que por miles<br />
de años ha ido creciendo?<br />
Primero tenemos que aceptar<br />
que esa concentración de objetos<br />
fue engendrada por nosotros<br />
como especie y como toda<br />
criatura: se desarrolla, esta ya<br />
lo hizo al punto de monstruosidad<br />
salida de control, bueno,<br />
en realidad lo salido de control<br />
es nuestro Feederism (Fetiche<br />
sexual: Excitación producida<br />
por engordar a la pareja o seres<br />
queridos), de modo que corrijo<br />
haber escrito el termino<br />
esclavizamos, un fetiche puede<br />
terminar siendo adictivo,<br />
pero cuando se es consciente<br />
de la adicción que se posee y<br />
se acepta el vivir con ella como<br />
algo perteneciente al ser, esta<br />
no puede ser tomada como sinónimo<br />
de esclavitud.<br />
Nuestro morbo por engordar<br />
ese hijo bastardo es más<br />
grande que la necesidad de negarlo,<br />
a nadie le gusta aceptar<br />
lo mucho que contamina, todos<br />
creemos ser consiente a la hora<br />
de cuidar el planeta tierra, nos<br />
encanta hablar de conciencia o<br />
apreciar contenido ambientalista<br />
¿Pero de qué podría servirnos<br />
eso si somos tan malos<br />
padres?<br />
Así como lo parimos, somos<br />
los únicos capaces de cambiar<br />
el panorama; empezando por<br />
rehabilitarnos.