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Aarón
A.V.: En nuestros espectáculos ponemos sobre las
tablas las diferentes disciplinas que hemos aprendido
durante los largos años de nuestra formación
artística. Flamenco, ballet, contemporáneo, música,
artes marciales, circo, y sobre todo ese espíritu de
superación y la actitud del sí se puedo.
E.V.: Igual que un poeta utiliza el vocabulario que
posee para escribir, nosotros utilizamos el lenguaje
que nuestro cuerpo conoce. Danza, música, teatro,
circo, artes marciales… Al final sobre el escenario,
elementos que a priori parecen incompatibles se
unen de una manera totalmente natural. Es una de
las cosas que más disfruto de Vivancos. El “todo es
posible”. Es una alquimia que me apasiona.
La música es el alma de nuestros espectáculos. Así
como el ritmo flamenco es la espina dorsal y las
artes marciales el espíritu. Cuando creamos somos
conscientes de la importancia primordial que tiene la
música en nuestra danza.
I.C.M.: Esa pasión que ponéis en el taconeo –he leído que Israel
entró en el Guinness por el zapateado más rápido- a un ritmo
desenfrenado, ¿no os hace entrar en éxtasis?
A.V.: Israel hizo la prueba de 1 minuto zapateando a
toda velocidad, y casi dobló el record previo, le dieron
el Guinness World por un total de 1.317 golpes en
un minuto. Desde luego que es para entrar en éxtasis
(risas)
E.V.: Absolutamente. Éxtasis es una palabra que lo
define perfectamente. H.P. Lovecraft afirmó que nadie
baila sobrio a menos que esté completamente loco.
Doy fe que algo hay de cierto en eso.
I.C.M.: A la hora de montar un espectáculo, ¿qué criterio seguís?
A.V.: A la hora de montar nuestros espectáculos,
seguimos un método de trabajo creativo bastante
estructurado... Hablamos la idea del show, definimos
la línea musical, duración del show, número de
coreografías, selección de quién baila con quién, bailes
43 IC Septiembre 2017